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Si es algo de todos conocido y presente a diario dentro del aula, ¿en qué momento, dentro de nuestra
programación, damos cabida para atender a dicha necesidad?
Pssst… La mejor forma de hacer que los alumnos estén atentos es conseguir que se diviertan aprendiendo. ¡Los juegos educativos son
especialmente efectivos para educar!
Dentro de la distribución de las “grandes materias” seguro que puedes sacar un hueco para trabajarla. A modo de
ejemplo, te propongo estos 4 juegos, cuya finalidad principal es favorecer y focalizar su atención. ¡Atentos!
1. Zoom
Les mostramos una serie de imágenes muy ampliadas de objetos que pueden encontrar en su vida cotidiana.
Observando minuciosamente y fijándose en los “pequeños-grandes” detalles, los alumnos pueden adivinar el objeto
en cuestión.
Con este juego, además de trabajar la atención, fomentamos el razonamiento a través de la deducción. Además, la
diversión está asegurada. Os sorprenderá ver la gran imaginación que tienen vuestros alumnos, y que por
circunstancias permanece oculta.
2. Escondite de palabras
En este juego deben leer con mucho detenimiento, ya que dentro de las frases se han escondido unas palabras
que a simple vista no se ven. Mirando dentro de cada palabra o juntando la última sílaba de una palabra y la
primera de la siguiente, vuestros alumnos consiguen descubrirlas.
Esta actividad puede costarles un poco al principio, porque deben centrar su atención en una lectura más
exhaustiva y poco común a la que tienen ya mecanizada.
Podemos jugar de 3 formas atendiendo al nivel de dificultad:
Mostramos las frases y les damos un listado de las palabras que tienen que buscar.
Mostramos las frases, pero sólo les damos el tema a tratar.
Tema: Los colores.
“Al final iremos, pero saldremos un poco más tarde.”
Solución = Rosa
Mostramos las frases y les damos las definiciones de cada palabra a encontrar.
Definición: Mueble con respaldo, generalmente de cuatro patas, que sirve de asiento a una persona.
“No sé a qué hora llegaré. Si llamas antes sería mucho mejor.”
Solución = Silla
3. La Fotocopia (o la Copia-Foto)
Les mostramos una cenefa, o dibujo en cuadrícula, que deben reproducir exactamente igual en un tablero con las
mismas características.
Para esto, tienen que fijarse en los colores y en los huecos que hay que dejar entre una línea y otra (Copia).
Cuando terminen, les prestamos cualquier dispositivo con cámara para “inmortalizar” el resultado (Foto).
4. Cambio de escena:
Uno de los juegos más fáciles para preparar, ya que el único material que necesitamos es la imaginación de
nuestro propio alumnado.
Cada uno de ellos elige un sitio y una postura cómoda dentro del aula. El “Elegido” debe visualizar la escena con
mucha atención y grabarla en su memoria.
Sale del aula por un breve espacio de tiempo. El tiempo suficiente para que dos de ellos se cambien de sitio, o
cambien de postura, o se cambien algún accesorio (dependiendo del nivel de dificultad que queramos poner).
Cuando vuelve a la clase, el que se la liga debe descubrir el cambio de escena que se ha producido entre sus
compañeros.
Este es un juego en el que todos participan de una u otra manera: o bien descubren el cambio, o bien son los que
ocasionan el cambio de escena, o bien son “testigos” de ese cambio.
Con este pequeño recopilatorio podemos fomentar de manera eficaz la atención. No cuesta mucho y los efectos se
notan bastante. Esto vuelve a demostrar los beneficios del juego dentro del ámbito de la educación.
Es por eso que creemos en la importancia de la creación de apps educativas al 100%. Apostamos por una
educación basada en el juego como parte fundamental de la programación. Por eso, un grupo de profesores nos
hemos adentrado en el mundo de las aplicaciones, aportando nuestro grano de arena en la creación de recursos
efectivos del aula. ¿Que todavía no las conoces? ¿A qué esperas?
¿Y tú? ¿Cómo mantienes la atención de tus alumnos? ¡Cuéntanos!
SOBRE EL AUTOR
Tu blog : panpamapps.com/es/in...
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1 – Presentación de la letra:
Todos nos apoyamos en algún método de lectoescritura cuyo punto de partida es, por lo general, un cuento con
un personaje principal asociado a la letra que vamos a trabajar.
Podemos utilizar marionetas, imágenes interactivas, pequeñas representaciones teatrales, el baúl de la
imaginación… Con cada cuento, haremos que nuestros alumnos se familiarizen e interesen por cada una de ellas.
Todos los personajes de los cuentos tienen asignados un personaje cuyo nombre empieza por la letra elegida (el
panadero P, el pirata Palo Palote…). A la hora de la lectura les resulta difícil separar el personaje del fonema en
cuestión. Por eso he creado un “Fonemadario”:
Cada letra tiene asignada una imagen que representa su sonido (por ejemplo: la A es una niña gritando, la H es el
enanito mudito, la X dos espadas chocándose…). Crear imágenes asociadas con el fonema reduce el esfuerzo
del niño.
Pssst… Crear una pequeña frase para que puedan memorizar el recorrido es lo más eficaz, y si hay un apoyo visual, mucho mejor. Por
ejemplo con la a: “Subo como me dice la señal, como no puedo pasar (por el muro) doy la vuelta entera, le recojo y le llevo a su casa
en un pispás.”
3 – Discriminación visual:
Es el momento de ir distinguiendo la letra escogida del resto. Para esto suelo ponerles juegos de dos tipos según el
siguiente criterio:
a – Letras sueltas
Dictado al revés: Se les pide una letra en concreto. En lugar de tener que escribirla, deberán rodear la letra correcta de
entre todas las letras que hemos escrito con anterioridad en la pizarra.
Sopa de letras adaptada: Dentro de una sopa de letras deberán tachar la vocal que se les pide. Además de la
discriminación trabajamos también la constancia de los alumnos.
Juego de la silla: Se colocan por toda la clase las sillas de los niños, y en el respaldo de cada una de ellas se pone una
vocal al azar. Mientras suena la música se va colocando en uno de los bolsillos un tapón con una letra. Hasta que no pare
la música no podrán ver el tapón, que les llevará a la silla adecuada.
b – Dentro de palabra
Detective de palabras: Deberán buscar la letra que les pidamos en un texto sencillo, ¡con lupa incluida!
Cartero por un día: En el caso que nos ocupa, que son las vocales, habrá 5 buzones (uno por cada vocal). Se les repartirá
sobres con 1 palabra escrita. Deberán fijarse en la vocal que contiene porque será la pista para dejarlo en el buzón
correspondiente.
A recoger: 2 cajas, una con la vocal que queremos consolidar y otra caja vacia. Se les entregará una serie de palabras, y
ellos han de guardarlas en la caja idónea, dependiendo de si estas llevan la vocal o no.
4 – Discriminación auditiva:
El último paso de este proceso puede ser el más complicado, pero también, por lo tanto, el más divertido.
El último paso de este proceso puede ser el más complicado, pero también, por lo tanto, el más divertido.
Aros saltarines: Colocamos unos aros en el suelo y dentro de cada aro escribimos una letra. Ponemos música para moverse
por el aula y cuando deje de sonar, decimos en alto una de las vocales. Los alumnos deben buscar el aro que la contenga y
saltar en ella.
Sigue el camino correcto: En cada baldosa del suelo escribo con tiza las letras conocidas, por ejemplo, las 5 vocales
(repetimos el número de vocales las veces que sea necesario para cubrir las baldosas). El niño al oír la vocal ha de saltar a
la grafía correspondiente.
La rayuela de letras: Cambiando los números por las letras, recorrerán el camino (en función del equilibrio o con los pies
juntos o a la pata coja) diciendo en voz alta el fonema de la grafía en la que se encuentren.
Sólo con estos sencillos pasos la atención del alumno ya está de nuestra parte. El resto es como “coser y cantar”.
Para añadir un recurso tecnológico al proceso de enseñanza-aprendizaje, un compañero y yo creamos una
aplicación que engloba todos y cada uno de los pasos expuestos. Es un elemento motivador por excelencia y
que permite un aprendizaje autónomo.