Está en la página 1de 19
Estructuras clinicas en Lacan Fundamentos teéricos generales Prof. Dr. Ignacio Barreira’ Resumen En este trabajo expondremos los elementos teéricos que sostienen la concepcién psicopatolégica que desarrollé Lacan hacia la década de 1950 y principios de 1960. En aquella época, las neurosis, perversiones y psicosis fueron tres figuras psicopatolégicas definidas por este autor como estructuras (influencia de Levi-Stranss), sobre la base de las nociones de significante y discurso (influencia de Saussure y Jakobson), y de las, teorias psicoanaliticas freudianas del inconsciente, el aparato psiquico y el complejo de Edipo. Consideraremos las estructuras clinicas sobre la base del desarrollo lacaniano de los tres tiempos del complejo de Edipo. Para este desarrollo se puntualizard la importancia de la importancia del estadio del espejo como formador del yo y el complejo de castracién como encrucijadas simbélicas que juegan al momento de la estructuracién subjetiva. Palabras clave: Psicoanilisis — Estructuralismo - Complejo de Edipo Introduceién La concepcién sobre psicopatologia en psicoandlisis es un debate vivo. La posicién de Jacques Lacan (1901-1981) en relacién a la psicopatologia en general no queda exceptuada a pesar del tiempo transcurrido desde su muerte, ;Cémo pens6 Lacan la psicopatologia? Si bien no se lo puede caracterizar como un psicopatélogo en sentido stricto ~dado su temprano abandono de le clinica psiquidtrica por el psicoandlisis-, no pueden obviarse sus aportes en relacién a las estructuras psicopatolégicas psicoanaliticas que en datan, en mayor medida, de la década de 1950. * Profesor y Doctor en Psicologia. Programa de investigacién IPUS. Docente de la Facultad de Psicologia de ta Universidad de! Salvador en las Carreras de Pre-grado y Doctorado. Miembro del Comité de Doctorado en Psicologia de la Universidad del Salvador. Vicedirector de Ia Carrera de Psicologia ea el Instituto Universitario de Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina de Fundacién Barcelé. Lacan hablé de estructuras clinicas, no de estructuras psicopatolégicas. Hemos optado por homologar este término al de estructuras psicopatolégicas ya que sus postulados consisten en un planteo psicopatolégico. El uso del término “clinico” adjetivando a las estructuras lacanianas implica una connotacién que busca la diferenciacién de la concepeién médica salud/enfermedad jerarquizando la dimensién psicoanalitica de las figuras en cuestién. "Sobre la concepcién freudiana del sintoma y el funcionamiento del aparato psiquico de la segunda t6pica yo, ello y superyé, Lacan desarrollé un pensamiento particular sobre el psicoandlisis y la clinica psicoanalitica, Su originalidad consistié en retomar las teorias freudianas y revisarlas desde su “retomo a Freud”, el mismo fue realizado con elementos que enriquecieron las ideas freudianas destacdndose el estructuralismo como Ja influencia més importante (sin dejar de lado Ia miltiple incidencia de su formacién integral que se ve reflejada a lo largo de toda su obra). El estructuralismo puede ser definido como un “movimiento” o una concepcién clave para el siglo XX francés. A partir del mismo se ha pensado la realidad desde la totalidad de las disciplinas que conforman las ciencias del espiritu (Bastide, 1968). Las figuras de Ferdinand de Saussure, Roman Jakobson y Claude Levi-Strauss -por nombrar a los estructuralistas mas relevantes de cara a los temas que desarrollaremos-, incidieron tan fuertemente en la conceptualizacién psicoanalitica de Lacan que su consideracién sobre 1 inconsciente no puede ser entendida sin tener en cuenta sus aportes. 1. El psicoanilisis orientado hacia el discurso Desde los inicios de su ensefianza Lacan insistié en que el psicoandlisis debia seguir el camino del andlisis del discurso en detrimento del andlisis del yo y de las defensas (Lacan, 1996 [1953-1954], pags. 103-115). La diferencia actitudinal que el analista deberd tener sobre el discurso del analizante (técnicamente definido por Freud como material), es una de las claves de la concepcién psicopatolégica lacaniana. Aqui Lacan se dice freudiano: si para Freud la diferencia entre las categorias psicopatolégicas neurosis de transferencia y neurosis narcisistas se define de acuerdo a la capacidad de ‘transferencia del analizante (Freud, 1914), para Lacan el discurso serd el objeto sobre el que se realizarén las inferencias diagnésticas de acuerdo al modo en que el mismo se haya estructurado: neurosis, perversién 0 psicosis (Barreira, 2012). La diferencia de la perspectiva lacaniana con otras lineas psicoanaliticas parte de este criterio teérico- técnico. En relacién a lo que seria el andlisis del yo y de las defensas, Lacan dird que se trata de una concepcién acorde a lo que él define como propio del registro imaginario. En cambio, Ia perspectiva lacaniana contempla que el psicoanalista deberia trabajar sobre el anélisis del discurso de acuerdo a la légica del significante, infiriendo los téminos en los que se entrama la Iégica del inconsciente, légica propia del registro simbélico. Esta divisoria de aguas marca un rumbo definido para el lacanismo, entendiendo que la légica del significante dicta el modo en que se estructura el inconsciente: de manera neurética, perversa o psicética. Estas posibilidades de estructura clinica encontrarin su definicién de acuerdo a lo propuesto por Lacan como “posicién subjetiva frente a la castracién”, cuestién que implica el planteo de la problematica edipica del complejo de castracién 2. La premisa del falo y el complejo de castracién En consonancia con los desarrollos freudianos de la década de 1920, Lacan indicé que el acceso al complejo de castracién se establece de acuerdo a la confrontacién de la premisa filica (“todos tiene pene”). La experiencia de percibir la diferencia anatmica entre sexos (no todos tienen pene: algunos si, otros no; unos tienen pene, otros estin castrados), implica la confrontacién_de_dos emunciados (“todos tienen pene” ys. “algunos tienen pene”). aa Tmplicancia Bi a te Implicancia ‘Término ents Condicién logic ages ae = ne, | Proposicién categorica universal Premisa fal Todos tienen pene. | Fr Posen ee Serel falo. Experienciadela | Algunos tienen __| Proposicién categérica particular diferencia anatémica | pene, otros estin _| afirmativa y negativa: Algunos S son P, | Tener el falo, de los sexos: castrados, ‘algunos S no son P. La nocién de premisa nos remite a la I6gica. Hablar de premisa félica indica, por una cuestién I6gica, que las cosas son como son por definicién. El caso de la premisa “todos tienen pene” se trata de una proposicién categérica”, un tipo de enunciado universal afirmativo que responde a la estructura “todos los S son P”. En cambio, “algunos tienen ‘pene y otros no”, es un enunciado particular afirmativo y/o negative (algunos S son P y > Las propesiciones categoricas, “...pueden ser consideradas como aserciones acerca de las clases, que ‘afirman o niegan que una clase esté incluida en otra, total o parcialmente” (Copi, 1999,p4g. 168) algunos S no son P). Lo que indica esta cuestién es que, para aceptar la castracién, se debe producir la sustitucién de una proposicién categorica universal por una particular. En términos edipicos, la légica de! universal es la I6gica que contempla ser el falo; en cambio la légica del particular es a que contempla la dialéctica del tener el falo. A continuacién veremos como la premisa félica es puesta en jaque en el complejo de castracién y qué alternativas planteé Lacan para dicha situacién. 3. El complejo de castracién y las estructuras clinicas La articulacién entre complejo de castracién y las estructuras elinicas se puede entender — claridad de acuerdo al planteo de Lacan en la conferencia La significacién del falo: “Bs sabido que el complejo de castracisn inconsciene tiene wna funcién de mudos 1% En Ia estructuracién dindmica de los sintomas en el sentido analitico del término, queremos decir delelailelestanalizablelen las neurosis, las perversiones y las psicosis; 2°) En una regulacién del desarrollo que da su ratio a este primer papel: a saber la instalacién en el sujeto de una posicién inconsciente sin la cwal’me\podrialidentifiearsercon' el tip6 ideal dé: aa ssusexo” (Lacan, 1988b [1966], pag. 665). Lacan se refiere a, “la estructuracién dindmica de los sintomas en el sentido analitico, lo analizable en la neurosis, las perversiones y las psicosis”, marcando una diferencia entre el sintoma (tal como este se presenta en el discurso del analizante) y la estructuracién dindmica al mismo (organizacién subjetiva que le permite al sintoma su aparicién como parte del entramado de una légica de funcionamiento mental). Cabe diferenciar dos niveles de implicancia subjetiva: un primer nivel se remite al sintoma en tanto fenémeno caracterizado por consistir en una manifestacién subjetiva apreciable de manera més directa. Un segundo nivel contempla tres posibilidades sobre las que el sintoma se entrama: las estructuras neurosis, perversién y psicosis®, Cada estructura clinica (0 psicopatolégica), se organizaré de acuerdo a la posicién que el sujcto del inconsciente asuma frente a la castracién: en el caso de la neurosis el mecanismo fundante sera la represién (Verdrangung); en cl caso de la perversién, su mecanismo 5, .Ja especificidad de la estructura de un sujeto se caracteriza ante todo por un perfil predeterminado de la economia de su deseo, regida esta por una trayectoria estercotipada. A semejantes trayectorias cstabilizadas las Hamaré, hablando con propiedad, rasgos estructurales. Los indicadores diagnésticos estructurales aparecen, pues, como indicios codificados por los rasgos de al estructura que son testigos, a su vez, de Ta economia del deseo, De abi lz necesidad, para precisar el caricter operatorio del iagnéstico, de establecer claramente 1a distincién que existe entre los «sintomas» y los «rasgos csiructurales»” (Dor, 2006, pag. 28) constitutivo serd la desmentida 0 renegacién (Verleugnung); en el caso de las psicosis se trataré de la forelusién 0 rechazo (Verwerfung) (Fink, 2007, pags. 103-10 2003, pag. 54), La diferencia planteada entre el nivel de la estructura y el nivel de los sintomas juega de manera definitiva en la concepcién que el analista se haga de la problematica del paciente, pero no sobre la base de lo que de manera conciente’el paciente indique. Bl analizante habla, quién realize inferencias y le asigna valor a lo que el paciente dice es el analista (Barreira, 2012). Para Lacan, no existe una diferencia que ubique en una relacién de oposicién superficie-profundidad a los sintomas y a la estructura; en todo caso, la estructura esté tan en la superficie como los sintomas (Evans, 2003, pag. 83), dado que ambas inferencias se hacen sobre el discurso del paciente que concurre al analista. Por otra parte, al afirmar que la posicién inconsciente del sujeto en relacién ala falta y a la sexualidad depende de lo que suceda en las vicisitudes del complejo de castracién, queda en evidencia que esti en juego la posicién subjetiva, y que se trata de una encrucijada en la que se define una posicién implicada desde la sexualidad. Lacan propone igualdad de condiciones a las estructuras psicopatolégicas en relacién al complejo de castracién, frente a la encrucijada de dicho complejo las opciones son tres: se reprime, se desmiente 0 se forcluye. No obstante, en el caso de la forclusién sucede algo diferente que en el caso de la represién y la desmentida. Para que haya forclusién, debe haber una precondicién dada, a saber: que en la constitucién del yo se hubiera dado una falla del registro simbélico, euestién que no se juega en el caso de la represién ni en la desmentida. De acuerdo a esta consideracién, no se “llega” al complejo de castracién en igualdad de condiciones para que se produzcan estas defensas: Ia falla de Jo simbélico en la formacién del yo resultara decisiva para que, una vez planteado el complejo de castracién, no sobrevengan la desmentida o ni la represi6n, quedando como opcién predeterminada la forclusién. El complejo de castraciém seré una segunda encrucijada simbélica en la que juega la definicién de las estructuras neurética y perversa, pero no para la estructura psicética, cuya encrucijada subjetiva esencial se juega en la formacién de yo y encontraré en el complejo de castracién una instancia de ratificacién més que una instancia de definicion. Esto quiere decir que ¢l estadio del espejo como instancia en la que se forma el yo resulta esencial al momento de plantear la problemitica de la castracién: de acuerdo al ins for modare, dul Yo modo en que el yo se estructure, la posicién que se vaya a tomar frente a la castracién estard predeterminada de acuerdo al trinsito por el estadio del espejo. das simb6licas: el complejo de castracién y la formacién del yo El planteo sobre el complejo de castracién tiene una inmensa importancia dado que se trata de la instancia légica previa a la posibilidad del ingreso a la conflictiva edipica freudiana: para Freud, el complejo de castracién es condicién necesaria y suficiente para el ingreso al complejo de Edipo. No obstante, haber estado expuesto al mismo no garantiza el ingreso al complejo de Edipo tal como luego lo desarrolla Lacan. En este sentido, s habitual encontrar referencias sobre cémo la desmentida opera en el complejo de castracién. No sucede lo mismo si buscamos referencias sobre la importancia del complejo de castracién en Jas psicosis. En el psicoandlisis lacaniano, cuando se explican las psicosis, resulta mucho més relevante el rol que juega la falla de lo simbélico en la constitucién del yo que el planteo sobre cémo la forclusion opera como defensa frente al complejo de castracién. No obstante, sendas cuestiones se encuentran implicadas; en la estructuracién de la psicosis ambas resultan esenciales para explicar su organizacién y funcionamiento. Desde el punto de vista de la teorfa bien podria decirse que ambas encrucijadas no conducen a una misma manera de “estructuramiento” o “estructuracién”, aunque ambas sean “estructurantes”. Para las psicosis, la falla de lo simbélico en la constitucién del yo resulta mucho més estructurante que el complejo de castracién. En todo caso, lo que hace la forclusién -en respuesta al complejo de castracién-, es ratificar la falla de lo simbélico en la formacién del yo. En este sentido, 1a forclusién presupone una falla que no se encuentra presente en los casos de la represién y de la desmentida: una falla severa de lo simbélico en la formacién del yo es razén suficiente para que devenga la forclusién. Por lo antedicho, sostenemos que el complejo de castracién introduce una encrucijada porque seré a partir del planteo de la posibilidad de castracién que la subjetividad se definiré en términos de neurosis, perversién 0 psicosis. En el caso de esta Ultima, los elementos que mejor la explican deberdn buscarse en la instancia constitutiva del yo. Para explicar con mayor precisién qué falla puede darse en la formacién del yo, resulta esencial el desarrollo de Lacan sobre el primer tiempo del complejo de Edipo. 5. Psicosis, estadio del espejo y complejo de castracion Para Freud, el complejo de castracién se entiende como un conjunto de consecuencias subjetivas, principalmente inconscientes, determinadas por la amenaza de castracién en el hombre y por la ausencia de pene en la mujer; en cambio, para Lacan seré el conjunto de estas mismas consecuencias en tanto estan determinadas por la sumisién del sujeto al significante (Vandermersch, Chemama, 2004, pag. 74). Veamos cémo para entender la psicosis juega més la formacién del yo que en el complejo de castracién: “La superposicin de lo simbélico sobre lo imaginario leva a la supresién o al menos @ la subordinacién de las relaciones imaginarias caracterizadas por la rivalidad y la agresividad a las relaciones simbélicas, dominadas por euestiones tales como los ideales, las figuras de autoridad, la ley, el rendimiento, los logros, la culpa, etc. (..) En la psicosis esta superposicién no se produce. Podemos, en el nivel tedrico, afirmar que ello se debe a la falla del establecimiento del ideal del yo, al no funcionamiento de la ‘metéfora paterna, a que no se pone en marcha el complejo de castracién, y a una serie de otros factores. El punto aqui es que Io imaginario contimia predominando en la psicosis, y que lo simbdlico, en el grado en el que es asimilado, queda «imagindrizadoy <5 asimilado no como un orden radicalmente diferente que se estructura el primero, sino simplemente por imitacién de otras personas. Puesto que el ideal del yo sirve para anclar el sentimiento de si del sujeto, para ligarlo a la aprobacién o el reconocimiento del Otro ‘Parental, su ausencia deja al sujeto con un precario sentimiento de si, una imagen propia ‘que puede desnflarse 0 evaporarse en cirtos momentos eriticos” (Fink, 2007, pé. 119). La(falla}en lo simbélico es lo que no permite que el complejo de castracién se ponga en marcha. En este sentido, debemos realizar una diferencia entre el estadio del espejo como estructurante del yo en términos de psicosis 0 no, y el complejo de castracién como instancia o estadio estructurante de neurosis o perversion. En la constitucién subjetiva de la psicosis, la formacién del yo juega de manera definitiva en favor de lo’ que posteriormente se definiré como posicionamiento subjetivo. Yendo directamente al primer tiempo del complejo de Edipo, encontramos las explicaciones de esta falla: el modo en que el nifio sea libidinizado por sus padres (narcisismo primario freudiano’), resultard decisiva para entender si la madre del nifio se priva 0 no, cuestién que motivard o no la forclusién del significante Nombre-del- “ “El nareisismo primario que suponemos en el niio, y que contiene una de las premisas de nuestras teorias sobre la libido, es mas dificil de asir por observacién directa que de comprobar mediante una inferencia retrospectiva hecha desde otro punto. Si consideramos la actitud de padres tiernos hacia sus ‘jos, habremos de discernirla como renacimiento y reproduecién del narcisismo propio, ha mucho abandonado” (Freud, 1993 [1914), pag. 87). padre (Evans, 2003, pigs. 52-56, 156-158). Si la madre no se priva, si la madre no le da lugar al padre, al nifio le quedaré tinicamente la opcién de identificarse con lo que le falta a la madre, el nifio tendera a identificarse con el falo de la madre, y esta posicién quedard cristalizada como estructura (psicosis). La libidinizacién del nifio por parte de Jos progenitores puede ser condicién necesaria pero no suficiente para que el yo se constituya de manera satisfactoria en el estadio del espejo. Entendemos que una falla simbélica en el proceso constitutivo del yo es el efecto légico, y no la causa, del modo en que haya sido libidinizado el niffo en cuestién. En este sentido, las vicisitudes de la formacién del yo definen el clivaje entre la “normalidad” (al menos hasta el momento del desarrollo psiquico en el que nos encontramos) y Ia psicosis. Por su parte, el complejo de castracién define el clivaje entre la neurosis (aceptacién de la diferencia e ingreso a la conflictiva edipica) y la perversién (desmentida de la castracién, aceptacién imaginaria de la diferencia, no aceptacién simbélica de la diferencia); en el caso de la psicosis, se tratard de una ratificacién. 6. Estadio del espejo, complejo de castracién y estructura Es importante resaltar tanto el modo de constitucién del yo como las vicisitudes del complejo de castracién para entender los modos légicos en los que se articulan los significantes de los que el sujeto del inconsciente seré efecto. Si la constitucién del yo resulta defectuosa, el sujeto devendré psicético en el momento en que se presente el complejo de castracién. En cambio, si la constitucién del yo en el estadio del espejo es exitosa, seré en la préxima encrucijada que se definiré si la posicién sera dada por la logica de la represién o de la desmentida. Decimos que el complejo de castracién sera una encrucijada porque en el planteo de la posibilidad de perder el pene, el nifio tendrd dos opciones: hacer frente a esa amenaza, padeciendo angustia, 0 negar la castracién, renegar la castracién, desmentirla. En la primera encrucijada simbélica se trata de cémo se tramita la posicién subjetiva en relacién a ser el falo, en la segunda encrucijada simbélica, lo que esta en juego es el tener el falo Yel el CL es 010 gneked ecla: el Tnstancia: |Resolucién| Efecto Implicancias | Clave ediien = 1 ‘osisida i Obs To mals saljaivo = 4 Primera | pypiigea |Palasentaconsincin | mdr aes con te Sta | Qual cao prince enerucijada |"™* | det yo: pico, de quedaratrapado eas posiciéa de | tempo del Edipo. pesnellnd a ‘Sites co ta errr Posicién subjetiva: ingreso en la Conricin) eann: | ay sme | ade eS deo utr | Fc pri ego yo : ‘rapa nap Jebenicae "| el ps al sepa Pevenin pavers Fochaa dein | Ralieacin dea cca ala Quota ee pine gunda Pasig: exci: rcs det | eficisncon portio slbjan | iene Sonora [0S se le simbillea: | igca [Dmisadein | Acqua imaginra dee items, | Qual secndo Complejo de casein pov. [no seqmcin sniicadels deta, | Geopo del Eig, castracién | Tngrsoa la confictiva | Accpacia dea diferencia, ingreo na | Pasa al toe tempo edipica: neurosis. contflictiva edipica del Edipo Agregar la falla de lo simbélico en la formacién del yo a la propuesta del complejo de castracién como encrucijada en la que se definen los modos de organizacién subjetiva, pemnite comprender con mayor claridad de qué manera las tres estructuras clinicas se corresponden a la dinémica de funcionamiento descrita por Lacan sobre los tres tiempos del complejo de Edipo. Neurosis, perversion y psicosis obedecen a las modalidades l6gicas planteadas por Lacan en La légica de la castracién del seminario sobre Las formaciones del inconsciente (Lacan, 1999 [1957-1958], pags. 145-248). 7. Conclusiones El concepto de estructura clinica en Lacan se entiende desde los aportes estructuralistas de la antropologia de Claude Levi-Strauss y Ia lingiifstica de Ferdinand de Saussure y Roman Jakobson. Sobre la lectura de la obra freudiana en esta clave, Lacan desarroll6 en la década de 1950 una concepcién psicopatolégica peculiar en la que se destacan el estadio del espejo y el complejo de castracién para entender las diferentes estructuras clinicas. En el presente trabajo, el estadio del espejo (en tanto instancia en la que se forma el yo) y el complejo de castracién (como instancia en la que se definen las estructuras clinicas), son concebidos como dos encrucijadas simbélicas (que se suceden légicamente), que deben ser tenidas en cuenta a la hora de considerar un diagnéstico de estructura clinica en el psicoandlisis lacaniano. En los desarrollos habituales de psicoandlisis lacaniano, encontramos que el complejo de castracién es la instancia en la que se definen las estructuras clinicas. Sin embargo, a la luz de una lectura cnidadosa de Lacan se refiere al complejo de Edipo partiendo de tres elementos intervinientes en calidad de significantes - a lo que lama ternario simbélico (Lacan, 1999 [1958], pag. 189): padre, madre ¢ hijo-, e incorpora un cuarto elemento (al que no Ie da el estatuto de significante), que resultard efecto de la articulacién entte los significantes mencionados. En esta proposicién se advierte cémo la concepcién estructuralista impregna la teoria freudiana del complejo de Edipo: “Tres de estos puntos cardinales vienen dados por tres términos subjetivos del complejo de Edipo, en cuanto significantes (...) El cuarto término es S. Este es, en efecto, inefablemente estipido, porque no posee su significante. Esté fuera de los tres vértices del tridngulo edipico, y depende de lo que ocurra en este juego (..) siel sujeto resulta ser dependiente de tas tres polos Hamados ideal del yo, superyé y realidad, es porque Ia Partida esté estructurada asi quiero decir que no se desarrolla sélo como una partida ‘particular, sino como una partida que se instituye como regla” (Lacan, 1999 (1958), pag. 161), De este extracto cabe resaltar la articulacién del complejo de Edipo con la teoria del significante (padre, madre y nifio son significantes), y el postulado de una estructura edipica como la articulacién entre la segunda tépica freudiana y el cuaternario padre, madre, nifio y sujeto. En su articulacién, los significantes padre, madre y nifio, producen un efecto, que es el sujeto, pero que implica al falo. De acuerdo a este planteo, el sujeto es el efecto de la combinatoria de los significantes padre, madre y nifio; en cambio, el falo es condicién de dicha combinatoria incidiendo en el modo en que se articulan los términos. En este sentido, el falo es un cuarto elemento simbélico que se articula con los significantes madre, nifio y padre. De acuerdo al modo en que se establezca la articulacién significante, la funcién del falo como objeto de Ja falta hard Jo suyo y determinard la posicién subjetiva, “En cuanto regula el curso del Edipo, la funciénfalica supone cuatro protagonistas: la madre, el padre, el nifio y el falo. Este iiltimo término constituye el elemento central a 190 alrededor vienen a gravitar los deseos respectivos de los otros tes (..) es el elemento que se inscribe fuera de la serie de los deseos, puesto que slo con relacin a él ‘puede corsituirse una serie de deseo; pero al mismo tiempo es el elemento que ordena la ‘posibilidad de tal serie, ya que, fuera de su presencia, el deseo no se desembaraza de su anclaje inaugural (..) Esta funcién filica se caracteriza prioritariamente, por la incidencia que adguirird, para el nifo, el significante félico en el curso de la evolucién edipica, Desde el punto de vista de Ia estructura, el primer momento decisivo es aguel en 10 que se esboza, para él, el cuestionamiento de la identficacién félica. Se trata de una vivencia identificatoria primordial donde el nifio es radicalmente identificado con el tinico y exclusivo objero del deseo de 1a madre, es decir, con el objeto del deseo del Otro, _ypor consiguiente con su falo” (Dor, 2006a, pigs. 34-35). De acuerdo al modo en que intervenga la funcién félica se definiré la posicién edipica subjetiva. En cada tiempo logico del complejo de Edipo el falo jugaré un rol preciso. 2.1. Primer tiempo del complejo de Edipo: psicosis o mis alld de la psicosis En el primer tiempo del complejo de Edipo se juega en la primera encrucijada simbélica, caracterizada por poner en cuestién la identificacién félica (sero no ser el falo). Esto es lo que se juega en la constitucién del yo: “Primer tiempo. Lo que el niio busca, en cuanto deseo de desea, es poder satisfacer el deseo de su madre, es decir, tobe or not tobe el objeto del deseo de la madre (..) aquello con lo que se identifica, eso otro que tratara de ser, el objeto satsfactorio de la madre (.) Bato es lo que busca y lo que se encuentra cuando la madre es interrogada por la demanda de no (.) Enel primer tiempo y en la primera etapa, se trata, pues, de est, el sueto se identifica en espejo con lo que es el objeto del deseo de la madre. Es ta etapa {falica primitiva, cuando la metéfora paterna actia en si, al estar la primacta del flo ya instgurada en el mundo por la existencia del simbolo del discurso y de la ley (..) Para ‘pustarle ala madre, basa y es sufciente con sere alo. En esta etapa, muchas cosas se detioneny se fjan en un sentido determinado” (Lacan, 1999 (1958, pégs. 197-198) La psicosis se definira de acuerdo a esta légica de funcionamiento subjetivo en la que no se produce sustitucién de orden materno (no se produce ninguna metifora), y el nifio queda en posicién de objeto félico de la madre. Por ende, tampoco se produce la subordinacién de Io imaginario a lo simbélico, primando lo imaginario en el orden de la dindmica simbélica: “En ta psicosis, el Nombre del Padre, el padre en cuanto funcién simbélica, el padre en el nivel de lo que ocurre agui entre mensaje y digo, y cédigo y mensaje, esti precisamente verworfen. Por esta razén, aqui no esté lo que he representado con lineas punteadas, a ‘saber, aquelio con lo que el padre interviene en cuanto ley. Esté ta intervencién en bruto diel mensaje en bruto, es también fuente de un cédigo que esté mas alld de Ia madre” (Lacan, 1999 [1958], pag. 210) En varios pasajes de su obra, Lacan establece a la forclusién del Nombre del Padre como operacién propia de la psicosis. No obstante, que la funcién patema se encuentre “forcluida” no necesariamente indica que dicha funcién se encuentre operando, més bien todo lo contrario. Que la funcién patera se encuentre forcluida es més una observacién que una operacién, precisamente porque én esta légiea el padre no opera. Esto leva a plantear la pregunta por aquello que s{ opera, y que es lo que hace que la fancién paterna no funcione Aqui entra en escena Ja madre. La operatoria de la forclusién presupone a una madre que no se priva del falo, esta ultima seria quien no otorga la posibilidad de intervencién de otro que no sea ella, imposibilita el ingreso de un tercero en la diada madre-nifio. La Privacién en tanto categoria de la falta, apunta a precisar con mayor rigor las teorizaciones freudianas sobre la castracién femenina y la envidia del pene (Evans, 2003, pags. 89-90, 152-153). En la consideracién simbélica de la dindmica del primer tiempo del complejo de Edipo, prima la propia dinamica edipica femenina de la madre. Se trata del modo en que las significaciones filicas hacen lazo con su nifo Freudianamente podemos decir: se trata del modo en que la madre libidiniza a su nifio como objeto filico para si (de acuerdo a cémo haya ella podido, de mejor o peor manera, tramitar la ecuacién simbélica filica de sustitucién del pene por el hijo): “De modo que la privacién se refiere a la falta de pene en la mujer, que es sin duda wna Salta en to real (..) lo que falta no es el Srgano real, pues biol6gicamente hablando, la vagina no estéincompleta por carecer de pene; lo que falta es un objeto simbélico, el falo simbélico” (Evans, 2003, pag. 152). En la psicosis la privacién materna no se produce, cuestién que imposibilita que el nifio se introduzea en la dialéctica del deseo quedando identificado con el objeto filico; él se convierte en el falo de su madre. Por eso decimos que el psicético se encuentra en posicién de objeto y no de sujeto, aunque lo correcto seria decir: lo més subjetivo que puede hacer un psicético es tender a posicionarse como objeto fiilico de su madre. Al no funcionar una instancia tercera entre el nifio y su madre, no se posibilitara la sustitucién del orden materno. La privacién de la madre de su hijo como objeto falico implicarfa que esta pueda desear més alla de su hijo: 12 1a madre desea el falo imaginario. Entonces (el nto) trata de satisfacer el deseo de la ‘madre identficdndose con el falo imaginario (o identfiedndose con la madre félica, la ‘madre imaginada como poseedora det falo” (Evans, 2003, pag. 123), Que la funcién paterna se encuentre forcluida no significa que el padre no exista “en la realidad”, sino que el mismo esté velado. Esto quiere decir que el padre puede estar 0 puede no estar, pero Io esencial es no funciona como tal porque no hay lugar para él. Por eso en las psicosis se habla de un padre imaginario como agente de la privacién real: “la instancia paterna se introduce bajo una forma velada, 0 todavia no se ha ‘manifestado, Ello no impide que el padre exista en la maternidad mundana, quiero decir en el mundo, debido a que en éste reina la ley del simbolo, Por eso la euestién del falo ya estd planteada en algiin lugar en la madre, donde el nifio ha de encontrarla” (Lacan, 1999 [1958}, pi. 200), Que el padre esté ausente como instancia simbélica significa que no es parte del discurso, que no funciona como significante*. Mas bien, el nifio tenderd a identificarse con aquello que completa a la madre, jugard a ser el falo de la madre dado que esta le indica eso. Siguiendo al Lacan del seminario 5, decir que es el padre quién opera en esta instancia es incorrecto € incluso contradictorio. Por este motivo, cabe reflexionar sobre el rol sobrevalorado que se le da al fracaso de la funcién paterna en esta instancia. De acuerdo a cémo hemos considerado la explicacién lacaniana del primer tiempo del complejo de Edipo, debemos indicar que lo que fracasa en las psicosis no ¢s tinicamente Ja metéfora paterna, sino también (y sobre todo), Ia instancia matemna en tanto que la madre no se priva de la castracién. El agente de la privacién ~en el caso de las psicosis, de la no-privacién-, mas que el padre imaginario -que pareciera estar completamente pintado- es la madre falica, que no se priva. La madre filica, “es la madre en ausencia del padre” (Massota, 2006, pig. 168) Este desarrollo nos advierte sobre los peligros de reducir las vicisitudes del complejo de Edipo al rol de la metéfora patemna sin incluir debidamente el rol de Ia madre. Por otra parte, si hay algo que hace que la constitucién del yo sea fallida, es justamente esta * Este desarrollo es estrictamente teérico y presenta una l6gica sélida y coherente. No obstante, cabe preguntarnos si, para que se produzca una psicosis, ademés de haber madre falica, el padre no tiene lugar, no solo porque la madre no se priva, sino también porque es este quién no lo reclama, {Qué pasaria con un padre que reclama su lugar aunque la madre no se lo quiera dar? Se produciria nnecesariamente una psicosis. Queda el interrogante planteado, madre falica que no alienta a que el nifio se identifique como sujeto, sino como objeto filico. 2.2. Segundo tiempo del complejo de Edipo: mas alld de la psicosis ‘La posibilidad de pasar de un primer tiempo l6gico a un segundo es posible en tanto y en cuanto el significante padre entra en juego. Que “entre en juego” significa que el mismo es capaz de operar interviniendo de alguna manera en la estructura. Si en el Primer tiempo a madre no se priva de su propia castracién, generando la imposibilidad de la salida del niffo del orden mateo, en el segundo tiempo sucederd es que la madre si se priva. Que la madre “se prive” significa que su actitud le permitiré al nifio no identificarse con el ser el falo de su madre. Siguiendo la teor‘a lacaniana, que el nifio no se identifique con el objeto falco de su madre seré un mérito de la madre, ya depende de que esta desce més alld de nifio, y esto es lo que le mostraré al nifio que él no satisface por completo a su madre. Ese més allé del nifio, esa alteridad que hace hueco entre la madre y el nifio se denominaré “padre”. Entonces, que la madre se prive significa que su madre posard su atencién en el nifio Pero también en otras cosas més allé del nifio. Cuando nos referimos a “prestar atencién”, nos referimos al valor simbélico que se le otorga a las cosas en general, eémo son significadas y que sentido tienen para la madre. “Otras cosas que no son el nifio”, quiere decir que la madre no deposita la significacién félica inicamente en su hijo, sino ue la significacién filica de la madre contemplaré otros objetos ademas del nifio. Aqui en donde la madre deja de ser falica para privarse de la castracién. Desde la significacion filica de la madre, no habra coincidencia entre aquello que le falta y el se le llama padre. Alli es en donde aparece el padre o el espacio de terceridad, como aquello que esté mas alla nifio. Dicho de otra manera, a esa “otra cosa que no es el nifio del niffo en el deseo de la madre. Esto quiere decir que el padre seré vivido por el nifio como un intruso que lo priva de su madre: “wel padre se afirma en su presencia privadora, en tanto es quién soporta la ley, y esto 4 no se produce de una forma velada sino de wna forma mediada por la madre, que es quien lo establece como quien le dicta la ley” (Lacan, 1999 {1958}, pag. 200). ‘La madre permite la intervencién de un tereero por el hecho de no ubicar a su hijo como ¢l objeto filico de su castracién. Por eso es que se dice que es la madre Ia que le da el lugar al padre y no el padre el que lo hace. Y decimos también, siguiendo el planteo lacaniano del primer tiempo del complejo de Edipo, que en un primer momento es més Ja madre quién define el rol paterno que el padre que juega un rol imaginario, En el segundo tiempo, también la madre es quién juega un rol esencial pero, a diferencia del primer tiempo, privandose de la tentacién de hacer coincidir a su nifio con su falo. Esto es lo que Lacan plantea como metéfora: el orden materno (en el que el nifio ocupa el lugar del objeto fillico de la madre) es sustituido por otro orden en el que hay otros objetos (se denomina terceridad porque hay algo tercero que no es ni madre ni nifio), que circulan por la significacion falica de la madre. Lo que Lacan caracteriza en este segundo tiempo es que la aparicién el padre es vivido por el nifio como un intruso porque le quita la totalidad de la madre. La aparicién del padre implica que hay algo més allé del nifio que es deseado por la madre y esto es vivido por el nifio como una intrusién. “Segundo tiempo. Les he dicho que, en el plano imaginario,el padre interviene realmente como privador de la madre, y esto significa que la demanda dirigida al Orr, si obtiene el relevo conveniente, es remitida a un tribunal superior. En efecto, es0 con lo que el sujeto interroga al Otro, al recorrerlo todo entero, encuentra siempre en él, en algin lado, al otro del Otro, a saber, su propia ley. En este nivel se produce lo que hace que al niio le vuelva, pura y simplemente, la ley del padre concebida imaginariamente por el sujeto ‘como privadora para la madre” (Lacan, 1999 [1958], pég. 198). i bien esta es la descripcién del segundo tiempo del Edipo, Qué es lo que hace que un sujeto se ubique en esta posicién? La segunda encrucijada simbélica. Frente al complejo de castracién, cuando la diferencia anatémica de sexos (hay seres con pene y seres castrados) cuestiona la premisa falica (todos tienen falo), se produce un acto de negacién (Veneingung) 0 desmentida (Verleugnung) de la castracién: la diferencia de sexos es aceptada en un nivel imaginario pero no es registrada en un nivel imaginario dando lugar a la desmentida: “Si, esté castrada (aceptacién imaginaria de que la madre no tiene pene), pero no esté castrada (negacién de la implicancia simbélica de la diferencia entre sexos)”. ‘A del Las perversiones se estructuran de acuerdo a esta légica resultando un mas complejo de castracién ya que, la desimentida de la, castracién hace que no sucedan cambios en la modalidad de funcionamiento mental del nitio. La desmentida define y ratifica la modalidad légica de funcionamiento mental de las perversiones, no permitiendo pasar més alla del complejo de castracién. De este modo, las perversiones dependen de dos condiciones: de que la madre se prive de devorar al niffo, cuestién que le permitird, legado el momento légico de hacer frente a la castracién (complejo de castracién), desmentir la castracién de la madre aceptindola parcialmente. 2.3. Tercer tiempo del complejo de Edipo: mas alla del complejo de eastracion De manera similar al segundo tiempo, se Hega al tercer tiempo sélo una vez que se ha producido la encrucijada del cuestionamiento de la premisa falica (todos tienen pene) mediante la confrontacién de la diferencia anatémica entre sexos (algunos tiene pene, otros estén castrados). Pero a diferencia del segundo tiempo, no opera la desmentida sino que, “el sujeto es liberado de la tarea imposible y provocadora de angustia de ser el falo, cuando comprende que el padre lo tiene” (Evans, 2003, pag. 55). “La tercera etapa es tan importante como la segunda, pues de ella depende la salida det complejo de Edipo, El fal, el padre ha demostrado que lo daba solo en la medida en que 8 portador, o supporter, de la ley. De él depende la posesién o no por parte del sujeto ‘materno de dicho falo. Si la etapa del segundo tiempo ha sido atravesara, ahora es Preciso, en el tercer tiempo, que lo que el padre ha prometido lo mantenga. Puede dar 0 rnegar, porque lo tiene, pero del hecho de que él lo tiene, el falo, ha de dar prueba Interviene en el tercer tiempo como el que tiene el falo y no como el que lo es, ypor eso ‘Puede producirse el giro que reinstaura la instancia del falo como objeto deseado por la ‘madre, y no ya solamente como objeto del que el padre puede privar (Lacan, 1999 11958}, pig. 199). Lo que garantiza la posibilidad de acceso al tercer tiempo es el ingreso a la dialéctica del tener el falo, quedando “superada” la problematica de Ia identificacién de ser el falo. “..el padre se revela en tanto que él tiene. Es la salida del complejo de Edipo. Dicha salida es favorable si ta identificacién con el padre se produce en este tercer tiempo, en el ‘que interviene como quien lo tiene. Esta identificacién se llama Ideal del yo, Se inscribe en el triéngulo simbélico en ef polo donde esta el nifio, mientras que en el polo materna empieza a constituirse todo lo que luego seré realidad, y del lado del padre es donde empieza a constiturse todo lo que luego serd superyé” (Lacan, 1999 [1958], pig. 200), De este modo se define la dindmica de las neurosis: de lo que se trata es de tener. Enel caso del nifio, esto le permitiré la identificacién con el padre ya que, él tiene como el Padre tiene el suyo: “en esta identificacién secundaria (simbélica), el sujeto trasciende 's agresividad intrinseca en la identificacion primaria (imaginaria)” (Evans, 2003, pag. 55) 3. Conclusiones De la articulacién de la dindmica de los tres tiempos del complejo de Edipo se desprenden los modos de organizacién subjetiva y funcionamiento psiquico concebidos Por Lacan en la década de 1950. Aunque el mismo rechaz6 la idea de concebir estadios Ge formacion subjetiva privilegiando la vision estructuralista del psicoandlisis, el ‘ecorrido realizado por sus ideas nos muestra que su propuesta del complejo de Edipo contempla la sucesién de ciertos momentos Iégicos que, en su dinémica, definen el ‘odo de organizacién subjetiva de una persona (de hecho a la instancia en que se forma cl yo la denominé “estadio” del espejo). Esta propuesta, que no se ata a los cénones de 'a psicologia evolutiva, no excluye la posbilidad de articulacién con otras explicaciones psicoanaliticas. Por otra Parte, este desarrollo Psicopatolégico sobre las estructuras dejard su lugar a nuevos desarrollos a partir del Seminario 17 en el que lacan propondré cuatro variantes de discurso (discurso del amo, discurso de la universidad, discurso de la histeria y discurso del analista), desarrollo que excede nuestra presentacién. No obstante al paso dado por Lacan, algunos autores lacanianos como Jo8! Dor (2006a, 2006b, 2008) o Jean Claude-Maleval (2012) continuaron plantedndose Ja psicopatologia Jacaniana desde la propuesta de las estructuras, mientras que otros autores como Pablo Peusner (2008) siguieron ~y hasta legaron a proponer una lectura particular, sobre el desarrollo de los discursos. En lo que respecta al presente trabajo, cabe mencionar que sobresalen dos cuestiones relevantes. En primet lugar, la importancia del estadio del espejo como formador del yo ¥ del complejo de castracién como dos encrucijadas simbélicas que deben ser tenidas en cuenta a la hora de considerar un diagnéstico de estructura clinica. En los desarrollos lacanianos babituales, encontramos que es el complejo de castracién la instancia en la ue se definen las estructuras clinicas. Sin embargo, a la luz de una lectura cuidadosa de 'a obra de Lacan proponemos considerar que tanto el complejo de castracién como al estadio del espejo, ambos, se encuentran en un nivel similar de importancia en tanto encrucijadas simbélicas. En segundo lugar, la importancia del rol matemo, su funcién simbélica en los primeros momentos de vida del nifio; este resultard fundamental en el futuro de la posicién subjetiva del nifio dependiendo de la privacién o de la no privacién de su deseo falico. Lo interesante aqui tiene que ver con la importancia que juega para Lacan el rol materno en detrimento de la funcién paterna que no opera en esta instancia -recordemos que en l primer tiempo del complejo de Edipo el padre juega un rol puramente imaginario, En definitiva, la funcién que ella cumpla dividira las aguas a favor de la psicosis o no segin se traté de una madre filica 0 no. Esto quiere decir que, a la importancia que siempre se Ie atribuye al rol de la funcién paterna en las vicisitudes del complejo de Edipo y en las estructuras clinicas, habria que revisar y revalorizar esta funcién materna. Al fin de cuentas, la estructura contempla al padre, a la madre, al nifio y al sujeto. Dentro de las eriticas que debe hacerse a este tipo de concepciones, cabe mencionar que siguen la linea de los cuestionamientos que se le hace a la psicopatologia psicoanalitica desde Freud, profundizando atin més los aspectos oscuros a la realizacién de un diagnéstico propiamente dicho. El diagnéstico de neurosis, psicosis 0 perversién resulta lit a fines del diagnéstico diferencial pero resulta muy pobre més alla del psicoanilisis. Este hecho ha sido advertido por los psicoanalistas, a quienes no les preocupa demasiado la simplicidad de esta categorizacién; el diagnéstico psicoanalitico no busca clasificar cusdros psicopatologicos, que busca establecer si se indica tratamiento psicoanalitico o no. Esta es una diferencia clave con la psiquiatria y con las necesidades sanitarias del estado. La concepcién psicopatolégica lacaniana implica el manejo de una formacién muy especifica en psicoandlisis lacaniano que promueve la especializacién profesional pero que se aleja de Ia estandarizacién tan necesaria para el disefio de politicas en salud mental. La formacién de profesionales expertos en el manejo pacientes resulta esencial para una asistencia adecuada a la poblacién. Para los psicoanalistas lacanianos, las Variantes que pueda haber dentro de cada estructura tienden mas a borrarse que a tomar rumbos diferentes, cuando no a desaparecer. Esta es una de las razones por las cuales un gran mimero de psicoanalistas deseen no ser identificados como psicoterapeutas. En este sentido, la psiquiatria ofrece sistemas de clasificacién tendientes a contemplar las diferencias especificas dentro de los géneros, intentando buscar soluciones especificas para cada cuadro en cuestidn. La concepcién estructural permite tener una visién de 18 fondo del paciente pero no necesariamente ayuda en lo operativo: la visién de fondo es necesaria para el trabajo con el paciente pero no es suficiente para el trabajo dentro de lun marco institucional. Es por eso que funciona muy bien en consultorios particulares y con pacientes con patologias leves: los neurdticos, en estos casos, los psicéticos son excluidos de la indicacién del psicoandlisis tradicional, Bibliografia BARREIRA, I. (2012). El esquema de anélisis en ef diagndstico psicoanalitico. Revista Virtual de la Facultad de Psicologia y Psicopedagogia de la Universidad-del Salvador, 2012, 28, 17-29. (2013) “Una revisién de la concepcién psicopatolégica freudiana”. Acta Psiquidtrica y Psicolégica de América Latina. $9 (1): $4-63. BASTIDE, R. y otros (1968). Sentidos y usos del término estructura en las ciencias del hombre. Editorial Paidés. Bs. As. COPI, L. (1999). Introduccién a la légica. Eudeba. Bs. AS. DOR, J. (20068). Estructuras clinicas y psicoandilisis. Amorrorta Editores. Bs. As (20060). Estructura y perversiones. Gedisa Editorial, Barcelona. (2008). E! padre y su funcién en psicoandlisis. Nueva Visién. Bs. As. EVANS, D. (2003). Diccionario introductorio de psicoanélisis lacaniano. Editorial Paidés. Bs. As. FINK, B. (2007). introduccién clinica al psicoanélisis lacaniano, Teoria y técnica. Gedisa Editorial Barcelona. FREUD, S. (1914 [1993]). Jntroduccién al narcisismo, En Obras Completas, Tomo XIV. Amorrortu Editores. Bs. As. LACAN, J. (19888 [196)). Escritos J. Siglo veintiumo editores. Bs. As. (1988 [1966). Escritos 2. Siglo veintiuno editores. Bs. As. (1996 [1953-1954]). £1 seminario de Jacques Lacan. Libro 1, Los escritos técnicos de Freud. Ediciones Paidés. Bs. As. (1999 [1957-1958]. EI seminario de Jacques Lacan. Libro S. Las formaciones del ‘inconsciente. Ediciones Paidés. Bs. As MALEVAL, J-C. (2012). Locuras histéricas y psicosis disociativas. Editorial Paidés. Bs. As. MASOTTA, O. (2006). Lecturas de psicoanélisis Freud, Lacan. Editorial Paidés. Bs. As NASIO, J. D. (1998). Ensefianza de 7 Conceptos fundamentales cel psicoandlisis. Gedisa Editorial Barcelona, PEUSNER, P. (2008). EI nifio y el Otro. Pertinencia de los “cuatro discursos” en la clinica Psicoanalitica lacaniana con nifos. Letra Viva Editorial. Bs. As, ROUDINESCO, E. (1994). Lacan. Esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento, Fondo de Cultura Econémica. Bs. As. VANDERMERSCH, B. CHEMAMA, R. (2004), Diccionario del psicoandlisis. Segunda edicién revisada yampliada. Amorrortu Eaitores. Bs. As,

También podría gustarte