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Diario del AltoAragón

Domingo, 24 de septiembre de 2006 Domingo 7


Crónicas y memorias

El aeródromo
de Castejón
del Puente y
la aviación
republicana
Por Manuel BENITO

En realidad era el Campo de Aviación de Barbastro y con tal nombre se le cono-


ció durante la Guerra, también se confunde con el de Castejón de Monegros y con
el cercano de Selgua. Se ha escrito muy poco sobre la aviación en el Alto Aragón en
este período aunque últimamente se están sacando documentos inéditos y algunos
trabajos casi siempre por iniciativa privada: Salvador Trallero ultima su libro sobre
el campo Alas Rojas de Sariñena, la “Web del barranqué” aporta lo mejor de lo que
se ha hecho hasta el momento y la Diputación de Huesca presentó en las jornadas El polvorín del Campo de Aviación de Castejón del Puente, las flechas marcan los huecos creados para depositar la munición,
se trata de una perforación artificial bastante capaz.
de Signos una copia restaurada de Alas Rojas, película deliciosa llena de imágenes
y de datos para los aficionados a la Historia, que cada vez somos más. Esta película
se complementa con la más tétrica de Alas Negras que también pudimos ver en la
Diputación.
Las estrategias de ambos bandos eran totalmente dispares, mientras los cruzados
disponían de sólo dos pistas aéreas en la provincia: el de Berdún, con restos de su
edificio central, y el de Huesca del que ya hablaremos, la aviación del gobierno dis-
puso una red de campos y aeródromos, sobre todo en la zona sur, más abierta, que
hizo muy compleja la distinción de los falsos y los verdaderos. Los primeros solían
tener una pista sin acondicionar sobre la que se colocaban aviones de madera, con
el fin de que los fascistas descargaran sus bombas inútilmente. En el entorno del
campo republicano Alas Rojas -el más importante del Frente de Aragón- estaban
los de auxilio y/o camuflaje de Lanaja (frente a La Cartuja), el de Alcubierre -citado
por los servicios italianos, Grañén (en términos de Almuniente) y Pallaruelo. Se cita
otro muy cerca del Frente en Vicién, cuyo uso desconocemos. En Bujaraloz hubo
dos, el importante se emplazó junto a la carretera de Caspe y sólo queda de él la
caseta donde estuvo el váter, alrededor tuvo los de Peñalba, Candasnos, Monegrillo
y Castejón de Monegros (el único que siguió activo). Y por último el de Barbastro,
tan desconocido que los pilotos italianos cuando fueron a bombardearlo, al no en-
contrarlo decidieron descargar todas las bombas sobre la ciudad. Lo hallaron cuan-
do el avance y rotura del Frente en 1938 y le vieron tantas ventajas que decidieron
seguir utilizándolo. Desde aquí se bombardeaba la Bolsa de Bielsa.
Allí se produjo la condecoración del “as” de la aviación rebelde: García Morato,
por el general Kindelán, trasladándose los invitados y jefes desde Barbastro en
autobús y volviendo a celebrar la fiesta en el mítico Hotel San Ramón.
Campo sigue mostrando potentes restos en los términos de Permisán y Castejón
del Puente. En el primero queda un magnífico polvorín excavado en la piedra,
a partir de un refugio rupestre agropecuario que se conserva a la entrada con el Restos de dependencias del Campo, algunas excavadas en el talud que presta el terreno.
pesebre pétreo; luego sigue a la derecha un túnel de dos metros de ancho por otros
tantos de alto, con ampliaciones a la izquierda para depósito de la munición (GPS:
0 09 369 / 41 99 463). La carretera de contacto con el Campo se ha perdido en el
término de Permisán y ahora se llega por huegas y eriales, pasando por las ruinas
de la Torre de Casa Juan Torres.
En un desnivel junto a las llanuras de La Campaña y Cardiel emplazaron las ins-
talaciones, semiexcavadas para evitar su avistamiento, ni siquiera con las noticias
de los pasados al bando nacional, pudieron localizarlo (GPS: 0 11 426 / 41 96 679),
la mejor trampa fue colocar un aeródromo falso en Selgua bien fortificado para
darle visos reales y una segunda fortificación en Aguaderas -recientemente reha-
bilitada, junto al pueblo de Castejón. Allí los aviones atacantes recibían abundante
fuego con lo que creían cumplir su misión.
Los aparatos que operaban en este aeródromo eran cazas: chatos primero y
moscas después, de fabricación soviética, su misión: acompañar a los bombarderos
y, sobre todo, repeler los ataques enemigos. Creo que hubo más pilotos soviéticos
que españoles y todos tuvieron su acuartelamiento lejos del Campo, cerca de la
carretera Barbastro-Monzón al sur del casco urbano (GPS: 0 19 337 / 41 96 331).
El cuartelillo se conserva perfectamente con una torreta para vigilancia y sirena de
alarma, la planta baja en alto para evitar humedades y enfrente un refugio tapado
hoy por un vertido de ruedas viejas.
La ejecución de esta terminal aérea fue bastante costosa dado el empleo de
martillos neumáticos para las partes excavadas, se comenzó a finales del 36 y se
acabó ya entrado el 37. En su entorno, a parte del mencionado Campo de Selgua,
estuvieron los de Pomar, Zaidín y Fraga. En la documentación de las fortificaciones
de Selgua y Castejón trabaja Juanjo Nieto y el que suscribe tuvo el honor de ser
guiado en este extenso y estratégico Campo de Aviación por un magnífico infor-
mante castejonero y además amigo: Juan Antonio Malo, que me recordó cómo, a
poco de estallar la Guerra, se presentó en Castejón un coche lleno de gente armada
para elegir el emplazamiento más idóneo.
mbenito@able.es Acuartelamiento de pilotos, construido con rapidez en ladrillo hueco rojizo, al otro lado está el refugio antiaéreo.

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