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HISTORIA ECONÓMICA SOCIAL GENERAL.

CONCEPTOS BÁSICOS DE LA HISTORIA ECONÓMICA: HISTORIA ECONÓMICA Y


DESARROLLO ECONÓMICO DE CAMERON.

¿Por qué existe un desarrollo económico desigual entre distintos países? En primer
lugar, no existe un acuerdo general respecto a cuál de los métodos y qué política se
deben las altas rentas de las naciones ricas. En segundo, no es seguro que métodos y
políticas similares produjeran los mismos resultados en distintas circunstancias
geográficas, culturales, e históricas. Por último, ni científicos ni estudios pueden
encontrar una teoría sobre el desarrollo económico que sea útil desde un punto de
vista operativo y que pueda operar de forma general.

Uno de los problemas que plantea el autor es que los gobernantes minimizan la
posible aportación del análisis histórico a la solución de sus problemas, alegando que
la situación contemporánea es única y que la historia no hace al caso.

Crecimiento económico: incremento sostenido del producto (output) total de bienes y


servicios que se producen en una sociedad dada medido en renta nacional o en PNB.
Este crecimiento puede darse por un aumento de los factores de producción (input) –
tierra, trabajo, capital- o por una utilización más eficaz de cantidades equivalentes de
inputs. Un aumento de la población puede aumentar el producto total, pero no
necesariamente el per cápita. Dicho significado se mide en producto per cápita.

Desarrollo económico: crecimiento económico acompañado por una variación


sustancial en las estructuras o en la organización de la economía.

Progreso económico: la moral secular moderna equipara con frecuencia crecimiento y


desarrollo a progreso. Este se puede medir bajo ciertos supuestos morales donde es
preferible rentas per cápita más bajas distribuidas más equitativamente.

FACTORES DETERMINANTES DEL DESARROLLO ECONÓMICO:

La economía clásica clasificó los factores de producción en tierra, capital, y trabajo. Sin
embargo, las variables de cambio más dinámico de la economía contemporánea son
los cambios tecnológicos es institucionales, y otros factores como los gustos, que
condicionan las cantidades y los precios, es decir, la producción. Entonces, el producto
total en un momento dado y la tasa de cambio del producto a través del tiempo se
conciben de la mezcla de la población, los recursos, la tecnología, y las instituciones
sociales.

En cuanto a las innovaciones tecnológicas, dada una tecnología concreta, son los
recursos de que dispone una sociedad los que determinan los límites económicos
máximos que dicha sociedad puede alcanzar. Sin embargo, los cambios tecnológicos
permiten que tales límites aumenten, tanto por el descubrimiento de nuevos recursos
como por una utilización más eficaz de los mismos.

La relación entre población, recursos, y tecnología viene condicionada por las


instituciones sociales que incluyen los valores y formas de pensar. Las que tienen
mayor relevancia en las economías nacionales son la estructura social, la naturaleza
del Estado o régimen político, y las instituciones religiosas o ideológicas. Deben
proporcionar elementos de continuidad y estabilidad para que las sociedades no se
desintegren, pero sin ser un obstáculo para el desarrollo económico.

Producción: es el proceso mediante el cual los factores de producción se combinan


entre sí para producir bienes y servicios que desea la población. Puede medirse en
unidades físicas o en términos de valor.

Productividad: es la relación entre lo obtenido tras un proceso productivo y los


factores de producción utilizados. También puede medirse de ambas formas.

Capital humano: es el resultado de la inversión en conocimiento, habilidad o


capacitación. Tal inversión puede adoptar la forma de escolarización formal, de
aprendizaje, o de capacitación por la práctica.

Estructura económica: comprende la relación entre los distintos sectores de la


economía, especialmente entre el primario (productos obtenidos de la naturaleza), el
secundario (actividades que transforman o elaboran los productos de la naturaleza), y
el terciario (servicios).

Cambio estructural de la economía: Los procesos gemelos de cambio en las


proporciones de fuerza de trabajo empleada en los dos sectores y renta proveniente
de los mismos.
TRANSICIÓN DEL FEUDALISMO AL CAPITALISMO: LA ECONOMÍA PREINDUSTRIAL.

EXPANSIÓN Y RECESIÓN EN LOS SIGLOS XVI-XVII – DE LAS RENTAS AL MERCADO:

La fase expansiva de la economía europea se extendió aprox entre 1460 y 1620. El


aumento demográfico y el inceremnto de la producción y de la riqueza se generaron
dentro del continente dese la segunda mitad del siglo XV pero recibieron un impulso
proveniente del ultramar. La actividad económica de Europa crecía porque mas gente
producía mas bienes y servicios, aunque el incremento de la producción, en tanto
dependía de los limitados recursos de la tierra, iba a la zaga del de población. Así, hubo
un aumento de la presión de la demanda y una concentración de una procion mayor
de la renta en manos de los pudientes. La demanda se creó sobre artículos de lujo que
generaron concentración de la industria y de la agricutlura especializada, lo que
prmomovió a expandir el marcado internacional y proporcionó oportunidades a las
empresas, salidas a los capitales acumulados y un escenario para experimentar nuevas
instituciones económicas.

LA POBLACIÓN comenzó a crecer en la mayor parte de Europa ebtre 1450 y 1480, hasta
principios del siglo XVII. La concentración de esta estaba relacionada con la productividad de la
agricultura. Las prósperas llanuras estaban superpobladas y en algunas zonas los terrenos se
iban dividiendo a medida que cada vez mas gente intentaba extraer de la tierra lo necesario
para la subsitencia. En otras regiones, el excedente de la población dejaba el cambo
provocando un rápido crecimiento de la población urbana, como mano de obra no calificada,
que funcionaban como centros comerciales y administrativos mas que industriales. A medida
que se restablecían los antiguos niveles de población, retornaban las dificultades para
suministrar a mas gente los alimentos imprescindibles para su subsistencia, dados la limitada
dotación de tierra y el estrecho horizonte técnico. Hacia fines del S XVI, la presión de la
población sobre los recursos se hizo extrema, generando así malas cosechas, pestes bubónicas
y enfermedades epidémicas, guerras, y freno del crecimiento demográfico.

LA AGRICULTURA pudo liberarse de los rendimientos decrecientes a partir de las economías


industriales que aparecieron para ofrecer alternativas cuando la vía extensiva del crecimiento
agrario se vea detenida por haber alcanzado el máximo de cultivos en el espacio disponible, sin
poder garantizar de esta forma la satisfacción de la demanda creciente. En un primer
momento del S XVI la demanda creciente pudo satisfacerse a través de la recuperación de
terrenos abandonados, la apertura de nuevas tierras, la conversión de pastos en cultivos, y la
obtención de nuevos terrenos a expensas del mar. Todo esto significaba un incremento en el
uso de los bosques y en el sacrificio de la ganadería, provocando un incremento de precios.
Esto contribuyó al surgimiento de los caminos divergentes entre Europa occidental y oriental,
donde en el primero establecen relaciones agrarias de mercado y, los segundos, optan por un
proceso de refeudalización, y por una concentración del poder político económico en manos
de la clase noble generando una regresión a la explotación del capesinado, denominado la
“segunda servidumbre” según Engels. Los enclosures se derramarán por toda Inglaterra
sentando las bases de trnasformaciones posteriores, contribuyendo la segunda revolución
agraria. Esto significaba la ruptura de los límites productivos y la liberación de la sujeción del
agro a los rendimientos crecientes. A finales del siglo XVIII, la economía perdería su identidad
agraria para convertirse en industrial. En la segunda mitad del S XVII en Europa Oriental el
sistema comenzó a dar muestras de fragilidad por las crisis provocadas por las dificultades
productivas y la concentración de la demanda exterior en los países occidentales. La ausencia
del sector burgués-urbano y la persistencia de la aristocracia en acaparar el poder conducirán
al surgimiento de una vía alternativa al de la revolución burguesa en la capitalización del
campo y la marcha directa hacia la industrialización.

LA INDUSTRIA reside su crecimiento en el incremento de la capacidad de consumo de las


manufacturas, obedeciendo al carácter de la demanda, distinto al que afecta en la producción
primaria de las economías preindustriales donde el crecimiento agrícola consiste en el
aumento de la producción. El surgimiento de un amplio mercado manufacturero tiene
fundamentalmente dos causas: el primero está relacionado a la elaboración de un producto
suficientemete bueno para desplazar las manufacturas simples y primarias confeccionadas por
los propios trabajadores y, la segunda, se enfoca en la reducción de costos productivos,
vinculados mayormente a la mano de obra. La competitividad y la pobreza fueron otros
condicionantes del desarrollo industial. Todas estas causas se explican por la recuperación
monetaria y la concentración de la riqueza en manos de los poderosos, a principios del S XVI.
Un componente escencial en la transformación del sector agrario radica en la consolidación de
un sistema de trabajo a domilicio que consistía en el aprovechamiento de la mano de obra
rural para la producción industrial. La apertura de las relaciones agrarias del mercado implicó
un empobrecimiento gradual del campesidnado, que lo llevó a alternar tareas agrarias con
labores manufacturados.

LOS INTERCAMBIOS nacen a partir de la existencia del capital mercantil que implica la
canalización hacia el comercio de los beneficios generados por la producción agraria y
manufactura. Desde la segunda mitad del S XV Europa inicia su expansión colonial y es la
incidencia de su apertura a los nuevos mundos el edtonante que al tiempo que quiebra la vieja
estructura feudal va consolidando las nuevas formas capitalistas. El tráfico marítimo fluvial
absorbe el sostenido en el interior entre ferias y mercados. También, se dan grandes avances a
partir de mejoras tecnológicas introducidas en la navegación como el astrolabio y la brújula.
Esta economía internacional, o carrera colonial, establece las claves del IMPERIALISMO
ECONÓMICO, que impulsó a largo plazo lo que actualmente se conoce como globalización, por
su faz económica mercantil. Así, el pequeñio mas interior pierde su papel de aglutinador y
distribuidor de riquezas que convergían en sus puertos. Lo sustituye el océano que concentra
tesoros ajenos.

FALTA IMPERIO HOLANDÉS (PÁGS. 57-68).


LOS FACTORES CONDICIONANTES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN.

Las CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL se deben a la acumulación de capital, la


innovación y cambio tecnológico, el cambio demográfico, el crecimiento de la demanda, la
expansión de los mercados, los cambios en el contexto social, y las transformaciones
institucionales, principalmente.

La POBLACIÓN condiciona directamente tanto la oferta de la mano de obra como la demanda


interna de bienes y servicios de un país. Una de las ventajas que tuvo Gran Bretaña en el
proceso de industrialización fue que contaba tanto con un mercado interno como con uno
externo, a los cuales destinaba la oferta de bienes manufacturados. La población inglesa creció
aceleradamente durante el S XVIII y sus condiciones de vida eran mejores.

Los RECURSOS NATURALES garantizan la provisión, o no, de materias primas y energías


necesarias para la actividad industrial. Dichos recursos comprenden la tierra disponible, la
fertilidad del suelo, el clima, la tipografía, la disponibilidad del agua, y la posición geográfica.
Las regiones provistas de carbón mineral gozaron de ventajas comparativas ya que era el
combustible que se utilizaba para accionar las máquinas de vapor y la fundición de metales. Sin
embargo, la ausencia de RN podía ser suplida a partir de la importación. Para ello, necesitaban
de mercados externos y de recursos monetarios. Inglaterra importaba algodón de EEUU.

La TECNOLOGÍA fue uno de los rasgos sobresalientes de la sociedad industrial que ha hecho
posible el incremento de la productividad como la producción de nuevos bienes. Definimos
tecnología como el uso del conocimiento para especificar modos de hacer las cosas de una
manera reproducible. La innovación tecnológica abarca desde la introducción de nuevas
maquinarias en el taller o la oficina hasta la reorganización del trabajo y la adopción de
prácticas gerenciales mejoradas. La influencia de esta está dada por la influencia sociológica,
el orden económico, y la acumulación de capital de cada país, y puede generarse de forma
endógena o transmitirse por difusión. Las invenciones tecnológicas están relacionadas a un
acto creativo y pueden dividirse en macroinvenciones, de donde emerge una idea
radicalmente nueva sin precedentes, y microinvenciones, que son pasos progresivos que
mejoran y modernizan técnicas existentes.

Las INSTITUCIONES FINANCIERAS lograron financiar de forma distinta que la actividad


comercial o agropecuaria a la industrialización a partir de dos tipos de créditos. El primero es a
corto plazo, para financiar pago de salarios o compra de materias primas, y el segundo, a largo
plazo, para financiar la inversión de capital fijo. Su nacimiento significó la posibilidad de
financiar industria y un cambio en la actividad financiera, y generó la acumulación de capital y
la transformación de ahorro en inversión, a cargo de los bancos. En un principio de la
Revolución Industrial, las inversiones de capital fijo eran relativamente bajas y podían
satisfacerse con capital propio de empresarios o créditos a corto plazo. A medida que avanzó
la industrialización, las condiciones se fueron modificando y las condiciones de capital fijo
aumentando. Así, se organizaron nuevas instituciones financieras, y nuevas formas de
organización de las empresas, y comenzó la exportación de capitales. A principios del S XIX,
comenzó a difundirse el uso de billetes de banco, y el establecimiento de bancos centrales. A
mediados del mismo, las instituciones financieras se especializaron en el financiamiento a
largo plazo. También, se comenzó a difundir las sociedades por acciones, creciendo así la bolsa
de valores. Londres se convirtió en el principal centro financiero mundial.

El SISTEMA EDUCATIVO significa la importancia del capital humano en el desarrollo económico.


A medida que la industrialización avanza, la capacitación se va convirtiendo en un requisito
indispensable, ya que el grado de instrucción requerida para los trabajadores se eleva. A partir
de 1920 comenzó a usarse la expresión capital humano para denominar a las habilidades y
capacidades de los trabajadores que se vinculan esencialmente con su nivel educativo, si bien
se adquieren a través de la experiencia. La educación de elite garantiza la formación de los
cuadros técnicos y empresariales y permite sustentar el desarrollo científico y tecnológico. El
progreso tecnológico depende tanto de la capacidad inventiva de una sociedad como de la
disposición de los empresarios a adoptar nuevos métodos de producción.

La INNOVACIÓN TECNOLÓGICA Y ORGANIZATIVA fue el camino para escapar de las


limitaciones del principio de rendimientos decrecientes. El crecimiento económico
tenia limites determinados por la disponibilidad de los factores de producción. Desde
el punto de vista tecnológico, la Revolución Industrial implicó:

a) La utilización de nuevas fuentes de energía inanimada por la maquina a vapor.


b) La utilización de máquinas destinadas a la producción y al transporte.
c) La utilización de materias primas para sustituir las de origen animal y vegetal.
d) Nuevas formas de organización de producción y trabajo en el sistema fabril.

Los FACTORES INSTITUCIONALES, tales como las condiciones políticas, la legislación, las
políticas públicas, el sistema educativo, las características de los empresarios y los
rasgos culturales, juegan un rol importante en el proceso de crecimiento económico.

El MARCO JURÍDICO son las reglas de juego de una sociedad que comprenden las
limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a interacción humana. La principal
función dentro del funcionamiento del sistema económico corresponde a los derechos
de la propiedad, que cuando están bien definidos generan incentivos para la inversión
productiva y reduce los costos de transacción. Los cambios jurídicos del S XVII
ampliaron las libertades económicas e hicieron más explícitos y menos limitados los
derechos de propiedad.

El PAPEL DEL ESTADO puede impulsar políticas públicas activas para fomentar los
procesos de industrialización cuando el sector privado no protagoniza la inversión.

El FACTOR EMPRESARIAL es importante para la combinación de los factores


productivos y en asumir los riesgos financieros.
EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

En contraste con el mundo preindustrial, en el que la principal actividad económica era


la agricultura y las actividades rurales, en la sociedad industrial el peso del sector
primario fue reduciéndose al tiempo que se incrementó la industria y los servicios y se
caracterizó por un alto grado de urbanización. Otra gran diferencia entre ambas etapas
fue la innovación tecnológica. La industrialización generó a su vez un crecimiento de la
producción, una reducción de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida.

La REVOLUCIÓN INDUSTRIAL de los siglos XII y XIII abrió el camino para la expansión de
los intercambios intereuropeos e internacionales e implico el nacimiento del comercio.
También dio origen a una serie de dispositivos institucionales que facilitaron el
desarrollo de la actividad comercial, el aumento de la productividad y el crecimiento
económico.

La PROTOINDUSTRIALIZACIÓN entre los siglos XVI y XVIII se caracterizó por la


expansión de la industria a domicilio y el mejoramiento de técnicas y desarrollo de
nuevas ramas que dieron lugar a grandes empresas de producción.

Una de las regiones de vanguardia fue China en donde se construyeron carreteras y


canales, se canalizaron los ríos, y se integró el mercado nacional, incrementando los
intercambios. A comienzos de la Edad Moderna, tuvo un crecimiento intensivo de la
economía hasta el S XIX debido a la invasión mongol y conflictos internos.

En Europa los cambios tecnológicos y económicos fueron acompañados por un


proceso de retroalimentación mutua, por transformaciones políticas, sociales, y
culturales, como el avance de la urbanización, el nacimiento y desarrollo de la
burguesía comercial, la consolidación de Estados Nacionales, etc.

Con la sociedad industrial nacieron nuevas formas de organización del trabajo y de la


familia, nuevas clases socales, y nuevos modos de actividad política. Gracias al
desarrollo de los transportes y de las comunicaciones se incrementó el contacto entre
las diversas regiones del planeta, creció la actividad comercial, y se incrementó el
movimiento de personas.
¿EN QUÉ CONSISTIÓ LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?

Consistió en un proceso de cambio estructural en el que se combinan el crecimiento


económico, la innovación tecnológica y organizativa, y las profundas transformaciones
de la sociedad. Se inicia en Gran Bretaña en la segunda mitad del siglo XVIII.

El rasgo más característico es el nacimiento y desarrollo de la industria fabril. El


crecimiento económico se debe principalmente al aumento de la productividad de la
economía, que es posible gracias a la innovación tecnológica y productiva: el uso de
máquinas que reemplazan la habilidad humana y la utilización de nuevas fuentes de
energía que sustituyen a la fuerza humana y animal. La principal transformación
organizativa consiste en el nacimiento del sistema de fábrica, en alternancia a la forma
de producción tradicional (artesanal y a domicilio). Esto permitió mayor cantidad y
variedad de bienes.

Los CAMBIOS ESTRUCTURALES EN LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD redujo la


participación de la agricultura en la producción y de la mano de obra en el sector
primario. También verifica un avance industrial y de servicios. Así, se constituye un
proceso de URBANIZACIÓN donde la producción y la población se van moviendo para
las ciudades, y se da origen al PROLETARIADO, una nueva clase obrera compuesta por
trabajadores asalariados que no son propietarios de los medios de producción, sino
que venden su fuerza de trabajo, y trabajan en las fábricas. Al mismo tiempo, nace una
BURGUESÍA INDUSTRIAL a partir del incremento del número de empresarios que
invierten su capital en nuevas actividades y son dueños de las industrias, y las CLASES
MEDIAS que crecen junto a la expansión de servicios y actividades administrativas.

La REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA significó un cambio tecnológico y acelerado sin


precedentes según los parámetros históricos que transformaron los procesos de
producción y distribución, crea un aluvión de nuevos productos y cambia la ubicación
de la riqueza y del poder en el planeta.

La REVOLUCIÓN ECONÓMICA fue un cambio fundamental en el potencial productivo


de la sociedad como consecuencia de un cambio básico en el stock de conocimientos y
un cambio de la organización económica para realizar dicho potencial. Se caracteriza
por la combinación del cambio en el potencial productivo de la sociedad con cambios
en la organización económica que afectaron al sistema en su conjunto y permitieron
acelerar radicalmente las tasas de crecimiento.
LAS FORMAS TRADICIONALES DE PRODUCCIÓN INDUSTRIAL

LA INDUSTRIA ARTESANAL se caracteriza por ser una forma de actividad industrial en la


que los productores utilizan herramientas manuales que exigen una alta dosis de
habilidad. Puede ser doméstica o llevarse a cabo en un taller.

LA INDUSTRIA A DOMICILIO se caracterizó por ser un sistema descentralizado de


producción, en el que los trabajadores realizaban las tareas en sus domicilios, con
herramientas que en general eran de su pertenencia. Trabajaban para un comerciante-
empresario, que les encargaba los quehaceres y les suministraba la materia prima,
retirando luego las piezas elaboradas por las que pagaba a destajo. La mayor parte de
los trabajadores eran campesinos y realizaban sus labores en tiempos muertos que
dejaban las tareas agrícolas.

LA PROTOINDUSTRIALIZACIÓN se caracteriza por la expansión del sistema de trabajo a


domicilio. Permitió el crecimiento de la producción dentro de los sistemas técnicos
tradicionales de la industria doméstica aumentando la productividad de los
trabajadores al ocupar en la industria mano de obra antes desempleada o empleada
parcialmente en actividades agrícolas. Se establecieron nuevas relaciones en los
contros urbanos y las áreas rurales. De la ciudad provenían los empresarios, capitales,
y redes de comercialización, y se realizaban algunas actividades industriales.

LA MANUFACTURA CENTRALIZADA o la protofábrica, eran talleres centrales que


preparaban y terminaban el trabajo de los trabajadores rurales a domicilio, unidades
que tenían que ser grandes y requerían bastante capital, o agrupaciones de talleres
unidas por razones ni económicas ni técnicas.

EL MAQUINISMO fue un sistema de fábrica que se contrapuso a la industria tradicional.


Se caracteriza por modificar aquellas herramientas que requieren una habilidad
específica para el proceso de producción, por máquinas muy sencillas que disponen de
mecanismos que reemplazan la habilidad humana.

LAS NUEVAS FUENTES DE ENERGÍA en un principio provenían de la combinación del


uso de la fuerza hidráulica y de la energía a vapor. Luego, James Watt invento una
máquina que permitió reducir el consumo de carbón, su tamaño y sus costos. Gracias a
ello pudo extenderse a todas partes y a distintas industrias, independizándose de la
geografía. En la sociedad preindustrial, la energía se utilizaba de fuentes orgánicas
provistas de la fuerza humana o animal, complementada por la del viento o del agua.

LA DISCIPLINA fue una nueva forma de organización del trabajo caracterizada por
exigir a los obreros un horario estricto y una actividad constante, ritmo impuesto por
las máquinas. LA DIVISIÓN DEL TRABAJO fue una innovación organizativa que aumento
la productividad.
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA.

Dese el siglo XVIII, Europa Occidental se transformó en la cama de la industria


moderna. La Revolución Industrial comenzó en Inglaterra y desde allí se difundió.
Durante ese siglo, la economía británica creció y la industrialización tuvo lugar en el
marco de una expansión secular. Inglaterra era uno de los países más ricos del mundo
al iniciarse la Revolución Industrial. Tuvo varios factores como punto de partida:

LA POBLACIÓN

Desde fines del siglo XVII, la población inglesa comenzó a aumentar a un ritmo
acelerado, superior a los de Europa Occidental. Esto tuvo como causa inmediata el
aumento de la fecundidad y el descenso de la mortalidad. Anteriormente, todo
aumento de la población generaba un alza de precios de los alimentos, al tiempo que
se limitaba la capacidad productiva de la economía, generando un desequilibrio que
desembocaba en un aumento de la mortalidad, reducción de la fecundidad, y descenso
de la población. En Inglaterra, estaba desapareciendo la correlación positiva entre tasa
de crecimiento de la población y tasa de cambio de los precios de los alimentos debido
al incremento de la producción agrícola que podía satisfacer la creciente demanda
generada por el aumento de la población.

LAS TRANSFORMACIONES EN LA AGRICULTURA

Creció de forma constante durante los siglos XVII y XVIII gracias a las mejoras en las
técnicas del cultivo. El incremento de la producción agrícola permitió que la población
creciera a un ritmo acelerado, y un aumento de las actividades no agrícolas y en la
oferta de mano de obra para la industria y servicios.

En la agricultura tradicional era muy difícil lograr incrementos a la productividad ya


que el sistema de rotación que se utilizaba desde la Edad Media dejaba en cada
estación un tercio de la tierra en barbecho para evitar su agotamiento. En cambio, la
nueva agricultura consistió en la combinación de tres elementos que se reforzaron
mutuamente: la introducción de cultivos novedosos, la alimentación de la ganadería en
establos, y la supresión del barbecho. El resultado fue que los campesinos pudieron tener mas
ganado y alimentarlo mejor, lo cual aumentaba el suministro de productos animales. Gracias al
mayor uso de abonos y a la rotación de cultivos, fue posible suprimir el barbecho, lo cual
permitió incrementar la superficie de tierra cultivable. Además, se introdujeron mejoras en las
herramientas, la selección de semillas, y en los sistemas de cría de ganado. Esta nueva
agricultura permitió romper con el circulo viciosos de contraposición de agricultura y
ganadería.

En el sistema de campos abiertos de origen medieval los cultivos se llevaban a cabo en franjas
discontinuas y los campesinos tenían derechos de pastura, de recolección de leña y de caza en
las tierras comunales incultas. Hacia 1830, aparecieron los cercamientos (enclousers acts) que
establecían la obligatoriedad de cercar tierras que podían ser de cultivo, de pastoreo o
incultas. Las antiguas parcelas alargadas distribuidas entre las tierras de cultivo, eran
reemplazadas por nuevas parcelas en las que los propietarios concentraban la superficie de
tierra que antes repartían. Esto genero una desigualdad social debido a que los campesinos
expulsados de sus tierras se transformaron en su mayoría en jornaleros o arrendatarios con
contratos a corto plazo. Así, habían dado paso a la agricultura capitalista y habían creado los
contingentes de proletariado libres y privados de medios de vida que necesitaban la industria
de las ciudades.

LAS INDUSTRIAS

La producción artesanal se llevaba a cabo en los centros urbanos y en los suburbios.

Las industrias artesanales a domicilio generaron un avance industrial en el siglo XVIII, ya que
permitió la capacitación de los trabajadores, y la acumulación de capital y experiencia
empresarial. También favoreció el desarrollo de una infraestructura comercial en el mercado
nacional e internacional. Por último, ayudó a sostener el crecimiento demográfico al ofrecer
mayor oportunidad de trabajo a la población rural. Afectó sobre todo a la industria textil y
algunos sectores de la industria a metal.

La producción de manufactura centralizada se basaba en técnicas de trabajo intensivo, en la


disciplina de los trabajadores y en la maximización de las habilidades como resultado del
trabajo artesanal.

Las formas tradicionales de producción sobrevivieron a la Revolución Industrial y se


combinaron con el sistema de fábrica. También fueron el punto de partida de la acumulación
de capital, la capacitación de la mano de obra, y la conformación de un sector empresarial.

EL MERCADO

El mercado interno se vio favorecido por un incremento de la población, la ausencia de


fronteras aduaneras internas y de cargas feudales, reforzada por una geografía que contribuía
a la unificación debido a las dimensiones reducidas del territorio y de su topografía, el sistemas
de transportes y comunicaciones en conjunto con nuevos puentes y carretera, y por el
consumo de sectores urbanos, en especial de las clases medias.

El mercado externo se era ventajoso debido al desarrollo de la flota inglesa desde el S XVI que
lo permitió transformarse en la principal potencia marítima mundial dos siglos después: poseía
importantes territorios coloniales. El Estado había sustentado, además, la expansión
económica y comercial a través de las actas de navegación del siglo XVII que establecieron
privilegios para los barcos ingleses en el comercio de ultramar, que había servido para
proteger la flota inglesa y debilitar el poderío holandés.

UNA SOCIEDAD ABIERTA AL CAMBIO

Se trataba de una sociedad menos rígida que las de la mayoría del continente, mas abierta a
los cambios y a las innovaciones, por sus barreras bajas a la movilidad social y una distribución
de la renta mas equitativa.
LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

LA PERIODIZACIÓN

La primera etapa consistió en un proceso de innovación en la industria textil y metalúrgica.


Generó cambios en la organización y un rápido aumento de la producción.

La etapa de difusión de la mecanización y del sistema de fábrica se dio entre los años 1800 y
1830-50. El incremento del uso del vapor como fuente de energía permitió que la industria se
concentrara cada vez mas en las ciudades.

Por último, Gran Bretaña se convirtió en el taller del mundo a mediados del S XIX.

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Hubo cambios estructurales que implicaron un incremento de la productividad y de la


eficiencia del sistema, y transformaciones en la estructura sectorial de la economía.

EL CAMBIO TECNOLÓGICO

Se combinaron dos factores: los inventos y la iniciativa de los empresarios para adoptarlos.

La industria del algodón fue la principal actividad industrial. Se prestaba mejor que la lana a la
mecanización y tenía un mercado de consumo mas amplio por la diversidad de usos que se le
daba y por ser adecuada a todo tipo de clima. La primera gran innovación tuvo lugar en el
tejido.

La industria metalúrgica tuvo un peso decisivo ya que la creciente oferta de metal barato
facilitó la mecanización de las otras industrias, la difusión de la máquina a vapor y la
transformación de los medios de transporte. La utilización del coque fue fundamental para el
desarrollo de esta industria porque era un derivado del carbón de piedra o hulla que tenía más
disponibilidad que la madera. Además, generaba una mayor cantidad de energía.

LAS NUEVAS FUENTES DE ENERGÍA

Se comenzaron a utilizar fuentes de energías inanimadas que reemplazaron al hombre y al


animal, y permitió la multiplicación de la productividad.

La energía hidráulica se desarrolló sobre todo en el sector textil y en el metalúrgico. Luego,


también en la producción de hilado de algodón.

La energía a vapor se utilizó en la producción manufacturera y en los medios de transporte


como ferrocarriles y barcos. Transformó profundamente la industria ya que permitió que
pudiera desarrollarse en las ciudades, independizándose de los cursos de agua. Las primeras
máquinas comenzaron a emplearse a principios del S XVIII para bombear agua en las minerías.
Fue conocida como NEWCOMEN en 1712. Luego, en 1769, WATT supera algunos problemas
técnicos y la adapta a nuevos usos. Se utilizó en la producción manufacturera en las hilanderías
de algodón y en otros sectores.
El carbón se utilizó como combustible en las máquinas a vapor y como fuente de calor y de
transformaciones químicas en la industria del hierro. El carbón mineral era un recurso
abundante y barato y ofrecía la posibilidad de liberarse de fuentes orgánicas de MP.

EMPRESAS Y EMPRESARIOS

La Revolución Industrial inglesa conto con un sector empresarial dispuesto a motorizar los
cambios y a correr los riesgos necesarios. Introdujeron nuevas formas y cambios en la
organización del trabajo. Las máquinas, además, eran sencillas y baratas, se podían utilizar
edificios existentes, y la mano de obra era barata con condiciones de contratación muy
flexibles. Así, nació un nuevo tipo de empresario, el capitalista industrial, proveniente de
sectores mercantiles. La burguesía industrial paso a ocupar un lugar destacado en la sociedad,
junto a la comercial y financiera. Su poder radicaba esencialmente en su riqueza, a diferencia
de la aristocracia caracterizada por el nacimiento y privilegios.

RECURSOS FINANCIEROS

La demanda de crédito fue limitada y pudo cubrirse satisfactoriamente con la oferta


disponible. Al principio la industria fue financiada por los propios empresarios, con reinversión
de utilidades y créditos a corto plazo. Luego, los bancos funcionaron como intermediarios
entre ahorristas y prestatarios, y como creadores de créditos a largo plazo, actuando incluso
como accionistas de empresas.

LAS REGIONES Y LA INDUSTRIALIZACIÓN

La actividad manufacturera se había concentrado en función a la localización de los recursos


naturales. Las industrias se ubicaban con preferencia cerca de los yacimientos de carbón o
minerales, o bien, junto a los cursos de agua. Otro factor importante era la oferta de la mano
de obra, sobre todo de trabajadores calificados.

CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Las principales consecuencias estuvieron relacionadas al incremento de la fertibilidad, a un


reparto de la riqueza de forma muy desigual, a las modificaciones en las condiciones de
trabajo, y al desarrollo urbano y expansión de servicios, en conjunto con la aparición de una
clase media como sector característico.

LA URBANIZACIÓN

La difusión del uso de la energía a vapor hizo posible la localización de las actividades
industriales en las ciudades y la creciente concentración de la población en ella, descendiendo
la proporción de la población empleada en la agricultura. Este proceso se acentuó durante la
segunda mitad del siglo XIX.

Las nuevas ciudades industriales se caracterizaron por el deterioro de la calidad de vida y del
medio ambiente urbano. El hecho que creciera rápidamente, sin una infraestructura adecuada,
creó condiciones de vida muy precarias para los trabajadores.
LA FORMACION DE LA CLASE OBRERA

Junto con las fábricas nació un nuevo tipo de trabajador, el obrero industrial, o la clase
proletaria. Se caracteriza por no ser propietario de los medios de producción y por vender su
fuerza de trabajo en el mercado a cambio de un salario. Desarrolla su actividad en las fábricas,
trabajando con máquinas y sometido a una estricta disciplina. En la primera mitad del siglo XIX,
los empleos tradicionales estuvieron permanentemente amenazados por la innovación
tecnológica y la competencia del trabajo no calificado. Ello generó la radicalización política de
artesanos y trabajadores a domicilios.

Las nuevas condiciones de trabajo s brillaban por la concentración de gran número de


trabajadores en un mismo espacio para cumplir sus tareas bajo la vigilancia y según una
estricta disciplina. La resistencia de los obreros a aceptar la nueva disciplina explica que las
normas establecidas por los patrones de las fábricas fueran tan estrictas y que se castigaran
severamente el ausentismo, la falta de puntualidad, y cualquier otra distracción.

EL TRABAJO DE LAS MUJERES Y DE LOS NIÑOS

Con el sistema de fábricas se incrementó el trabajo de las mujeres y de los niños, para quienes
se reservaban las tareas menos calificadas y que recibían una paga menor que la de los
hombres adultos, con respecto a los cuales eran además más disciplinados.

Las actividades más características de las mujeres era el hilado y podían utilizar la rueca
mientras desempeñaban otras tareas. La división sexual del trabajo había estado relacionada
con las diferencias de fuerza y destreza entre hombres y mujeres. Con el comienzo de la
utilización de máquinas accionada por energía inanimada, las mujeres pudieron desempeñar
tareas antes reservadas a los hombres, pero como el trabajo femenino se consideraba inferior,
percibían menos salarios. En la primera mitad del siglo XIX, se dedicaron a la industria textil y la
del vestido.

En la época preindustrial, los niños trabajaban dentro de la unidad domestica ayudando a los
adultos en tareas agrícolas o industriales.
LOS NUEVO PAÍSES INDUSTRIALES

LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EUROPA CONTINENTAL

LA ECONOMÍA EUROPEA EN VÍSPERAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

A comienzos del siglo XIX Europa era un continente con áreas conformadas con muchas
economías diversificadas y contrastantes entre si y se encontraban en un proceso de
desarrollo y cambio. Las áreas con una agricultura más moderna eran Holanda, Bélgica,
Francia, y la zona occidental del territorio alemán. En esas zonas se había incorporado
innovaciones y difundido la economía de mercado, En Europa Oriental, seguían vigentes los
antiguos métodos de producción y las relaciones sociales de carácter feudal.

Entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, Europa continental vivió un proceso de profundos
cambios institucionales, producto de la Revolución Francesa y de la expansión napoleónica,
que fue acompañada por la aplicación de las reformas revolucionarias en los territorios
ocupados. La Revolución Francesa ayudó a la creación de condiciones institucionales
favorables a la industrialización. Abolió los últimos residuos del orden feudal e instituyó un
sistema jurídico que garantizó las libertades individuales y la propiedad privada.

LOS PROCESOS DE INDUSTRIALIZACIÓN

El PAPEL DEL MODELO INGLÉS fue útil para que los nuevos países industriales absorban e
imiten la tecnología que fue usada por primera vez en Inglaterra, pero, al mismo tiempo, cada
proceso de industrialización tuvo rasgos específicos.

La TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA se dio a partir del contrabando de máquinas, la


emigración clandestina, y el espionaje industrial. Muchos de los emprendimientos en países
industriales se llevaron a cabo con máquinas y recursos humanos ingleses.

El PAPEL DEL ESTADO fue mucho más activo en la industrialización de Europa continental que
en Gran Bretaña. Los Estados estimularon el crecimiento industrial gracias a su capacidad de
reestructurar las instituciones sociales, creando un ámbito favorable para el desarrollo de la
empresa privada. También, pusieron en marcha servicios que permitieron la creación de
economías externas que favorecieron la industrialización. Por último, el Estado asumió en
muchos casos el papel de inversor y empresario de ferrocarriles.

Los BANCOS Y CAPITALES tuvieron tres etapas de desarrollo. En la primera, hasta principios del
siglo XIX, donde ofrecían créditos a corto plazo orientados al comercio o la agricultura. A
medida que avanzó el proceso de industrialización, surgieron los bancos de créditos
industriales para financiar industrias y la construcción de ferrocarriles. Por último, a partir de la
década de 1870, surgieron los bancos de inversión, que combinaban funciones de banca
comercial y los de crédito industrial. Además, la industrialización europea se llevó a cabo con
capitales de inversión extranjera, que provenían mayormente de Gran Bretaña.

La REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES Y LAS COMUNICACIONES se caracterizó por la extensión


de red de canales para hacer mas rápido y barato la comunicación interior, el mejoramiento de
rutas terrestres, la aparición del ferrocarril y la navegación a vapor, y el invento del telégrafo,
cuyo uso fue muy importante en el campo político y militar, y para coordinar los mercados
financieros y comerciales.

El IMPACTO DEL FERROCARRIL incorporo nuevos circuitos comerciales, integrándose mercados


regionales y nacionales. Ek descenso de los costos de transportes se tradujo en un incremento
sostenido de la actividad comercial, y su rapidez incremento las comunicaciones. Fue un gran
impulsor del desarrollo industrial debido a que genero eslabonamientos, es decir, efectos
expansivos que una determinada actividad económica genera sobre otras. En los primeros
países industriales de Europa y Estados Unidos, el ferrocarril fue un gran generador de
eslabonamientos hacia atrás, favoreciendo el desarrollo de varias ramas de la producción que
hicieron frente a la demanda creciente de hierro, acero, carbón, maquinarias y vagones. En el
resto de Europa y en Gran Bretaña, los ferrocarriles llegaron antes que el proceso de
industrialización iniciara. Además, en países europeos, la construcción y gestión de
ferrocarriles fue impulsado por capitales privados y por el Estado con un papel significativo.
Ello impulso la constitución de sociedades anónimas y nuevos sistemas de financiación.

LA INDUSTRIALIZACIÓN DE BÉLGICA

La difusión de la industria moderna comenzó a fines del siglo XVIII. En el siglo XIX, fue el país
más industrializado de Europa después de Gran Bretaña, y el más cercano al modelo inglés. Las
razones de su desarrollo industrial fueron fundamentalmente la abundancia de hierro y
carbón, la disponibilidad de fuerza motriz, ya que parte de su territorio estaba atravesado por
ríos de corriente rápida que favorecían el uso de energía hidráulica, y los medios de
comunicación y transporte, y la localización geográfica, debido a la cercanía respecto a Gran
Bretaña que le facilito la trasferencia de tecnología y la vecindad con Francia que le posibilito
contar con un mercado externo al que destino su producción de carbón. El Estado también
contribuyó a la industrialización, invirtiendo en transporte y promoviendo la creación de
bancos de inversión.

LA INDUSTRIA TEXTIL

Tuvo un importante desarrollo textil en la zona de Flanders desde la Edad Media con las
fabricaciones de paños de lujos, y en la zona de Gante que se producía la tejeduría de lino,
generando la industria textil de algodón. Eso fue parte de la protoindustrializacion.

LA MINERÍA Y LA INDUSTRIA METALÚRGICA

La industria del carbón se desarrolló principalmente en la zona occidental en las que se


utilizaban maquinas Newcomen desde el principio del siglo XVIII. Poseía varias cuencas
carboníferas cuya producción se destinaba al consumo local y, sobre todo, a la exportación al
norte de Francia.

La industria del hierro también se había desarrollado desde mucho antes del siglo XVIII en el
área de Lieja. En el periodo previo a la Revolución Industrial esta zona se había especializado
en la fabricación de clavo y en la producción de láminas de hierro. Estas últimas se
establecieron según el modelo inglés, especializándose en la fabricación de máquinas de hilar
destinadas a la industria textil lanera de las áreas vecinas y, más tarde, en la producción de
máquinas a vapor.
En la década de 1830, ya estaba difundido el uso de la máquina a vapor tanto en el sector textil
como en la minería del carbón y la metalurgia, y se había extendido el sistema de fábrica. La
construcción de los ferrocarriles, que tuvo lugar a partir de 1834, contribuyó a sostener la
expansión de la industria del carbón, la siderurgia, y fabricación de máquinas.

EL PAPEL DEL ESTADO

Su acción se orientó a estimular el desarrollo de la industria, y a evitar protestas obreras y alza


de los salarios, que se mantuvieron por debajo de los del resto de Europa. Además, la
industrialización se desarrolló por difusión del modelo ingles a través de la transferencia de
tecnología, recursos humanos y de capitales.

INESTABILIDAD POLÍTICA

Desde finales del siglo XVIII hasta 1830 que se independiza, Bélgica estuvo bajo distintos
dominios. En primer lugar perteneció al Imperio Astro-húngaro, luego a Francia, y, por último,
al Reino Holandés previo a su independencia.

BANCOS Y SOCIEDADES ANÓNIMAS

Los bancos de inversión tuvieron un papel muy importante en el proceso de industrialización,


ya que favorecieron la formación de sociedades anónimas y sirvieron para atraer capitales
extranjeros, que invirtieron en grandes empresas industriales. La financiación de la Revolución
Industrial provino de la inversión de viejas dinastías de comerciantes e industrias, y de la
nobleza y los rentistas que invirtieron en los bancos.

LA INDUSTRIALIZACIÓN DE FRANCIA

La industrialización francesa fue una industrialización sin revolución industrial o sin una etapa
de despegue claramente identificable. Constituyó un proceso gradual y sin un ritmo uniforme
que se inicio a fines del siglo XVIII, cuando comenzó la modernización de la industria que luego
se vio interrumpida en 1879 por el estallido de la Revolucion Francesa, y se reinició con el fin
de las guerras napoleónicas en 1815. La primera oleada se ubica entre 1875 y 1860, con el
crecimiento de la industria que tuvo lugar dentro de las formas tradicionales de producción,
con una mecanización reducida y un alto empleo de la mano de obra. Desde mediados de la
década de 1880 hasta las vísperas de la Primera Guerra Mundial, hubo un proceso de
innovaciones características de la industria moderna. Durante todo el siglo XIX, la tasa de
urbanización francesa fue baja y, a diferencia de Inglaterra y Alemania, Francia siguió siendo
un país predominantemente rural.

LA ECONOMÍA FRANCESA EN EL SIGLO XVIII

El nivel de desarrollo de la nación era bastante similar al Ingles y estaban en las mismas
condiciones de iniciar el proceso de industrialización ya que había un crecimiento de
actividades protoindustriales, una industria a domicilio desarrollada, se destacaban las
industrias del carbón y la metalurgia, y contaban con protofábricas, manufacturas reales que
eran establecimientos organizados, pero necesitaban un alto nivel de inversión en donde el
Estado contribuyo a la creación de empresas para la producción de bienes de lujo.
EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

Desde comienzos de la Revolución Francesa en 1789 hasta el final de las guerras napoleónicas,
en 1815, el país vivio casi permanentemente en guerra, lo que tuvo como resultado una
disminución del ritmo de crecimiento de la economía. Desde el punto de vista económico, tuvo
efectos negativos como la perdida de su imperio colonial, de mercados externos y de fuentes
de abastecimiento. El proceso de innovación tecnológico se detuvo salvo para el algodón.
Muchas de las reformas institucionales impulsadas durante la Revolucion y el Imperio
beneficiaron en el largo plazo el desarrollo industrial. Ademas, drante este período se llevó a
cabo una política educativa con la creación de escuelas especializadas en materias científicas y
en ingeniería, dedicadas a la formación de profesionales y de investigación. La Revolucion
modficio profundamente la agricutlura, aboliendo los derechos feudales y sonsolidando un
régimen de pequeña y mediana propiedad, que constituyo uno de los rasgos caracteristicos de
la economía francesa.

LA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XIX: EL DUALISMO FRANCÉS

Las estructuras protoindustriales se prolongaron y desarrollaron hasta muy avanzado el siglo


XIX, y acompañaron, ayudando y facilitaron el surgimiento de la gran industria. Hasta
mediados del siglo, la producción industrial francesa se basó en la manufactura tradicional
como en la nueva industria moderna. Además de ello, la industria francesa del siglo XIX fue
mano de obra intensiva. Se caracterizó por la movilización y organización sistemática de la
mano de obra que por la introducción masiva de técnicas nuevas. Gran parte de la mano de
obra empleada en la industria seguía viviendo en el campo y trabajando a domicilio.

Desde fines de la década de 1860 hasta mediados de la de 1880, el ritmo de expansión de la


economía francesa se desaceleró, declinando las tasas de crecimiento de la renta nacional y de
la producción industrial. Ello se debió a la crisis de la agricultura y al agotamiento del modelo
de industrialización. Como respuesta a dicha crisis, la industria se modernizó y a partir de la
década de 1880 se aceleró la inversión en equipos. Se difundió masivamente el uso de la
máquina a vapor y, en general, las industrias tradicionales se mecanizaron. Al mismo tiempo se
desarrollaron la industria metalúrgica y la química, y aparecieron otras nuevas como la
construcción de automóviles, o la de material fotográfico. En esta etapa se incrementó la
financiación bancaria de las inversiones industriales y creció el número de sociedades
anónimas.

LOS SECTORES DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL

Entre los países industriales del continente, Francia fue, junto a Suiza, el que tuvo una menor
dotación de recursos naturales. Se caracterizó por la lenta difusión de la maquina a vapor y el
papel menos protagónico jugado por la industria del hierro y la del carbón. Una parte
significativa de la demanda de carbón se cubría con las importaciones desde Bélgica.

También la producción de hierro en el área noroccidental era inferior a la belga. La protección


aduanera favoreció el desarrollo de la industria de la siderurgia desde la década de 1820, con
el aporte de técnicos belgas e ingleses, y la utilización de los nuevos métodos de producción.
En Francia también hubo abundancia de la energía hidráulica que favoreció la industria del
hilado que se mecanizo rápidamente desde la década de 1820.

LAS EMPRESAS Y LOS EMPRESARIOS

En la industria francesa para la primera mitad del siglo XIX no siempre la opción más racional
era la modernización tecnológica. Los métodos de producción tradicionales presentaban una
serie de ventajas, y el sistema industrial funcionaba con mínimos costos y con los menores
riesgos.

LA INDUSTRIALIZACIÓN DE ALEMANIA

Alemania arrancó su revolución industrial en la década de 1840 y en vísperas de la Primera


Guerra Mundial había logrado superar a Gran Bretaña y se había transformado en la principal
potencia económica europea.

ANTECEDENTES

A principios del siglo XIX, el mayor obstáculo alemán era el desorden institucional: su territorio
estaba fragmentado en muchas unidades políticas independientes creando trabas para la
formación de un mercado interno unificado. El comercio interior se veía limitado por
innumerables barreras aduaneras, diferentes monedas, y monopolios comerciales. Además,
seguían subsistiendo rasgos feudales y lazos de servidumbre en áreas rurales.

En contrapartida, Alemania contaba con condiciones ventajosas para motorizar el proceso de


industrialización: disponibilidad de recursos naturales (principalmente hierro y carbón), una
fuerte tradición de la industria doméstica y artesanal, y un sistema educativo avanzado.

Una de las particularidades de la industrialización alemana fue el avance simultáneo de la


tecnología manufacturera y de la conversión en una economía de mercado. A medida que
avanzaba el proceso, el este proveía al oeste de materias primas y alimentos, y el oeste le
vendía al este productos manufacturados.

La importancia de la industria textil fue limitada, y los sectores de punta fueron la industria
pesada y la de bienes de capital. También recibió el aporte e capitales extranjeros e importó
insumos industriales y bienes de capital. Más tarde, la industria local sustituyó paulatinamente
las importaciones, y la inversión contó con fuentes de financiación interna.

LAS ETAPAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

La primera industrialización se da entre 1780 y 1830-40. Se caracteriza por ser el comienzo de


la mecanización, donde se llevaron a cabo reformas institucionales que favorecen la
liberalización del comercio y de los mercados de mano de obra y de la tierra.

La Revolución Industrial tuvo lugar entre 1840-50 y 1870, donde se desarrolló el ferrocarril y su
impacto sobre la industria del carbón, la del hierro, y la de las maquinarias.

La fase industrial madura se ubica entre 1870 y la Primera Guerra Mundial, y coincide con la
difusión de la industria moderna y con la aceleración del cambio estructural y de urbanización.
LA PROTOINDUSTRIALIZACIÓN

Desde el siglo XVI, en varias áreas rurales se había expandido la producción industrial
orientada hacia la exportación, basada en el sistema de industria a domicilio. Esta actividad se
incrementó a lo largo del siglo XVIII, favoreciendo la industria textil y metalúrgica. También,
potenció la acumulación de capitales, la capacitación de la mano de obra, y el desarrollo de los
circuitos comerciales dentro y fuera del territorio alemán.

LA PRIMERA INDUSTRIALIZACIÓN (1780-1840)

En primer lugar, fueron removidos muchos de los obstáculos de orden institucional y legal que
facilitaron el desarrollo industrial. Con las guerras napoleónicas se alteraron las estructuras
tradicionales, y las nuevas legislaciones debilitaron las instituciones feudales. Paulatinamente,
fue desapareciendo la servidumbre en las áreas rurales, y se liberalizó la actividad industrial,
suprimiendo los privilegios gremiales. Estas medidas no tuvieron efectos inmediatos, pero
permitieron liberar mano de obra e integrar la población campesina del mercado.

En 1834, se constituyó una unión aduanera, el Zollverein¸ que permitió la integración


económica de la mayor parte de los territorios que más tarde formaron el imperio alemán. El
comercio interior se unificó gracias a la abolición de aduanas interiores, y se establecieron
aranceles comunes para el comercio exterior.

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (1840-1870)

A partir de la década de 1840, la modernización de la industria se aceleró gracias a la


construcción de ferrocarriles y a los eslabonamientos que generaron. Esto permitió reducir los
costos de transporte e integrar el mercado interno, y se complementó con la de canales y
carreteras. También, hizo posible el transporte terrestre a larga distancia del carbón,
contribuyendo la difusión de la maquina a vapor y el desarrollo de la industria. El impacto más
significativo sobre el sector industrial fue el impulso que dieron a la expansión y modernización
de la industria siderúrgica y mecánica que lideraron la industrialización.

El desarrollo de la siderurgia se vio favorecido por la disponibilidad de yacimientos de hierro y


carbón, que impulsó la innovación tecnológica para poder explotar dichos yacimientos.

LA INDUSTRIALIZACIÓN MADURA (1870-1914)

Por las dimensiones económicas y su adelanto tecnológico, se convirtió en el país mas


desarrollado del continente europeo, y en algunos sectores sobrepaso a Inglaterra. Entre 1873
y 1914, se triplicó el PIB, y mejoró su actividad industrial. La población urbana estaba mucho
menos concentrada en grandes ciudades y dispersas en el territorio.

La expansión en las últimas décadas del siglo XIX, permitió incrementar las exportaciones de
productos industriales, sobre todo de bienes de consumo a mercados urbanos de Europa
Occidental y a Estados Unidos.

Por la innovación tecnológica e industrial, Alemania fue uno de los centros de irradiación de la
Segunda Revolución Industrial, caracterizada por la expansión de la siderurgia, y la producción
de bienes de capital, la industria química, y la del equipo y material eléctrico.
EDUCACION, CIENCIA, Y DESARROLLO TECNOLÓGICO

En el siglo XIX, el sistema educativo alemán fue el mas avanzado del continente europeo, y
creció la escolaridad lo cual generó un alto nivel de instrucción básica de extensos sectores de
la sociedad. Se estableció la enseñanza profesional, técnica, y científica, y la formación de
escuelas reemplazo el sistema de aprendizaje en puestos de trabajo. Las universidades fueron
pioneras en la adquisición del conocimiento y se orientaron al desarrollo de la física, química,
medicina y tecnología industrial.

El gobierno promovió institutos de investigación científica que mantuvieron lazos con las
universidades, escuelas técnicas y grandes empresas industriales. El desarrollo de la industria
comenzó a estar crecientemente subordinado al de la ciencia.

EL PAPEL DEL ESTADO

Crearon condiciones para una economía de mercado y mas tarde la Union Europea. Hasta
mediados de la década de 1870, la modernización del sistema de comunicaciones fue
impulsada a partir de la adquisición de compañías ferroviarias y la construcción de líneas.
También, fijó las tarifas ferroviarias y promocionó las actividades industriales y exportaciones.

A fines de los años setenta, aplicaron un proteccionismo tanto para industria como para
agricultura, por la crisis económica de comienzo de década. Estos favorecieron la expansión de
las exportaciones industriales alemanas, ya que las empresas pudieron vender a precios
elevados en el mercado interno, y a precios bajos en el mercado externo, practicando políticas
de dumping.

EL PAPEL DE LOS BANCOS

Fue el país europeo que existió la relación más estrecha entre crédito bancario y desarrollo
industrial. La construcción de ferrocarriles, creó una creciente demanda de capital que
favoreció la creación de nuevas instituciones financieras. Hacia 1850, nacieron en Alemania los
bancos de créditos que proveyeron la mayor parte del capital invertido en el sector ferroviario.
A mediados del siglo XIX, se crearon los bancos de inversión, que combinaron
la función comercial con la de inversión. Fueron accionistas de las grandes empresas
industriales y comenzaron a participar de su dirección.

LAS EMPRESAS Y EMPRESARIOS

Con el incremento paulatino del número de sociedades anónimas desde los años setenta se
aceleró el proceso de separación entre propiedad y gestión. Así es como surgió la empresa
moderna al final del siglo XIX. La competitividad entre ellas reposó en la eficiencia de su
organización. Además, fueron tecnológicamente innovadoras y contaron con sus propios
laboratorios de investigación científica y desarrollo tecnológico. La cooperación entre
empresas, llevaron a la formación de Kartel, es decir, asociaciones entre empresas en las que
cada una conservaba su independencia. Dichos acuerdos tenían como objeto el control del
mercado, para contrarrestar caídas de precios y sobreproducción en la época de Gran
Depresión. Sirvieron para limitar la competencia y controlaron el mercado de forma
monopólica.
LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS

ANTECEDENTES

La economía y la industria crecieron de forma sostenida en el transcurso de todo el siglo. El


proceso de industrialización se vio favorecido por la disponibilidad de recursos naturales y por
la existencia de un inmenso mercado interno. En la etapa colonial, la economía
estadounidense era fundamentalmente agraria: en el norte predominaban las exportaciones
agrícolas familiares, y en el sur, las grandes plantaciones esclavistas.

LAS ETAPAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

Las primeras tentativas industriales, entre fines de la década de 1780 y 1820, se caracterizaron
por la producción industrial expansiva y el comienzo de la mecanización, sobre todo en la
industria textil. La industrialización tropezó con dificultades considerables: en primer lugar, la
exigüidad y dispersión del mercado interno; también, por la escasez de mano de obra y
capitales, y el alto costo de trabajo. Al mismo tiempo, las posibilidades de desarrollo industrial
se vieron estimuladas por la expansión del comercio exterior. La ruptura con Inglaterra alteró
las viejas prácticas comerciales y abrió nuevas regiones de intercambio. El boom del algodón
contribuyó al desarrollo de la actividad comercial, el transporte y el sistema financiero, y la
acumulación de capitales.

La era de la industrialización, entre 1820 y 1860, fue el periodo en el que la industria


manufacturera se afirmó en una serie de sectores, con el liderazgo de la industria textil.
Comenzó un proceso de crecimiento de la población, de urbanización, y de disponibilidad de
energías y servicios. El desarrollo industrial y la difusión del sistema de fábrica se vieron
estimulados por la construcción de ferrocarriles. La industria textil generó fuentes de
eslabonamientos hacia atrás y hacia adelante: impulsó la fabricación de maquinaria textil, que
fueron el punto de partida del desarrollo de la industria mecánica.

La afirmación de EEUU como nación industrial se dio entre 1860 y 1914, cuando la industria
incrementó su participación en el producto nacional, a expensas de la agricultura, y el proceso
de urbanización se aceleró. El mercado interno se amplió gracias al crecimiento de la
población, y se convirtió en un mercado de masas como consecuencia de la extensión de la red
ferroviaria y de la difusión del uso del telégrafo. En la industria, el proceso de innovación
tecnológica fue constante, y las ramas que más crecieron fueron la del hierro y el acero, la
mecánica y la producción de bienes de consumo durables. Junto con la expansión y la
transformación de la industria, hubo variaciones en su distribución regional, declinando el
peso relativo del nordeste a favor de la zona de los Grandes Lagos, que fue la principal área
productora de hierro y acero, y de la industria automotriz. En 1914, EEUU fue el país más
industrializado del mundo.

LA POBLACION, EL MERCADO INTERNO, Y LOS RECURSOS NATURALES

A diferencia de los países europeos, la industrialización de Estados Unidos se basó casi


exclusivamente en el mercado interno. Tras el fin de la Guerra de Sucesión, Estados Unidos se
convirtió en el principal abastecedor de granos y carnes para el mercado británico, y
mantuvieron dicha posición hasta que fueron desplazados a fines de siglo por Canadá,
Australia, y Argentina.

La fuerza del mercado interno no solo se explica por el número de habitantes, sino también
por su capacidad de demanda y por la integración de la población al mercado. En este sentido,
el proceso de urbanización y la política de distribución de tierras, que favoreció la
conformación de un amplio estrato de propietarios rurales, crearon una fuerte demanda que
pudo ser cubierta a medida que el desarrollo de los transportes fue unificando el territorio.

Además, Estados Unidos contaba con una dotación importante de recursos naturales: poseían
vastas tierras fértiles y excepcionales recursos minerales en oro, hierro, carbón, y petróleo.
Contaban, también, con abundante madera y cursos de agua en las primeras zonas
industriales, lo que permitió obtener energía barata antes de que comenzara la explotación de
carbón.

LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA

La competitividad de la industria se basó, prioritariamente, en su eficiencia y en su elevada


productividad, y ella derivó de la utilización de métodos de producción capital intensiva. Eso se
dio también en la agricultura, en la que el empleo de maquinarias se difundió tempranamente.
Uno de los factores determinantes en el proceso de industrialización estadounidense fue la
adopción de tecnología que le permitió ahorrar mano de obra, a partir de la difusión de las
innovaciones que se habían desarrollado en Gran Bretaña. En muchos casos, las innovaciones
tecnológicas consistieron en mejoras técnicas de uso, entre los que se destaca la utilización de
piezas intercambiables en la fabricación de bienes industriales.

La particularidad de del sistema de piezas intercambiables consistía en que se trataba de un


método para producir mecanismos cuyos componentes podían ser usados indistintamente en
otros mecanismos, sin necesidad de ajustes lo cual simplificaba la reparación y mantención.

Tras su inicio en la industria de armamentos en las primeras décadas del siglo XIX, el método
fue de perfeccionado y aplicado a distintas subramas de la metalmecánica.

Otro de los rasgos fundamentales fue la producción de bienes estandarizados destinados al


mercado de masas. Las características de la demanda requerían bienes relativamente
homogéneos, lo cual estimuló la utilización de maquinaria de producción.

La competitividad de la industris no fue solo producto de la innovación tecnológica, sino


también, por la organizativa que generaron un incremento de la eficiencia y reducción de
costos de producción.

A principios del siglo XX, el American System, perfeccionado con la organización científica del
trabajo y la cadena de montaje, se difundió para la organización de las grandes empresas
industriales europeas.
EL PAPEL DEL ESTADO

Desde la declaración de su independencia, Estados Unidos aplicaron políticas proteccionistas


que se mantuvieron a lo largo de los siglos XIX y XX. La protección aduanera a través de
elevados aranceles para la importación tuvo dos objetivos: proveer al Estado de recursos y
favorecer el desarrollo de la industria local. Dichos aranceles contribuyeron al desarrollo
industrial, al bienestar de la población, y al crecimiento económico.

LA REVOLUCIÓ DE LOS TRANSPORTES

A comienzos del siglo XIX, el elevado costo del transporte interior limitaba la posibilidad de
explotar los recursos naturales del territorio, además de las distancias grandes entre las
regiones. La vía de comunicación por excelencia fueron los ríos y los canales. En la década de
1810 comenzó la utilización de buques de vapor en los ríos y se construyo una compleja red de
canales entre 1820 y 1830, que agilizo el comercio interregional y permitio la conexión entre
los principales centros urbanos. En 1830, comenzó la construcción de ferrocarriles, que tuvo su
boom entre fines de 1840, y principios de 1850.

LAS EMPRESAS Y LOS EMPRESARIOS

Las grandes empresas modernas comenzaron a dominar la economía estadounidense a partir


de la segunda mitad del siglo XIX. Las primeras fueron los ferrocarriles, por cuya dimensión y
complejidad se erigieron en el escenario del desarrollo de nuevas formas de gestión. Las
modernas empresas industriales nacieron a fines del mismo siglo junto con la producción y la
distribución en gran escala, favorecidas por el mercado y el sistema de transportes y
comunicaciones. Otro de los factores importantes que condiciono las empresas fue el proceso
de innovación tecnológica.

La producción estaba concentrada en unos pocos establecimientos grandes, y estas empresas


oligopólicas se transformaron en multinacionales a comienzos del siglo XX, caracterizadas por
la integración de producción y distribución a gran escala.

La forma de propiedad característica fueron las sociedades anónimas y la principal fuente de


financiación fue el mercado de capitales, en el que los bancos de inversión tuvieron un papel
destacado.

LAS REGIONES DE INDUSTRIALIZACIÓN

En la región del nordeste, la primera industria fue la Nueva Inglaterra, el principal centro de
desarrollo de las industrias textil y mecánica. Fue la zona más poblada y urbanizada de la
época, y contaba con los mejores servicios comerciales y financieros.

Ese eje se desplazó alrededor de la década de 1860 hacia la región de los Grandes Lagos,
donde se desarrollaron nuevas actividades industriales, principalmente la siderúrgica.

El sur y oeste fueron grandes productoras agrícolas. Abastecieron a las industrias y a las
poblaciones del nordeste, y fueron mercados de consumo para la producción del norte.
El sur fue hasta el fin de la Guerra de Sucesión una zona de plantación esclavista, cuya principal
producción era la de algodón.

LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Se caracterizó por un conjunto de innovaciones técnico-industriales, fundadas en el acero


barato, la química, la electricidad, el petróleo, el motor de combustión interna, la nueva
empresa moderna, y la nueva gestión y organización industrial, que emergen en el último
tercio del siglo XIX. Se trata de una revolución tecnológica que se distingue por su capacidad de
transformar el sistema productivo de una economía industrializada en su conjunto, y que tiene
un impacto global en la dinámica de crecimiento económico, en las formas socio-
institucionales, y en el régimen de acumulación de capital.

LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES

LOS FERROCARRILES

Tuvo un impacto en la integración de los mercados y en el incremento de la demanda de


bienes industriales generada por su construcción. En la década de 1830, comenzó a utilizarse la
energía a vapor para accionar medios de transporte por tierra y por agua, para el ferrocarril y
para los barcos a vapor. Los primeros medios de transporte accionados por electricidad
aparecieron hacia fines del siglo XIX, y, los aéreos, en el siglo XX.

El vapor reemplazó la energía animal en el transporte por tierra y a la del viento, la corriente, y
los remos en el transporte por agua.

Los ferrocarriles pudieron construirse en cualquier tipo de terreno y contribuyeron al


desarrollo de nuevas formas de financiación y de organización de las empresas.

LA NAVEGACIÓN A VAPOR

Permitieron a Europa salir hacia el resto del mundo generando competencia entre la
producción europea y la no europea.

LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA

El proceso de industrialización de la primera mitad del siglo XIX tuvo en la trilogía constituida
por la industria del hierro, el uso del carbón de piedra, y la utilización de la maquina a vapor, el
generador de las innovaciones tecnológicas, que hizo posible la revolución económica mundial,
desarrollando la productividad y el ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas de la Segunda
Revolución Industrial lograron actualizar y relanzar la tecnología e la Primera Revolución
Industrial a través de una serie de perfeccionamientos de la tecnología a vapor y la del hierro
por medio del acero y las turbinas, y también en la producción y el consumo del carbón.

EL CARBÓN

Tuvo la supremacía absoluta como fuente de energía. El aumento de la producción junto a la


reducción de sus costos condujo a una tendencia hacia la baja de su precio. Se abrió así la
posibilidad de un insumo básico barato, de uso extensivo y con una oferta elástica.
DE LA EDAD DEL HIERRO A UNA EDAD DEL ACERO

La industria el hierro experimento una de las más profundas transformaciones del aparato
productivo, basado en el desarrollo de la industria del acero. Fue el puntapié de la Segunda
Revolución Industrial.

Entre mediados de la década de 1850 y fines de la del 70, la elaboración del acero fue objeto
de notables innovaciones tecnológicas: la primera fue el proceso Bessemer, que permitió
elaborar acero directamente de hierro fundido, eliminando el proceso de pudelado y
ofreciendo un producto mejor, desplazando al hierro ordinario; en la década de 1860, se
desarrolló un horno que generaba productos de mayor calidad; en 1878, se construyó un
convertidor que consistía en revestir el horno de solera abierta o el convertidor de Bessemer
con piedra caliza y otras materias básicas. El encadenamiento de estas innovaciones redujo los
costos de producción notablemente y, como resultado de estos procesos, la producción
mundial de acero aumento. La expansión de la industria tuvo un impacto global en todo el
sistema económico. Funciono como factor de retroalimentación tanto en las industrias que la
abastecían como en las que se servían de él. También, permitió construir barcos más grandes,
ligeros, rápidos, y acorazados de guerra. El uso de vigas de acero hizo posible la construcción
de importantes obras y de industrias pesadas como la mecánica, la metalurgia, la química, y la
fabricación de equipos de generación eléctrica.

LA CONTINUIDAD DE LA TECNOLOGÍA DEL VAPOR COMO FUERZA MOTRIZ

La máquina a vapor mantuvo el papel estelar de maquina generadora de fuerza motriz. Sin
embargo, la industrialización la supero incrementando su eficiencia y eficacia técnico-
productiva, en virtud de una serie acumulativa e interrelacionada de innovaciones que
mejoraron y perfeccionaron su funcionamiento.

Otro de los avances más importantes de la segunda mitad del siglo XIX fue la introducción de
máquinas compuestas, de doble y triple tracción. No obstante, estas enormes instalaciones
eran inadecuadas para el nuevo uso de la energía de vapor: la generación eléctrica. La
tecnología a vapor pudo desarrollar la turbina de vapor que, hacia 1880, se aplicó con éxito
para la generación de electricidad, y alcanzó a desplazar a la hidráulica.

EL PETRÓLEO Y EL MOTOR DE COMBUSTIÓN INTERNA

El petróleo tiene un mayor poder calórico y es de más fácil transporte que el carbón. Hacia
1859 empezó su explotación comercial en los Estados Unidos, primordialmente como fuente
de iluminación.

De esta forma, hasta la primera década del siglo XX, el petróleo había sido empleado para fines
limitados, hasta que el motor a combustión interna lo transformo en la principal fuente de
energía para todo tipo de equipo de transporte. Hacia 1890, se comenzó a experimentar con
motores a combustión interna y, en 1900, se utilizó para transporte ligeros como automóviles.
LA ELECTRICIDAD

En 1831, surgió el descubrimiento del fenómeno de inducción electromagnética y se inventó


un generador manual, se desarrolló el telégrafo eléctrico, y la radio. Sin embargo, su difusión
se retrasó por las dificultades que implicaba la invención de un generador económico eficaz.

Hasta ese momento, la electricidad como fuente de iluminación competía con el gas natural y
el querosén, derivados del petróleo. Entre 1878 y 1880, el perfeccionamiento de la lámpara
eléctrica incandescente inauguró una nueva era de la industria eléctrica. La última década del
siglo fue testigo de importantes adelantos en el transporte de la corriente eléctrica. La
electricidad es una de las formas de energía más versátiles y tiene una multitud de
aplicaciones prácticas.

Los motores eléctricos y equipos de maquinarias eléctricas fueron encontrando decenas de


aplicaciones industriales. La electricidad también podía utilizarse para producir calor y
emplearse en la metalurgia. Además, fue trascendental la su aplicación para el desarrollo de
los medios de comunicación a larga distancia. Después de la Gran Guerra, con el desarrollo de
las centrales generadores termoeléctricas, la corriente eléctrica se convierte en un servicio
público por excelencia.

LA INDUSTRIA QUÍMICA

En principio, la ciencia química demostró ser especialmente prolífica en el nacimiento de las


innovaciones, nuevos productos y nuevos procesos productivos. Fue, al igual que la
electricidad, un sector donde se manifestó muy claramente el decisivo papel que tuvo la
investigación científica como factor de crecimiento.

Su principal innovaciones comenzó con la industria de colorantes sintéticos. A partir de ahí, se


desprendieron nuevas ramas hacia la industria farmacéutica, los explosivos, las fibras, las telas
artificiales, y la industrialización de residuos minerales.

También tuvo sus efectos en la rama metalúrgica al actuar como medio para el descubrimiento
de nuevos metales.

En la rama alimenticia, dieron origen a la agricultura científica, y permitió que las regiones de
ultramar pudieran exportar hacia Europa alimentos perecederos gracias a la producción,
procesado, y conservación de alimentos.
EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

LOS CICLOS ECONÓMICOS

Junto con el proceso de industrialización, aparecieron nuevos tipos de fluctuaciones


económicas acentuados en los rendimientos agrícola, y desaparecen las hambrunas periódicas
y emergen nuevos tipos de ciclos específicos: los largos o de Kondratieff, de 50 años de
duración; y los ciclos de corta duración o comerciales, o de Juglar, que se componen de 4 o 5
años de buenos negocios. Con respecto a los factores causales de las crisis, se pueden
distinguir tres grandes posturas: la primera, las explicaciones que priorizan factores financieros
y/o monetarios; la segunda, los modelos que parten de las relaciones entre producción y
consumo, de sobreproducción relativa o sobreconsumo relativo; y, por último, las
interpretaciones que relacionan los ciclos económicos con las innovaciones tecnológicas.

LA EXPANSIÓN DE 1850 A 1873

La primera gran oleada de la industrialización generó un rápido y enorme crecimiento de la


economía mundial que tuvo lugar entre el comienzo de la década de 1850 y 1873, la onda
larga de alza de precios del ciclo de Kondratieff. Hubo un desarrollo de una expansión
industrial sin riesgos con una reducida competencia y con mercados ilimitados en su
capacitación de absorción, que empujaron hacia arriba el volumen del comercio exterior.

LA ERA DEL LIBRECAMBIO

Entre 1860 y 1875 surgió de manera progresiva un sistema mundial extensivo de flujos de
capital, trabajo, y mercancías, prácticamente sin restricciones. Toda Europa quedó integrada
en torno al sistema de libre comercio, mientras que Estados Unidos siguió siendo
proteccionista. Al mismo tiempo, la adopción general de un patrón oro por las monedas de las
principales naciones simplificó las operaciones en un solo sistema mundial de comercio libre y
multilateral. Este régimen favoreció el comercio internacional, lo integró, y lo multiplicó.
Promovió la difusión y transmisión de la tecnología, alentando a la eficiencia técnica y el
aumento de la productividad.

Entre 1830 y 1870, Inglaterra era el taller del mundo, debido a su altísimo nivel de producción
y exportación de bienes industriales.

La especialización productiva termina beneficiando a todas las naciones que la practican. Era
posible aumentar la producción total de los bienes, abaratar costos, y disminuir precios, sin
utilizar para ello mayor cantidad de horas de trabajo. El objetivo que movía a las industrias
británicas hacia la apertura económica era una reducción del costo de las materias primas
industriales, y del precio de los alimentos para no aumentar los salarios industriales. La política
adquirió una orientación favorable a la modernización y liberalización de la economía agraria.
Durante 1850-1860, se consolidó la política liberal, lo que significó la total adhesión de
Inglaterra al libre comercio: podía exportar a menor precio que nadie carbón, bienes
intermedios y bienes de consumo manufacturados, además de maquinaria. Por otro lado, se
veía beneficiada por la reducción de los precios de los alimentos y los de la materia prima en el
mercado mundial.
El relativo declive de Gran Bretaña se evidenció cuando hacia 1890 fue sobrepasada por
Alemania y Estados Unidos. Además, con respecto a los lazos comerciales con los países de
ultramar, las importaciones aumentaron más que las exportaciones.

Desde la década de 1840, otros países europeos fueron adoptando el librecomecio. En Francia,
desde principios de 1850, las nuevas y arrolladoras ideas del liberalismo económico y del libre
cambio fueron ganando voluntad. Los sectores sociales y políticos que se negaban a la
apertura de la economía eran todavía lo suficientemente poderosos. Los círculos industriales
franceses se consideraban aún mal preparados para hacer frente a la competencia inglesa. Por
ello mismo, el Estado se comprometió a contribuir fuertemente en las transformaciones
necesarias y costosas, mediante créditos, la demanda estatal, y una política de obra pública.

En los siguientes años a 1860, la mayoría de los países europeos firmarían con Francia e
Inglaterra tratados comerciales vinculado a todos los países europeos en una red cada vez más
extensa de libre cambio y reduciendo automáticamente los derechos aduaneros al más bajo
nivel.

Las consecuencias de la difusión del liberalismo ligado a la expansión mundial de la Revolución


Industrial fueron extraordinarias para el comercio internacional.

LA GRAN DEPRESIÓN DE 1873 A 1896

Entre las décadas de 1870 y 1890, la Revolución Industrial se extendió progresivamente a otros
países europeos, mientras tanto, otros de ultramar, se integraban en el mercado mundial. En
consecuencia, la producción y el comercio, lejos de estancarse, continuaron aumentando en
forma sustancial, aunque a un ritmo menos que antes. La depresión fue el resultado de
factores reales: de la reducción de los costos de elaboración de muchos productos y, en
especial, del descenso de los costos de transporte gracias a los ferrocarriles y barcos a vapor.

La competencia se había intensificado ante mercados que no crecían al ritmo de una


producción inducida por nuevos adelantos tecnológicos. Lo que más preocupaba era la
prolongada deflación de los precios agrícolas e industriales ante un incremento del volumen de
los bienes, una depresión del interés, y un descenso alarmante de los beneficios capitalistas.
Lo que estaba en juego no era la producción, sino la rentabilidad. La crisis de 1873 puso fin a la
época del librecambio y en su reemplazo renació el proteccionismo económico, para
resguardar la producción de sus economías nacionales de la competencia de bienes
importados.

EL RETORNO DEL NEOMERCANTILISMO PROTECCIONISTA

Después de la crisis de 1873, la Gran Depresión se encargaría de invertir la coyuntura de alza


del librecambio y generaría una vuelta al proteccionismo. El mal tiempo afectaba a los precios
y a la rentabilidad del capital. Desbordaban los productos agrícolas e industriales, y la
competencia se volvía más intensa y agresiva. Aparecida la depresión, las industrias
siderúrgica, metalúrgica, y textil pidieron protección al Estado, frente a la competencia de los
países más avanzados y a una reducción del mercado mundial, a medida que otros nuevos
países empezaban a industrializarse. También, la nobleza terrateniente alemana veía perder
para sus productos los mercados de exportación de Europa noroccidental y su propio mercado
interno. Fue así como la industria y la ganadería se alinearon contra el librecambio.

En 1879, el Parlamento alemán, fijo por ley, para los productos agrarios y metalúrgicos
importados, fuertes aranceles y restricciones. Logró resguardar los intereses de los
terratenientes que iniciaron un proceso de modernización del campo. En cuanto a sectores
industriales, aprovechando el cierre de las fronteras a la importación, desplegaron
mecanismos de dumping: vender a precios más elevados en el mercado interno para poder
vender más barato que sus competidores en sus propios países y en otros mercados externos.
Esto promovió significativamente las exportaciones industriales alemanas. Como
contrapartida, los sectores consumidores y asalariados fueron los que tuvieron que soportar
con precios más elevados que en el exterior la expansión de la producción y de las
exportaciones alemanas. A mediados de la década de 1890, la industria alemana había
conquistado el primer puesto en Europa, desplazando a Gran Bretaña.

Francia adoptó medidas proteccionistas debido a la actitud de Alemania, su principal


competidor en el continente. Entre 1881 y 89, se aplicaron derechos aduaneros ante la presión
de los distintos sectores de la producción, es especial, en favor de la industria. En la década de
1890, cuando la economía alemana era la primera en Europa, Francia se orientó aún más hacia
el proteccionismo.

Entre 1880 y 95, se desató una serie de guerras de aranceles que fueron incorporando
progresivamente las naciones europeas. La difícil situación por la deflación de los precios y
beneficios junto a la creciente amenaza de la competencia internacional, enrareció el clima de
los negocios con un caliente enfrentamiento aduanero. Solo Gran Bretaña, Bélgica, Holanda,
Suiza, y Dinamarca continuaron adheridas al librecambio. Los Estados Unidos había oscilado
durante el siglo XIX entre el libre comercio y un férreo proteccionismo, más el segundo que el
primero. Pero, desde antes de 1870, el país se convirtió en una de las economías nacionales
más proteccionistas del mundo.

La deflación de los precios, de los beneficios y del interés fueron la gran perturbación y
malestar económicos de la Gran Depresión. La tasa de crecimiento del comercio internacional,
aunque disminuyó, siguió siendo positiva. La producción mundial tuvo un crecimiento
sustancial. La base geográfica de la economía mundial industrial se expandía. El mercado
internacional de materias primas y alimentos se amplió extraordinariamente, la producción y
el comercio internacional. La periferia europea y las regiones de ultramar se integraban menor
en el mercado mundial gracias al avance impresionante de la infraestructura y el descenso de
los precios en los costos de transporte. Finalmente, la economía mundial era mucho más plural
que antes. El mayor número de economías industriales, cada vez mas competitivas, había
incrementado enormemente la capacidad total.

Para defenderse de la competencia extranjera y sobreproducción, la alternativa que ofrecía el


proteccionismo se presentó a los gobiernos como la más viable y eficaz. El núcleo fundamental
del capitalismo mundial lo constituían cada vez mas las economías nacionales. La
industrialización y la depresión hicieron de ellas un grupo de economías rivales.
El principio teórico del pensamiento clásico, que defendía la idea de que la economía de
mercado no reconocía fronteras, resultaba inadecuado para generar equilibrio y el bienestar
general que el mismo promulgaba. En su lugar, la emergencia de solidas economías nacionales
definidas por las fronteras de los Estados aparecía como la principal razón del desarrollo
industrial.

Los más protegidos fueron los bienes de consumo y los productos agrícolas. Por el contrario, el
movimiento de capitales y mano de obra a escala mundial nunca se vio influido. Los bienes de
equipo, maquinarias, insumos semielaborados y otras manufacturas específicas, así como
materias primas y alimentos de mayor poder adquisitivo, fueron afectados muy poco por las
barreras aduaneras.

LA BELLE ÉPOQUE DE 1896 A 1913

Durante esta época se equilibró el nivel de precios. La extraordinaria amplitud e intensidad de


la expansión económica, principalmente, de Alemania y Estados Unidos, el desarrollo de
centros industriales en naciones atrasadas de Europa, y el progreso económico de algunos
países de ultramar productores de materia prima, favorecieron el auge de una economía
mundial más articulada. La tasa de crecimiento del comercio internacional se aceleró de nuevo
a tal grado que la economía mundial, a principios del siglo XX, estuvo espectacularmente
integrada e interdependiente en el marco de un sistema multilateral de intercambios y libre
circulación de mano de obra y de capitales.

EL PATRÓN ORO INTERNACIONAL

Era el eje en torno al cual giraban el sistema monetario y el comercio multilateral de las
últimas décadas del siglo XIX. Es un sistema de tipo de cambio fijo, en el que queda ligado al
oro como mercancía patrón. Un país se encuentra dentro del sistema cuando su banco
nacional o central está en condiciones de asegurar la libre convertibilidad de los billetes de
banco y depósitos bancarios en oro, y cuando no impone restricción alguna a la importación y
exportación de oro. La oferta monetaria del país, por lo tanto, está vinculada a las reservas del
oro. La función de un patrón monetario es, entonces, definir la unidad de valor de un sistema
monetario, la unidad de cuenta en la cual son convertibles todas las demás formas de moneda.

El primero fue Inglaterra entre fines del siglo XVII y mediados del XVIII, donde la escasez de
plata y el mayor ingreso de oro aleatorio alteraron la relación fija y desestabilizaron la función
de la unidad de cuenta del patrón bimetálico. El liderazgo británico llevo al conjunto de
Europa, entre 1875 y 1878, se pasara a patrón oro.
LA ECONOMÍA CAMBIA DE RITMO: HOBSBAWM

En cuanto a los economistas y hombres de negocios, lo que preocupaba incluso a los menos
dados al tono apocalíptico era la prolongada “depresión de los precios, una depresión del
interés y una depresión del beneficios”. Lo que estaba en juego no era la producción sino la
rentabilidad.

La agricultura fue la víctima más espectacular de esa disminución de los beneficios y, a no


dudar, constituía el sector más deprimido de la economía y que cuyos descontentos tenían
consecuencias sociales y políticas más inmediatas y de mayor alcance. Las consecuencias para
los precios agrícolas, tanto en la agricultura europea como en las economías exportadoras de
ultramar, fueron dramáticas.

Los decenio de depresión no eran una buena época para ser agricultor en ningún país
implicado en el mercado mundial. La reacción de los agricultores varió desde la agitación
electoral a la rebelión, hasta también la muerte por hambre como ocurrió en Rusia entre 1891
y 1892.

No obstante, las dos respuestas más habituales entre la población fueron la emigración masiva
y la cooperación, la primera protagonizada por aquellos que carecían de tierras o que tenían
tierras pobres, y la segunda, fundamentalmente por los campesino con explotaciones
potencialmente viables.

El mundo de los negocios tenía sus propios problemas. Ningún período fue más deflacionario
que el de 1873-1896, cuando los precios descendieron en un 40 por 100 en el Reino Unido. La
deflación hace que disminuyan los beneficios.

Otra dificultad radicaba en el hecho de que los costes de producción eran más estables que los
precios a corto plazo pues proporcionalmente, al tiempo que las empresas tenían que soportar
también la carga de importantes cantidades de maquinaria y equipos obsoletos, se tardaba
más de lo esperado en amortizar. En algunas partes del mundo, la situación se veía aún más
complicada por la caída gradual del precio de la plata y de su tipo de cambio con el oro.

Una de las soluciones consistía en una especie de monetarismo a la inversa.

La libertad de comercio parecía indispensable ya que permitía que los productores de materias
primas de ultramar intercambiaran sus productos por los productos manufacturados
británicos, reforzando así la simbiosis entre el Reino Unido y el mundo subdesarrollado, sobre
el que se apoyaba la economía británica. Los estancieros argentinos y uruguayos, los
productores australianos y los agricultores daneses no tenían interés alguno en impulsar el
desarrollo de las manufacturas nacionales, pues obtenían pingües beneficios en su calidad de
planetas económicos del sistema solar británico. El Reino Unido continuó mostrándose
partidario del liberalismo económico y al actuar así otorgó a los países proteccionistas la
libertad de controlar sus mercados internos y de impulsar sus exportaciones.

El liberalismo era el anarquismo de la burguesía y, como en el anarquismo revolucionario, en él


no había lugar para el estado. O, más bien, el estado como factor económico sólo existía como
algo que interfería el funcionamiento autónomo e independiente de “el mercado”.
Esta interpretación no carecía de lógica. Por una parte, parecía razonablemente pensar que lo
que permitía que esa economía evolucionara y creciera eran las decisiones económicas de sus
componente fundamentales. Por otra parte, la economía capitalista era global, y no podía ser
de otra forma. El ideal de sus teóricos era la división internacional del trabajo que aseguraba el
crecimiento más intenso de la economía.

El único equilibrio que reconocía la teoría económica liberal era el equilibrio a escala mundial.
Pero en la práctica ese modelo resultaba inadecuado. La economía capitalista mundial en
evolución era un conjunto de bloques sólidos, pero también fluido. Sean cuales fueren los
orígenes de las “economías nacionales” que constituían esos bloques, las economías
nacionales existían porque existían los estados-naciones.

Pero el mundo desarrollado no era tan sólo un agregado de “economías nacionales”. La


industrialización y la depresión hicieron de ellas un grupo de economías rivales, donde los
beneficios de una parecían amenazar la posición de las otras. Lo sólo competían las empresas,
sino también las naciones.

¿Cuales fueron sus consecuencias? Podemos aceptar como cierto que un exceso de
proteccionismo generalizado, que intenta perpetrar la economía de cada estado-nación es
perjudicial para el crecimiento económico mundial. Esto quedaría demostrado en el período
de entre guerras. Pero en 1880-1914, el proteccionismo no era general ni tampoco
excesivamente riguroso y quedó limitado a los bienes de consumo y no afectó al movimiento
de mano de obra y a las transacciones financieras internacionales. En conjunto, el
proteccionismo industrial contribuyó a ampliar la base industrial del planeta, que carecían
también a un ritmo vertiginoso.

No obstante, si el proteccionismo fue la reacción política instintiva del productor preocupado


ante la depresión, no fue la respuesta económica más significativa del capitalismo a los
problemas que le afligían. Esa respuesta radicó en la combinación de la concentración
económica y la racionalización empresarial que comenzaba ahora a servir de modelo, los trust
y “la gestión financiera”.

Pero el control del mercado y la eliminación de la competencia sólo eran un aspecto más
general de concentración capitalista y no fueron ni universales no irreversibles. La
concentración avanzó a expensas de la competencia de mercado, las corporaciones a expensas
de las más pequeñas y que esa concentración implicó una tendencia hacia el oligopolio.

La presión sobre los beneficios en el período de la depresión, así como el tamaño y la


complejidad cada vez mayor de las empresas, surgió que los métodos tradicionales y empíricos
de organizar las empresa, y en especial la producción, no eran ya adecuados. Así surgió la
necesidad de una forma más racional o “científica” de controlar y programar las empresas
grandes y deseosas de maximizar los beneficios. La tarea en la que conectó inmediatamente
sus esfuerzos el “taylorismo” y con la que se identificaría ante la opinión pública la “gestión
científica” fue la de sacar mayor rendimiento a los trabajadores. Ese objetivo se intentó
alcanzar mediante tres métodos fundamentales:
1. aislando a cada trabajador del resto del grupo y transfiriendo el control del proceso
productivo a los representantes de la dirección;

2. una descomposición sistemática de cada proceso en elementos componentes


cronometrados;

3. sistemas distintos de pago de salario que supusieron para el trabajador un incentivo


para producir más.

Henry Ford, se identificaría con la utilización racional de la maquinaria y la mano de obra para
maximizar la producción.

La “mano visible” de la moderna organización y dirección sustituyó a la “mano invisible” del


mercado anónimo de Adam Smith.

Existía una tercera posibilidad para solucionar los problemas del capitalismo: el imperialismo.

Debemos mencionar un resultado final, o efecto secundario, de la gran depresión. Fue


también una época de gran agitación social. La depresión produjo la movilización masiva de las
clases obreras industriales en numerosos países y, desde finales del decenio de 1880, la
aparición de movimientos obreros y socialistas de masas en algunos de ellos.

Al final del capitulo, Eric Hobsbawm realiza una síntesis de lo que fue la economía durante el
imperio. En primer lugar, su base geográfica era mucho más amplia que antes. El sector
industrial y en proceso de industrialización se amplió, en Europa mediante la revolución
industrial que conocieron Rusia y otros países. El mercado internacional de materias primas se
amplió extraordinariamente lo cual implicó también el desarrollo de las zonas dedicadas a su
producción y su integración en el mercado mundial. Argentina se convirtió en un gran
exportador de trigo en la misma época, y cada año, contingentes de trabajadores italianos
cruzaban en ambos sentidos los 16000 km del Atlántico para recoger la cosecha, La economía
de la era del imperio permitía cosas tales como que Bakú y la cuenca de Donetz se integraran
en la geografía industrial, que Europa exportara productos y mujeres a ciudades de nueva
creación y que se erigieran teatro de ópera sobre los huesos de indios enterrados en ciudades
surgidas al socaire del auge del caucho.

La economía mundial era mucho más plural que antes. El Reino Unido dejó de ser el único país
totalmente industrializado y la única economía industrial. La era del imperio se caracterizó por
la rivalidad entre los diferentes estados. Además, las relaciones entre el mundo desarrollado y
el sector subdesarrollado eran también más variadas y complejas.

Ese pluralismo creciente de la economía mundial quedó enmascarado hasta cierto punto por la
dependencia que se mantuvo e incluso se incrementó de los servicios financieros, comerciales
y navieros con respecto al Reino Unido.

La tercera característica de la economía mundial es la más obvia: la revolución


tecnológica. Fue en este período cuando se incorporaron a la vida moderna el teléfono y la
telegrafía sin hilos. Se llama “segunda revolució industrial” a la gran innovación que consistió
en actualizar la primera revolución industrial mediante una serie de perfeccionamientos en la
tecnología del vapor y del hierro por medio del acero y las turbinas.

La cuarta característica es una doble transformación en la estructura y modus operandi de la


empresa capitalista. Por una parte, se produjo la concentración de capital, el crecimiento en
escala que llevó a distinguir entre “empresa” y “gran empresa”.

La quinta característica es que produjo un una extraordinaria transformación del mercado de


los bienes de consumo: un cambio tanto cuantitativo como cualitativo. Con el incremento de
la población comenzó a dominar las industrias productoras de bienes de consumo. A largo
plazo. este fenómenos fue más importante que el notable incremento del consumo en las
clases ricas y acomodadas, cuyos esquemas de demanda no variaron sensiblemente. Fue el
modelo de T de Ford el que revolucionó la industria del automóvil. Al mismo tiempo, una
tecnología revolucionaria y el imperialismo contribuyeron a la aparición de una serie de
productos y servicios nuevos para el mercado de masas.

Todo ello implicó la transformación so sólo de la producción, mediante lo que comenzó a


llamarse “producción masiva”, sino también de la distribución, incluyendo la compra a crédito,
fundamentalmente por medio de los plazos.

Esto encajaba perfectamente con la sexta característica de la economía: el importante


crecimiento, tanto absoluto como relativo, del sector terciario de la economía, público y
privado.

La última característica de la economía es la convergencia creciente entre la política y la


economía, es decir, el papel cada vez más importante del gobierno y del sector público.

La democratización de la política impulsó a los gobierno, muchas veces renuentes, a aplicar


políticas de reforma y bienestar social, así como iniciar una acción política para la defensa de
los intereses económicos de determinado grupos de votantes contra la concentración
económica. Por otra parte, las rivalidades políticas entre los estados y la competitividad
económica entre grupos nacionales de empresario convergieron contribuyendo tanto al
imperialismo como a la génesis de la primera guerra mundial. Por cierto, también condujeron
al desarrollo de industrias como la de armamento, en la que el papel del gobierno era decisivo.
LAS SOCIEDADES INDUSTRIALES DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

EL NACIMIENTO DE LA EMPRESA MODERNA

Nació en la segunda mitad del siglo XIX. Se entiende como tal a la gran empresa con una
organización burocrática, con una estructura jerárquica y descentralizada, administrada por
gerentes asalariados, cuya forma jurídica más característica es la sociedad anónima.

Anteriormente, la empresa tradicional, característica de la primera etapa de la


industrialización, eran de dimensiones pequeñas, consta con una sola unidad operativa, y se
especializaba en un tipo de función (producción o distribución). Se trata de firmas en las que
no se ha producido la separación entre propiedad y gestión. En la industria textil y metalurgia
liviana, no se requerían de economías de escala, y por eso operaban pequeñas empresas. Las
formas tradicionales de administración, centralizadas y personalizadas, debieron ceder terreno
a sistemas de gestión mucho más complejos y a una estructura que se adecuara a las nuevas
realidades.

A diferencia de ello, las empresas modernas se diferenciaron en primer lugar, por sus
dimensiones y las actividades que desarrollaron, ya que se trata de grandes empresas que han
integrado diversas funciones, combinando la producción y la distribución a gran escala. Otro
de los factores que contribuyó al desarrollo de la gran empresa, fue la ampliación de los
mercados, ya que la producción se incrementó. El desarrollo de un managment sistemático a
gran escala respondió a las nuevas necesidades de coordinación y eficiencia. Este proceso de
separación entre propiedad y gestión, demandó una inversión importante de capital, por lo
que se debió recurrir crecientemente al crédito bancario y al mercado de capitales, mediante
la emisión de acciones y obligaciones, lo cual generó, a su vez, un incremento de las
sociedades anónimas, y al nacimiento de modernos métodos de compraventa y transferencia
de acciones. Las primeras grandes empresas modernas fueron la de los ferrocarriles. Las
necesidades de coordinación y control llevaron a los dirigentes de las primeras compañías
ferroviarias a concebir una articulación organizativa, es decir, una estructura de las empresas
en la que eran definidas las relaciones de autoridad, responsabilidad, y comunicación.

La organización burocrática implico un funcionamiento más eficiente de las empresas a través


de la adopción de normas generales e impersonales, de la planificación, de la racionalización
de los procesos de producción y de la adopción de sistemas más sofisticados de contabilidad y
de ventas. El proceso de consolidación de la gran empresa en sectores clave de la actividad
industrial generó una creciente concentración y formas oligopólicas en los mercados.

NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

Con la Segunda Revolucioon Industrial se desarrollaron cambios profundos en el proceso de


trabajo, que se originarion en EEUU entre fines del siglo XIX y principios del XX. El desarrollo de
la gran empresa fue acompañado de problemas de gestión cada vez mas complejos, a los
cuales se respondió con la búsqueda de formas de organización crecientemente eficientes.
Desde la década de 1870, el management científico implcaba un sistema de control muy
preciso sobre la organización de la producción y de la gestión, e incluía un campo muy amplio
de problemas.
TAYLORISMO

Fue desarrollado por Federic Taylor en la década de 1890. Sostenía que los cálculos de costos y
tiempos de producción no debían efectuarse sobre la base de la costumbre, sino a partir de un
estudio científico requerido por cada tipo de actividad. Proponía, además, un sistema de
premios y castigos. Por un lado, planteó la creación de un departamento de planificación que
estableciera las normas de producción y controlara su cumplimiento, e implicaba, además, una
separación entre la planificación del trabajo y su ejecución. Por otra parte, creó un sistema de
división del trabajo basado en la especialización de los trabajadores en tareas muy sencillas y
rutinarias, para poder reducir el trabajo a un tipo de área muy específica y repetitiva. Esto hizo
posible la entrada masiva de los trabajadores no especializados en la producción.

La incorporación de la maquina en el proceso de trabajo reduce a este último a ciclo de gestos


repetitivos en busca de descender al máximo el tiempo de duración, ganándole a los tiempos
muertos, es decir, improductivos. Esto significaba, además, una intensidad en el trabajo, y una
reducción en la autonomía de los trabajadores, imponiéndoles un control permanente.

FORDISMO

Fue una forma específica de management científico, desarrollado desde la primera década de
este siglo por Henry Ford. Se caracteriza por la articulación entre el proceso de producción y
un modo de consumo, que llevo a la definitiva consolidación de la producción en masa y a la
universalización del trabajo asalariado.

Su principal característica es la cadena de producción semiautomática: consiste en la


integración de los diferentes momentos del proceso del trabajo a través de un sistema de
guías y medios de mantenimiento que permiten el desplazamiento de las materias primas en
proceso de transformación o insumos y su conducción ante las maquinas-herramientas. Esto le
permitió crear una corriente lineal, de piezas en proceso de ensamblaje. A partir de entonces,
se modificaron las relaciones de trabajo, y la economía industrial en su conjunto sufrió
profundas transformaciones. Cambiaron la escala de la producción, la naturaleza de los
productos, y las condiciones de la formación de los costos de producción. Nació la producción
en serie de mercancías estandarizadas, y se redujeron notoriamente los tiempos y costos
unitarios de fabricación.

En relación con el taylorismo, el fordismo intensificó cada vez más el trabajo, profundizó la
mecanización e incrementó radicalmente la separación entre el trabajo manual y el trabajo
intelectual.

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