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De peregrino a adivino
Nostradamus volvió a peregrinar, a recorrer los polvorientos caminos como antes, pero ahora con
el desesperado anhelo de mitigar su pena, de escapar en algo a su dolor dedicándose con más ardor
que nunca a consolar el ajeno.
No cabe duda de que, cabalgando sobre su mula, no tuvo ocasiones ni tiempo para reflexionar
acerca de todo lo que hasta ahora la había deparado la vida y los extraños hechos acontecidos por
tener prisa de llegar a su destino. Tal vez entonces, mediante sobre la ceguera humana acerca del
porvenir, haya sentido Nostradamus la necesidad de profundizar en la misteriosa ciencia que había
precisamente rasgar para sus ojos el velo del destino.
No es en cambio nada fácil afirmar si habrá sido otro impulso independiente del aguijón del
desengaño y de la pena, el que le dio a su alma esa nueva luz que lo convirtió en vidente, y en
profetizar. Muy poco o casi nada sabemos, en efecto, como no lo sabe ninguno de sus biógrafos
más fieles y documentados, acerca de lo que hiciera Nostradamus durante esos primeros años de
su viudez, en que parece haber caído voluntariamente en el anonimato y la oscuridad
4 ¿Por qué no tenía tiempo para reflexionar acerca de todo lo que hasta
ahora la había deparado el destino?
Tenía prisa para llegar a su destino
Cuenta el capítulo lV
Masque todo relata sobre la naturaleza y los hombres que se ahogaron y su naturaleza
es como la de los seres sobre naturales
Aún no había sol sin embargo existía un ser orgulloso de sí mismo que se llamaba
VUCUB-CAQUIX, existía el cielo y la tierra
VUCUB-CAQUIX se sentía el todo poderoso, creía que era el sol que da la claridad
y también decía que era la luna pero en realidad VUCUB-CAQUIX no era el sol
solamente se vanagloriaba de sus plumas y riquezas