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TRES
Estabilidad fiscal
con democracia
y descentralización
INTRODUCCION GRAFICO 1
Número de países
sino también están descentralizándose. Mientras que en
1980 en sólo tres de los países de la región los alcaldes se 16
individuales. El proceso de decisiones fiscales es similar a crecer en el período anterior a las elecciones, obligando
en el sentido de que diferentes grupos deciden acerca de a realizar costosos ajustes durante el año siguiente.
iniciativas de gasto que son pagadas por un fondo co- Algunas de estas características, como el sesgo en
mún de recursos tributarios. Este problema de coordina- favor de los déficit, pueden reflejar las mismas distorsio-
ción, si no está controlado por el marco institucional, nes políticas que han sido bien documentadas en las
puede conducir a un excesivo uso del recurso común, es democracias industriales, con efectos negativos simila-
decir, a excesivos déficit y deudas. El problema es poten- res sobre los resultados fiscales. Otras reflejan interaccio-
cialmente más grave aún con la descentralización, ya que nes entre estas distorsiones políticas y las características
puede permitir a una jurisdicción trasladar la carga tri- del contexto económico que son específicas al caso lati-
butaria a otras localidades. noamericano, especialmente la mayor volatilidad econó-
Este ejemplo constituye sólo uno de los peligros de mica y una base tributaria más débil. En particular, en el
la elección colectiva. Permite percibir la forma en que capítulo 1 se señala que los países de la región pueden
puede modificarse el proceso de decisiones con el fin de verse atrapados en un círculo vicioso: su mayor volatili-
evitar dificultades. Pero éste no constituye el único pro- dad inicial crea la necesidad de ajustes fiscales más gran-
blema. Existen otros, como: des y más frecuentes. Las dudas acerca de la capacidad
• el logro de una adecuada representación política del sistema político para producir tales ajustes puede
de las preferencias electorales individuales (problema de hacer que desaparezca el acceso a los mercados financie-
agregación). ros durante los períodos desfavorables. La falta de recur-
• los incentivos de los políticos y los burócratas sos financieros provoca una reacción fiscal cíclica preci-
para seguir sus propios intereses y no los de los electores samente en momentos en que habría sido más valiosa
(problema de agencia). una respuesta más estabilizadora. La respuesta cíclica
• la dificultad de asumir compromisos creíbles acentúa entonces la volatilidad macroeconómica subya-
acerca de políticas futuras (problema de credibilidad). cente.
A la luz de estas consideraciones, los logros fiscales El desempeño fiscal se ve afectado por la interac-
de América Latina resultan mucho más notables. Mues- ción que se da entre un proceso de decisiones inadecua-
tran que se puede hacer que las democracias funcionen do y un entorno económico más inclemente. En el capí-
adecuadamente. No obstante, estas tendencias positivas tulo 1 se analiza el entorno económico y el desempeño
se producen en un contexto de antiguos y nuevos pro- fiscal, y luego se examina el proceso de decisiones. El
blemas no resueltos, como se analizará en el capítulo 1. capítulo 2 se concentra en la forma como el proceso de
En primer lugar, la región aún muestra un sesgo en favor decisiones fiscales está organizado a nivel nacional, y en
de los déficit, que no ha sido contenido con igual éxito el capítulo 3 se estudia la descentralización fiscal.
en todos los países. En segundo lugar, las cuentas fiscales En el capítulo 2 se examinan específicamente los sis-
siguen siendo vulnerables a la volatilidad que caracteri- temas electorales y las instituciones presupuestarias. Es-
za a las economías latinoamericanas, lo que implica que tas últimas revisten importancia porque afectan la forma
el sistema político debe verse sometido a un mayor nú- en que las preferencias individuales de los votantes se
mero de dolorosos ajustes en un menor período de tiem- agregan en las opciones sociales y las mayorías políticas.
po que las democracias industriales. En él se encuentran evidencias de que los sistemas que
En tercer lugar, las políticas fiscales no han desem- dependen más en la representación proporcional, en vez
peñado el papel anticíclico y estabilizador que sugiere la del sistema de tipo británico en que se eligen los candi-
teoría económica y que caracteriza a la experiencia de la datos que obtienen mayor cantidad de votos indepen-
mayor parte de las democracias industriales. En cambio, dientemente de que esa pluralidad constituya o no una
la política fiscal ha tendido a reaccionar ante los grandes mayoría, tienden a generar un mayor número efectivo de
shocks que debe absorber principalmente en una forma partidos políticos, un menor apoyo legislativo al gobier-
cíclica, es decir, que ha sido expansionista en los auges y no y una mayor dificultad para corregir el sesgo hacia el
especialmente contraccionista en las depresiones, de esta déficit y el carácter cíclico de las políticas fiscales. Tam-
manera agravando en vez de amortiguando la volatili- bién tienden a conducir a un gobierno más grande, lo que
dad subyacente. puede explicarse como una consecuencia del hecho de que
También existen evidencias de que muchos gobier- los sistemas de representación proporcional deben incluir
nos latinoamericanos se ven afectados por ciclos presu- las preferencias de un mayor número de votantes.
puestarios electorales. Los déficit presupuestarios tienden En el capítulo también se analizan las instituciones
ESTABILIDAD FISCAL CON DEMOCRACIA Y DESCENTRALIZACION 109
presupuestarias, es decir, el conjunto de normas mediante los funcionarios gubernamentales a nivel subnacional, y
las cuales se redactan, aprueban y ejecutan los presupues- se estudia la distribución de las atribuciones para esta-
tos. Estas normas revisten importancia porque pueden blecer impuestos e incurrir en gastos y empréstitos en los
afectar la forma en que se encaran los problemas de co- diferentes países, junto con las relaciones financieras ver-
ordinación, credibilidad y agencia. Por ejemplo, los mi- ticales y los desequilibrios que existen entre los diferen-
nistros que realizan los gastos, la autoridad presupuesta- tes niveles de gobierno. En el capítulo se estudian los
ria ejecutiva, los legisladores, las empresas estatales y el posibles beneficios que la descentralización política pue-
público en general deben interactuar entre sí en el proce- de proporcionar en términos de una mayor coincidencia
so presupuestario. Si el proceso no está bien estructura- entre las preferencias de los ciudadanos y las prioridades
do, como en el caso mencionado del pollo y la langosta, públicas, y el efecto que las elecciones pueden tener so-
puede conducir a un gasto excesivo, déficit y deudas, y a bre la disciplina de los funcionarios públicos. También
una gestión inadecuada de los períodos favorables y des- se explora el riesgo de la falta de coordinación que surge
favorables, ya que el proceso político puede no reaccio- de los incentivos para que una jurisdicción desplace la
nar en forma adecuada ante las cambiantes circunstan- carga a los contribuyentes de otras jurisdicciones. Estos
cias. Los países que cuentan con instituciones incentivos tienden a crearse cuando los gobiernos sub-
presupuestarias transparentes que fijan límites explícitos nacionales enfrentan escasas limitaciones presupuesta-
al déficit y asignan atribuciones jerárquicas o de formu- rias, que surgen cuando pueden obligar al gobierno fe-
lación de programas en el proceso presupuestario al mi- deral a rescatarlos de dificultades financieras.
nistro de finanzas y al poder ejecutivo frente al congreso, La limitaciones presupuestarias pueden mejorarse a
pueden controlar en forma efectiva el sesgo en favor de través de las siguientes medidas:
los déficit y las deudas. Ello demuestra que la existencia • limitando los desequilibrios verticales, asignado a
de instituciones presupuestarias fuertes puede superar las los gobiernos subnacionales aquellos impuestos que pue-
consecuencias fiscales de la representación proporcional, den imponerse y recaudarse eficientemente a ese nivel;
indicando que los países no necesitan renunciar a este • reduciendo la discrecionalidad y la inestabilidad
tipo de sistema electoral para lograr un control fiscal. de las transferencias gubernamentales, y
Sin embargo, en diversos países existen institucio- • aplicando limitaciones obligatorias a la capaci-
nes que aún no permiten encarar en forma efectiva los dad de endeudamiento.
problemas del carácter cíclico de la política fiscal y los El capítulo incluye asimismo un análisis de la for-
ciclos presupuestarios electorales. El capítulo termina ma en que pueden aplicarse estas estrategias. América
presentando un conjunto de ideas acerca de los tipos de Latina ha optado por la participación democrática y la
reforma que podrían resultar eficaces en este sentido. estabilidad macroeconómica. El desafío consiste en en-
En el capítulo 3 se examinan los desafíos de la des- contrar los arreglos institucionales que pueden dar re-
centralización. En él se analiza la forma en que se eligen sultados satisfactorios en ambos frentes.
Capítulo 1
RESULTADOS
FISCALES
Las formas democráticas de adoptar decisiones poseen los recursos que obtienen de la ciudadanía, y cómo se
importantes ventajas con respecto a otras alternativas; financian?
proporcionan legitimidad, mecanismos para revelar las Estas descripciones también tiene un propósito de
preferencias de la ciudadanía, y formas para imponer diagnóstico, poniendo de relieve los particulares desa-
disciplina a los gobiernos insensatos. Sin embargo, como fíos de gestión de la política fiscal que supone la estruc-
se ilustra muy brevemente en la introducción y se descri- tura del sector público latinoamericano y las característi-
birá en forma considerablemente más detallada en el cas de su entorno macroeconómico, e identificando
capítulo 2, el proceso de decisiones democráticas de gas- aquellos campos en los que la política fiscal puede no
to público y tributación involucra un proceso de elec- haber superado esos desafíos en la forma más efectiva
ción colectiva que conlleva posibles inconvenientes. Es- posible. En este sentido, nos concentramos en tres prin-
tos justifican una cierta preocupación por el hecho de cipales diagnósticos: ¿han mostrado los gobiernos lati-
que la política democrática con demasiada frecuencia noamericanos un sesgo en favor del déficit, que ha con-
puede conducir a la costosa langosta, cuando el pollo ducido a un volumen de deuda pública superior al
hubiera sido la opción más apropiada. No obstante, a volumen óptimo? ¿Se ha administrado adecuadamente
medida que América Latina se ha democratizado y el pro- la política fiscal en un contexto cíclico; es decir si ha en-
ceso de decisiones fiscales se ha descentralizado, los dé- frentado exitosamente los shocks y las fluctuaciones eco-
ficit fiscales han decrecido notablemente. Ello demues- nómicas, o en cambio los ha amplificado? Y finalmente,
tra que es posible superar los problemas que supone el ¿han mostrado los resultados fiscales una importante
proceso de decisiones políticas. Sin embargo, no signifi- tendencia a verse influidos por las presiones políticas
ca que todos estos problemas se hayan resuelto o que el asociadas con las elecciones?
contexto institucional que rodea las decisiones fiscales En este análisis utilizamos la experiencia de los paí-
no podría adaptarse con el fin de promover mejores re- ses industrializados como punto de referencia para eva-
sultados fiscales en el futuro. luar los resultados en América Latina. Lo hemos hecho
En este primer capítulo se sientan las bases para el por varias razones, la más importante de las cuales es
análisis que se realiza en los capítulos subsiguientes, es- que las economías industriales comparten con las demo-
tableciendo algunos rasgos característicos de los resulta- cracias latinoamericanas algunas instituciones políticas
dos fiscales en América Latina. El objetivo es en parte similares. La comparación con los países industrializa-
meramente descriptivo, y procura responder a algunos dos también es valiosa porque su experiencia ha inspira-
de los siguientes interrogantes: ¿cuáles son las caracterís- do las teorías sobre política fiscal de que disponen los
ticas que distinguen al Estado latinoamericano, y el en- responsables de la formulación de políticas de la región.
torno económico en el cual existe? ¿En qué dimensiones Si bien América Latina comparte instituciones polí-
los gobiernos latinoamericanos son grandes, y en cuáles ticas y estructuras de decisión similares a las de las eco-
son pequeños? ¿Cómo gastan los gobiernos de la región nomías industriales, el contexto económico en el que
112 PARTE TRES • CAPITULO 1
Gastos del sector público consolidado, 1990-95 Gasto del sector público e ingreso per cápita, 1990-95
(Porcentaje del PIB) (Porcentajes)
Barbados 34,9 70
Venezuela 31,3 SUE
Brasil 31,2 DIN
Jamaica 30,9 60
Honduras 30,6 PB NOR
T. y Tobago 30,0 FIN ITA
30,0 FRA CAN
Gasto público/PIB
Uruguay 50 AUT
Bolivia 29,8 GUY BLC GRE BEL
Panamá 28,0 ESP
Colombia 26,5 40
NIC SUR
POR RU ALE
IRL ISL EUA
Ecuador 26,5 BRB
MEDIANA 26,1 AUS CHE
México 25,8 HND JAM BRA URYARG VEN JAP
30 PAN
Bahamas 24,5 BOL
ECU COL TTO
Costa Rica 24,3 MEX
Chile 22,6 CRI CHL BHS
21,8 20 SLV DOM
Argentina
El Salvador 17,9 HTI PER PRY
R. Dominicana 17,5 GTM
Perú 15,6 10
Paraguay 15,4 0 5 10 15 20 25
Guatemala Media 12,3
Haití 12,2 PIB per cápita
0 5 10 15 20 25 30 35 40
0
Q1 Q2 Q3 Q4 OCDE América
Los gobiernos continúan siendo más pequeños
Latina
Fuente: Cálculos del BID basados en Recent Economic Developments, FMI.
Nota: Q1 a Q4 corresponden a cuartiles de los países de América Latina por ingreso per En marcado contraste con las economías industriales, en
cápita. Para las empresas públicas, sólo se incluyen los gastos de capital.
las que el gasto público en general se ha incrementando
durante las últimas décadas, en los años ochenta el gasto
extremo, el gasto del sector público en Haití y Guatema- público en América Latina ha disminuido como propor-
la asciende a sólo el 12% del PIB, y en la República Do- ción del ingreso nacional. A pesar de una cierta recupe-
minicana, El Salvador, Paraguay y Perú a un nivel muy ración del gasto público en la primera mitad de los años
inferior al 20%. noventa, continúa siendo inferior al máximo registrado
Las diferencias en el tamaño del gobierno pueden a principios de los años ochenta.
atribuirse en parte a diferencias en el ingreso per cápita. La disminución del gasto de las empresas públicas
En todo el mundo, los países más ricos han tendido a no financieras ha sido aún más notable, reflejando la re-
tener gobiernos más grandes, y América Latina no cons- estructuración y las privatizaciones que han ocurrido
tituye una excepción. Las economías latinoamericanas como parte de las reformas encaradas por la región du-
con el menor ingreso per cápita, gastan en promedio al- rante la última década. (Estas reformas se analizan en
rededor de un 20% del PIB, mientras que los países más mayor detalle en la Parte Dos de este informe).
ricos de la región gastan un promedio de cerca del 30%. El resultado es que el gasto total del sector público
Sin embargo, el ingreso explica sólo parte de la va- no financiero, que incluye el gasto de todos los niveles
riación en el tamaño del gobierno en la región. Como del gobierno y de las empresas públicas no financieras,
114 PARTE TRES • CAPITULO 1
Gasto total del gobierno general, 1975-93 Gasto de las empresas públicas no financieras
(Promedio simple) en América Latina, 1975-93
(Promedio ponderado por población)
55
25
50
45 20
Porcentaje del PIB
10
30
25 5
20
75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93
0
75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93
América Latina Economías industriales
Gasto total Gasto de capital
se encuentra actualmente en un nivel de cerca de 10 pun- Cuadro 1.1. Estructura del ingreso fiscal,
tos porcentuales por debajo del registrado a principios gobierno central consolidado, 1990-94
de los años ochenta. (Porcentajes de ingreso total)
OCDE América Latina
El menor gobierno refleja una menor Ingresos no tributarios 8,1 15,9
capacidad fiscal Ingresos tributarios 90,2 71,8
Impuesto a la renta 35,0 20,4
Contribuciones a la
El reducido tamaño de los gobiernos latinoamericanos seguridad social 32,2 23,5
refleja el hecho de que estos gobiernos tienen una capa- Impuestos indirectos 20,4 26,3
cidad mucho más limitada para recaudar ingresos desti- Impuestos al comercio 1,0 5,2
da de los impuestos directos (impuestos sobre el ingreso Cuadro 1.2. Gasto del sector público
y las contribuciones al sistema de seguridad social). no financiero, 1990-95
Esta estructura de ingresos supone importantes de- (Porcentajes)
safíos para la gestión de la política fiscal en América Lati- Economías América
na. Debido a que la base de impuestos indirectos y no industriales Latina
tributarios es relativamente volátil, estos impuestos cons- (Porcentajes del PIB)
tituyen una fuente de ingresos especialmente volátil en Pagos a la seguridad social 16,4 2,5
Pagos de interés 3,6 3,8
América Latina. De esta manera, la estructura de los in- Inversión pública 1,9 6,6
gresos fiscales expone a los presupuestos nacionales a Funciones básicas 24,2 15,2
Total 45,7 27,8
mayores shocks que los que enfrentarían con una estruc-
tura de ingresos más similar a la de las economías indus-
(Porcentaje del gasto total)
triales, lo que hace que el sistema político deba enfrentar Pagos a la seguridad social 35,9 9,0
la necesidad de llevar a cabo frecuentes e importantes Pagos de interés 7,9 13,7
ajustes fiscales. En el capítulo 2 de esta sección se descri- Inversión pública 4,2 23,7
Funciones básicas 53,0 54,7
ben algunos de los factores del proceso de decisiones de-
mocráticas que pueden obstaculizar un ajuste fiscal opor-
Fuente: Cálculos del BID basados en datos del FMI.
tuno, así como las estructuras institucionales que pueden Nota: Para las empresas públicas, sólo se incluye el gasto de capital. Las
mejorar la capacidad para adoptar decisiones democráti- cifras representan promedios simples de los datos de país.
Como se señaló anteriormente, la combinación de acti- La principal diferencia que existe entre los presupuestos
vidades llevadas a cabo por los gobiernos latinoamerica- latinoamericanos y los de los países industrializados re-
nos difiere notablemente de la de las economías indus- side en el tamaño de los sistemas de seguridad social.
triales, de manera que una descripción significativa del Mientras que los países industrializados gastan más del
tamaño del gobierno requiere un examen de las diferen- 16% del PIB, y más de una tercera parte del gasto públi-
tes dimensiones. co, América Latina gasta sólo un 2,5%, o sea menos del
Como porcentaje del PIB, los gobiernos latinoame- 10% del gasto total. Ello refleja diferencias en la estruc-
ricanos tienden a gastar mucho menos en sistemas de tura demográfica. Los países industrializados atravesaron
seguridad social, aproximadamente el mismo nivel en la transición demográfica mucho antes que América La-
intereses, sustancialmente más en inversión pública y tina, y tienden a tener una mayor esperanza de vida, y en
menos en funciones básicas, que definimos como todas consecuencia una proporción mucho más elevada de
las actividades diferentes de las tres mencionadas. personas de más edad en su población. En las econo-
mías industrializadas, la proporción de la población de
¿Qué significa el tamaño del gobierno? más de 65 años se acerca al 14% del total, mientras que
en América Latina dicho porcentaje es inferior al 5%.
Hemos visto que los gobiernos de la región varían am- Las diferencias en la estructura de edades explican
pliamente en cuanto a su tamaño, y que, si bien tienden la mayor parte de las diferencias que existen entre el gas-
a ser pequeños en algunas dimensiones, no los son en to latinoamericano en sistemas de seguridad social y el
otras. De esta manera, la respuesta al interrogante de si los de las economías industriales, que representa aproxima-
gobiernos latinoamericanos son grandes o pequeños debe damente 12 de los 14 puntos porcentuales de diferencia
abordar los aspectos de cuáles gobiernos y cuáles dimen- en el gasto en seguridad social. Los 2 puntos porcentua-
siones de gobierno. En las secciones siguientes se examina les restantes pueden atribuirse al hecho de que la mayor
el tamaño y la estructura del gasto público en América parte de los sistemas de seguridad social de la región son
Latina, con el objeto de determinar el contexto institucio- relativamente nuevos, y quizá a las presiones fiscales que
nal, y destacar algunas fuerzas políticas que parecen sub- han hecho que a los gobiernos les resultara difícil finan-
yacer en los resultados económicos de la región. ciar los sistemas en forma tan generosa como lo han he-
cho los gobiernos de los países industrializados.
116 PARTE TRES • CAPITULO 1
30 20
BLC
PB
Gasto público en seg. social (% del PIB)
GUY
16 0
Servicio a la deuda, % del ingreso fiscal
14
12 -10
Promedio simple
10
8 -20
4 -30
0 -40
Aaa Aa1 A1 Baa1 Aa1 Aa2 A1 A3 1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994
Clasificación de bonos
Porcentaje del PIB Porcentaje del ingreso total
Estados Unidos Canadá
sostenibilidad de una determinada posición fiscal. Ello Otra importante consideración es la profundidad del
reviste particular importancia en los casos de los déficit sistema financiero interno que puede utilizarse para fi-
fiscales, la deuda y el servicio de la deuda. Ello se debe a nanciar un déficit fiscal. Un déficit fiscal puede generar
que los déficit representan tributación pospuesta, y el perturbaciones económicas y financieras relativamente
servicio de la deuda de hoy deberá ser atendido median- pequeñas si es absorbido por un mercado financiero muy
te recaudación de impuestos futuros. Los déficit y la deu- profundo, como los que típicamente poseen las econo-
da pública resultante, en consecuencia, presentan un pro- mías industriales. Sin embargo, si los mercados financie-
blema grave si son grandes en relación con la capacidad ros internos están poco desarrollados, un déficit del mis-
tributaria del gobierno, incluso aunque constituyan una mo volumen —medido como porcentaje del PIB— puede
pequeña proporción del ingreso nacional. producir importantes perturbaciones. Los mercados fi-
Por esta razón, la capacidad tributaria del gobierno nancieros aún están relativamente poco desarrollados en
constituye una medición más informativa que el tama- América Latina, aunque han ido expandiéndose en los
ño de la economía nacional para evaluar su capacidad años noventa. Los déficit latinoamericanos han sido si-
para enfrentar los compromisos financieros actuales y milares a los de los países industriales en los años no-
futuros. Existen algunas evidencias de que en las econo- venta, si se los mide en relación con el tamaño de los
mías industriales los mercados de capital funcionan de esta mercados financieros internos. Sin embargo, durante los
manera, ya que la razón entre deuda pública e ingresos tri- últimos 25 años, los déficit fiscales de la región han sido
butarios constituye una buena predicción de la clasifica- aproximadamente tres veces más grandes que en las eco-
ción de los bonos de los gobiernos estatales y locales. nomías industriales.
De acuerdo con esta medición, los resultados fisca- En resumen, los déficit de los años noventa han sido
les de América Latina durante los años noventa han sido pequeños en comparación con los de las economías in-
aproximadamente similares a los de los países industria- dustriales cuando se miden con respecto al PIB. Durante
lizados, aunque durante los últimos 25 años los resulta- los últimos 25 años, los déficit, por supuesto, han sido
dos parecen ser algo menos favorables. Los gobiernos mayores. Incluso los déficit y la deuda pública que han
latinoamericanos poseen una capacidad tributaria mu- sido dejados atrás no han sido particularmente volumi-
cho más limitada que los gobiernos de los países indus- nosos en comparación con los estándares de las econo-
trializados, y como porcentaje de los ingresos públicos, mías industrializadas, medidos como porcentaje del PIB.
los déficit fiscales han sido significativamente superiores Sin embargo, si se miden como proporción de los ingre-
a los de los países industrializados. De igual forma, la sos fiscales o en función del tamaño del sistema finan-
deuda pública de los gobiernos latinoamericanos alcan- ciero interno, han sido dos a tres veces más grandes que
za actualmente a alrededor de 2,5 años de ingresos tri- en las economías industriales.
butarios, en comparación con un porcentaje de 1,6 años Además, la deuda existente de los gobiernos latinoa-
en las economías industriales. mericanos —legado de muchos años de resultados fisca-
120 PARTE TRES • CAPITULO 1
han sido típicos en la región. Estos costos sugieren que GRAFICO 1.14
los déficit fiscales que han caracterizado a la región du- Volatilidad del saldo fiscal, 1970-93
rante una gran parte de su historia reciente han sido la-
mentables, que los déficit mucho más modestos que los 20
reduzcan el peligro de que el sesgo en favor del déficit de Economías industriales América Latina
Los ingresos y el gasto del gobierno son Cuadro 1.4. Volatilidad de diversos agregados
aún más volátiles que los déficit fiscales, 1970-94
(Desviación estándar de las tasas de crecimiento
El cuadro 1.3 también documenta la volatilidad del in- ajustadas por inflación, porcentajes del PIB)
greso y el gasto en América Latina. La volatilidad de los Economías América
ingresos fiscales, medida como la desviación estándar de industriales Latina
la variación porcentual en el ingreso ajustado en función Medidas del resultado fiscal
Cambio en el superávit total 1,5 3,0
de la inflación, es tres veces más elevada que en las eco- Cambio en el superávit primario 1,4 3,6
nomías industriales. Esta mayor volatilidad se debe en Shock fiscal 1,0 3,3
parte a la mayor dependencia de la región con respecto a
Ingreso total 5,2 15,2
los ingresos no tributarios volátiles y los impuestos indi- Ingreso no tributario 19,6 40,6
rectos, que sustancialmente son más volátiles que los Ingreso tributario 5,0 16,7
Impuesto a la renta 7,4 18,2
impuestos directos en ambas regiones. Pero también re-
Seguridad social 5,6 18,5
fleja una mayor volatilidad de todas las principales for- Impuestos indirectos 9,9 24,8
mas de ingresos, como consecuencia de la mayor volati- Impuestos al comercio 30,1 32,4
lidad del entorno macroeconómico subyacente. Gasto total 3,9 15,7
La volatilidad del gasto fiscal en América Latina es Gasto de capital 17,6 34,6
también notable. En el caso de los gastos de capital es el Gasto corriente 3,8 15,3
Sueldos y salarios 4,5 17,0
doble que en los países de la OCDE, para los pagos por Otras compras 7,4 45,4
concepto de salarios es cuatro veces mayor, en el caso de Pagos de transferencia 5,4 46,9
las compras no salariales de bienes y servicios seis veces Pagos de interés 11,9 30,8
ejemplo, deben resolver en qué forma deben ajustarse mores de una crisis fiscal de tal magnitud que conduci-
las tasas de gasto y de impuestos después de una rece- rán a un colapso de la confianza, tendiendo de esta ma-
sión que, en ausencia de un cambio de política, conduci- nera a reducir en vez de expandir la demanda interna.
ría a una reducción de los ingresos tributarios y a un in- Perotti (1996) presenta evidencias que sugieren que ésta
cremento del déficit fiscal. Al adoptar estas decisiones constituye una posibilidad real. Giavazzi y Pagano (1990)
acerca de la gestión cíclica de la política fiscal, los res- han encontrado argumentos teóricos y empíricos de que
ponsables de las políticas deben tener en cuenta varias también puede ocurrir lo contrario: que las contraccio-
consideraciones. nes fiscales pueden tener efectos expansionistas sobre la
En primer lugar, si las fluctuaciones en el presupuesto economía si se producen cuando la posición fiscal del
se deben a factores que por lo menos en parte son transi- gobierno es débil, reduciendo así significativamente la
torios, como una modificación de los términos de inter- probabilidad de una crisis fiscal.
cambio que se espera habrá de revertirse o una recesión En consecuencia, la conveniencia de una respuesta
transitoria, conviene mantener una cierta estabilidad en fiscal anticíclica ante los shocks adversos o una desacele-
las tasas tributarias y los programas de gasto, generando ración cíclica de la economía debe entenderse en el sen-
así superávit fiscales cuando la economía se halla en auge tido de que se aplica principalmente a los gobiernos cuya
y déficit cuando se halla en recesión. La combinación solvencia no está seriamente en cuestión; un gobierno
óptima entre el financiamiento del déficit y el ajuste fis- apenas solvente puede hallar muy difícil o imposible
cal a los shocks, en consecuencia, dependería de la per- aplicar una política de este tipo9. En cambio, tales go-
manencia de los shocks típicos que afectan la base tribu- biernos pueden encontrar pocas opciones y verse cons-
taria. Cuando los períodos de recesión y de auge tienden treñidos a responder a los shocks adversos mediante una
a ser relativamente breves, las recesiones económicas contracción fiscal, con el fin de restablecer la confianza
deberían estar asociadas con grandes déficit fiscales y los en la viabilidad a mediano plazo de las finanzas públi-
auges con grandes superávit7. Si las recesiones y los au- cas, y mantener la demanda de financiamiento en un nivel
ges tienen mayor duración, la magnitud de los cambios congruente con la menor oferta. Como se analizará en
fiscales debería ser moderada, pero la política debería más detalle más adelante, ésta parece constituir una im-
continuar procurando lograr superávit en las épocas fa- portante parte de la historia fiscal latinoamericana, y surge
vorables y déficit en las desfavorables8. el interrogante de la forma en que los gobiernos latinoa-
Este enfoque se denomina con frecuencia el “enfo- mericanos pueden manejar la política fiscal con el fin de
que neoclásico” de la política fiscal óptima, porque hace facilitar una respuesta más estabilizadora ante los shocks
abstracción de las consideraciones keynesianas, como la adversos o las recesiones cíclicas.
posibilidad de que la política fiscal pueda ser utilizada
para afectar el producto y el empleo en la economía.
Cuando se toman en cuenta tales consideraciones key-
nesianas, adquiere mayor relevancia la política fiscal an-
ticíclica. Las autoridades fiscales pueden reducir los im-
puestos o incrementar el gasto durante los períodos
desfavorables, con el objeto de reducir la magnitud y la
7 Siexisten costos en un ajuste fiscal muy rápido, también deberían esperarse
duración de la recesión, generando de esta manera du-
déficit transitorios después de los shocks adversos, y superávit después de los
rante los períodos desfavorables un déficit fiscal aún shocks favorables, incluso si las perturbaciones son permanentes.
mayor que el que se produciría si las autoridades fiscales 8 Esta idea de que los gobiernos deberían financiar los shocks transitorios y
mantuvieran constantes los niveles de gasto y las tasas ajustarse a los shocks permanentes tiene una larga historia. La idea básica ha
sido analizada rigurosa y ampliamente por Robert Barro, quien sostiene el
tributarias. La misma lógica justifica una contracción fis- resultado de que una respuesta fiscal óptima a las fluctuaciones económicas
cal y en consecuencia la generación de superávit aún involucra un cierto elemento de “atenuación de las variaciones de la tasa
mayores en las épocas favorables. tributaria”.
9 Una segunda advertencia se relaciona con los desfases en la ejecución de las
En este análisis cabe realizar una importante adver-
políticas anticíclicas. Si la aplicación de políticas fiscales anticíclicas requiere
tencia. Como ha sido enfatizado recientemente por Gia- mucho tiempo en el proceso político, la respuesta a la recesión puede produ-
vazzi y Pagano (1990), los cambios en la política fiscal cirse después de haberse iniciado la recuperación, amplificando de esta ma-
nera el ciclo en vez de reducirlo. Por ello, es preciso mostrar cautela en los
pueden tener un efecto opuesto si la posición fiscal ini-
intentos por introducir cambios discrecionales en la política fiscal, aunque
cial es tenue. Por ejemplo, si un gobierno es práctica- ello no proporciona una argumentación para la política fiscal cíclica que se
mente insolvente, una expansión fiscal puede crear te- analiza anteriormente.
RESULTADOS FISCALES 125
Cuadro 1.5. Respuesta cíclica del saldo fiscal, Cuadro 1.6. Respuesta del saldo fiscal ante
1970-94 un cambio en el PIB en situaciones buenas
(Porcentaje del PIB) y malas de la economía, 1970-94
(Porcentaje del PIB)
Efecto de un punto de
crecimiento del PIB real Situaciones buenas Situaciones malas
Economías América Economías América Economías América
industriales Latina industriales Latina industriales Latina
Superávit total 0,25 0,08 Superávit total 0,174 0,154 0,611 -0,022
Superávit primario 0,22 0,05 Superávit primario 0,136 0,123 0,580 -0,049
Los saldos fiscales muestran patrones cíclicos fiscal ante las fluctuaciones cíclicas durante épocas favo-
rables y desfavorables, en las que éstas últimas son, en
De esta manera, queda bien establecida la conveniencia términos generales, períodos de recesión11. Los países in-
a priori de una política fiscal anticíclica. A menos que la dustrializados muestran un patrón muy interesante. En
política fiscal haya sido manejada en tal forma que exis- períodos de elevado crecimiento, el saldo fiscal es sólo
tan serias dudas sobre de la solvencia del gobierno, una moderadamente sensible a los shocks que afectan el pro-
política fiscal apropiada mostraría superávit fiscales du- ducto, incrementándose de 14 a 17 centavos por cada
rante las épocas favorables y déficit durante las desfavo- dólar de incremento en el producto. Durante las épocas
rables. Esto es aproximadamente lo que se observa en las desfavorables, sin embargo, el saldo fiscal es sumamente
economías industriales, en las que el saldo fiscal tiende a sensible a las fluctuaciones del producto: por ejemplo, el
ser deficitario cuando disminuye el ritmo de crecimien- saldo fiscal puede deteriorarse aproximadamente 60 cen-
to del producto, y superavitario cuando la economía cre- tavos si el PIB se contrajera en un dólar adicional. Este
ce más rápidamente que lo normal. Esta situación puede patrón es congruente en un entorno en el que las rece-
verse en el cuadro 1.5, que contiene estimaciones del siones son política o económicamente más costosas que
impacto típico a corto plazo que ejerce sobre el superávit los auges económicos, y en consecuencia tienden a pro-
fiscal un mayor crecimiento del PIB real en América Lati- ducir una respuesta anticíclica mucho mayor.
na y las economías industriales. En América Latina se observa un patrón casi exacta-
Las estimaciones sugieren que un incremento de un mente opuesto. La respuesta del saldo fiscal en las fluctua-
punto porcentual en el crecimiento del PIB está asocia- ciones cíclicas parece ser similar en los períodos favorables,
do con un movimiento hacia el equilibrio fiscal de alre- pero en los desfavorables se observa una débil tendencia a
dedor de 0,25 puntos porcentuales, lo que indica que en
las economías industriales, la política fiscal ha tendido a 10 Los resultados del cuadro 1.5 se aplican al gobierno central. Gavin y Perotti
ser anticíclica, en el sentido que se describe anteriormen- (1997b) extienden los resultados al gobierno general (que también incluye los
te10. En América Latina, sin embargo, la política muestra gobiernos locales) y al sector público no financiero (que incluye el gobierno
escaso o ningún carácter anticíclico: el saldo fiscal prácti- general y las empresas públicas no financieras). Como podría esperarse, en-
cuentran escasa evidencia de una política fiscal anticíclica por parte de los
camente no guarda correlación alguna con las fluctua- gobiernos locales. También encuentran que en América Latina las empresas
ciones cíclicas del producto. Como se verá más adelante, públicas han tendido a reforzar los patrones fiscales cíclicos observados al
ello refleja el hecho de que tanto los ingresos como el nivel del gobierno central. Una interpretación de esto es que la fijación de
precios, el empleo y otras decisiones del sector público, han sido utilizadas
gasto han tendido a disminuir notablemente cuando se
por los gobiernos con propósitos, y limitaciones, muy similares a los del go-
reduce el ritmo de crecimiento de la economía, y a incre- bierno central.
11 En términos más precisos, los períodos desfavorables se definen como aque-
mentarse cuando la economía se recupera.
llos años en los cuales el crecimiento del PIB real de un país se reduce más de
Este no es el fin de la historia, ya que la respuesta
una desviación estándar por debajo del promedio. Se obtienen resultados si-
fiscal a las fluctuaciones económicas depende de la na- milares cuando las épocas desfavorables se definen como aquellos años du-
turaleza del shock. El cuadro 1.6 compara la respuesta rante los cuales se contrae el PIB real.
126 PARTE TRES • CAPITULO 1
R. Dominicana 0,16
Ecuador 0,21 1,0
Bolivia 0,28 VEN
0,28 PER
parte al hecho de que las grandes economías industria- sarrollo (1995), donde también se presentan evidencias
les son relativamente estables y que también tienden a de que la volatilidad macroeconómica ha disminuido el
determinar su política fiscal en forma relativamente an- crecimiento económico en América Latina hasta un punto
ticíclica. porcentual por año, ha reducido la inversión, ha socava-
Sin embargo, también es cierto que las tres econo- do el rendimiento educacional, deteriorado la distribu-
mías latinoamericanas con la menor volatilidad ma- ción de los ingresos, y ha contribuido a una mayor po-
croeconómica —Colombia, la República Dominicana y breza en la región. También existe un fuerte vínculo entre
Ecuador— muestran una política fiscal mucho menos la volatilidad fiscal y la inestabilidad monetaria y finan-
cíclica que otros países de la región. ciera. En Banco Interamericano de Desarrollo (1995) se
Existen por lo menos dos explicaciones para esta muestra que la volatilidad fiscal está asociada con resul-
asociación estadística. Una de ellas es que la volatilidad tados monetarios más inestables, que socavan el sistema
macroeconómica es mayor cuando la política fiscal es financiero interno. Gavin y Perotti (1997b) revelan que
más cíclica porque una política cíclica tiende a amplifi- los auges fiscales muestran una marcada asociación con
car las fluctuaciones económicas, generando una mayor el abandono de los regímenes de tipo de cambio fijo en
volatilidad. Ello es posiblemente cierto en parte, aunque América Latina, y que este abandono ha resultado en
una explicación igualmente verosímil (y potencialmen- ocasiones perjudicial para la economía.
te complementaria) es que un entorno macroeconómi-
co altamente inestable dificulta el manejo de una políti- Efectos desproporcionados sobre los pobres
ca fiscal anticíclica.
Las evidencias también sugieren que los pobres se han
El efecto perturbador de la volatilidad fiscal visto afectados desproporcionadamente por la inestabi-
y de una política cíclica lidad económica y financiera que ha sido causada, en
parte, por la existencia de políticas fiscales volátiles y cí-
La volatilidad y el carácter cíclico de la política fiscal han clicas. Como se ha señalado, existen evidencias de que la
resultado costosos en América Latina. El comportamiento volatilidad económica perjudica la distribución del in-
típico de “expansión y contracción” del gasto público greso. Ello quizá se deba en parte a que los pobres se
no sólo ha originado casi con certeza ineficiencias en la encuentran menos equipados para enfrentar los shocks
provisión de los servicios públicos, sino que también, económicos. También refleja el hecho de que el ingreso
en términos más generales, ha contribuido a la volatili- de los pobres es sustancialmente más sensible a los cam-
dad macroeconómica. La contribución de la volatilidad bios en el ingreso agregado que el de los ricos (Londoño
fiscal a la volatilidad del producto real y del tipo de cam- y Székely, 1997).
bio está documentada en Banco Interamericano de De-
RESULTADOS FISCALES 129
¿Por qué es cíclica la política fiscal las variaciones en la actividad económica real, que los
en América Latina? países de la región que han iniciado el período con gran-
des déficit fiscales16. Una interpretación de esta compro-
Como hemos señalado, la naturaleza cíclica y desestabi- bación es que los países que inician un período con una
lizadora de la política fiscal en América Latina es más posición fiscal suficientemente fuerte como para capear
pronunciada en los períodos desfavorables, cuando la un shock adverso sin caer en un déficit fiscal potencial-
política fiscal es más anticíclica en las economías indus- mente inmanejable no sufren la pérdida de confianza
triales. Existen buenas razones para creer que este carác- que obligaría a aplicar un ajuste cíclico, y en consecuen-
ter cíclico se debe a una pérdida de acceso a fuentes no cia pueden poner en práctica una respuesta fiscal más
inflacionarias de financiamiento durante las épocas des- estabilizadora frente a una recesión económica.
favorables. Ello ayuda a explicar por qué la inflación tien- Surge entonces el interrogante de por qué ha resul-
de a incrementarse en los períodos desfavorables; si con- tado tan difícil lograr una adecuada gestión de la política
sideramos a la inflación como un recurso fiscal de última fiscal durante las épocas favorables. Ello requeriría que
instancia, los aumentos repentinos de la inflación res- los gobiernos ahorren una importante parte de los ingre-
paldan la idea de que las fuentes alternativas de finan- sos transitoriamente elevados que reciben, mantenien-
ciamiento se han vuelto más escasas. Ello también es do voluminosos superávit fiscales en las épocas favora-
congruente con las evidencias de que la utilización del bles. A los gobiernos latinoamericanos puede resultarles
crédito del FMI y otras fuentes “extraordinarias” de fi- mucho más difícil hacer esto precisamente porque los
nanciamiento internacional por parte de los gobiernos auges económicos y los shocks fiscales son tan grandes
latinoamericanos tiende a incrementarse durante los pe- que es muy difícil ocultar un voluminoso superávit fiscal
ríodos económicos desfavorables15. en el proceso de adopción de decisiones fiscales. Como
Todo ello sugiere que el comportamiento cíclico de se analiza en mayor detalle en el capítulo 2, puede resul-
la política fiscal durante las épocas desfavorables consti- tar individualmente racional a todos los participantes
tuye la mejor respuesta de que disponen las autoridades, gastar en un auge transitorio de los ingresos fiscales, aun
dada la naturaleza algo precaria de su acceso a fuentes cuando resultaría conveniente para todos encontrar al-
no inflacionarias de financiamiento. Ello sugiere, a su guna forma de comprometer a todos los participantes en
vez, que una mejor respuesta fiscal ante las épocas desfa- favor de una estrategia común que promueva un mayor
vorables no puede lograrse simplemente decidiendo apli- ahorro del ingreso resultante del auge17. En consecuen-
car una política fiscal menos restrictiva. Como se señaló cia, la naturaleza colectiva de las decisiones en materia
anteriormente, ello podría ocasionar un colapso de la de política fiscal tiende a promover un gasto excesivo del
confianza en la viabilidad de las finanzas públicas, e in- ingreso durante los auges económicos, que en sí mismo
cluso una crisis de mayor envergadura. En cambio, es es cíclico y que también abre el paso a una reacción aún
preciso asignar énfasis al manejo de la política fiscal du- más cíclica durante una recesión económica.
rante los “períodos favorables”, asegurando que la posi- En un entorno económico altamente volátil, se ob-
ción fiscal sea suficientemente sólida como para que las serva por lo tanto un posible círculo vicioso, que se rela-
implicaciones fiscales de un shock adverso o de una re- ciona con la distorsiones políticas que se analizan en
cesión económica no generen temores acerca de la viabi- forma más detallada a continuación. Los países pueden
lidad de las finanzas públicas, y asegurando de esta ma- verse forzados a realizar un ajuste fiscal cíclico durante
nera que se dispondrá del financiamiento requerido para los períodos desfavorables porque pierden el acceso a los
poner en práctica una respuesta anticíclica más estabili-
zadora frente a los períodos desfavorables.
15 Véase Gavin y Perotti (1997b). El financiamiento “extraordinario” incluye
Esta idea de que una respuesta más desestabilizado- atrasos, créditos del FMI y operaciones especiales de financiamiento como el
ra frente a los períodos desfavorables puede lograrse apoyo de la Tesorería de Estados Unidos otrogado a México durante 1995.
16 Véase Gavin y Perotti (1997b). Un déficit fiscal “bajo” se define como un
manteniendo una posición fiscal más sólida durante las
déficit de menos del 3% del PIB. Gavin y Perotti (1997a) también presentan
épocas favorables está respaldada por las evidencias que
evidencias de que en América Latina, tanto el sector público como el sector
se encuentran en América Latina. Gavin y Perotti (1997b) privado se ven afectados por la pérdida de acceso al mercado durante los
muestran que los países latinoamericanos que inician un períodos desfavorables.
17 Véase en Lane y Tornell (1996) una análisis más amplio de estos “efectos de
período desfavorable con una fuerte posición fiscal han
voracidad”. Talvi y Végh (1997) sostienen que las políticas fiscales cíclicas
tendido a mostrar una política fiscal sustancialmente pueden de hecho resultar óptimas en entornos altamente volátiles cuando los
menos cíclica, medida por la respuesta del saldo fiscal a superávit fiscales generan fuertes presiones en favor del gasto público.
130 PARTE TRES • CAPITULO 1
porque el posible costo macroeconómico generalmente los resultados fiscales que también tiene en cuenta (i) el saldo fiscal del
será soportado, y la corrección fiscal necesaria se produ- período anterior; (ii) la tasa de crecimiento del PIB real y los términos de
intercambio; (iii) las variables ficticias que tienen en cuenta los factores no
cirá luego de la elección, que después de todo, puede
observados específicos de cada país, y (iv) las variables ficticias correspon-
constituir el problema de algún otro gobierno. dientes a cada año del período de muestra, que tienen en cuenta los factores
La influencia de las elecciones en los resultados fis- no observados que varían a lo largo del tiempo, pero que son comunes a los
países de la región. El impacto estimado del año electoral y los años posterio-
cales latinoamericanos es, en algunos casos, relativamente
res a la elección es estadísticamente significativo a un nivel de confianza del
fácil de advertir. El gráfico 1.19 documenta el caso de 5%, pero el impacto estimado sobre el ingreso y el gasto está calculado en
Costa Rica, un país con una larga historia de elecciones forma menos precisa.
RESULTADOS FISCALES 131
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