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ARTÍCULO 23.

- El domicilio y todo otro recinto privado de los habitantes de la República


son inviolables. No obstante pueden ser allanados por orden escrita de juez
competente, o para impedir la comisión o impunidad de delitos, o evitar daños graves a
las personas o a la propiedad, con sujeción a lo que prescribe la ley.

“al estar presente el Juez Penal durante el allanamiento de la casa de habitación de la


tutelada, se cumple con la garantía de la legitimidad del acto y de los derechos
fundamentales de las partes (ver así, la sentencia No. 2002-04271 de las 10:12 hrs.
del 13 de mayo de 2002, criterio que ha sido reiterado en las sentencias Nos. 2005-
017866 de las 13:36 hrs. del 23 de diciembre y 2007-04571 de las 15:19 hrs. del 10 de
abril de 2007)”. SENTENCIA 13239-15
las habitaciones ocupadas por los huéspedes de los hoteles, califican dentro del
concepto de domicilio privado, de conformidad con lo establecido en el artículo 23
constitucional (ver en ese sentido el voto No. 2014-004963 de las 14:30 horas del 9 de
abril de 2014). La ocupación de la habitación de un hotel no debilita la tutela de la
privacidad, conforme a la previsión constitucional.”. SENTENCIA 1665-15

De esta manera los derechos constitucionales de inviolabilidad del domicilio, de los


documentos privados y de las comunicaciones existen para proteger dicha
intimidad, que es un derecho esencial de todo individuo. El domicilio y las
comunicaciones solo ceden por una causa justa y concreta. Sentencia 4180-12

Como manifestaciones de este derecho, la inviolabilidad del domicilio, de los


documentos privados y de las comunicaciones existe para proteger dicha intimidad,
que es un derecho esencial de todo individuo. Es, precisamente, por lo anterior que el
domicilio y las comunicaciones solo ceden por una causa justa y concreta, lo mismo
que la intimidad en general, pues como indica la Convención Americana de Derechos
Humanos, "...nadie puede ser objeto de ingerencias arbitrarias o abusivas en su vida
privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques
ilegales a su honra o reputación...". Como derecho esencial, la confidencialidad de los
documentos privados y de las comunicaciones escritas, limita la intervención de otros
o de los poderes públicos en la vida privada de la personas. En este sentido, nótese
que tanto la redacción del artículo constitucional y de la Convención Americana,
coinciden en señalar que lo que se protege o garantiza a toda persona, es de la
conducta activa por parte del Estado u otros sujetos de derecho, encaminada a la
irrupción intempestiva e injustificada en la vida privada de las personas, abarcando
ésta protección el ámbito de las comunicaciones y documentos privados. Sentencia
13830-11
“La Sala ha considerado, con el voto salvado del magistrado Armijo Sancho, que la
presencia del juez en las diligencias de allanamiento es garantía suficiente de los
derechos fundamentales de los imputados…” Sentencia 20818-10
“…la accionante señala que las normas cuestionadas, en la medida en que permiten
que las autoridades del orden de embarcaciones estadounidenses, aborden
embarcaciones sospechosas en aguas costarricenses y aseguren el sitio, en espera del
arribo e instrucciones de las autoridades de la fuerza del orden costarricenses,
infringen el derecho a la inviolabilidad del domicilio, previsto en el artículo 23 de la
Constitución Política, por cuanto, a su juicio debería contarse con la orden
debidamente fundamentada de un juez. Considera este Tribunal que no lleva razón la
accionante. Al igual que los vehículos automotores, las embarcaciones pueden ser
allanadas por la policía, sin necesidad de orden o resolución judicial, cuando existan
indicios de la comisión de un delito o bien, para evitar daños graves a las personas o a
la propiedad, según lo permite el numeral 23 de la misma Carta Fundamental. El
derecho a la inviolabilidad del domicilio y de todo otro recinto privado, no es
absoluto; puede ser legítimamente restringido en aras de la protección de derechos
de terceros, la moral o el orden público, conforme lo prevé el artículo 28 de la
Constitución Política…” Sentencia 11921-08

“No puede considerarse domicilio –desde el punto de vista constitucional– a todo


espacio en el que pueda desarrollarse la vida privada de la persona, ya que el
concepto hace referencia sobre todo al espacio utilizable como residencia, lo que
excluye recintos en los que esto no es posible por sus propias características. Ahora
bien, hay espacios que efectivamente quedan amparados por la protección de la
intimidad sin constituirse en domicilio, como es el caso del interior de los vehículos
automotores, automóviles o "pick up", que ya esta Sala ha admitido se constituye en
un recinto privado, precisamente porque la noción de intimidad no puede desligarse
de aquella referente al ámbito social en el cual vive y actúa el sujeto de derecho, sin
embargo, no puede entenderse que el derecho a la intimidad de la vida privada sea
ilimitado, pues no es un derecho absoluto, y como tal, existen ciertos casos en los
cuales, por razones de interés público va a resultar constreñido. No se pretende con
ello indicar, que se pueda registrar cualquier vehículo y bajo cualquier consideración,
pues la misma norma establece los presupuestos necesarios e indispensables bajo los
cuales resulta su procedencia: “…siempre que haya motivos suficientes para presumir
que una persona oculta en él objetos relacionados con el delito…” Sentencia 11921-
08

“La intromisión en un domicilio debe realizarse únicamente en casos excepcionales y


con la participación de la policía administrativa requerida por el juez y la presencia de
éste. Cuando el juez se encuentre imposibilitado para asistir o participar en el
allanamiento, secuestro o registro de un domicilio, podrá delegarlo en funcionarios de
la policía judicial, pero solamente en casos en que se encuentre debidamente
motivada su ausencia, por cuanto el juez es un garante de los actos que se realicen en
esos operativos. Toda actuación realizada por una autoridad policial debe realizarse
según las disposiciones que establece el Código de Procedimientos Penales, en el
Título III, capítulos II y III, que desarrollan lo correspondiente al Allanamiento,
Registro, Requisa y Secuestro y en estrecha armonía con las normas constitucionales
que protegen la privacidad e intimidad de los ciudadanos. No obstante, cuando exista
consentimiento expreso por parte del habitante o propietario del domicilio o recinto
privado puede prescindirse de la orden judicial para realizar la inspección a
allanamiento.” Sentencia 5903-94
“La investigación de un hecho de tránsito no faculta al inspector para que viole la
propiedad estrictamente privada o el domicilio de un ciudadano, pues para ello
requiere orden escrita, sólo escrita y nada más escrita de Juez competente, pero sí
estaría facultado para ingresar -incluso sin consentimiento- para impedir la comisión o
impunidad de delitos o evitar daños graves a las personas o a la propiedad, -en cuyos
casos se haría la investigación correspondiente a efecto de determinar si
efectivamente se estaba ante esos supuestos y no ante un abuso de poder”.
Sentencia 3834-92

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