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TEMA I: Contexto histórico de la segunda

mitad del siglo XVIII


El estado venezolano, se conforma como Estado en 1777 a partir de la Capitanía
General de Venezuela, colonia del Imperio español que había sido fundada en 1527.
La historia escrita de Venezuela se remonta a la llegada de los primeros españoles a
finales del siglo XV, pero la historia de lo que hoy se conoce como Venezuela
comienza en realidad con el poblamiento del territorio por las
migraciones amerindias hace miles de años. Venezuela fue residencia para estos
importantes grupos tribales, como fueron los Caribes.

El siglo XVIII ve la llegada de la Compañía Guipuzcoana, o Compañía de


Caracas, que se establece en 1728 y deviene en un ente monopolizador del comercio
del cacao y de la venta de productos importados directamente de España, tales como
vinos, trigo, telas y hierro, eliminando tanto para los productores como para los
consumidores locales la posibilidad de acceder a otro mercado, lo cual genera enormes
fricciones sociales y animadversión de productores y comerciantes criollos en contra
de dicha compañía, sus medidas y sobre todo, sus prácticas con respecto a la fijación
de precios de las mercancías. Sin embargo, el establecimiento de la Compañía trae
también beneficios, impulsando por su propio interés el desarrollo o mejora de la
infraestructura de puertos locales, tales como Puerto Cabello, Maracaibo, Coro y La
Guaira, así como el resguardo de toda la costa desde el río Esequibo hasta la Goajira,
al occidente, y su defensa en contra de contrabandistas que saboteaban su monopolio.
Se requisan barcos, se revisan paquetes y caletas marinas y se crean alcabalas de
aduana y control. Sus prácticas monopólicas y excluyentes produjeron varias
revueltas, siendo una de ellas la liderada por el zambo Andresote, en San Felipe,
en 1735. Sin embargo, la más relevante ocurrió en Barlovento, extendiéndose después
hacia Caracas, entre 1748 y 1752, la cual estuvo liderada por el cosechero local de
origen canario Juan Francisco de León y a la cual se plegaron todos los sectores
marginados por las prácticas de la Compañía Guipuzcoana, incluyendo esclavos,
pardos y canarios, por lo cual adquirió tintes de revolución social. Ambas fracasan
por falta de apoyo de la élite criolla local, que decide plegarse a la Corona.

A mediados del siglo XVIII se fundan ciudades como Angostura (1764), en el


Orinoco, y San Fernando de Apure (1788), y crecen otras como San Carlos, Calabozo
y San Cristóbal, en los Andes. Los jesuitas son expulsados hacia 1766, al igual que en
el resto de América por orden real. En 1777 se produce la integración de las varias
provincias en la así llamada Gobernación de Venezuela y luego en la Capitanía
General de Venezuela, que constituye esencialmente desde entonces el actual
territorio de la nación. El libre comercio se instaura y se extingue en esa década la
Compañía Guipuzcoana. A fines de siglo se crea la Real Audiencia de Caracas, con
jurisdicción judicial para conocer de los pleitos en segunda instancia, que sustituye en
esa función a la antigua Audiencia de Santo Domingo.

Capitanía General de Venezuela 1777


Las provincias existentes para el momento de la creación y organización de la
Capitanía General de Venezuela eran, aparte de la Provincia de Venezuela serían:

Provincia de Trinidad, creada en 1532, por el conquistador Antonio Sedeño, y


originalmente bajo la jurisdicción de Santo Domingo, posteriormente a su
incorporación a la Capitanía General, fue atacada por una flota inglesa, que obtuvo la
rendición de la plaza, del gobernador de la isla, en el año 1797, y fue reconocida su
ocupación por Tratado de Amiens en el año 1802.

Provincia de Cumaná, está reunió a las anteriores provincias o gobernaciones


de Nueva Andalucía y Paria, en una única entidad, la misma fue originalmente
dependiente de la Real Audiencia de Santo Domingo a partir del año 1569, hasta que
fue sujeta a la jurisdicción del Virreinato de la Nueva Granada, de 1749 a
1777. Provincia de Margarita, la isla fue una provincia hasta el año 1600, cuando pasa
a depender directamente de la Corona Española hasta 1777. Provincia de Guayana,
también conocida como Provincia de Angostura, y fundada en el año 1591. Provincia
de Maracaibo, formada en 1740, con la unión de las anteriores provincias de La Grita
y Mérida.

La Provincia de Venezuela o Caracas, depende siempre de la Real Audiencia


de Santo Domingo, en la isla La Española, hasta 1718, cuando el nuevo régimen
borbónico en España, por Real Cédula la hace depender en adelante del recién
creado Virreinato de Nueva Granada. Se independiza de nuevo de este Virreinato de
la Nueva Granada en el año 1742. Treinta años después se le anexan los territorios de
las provincias de Maracaibo, Guayana, Cumaná, dependientes del Virreinato de la
Nueva Granada, la provincia de Trinidad, dependiente de Santo Domingo y Margarita,
dependiente de la Corona Española, para formar la Capitanía General de Venezuela,
con capital en la ciudad de Santiago de León de Caracas, por Real Cédula emitida por
el Rey Carlos III de España, el 8 de septiembre de 1777.

La autoridad de la Capitanía General abarca los asuntos de índole política,


militar y económica, de todas las anteriormente señaladas provincias; sin embargo,
las mismas continúan dependiendo judicialmente de la Real Audiencia de Santo
Domingo, y sus gobernadores eran nombrados directamente por la Corona Española.
La influencia de Caracas como ciudad central de gobierno oficial, y residencia del
Gobernador en un área que abarcaba económicamente varias otras gobernaciones
como la de Nueva Andalucía, Mérida o Guayana, influye finalmente para integrar
todo el conjunto de provincias y gobernaciones del área de Venezuela alrededor de la
Gobernación de Caracas. La economía colonial de Venezuela gira alrededor de la
exportación de cueros, trigo, tabaco y cacao, con auges en diferentes épocas, siendo
este producto, el cacao tan apreciado en el exterior por su finura, aroma y calidad que
impulsa durante los dos siglos finales de la etapa colonial el desarrollo económico, y
genera una casta ilustrada de descendientes de los conquistadores, conocida como los
mantuanos, que basa su riqueza y poder en este producto durante esos 2 siglos.
Evolución educativa en tiempos de la Colonia
El Imperio Español descuida y limita la promoción de la educación en sus
colonias. Venezuela, al ser una provincia particularmente pobre después del colapso
de la explotación de las perlas en el siglo XVII, es particularmente olvidada. Los
grupos de mulatos y otros no tienen acceso a la educación siquiera básica. En 1727
se crea la primera universidad en Venezuela, siglos después de que se hubiera hecho
en México o el Perú. En 1760 el gobernador de la provincia de Caracas le otorga un
permiso al coronel de ingenieros Nicolás de Castro para introducir los estudios de
matemáticas con una Academia de Geometría y Fortificación exclusivamente para sus
oficiales. Manuel Centurión crea en 1761 una Academia Militar de Matemáticas. En
1763 el maestro Lorenzo Campins y Ballester introduce una Cátedra de Medicina.
Evolución política y económica a finales del siglo XVIII
La fuerza militar hispana es bastante reducida para la población. Para 1777 hay
en teoría unos 12000 militares para una población de unas 800 mil personas. Es así
como en 1797 las tropas de Abercromby conquistan con facilidad las islas de Trinidad
y Tobago: el gobernador José María Chacón apenas había conseguido movilizar unos
quinientos soldados mal armados en contra de una armada con 59 buques y 6750
soldados de tierra.

Varias tímidas intentonas de emancipación se producen, una de ellas liderada


por el ex esclavo José Leonardo Chirino en Coro, y otra por los criollos Manuel
Gual y José María España y el español Juan Bautista Picornell influenciados por las
ideas de la Revolución, establecidos en La Guaira, denominada la Conspiración de
Gual y España. Sus cabecillas son presos y algunos ahorcados en la Plaza Mayor de
Caracas en1799.

Alexander von Humboldt informa que para el comienzo del siglo XIX
Venezuela importaba productos por más de 35 millones de francos de la época y que
cuatro quintas partes de esta mercancía vienen de Europa. Dice que los cueros de
Carora, las hamacas de Margarita y las mantas de algodón del Tocuyo son productos
muy poco importantes “incluso para el mercado interno”.
Primeros pasos para la independencia de la Venezuela
A finales del siglo XVIII tienen lugar los primeros conatos independentistas en
Venezuela. La primera de ellas es una rebelión armada en 1795 con José Leonardo
Chirinos a la cabeza. La otra se trata de una conspiración por parte de Manuel
Gual y José María España, en 1797, y es la primera de raíces populares. Ambas
intentonas resultan fallidas, con sus respectivos líderes ejecutados. Francisco de
Miranda, por su parte, intenta dos veces en 1806 invadir el territorio venezolano
por La Vela de Coro con una expedición armada proveniente de Haití. Sus incursiones
terminan en fracasos por la prédica religiosa en su contra y la indiferencia de la
población.
Independencia de Venezuela
La fecha del 19 de abril de 1810 marca el inicio de la revolución venezolana.
Vicente Emparan, para ese entonces era el Capitán General de Venezuela, es
destituido de su cargo por el Cabildo de Caracas. Ello da paso a la formación de
la Junta Suprema de Caracas, la primera forma de gobierno autónomo. La Junta
gobierna hasta el 2 de marzo de 1811, día en que se instala el Primer Congreso
Nacional, ente que nombra un triunvirato compuesto por Cristóbal Mendoza, Juan
Escalona y Baltasar Padrón. Meses después, el 5 de julio de ese año, se procede
finalmente a firmar la Declaración de Independencia. Pero esta Primera
República colapsa por la reacción de los realistas. El 25 de julio de 1812 Miranda,
Comandante en Jefe del recién creado ejército, capitula en San Mateo. Simón Bolívar
y otros militares entregan a Miranda a los españoles liderados por Monteverde, quien
les dan carta de salida del país.

El movimiento tiene nuevo impulso en 1813. Simón Bolívar, luego de hacerse


con el control de Cúcuta, emprende una expedición armada por los Andes y la región
occidental, junto con Atanasio Girardot y José Félix Ribas. Luego de hacer público el
polémico Decreto de Guerra a Muerte, enfrenta a los realistas en cuatro batallas a lo
largo de la ruta hacia la capital. Al terminar la campaña, el 6 de agosto entra
triunfalmente en Caracas, donde se le titula como Libertador, y donde se da inicio a
la Segunda República, aunque continúan los combates en otros puntos del país. Sin
embargo, al año siguiente estalla una rebelión leal a la Corona a cargo de José Tomás
Boves. El violento empuje de sus tropas fuerza a la población a huir a oriente y a la
expulsión de los patriotas de tierra firme, haciendo caer así la Segunda República.

Bolívar intenta una reedición de la Campaña Admirable para rescatar la


república, pero por falta de apoyo se traslada a Jamaica para conseguir apoyo
británico, y luego a Haití, donde se refugia el resto de los líderes patriotas. Allí se
planifica una expedición a tierra firme, la cual zarpa en marzo de 1816. Luego de
tomar la Isla de Margarita, los republicanos prosiguieron su gesta
atacando Carúpano y Maracay, pero son rechazados. Se hace una segunda expedición,
Bolívar toma el mando de las tropas republicanas acantonadas en Guayana, con las
que logró capturar Angostura, y desde donde refundan las instituciones creando
la Tercera República. Por su parte, José Antonio Páez realiza importantísimas
operaciones militares para liberar la región central del país al mando de sus llaneros.

La guerra en el llano sigue hasta 1819. En febrero de ese año, Bolívar intenta la
reorganización del Estado con la instalación del Congreso de Angostura, cuyo
resultado es la creación de la Gran Colombia. En 1820, se firma el Tratado de
Armisticio y Regularización de la Guerra, poniendo fin a la guerra a muerte y cesando
hostilidades hasta el 28 de abril de 1821. El 24 de junio de ese mismo año, Bolívar se
enfrenta a Miguel de la Torre en la Batalla de Carabobo, que se salda con la victoria
republicana. Esta victoria significa la liquidación de las tropas realistas en Venezuela,
dejando remanentes que serían limpiados en la Batalla naval del Lago de
Maracaibo en 1823.
La Gran Colombia
La República de la Gran Colombia, según la ley fundamental que la crea, integra
a Venezuela con el Virreinato de Nueva Granada y la Provincia Libre de Guayaquil,
al que luego se une la Audiencia de Quito. El congreso elegido en Angostura se mueve
a Cúcuta, donde se sanciona la Constitución de Cúcuta en agosto de 1821, y en la que
se define la organización política de este Estado. Bolívar es electo presidente por
mayoría, y Francisco de Paula Santander es hecho vicepresidente. Bolívar continúa
sus campañas de liberación por el sur, en la que propicia la liberación del Perú y la
creación de Bolivia.

El nuevo Estado regula sobre el comercio y las instituciones públicas, y también


decreta la abolición de la esclavitud.[ ]Pero la discrepancia entre bolivarianos
(centralistas) y santanderistas (federalistas) tensiona el orden interno. Aunado a la
crisis económica, la carente infraestructura, las diferencias idiosincráticas y de
intereses, y el deseo de autonomía por parte de los venezolanos para con su territorio,
germina el deseo de la separación. La Cosiata de 1826, liderada por Páez, fragua dicha
inconformidad del departamento de Venezuela con el gobierno de Bogotá. Para
aquietar la convulsión interna, Bolívar gobernó por decreto desde 1828, pero ello no
impide la separación de Venezuela, que se manifiesta finalmente en noviembre de
1829. El 6 de mayo de 1830 se instala el Congreso Constituyente de Venezuela
en Valencia, la cual adopta una constitución el 22 de septiembre. Ello consolida la
separación de la Gran Colombia y el nacimiento de la República de Venezuela.

Caudillismo y Guerra Federal


El principal jefe político y hombre fuerte de Venezuela en sus albores como
nación independiente es José Antonio Páez, quien se juramenta como Presidente el 11
de abril de 1831, y su Vicepresidente es Diego Bautista Urbaneja. En su persona se
constituye el Partido Conservador, integrado en su mayoría por militares de alto rango
que participaron en la Guerra de Independencia. En su mandato hay relativa paz y la
economía muestra una recuperación estimulada por la Ley de Libertad de
Contratos de 1834 y la masiva exportación de café. En 1835 delega el poder en José
María Vargas, el primer civil en dirigir el país. Esto último no es de gusto para los
militares de pensamiento liberal, encabezados por Santiago Mariño y Julián
Castro que se levantan para exigir la reconstitución de la Gran Colombia y el fin del
poderío de una minoría de comerciantes. Entre tales oficiales hay bolivarianos
sobresalientes, como el edecán del Libertador, Luis Perú de Lacroix o el
granadino José María Melo, así como también un enemigo de Bolívar, Pedro Carujo.
Obtienen un efímero triunfo y designan como presidente provisional a Mariño, pero
llaman al general Páez con el fin de que los respaldara; sin embargo éste restaura a
Vargas en el gobierno y decreta amnistías a los oficiales de la revolución, muchos de
los cuales sin embargo resultan desterrados.

Páez, tras haber defendido al gobierno constitucional de una rebelión liberal,


vuelve a resultar vencedor en los comicios de 1838. Afronta la crisis económica
mundial de ese año, que golpea duramente a Venezuela, y a la creciente oposición
liberal, representada por Antonio Leocadio Guzmán. Soublette es nuevamente
presidente en 1843, y en su período combatió la Insurrección Campesina de 1846. En
1847 es elegido el general José Tadeo Monagas. Inicialmente recibió gran apoyo, pero
luego rompió con los conservadores. El intento de éstos en deponerlo desemboca en
el atentado al Congreso de 1848, tras la cual Monagas retiene el control del país. Al
finalizar su mandato en 1851, se asegura de que su hermano José Gregorio
Monagas sea hecho presidente. En tal gobierno destaca la definitiva abolición de la
esclavitud en 1854. José Tadeo vuelve al poder en 1855, pero su régimen autoritario
ve su fin en la Revolución de Marzo de 1858, comandada por Julián Castro. Los
decretos del nuevo gobierno no tardan en crear descontento en el seno de los liberales.
La inestabilidad del gobierno hace inminente el estallido de un conflicto armado
conocido como la Guerra Federal.

El Grito de la Federación marca su inicio, y se desarrolla como una guerra de


guerrillas. En las batallas iniciales, los federalistas liberales obtuvieron importantes
triunfos, a pesar de la muerte en combate de su líder Ezequiel Zamora en 1860. Su
mando es ocupado por Juan Crisóstomo Falcón. Los refuerzos y el apoyo conseguido
por Falcón fortalecen a los liberales. Los enfrentamientos posteriores les dan ventaja
y merman las fuerzas del gobierno centralista. Finalmente, en abril de 1863 se firma
el Tratado de Coche, que significa la victoria de los liberales y su acceso al poder. No
obstante este resultado, se conforman nuevos caudillismos regionales con ejército
propio que mantiene el control de grandes porciones de tierra, cosa que contraria el
anti-latifundismo liberal. Ese año, Falcón asume la presidencia y promulga su Decreto
de Garantías que elimina la pena de muerte cosa que es ratificada en la nueva
constitución, y convirtiendo a Venezuela en el primer Estado moderno del mundo en
llevarlo a práctica.
TEMA II: Familia Bolívar Palacios
La Familia Bolívar
El primer Bolívar llegó a Venezuela cambió la b por V. Llevaba aquel Bolívar
el mismo nombre de pila del futuro libertador Simón y era señor de Rementeria. El
año de 1.557 este primer Simón Bolívar llega a Venezuela trae con el relevante
virtudes y talentos y se convierte en Procurador y comisionado. Se dedicó a las labores
agrícolas y de gobierno.

Los Bolívar desempeñaron entre los descendientes del procurador Bolívar se


cuentan: Antonio Bolívar y Rojas Conigider y Justicia mayor de los Valles de Aragua.
Luis de Bolívar y Rebolledo, Alcalde de Caracas, Juan de Bolívar y Martínez de
Villegas, capitán de Infantería, Teniente de Capitán general y también justicia Mayor
de Aragua corregidor de San Mateo y fundados de San Luis de Cura.

Hijo de este último fue el Coronel Juan Vicente de Bolívar y Ponce Jaspes y
Montenegro, Marqués de San Luis, señor de Aroa, Coronel perpetuo y corpulentísimo
propietario venezolano, padre del futuro libertador.
El libertador heredó de los Bolívar una recia estirpe de hombres emprendedores
y luchadores que contribuyeron al progreso y desarrollo de la Provincia de Caracas.

La Familia Palacios
El origen de la familia Palacios se remonta a la zona de Miranda situada en
Castilla de vieja. Los antepasados Castellanos de Simón Bolívar se dedicaron a la
carrera de las armas y ocuparon puestos importantes. Los Palacios tuvieron posiciones
destacadas en el proceso de conquista y colonización del territorio venezolano. El
abuelo del Libertador procreó 11 hijos e hijas, una de ellas era su hija Doña María de
la Concepción, dama culta y refinada.
Familia Blanco
Los Blanco también desempeñaron altos cargos en el gobierno, como
gobernantes y regidores y aportación sus hombres jóvenes a la lucha por la
Independencia. El Libertador Simón Bolívar heredó hidalguía y la vocación por las
armas.
La Familia Bolívar y Palacios
Simón Bolívar procedía de familias tradicionales de la sociedad caraqueña. Los
antepasados del libertador tuvieron destacadas participaciones, en el desarrollo
político, económico y social de la vida colonial.

Los padres del Libertador descendieron de Capitanes, General, Alcaldes,


procuradores, regidores y gobernadores. Sobre la estirpe de los poderes del Libertador
y refiere el siguiente texto del Salvador de Madariaga: “Tanto la estirpe paterna como
materna, los Bolívar como los Palacios aportaban a la familia del Libertador
tradiciones de riqueza de bienestar y de poder social”

Ni un sólo momento desde que llega a Venezuela Simón Bolívar en 1.587, se


eclipsan los antepasados del Libertador de los círculos dirigentes del país; y casi
siempre había por lo menos uno en el Cabildo.
Los Bolívar Palacios tenían una de las fortunas más cuantiosas de la Provincia.
Los Bolívar Palacios eran dueños de las minas el Cocorate en Aroa y de los Hatos El
Tocuyo y El Limón. Tenían casas en la Guaira y Caracas numerosos esclavos y
árboles de Cacao en San José y los Valles de Tuy en Yare.

Su padre fue el Coronel Juan Vicente Bolívar y Ponce, nacido en la Victoria, el


15 de Octubre de 1.726 y su madre, Doña María Concepción Palacios y Blanco, nacida
en Caracas el 9 de Diciembre de 1.758; ambos se casaron el primero de Diciembre de
1.775 en la CIUDAD DE Caracas. Él tenía 47 años de edad y ella apenas 15 años.
Perteneciente ambos a la más rica nobleza criolla.

Don Juan Vicente Bolívar y Ponce, es el tipo clásico, criollo venezolano. Rico
y opulento propietario, pasa su vida entre amenas lecturas, la inspección de sus
herencias, cacerías y paseos a caballo, deberes religiosos y compromisos sociales.
También fue un hombre ilustrado y liberal, y en tiempos de la colonia, llegó a ser jefe
del Batallón de Aragua y Coronel de la Milicia.

Doña María de la Concepción Palacios de Bolívar era, según las crónicas de la


época, una mujer de porte distinguido, fina y delicada, como la de los lirios avileños.
Porte gentil silueta, aristocrática y un aire indefinible que la distingue entre todas las
de su rango, ojos humildes, grandes y negro de suave fulgor, a la sombra de largas
pestañas, ojos candorosos. Boca de dulzura y de gracia, donde es luz la sonrisa, la
bondad miel y música el acento. Tez de blancura alabastrina, con esa palidez de buen
tono de las jóvenes principales, criadas en el recogimiento de las viejas casonas
coloniales.

Ambos tuvieron cinco hijos, tres hembras y dos varones, todos nacidos en
Caracas: la primogénita, María Antonia, nacida en 1.777; Juana María, el 21 de Mayo
de 1.779; Juan Vicente, en 1.781; Simón Antonio de la santísima Trinidad (El
Libertador) el 24 de Julio de 1.783 y María del Carmen quien murió al nacer.

El 24 de Julio de 1.783 marcaría el calendario de la historia un comienzo


trascendental. Nació Bolívar. El 30 de Julio de 1.783, la señorial Casona de San
Jacinto en Caracas, residencia de la familia Bolívar, está de fiesta. Se bautiza ese día
el nuevo hijo, nacido hace apenas 6 días antes, el 24 de Julio. Como padrino del niño
está su abuelo materno: Don Feliciano Palacios y Sojo, y oficia con licencia como
sacerdote, el primo Jerez de Aristiguieta. La ceremonia se efectúa en la Catedral en la
Capilla de la Santísima Trinidad, propiedad de la familia Bolívar.
El niño iba a llamarse Pedro José Antonio de la Santísima Trinidad; pero al
momento de ponerle el agua que borra el pecado original, el canónigo Jerez de
Aristiguieta le cambió el nombre de Pedro por el de Simón.

Al regresar al templo de la Casona de San Jacinto, el padre del niño. Don Juan
Vicente Bolívar, se entera de lo ocurrido y le pregunta al Canónigo: ¿Por qué has
hecho ese cambio Juan Félix?

No se cómo explicártelo, pero he sentido una voz interior, un extraño


presentimiento, una inspiración venida seguramente de lo alto, que me ha dicho que
ese niño será, andando el tiempo. “El Simón Macabeo de las Américas”.

En la Caracas colonial cuya población no sobrepasaba unos treinta mil


habitantes, Simoncito creció como todos los niños de su rango social; mecido en los
brazos de una esclava negra llamada Hipólita.

Su nodriza, es quien amaba como a una segunda madre, acompañando a sus


padres en sus oficios religiosos, jugando con otros niños de su edad en el patio
perfumado de granadas de su casa natal y recibiendo las enseñanzas de sus primeros
maestros.

Los Valles de Aragua eran entonces las tierras más fértiles de Venezuela. Allí
en la pequeña población de San Mateo, la familia Bolívar poseía una hacienda. Los
cuatro hermanos solían viajar a ella de vez en cuando. Les gustaba ver como cantaban
en los terneros o fiestas patronales.

Juan Vicente Bolívar y Ponce, padre del Libertador, murió el 19 de Enero de


1.786, a la edad de 60 años y su esposa María de la Concepción Palacios de Bolívar,
falleció después el 6 de Julio de 1.792, a la temprana edad de 34 años. De consiguiente,
Simón Bolívar tenía apenas dos años y medio de edad cuando perdió a su padre y 9
cuando quedó huérfano al perder también a su Madre.

Simón a pesar de ser el menor siempre era líder o cabecilla. Preferiría irse con
los esclavos y mestizos que trabajaban en la plantación. Con ellos se bañaba en el río
y con ellos jugaba al trompo y subía a los árboles. Allí también aprendió a montar a
caballo. A los 8 años tenía ya fama de ser estupendo jinete.

Pero a pesar de estos respiraderos la infancia de Simón fue muy dolorosa. Un


día, estando en Caracas la Mamá se pone muy triste. Los niños reciben orden de no
alborotar en casa. Se entornan las ventanas. El médico de la familia va diariamente
para tratar la enfermedad del Papá. María Antonia la mayor lo comprende antes que
los otros. Papá está muriendo – dice en voz bajita a los demás hermanos.

Toda la familia se vistió de lutos. Los numerosos amigos y parientes desfilaron


antes del féretro. Doña Concepción reunió a los cuatro hijos. Los besó en silencio y
luego con lágrimas muy limpias en los ojos les dice:

Papá ha muerto. Papá ha ido al cielo. Desde ahora yo sabré darles el cariño de
su ausencia.

Quizá el pequeño Simón no logra entender la muerte de su padre apenas tenía


3 años.

Don Feliciano Palacios, padre de Doña María de la Concepción queda como


tutor de los niños, pero murió al año siguiente. Después de la muerte del abuelo Simón
quedó bajo el cuidado de su tío Carlos Palacios, quien se hace cargo de el y sus
hermanos. El ambiente familiar termina desmoronándose con el casamiento de sus
hermanas y la salida de Juan Vicente al cargo de otro tutor.

Este cambio de ambiente influye sobre Simón, quien al poco tiempo huyó de la
casa del tío y pretendió vivir en la casa de su hermana María Antonia. Esta dio origen
a un pleito judicial entre su tutor y el matrimonio Clemente Bolívar; la pareja alegó
todas las razones que le asistían a fin de que la Real Audiencia permitiera que el joven
viniera con ellos, pero la Audiencia falló en favor del tío Carlos Palacios, y Simón
debió obedecer, no sin antes dejar en claro su opinión sobre el hecho, la cual fue
asentada en el expediente del juicio, dijo, entre otras cosas “si a los esclavos se les
permite cambiar de dueño cuando eran objeto de malos tratos, ¿Por qué no se le
permite a él vivir con la gente que más le agradaba?; que el tribunal podía disponer
de sus bienes, mas no de una persona.

A raíz de este incidente, el joven Simón ha sido confiado a Simón Rodríguez


quien dirigía en esa época una escuela de primeras letras en Caracas. Pedagogo
Liberal y excéntrico, de vasto pensamiento universalista, supo sembrar en el alma de
su alumno el germen de las ideas nuevas “Usted formó mi corazón para la libertad,
para la grandeza, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló;
escribió Bolívar a su maestro Rodríguez muchos años más tarde. Otros de sus
profesores que el célebre Andrés Belo, conocido como el maestro de América y el
más grande humanista del continente.

A los 14 años, Simón ingresó con el rango de Cadete en el batallón de milicias


de Blancos de los Valles de Aragua, y un año más tarde era ascendido a Sub Teniente.
Su hoja de sus vicios rezaba entonces: “Valor: conocido: aplicación sobresaliente”
pero no será nunca militar de escuela. Él lo será de todas y su arte de la guerra, a pesar
de todos los manuales que había leído y asimilado saldrá más bien del fulgor de su
genio de su constancia de sus cualidades de caudillo excepcional que conducirá a la
victoria a las multitudes enardecidas por su verbo, por su patriotismo y por su amor a
la libertad.

TEMA III: Primer Viaje de Bolívar


a Europa
El Primer viaje a Europa lo realizó cuando apenas tenía 15 años y medio en el
que se encuentra con su tío Esteban, le permite recibir una cultura genero de diferentes
maestros hasta que los problemas políticos ocasionaron la desgracia de su tío, fue a
vivir a la casa del Marqués De Ustariz, allí el conocimiento general dio poco al
conocimiento profundo, fundamentado en un intenso e interesado estudio. Convirtió
allí en el ávido lector que fue durante su vida.

Durante este primer viaje también conoce de su vida: María Teresa Rodríguez
del Toro, con quien se casa luego de cumplir un sin número de requisitos entre lo que
se encontraba el permiso del Rey. Una vez casado en 1.802 regresa a Venezuela su
esposa, quien muere a los ocho meses víctima de una grave enfermedad. Esto hace
que Bolívar quede solo e inmerso en una profunda tristeza.

TEMA IV: Segundo viaje a Europa


El segundo viaje llega por propósito la distracción de la viudez temprana dura
3 años en los cuales disipa una cuantiosa fortuna material en su segundo viaje también
se observa una faceta diferente a la del primer viaje; aquí el interés era evidentemente
político, le atrae el dominio en el manejo de los bienes del estado y el bienestar de su
patria.

Puso especial atención a la relación de influjo y veneración que había logrado


Napoleón con el pueblo Francés en esos días de gloria.

De Francia, Bolívar pasó a Italia, y en Roma rodeado de los recuerdos de la


época republicana se consolidó su convicción plena de que debía lucha por la libertad
de los pueblos americanos y de que esa tarea a ejecutar de ahí en adelante.
Esto culmina en el Monte Sacro y en el juramento definitivo: Es el viaje de
aprendizaje con Rodríguez visita España Inglaterra, Francia, Portugal, Italia y parte
de Australia y Alemania a su regreso desembarca en los Estados Unidos.

TEMA V: Tercer viaje a Europa


El tercer viaje a Europa, va de diplomático a la Gran Bretaña, como intérprete
de una de las primeras embajadas venezolanas. Bolívar tiene ocasión de disfrutar el
estilo de vida Inglesa, siente una admiración extraordinaria por el pueblo inglés y
también estabilidad respeto, dignidad, sensatez, sentido práctico, le produce la más
alta y viva impresión. Al comienzo de 1.799 viajó a España. En Madrid, bajo la
dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la rectaría moral e intelectual del
sabio Marqués de Ustariz se entrega a los estudios. Bolívar encontró muy agradables
amistades en Paris, se tropezó con otros jóvenes criollos americanos como los
Montujar y Vicente Rocafuerte y volvió a reunirse con su querido Maestro Simón
Rodríguez.

Otro motivo grato que distrajo al joven viudo en Paris fue una amistad íntima
con su prima “Fanny”.

El Libertador quiere para América ese grupo sencillo de virtudes británicas:


realización efectiva de la libertad y democracia en un clima sin violencias; tradición
amorosamente cultivada como elemento vertebrador de la personalidad colectiva a
través de las épocas. Esta justa apreciación de la calidad de la sociedad británica es la
razón que lleva a Bolívar a recomendar cuantas veces puede una alianza de América
con el estilo de vida de Inglaterra.

Bolívar realizó otro viaje de estudio por América en Compañía de otro sabio
naturalista de origen Francés, el botánico Aimé Jacques Alexandre Goujaud
Bonpland.

Cuando Bolívar sale de Paris hacia Italia, en compañía de su querido maestro


Simón Rodríguez y de Fernando Rodríguez del Toro, llevaba ya el propósito a luchar
por la libertad de su patria, propósito que reafirma después con juramento al llegar a
Roma. La influencia de Bolívar alcanza no sólo los países libertados por ser genio,
sino que llegó a todas las naciones de Ibero América en algunas formas y se sintió
también en Estados Unidos y en Europa, JP Hamilton, comisionado Británico en la
República de Colombia dijo “Bolívar es el hombre más grande el carácter más
extraordinario que el nuevo mundo ha deducido hasta hoy” y lo considera por encima
de todos los héroes que habitan el templo de fama. En 1.799 salió para España,
pasando por México. El Virrey de México pudo apreciar los dotes del joven y se
alarmó cuando le oyó disertar sobre asuntos políticos y defender, con firmeza la idea
de la libertad. Viajó por diversos paises, especialmente España, Francia e Italia, y en
1.805 hablaba con su antiguo maestro Dr. Simón Rodríguez en el Monte Aventino en
Roma sobre la libertad de América. En París derrochó dinero como en otras capitales
europeas. Pero también estudiaba, se informaba de la opinión pública y proyectaba su
fantasía desbordada sobre el porvenir de su patria, atacando la tiranía.

Regresó a Venezuela por la ruta de los Estados Unidos. Visitó varias ciudades
de su Costa Atlántica, conoció importantes personalidades y llegó a Caracas a fines
de 1.806. El 19 de Abril de 1.810 Bolívar fue enviado a Inglaterra como agente
diplomático junto con Luis López Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello. En
Londres se encontraron los comisionados con el General Francisco de Miranda, a
quien su actuación en la Revolución Francesa, sus viajes por toda Europa, sus trabajos
por América y su larga permanencia en Londres rodeaban de prestigio.
TEMA VI: Primera República
La Primera República de Venezuela es el nombre con que se conoce al periodo
histórico transcurrido entre los años 1810 y 1812 en la historia de Venezuela. La
primera república tiene su inicio el 19 de abril de 1810 cuando una Junta
Suprema declarada en Caracas destituye al Capitán General Vicente Emparan e
instala un Congreso.

Así como declara la independencia del país el 5 de julio de 1811. El nombre del
país durante este período fue Confederación Americana de Venezuela, Estados de
Venezuela, Confederación de Venezuela, Provincias Unidas de Venezuela, Estados
Unidos de Venezuela o Confederación Venezolana, y tuvo como capital a la ciudad
de Valencia con motivos de mantenerla como aliada a la pretensión independentista
de Venezuela.

Con la declaración de la independencia y las campañas emprendidas por los


republicanos se inicia la guerra de independencia. La república cae definitivamente
el 25 de julio de 1812 con la capitulación de San Mateo ante el jefe realista Domingo
Monteverde, al haber vencido en su campaña por la reconquista del país, quién entra
en Caracas el 30 del mismo mes.

Campaña de Valencia
La Campaña de Valencia (o Rebelión de Valencia) fue una campaña militar
emprendida por los patriotas contra la ciudad de Valencia durante el año 1811 con el
objetivo de recuperar las provincias del occidente del país y hacer que éstas se
sometieran al gobierno de la Junta Suprema. Cuando llegaron a Valencia las noticias
de la Declaración de Independencia en Caracas (5 de julio), se declararon en rebeldía
y leales a Fernando VII. Los valencianos tomaron los cuarteles de la ciudad
prácticamente sin resistencia (11 de julio).
Pérdida de castillo de Puerto Cabello
El primero de julio de 1812, el Coronel Simón Bolívar participa al General
Francisco de Miranda que “un oficial de nombre venezolano se ha apoderado con los
prisioneros, del Castillo San Felipe y está haciendo un fuego horrible sobres la
ciudad”. Bolívar pide inútilmente a Miranda que ataque por la retaguardia para evitar
que la plaza se pierda.

La plaza después de tres días de combate se pierde y Bolívar huye con varios
oficiales. Monteverde que desde Coro venía avanzando, se afianza y obliga a Miranda
a firmar la capitulación de San Mateo. Se pierde la Primera República.

Bolívar abatido volverá a escribir a Miranda: “Mi general, después de haber


agotado todos mis esfuerzos físicos y morales ¿con qué valor me atreveré a tomar la
pluma para escribir a usted habiéndose perdido en mis manos la plaza de Puerto
Cabello? Mi corazón se halla destrozado con este golpe aún más que el de la
provincia…”

“Mi general, mi espíritu se halla de tal modo abatido que no me siento con
ánimo de mandar un soldado; mi presunción me hacía creer que mi deseo de acertar
a mi ardiente celo por la patria, supliría en mi los talentos de que carezco para
mandar. Así ruego a usted, o que me destine a obedecer el más ínfimo oficial, o bien
que me de algunos días para tranquilizarme, recobrar la serenidad que he perdido al
perder a Puerto Cabello; a esto se añade cuidados gravísimos me hallo en una especie
de enajenamiento mortal…”

Dos días después Bolívar volverá a escribir a Miranda para enviarle el informe
o parte de las operaciones. En esa carta vuelve a lamentarse: “Mi general… ni mi
cabeza, ni mi corazón no están por nada. Así suplico a usted, me permita un intervalo
de poquísimos días para ver si logro reponer mi espíritu de su temple
ordinario. ¿Después de haber perdido la última y mejor plaza del estado, cómo no he
de estar alocado, mi general? ¡De gracia no me obligue usted a verle la cara! Yo no
soy culpable, pero soy desgraciado y basta”.

Capitulación de Miranda
El 25 de Julio de 1812, luego de numerosas deserciones del ejercito patriota y
ante la presión ejercida por el ejército español al mando de Monteverde,
El Generalísimo Francisco de Miranda firma la Capitulación del Ejercito Patriota, en
San Mateo, en una casa la cual fue derrumbada para construir el local donde ahora se
encuentra funcionando el dispensario de la población.

La Primera República tiene su fin con la Capitulación de San Mateo y los


hombres de Domingo de Monteverde por el bando realista y de Francisco de Miranda,
por el patriota, se harán escuchar en una larga guerra civil que se extenderá hasta 1821.
Aun cuando la Primera República fue de breve existencia sirvió de marco e
inspiración para una nueva formación política alejada del gobierno monárquico,
dominio que después de tres siglos, anunciaba sus últimos años.

Francisco de Miranda impulsó la instalación de la Sociedad Patriótica en 1811,


se incorpora al Congreso Constituyente donde sostuvo la necesidad de declarar la
Independencia definitiva, lo que se realiza el 5 de julio de 1811, adoptándose como
bandera nacional la traída por él en 1806. A raíz del terremoto del 26 de marzo de
1812, y la derrota de Bolívar a manos de Domingo Monteverde en Puerto
Cabello, Miranda comenzó una serie de negociaciones con los realistas, que
concluirán con la Capitulación de San Mateo el 25 de julio de 1812 y con ello, la
pérdida de la Primera República.
Apresamiento de Miranda
En horas de la noche del 30 hacia la madrugada del 31 de julio de 1812, un
grupo exaltado de jóvenes patriotas, encabezados por Simón Bolívar y Miguel Peña,
procedieron a detener al Generalísimo Francisco de Miranda. Su intención era
someterlo a un juicio sumarísimo después del amanecer. La razón: la firma de la
Capitulación de San Mateo, acto que calificaban como traición a la patria.

Bolívar y su primer exilio


Después del fracaso de 1812, el 27 de agosto de 1812 Bolívar conjuntamente
con veinte mil caraqueños huyen del sanguinario Boves partió de su primer destierro,
salió de Venezuela con la ayuda de su amigo español Francisco, quien lo llevo ante
Monteverde y este le concedió el pasaporte para ausentarse fuera del país pero con
una condición que no pisara nunca jamás suelo venezolano; A bordo de la goleta
“Jesús, María y José”, Bolívar sale de La Guaira, y se exilió durante varios meses en
Curazao, va con el propósito de obtener ayuda para el pequeño grupo de patriotas
también refugiados allá Su único objetivo es el de organizar una campaña para liberar
a su patria. A finales de año paso a Cartagena y se incorporó al servicio activo como
oficial del ejército.
Su permanencia de sólo dos meses en Curazao es de gran importancia, el
revolucionario tiene la oportunidad de reflexionar sobre las causas de la primera
derrota del movimiento emancipador, lo cual, meses más tarde, va a permitirle escribir
su primer gran documento político, el valioso “Manifiesto de Cartagena”. y es que
allá en Curazao, a través de la derrota, la decepción y la humillación, Bolívar se da
cuenta de que ha conservado un bien muy precioso: su fe en la victoria final, su
inquebrantable convicción sobre la necesidad de continuar la lucha por la liberación
de su patria.

TEMA VII: Recuperación de Venezuela


Manifestación de Cartagena
Documento político escrito por Simón Bolívar el 15 de diciembre en la ciudad
de Cartagena de Indias (Colombia). Fundada por el capitán madrileño Pedro de
Heredia en 1533, la ciudad colombiana fue la primera provincia del Reino de Nuevo
Granada en proclamar su total separación del régimen español. En tal sentido, se llamó
“Estado libre y absolutamente independiente”, en el acta del 11 de noviembre de 1811.
Por tal motivo, se convirtió en el primer lugar a donde primero se dirigieron los
patriotas luego de la pérdida de la Primer República a mediados de 1812. Entre éstos
figuraba Simón Bolívar, quien salió de Venezuela por el puerto de La Guaira el 27 de
agosto de ese año, rumbo a Curazao, en permaneció hasta finales de octubre, cuando
partió hacia Cartagena. En dicha ciudad se reunió Bolívar con otros expatriados, con
los cuales ofreció sus servicios al gobierno de la Nueva Granada, en carta fechada el
27 de noviembre de 1812 que suscribeVicente Tejera, ex ministro de la Alta Corte de
Justicia de Caracas. Semanas después de enviada esta carta, el 15 de diciembre,
Bolívar elabora su Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un
caraqueño, documento más conocido como Manifiesto de Cartagena.

En lo que es considerado como su primer gran documento político, Bolívar


analiza los errores en los que incurrieron los hombres de la Primera República de
Venezuela, tales como la adopción del sistema federal; la debilidad del gobierno; la
impunidad de los delitos; la mala administración de las rentas públicas; la falta de
conciencia ciudadana para el fiel cumplimiento de los deberes constitucionales y el
ejercicio de los derechos; a la ambición de unos pocos y al espíritu de partido que todo
lo desorganizó; a lo que además se sumó el terremoto del 26 de marzo de 1812, la
influencia de eclesiásticos contrarios a la independencia y la imposibilidad de
establecer fuerzas armadas permanentes y bien organizadas bajo un mando único.
Concluye Bolívar en su manifiesto con las siguientes palabras: “… Corramos a
romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las mazmorras, siempre
esperando su salvación de vosotros: no burléis su confianza: no seais insensibles a los
lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar vida al
moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos.” La primera edición del Manifiesto
de Cartagena (bajo el título original ya mencionado de “Memoria dirigida a los
ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño”) se realizó en la imprenta de
Diego Espinoza en aquella misma ciudad, en 1813, probablemente muy a comienzos
de ese mismo año.
Campaña de Magdalena
Luego de la pérdida de la primera República con la Capitulación de Miranda el
25 de julio de 1812, República nacida el 5 de julio de 1811, el coronel de 29 años
Simón Bolívar emigrado en Curazao, regresa a finales de octubre de 1812 hacia
Cartagena de Indias, donde emite el 15 de diciembre su famosa “Memoria dirigida a
los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño”, documento conocido como
el “Manifiesto de Cartagena”, donde mencionaba las causas de la crisis venezolana y
a la vez solicita apoyo para iniciar su expedición redentora; las autoridades de
Cartagena presidido por el general Manuel Rodríguez Torices le facilitan el apoyo
inicial, le reconocen el grado de coronel y el 21 de diciembre lo asignan a las ordenes
del coronel francés Pedro Labatut como comandante de guarnición en Barrancas
próximo al río Magdalena, con 70 voluntarios en misiones de seguridad y vigilancia,
sin autorización de emprender ninguna acción ofensiva. Nuestro futuro Libertador, no
se dio por desmoralizado ante este nombramiento de carácter casi administrativo y no
operativo; por propia iniciativa se dedicó a buscar mas voluntarios, armas y logística.
Mientras espera respuesta de las autoridades para avanzar río arriba realiza una
apreciación de la situación sobre la presencia realista a lo largo del majestuoso río
Magdalena, concluye en desarrollar operaciones de corto alcance. Sin permiso del
comandante militar Labatut, inicia su afán emancipador. El 23 de diciembre ocupa la
fortificación de Tenerife integrada por 500 efectivos del ejército español; seguirá
exitoso el día 24 hasta la pequeña población de el Plato, el 25 ocupa Zambrano, el 26
y 27 combate en Mompox adonde llega el día 27; su ejército lo ha triplicado con
entusiastas y espontáneos jóvenes neogranadinos, la capacidad de movilidad para su
creciente ejército, se lo facilita la incorporación de 15 embarcaciones menores para
continuar hasta Guamal el 29 de diciembre, Banco y Chiriguaná el 31, continuando
sin encontrar resistencia realista hasta las poblaciones de Tamalameque, Puente Real,
y el Peñón para entrar victorioso el 8 de enero al importante Puerto Nacional de Ocaña
que por su ubicación estratégica es utilizado como base logística avanzada con 640
efectivos para apoyar las fuerzas en Santa Marta. Presionados los realistas se retiran
hacia Villa de Upar, siendo alcanzados por Bolívar y combatidos con éxito. El ejército
libertador dispone de 800 soldados con alta moral y deseos de luchar; desde Ocaña
Bolívar solicita autorización a las autoridades neogranadinas para avanzar hacia
Cúcuta y Mérida. El 27 de febrero recibe en la población de San Cayetano a orillas
del río Zulia, un importante contingente en refuerzo, entre los que se encontraban
brillantes oficiales tales como: Rafael Urdaneta, Luciano Deluyar, Antonio Ricaurte
y Atanasio Girardot; con tan importante grupo avanza en la tarde del 27 destrozando
las avanzadas realistas que se retiraban hacia Cúcuta; el 28 de febrero combate en San
José de Cúcuta contra 1400 efectivos del experimentado general realista Ramón
Correa, reforzado con tropas enviadas de Trujillo, Mérida y Maracaibo, quien
derrotado se retira hacia La Grita, en esa acción se destacó el coronel José Félix Ribas,
realizando un ataque frontal con fuego y a punta de bayonetas, para destrozar a las
fuerzas oponentes, que al abrir sus flancos fueron atacados por las unidades de
maniobra. El ejército capturó varios cañones y pertrechos que utilizaría en las
operaciones hacia Venezuela. Bolívar, envía a Cartagena con urgencia una exposición
de motivos exponiendo las ventajas para perseguir y atacar a las fuerzas realistas; la
respuesta recibida el 7 de mayo, lo autorizaba para emprender operaciones únicamente
hasta Mérida y Trujillo. El 1ro de marzo ocupa San Antonio del Táchira donde emite
una Proclama dirigida a los soldados y a los ciudadanos de San Antonio, les diría entre
otros aspectos:”…Vosotros tenéis la dicha de ser los primeros que levantáis la cerviz
sacudiendo el yugo que os abrumaba con mayor crueldad porque defendisteis vuestros
sagrados derechos”. El Congreso de la Nueva Granada lo asciende a General de los
Ejércitos y designado Ciudadano de la Nueva Granada. El Libertador regresa a Cúcuta
para organizar al ejército e iniciar el 14 de mayo su magistral Campaña Admirable.
Campaña Admirable
Con el nombre de la “Campaña Admirable” se conoce a la acción militar que el
brigadier Simón Bolívar emprendió desde San José de Cúcuta el 14 de mayo de 1813,
con el objeto de liberar a Venezuela del poder español, luego de la pérdida de la
Primera República. Contaba Bolívar con una fuerza de 800 hombres, organizados en
2 columnas o divisiones: la de vanguardia, bajo el mando del teniente coronel
Atanasio Girardot, con el apoyo del mayor Luciano D’ Elhuyar como segundo
comandante; mientras que la retaguardia estaba a cargo del coronel José Félix Ribas
como comandante, José Tejada jefe de artillería y del mayor Rafael Urdaneta como
mayor general. Asimismo, en sustitución del coronel Manuel del Castillo y Rada había
sido nombrado segundo comandante del Ejército el brigadier Joaquín Ricaurte, quien
no obstante no acompañó al comienzo a Bolívar en la campaña; incorporándose al año
siguiente. Pedro Briceño Méndez era el secretario general y como edecanes, fueron
nombrados Juan José Pulido, Fermín Ribón y José Jugo.
El plan inicial de Bolívar para la ejecución de dicha campaña, consistía en el
despliegue sobre el territorio venezolano de una ofensiva en 2 direcciones: una
columna dirigida por Ribas debía seguir por San Cristóbal-Selva de San Camilo-
Barinas y después de libertar esta provincia se reuniría con el grueso de las tropas en
Guanare o en Araure; esta columna tenía además la misión de conseguir en la
provincia de Barinas, ganado y dinero para las fuerzas patriotas.

El 29 de julio Bolívar fue informado de la presencia del coronel Izquierdo en


Tinaquillo, ante lo cual se puso inmediatamente en marcha hacia ese lugar. En la
mañana del 31 de julio se encontró con la vanguardia enemiga en la sabana de
Pegones. Ante esta situación, Izquierdo ejecutó un movimiento retrógrado y se
replegó en la sabana de Taguanes. Hacia este lugar enfiló Bolívar su ataque con su
infantería al frente y la caballería en el ala derecha, con la cual hizo un desbordamiento
del flanco izquierdo realista. En una maniobra desesperada que buscaba neutralizar el
ataque de las fuerzas de Bolívar, Izquierdo emprendió la retirada, pero durante la
ejecución de la misma fue derrotado por los republicanos.

La victoria de Taguanes dejó expedito a Bolívar el avance hacia Valencia, pues


Monteverde se había retirado de Puerto Cabello al enterarse en la sabana de Carabobo,
del fracaso de Izquierdo. El 2 de agosto entró el brigadier Bolívar a Valencia, mientras
que el coronel Ribas había quedado en San Carlos como comandante de dicha plaza.
Días después siguió Bolívar hacia Caracas, hallándose el día 4 en La Victoria, donde
aceptó la capitulación que le propuso el gobierno español. Finalmente, el 6 de agosto
de 1813 entró triunfalmente a Caracas el pequeño ejército mandado por el brigadier
Simón Bolívar; había culminado exitosamente la Campaña Admirable y comenzado
la gloria para Bolívar.
Decreto de guerra a muerte
Célebre documento dictado por Simón Bolívar y dado a conocer en la ciudad
de Trujillo, el 15 de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta
de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde,
Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la
Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego de la caída de la
Primera República. La matanza de los republicanos por parte de los jefes españoles
llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos a la causa
monárquica. Uno de ellos fue el abogado fue el abogado Francisco de Heredia, oidor
y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió en distintas formas que cesaran
las ejecuciones, lo cual no sucedió. Según el testimonio del propio Heredia relatado
en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno
de los partidarios de Monteverde, exhortó en una ocasión «… en alta voz a los
soldados, de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie…» Bolívar en su Campaña
Libertadora de 1813 recibió información de la consumación de hechos como el
relatado por Heredia, lo que le llevó a expresar el 8 de junio en Mérida: «Nuestro odio
será implacable y la guerra será a muerte».

Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio siguió la proclama el 15 de junio


en Trujillo del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: «…Españoles
y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en
obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando
seáis culpables». En una primera instancia esta manifestación fue considerada por
Bolívar como ley fundamental de la República, que luego ampliaría y ratificaría en el
cuartel general de Puerto Cabello, mediante una proclama del 6 de septiembre del
mismo año 1813, acto que según algunos historiadores puede ser considerado como
un «Segundo Decreto de Guerra a Muerte». Posteriormente, cuando en el segundo
semestre de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales,
la matanza se hace más intensa por parte de los realistas y la respuesta de los
republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a muerte». Derivado de esto se
produjo la ejecución de los presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira
ordenada por Bolívar en febrero de 1814. En este último año la «guerra a muerte» se
recrudece, perdiéndose numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este
contexto de destrucción en el que cae la Segunda República.

Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a muerte» se extiende a la Nueva
Granada, en donde el general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad. Entre
las numerosas víctimas de Morillo se pueden destacar el científico Francisco José de
Caldas, los estadistas neogranadinos Camilo Torres y Manuel Rodríguez Torices y los
patriotas venezolanos Andrés Linares y Francisco José García de Hevia. A pesar de
haber sido Bolívar el autor del decreto de guerra sin cuartel, en varias ocasiones
consideró la posibilidad de la derogación de dicho instrumento. En tal sentido, en su
proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que: «…La guerra a muerte que
nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos a los que se
rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de
batalla»; lo cual obviamente buscaba humanizar la contienda militar. Finalmente, el
26 de noviembre de 1820 se celebró en Trujillo, en el mismo lugar donde se proclamó
la «guerra a muerte», el Tratado de Regularización de la Guerra, el cual derogaba el
decreto de 1813.
Título de “Libertador”
En agosto entra en Caracas como General victorioso y jefe de la nueva situación
política. Es ya el Capitán General de los Ejércitos de Nueva Granada y Venezuela. La
Municipalidad le da el título de Libertador en octubre de ese año y el empleo de
Capitán General, equivalente a General en Jefe.

Durante 1814 Bolívar enfrenta un año de terribles pruebas y de inmensas


dificultades que lo hacen abandonar finalmente a Caracas y emigrar hacia el Oriente
del país, seguido por una gran parte de la población. Esa heroica e infortunada
tentativa concluye cuando Bolívar desde Carúpano sale casi sólo para Cartagena,
dejando alguna fuerza dispersa y mal avenidas que no tienen esperanza de victoria.

Con las reliquias del ejército que ha logrado llevar Urdaneta hasta Nueva
Granada, el Libertador lucha de nuevo a las órdenes del Gobierno neogranadino. En
ocho meses de actividad sin tregua libera a Bogotá, baja por el Magdalena y llega a
Cartagena donde le niegan la ayuda que pide para marchar a libertar a Venezuela. Las
rivalidades y celos obstaculizan la acción.

En medio de sonrisas y consignas de un pueblo que lo alentaba en su proceder,


entró Simón Bolívar a la Iglesia de San Francisco de Caracas el 14 de octubre de 1813,
para recibir de manos del gobernador de la ciudad, Cristóbal Mendoza, el título de
Libertador y Capitán General de los Ejércitos. La entrega de este título ya se veía
venir, cuando el 23 de mayo de ese mismo año fue reconocido por el pueblo de Mérida
como El Libertador, tras liderar los caminos y victorias de la Campaña Admirable,
una estrategia con la cual Bolívar consiguió liberar al occidente del país del yugo
español y abrir el camino para la fundación de la Segunda República.
“Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos,
ciudadano general Bolívar. ¡Que vuestra mano incansable siga victoriosa, destrozando
las cadenas de los redimidos y digan un día, Bolívar vengó vuestros agravios!”, fueron
las palabras que recibió Bolívar de la asamblea popular merideña, en esa ocasión.

El acto en la Iglesia de San Francisco de Caracas se llevó a cabo en presencia


de civiles y militares, que ya conocían la labor de Bolívar, el hombre que defendía de
manera ferviente la libertad de los pueblos latinoamericanos.

“Capitán General de los Ejércitos de Venezuela, vivo y efectivo, y con el


sobrenombre de Libertador. Es un don que le consagra la patria a un hijo tan
benemérito”, le expresó Mendoza a Bolívar esa tarde de octubre, durante el desarrollo
de la proclamación.

“Me aclaman capitán de todos los imperios de la tierra. Libertador de


Venezuela, título más glorioso y satisfactorio para mí, que el centro de todos los
imperios del universo”, celebró Simón.

Doscientos años después, el pueblo venezolano recordará en el Casco Histórico


de Caracas el reconocimiento obtenido por Bolívar, con el fin compromiso de seguir
defendiendo la soberanía nacional.

El honor que se me hace es tan superior a mi mérito, que no puedo contemplarle


sin confusión. El Congreso de la Nueva Granada confió a mis débiles esfuerzos el
restablecimiento de nuestra República. Yo he puesto de mi parte el celo; ningún
peligro me ha detenido. Si esto puede darme lugar entre los ciudadanos de nuestra
nación, los felices resultados de la campaña que han dirigido mis órdenes, es un digno
galardón de estos servicios, que todos los soldados del ejército han prestado
igualmente bajo las banderas republicanas. Penetrado de gratitud he leído el acta
generosa en que me aclaman, sin embargo, Capitán General de los Ejércitos y
Libertador de Venezuela. Yo sé cuánto debo al carácter de vuestras señorías, y mucho
más a los pueblos, cuya voluntad me expresan; y la ley del deber, más poderosa para
mí que los sentimientos del corazón, me impone la obediencia a las instancias de un
pueblo libre, y acepto con los más profundos sentimientos de veneración a mi patria
y a vuestras señorías, que son sus órganos, tan grandes munificencias: Dios guarde a
vuestras señorías muchos años.”
TEMA VIII: Segunda República
Surgimiento de Boves
Sobre Boves pesa la condena vejatoria de ser un dirigente partidario del Rey
que enfrentó y derrotó al Libertador Simón Bolívar, enterrando lo que los
historiadores posteriores llegaron a denominar la Segunda República (1813-1814).
Todo ello a través de una violencia sin límites, y para algunos, demencial
e irracional.Boves es un caso paradójico y paradigmático de nuestra guerra de
Independencia. Un período exaltado y sobredimensionado por los vencedores de la
contienda a través de una historiografía sin sentido crítico.
Boves fue uno de los primeros, sino el primero, en intentar una rebelión en
contra del orden colonial tomando como bandera las aspiraciones sociales de los
sectores populares tradicionalmente excluidos. Sólo que el “programa social” de
Boves estuvo firmado con sangre y no pasó más allá de la degollina y saqueo de sus
adversarios representados por el sector dirigente blanco, ya sea el criollo o hasta el
mismo peninsular.
Boves fue un guerrero, un auténtico señor de la guerra tropical, que las
circunstancias caóticas del momento contribuyeron en su insurgencia. Entendió el
odio de los desplazados, el rencor de los marginados sociales, la ira de los excluidos,
y todo ello alimentó su programa “democrático” de acabar con todos los privilegios
que la sociedad de los blancos construyó para su disfrute. Si bien, su afán de justicia
se nos torna hasta legítimo, lo cierto del caso es que su obra terminó en ceniza y
polvo.A tanto llegaron los horrores de una guerra sin cuartel que los mismos
beligerantes blancos -criollos y peninsulares-, trataron de pactar un armisticio bajo el
apoyo inglés para acabar con el nuevo Atila. Todo fue en vano. Mientras que Bolívar
postuló a través de una encendida y culta proclama su aspiración a la “guerra a
muerte”, fue Boves quién la llevó a la práctica hasta sus
últimas consecuencias.Este nuevo Lope de Aguirre se autoproclamó el máximo jefe
de todas las provincias de Venezuela rebelándose en contra de sus más inmediatos
superiores, todo lo cual nos hace conjeturar que si la muerte no le atrapa en Úrica, la
guerra civil, ya en activo, se hubiese profundizado aún más luego del arribo del
Ejército Pacificador de la Costa Firme. Boves y su “caballería infernal” trajeron el
desconcierto y la incorporación de nuevos e inesperados actores en una guerra que
inició el sector blanco, poniendo en entredicho los significados y las intenciones
originales de los legítimos beligerantes de la contienda
“El Pacificador” Don Pablo Morillo, vino a Venezuela en 1815 no a combatir a
los rebeldes sino a restituir la sociedad de Antiguo Régimen que Boves puso en
cuestión a través de una guerra de exterminio sin parangón en nuestra historia. La
anarquía en que quedó América luego de la invasión napoleónica sobre España en
1808 produjo las condiciones para el surgimiento del fenómeno caudillista y
personalista inaugurado por Monteverde y profundizado por Boves. Aunque si somos
justos, Bolívar, Páez y tantos otros dentro del bando republicano, también dejaron con
sus actuaciones sembrado las raíces de tan pernicioso fenómeno sociológico.
Batalla de Carabobo
Acción bélica librada cerca de la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821,
entre el ejército realista a cargo del mariscal de campo Miguel de la Torre y el
republicano comandado por el general en jefe Simón Bolívar. La victoria lograda por
este último, resultó decisiva para la liberación de Caracas y el territorio venezolano,
hecho que se logrará de manera definitiva en 1823 con la Batalla Naval del Lago de
Maracaibo y la toma de las fortalezas de Puerto Cabello.

Previo al combate, Miguel de la Torre distribuyó sus fuerzas de manera tal que
cubrieran por el oeste el camino de San Carlos, y por sur el de El Pao. La primera
línea defensiva fue confiada a la Primera División dirigida por el teniente coronel
Tomás García, la cual se organizó en tres batallones principales. El batallón del
Valencey a cargo del teniente coronel Andrés Riesco, ocupó la parte sur del camino;
a su derecha se situó el batallón ligero del Hostalrich comandado por el teniente
coronel Francisco Illas, en columna de marcha detrás de las anteriores. Además de
esto, dos piezas de artillería fueron colocadas en una pequeña altura, delante de la
línea formada por Valancey y Barbastro. La Posición correspondiente a la vía de El
Pao fue ocupada por la División de Vanguardia liderada por el brigadier Francisco
Tomás Morales, quien contaba con dos batallones principales y uno de reserva.
Primero tomó posiciones el batallón ligero del Infante, a cargo del teniente coronel
Simón Sicilia; e inmediatamente detrás de esta unidad se situó el batallón ligero del
Príncipe. La reserva quedó integrada por el segundo batallón del Burgos, bajo la
jefatura del teniente coronel Joaquín Dalmar, quien disponía de cuatro regimientos de
caballería. En cuanto al cuartel general, el mismo quedó establecido cerca del batallón
Burgos. Monolito de la batalla de Carabobo en Los Próceres El 15 de junio de 1821,
el Libertador reorganizó el ejército republicano en tres divisiones. La primera a cargo
de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (liderada por el
teniente coronel Francisco Torres) y los Cazadores Británicos (al mando del coronel
Thomas Ildeston Ferriar); además de 7 regimientos de caballería. La segunda,
comandada por el general de división Manuel Cedeño, y constituida por los batallones
Tiradores (dirigida por el teniente coronel Ludwig Flegel), y Vargas ( teniente coronel
Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las
órdenes del coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones. El de Rifles a
cargo del teniente coronel Arturo Sandes, Granaderos al mando del coronel Francisco
Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigida por el coronel Juan Uslar y Anzoátegui,
comandada por el coronel José M. Arguidegui; completado todo esto por un
regimiento de caballería. Las fuerzas republicanas sumaban en total 6500 hombres.

A tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, elLibertador


hizo un reconocimiento de la posición realista y llegó a la conclusión de que ésta era
inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones
modificaran su marcha por la izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el
cual estaba descubierto; es decir, Bolívar concibió una maniobra tendiente a desbordar
el ala derecha enemiga, operación ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño, en
tanto que la división Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición
defensiva. Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los republicanos, ordenó al
batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la cual se dirigían las
divisiones de Bolívar. Al llegar el Burgos al área indicada, abrió fuego contra el
batallón Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el
riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana
de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure
tuvo que replegarse por dos veces. La situación cambió cuando una unidad que lo
seguía, el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó al Burgos y lo obligó a
retroceder. Por su parte, los batallones Infante y Hostalrich, entraron en auxilio del
Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure, se unió al Cazadores Británicos para
reanudar el ataque, ayudado por dos compañías del batallón Tiradores. Para detener
el repliegue de las unidades realistas que había producido la operación patriota, Torre
envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea
de combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera
división del ejército republicano entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer
frente a este nuevo ataque, la Torre ordenó al regimiento Húsares de Fernando VII
que cargase contra la caballería patriota, pero esta unidad se retiró después de disparar
sus carabinas.
Finalmente, atacados de frente por la infantería y por la derecha por la
caballería, los batallones realistas optaron por la retirada. Como último recurso, la
Torre le ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería
patriota, pero esta unidad no sólo desobedeció la orden, sino que huyó ante la
embestida de las fuerzas republicanas. Al entrar la batalla en su fase final, los patriotas
iniciaron una tenaz persecución del ejército español, la cual fue llevada a cabo hasta
Valencia. De los 4.279 efectivos que participaron en la batalla de Carabobo, los
realistas perdieron dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 soldados. Por su
parte, las bajas de los republicanos también fueron cuantiosas. El resto del ejército
realista terminó refugiándose en Puerto Cabello.

Batalla de San Mateo


La Batalla de San Mateo fue un enfrentamiento importante para la
independencia de Venezuela. Un ejército republicano liderado por Bolívar se enfrenta
con el ejército realista comandado por José Tomás Boves y que estaba integrado en
su mayoría por llaneros, esclavos e indígenas. El nombre de San Mateo viene dado a
todos aquellos conflictos que estaban liderados por José Tomás Boves, los cuales
tenían lugar en la ciudad de San Mateo el 28 de febrero de 1814. Los realistas tuvieron
varios intentos de tomar la ciudad, hasta que el 31 de marzo tuvieron éxito, terminando
con la derrota de Boves.
La historia registra dos batalla importantes de San Mateo, la primera fue el 28
de febrero de 1814, donde las tropas de Boves asaltan las trincheras que defendían la
entrada del valle, pero fueron muchos los hombres que perdieron, dado a que fueron
asediados y confrontados por la republicanos.

La segunda batalla, el Capitán Antonio Ricaurte se encontraba a cargo con un


pequeño grupo de soldados de la Casa Alta de Ingenio, la cual pertenecía a Simón
Bolívar y era donde se guardaba la mayor provisión de pólvora y municiones del
ejercito republicano. Dado al fracaso de Boves, ideó un plan para atacar a los
republicanos, armando a su tropas dado que solo contaban con lanzas. Fue el 25 de
marzo de 1814 que José Tomas Boves, de manera sorpresiva busco atacar la propiedad
para adueñarse de lo que allí se encontraba. Pero Ricaurte al darse cuenta lo que los
realistas pensaban hacer, ordenó de manera rápida el desalojo de la casa. Fue entonces
cuando de manera sorpresiva entran a la propiedad, Ricaurte prendió la pólvora
haciendo estallar el depósito, donde murieron todos los que allí se encontraban.

Emigración a Oriente
Episodio de nuestra gesta emancipadora en el que a raíz de una serie de derrotas
sufridas por el ejército independentista ante las fuerzas realistas incluida la de La
Puerta, el día 15 de junio de 1814, un gran contingente de personas de la sociedad
caraqueña se vio en la necesidad de emigrar el 7 de julio de 1814 hacia el oriente
venezolano ante el ataque inminente a la ciudad de Caracas por parte de las fuerzas
de José Tomás Boves. Luego de la derrota infringida el 15 de junio de 1814 por las
fuerzas realistas a las patriotas, el entonces general Simón Bolívar creyó que podía
enfrentar las huestes realistas dentro de los recintos de la capital, iniciando los aprestos
para una resistencia más o menos larga. Con esta finalidad se solicitó la opinión de
las Juntas de Arbitrios y de Guerra, creadas el 17 y el 23 del propio junio,
respectivamente, organismos cuyas bases las formaban personas con experiencia,
pero que, por sesionar públicamente, se ampliaban de manera tumultuaria con la
presencia espontánea de los llamados «padres de familia», es decir de los vecinos más
influyentes o políticamente más motivados de Caracas; quienes, por lo regular,
imponían su parecer en todas las decisiones. Dado su poder, este grupo se legalizó en
una Junta de Padres de Familia el 4 de julio, absorbiendo a las 2 corporaciones antes
mencionadas, por lo que pasaron a ejercer el gobierno civil de la ciudad desde el 28
de junio. En definitiva, fue esa Junta la que se empeñó en esperar al enemigo dentro
de las defensas construidas, enarbolando la consigna de: «…nadie se va, aquí morimos
todos…».

Por su parte, el Libertador quien en ningún momento dejó de ejercer la


conducción de la guerra, había enviado desde el 25 de junio al general José Félix
Ribas para enfrentarse a los realistas que avanzaban hacia Caracas por los valles de
Aragua al mando del español Ramón González, uno de los lugartenientes de José
Tomás Boves; a quien logró detener Ribas en el sitio de Las Cocuizas. El 29 de junio,
Bolívar despachó buques desde La Guaira para traer de vuelta a ese puerto a las tropas
que sitiaban la plaza de Puerto Cabello, las cuales llegaron a La Guaira hacia el 2 o 3
de julio y subieron de inmediato a Caracas. Posteriormente, el 5 de julio se supo que
además de las precedentes de los valles de Aragua, otras fuerzas realistas de Boves se
acercaban a la capital por los valles del Tuy. El día 6 la vanguardia republicana fue
derrotada en el sitio de La Majada a 12 km de Caracas y las avanzadas realistas
llegaron a Antímano, a donde se dirigió Bolívar a fin de batirlos, pero fue rechazado.
Por tanto esa misma noche, la platería de los templos caraqueños, que estaba en poder
de las autoridades republicanas, fue enviada a La Guaira en cajones para ser
embarcada hacia el oriente, comenzando de esta manera la emigración en masa de la
población. El 7 de julio en la mañana, salió el grueso de la emigración, calculada en
unas 20.000 personas; Bolívar y las tropas que le quedaban, unos 1.200 hombres iban
a la retaguardia protegiendo la marcha de los civiles.

Finalmente, en la misma tarde del 7 de julio, los primeros destacamentos


realistas penetraron en Caracas, «…proclamando degüello general contra los
blancos…», según testimonio del arzobispo Coll y Prat. Boves por su parte, no llegó
a Caracas hasta el 16 de julio. Los emigrantes caraqueños tomaron el camino que lleva
a Barcelona por la montaña de Capaya. Ese camino se bifurcaba al salir de La Pica:
un sendero iba a salir a Río Chico y de allí seguía por la orilla del mar, en dirección a
Píritu, tocando en Boca de Uchire; comúnmente era llamado «el camino de la costa»;
el otro denominado «el camino de afuera», se dirigía por Cúpira a Sabana de Uchire,
prosiguiendo de allí a Clarines por Guanape. Se supone que Bolívar llegó
aproximadamente el 27 de julio a Barcelona. Entre las personas pertenecientes a
familias distinguidas que formaron parte de la emigración a oriente, figuran los
nombres de Belén de Aristiguieta y el de la familia Urbaneja, quienes llegaron
caminando hasta Río Chico, desde donde continuaron embarcados hasta Cumaná.
Asimismo, la propia hermana del Libertador, María Antonia Rodríguez fue obligada
por éste a marchar a La Guaira y luego embarcarse hacia Curazao. Aunque un gran
número de personas siguió a Bolívar en la larga travesía, otro grupo—sobre todo el
más comprometido políticamente—buscó refugio en las Antillas, mientras un tercer
renunciaba a la marcha y regresaba a Caracas a ponerse bajo la protección del
arzobispo Coll y Prat. En definitiva, el temor de la población caraqueña ante el avance
de las huestes realistas, fue confirmado cuando los realistas Fernando Ascanio (conde
de la Granja) y Juan José Marcano salieron de Caracas al encuentro de las fuerzas de
Boves que mandaban los zambos Machado y Hurtado con el objeto de felicitarlas,
siendo asesinados.
Manifiesto de Carupano
El Manifiesto Del Libertador Simón Bolívar fechado en Carúpano el 7 de
septiembre de 1814, explica las causas del fracaso de la Segunda República, la cual
tuvo su inicio cuando se da la liberación de Cumaná el 3 de agosto de 1813, por las
fuerzas del General Santiago Mariño, como culminación de la Campaña de Oriente,
y sobre todo con la entrada en Caracas, el 6 de agosto, del Libertador Simón Bolívar,
a la cabeza ejército victorioso en la llamada Campaña Admirable.El Manifiesto en
Carúpano es una explicación del fracaso de la caída de la Segunda República de
Venezuela. Bolívar se quejaba de la injusticia de los hombres y abogaba por la justicia
divina, expresaba que los conciudadanos venezolanos no estaban preparados para el
ejercicio de la justicia; por lo tanto no eran capaces de desarrollar sus propias leyes,
lo que significaba que no podían entender el verdadero concepto de la libertad, la cual
se basa en el ejercicio práctico y no solamente en palabras.
Siendo éste el caso, Bolívar debe obligar prácticamente a sus compatriotas a
asumir el ejercicio de la libertad, a pesar de la falta de aprecio ante la misma. Hace
una fuerte crítica al pueblo venezolano, porque no seguía sus ideales y por lo contario
celebraba la fuerza del pueblo colombiano ante la posición que asume por la libertad.

Este documento contiene un pensamiento claro sobre el colapso de la


Revolución, la cual se mantiene en la esfera simplemente política, atropellada por los
enemigos de la patria.

Bolívar insiste en el carácter fratricida o civil de nuestra lucha de independencia


y se despide con un compromiso solemne el de regresar: “Libertador o muerto”, sin
obviar ningún sacrificio.

El Libertador declara que el establecimiento de la libertad en un país de esclavos


es una obra tan imposible de ejecutar súbitamente, que está fuera del alcance de todo
ser humano; “porque así como la justicia justifica la audacia de haberla emprendido,
la imposibilidad de la adquisición califica la insuficiencia de los medios”.

Nosotros los venezolanos actualmente criticamos nuestro sistema de justicia en


Venezuela, la conciencia de que las leyes y la administración de justicia deben
mantener un equilibrio y no una parcialidad política, que el sistema judicial funcione
con equidad igualando, ajustando las leyes, que los jueces cumplan sus funciones con
eficiencia y honradez y que sus compromisos sean con la patria.
Los venezolanos debemos administrar la justicia, asumiendo un compromiso
con el ejercicio pleno de la libertad. “Dios concede la victoria a la constancia”. Simón
Bolívar.

Perdida de la Segunda República


Simón Bolívar estaba consciente de que fue la falta de liderazgo de algún
patriota entre los esclavos y trabajadores de los llanos venezolanos lo que motivó que
los realistas se aprovecharan de ellos para alimentar sus ejércitos, y ésto sucedió
porque en las llanuras venezolanas se encontraba un hombre, español canario, con
mucho carisma de nombre José Tomás Boves, quien logra sumarlos a la defensa de la
causa realista, siendo tal circunstancia lo que mayormente influyó en la perdida de la
II República de Venezuela. Sin embargo, Bolívar se declara culpable, pero incluye en
el documento de Carúpano tal análisis. A la antorcha de la libertad, que nosotros
hemos presentado a la América como la guía y el objeto de nuestros conatos, han
opuesto nuestros enemigos la hacha incendiaria de la discordia, de la devastación y el
grande estímulo de la usurpación de los honores y de la fortuna a hombres envilecidos
por el yugo de la servidumbre y embrutecidos por la doctrina de la superstición.
¿Cómo podría preponderar la simple teoría de la filosofía política sin otros apoyos
que la verdad y la naturaleza, contra el vicio armado con el desenfreno de la licencia,
sin más límites que su alcance y convertido de repente por un prestigio religioso en
virtud política y en caridad cristiana? No, no son los hombres vulgares los que pueden
calcular el eminente valor del reino de la libertad para que lo prefieran a la ciega
ambición y a la; vil codicia. De la decisión de esta importante cuestión ha dependido
nuestra suerte, ella estaba en manos de nuestros compatriotas que pervertidos han
fallado contra nosotros, de resto todo lo demás ha sido consiguiente a una
determinación más deshonrosa que fatal; y que debe ser más lamentable por su esencia
que por sus resultados. Es una estupidez maligna atribuir a los hombres públicos las
vicisitudes que el orden de las cosas produce en los Estados, no estando en la esfera
de las facultades de un General o Magistrado contener en un momento de turbulencia,
de choque y de divergencia de opiniones el torrente de las pasiones humanas; que
agitadas por el movimiento de las revoluciones se aumentan en razón de la fuerza que
las resiste. Y aun cuando graves errores o pasiones violentas en los jefes causen
frecuentes perjuicios a la República, estos mismos perjuicios deben, sin embargo,
apreciarse con equidad y buscar su origen en las causas primitivas de todos los
infortunios: la fragilidad de nuestra especie y el imperio de la suerte en todos los
acontecimientos. El hombre es el débil juguete de la fortuna, sobre la cual suele
calcular con fundamento muchas veces, sin poder contar con ella jamás, porque
nuestra esfera no está en contacto con la suya; de un orden muy superior a la nuestra.
Pretender que la política y la guerra marchen al grado de nuestros proyectos, obrando
a tientas con sola la pureza de nuestras intenciones, y auxiliados por los limitados
medios que están a nuestro arbitrio, es querer lograr los efectos de un poder divino
por resortes humanos.

Yo, muy distante de tener la loca presunción de conceptuarme inculpable de la


catástrofe de mi Patria, sufro al contrario el profundo pesar de creerme el instrumento
infausto de sus espantosas miserias; pero soy inocente porque mi conciencia no ha
participado nunca del error voluntario o de la malicia; aunque por otra parte haya
obrado mal y sin acierto. La convicción de mi inocencia me la persuade mi corazón y
este testimonio es para mí el más auténtico, bien que parezca un orgulloso delirio. He
aquí la causa porque desdeñando responder a cada una de las acusaciones que de
buena o mala fe se me puedan hacer, reservo este acto de justicia, que mi propia
vindicta exige, para ejecutarlo ante un tribunal de sabios, que juzgarán con rectitud y
ciencia de mi conducta en mi misión a Venezuela. Del Supremo Congreso de la Nueva
Granada hablo, de este augusto cuerpo que me ha enviado con sus tropas a auxiliaros
como lo han hecho heroicamente hasta expirar todas en el campo del honor. Es justo
y necesario que mi vida pública se examine con esmero, y se juzgue con
imparcialidad. Es justo y necesario que yo satisfaga a quienes haya ofendido, y que
se me indemnice de los cargos erróneos a que no he sido acreedor. Este gran juicio
debe ser pronunciado por el soberano a quien he servido; yo os aseguro que será tan
solemne cuanto sea posible, y que mis hechos serán comprobados por documentos
irrefragables. Entonces sabréis si he sido indigno de vuestra confianza, o si merezco
el nombre de Libertador. Yo os juro, amados compatriotas, que este augusto título que
vuestra gratitud me tributó cuando os vine a arrancar las cadenas, no será vano. Yo os
juro que Libertador o muerto, mereceré siempre el honor que me habéis hecho, sin
que haya potestad humana sobre la tierra que detenga el curso que me he propuesto
seguir hasta volver segundamente a libertaros, por la senda del occidente; regada con
tanta sangre y adornada de tantos laureles. Esperad, compatriotas, al noble, al virtuoso
pueblo granadino que volará ansioso de recoger nuevos trofeos, a prestaros nuevos
auxilios, y a traeros de nuevo la libertad si antes vuestro valor no la adquiriere. Sí, sí,
vuestras virtudes solas son capaces de combatir con suceso contra esa multitud de
frenéticos que desconocen su propio interés y honor; pues jamás la libertad ha sido
subyugada por la tiranía. No comparéis vuestras fuerzas físicas con las enemigas,
porque no es comparable el espíritu con la materia. Vosotros sois hombres, ellos son
bestias, vosotros sois libres, ellos esclavos. Combatid, pues, y venceréis. Dios concede
la victoria a la constancia.

TEMA IX: Segundo exilio


Exilio a Cartagena
La Campaña Admirable fue una acción militar enmarcada dentro de la Guerra
de Independencia de Venezuela. Fue comandada por Simón Bolívar y consiguió la
liberación del occidente de Venezuela, integrado en aquel entonces, por las provincias
de Mérida, Barinas, Trujillo y Caracas. Estos éxitos junto con los obtenidos en oriente
por Santiago Mariño darían origen a la conformación de la Segunda República de
Venezuela. El 8 de enero de 1813 ocupó a la ciudad de Ocaña (la segunda en
importancia en Norte de Santander, después de Cúcuta) después de haber dejado el
paso libre en el Magdalena Medio consiguiendo así la navegación entre Bogotá y
Cartagena. El 16 de febrero salió rumbo a Cúcuta pues había peligro por la presencia
de Ramón Correa y sus fuerzas realistas. En su recorrido venció una fuerza enemiga
que le cerraba el paso en La Aguada. El 28 del mismo mes se llevaba a cabo lo que
hoy en día conocemos como Batalla de Cúcuta, con la cual se le dio la independencia
a esta ciudad. Posteriormente, ante el repliegue del jefe realista. Manuel Cañas a
Carache, Girardot se dirigió hacia esa localidad con sus fuerzas el 17 de junio de 1813,
en horas de la tarde. En horas de la noche, el jefe realista abandonó la línea que
ocupaba y llevó sus hombres a las alturas de Agua de Obispos. La batalla de Niquitao
es un hecho de armas donde una columna patriota dirigida por José Félix Ribas, Rafael
Urdaneta Faría y Vicente Campo Elías, que venía de los Llanos, derrota el viernes 2
de julio de 1813, en Niquitao, a las fuerzas realistas dirigidas por el comandante José
Martí, quien estaba subordinado al gobernador de Barinas, el capitán de fragata
Antonio Tiscar y Pedrosa. Ocurrió el 22 de julio de 1813 y en ella las fuerzas patriotas
derrotan a los españoles. Los generales Jacinto Lara y Florencio Jiménez participaron
en esta batalla. La batalla de Taguanes tuvo lugar en las llanuras de Cojedes el 31 de
julio de 1813. La acción bélica fue dirigida por Simón Bolívar para cerrar la Campaña
Admirable antes de hacer su entrada triunfal en Caracas. El general Rafael Urdaneta
lo acompañaba. Toda la tarde duró la acción, en que murieron muchos españoles, entre
ellos seis de sus mejores oficiales, uno de estos el comandante Izquierdo; perdieron
toda su infantería, que quedó dispersa por los bosques, o prisioneros, o pasado a
nosotros pidiendo asegurar que no escapo ningún infante. Finalmente, el 6 de agosto
de 1813 entró triunfalmente a Caracas el pequeño ejército mandado por el brigadier
Simón Bolívar; había culminado exitosamente la Campaña Admirable y comenzado
la gloria para Bolívar.
Campaña militares en nueva Granada
Campaña Libertadora de la Nueva Granada (1819) este proyecto
independentista fue proclamado por Simón Bolívar a la población de la Nueva
Granada, que desde el periodo de 1810 se encontraba en un proceso independentista.
Para llegar hasta este punto esta colonia española americana tuvo que afrontar
sucesivas batallas, guerras, conflictos internos y un periodo extenso llamado la Patria
Boba; época de temor a la retaliación de la monarquía absoluta, periodos de confusión
ideológica, guerras internas y una escaza definición de las pretensiones como colonia
a bordas de un proceso independentista. El 15 de agosto de 1818 se creó la proclama
llamada El Paso de los Andes esta fue emitida desde Angostura. Esta fue emitida en
un momento donde los republicanos en Buenos Aires y Chile habían logrado el éxito.
Además internamente, Popayán y otras provincias del sur de Nueva Granada estaban
obteniendo importantes logros. Por otro lado, el éxito del general Andrew Jackson en
la conquista del fuerte de Pensacola y la recuperación de las Floridas españolas. Para
comenzar a llevar a cabo la Campaña Libertadora, Bolívar envió al general de brigada
Francisco de Paula Santander a la provincia de Casanare para que tomara el mando
de la fuerza armada y adiestrara una división que sería la vanguardia de la campaña
en proyecto.

El 26 de mayo de 1819 Bolívar compartió con el vicepresidente de Venezuela,


Francisco Antonio Zea, el plan que había elaborado para la campaña. El plan era el
siguiente: la mayoría de los soldados entrarían por Cúcuta; el general Santander
entrará por Soatá y se unirá a las tropas; el ejército de oriente cubrirá el oriente de
Venezuela y asaltar al general Pablo Morillo que se encuentra en Calabozo. Mientras
tanto, la división Urdaneta marchará hacia Apure y cooperará con el ejército de
oriente; desde el Apure apoyará a Bolívar con material de guerra. José Antonio Páez
se le ordenó dirigir las fuerzas de occidente en caso de requerir reservas y seguridad
estratégica. El 27 de mayo salió Bolívar por Guasdualito. Al llegar a esta zona, le
anunció a la población el plan definitivo. Posteriormente, fue a Casanare con la
infantería. Páez, mientras se desplazaba por los valles de Cúcuta, llamó la atención de
los realistas que comenzaron a llegar al lugar. Los planes de la campaña se siguieron
realizando sin modificación. El 4 de junio se reanudó la marcha. Al día siguiente se
efectuó el cruce del río Arauca y las tropas entraron en los llanos de Casanare.

Cuando llegaron a Tame, se incorporó parte de la división de Santander. En este


poblado fue reorganizado el ejército en 2 divisiones: la vanguardia del general
Santander con los batallones de infantería Cazadores y el escuadrón de caballería
Casanare. En total fueron 1.200 hombres; en la retaguardia se encontraba el general
de brigada José Antonio Anzoátegui con los batallones de infantería Rifles,
Barcelona, Bravos de Páez y la Legión Británica alcanzaba un total de 2.000 hombres.
Bolívar se encontraba en un gran dilema porque los 3 caminos que conducían al valle
de Sogamoso para continuar con la operación: el de Salina de Chita, el de Pisba y el
de Labranza Grande. El primero y el último eran transitables pero estaban cubiertos
por fuerzas realistas. El del páramo de Pisba no tenía mucha seguridad; pero era un
camino poco transitable debido a su fragosidad y a la altura de las montañas. Bolívar
tomó este camino.El 24 de junio llegó la vanguardia al pueblo de Morcote y, el mismo
día destruyó una avanzada realista de unos 300 hombres que defendían aquellas
posiciones. El 19 de junio, el batallón Cazadores ocupó a Pueblo Viejo y Las
Quebradas, donde apresaron los integrantes de una fuerza que cubría el área. Luego
de varios días de marcha los patriotas alcanzaron el pueblo de Socha el 5 de julio y en
2 días el grueso de las tropas estaba reunido allí.
En el valle de Sogamoso, Bolívar logró un gran golpe al derrotar la tercera
división realista al mando del coronel José María Barreiro en Gámeza el 11 de julio,
horas antes había destruido sus avanzadas en Corrales de Bonza. Terminada la acción,
los realistas iniciaron la retirada a la Peña de Tópaga y los patriotas al pueblo de
Gámeza, y desde allí marcharon a Santa Rosa de Viterbo para intentar tomar posesión
de ese territorio; este era un territorio clave rico en recursos y estratégico para dominar
el valle de Sogamoso. Con este movimiento, Barreiro se trasladó de sus posiciones de
Tópaga hacia los Molinos de Bonza, ante cuyos atrincheramientos se presentó Bolívar
el 20 de julio y empezó una confrontación militar en campo abierto, pero fue
imposible batir a los realistas. Por ello, cruzó el río Chicamocha y por el camino del
Salitre de Paipa, atacó la retaguardia de Barreiro.

Para neutralizar el ataque, el jefe realista ordenó a sus fuerzas que se dirigieran
hasta las alturas del Pantano de Vargas, donde se efectuó la batalla del mismo nombre.
El final de la batalla produjo la victoria para los patriotas. El mismo día se dirigió
Barreiro a Paipa y el siguiente día lo hizo Bolívar a Corrales de Bonza. El 4 de agosto,
Bolívar desalojó de Paipa a los realistas, gracias a la ejecución del movimiento
conocido como “maniobra sobre Tunja”, por el camino de Toca y Chivatá. El
siguiente acto era cortar las comunicaciones de Barreiro con Santa Fe de Bogotá, tarea
que ejecutó en la ciudad de Tunja el 5 de agosto, y para recuperarlas, Barreiro se
movió desde Loma Bonita, por el páramo de Cómbita, para llegar al pueblo de
Motavita.

El 7 de agosto, los 2 contendientes emprendieron el movimiento rápidamente;


Barreiro para ganar el puente de Boyacá, sobre el río Teatinos, para poder avanzar
hasta Santa Fe; y Bolívar con la intención de impedir esta operación. Esto originó la
Batalla de Boyacá, en la cual fue derrotado el coronel Barreiro y destruida la división
de su mando. Bolívar victorioso pudo pasar con sus tropas (algo diezmadas) a Santa
Fe de Bogotá, con este evento quedó concluida la campaña y con ella la liberación de
Nueva Granada. Una vez logrado un ambiente de aceptable estabilidad en el país,
política y administrativamente, Bolívar regresó a Angostura y dio cuenta de las
operaciones que había realizado. Finalmente, comenzó a realizar su proyecto de
creación de la Gran Colombia.
Desavenencias con autoridades neogranadinas
La Campaña Libertadora de Nueva Granada fue una campaña militar
emprendida por Simón Bolívar a finales de 1819 para liberar la Nueva Granada (actual
Colombia) del dominio español. La campaña fue un éxito rotundo y gracias a ella se
concreta la idea de la unión de la Nueva Granada y Venezuela.En el Congreso de
Angostura se decretó la creación de la República de Colombia, estado que
comprendería las antiguas colonias españolas de la Capitanía General de Venezuela,
el Virreinato de Nueva Granada y la Real Audiencia de Quito. Todos estos territorios,
con excepción del sur y oriente de Venezuela, se hallaban en poder de los españoles.
Bolívar decidió que tras la retirada de Pablo Morillo de la campaña de Apure a sus
cuarteles de invierno en Calabozo, que era el momento oportuno para efectuar la
planeada liberación de Nueva Granada El 4 de agosto la tropa de Bolívar llegó a
Tunja; tres día después, el ejército realista se fortificó para detener su avance en un
sitio 15 kilómetros al sur, sobre el puente del río Boyacá. El río es poco profundo,
pero el valle es angosto y empinado a lado y lado, por lo cual constituía una línea
natural de defensa. Los españoles tomaron el puente y las laderas al sur del río. Sin
embargo, a pesar de su mejor posición estratégica, fueron alcanzados por la
vanguardia del ejército republicano antes de poder prepararse para la batalla; un
destacamento del mismo, comandado por Santander, tomó rápidamente el puente y
dividió a las fuerzas españolas en dos columnas separadas. La caballería de José
Antonio Anzoátegui avanzó para tomar por la a los batallones, mientras la infantería
avanzaba por el frente.
La batalla fue un desastre para los realistas; Bolívar tomó 1600 prisioneros, casi
la mitad de las fuerzas, incluyendo al mismo Barreiro y la mayoría de sus oficiales.
Los patriotas perdieron 13 soldados y otros 53 resultaron heridos. Tres días más tarde,
el 10 de agosto de 1819, Bolívar entró triunfante a Bogotá y fue recibido como un
héroe.

Viaje a Jamaica
Tras los acontecimientos de Carúpano, Bolívar llegó a Cartagena a finales de 1814
para obtener de nuevo ayuda de la Nueva Granada, que en esos momentos se
encontraba también en una situación difícil que le impidió desarrollar nuevos
proyectos. Estas circunstancias y el apoyo que le daba el Gobierno neogranadino
hicieron que fuera reconocido como jefe por todos los venezolanos que se encontraban
en Nueva Granada, el 19 de septiembre de 1814 Bolívar se encuentra con Camilo
Torres Tenorio quien preside el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva
Granada y admitiendo los argumentos de Bolívar y ante la derrota sufrida por el
General Antonio Nariño en la campaña del sur en julio de 1814, encarga a Bolívar de
la conducción de la guerra. El 10 de diciembre Bolívar toma a Santa Fe y obliga así a
que Cundinamarca reconozca como autoridad al Congreso de las Provincias Unidas.
Ante la imposibilidad de desarrollar algún proyecto decidió abandonar su cargo en la
Nueva Granada y partir hacia Jamaica en el buque La Decouverte, llegando a la isla
el 14 de mayo de 1815 y los pocos meses de estar allí escribió con fecha del 6 de
septiembre de 1815 una carta un destinatario anónimo conocida como la Carta de
Jamaica, un documento que tiene múltiples significados por su forma, contenido y
características materiales como texto de reflexión y análisis. En dicho documento
describe en general la situación de América considerándola como un todo unitario y
empieza a exponer el proyecto ya preconcebido antes por Francisco de Miranda de
crear una gran confederación americana con el nombre de Colombia como una
realidad a alcanzar por las nacientes repúblicas que sería en adelante la base de su
proyecto político. Sin embargo, la situación de Bolívar en la isla llegó a ser muy
tensa ya que se encontraba allí con escasos medios económicos por lo que se vio
obligado a pasar estrecheces y llegó a sufrir un intento de asesinato del que salió ileso
gracias a que por no poder pagar la pensión donde vivía se vio obligado a mudarse el
mismo día del atentado. Ante la neutralidad del Gobierno británico, que no quería
comprometerse a darle un apoyo abierto, y la posibilidad de que los españoles
estuvieran intentando asesinarle, Bolívar consideró necesario trasladarse a otro país
más seguro donde pudiera organizarse una expedición.
Viaje a Haití
En aquella época Haití se había convertido en una república independiente de
Francia que daba asilo y respaldaba las causas republicanas en el continente
americano. Por ello Bolívar consideró que Haití era el lugar adecuado para organizar
una expedición militar hacia Venezuela con la ayuda del presidente de ese país, el
general Alexandre Petion. El 19 de diciembre de 1815, Bolívar salió de Jamaica para
Haití de una manera que él mismo describió como precipitada y llegó al puerto de Les
Cayes el 24 del mismo mes. Cuando Bolívar salió de Jamaica ya tenía resueltos los
aspectos fundamentales de la campaña que tenía en mente y cuyos aspectos requerían
un análisis cuidadoso ya que implicaban conseguir respaldo político, ayuda financiera
y colaboración técnica, naval y Allí con la ayuda encubierta del Gobierno haitiano y
del experimentado Almirante Luís Brión, Bolívar logró organizar una expedición
marítima conocida como la Expedición de los Cayos que salió el 23 de marzo de 1816
con rumbo a la isla de Margarita, desde donde empezaría de nuevo sus operaciones
militares.

Expedición de los cayos


Se conoce la invasión que desde Haití planeó el Libertador Simón Bolívar a
fines de 1815 con la finalidad de liberar a Venezuela de las fuerzas españolas.
Posteriormente, tras serle otorgado el poder supremo por parte de una asamblea de los
principales jefes refugiados, venezolanos y neogranadinos, Bolívar comenzó a afinar
los detalles sobre la expedición contra la costa firme venezolana; con la ayuda del
gobernador militar haitiano de Los Cayos, el general Ignacio Marión. En cuanto a los
recursos con los que finalmente contó la expedición gracias a las gestiones de Petión,
los mismos consistían de 6.000 fusiles, municiones, víveres, una imprenta completa,
el flete de algunas goletas y una importante suma de dinero. Con todo esto Bolívar
organizó una pequeña flota de 7 goletas: Bolívar, General Mariño, General Piar,
Constitución, Brión, Félix y Conejo, acompañadas de otra de su amigo de Haití,
Robert Sutherland, La Fortune. Finalmente, la expedición zarpó el 31 de marzo de
1816, formando parte de ella Manuel Piar, Santiago Mariño, Gregor MacGregor,
Francisco Antonio Zea, Pedro María Freites, Bartolomé Salom, Pedro León Torres,
Carlos Soublette, Pedro Briceño Méndez, Manuel Valdés, Diego Ibarra, Juan Bautista
Bideau, Carlos Chamberlain, Juan Baillío, Carlos Eloy Demarquet, Renato Beluche,
Henry Ducoudray-Holstein y otros. El recorrido de la flota comandada por Bolívar
fue el siguiente: luego de salir del puerto de Los Cayos, en la parte occidental de Haití,
la misma se detuvo 3 días en la isla Beata al sur de la frontera entre Haití y Santo
Domingo, para continuar su itinerario en el que los primeros días de abril de 1816 se
encontraban frente a la costa meridional de la hoy República Dominicana; el 19 de
abril de 1816 llegaban a la isla de Vieques cerca de las costas de Puerto Rico, hecho
que se celebró con salvas de artillería; el 25 de abril arriban a la islita holandesa de
Saba, distante 20 Km de San Bartolomé, desde donde se dirigen hacia Margarita,
librando el 2 de mayo antes de llegar a ésta, el combate naval de Los Frailes en la que
la escuadrilla de Luis Brión sale victoriosa y captura el bergantín español El Intrépido
y la goleta Rita. El 3 de mayo de 1816 tocan suelo venezolano en la isla de Margarita,
en la que el 7 del mismo mes una asamblea encabezada por el general Juan Bautista
Arismendi, ratifica los poderes especiales conferidos a Bolívar en Los Cayos. Luego
de esta ratificación, las fuerzas expedicionarias de Bolívar pasan a Carúpano donde
finalmente desembarcan y proclaman la abolición de la esclavitud para después seguir
a Ocumare de la Costa. En definitiva, a pesar de los reveses sufridos por los
expedicionarios y por el propio Libertador en Ocumare, la importancia histórica de la
Expedición de los Cayos radica en que la misma permitió que Santiago Mariño,
Manuel Piar y luego José Francisco Bermúdez emprendieran la liberación del oriente
del país, y que MacGregor con Soublette y otros jefes se internaran definitivamente
en Tierra Firme, para abrir paso al triunfo definitivo de la República.
TEMA X: Colombia
Campaña de Boyacá
Puente de Boyacá, ubicado a 14 kilómetros de Tunja y a 110 kilómetros de
Bogotá, fue lugar de uno de los combates más grandes que se han librado en territorio
colombiano por nuestra independencia: La Batalla de Boyacá. Ocurrida el 7 de agosto
de 1819, esta batalla marcó no sólo el punto final en las disputas guerreristas por el
poder en territorio colombiano, sino que fijó el triunfo independentista que había
trazado el país el 20 de julio de 1810.Todo comenzó con una serie de luchas libradas
por la Campaña Libertadora que —liderada por Simón Bolívar— hacía resistencia a
la reconquista española en 1819. Después de superar diversos obstáculos, el ejército
patriota salió victorioso en los combates de Gámeza (11 de julio) y el Pantano de
Vargas (25 de julio), que fueron claves en el resultado de la Batalla del Puente de
Boyacá.

Tras de 77 días de conformación de la Campaña Libertadora, ese 7 de agosto


fue decisivo. La estrategia de Bolívar era clara: tomar por sorpresa al ejército realista
que, sin remedio alguno, tenía que pasar por el río Teatinos para dirigirse a Santafé,
donde estaría a salvo de los ataques patriotas. Bajo el mando de Simón Bolívar,
Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoátegui, la tropa patriota
conformada por 2.850 combatientes (criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas
y negros) asaltó al ejército realista que contaba con 2.670 hombres liderados por el
coronel José María Barreiro. En un combate que duró cerca de seis horas, la tropa
libertadora se llevó la victoria y logró la rendición de los españoles, que fueron
tomados como prisioneros. Tras ser tomado como prisionero, Barreiro intentó
sobornar al soldado de quince años Pedro Pascacio Martínez, que se negó y lo entregó
a Bolívar. En cuanto se supo de la derrota realista, el virrey Juan Sámano huyó de
Santafé, ciudad que quedó bajo el mando de los criollos. Esta batalla no sólo marcó
un paso definitivo en nuestra independencia, sino que influyó en las victorias de
Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador y Junín y Ayacucho en Perú. El
puente, que sufrió graves daños, fue reconstruido el 7 de agosto de 1919 por el
presidente Marco Fidel Suárez. Ahora el puente es uno de los sitios más emblemáticos
de la historia colombiana, y se encuentra rodeado por monumentos que recuerdan la
gesta independentista como las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula
Santander y Pedro Pascasio Martínez. A su lado también reposan símbolos como la
Plaza de Banderas, el Arco del Triunfo, el Atril de Piedra, la Llama de la Libertad, la
Piedra de la Legión Británica y el Obelisco.

Pasos de los Andes de la nueva Granada


El Libertador partió de Venezuela para iniciar Bolívar paso de los Andes2el
famoso paso de los Andes desde la ciudad de Mantecal en el estado Apure el 27 de
Mayo de 1.819, un ejército de llaneros, que solo contaban con su valor y amor
patriótico emprendieron la marcha a unas escarpadas y frías montañas de la cordillera
andina. El Paso de los Andes fue un movimiento militar de valor estratégico durante
la Campaña Libertadora de Nueva Granada (actual Colombia), en el cual el ejército
independentista al mando de Simón Bolívar remontó la cordillera de los Andes,
específicamente la rama Oriental de los Andes colombianos para liberar a la Nueva
Granada del dominio español. Es considerada una de sus acciones militares más
destacadas y toda una hazaña para los medios técnicos de la época. Tres mil hombres
acompañan al Libertador, a través del brumoso y helado Páramo; la nieve paramera
mete sus dentelladas en los cuerpos semidesnudos de los hombres de las tierras bajas.

El soroche o mal de páramo, que hace mullidos y mortales colchones de la tierra


helada. A muchos hay que azotarlos hasta la flagelación para que abandonen aquel
sueño de muerte. Muchos se niegan y se quedan para siempre yertos en aquellas tierras
heladas. Otros se despeñan con sus caballos por los precipicios. El frío de la montaña
cobra más víctimas que las fiebres de los pantanos y las balas del enemigo. Bolívar
no desmaya ante la adversidad. En tono conmiserativo heroico o imperativo apuntala
con sus palabras y amenazas la marcha hacia el otro lado. Al llegar a la cumbre el
sufrimiento y la muerte alcanzan su paroxismo. Pero todos recuerdan. Antes la muerte
y lo que sea, que volver sobre sus pasos. Ahora tan sólo queda vencer o morir. Bolívar
saca cuentas de los tres mil hombres con los que inició el ascenso, han muerto mil
ochocientos. Con los mil doscientos que quedan y los patriotas neogranadinos, que
habrán de sumárseles tan pronto lleguen a bajo; tiene gente más que suficiente como
para echar de la Nueva Granada al Virrey Sámano y a todo el ejército español. Hubo
fuego y escaramuzas en el descenso al altiplano. En una de ellas pereció O’Rooque el
simpático irlandés que dio su vida por Venezuela. Barreiro, el jefe español, les
presentó batalla en el puente de Boyacá, en las inmediaciones de Bogotá. Luego de
dos horas de intenso tiroteo y de una veintena de muertos se rindieron los españoles y
el Virrey Sámano huyó de Bogotá disfrazado de indio.Esta derrota significó la caída
del yugo español en Venezuela, Colombia, Perú y Bolívia.
Creación de Colombia
La Gran Colombia fue un país de América creado en 1819 por el congreso
reunido en la ciudad de Angostura mediante la Ley Fundamental de la República
(ratificada después por su contraparte reunida en Cúcuta en 1821) por la unión de
Venezuela y la Nueva Granada en una sola nación bajo el nombre de República de
Colombia,5 6 a la que luego se adhirieron Panamá (1821) y Ecuador (1822). El
término Gran Colombia se emplea por la historiografía para distinguirla de la actual
República de Colombia.

Esta república existió jurídicamente entre 1821 y 1831 y se configuró a partir


de la unión de las anteriores entidades coloniales del Virreinato de la Nueva Granada,
Capitanía General de Venezuela, Presidencia de Quito y la Provincia Libre de
Guayaquil.8 Su superficie correspondía a los territorios de las actuales repúblicas de
Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela (incluyendo la Guayana Esequiba, en
reclamación guyano-venezolana); y otros territorios que pasaron a Brasil, Perú,
Nicaragua, Costa Rica y Honduras por acuerdos internacionales celebrados entre estos
países y las repúblicas surgidas de la disolución grancolombiana.
Si bien la Gran Colombia fue creada mediante la Ley Fundamental de la
República de Colombia expedida durante el Congreso de Angostura (1819), el Estado
como fruto de la unión de dichos territorios no vio la luz hasta el Congreso de Cúcuta
(1821), donde se redactó la Constitución nacional con la cual se implementó y
reglamentó su creación, al igual que la vida política e institucional del nuevo país. El
sistema político-administrativo adoptado por la república fue el centralismo unitario.

Por otra parte, el reconocimiento internacional de la existencia legítima de la


Gran Colombia, en tanto que territorio independiente, soberano y delimitado, se
inscribió en un contexto diplomático que en Europa fue adverso al reconocimiento
formal de la independencia de los países americanos. Es así que Austria, Francia y
Rusia sólo reconocían las independencias en América si los nuevos Estados se
sometían a un sistema monárquico nombrando como soberanos a miembros de las
dinastías europeas. Además, Colombia y las potencias internacionales enfrentaban sus
posiciones en cuanto a la extensión del territorio colombiano y su delimitación
fronteriza.

Al momento de su creación la Gran Colombia era el país hispanoamericano de


mayor prestigio en el mundo, tanto así que varios políticos de Europa y América, entre
ellos John Quincy Adams (por entonces secretario de estado y futuro presidente de
los Estados Unidos), la llamaron a ser una de las naciones más poderosas del planeta.
Este prestigio, sumado a la figura de Bolívar, atrayeron hacia la nación ideas
unionistas de movimientos independentistas de Cuba, República Dominicana y Puerto
Rico, que pretendían formar un estado asociado con la república.

El país se disolvió a finales de la década de 1820 e inicios de los años 1830, por
las diferencias políticas que existían entre partidarios del federalismo y el centralismo,
así como por las tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república.
TEMA XI: Carabobo
Campaña de Carabobo
Campaña terrestre decisiva de la Guerra de la Independencia en Venezuela;
recibe ese nombre porque culminó con la batalla dada el 24 de junio de 1821 en la
sabana de Carabobo. Desde mediados del año anterior el Libertador Simón Bolívar,
con la cooperación del general Antonio José de Sucre y de otros oficiales de su Estado
Mayor, había empezado a planificar esta campaña, la cual quedó en suspenso cuando
se firmaron en noviembre de 1820 los Tratados de Armisticio y de Regularización de
la Guerra. A partir de febrero de 1821, se empezaron a deteriorar aquellos tratados, a
raíz de la incorporación de Maracaibo, desde enero, a la República; y el plan de
campaña fue reactivado en el Estado Mayor General republicano. Al no producirse un
acuerdo entre el jefe español Miguel de la Torre y el Libertador sobre el destino de
Maracaibo (que el primero pretendía que fuese devuelto a las autoridades realistas) el
armisticio fue denunciado antes de expirar, y las operaciones militares debían
reiniciarse a fines de abril de 1821.
Batalla de Carabobo
La Batalla de Carabobo se llevó a cabo el 24 de junio de 1821, y selló la
Independencia de Venezuela. Se enfrentaron el Ejército Patriota comandado por
Simón Bolívar y el Ejército Realista, a la cabeza de Miguel de la Torre. La Batalla de
Carabobo está considerada la empresa más importante de la gesta independista. Duró
escasas dos horas en las que se mostró un gran despliegue militar en el Campo de
Carabobo.

La consolidación de la carrera por la independencia de Venezuela se libró en la


Batalla de Carabobo. La magistral actuación del bando patriota, cuya superioridad
numérica e inteligencia estratégica fue la clave para esta gran victoria.

Simón Bolívar, designó a José Antonio Páez como Comandante de la Primera


División. Éste conduciría los batallones Bravos de Apures y Cazadores Británicos,
además la caballería de húsares, lanceros y cazadores. En la Segunda División se
designó a Manuel Cedeño como su Comandante. Así conduciría los batallones
Tiradores, Boyacá y Vargas; además la caballería. La Tercera División fue
encomendada al Comandante Ambrosio Plaza, quien llevó los batallones: Rifles,
Granaderos, Vencedor y Anzoátegui. Así como varios frentes de caballería.
Por su parte, el Ejército Realista –fieles a la Corona Española– estuvo
comandado por el General Miguel de la Torre. Contó con los Batallones: Valencey,
Barbastro, Burgos, Hostalrich, Infante y Príncipe. Las escuadras de Caballería:
Lancero del Rey, Húsares de Fernando VI, Guías del General y Dragones Leales.
Además del contingente para la artillería. Tras la derrota de los realistas en la Batalla
de Carabobo, algunos focos de este ejército de los monarcas se mantuvieron activos.
Sin embargo, pronto serán neutralizados en la zona oriental de Venezuela.

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