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La triste realidad es que muchas personas que reaccionan de esta forma viven
en un constante estado de frustración. Se quejan de su vida, quisieran algo
distinto; pero no quieren pagar el costo de ese cambio.
El precio a pagar por desobedecer la voz de Dios siempre es mayor que el que
pagaremos al obedecerlo.
Nuestro mayor desafío es aceptar el costo del cambio. Porque lo que nos atrae
y motiva es tener visualizados los beneficios del cambio, y, a su vez, los altos
costos que provoca no cambiar. Hoy quiero animarte a ser de aquellas personas
que pagan el precio que vale la pena pagar.
¿Ya calculaste lo que te costará? Esdras: 8:22b “La mano de nuestro Dios es
para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos
los que le abandonan”.
1. Dejar a Dios:
(Apocalipsis 16:1-19)
Hoy escuchamos decir que Dios no se enoja contra el pecador, sino contra el
pecado. Y muchos así quieren justificar su pecado, argumentándose que Dios
se enoja con su pecado y no con ellos como pecadores, miren estos 4 versículos
y díganme contra quién iba la ira de Dios, el pecado o el pecador:
2. Buscar a Dios:
Su mano será para bien tuyo. ¿Acaso piensas que no serás recompensado y
bendecido por ello? Mira estos versículos para ver lo que te pasará: