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CHULLACHAQUI, EL GUARDIÁN DEL BOSQUE

Cuando Margot bajaba la orilla del río se dio cuenta de que


había un pequeño debajo de un árbol. Se acercó y se percató de que
aquél pequeño se parecía a su hijo cuando se ponía de espaldas, con
ese ponchito rojo que tanto le encantaba. Sin embargo, a la medida
que se iba aproximando noto algo sumamente raro, aquel ser tenía
la tez blanca al igual que los pocos cabellos que salían de la capucha
que llevaba puesta, de pronto ese instinto maternal se convirtió en
curiosidad haciendo que acelerará el paso para ver qué era esa
extraña criatura que se encontraba a la sombra del árbol, se llevó
una gran sorpresa al sentir que la criatura estaba sobre ella
cubriéndole la espalda.

Eran las cinco de la mañana del día miércoles, todos los


diarios tenían el mismo encabezado. Ya eran tres las personas desaparecidas cerca a orillas del
Río. En la casa de los Castro el ambiente era fúnebre, no se percataba ni del sonido del hacha de
aquel hombre qué cortaba madera afuera. El padre de aquella mujer fue seguidamente a la
iglesia en busca de consuelo, el señor Santos no dejaba su Biblia ni para ir a dormir, él tenía
creencias desde muy pequeño que había seres que habitaban el bosque donde ellos vivían.
Recordó por un momento la pequeña historia que le contó su madre, sobre un ser mitad duende
mitad demonio que engañaba a las personas para llevárselas y nunca devolverlas, la madre decía
que a veces este era amistoso y muy pocas veces podrías verlo en su forma real. Algunos
pobladores lo llamaban Chullachaqui el guardián del bosque, los pobladores no lo consideraban
como un mal ser, debido a que éste era agresivo y se llevaba solo a las personas corruptas,
pecadoras y a los ateos.

Don Santos a pesar de saber dichas creencias mantenía la esperanza de que algún día su
hija sería perdonada y volvería al lugar donde pertenece, frente a la tumba de su nieto imploró
el perdón para que su hija vuelva.

Margot hace un tiempo tomó una mala decisión, prefirió irse a una fiesta dejando a su
hijo dormido, pensando de que esté tal vez no se iba a levantar hasta la hora que ella decidía
volver, salió y perdió la noción del tiempo. A la mañana siguiente cuando los rayos del sol ya
estaban en su punto más alto, ella se dio cuenta el fatídico error que había cometido. Su hijito,
Gustavo, yacía ahí tirado con las lágrimas secas y los pies entumecidos. Parecía que aquel niño
había gritado toda la noche, el pequeño había salido en busca de su madre con aquel ponchito
rojo que ella le tejió.

Aquel fatídico suceso sucedió en la mitad del bosque, cerca la casa de Margot. Donde
coincidentemente el Guardián del bosque se percató de dicho episodio y como siempre hace
decidió castigar a la madre que prefirió la diversión antes que a su hijo.

Muchos dicen que el Chullachaqui es un ser malo, maligno por ser el hijo del demonio,
pero en realidad lo único que hace es castigar a esas personas que cometen un gravísimo error.
Pecadores qué necesitan ser reprendidos.

Alguna vez si alguien se te acerca en medio del bosque y se parece a una persona
conocida, tienes que saber que un pecado has de haber cometido.

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