El accidente de Chernóbil fue un accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 en la central
nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a 3 km de la ciudad de Prípiat, a 18 km de la ciudad de Chernóbil y a 17 km de la frontera con Bielorrusia. Considerado, como el accidente más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares de nivel 7, y suele ser incluido entre los grandes desastres medioambientales de la historia. Pese al paso del tiempo aún existe controversia de las causas y desarrollo del accidente. Sin embargo, existe un consenso general en que el experimento a las 01:23:05 cuando cuatro de las bombas de circulación principales (BCP) estaban activadas; durante el funcionamiento normal, seis de las ocho suelen estar activadas. Se cortó la entrada de vapor a las turbinas, dejando que estas funcionasen por inercia. Los generadores diésel arrancaron y tendrían que haber cubierto la demanda de energía de las BCP para la 01:23:43. Mientras tanto, la alimentación de las BCP debía ser suministrada por el generador de la turbina. A medida que disminuía el impulso del generador de la turbina, sin embargo, también lo hizo la electricidad dirigida a las bombas. La reducción del caudal de agua dio lugar al aumento de la formación de huecos de vapor en el núcleo. Debido al coeficiente de vacío positivo del reactor RBMK a niveles bajos de potencia del reactor, este entró en un bucle de retroalimentación positiva, en el que la formación de huecos de vapor reduce la capacidad del agua de refrigeración líquida para absorber neutrones, lo que a su vez incrementa la potencia del reactor. Esto causó que aún más agua se convirtiera en vapor, produciendo un aumento de potencia adicional. Durante casi todo el experimento, el sistema de control automático contrarrestó con éxito esta retroalimentación positiva, insertando continuamente barras de control en el núcleo para limitar el aumento de potencia. Sin embargo, este sistema tenía el control de solo 12 barras, y casi todas las demás habían sido retraídas manualmente. Con los sistemas de emergencia desconectados, el reactor experimentó una subida de potencia tan extremadamente rápida que los operadores no lograron detectarla a tiempo; produciendo una serie de desequilibrios en el reactor cuatro de esta central nuclear, que desembocaron en el sobrecalentamiento descontrolado del núcleo del reactor nuclear y en una o dos explosiones sucesivas, seguidas de un incendio generalizado, que volaron la tapa del reactor de 1200 toneladas debido a la falla del enfriamiento además, expulsaron grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por Europa y América del Norte. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados, materiales radiactivos y/o tóxicos, que se estimó fue unas 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó la muerte de 31 personas en las siguientes dos semanas y llevó al Gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de urgencia de 116 000 personas, provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental. Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 000 personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente y se aisló un área de 30 km de radio alrededor de la central nuclear conocida como zona de alienación, que sigue aún vigente. Solo una pequeña parte de los liquidadores se vieron expuestos a altos índices de radiactividad. Dos empleados de la planta murieron como consecuencia directa de la explosión y otros 29 fallecieron en los tres meses siguientes. Unas 1000 personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente, 200 000 personas recibieron alrededor de 100 mSv, 20 000 cerca de 250 mSv y algunos 500 mSv. En total, 600 000 personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. 5 000 000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400 000 en áreas gravemente contaminadas. Hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad de la población. Normas de seguridad Implementadas a partir del evento Tras prolongadas negociaciones con el Gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió los costes del cierre definitivo de la central, completado el 15 de diciembre de 2000. Inmediatamente después del accidente se construyó un «sarcófago», para cubrir el reactor y aislar el interior del exterior, que se vio degradado con el paso del tiempo por diversos fenómenos naturales, y por las dificultades de construirlo en un ambiente de alta radiación, por lo que corría riesgo de degradarse seriamente. En 2004, se inició la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor. El resto de reactores de la central están inactivos. En julio de 2007 se creó por iniciativa de la Comisión Europea el llamado High Level Group on Nuclear Safety and Waste Management para ayudar a la UE a alcanzar sus objetivos en el campo nuclear y a que, si bien es decisión de cada estado miembro apostar o no por esta fuente de energía, la cuestión de la seguridad nuclear y los residuos radiactivos conciernen a todos. Este grupo ayudará a la Comisión Europea a desarrollar normas europeas referentes a la seguridad en las instalaciones nuclear y el tratamiento seguro del combustible gastado.