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Según Wikipedia (2020) La alimentación humana se basó en un primer

momento, durante el período Paleolítico, en la recolección de comestibles de


origen vegetal que crecían de manera espontánea en la naturaleza y en la
obtención de alimentos de origen animal a través de la caza, la pesca y otras
técnicas. El desarrollo del cultivo de cereales en la evolución humana marcó la
separación entre el Paleolítico y el Neolítico,4 dio origen al desarrollo de la vida
sedentaria de los seres humanos, al surgimiento de los primeros pueblos y a la
independencia de los obstáculos que la naturaleza le imponía a la obtención de
alimentos (límites creados por las estaciones, el clima, las distintas épocas de
cosecha, problemas de almacenamiento de alimentos, etc.), ya que los cereales
pueden almacenarse para ser consumidos cuando se necesiten. No sólo se
desarrolló la agricultura propiamente dicha, sino una serie de técnicas que
acompañaron el gran salto que implicó la Revolución Neolítica como son la
creación de viviendas, caminos, utensilios diversos (arados, cestería, objetos y
vasijas de cerámica, etc.) y que dieron origen a la creación de un modo de vida
sedentario que contrastó con la larga historia nómada de los seres humanos.

Los ejemplos de horticultura intensiva más antiguos se producen en


Mesopotamia, llegando a planteamientos monumentales como los Jardines
Colgantes de Babilonia. Resulta complicado recopilar una síntesis de los jardines
domésticos de vegetales a lo largo de la historia, ya que varían mucho en cuanto a
sus características, escala de la producción, técnicas empleadas, vegetales
cosechados y, sobre todo, finalidades o propósitos de las mini-parcelas ya que, a
pesar del pequeño tamaño de este tipo de explotaciones pueden servir para algo
más que un complemento de los vegetales de consumo diario en el hogar y
pueden ser muy rentables, sobre todo cuando se dedican a flores o plantas de
jardín y hasta viveros.

Para Sánchez (2012) El huerto urbano tiene sus orígenes en la segunda mitad
del siglo XIX donde aparecen las primeras referencias.

“Se trata de una época llena de cambios (Revolución industrial,


locomotora, éxodo rural…) en la que las ciudades se llenan de
campesinos, generando una clase obrera en un entorno de pobreza.
En este momento el gobierno y la Iglesia les ceden espacios,
llamados “huertos de los pobres” para que puedan cultivar sus
alimentos para paliar un poco su situación económica. “

De igual forma resalta que. En la primera mitad del siglo XX, proliferan
nuevamente los huertos urbanos, en la época de las grandes guerras, ya que se
consideran indispensables para asegurar el alimento y no depender de las
importaciones. Denominándolos “Victory gardens” o “War gardens”. En EEUU,
en Reino Unido y Alemania se usaron todo tipo de terrenos para poner en marcha
estos huertos, desde jardines y parques, hasta campos de fútbol; haciendo
propaganda y campañas (“Dig for Victory”) para concienciar a la población que
cultivaran sus alimentos.

A partir de los años 60 y 70, resurgen los huertos urbanos, a partir de


pensamientos y organizaciones ecologistas que buscan una forma de autogestión
e integración de grupos sociales excluidos y del desarrollo de comunidades.
Siendo Estados Unidos el país donde emergen con más fuerza a partir del grupo
ecologista Green Guerrillas, que ocupaba solares para aprovecharlos como
huertos.

Actualmente son cada vez más las personas que participan en la creación de
huertos urbanos o tienen su huerta en casa. De hecho, los huertos están tomando
cada vez más reconocimiento a la hora de aplicar planes de desarrollo de
espacios públicos. Hoy por hoy los huertos ya no se ven sólo como huertos, sino
también como espacios verdes, sostenibles y de ocio; lugares donde desconectar,
al mismo tiempo que sirven como herramienta para la educación ambiental, el
desarrollo de terapias y el entretenimiento para todos los públicos.

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