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Mirada de Jesús como educador:

Los maestros de Jesús aprendemos a amar a nuestros alumnos, el maestro que


ama a sus alumnos, con un amor como el de Jesús, puede tenerles verdadera
paciencia, esperar de ellos lo mejor y estimularlos para lograrlo. En el caso del texto
de Mateo 9,9. Mateo, el recolector de impuestos, servía a un sistema que privilegiaba
la codicia y explotaba al pobre. Los judíos opinaban que los recolectores de impuestos
eran malas personas que violaban la ley de Dios. Sin embargo, cuando Mateo se pone
de pie para seguir a Jesús, se compromete solemnemente a ser amable y justo en su
trabajo. ¡Hay esperanza para todos nosotros! Nos podemos convertir como él lo hizo.
Encamínenlos a la verdad

Jesús dijo: “La verdad os hará libres” (Jn 8, 31), y quienes se acercaban a Él con una pregunta,
siempre recibían una respuesta, aunque fueran en mal plan y sólo para ponerlo a prueba. Y no sólo
respondía, también preguntaba, cuestionaba, invitaba a Sus oyentes a reflexionar, a no
conformarse con no saber o con permanecer en el error.
No hay que tener miedo a los alumnos preguntones, al contrario, hay que animarlos, porque su
sed de verdad los llevará, tarde o temprano a Aquel que dijo de Sí mismo: “Yo soy el Camino, la
Verdad y la Vida” (Jn 14,6).

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