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Este libro está dedicado a mi amada Diana, a la que estoy eternamente

agradecido por el despertar que compartimos juntos, a sus hijas Lucero y Alma
y a los milagrosos espejos de luz en quienes me descubro.

Gracias eternas a la Fuente de Música y Gracia Infinita con sus mil nombres, a
todos los maestros y maestras de la vida, músicos, amigos y amigas, alumnos y
alumnas que dejaron su perfume impreso en mi alma, a mi papá por la alianza
sin tiempo que sellé con él con su partida, a mi mamá, a mis hermanas y
hermanos, por los que siento un gran amor y que dejaron
su huella en este continuo florecer.

“Música Infinita” fue escrito en su primera versión en el año 2007


y año a año se va enriqueciendo en las nuevas ediciones
gracias al cambio de frecuencia de nuestro planeta.

Este libro está protegido en la Dirección Nacional


del Derecho de Autor de la República Argentina.

Diseño de tapa: Javier Aguilar


Corrección ortográfica: Diana Schifrin - Elvira González

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Prólogo

Estar con Javier es como estar con alguien que no tiene peso, con
alguien para quien principios como la ley de de la gravedad no existen.
Completamente etérico, pura energía, suave y poderosa.

Si uno desea saber como será la Nueva Civilización emergente, no hay


mejor forma de saberlo que pasar una tarde con Javier. En los momentos que
compartimos, que no han sido tantos porque no los hemos necesitado, se ha
manifestado un compañero perfecto, de esos con los que siempre quisiera
estar; conspirador crónico, nunca lo ves delante, nunca lo encuentras detrás,
siempre un apoyo desde donde puedes lanzarte seguro a la evolución y
dispuesto a viajar contigo a esas constelaciones donde es un guía perfecto.

Este libro, escrito en el idioma musical de un niño que trae consigo eones
de sabiduría, es humor con delicado aroma de azahares, una Biblia de la
pedagogía, un manual para que los no líderes de hoy transformen el mundo.

Soy un hombre con los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas...


aunque Javier puede ponerme de cabeza y ayudarme a conectarme
estelarmente con los pies poniendo el mundo al derecho, bueno, o un poco
menos al revés.

Lo cierto es que su energía me saca de la dura ilusión en la que vivimos y


me conecta con la majestuosa realidad de este Universo amoroso en el cual
siento que con la Magia del Reino de Gailedúm puedo transformar la
humanidad... puedo ser parte de la energía que está cambiando el mundo de
forma muy intensa.

Javier y yo no somos amigos... ni hermanos... ni socios... Somos dos


moléculas de amor que se encuentran físicamente de vez en cuando para
manifestar y compartir con los terrestres la expresión de esa manifestación
particular de la Inteligencia Cósmica que vive en nuestro corazón desde una
tarde en que nos enamoramos un poco más de la creación.

¡Celebra la Vida!

Pablo de la Iglesia
www.poreldespertar.com

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Índice:

1- Una música siempre nueva 5

Afinando los instrumentos 13

2- El lenguaje siempre vivo de la música 15

3- La diversión de aprender 28

4- La música, una experiencia de unidad 36

5- La música, una experiencia sin tiempo 52

6- Música Infinita 67

7- La música, el lenguaje de una Inteligencia Suprema 109

8- La música, un Reino de Reyes 128

9- Silencio de música 136

10- Música de las Esferas 152

11- El Poder de la Música 160

La rosa pensante (poema) 166

Epílogo desde la cima de la montaña 178

Biografía no autorizada 185

Biografía autorizada 186

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Este libro es una puerta
hacia un Reino olvidado en un rincón de tu corazón.
No es para que lo leas sino para que lo escuches dentro tuyo.

Este libro es una trompeta


anunciando el comienzo de la Era de una Música
que jamás hayas podido imaginar con tu percepción actual.

Este libro es la clave de la partitura


de un Himno olvidado en los sueños del tiempo.
No es para que lo escuches únicamente, sino para que
te disuelvas en su sonido.

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1- Una música siempre nueva

En el Reino de GAILEDÚM hay una música


siempre viva. Nunca empieza y nunca termina. Está siempre
ondeando por el Universo Infinito, embelesando a
los siempre felices invitados al banquete
de Luz y Sonido.

La música es una de las formas de expresión más poderosas y


placenteras que tenemos los seres humanos. Y a la vez, como parte de la
ilusión de separación que estamos viviendo no podemos aprovechar sus
beneficios al máximo ni disfrutarla plenamente. Como músico profesional
recuerdo lo aburrido que eran mis clases de piano, de armonía y solfeo. La
mayoría de los conservatorios se convirtieron en altares al tecnicismo en
donde la creatividad y el disfrute de estar vibrando con la música quedan como
complementos de los que sólo se habla si el profesor o los alumnos toman

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conciencia de ello. El énfasis está siempre en la técnica y en la forma, mientras
que la esencia creativa y el disfrute energético, que es la real fuente de la
música, casi no se explora con conciencia de ello. La mayoría de las radios y
canales de música popular transmiten el mismo tipo de música, con muy
pequeñas diferencias de matices. Por otro lado, escucho a veces radios de
música “clásica” que anuncian obras hermosísimas llenas de pasión como si
fueran fósiles o huesos guardados en frascos de vidrio.
No hay culpables de que las cosas sean lo que son hoy en día. Sólo es
importante que nos demos cuenta de que algo debe de estar al revés en este
loco mundo, y ya es hora de que tomemos la decisión se ver qué hay detrás del
misterioso telón. El problema no es la música, ni los músicos, ni los que
escuchan música, ni los fabricantes de instrumentos, ni los dueños de las
radios ni las compañías discográficas, ni los políticos, ni las religiones. El
problema es el mismo tanto en la música, como en la medicina, en el colegio,
en la política, en la religión, en la vida cotidiana y en todos lados. El problema
es la separación que vemos en todo. La separación que experimentamos
continuamente unos de otros como si fuéramos seres aislados. Y de esta
separación no es responsable el mundo…el mundo que vemos es una
consecuencia de la separación. Ella se manifiesta en nuestra mente a cada
instante mientras no tengamos el deseo total de que ya no esté más ahí.
Mientras experimentemos separación dentro de nosotros mismos,
proyectaremos una vida en la que la música, el trabajo, las relaciones afectivas,
el descanso y cada área esté separada y disgregada de las otras. Si en cambio
vivimos desde la integridad en nuestra mente experimentaremos música en el
trabajo, música en las relaciones personales y música en el descanso. Si la
unidad es nuestra experiencia vital el trabajo será un descanso, la música será
un descanso y las relaciones afectivas serán un descanso. Si nos
experimentamos como uno, las relaciones afectivas estarán en el trabajo en la

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música en el descanso y en todo. Así es la naturalidad de nuestra conciencia
integra. Por algo llamamos armonía a la sensación de paz de nuestra vida
cotidiana tanto como al estudio de las reglas musicales. En música la armonía
habla de la relación entre las distintas melodías y acordes de una canción u
obra, y si lo relacionamos con nuestra vida, los seres humanos parecemos
como melodías dispersas supuestamente al azar luchando unas con otras para
lograr un supuesto lugar en el mundo. Somos sinfonías de amor, dicha y pasión
convertidos en zombies habladores y olvidadizos. Construimos todo un mundo
para mantenernos separados y olvidados de nuestra verdadera naturaleza.
Intercambiamos nuestra canción vital por un discurso aburrido y vacío,
creyendo que éste nos prodigará la alabanza del mundo, pero lo único que
conseguimos es tristeza, ruido y aislamiento.

¿Qué pasaría sin en lugar de luchar con los sonidos vecinos de nuestro
entorno que no nos gustan, -cómo las personas que nos caen mal, situaciones
que provocan miedo y molestia, etc.-, comenzamos a escuchar y escuchar el
sonido que todas ellas tratan de acercar e incluir al nuestro?

El propósito de este libro es el de abrir una puerta para que la música se


convierta para ti en un poderoso vehículo de transformación y disfrute. Mi
intención primera es que la música vuelva a ser la música, como era antes de
todos los tiempos, y como siempre seguirá siendo más allá de las apariencias
de esta ilusión. Una natural expresión y expansión del corazón, un juego de
vibraciones, una alabanza a la Creación y a su Fuente, el lenguaje mismo del
Universo!!!. Por otro lado mi intención más profunda al escribir, es la de
descubrir y conectarnos con la sed de unidad e infinito que tienen todos
nuestros corazones. Vamos a reavivar la comunicación con nuestra Fuente
Creativa, para que juntos tomemos conciencia de la sinfonía olvidada que

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estamos haciendo sonar como humanidad. Lentamente iremos descorriendo
un velo de viejas creencias y costumbres limitantes, hasta darnos cuenta de
que la música es una expresión de la vibración cotidiana de nuestro Ser, y no
una diversión limitada sólo a ciertos momentos. Aquí te entrego una visión de
mi corazón y de mi mente sonando al unísono, para que iluminemos juntos los
rincones olvidados de nuestras almas. En los próximos momentos que
pasemos juntos, seré un sembrador de estrellas con el deseo de que cada uno
de nosotros florezca radiante de entre tanta cotidianeidad gris; con el deseo de
que cada uno pueda recordar el sonido que vino a regalar a este mundo
sediento de risas. Como músico siempre me gustó conocer instrumentos
nuevos; aquí voy a intentar una nueva música con las sonoridades internas que
generarán las voces de estas palabras. Quizás no leas algo nuevo que otros
autores no hayan dicho. Lo novedoso de este viaje será el sabroso elixir que las
mismas palabras te dejarán si puedes ir más allá de las formas y de los bordes
de estos envases. Mi deseo es que te llenen de melodías y de colores
despiertos como regalos de lo más real que mi Ser te puede dejar. Este libro es
una canción emanada del Corazón del Universo para despertar y afinar nuestro
propio sonido. Está escrito en palabras, pero en su esencia es un acorde
formado de fuego, presencia y estrellas.

La nueva y silenciosa revolución en el mundo nos es un conocimiento


nuevo o una técnica nueva. Estamos viviendo un momento en nuestra
evolución como especie en el que todo parece estar descubierto e inventado.
Ya nada nos sorprende mayormente. Ya sabemos que la técnica y la tecnología
nos pueden facilitar muchas cosas a nivel práctico si las usamos con
sensibilidad. Pero también nos empezamos a dar cuenta de que el llamado
“nivel de vida” no tiene nada que ver con el desarrollo técnico o científico ni
tampoco con la especulación filosófica. Lo mejor que estos caminos nos están

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proporcionando es el de ayudar a darnos cuenta de que llegamos a un callejón
sin salida, y que la salida REAL está en el último lugar en el que quisimos
ver…dentro de nosotros. Ahí es donde se produce la alquimia que ciegamente
intentamos conseguir por medios sin fuerza ni poder. ¡En la conexión interna
se produce el milagro!!! Esta es la llave perdida del paraíso. Este
descubrimiento es la real y callada revolución global que se está produciendo
en la música, en todas las artes y disciplinas, en la espiritualidad y en cualquier
actividad humana. Es la consciencia de que cuando hacemos contacto con
nuestro Ser, con lo real en nuestro corazón o con la divinidad, depende de
cómo quieras llamarlo, todo es nuevo, y todo está vivo. Tres notas tocadas en
conexión pueden generar paz, desencadenar profundas emociones reprimidas,
pueden dejarnos en un silencio interior extático, transportarnos a lugares
perdidos en los cuartos de la mente o elevar nuestra vibración y llenarnos de
alegría con sólo dejarnos llevar. Una sinfonía de Beethoven técnicamente
perfecta pero no sentida puede gustar por un rato y desvanecerse en el olvido
a los segundos, incluso puede incomodar y perturbar. Mis honores al maestro
que no es ni remotamente mi intención criticar, pero si deseo desacartonar su
enseñanza y la enseñanza de toda música, arte y ciencia. Este libro está vivo y
trabajará de una forma nueva en ti porque fue creado desde la conexión
despierta de mi conciencia. Si en algún momento te encuentras
experimentando sonidos y sensaciones olvidadas o reprimidas de tu Ser, estas
palabras serán también nuevas por siempre dentro tuyo.
No te aconsejo que lo leas 10 veces para asimilarlo, ni que reflexiones en
sus palabras, ni que crees ninguna situación forzada para que esto suceda.
Simplemente disfrútalo como un plato que una persona muy querida te
preparo especialmente. Te sugiero que lo leas de una forma placentera y
relajada. Si lo relees, es porque te gustó el sabor y porque deseas probarlo de

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nuevo, como cuando un niño ve su dibujo animado favorito 20 veces sin
cansarse. Esta es la mejor forma de aprovecharlo.
Otra aclaración que me interesa hacer, es que este libro está dirigido a
todos, músicos, jardineros, amas de casa, abogados, astronautas, médicos,
pintores, peluqueros. No me interesa distinguir entre músico y no músico,
porque no existe esta distinción. Realmente dedico este libro a todos los
artistas, o sea a todos los hombres y mujeres. Te irás dando cuenta de que voy
a hablar sobre música y sobre la Música que está más allá de ésta. Sobre algo
que es herencia de todos. Cuando escriba en los próximos capítulos sobre
interpretar un instrumento puedes asociar por instrumento también un lápiz,
una cuchara, una tijera, un martillo o la mano. Verás que la música es algo más
que lo que escuchamos en una radio o dispositivo electrónico.

En este viaje que estamos haciendo juntos, te propongo que nos


desabrochemos los cinturones de seguridad para estar dispuestos a caernos de
la butaca. A esta butaca ya la conocemos bastante. Estamos aburridos ahí. Nos
da una cierta “comodidad” por un lado, pero por otro nos hace sentir limitados,
temerosos y sin vida. Soltar esta butaca es la única manera de poder hacer el
vuelo de libertad que nuestra alma sueña, y de no estar atados a unas alas
prefabricadas y mecánicas de un avión que nos lleva por rutas fantasmas. Estas

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rutas de vuelo fueron trazadas en momentos de amnesia de nuestra verdadera
realidad, por lo tanto, no nos conducirán al feliz destino donde queremos
llegar.
Lo primero que vamos a hacer al caernos del asiento es abrir una
pequeña pero reveladora ventana hacia el Reino de Gailedúm. Contemplar
este Reino nos va a permitir cuestionar, comparar y desenmascarar al mundo
tan supuestamente real que vemos cotidianamente. Haremos una verdadera
alquimia de ideas y creencias. Esto nos abrirá las puertas de la percepción para
poder experimentar las armonías de la vida y de toda vibración que pase por
nosotros de una forma siempre nueva. Así, este Reino de Música Infinita
comenzará a tener realidad en nosotros.
Todo en el Reino de Gailedúm es inverso y contrario a este mundo que
conocemos. Y desde este punto de vista podemos empezar a tener un
pequeño vislumbre de su magnificencia. Cuando hablo “este mundo”, me
refiero al mundo de todas las limitaciones y frustraciones que vivimos
cotidianamente y no a la imponente belleza que nos deslumbra de a ratos para
despabilarnos y despertarnos.
Quiero aclarar que la palabra GAILEDÚM es una palabra de revelación
personal nacida de mi conexión creativa. Lo interesante y útil que ella te dará,
es que mayormente no podrás limitarla con otros conceptos o ideas, ya que
ella no es conocida para ti. Las palabras en sí no son nada. Ellas son sólo
conexiones hacia experiencias internas ancladas a nuestra memoria individual
y también a la memoria colectiva. Esta nueva palabra nos da la oportunidad de
crear una conexión a nuevas experiencias de expansión, conciencia y belleza.
Para mí, la palabra Gailedúm es tan real como podría ser la palabra magia, o
amor, y a la vez tan prescindible como cualquier palabra. Voy a aprovechar
esta inspiración al máximo para fines del despertar de la magia, la música
infinita y el amor incondicional en nosotros. ¿Qué tiene que ver el amor

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incondicional, o la magia con la música?, algunos podrán preguntar. Y la
respuesta es ¡todo!!! Es precisamente lo que me impulsa a escribir este libro,
esta estrecha e imprescindible relación.

Después de esta introducción en Clave de Sol, empecemos con la función:

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Afinando los instrumentos

Al comienzo de este viaje de infinito descubrimiento debo aclarar que


nos embarcamos en una empresa imposible. De por si no tenemos esperanzas
humanas de éxito, ya que no podremos vislumbrar el Infinito con un sistema
tan limitado como son el vocabulario y las palabras. Nuestro éxito no radica en
esperanzas humanas…simplemente nos dejaremos caer en los brazos de este
Infinito. Nos dejaremos mecer por cada experiencia por la que nos quiera llevar
sabiendo que la realidad cotidiana se sintonizará con la realidad de este libro.
De hecho, todos los libros, y todo en el universo funciona así, al unísono. Todo
es un espejo en donde mirarse. La poderosa diferencia es que yo voy a hacer
uso consciente de esta cualidad para beneficio de nuestra aventura y de
nuestro aprendizaje.
Siempre está sucediendo mucho más, y más, y más de lo que nuestra
ínfima percepción puede captar. Nuestra naturaleza es así, ¡INFINITA!!!.
Degusta y saborea esta palabra. Estamos adormecidos en nuestra existencia
finita. En ella estamos condenados a morir. En el mundo en que vivimos todo
querrá crearte un límite, salvo el accionar y los mensajes de gente despierta o
con chispas de lucidez. ¡Es hora de recordar quienes somos!!! No es necesario
que creas en lo que te digo, ni que lo entiendas completamente, sólo date la
oportunidad de soltar tu viejo sistema de creencias y de vislumbrar el
nacimiento de un nuevo Sol en tu realidad cotidiana. Quizás ya lo estás
haciendo…EXCELENTE…siempre hay más!!! Si estás satisfecho en tu
existencia limitada no hay ningún viaje a realizar ni nada por descubrir. Esta
propuesta es para aquellos que ya no soportan el sonido melancólico, quejoso
y lúgubre que nos proponen las limitaciones de este mundo.
En estos tiempos, la frecuencia vibratoria del planeta está creciendo
tanto que comenzarán a suceder fenómenos y experiencias en las que

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cambiaremos completamente nuestra forma de pensar y de actuar en sólo
instantes. De golpe tendremos raptos de dejarnos llevar por una melodía y de
entrar en un tiempo y en un espacio totalmente nuevos sin ninguna razón ni
motivo, como si nos metiéramos en el mundo de Alicia en el País de las
Maravillas. De nada sirve ponernos ansiosos ni forzar las cosas para que esto
suceda a nuestro capricho. Estas experiencias ocurren en la entrega y en la
aceptación total del momento presente. Nuestra premisa básica en este
proceso será que sólo es posible conocer lo infinito, rindiéndose a lo finito y
limitado. En nuestra realidad cotidiana ocurren los milagros más hermosos. No
vamos a forzar nada, dejaremos que nuestra melodía surja tan naturalmente
como crece una flor.
Dejemos que la Inteligencia de nuestra Fuente Creativa sepa usar cada
recurso limitado del que disponemos, para que combinados de esa única
manera especial, como podrían ser la combinación de los condimentos de una
exquisita comida, le den la condición del elixir que necesitamos para que abra
nuestra percepción más allá de lo que conocemos, y de las limitaciones de
nuestros pobres recursos humanos.
Nada nos puede hacer vislumbrar un rayo de infinito. Es imposible
deshacerse de la esclavitud del espacio y el tiempo por nuestros propios
medios, pero imagínate que un ejército de ángeles acude en tu ayuda en cada
página que lees. ¡Esto no es una metáfora!!! No estamos solos en ningún
momento. El Universo es un coro de voces amorosas entrelazadas con el único
propósito de vibrar de dicha. No estás excluido de él. Tú eres una de esas voces
y te extrañamos. Te invitamos a entrar a este instante para que juntos
desaparezcamos del control de las agujas y de los números.

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“ Escucha ... tal vez puedas captar un leve atisbo de un estado inmemorial que
no has olvidado del todo; tal vez sea un poco nebuloso, mas no te es totalmente
desconocido: como una canción cuyo título olvidaste hace mucho tiempo, así como
las circunstancias en las que la oíste. No puedes acordarte de toda la canción, sino
sólo de algunas notas de la melodía, y no puedes asociarla con ninguna persona o
lugar, ni con nada en particular. Pero esas pocas notas te bastan para recordar cuán
bella era la canción, cuán maravilloso el paraje donde la escuchaste y cuánto amor
sentiste por los que allí estaban escuchándola contigo.
Las notas no son nada. Sin embargo, las has conservado, no por ellas
mismas, sino con un dulce recordatorio de lo que te haría llorar si recordases cuán
querido era para ti. Podrías acordarte, pero tienes miedo, pues crees que perderías el
mundo que desde entonces has aprendido a conocer. Sin embargo, sabes que nada
en este mundo es ni la sombra de aquello que tanto amaste. Escucha y mira a ver si
te acuerdas de una canción muy vieja que sabías hace mucho tiempo y que te era
más preciada que cualquier otra melodía que te hayas enseñado a ti mismo desde
entonces.”
Un Curso de Milagros

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2- El lenguaje vivo de la música

En el Reino de GAILEDÚM el lenguaje corriente


es la música, no hay palabras confusas como aquí.
No hay conservatorios, ni lugares en donde estudiar
escalas, ni acordes. En GAILEDÚM los músicos
no existen. Sería ridículo pensar en alguien que
no haga música. Allí cantar y bailar
es tan natural como respirar.

¿Cómo serías hoy si hubieses nacido en este Reino? Desde niño hubieras
aprendido a vivir y jugar permanentemente con los sonidos, con los colores y
las vibraciones con una libertad increíble. Piensa que en este Reino no habría
añejos maestros de música que te digan que tienes que afinar, ni que armar la
boca así, o poner los dedos asa. Simplemente tendrías la libertad de jugar con
todo, y todo sería un instrumento, no sólo lo que aquí llamamos instrumentos.
¿Acaso tendrías miedo a cantar frente al público o a desafinar? ¿Existiría
el público? Ridículo seria pensar en un estadio de gente desesperada por
música siendo un mundo de pobladores músicos. ¿Existirían museos de arte
contemporáneo si todos fueran artistas e hicieran de sus casas una obra de
arte?
Imaginemos que en este Reino no tendríamos prácticamente miedos de
estar equivocándonos de nota, o de escala, ya que aquí está siempre el
permiso de explorar. Así son los niños. No se avergüenzan por cantar sus
canciones infantiles. La mayoría de las veces es tan divertido escucharlos que
no importa ninguna técnica ni afinación.
Ahora recordemos donde nacimos, o donde nos dijeron que nacimos,
porque ni eso recordamos. Te permitían jugar con los sonidos o con los colores
en el colegio. ¿En la hora de matemática por ejemplo? ¿En historia? ¿En la hora
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de música por lo menos? Recuerdo que hasta hablar era gravísimo por
momentos en el colegio. Reírse “fuera de lugar” era a veces reprimido con un
reto, una amonestación o causa de un instante desagradable. Ser totalmente
espontáneo era casi impensable. No será que todos somos hijos del Infinito,
dotados de todo lo que necesitamos, y que tuvimos demasiadas horas de
geografía, matemática, biología, geometría, bolimetría, garombologia, etc.…
¿No será que todos somos como Beethoven, Bach, Freddy Mercury, Van Gogh,
Jesús, Lao Tsé o Einsten y que se nos olvidó después de tantos retos y límites
sin sentido? Ya no nos quedaron ganas de ser espontáneos y preferimos
olvidar la fuerza de quienes éramos a enfrentar y desenmascarar a las sábanas
blancas que nos asustan.
No recuerdo haber tenido una materia dedicada a la contemplación de la
belleza en el conservatorio de música, ni a la exploración de la creatividad, ni a
la locura y el juego. Armonía y solfeo, escalas y técnicas, tocar autores muertos
y dar conciertos imitados era lo más natural que sucedía. El aprendizaje más
rico y profundo allí, me ocurrió en una materia” complementaria” llamada
“Trabajo corporal y escena”, en donde gracias a la lucidez y sensibilidad de mi
inolvidable maestro, comencé a despertar mis energías dormidas. Era la
materia en donde más disfrutaba de estar y donde yo realmente podía ser. A la
vez era la que más me enfrentaba con mis miedos, ya que yo era muy tímido
en esa época. La mayoría del resto de la enseñanza académica era técnica y
más técnica. Recuerdo el miedo que tenía de dar mi examen de piano frente a
tres profesores. ¡Uhiuiuiii!!! ¡Qué situación más incómoda! Estamos tan
acostumbrados a que esté todo patas para arriba en nuestra forma de vivir que
sólo en momentos de fuertes crisis nos cuestionamos estas cosas. También
recuerdo la pasión que muchos maestros tenían, y que no podía manifestarse
plenamente por miedo, por costumbre, o por las estructuras tan rígidas de las
instituciones que son tan difíciles de trascender. Esto que digo no es tampoco

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una justificación, porque las instituciones y estructuras rígidas son reflejos en
el mundo de los patrones rígidos de nuestra propia mente. No pretendo criticar
nada de lo que se enseña ni a nadie. La gran mayoría de las estructuras y de las
instituciones están basadas en el miedo y en la desconfianza. Muchas veces,
los que nos dedicamos a la enseñanza entramos a dar clases a una institución
como una forma de ganarnos la vida y no por una real pasión por lo que nos
encanta enseñar. El miedo a no tener suficiente dinero para vivir y sustentar un
“nivel de vida” es uno de los fantasmas que más influye en la concepción de
todo nuestro sistema moderno, y creo que en los artistas está más exacerbado
que en muchas otras profesiones. Cuando yo era muy joven, me fue muy difícil
para mí decidirme a estudiar música como mi estudio principal. Di unas
cuantas vueltas antes de hacerlo, y el motivo principal por el que me costaba
lanzarme, era esta loca frase que me taladraba el cerebro: “¿y de qué vas a
vivir???”.
Mi intensión con todo esto es poner luz en los cimientos de nuestra
forma de vida. Tengo el inmenso deseo que se derribe nuestro castillo de
naipes para que podamos vislumbrar el Palacio de Oro y Cristal que éste
jueguito de fantasmas está tapando. Si algo está basado en el miedo, generará
más miedo y nos mantendrá presos sin saberlo. Pero si me hago consciente y
reconozco que algo lo hago por miedo, doy el primer paso hacia mi libertad.
Ser consciente es la libertad!!! Es hora de empezar a ver qué hay detrás de
escena, de ver cuál es la energía y la idea en la que se basan las cosas que
hacemos. Nos enseñaron a hacer las cosas desde el miedo como lo más
natural, y lo aprendimos sin cuestionarlo la mayoría de las veces. Nos
enseñaron a adorar a las partituras y no a la música en sí, y lo terminamos
creyendo. Nos enseñaron que lo importante son los mapas y no el territorio,
como dice el célebre dicho. Es hora de borrar del altar de nuestra mente los
archivos de las viejas enciclopedias de idolatría a una supuesta “civilización” y a

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los extra-caducos manuales de colegio, para que florezca un río de verdadero
conocimiento lleno de energía y vida. ¿Le das espacio en tu mente y en tu
corazón a la posibilidad que de maestro a maestro, a maestro y maestro, nos
vengan enseñando cosas que no nos dan felicidad y que por lo tanto no sirven
y hasta nos matan? ¿Pensaste también que de padre y madre a madre y padre
y a abuelos, abuelas, hijas e hijos y que de generación en degeneración nos
vienen diciendo que tenemos que dejar de jugar, cantar y bailar porque hay
que estudiar con seriedad, y que esto no es verdad? ¿Le das espacio a la
posibilidad de que esta forma de vida sea falsa? Es casi seguro que estas ideas
pasaron por la mente de todos nosotros, pero como no sabíamos qué hacer
con ellas, las dejamos en un cajoncito con llave. Yo no propongo dejar de
estudiar y aprender, sino hacerlo jugando, cantando y bailando y por sobre
todo, haciéndolo sin tener que dejar de ser quienes realmente somos!!!

Todos nosotros tenemos un gran instrumento con nosotros y lo usamos


permanentemente sin conciencia de él. Es la voz. Creemos que su principal
función es la de hablar por una costumbre social y porque al nacer todos nos
hablaban. Al principio muy cariñosamente y con toda la ternura con que se le
habla a un bebé. Suelen ser muy musicales los padres y madres
comunicándose con la irresistible preciosura que es un pequeño ser inocente.
Luego gradualmente comienzan a enseñar concepto, tras concepto y ley tras
ley. Nombres, significados, rótulos y estanterías, de una manera monocorde y
estructurada. Así viene sucediendo por siglos de siglos. Con las increíbles e
inexploradas capacidades que tiene la voz, podríamos estar comunicándonos
con una permanente y espontánea melodía. Cuando el corazón despierta
nuestras palabras van saliendo directamente desde ahí, y les puedo asegurar
que el sonido cambia completamente. Si un bebe escuchara a sus padres y
cercanos hablar desde el corazón constantemente comenzaría a hablar con

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una musicalidad natural. Recordemos el sonido de los bebes recién nacidos.
Tienen una capacidad expresiva casi olvidada y desapercibida por nosotros.
Usan armónicos y sonidos que lentamente vamos perdiendo, hasta que sin
darnos cuenta nos convertimos en habladores que usamos tres o cuatro notas
sin gracia. Nuestra vida racional y conceptual produjo esto. Pasamos de ser un
instrumento muy superior al mejor de los violines, a algo un poco más
expresivo que un robot, y no exagero. Cantar y bailar son de los placeres más
grandes que tenemos los humanos. Como pianista, disfruto enormemente de
tocar el piano. Pero cantar es indescriptible. Sentir los sonidos en el propio
cuerpo no es comparable a sacarlos de ningún instrumento exterior a nosotros,
sin desmerecer nada. Yo compartí la frustración de muchos humanos y
también de muchos músicos instrumentistas. Dejé de cantar por miedo a
desafinar, a cantar mal, a que me critiquen o me rechacen. El 90% de las
personas dice por miedo, “no, yo no sé cantar”, y no recuerdan que una vez
fueron niños y que no tenían miedo de hacerlo. Las desafinaciones, en su
mayoría, no son más que una montaña de inseguridades acumuladas en
nuestras emociones, en nuestras ideas y hasta en nuestras células. Los miedos
de toda una vida opacando los colores de nuestra voz. Los humanos tenemos
mucho miedo a ser rechazados. Tanto rechazo sentimos en toda nuestra vida,
que de sólo abrir la boca ya tiembla el alma. Hablar en público es uno de los
miedos más grandes de la gente, según serias encuestas sobre psicología.
¡Cantar en público entonces ni hablar!! La frustración que yo sentía con esto
era tan grande como la pasión que tenía por cantar. Llegó el día en que
prácticamente olvidé esta pasión y me dediqué sólo a tocar el piano y a
componer, como muchos músicos hacen. Traté de reemplazar mi instrumento
primordial por otro exterior. Pero también tuve el deseo de sanar mis miedos y
de trascender estas limitaciones. Gracias a esto me encontré con los maestros
y las herramientas necesarias que me permitieron drenar y curar las heridas de

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mi corazón que no sólo me impedían cantar, sino vivir con intensidad. Mi vida y
mi experiencia ya no son las mismas desde que me hice consciente de esta
sanación, y lo mejor, es que ¡este proceso de descubrimiento y de expansión
nunca termina!!! Vuelvo a ser de nuevo un niño cada a día. Un niño sin miedo
en muchos aspectos. Me siento cada vez más entusiasmado de vivir mi propio
viaje de metamorfosis, y de contagiarlo a otros. ¿Qué pasó milagrosamente
con todo este proceso? Mi voz cambió. Ya no siento la inseguridad terrible que
tenía en mis clases, y en las competitivas “muestras” de estudiantes de canto
que organizaba la escuela de música. En estas clases, inconscientes maestros
querían educar mi voz sólo desde la técnica y no desde la fuente desde donde
sale la voz. Haciendo vocalizaciones, nunca hubiera podido disfrutar
plenamente del canto ni sanarme. Hoy tengo la dicha de descubrir a cada
instante quién soy cantando y aprendí a conectarme intensamente con mi voz.
Descubrí la energía que se expresa a través de ella, y lo hace con todo el placer
del mundo. Descubrí que a veces hay un chamán vibrando con sonidos
profundos y rítmicos. A veces hay un corazón cantándole a la libertad del alma.
A veces, sin avisar, irrumpe un niño loco y desaforado haciendo sonidos
desarticulados y a la vez melodiosos. Veo que mi voz está cada vez más
colocada y que mis armónicos despiertan y brillan, aunque no haga las
vocalizaciones ni los ejercicios que se suelen hacer. Con mucha frecuencia me
fundo en el sonido que sale de mí. Me extasío con las vibraciones de mi
garganta, con la cantidad de resonadores por donde pasa el sonido, con el aire
que inspiro y que resuena por los tramos de esta trompeta incorporada, y que
además tiene la posibilidad de salir con diferentes articulaciones a través de la
boca. Consonantes, vocales, ruiditos, sílabas inventadas, idiomas
espontáneos. Siento que recién empiezo a conocer mis posibilidades, y
disfruto tanto que no tengo ningún apuro en conocerlas todas de golpe.
Escuchemos a un cantante de ópera y escucharemos un pequeño porcentaje

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de la voz explorada. Siempre el mismo sonido moldeado. Me encantan
algunos cantantes de ópera, pero mi visión se amplió en los últimos años. Veo
que cierto tipo de educación vocal tradicional tiende a estandarizar las
particularidades de las distintas voces. No somos todos iguales; cada uno tiene
literalmente una voz única. Cada uno de nosotros tiene una energía particular
que expresar. Nuestra voz y todos los resonadores deben acompañar a esta
energía. Así, realmente seremos instrumentos únicos. Algunos cantantes de
música popular han descubierto esto y podemos escuchar esta particularidad
en sus voces. Un ejemplo de exploración de la voz muy distinta a la nuestra lo
muestran muchos cantantes orientales. Escuché voces de cantantes sufíes que
parecen cantar en un estado de catarsis total. Ciertas culturas orientales usan
la voz de una manera mucho más natural que los occidentales. Los africanos
son de mis favoritos en su manera de expresarse al cantar. ¡Lo hacen con tanta
espontaneidad y emoción! Es sorprendente también la resonancia en la voz de
gente que usa los armónicos de la cabeza para cantar. No estoy muy
acostumbrado a estas formas, y no estoy diciendo que sea mejor o que me
guste más, pero veo que hay un gran terreno por explorar y descubrir
sensibilizándonos con las distintas culturas. Esto ocurrirá si nos permitimos
jugar, si nos permitimos formas nuevas de expresarnos y si abrimos las puertas
de nuestras energías dormidas. No es la técnica lo más importante, es la
fuente desde donde sale la voz lo fundamental, la técnica vendrá
acompañando naturalmente este proceso. Personalmente, creo que algún día
todos haremos cosas increíbles e impensadas con nuestro instrumento
primordial, creo que algún día hablar y cantar serán lo mismo, pero aún no es
el momento, ya que antes debemos volver a conquistar el reino olvidado de
nuestro corazón.

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Tenemos tanta cultura sonora de canciones virtuosas, de competencia,
de comparación y de deseos de éxito y fama, que muchas de las canciones que
escuchamos son difíciles de cantar y afinar. Algunas tienen saltos melódicos
poco naturales. Por la radio escuchamos voces de cantantes que son
aparentemente bellas, pero que esconden corazones vacíos y sin conexión. La
capacidad de cantar con virtuosismo y afinar bien, no reemplaza a lo que el
corazón expresa. Cuando no hay nada que decir, no importa la destreza ni el
maquillaje que pongamos en un estudio de grabación. El tiempo demuestra la
verdad de este hecho. Salen cantidad de hits en los medios que venden
millones de copias. Pero si la canción no tiene alma, queda olvidada de un
corto a mediano plazo.
Esto no ocurre sólo con la voz. Cualquier instrumento que utilicemos en
cualquier arte y actividad va a mostrar lo que realmente somos. Cuando
escucho mis grabaciones de años atrás puedo sentir la tensión que había en mí
tocando el piano. Hoy ya no es así, y esto no lo modifiqué por mis clases de
piano, sino sanando la tensión que explotaba dentro mío.

La piedra angular de este tema educativo, es reconocer que ya no somos


niños, y que no nacimos en el Reino de Gailedúm, pero podemos sanar y volver
a ser niños y re-crear nuestro reino en nuestra vida cotidiana. Podemos
desprendernos de nuestros caparazones incoloros y volver a temblar con la
sensibilidad de una rosa, a vibrar cantando cualquier canción o melodía
despierta en nuestra emoción, como cuando cantamos en la ducha o en un
encuentro de amigos. Yo no estoy en contra del virtuosismo, solo hablo de ser
naturales. Si desarrollamos una voz virtuosa desde la naturalidad y la pasión de
ser, ¡maravilloso!!!!!

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Así como es nuestra vida, así será nuestro sonido. Así como es nuestra
vida, será el tipo de canciones que cantemos, escuchemos y compongamos.
Así como es nuestra vida serán nuestros colores. Si vemos la vida de la mayoría
de las personas en este tiempo, veremos ansiedad, presiones en el trabajo,
dificultades económicas, conflictos en las relaciones. La tensión es lo que
gobierna nuestra vida moderna, aunque no somos conscientes en profundidad
de este estado general. Muy pocas personas quieren concientizarce de las
causas reales de esta tensión. La música del mercado discográfico que
conocemos refleja este estado del alma. Hasta en las palabras del estudio de la
armonía musical se advierte este fenómeno. Tensiones armónicas, acordes
dominantes, acordes disminuidos, resolución. La vida de de los músicos está
gobernada por los mismos parámetros que todos. Un día me di cuenta que mis
deseos de éxito y reconocimiento empañaban mi música, mi forma de tocar y
de componer, pero sobre todo mi disfrute. Aunque nunca me consideré un
“músico comercial”, los pensamientos de trascendencia siempre están dando
vuelta y empañando la creatividad. En el mundo de la música está muy
esparcida la falsa presión interna de tener que grabar, vender muchos discos o
canciones, tener muchas vistas o likes y hacerse famoso. Esto realmente no
tiene nada de malo en sí, el verdadero problema detrás de esto es que poco a
poco todos los artistas nos volvemos esclavos de los deseos de trascendencia.
¿Y qué sucede con la música de nuestro corazón? Empezamos a vivir con
miedo a fracasar, a ser artistas trabajando en oficinas, o tocando imitaciones
de canciones en fiestas y restaurantes toda la vida, tenemos miedo a vivir
como esclavos de exigencias de compañías discográficas, o con el terrible
pánico que nuestro público nos abandone. ¿Y la música de nuestro
corazón?...nos llenamos de expectativas, y cuando nos atamos a éstas, la
creatividad va desapareciendo. Casi sin darnos cuenta se vuelve más

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importante trascender, ser exitoso, subsistir o tener un buen ingreso
económico que la felicidad y la música que se expresa en nosotros.
Cuando empecé a ser conciente de esta esclavitud interna en mi,
comencé a soltar todo. Me fue muy difícil por momentos. Estuve meses sin
tocar una tecla. Casi años sin conectar con la música. Me regalé ese tiempo
para soltar mi falsedad. En verdad me sentí casi forzado a hacerlo por el vacío
que sentía. En ese momento de mi vida, se desencadenó un proceso en el que
empecé a experimentar emociones muy profundas reprimidas por años. No
podía ya hacer música en esos momentos. Fue una poderosa reconfiguración
de mi mente lo que comencé a experimentar. Fue el comienzo de los
comienzos. Luego, como siempre, el milagro sucedió. Después de este intenso
y por momentos dificilísimo proceso, el sol reapareció con más fuerza en mi
vida, y la música volvió… pero volvió más despreocupada, sin tanta
edulcoración narcisista y con una conexión y fluidez que aún hoy me
sorprende. Antes de esta metamorfosis yo me sentía muy inseguro de quien
era como músico. Hoy agradezco de que puedo entregarme por completo a ser
un canal de la exquisita música del Universo. El proceso continúa. Siempre me
encuentro soltando expectativas con “mis” creaciones. Con esto que escribo,
por ejemplo, que es placentero simplemente por dejarlo salir, que es hermoso
sólo por sentir la poderosa conexión que me permite regar las palabras sin
esfuerzo. En este preciso instante el escribir lo siento simple y a la vez
poderoso. Como cuando canto o cuando toco el piano o cuando doy una clase.
El propósito es lo que le da vida a las cosas. La intensión de permitirme ser
quién soy en mi máxima expresión en este momento, es lo que le da fuerza a
estas palabras. El sólo acto de escribir desde este estado de entrega y
creatividad genera el cambio de miles de seres hoy a través de la conectividad
que todos experimentamos. Pero también mi gran descubrimiento a través del
proceso de escribir, es que siento que principalmente es a mí a quien escribo

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este libro. Estoy cambiando mucho a medida que fluyen los capítulos, y si yo
cambio mi mente todo el mundo cambiará, ya que el mundo es la proyección
que yo hago de él. Por eso siento una onda de cambio con el simple acto de
escribir. Así nos puede suceder a cada uno de nosotros entregados a hacer
aquello a lo que vinimos a hacer a este precioso mundo, desde lo simple hasta
lo más complejo. Me pasé años sufriendo por buscar reconocimiento y por
esperar los resultados de mis acciones. Un querido maestro de vida me dijo
antes de comenzar esta escritura, tu tarea es dejar salir tus creaciones, para
eso vienen a vos, para que las des. Si se venden 10 millones o solo 2, no está en
tus manos en este momento. Me sentía un poco trabado al empezar a escribir
este libro como me pasa muchas veces antes de empezar una nueva obra.
Luego me conecté con la poderosa intención que me lleva a expresarme a
través él y otra vez solté toda expectativa entregándome a esta música. A este
teclear de letras desde la conciencia que florece para llegar a tu vida. Para
despertarte, para acariciarte, para que tu corazón florezca con sus colores
únicos y así puedas contagiar a tantos otros como yo lo hago contigo. Qué
importan las leyes del mercado aquí. Una mente y un corazón despiertos
influyen positivamente en nuestro mundo más que mil corazones y mentes
cerradas. Un corazón con amor incondicional puede cantar y hacer llover
pétalos. Puede derribar puertas bloqueadas en cientos de almas. Puede mover
rocas de miedo en nuestro estómago. Puede hacernos volar y recordar quienes
somos. Las mentes despiertas son milagrosas. Sus resultados trascienden las
leyes del tiempo y del espacio. La apertura de la conciencia es un puente hacia
el infinito. Una voz inconsciente puede hacernos disfrutar bellas canciones y
darnos momentos de diversión y emoción. Pero luego nuestra vida volverá a
ser la misma de siempre. Me encanta la música como una diversión, pero muy
dentro de mí tengo la visión de que en estos tiempos la gente liberará sus
mentes al escuchar los sonidos de los alquimistas sin tiempo. La música que

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sana y libera. Sueño que el mundo comienza a despertar a una verdadera paz y
dicha al sentir la vibración de una música infinita, al ver bailar en rondas
mágicas a los nuevos niños de la Era Dorada. Los que se animaron a despertar
a la hermosa realidad del Reino del corazón.
Termino este capítulo con unas brillantes palabras de Osho que reflejan
estas ideas:
“La vida consiste en pequeñas cosas, sólo tu ego sigue diciendo que son
cosas pequeñas. Te gustaría tener que hacer algo grande; una gran poesía. Te
gustaría convertirte en Shakespeare o Kalidas o Milton. Es tu ego el que está
causando el problema. Renuncia al ego y todo es creativo”

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3- La diversión de aprender

En el Reino de GAILEDÚM no hay colegios,


ni universidades, ni aulas, porque allí todos saben que
aprender es tan natural como beber agua. Por eso hay aulas
a la orilla de los lagos, o debajo de los árboles, en el
living de la casa de Pedrito, o en la cocina de Diana.
Allí, llaman aprender al descubrimiento de algo que ya
está adentro, y que a la vez parece totalmente nuevo.
En GAILEDÚM los mejores diplomas
son sonrisas, imprevistos abrazos
e incontrolables explosiones
de gratitud.

Todos nuestros traumas, trabas, inseguridades y aparente falta de


talento provienen de nuestro “aprendizaje”. Lo digo sin el más mínimo ánimo
de echar culpas, ya que esta situación es como una bola de nieve que viene

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creciendo de generación en generación. Hoy, estamos viviendo un momento
único en la historia, en el que descubrimos hermosos indicios de que esta bola
está comenzando a derretirse para bien de todos.
De niños, todos podíamos jugar, improvisar con la voz, inventar
palabras, frases desarticuladas o sonidos, y en la mayoría de los casos no sólo
no nos reprimían, sino que encantábamos como juglares a los adultos. Los
niños viven en conexión. Dibujan en conexión. Lloran en conexión. Hacen sus
necesidades en conexión. Con esta maravillosa palabra conexión, me refiero a
la unidad que somos con la fuente de la vida, a la unidad que experimentamos
con la fuente inagotable de creatividad. Luego la burocracia de los adultos
comienza a enseñar técnicas, control, miedo, prejuicios de prejuicios,
enseñanzas no experimentadas. Queremos hacer notar lo que supuestamente
está bien o esta mal, empañando la genialidad de esta conexión y estado de
unidad que ellos tienen. Gailedúm termina siendo posible sólo en los recreos,
ya veces ni eso. La mayoría de las veces ni en la hora de música y dibujo es
posible volar. Aún tenemos grabada la falsa creencia de que convertirse en lo
que llamamos, una persona “adulta” es algo normal y natural, y la verdad es
que al hacerlo de a poco empezamos a entrar en un sueño. Nuestra creatividad
y nuestra sensibilidad se empiezan a adormecer y construimos una falsa
identidad en un supuesto ser responsable y serio por miedo. Aunque nos
cueste reconocerlo, es claro para todos nosotros que en un momento de la vida
nuestra energía vital empieza a decaer. Envejecemos y morimos creyendo que
éste es un proceso natural. Yo veo apagarse la llama de la vida a todo mi
alrededor, y ya no me parece algo natural. Esto es el resultado de un producto
de un falso aprendizaje. Yo experimento que mi energía vital crece
constantemente. Lo veo también en mi pareja, en sus hijas y en muchas
personas con las que compartimos este proceso de despertar. Lo siento en
cada persona que decide enfrentar las falsas creencias de este mundo, para

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renacer a un nuevo estado de continua juventud. Esto no tiene nada que ver
con las arrugas ni con las formas del cuerpo, sino con la luminosidad de los
ojos; con la expresión de los gestos; con la energía que emana de los
movimientos, y con el estado de ser interno. La verdadera adultez o la
madurez, son en realidad una genial combinación entre la inocencia de un niño
y el conocimiento real de un sabio.
A los niños de jardín de infantes aún les permiten jugar. Esta es para mí
la escuela más avanzada que hoy tenemos como sociedad. Luego a los 6 años
recibimos un balde de agua fría en la escuela primaria. Nos enseñan cosas que
en su mayoría no nos van a servir de nada. En la materia “dibujo” que sólo
duraba 40 minutos, yo tenía un maestro que nos hacía copiar figuras y además
usábamos hojas cuadriculadas. No hay nada peor para un niño que ponerle
este tipo de estructuras a su creatividad. En mis 40 minutos de la materia
“música” tocábamos la flauta dulce. Es un instrumento que tiene su belleza,
pero obligar a un niño a tocarlo en nombre de la música no es ni estimulante ni
inteligente. Yo veo a la hija más grande de mi pareja inventar excusas para no
llevar la flauta al colegio, y la entiendo y hasta justifico que así lo haga, ya que
la detesta. No se puede imponer un instrumento general para todos los niños,
ya que todos somos distintos y tenemos diferentes particularidades
energéticas. Luego en la escuela secundaría se pone peor, pero ya estamos
demasiado acostumbrados al sistema. La hermosa energía creativa de esta
edad, en la mayoría de los casos sale canalizada en una potente rebeldía que la
sociedad aún no sabe cómo encausar constructivamente. En el colegio los
adolescentes ya están muy divididos, están un poco muertos en las clases, y la
otra parte más vital de ellos la tienen que vivir solos, casi sin guías reales.
Luego con la universidad llega la cima del tecnicismo. Cerebros astutos,
mentes somnolientas y corazones dormidos. Así terminan siendo la mayoría
de nuestros trabajos….aburridos!!! Esperamos ansiosos que termine el día, que

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llegue el fin de semana o que lleguen las vacaciones. Podemos llegar a ganar
buen dinero si realmente lo deseamos. Pero… ¿y nuestros sueños?… ¿la
música de nuestro corazón? ¿nuestra felicidad?... El paradigma del que
lentamente estamos despertando, nos dice que lo que más importa para el
crecimiento de la sociedad es producir. En otras palabras: “El tiempo es
dinero” ¿Cómo se pueden dejar volar las alas de la real creatividad si estamos
pendientes del reloj, o del dinero que entra o que no entra? El dinero es un gran
instrumento para este mundo tan grande, pero no deseo ser esclavo de él. Me
sirve para llevar a cabo mi propósito en esta vida, para construir el reino de mi
corazón y para disfrutar, pero no me gusta en lo más mínimo la preocupación
de tener o no tener, que es una de las preocupaciones que más nos pesa en
nuestra forma de vida “moderna”. Me gusta que el dinero circule tan
naturalmente como circula la sangre. Como ya expresé antes, realmente me
costó mucho decidirme a estudiar música y a dedicarme a ella por el miedo a
no tener dinero. La primera carrera universitaria que intenté después de
terminar el colegio fue la de administración de empresas. Hoy lo pienso y me
parece increíble y ridículo, como si se tratara de otra vida u otro yo. Creerle al
mundo nos conduce a reprimir nuestra naturaleza más preciada y a construir
un personaje falso para ser alguien sustentable y “feliz”. Si hubiera seguido por
el camino del miedo no habría música infinita en mi vida, ni libros escritos, ni
creaciones geniales, ni aventuras inolvidables, ni hermosas relaciones del
corazón, ni un reino de belleza, como es mi vida de hoy.

El sistema educativo tradicional es realmente viejo y obsoleto. Se fue


concibiendo para una sociedad que estaba desarrollándose en la idea de la
producción. Esto fue favorable al propósito de lograr un avance en el desarrollo
de la comodidad material, pero es en verdad un sistema manipulativo y
asfixiante, nacido en un círculo de personas desconectadas de la vida. Ya es

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hora de desechar la vieja forma educativa y de dejar transformarnos. El místico
y científico Rudolf Steiner habló de que en la escuela era necesario estudiar
cada materia junto con arte. Habló de que el arte debía estar presente en todo
lo que hacemos. Aunque esta idea me gustaba, al momento de leerla no había
llegado a una comprensión profunda. Yo estaba más cerrado dentro mío en
esa época; pero un día la luz se agrío camino y sentí un gran: EUREKA!!!
Cuando mi corazón floreció comencé a sentir que la belleza es el elixir de la
vida, comencé a sentir que el arte es la misma conexión con la belleza de
nuestro Universo. Es por eso que el arte está en los números, en las formas, en
las fórmulas, ¡en todo!!! No sólo en las llamadas “obras de arte”. El mejor
aprendizaje es el que proviene desde la emoción, del entusiasmo y de la pasión
que nos produce lo que aprendemos. Esto es arte, y éste, es un aprendizaje
para siempre, ya que lo que descubrimos se convierte en una verdad interna.

¡Qué ganas que tendrían los niños de ir al colegio si estudiaran biología


debajo de un árbol! Mirando un atardecer. Cómo aprenderían del espíritu de
las ranas disfrutando de sus graciosos movimientos en lugar de diseccionarlas
con un bisturí. ¿Quién querría faltar al colegio si allí podríamos tocar
instrumentos, dibujar con libertad, desarrollar inventos, crear nuestros propios
programas de computadora, al mismo tiempo que aprendemos de una manera
natural la sabiduría de la creación? ¿Quién tendría inseguridad o falta de
talento si dejáramos a los niños explorar, pensar y sentir libremente sin querer
imponerles conocimientos muertos? Y si crecemos en este contexto ¿A quién
le faltaría trabajo con tanto aprendizaje práctico, creativo y real? En una
sociedad con esta conciencia, la idea del trabajo como la conocemos nosotros,
sería absurda y obsoleta. ¡Todo es música desde esta conciencia!!!
Pitágoras, Leonardo Da Vinci, Einstein y tantos otros místicos, artistas y
científicos no tan conocidos demostraron la unidad de toda arte y toda ciencia.

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La programación del cerebro de los niños va tomando forma de acuerdo a la
enseñanza que recibe. Los adultos estamos fragmentados y divididos
internamente debido a tantas absurdas contradicciones que recibimos en la
educación de nuestros padres y maestros. ¿Y cómo no iba a ser de otra
manera, si ellos también recibieron contradicción y fragmentación? El primer
paso para la liberación de esta matriz esclavizante es haciéndonos conscientes
de ella. No hay ninguna culpa que echar. El cerebro es un poderoso
computador preparado para facilitarnos y darnos todo lo que necesitemos.
Tiene un funcionamiento tan increíble y desconocido, que sólo en las últimas
décadas nos estamos sorprendiendo de los descubrimientos sobre éste. La
física cuántica está demostrando que toda nuestra realidad exterior está
creada y proyectada desde nuestro cerebro. Es por eso que nuestras vidas son
tan caóticas y sin sentido, porque nuestro cerebro está configurado y
programado de una forma incoherente y sin gracia. Es como un violín
Stradivarius con piolines en lugar de cuerdas. Algo que fue creado para hacer
una sinfonía nos está matando con sus ruidos molestos. El cerebro es el mejor
instrumento musical que tenemos los humanos. Tiene la capacidad de
conectar con el universo entero y de planificar sincrónicamente cantidad de
eventos y vibraciones energéticas. Esto no tiene nada que ver con la forma de
pensar limitante y lineal que nos enseñaron. Los sueños nocturnos nos
muestran las verdaderas capacidades de éste. Todo es posible allí. No hay
tiempo, podemos volar, juntar a las personas según nuestro antojo, crear
paisajes mezclando fragmentos de otros paisajes y lograr cosas imposibles
para nuestra mentalidad diurna. Y ahora sí viene la pregunta que más me
gusta, ¿quién querría faltar al colegio si en éste nos enseñaran a crear las
realidades que más nos apasionan y expanden de acuerdo a nuestros talentos
naturales?

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¡¿No es increíble que un niño aprenda la mayoría de las cosas de este
mundo en sólo los primeros años de vida de una forma tan natural!? ¡Es tan
obvio que se nos escapa! Si les damos jugos de fruta siempre frescos, van a
querer seguir bebiendo de este aprendizaje toda la vida. Llegarán a crear
realidades brillantes en donde continúen dando esta evolución vital para el
planeta. Si les seguimos dando el agua estancada y podrida de nuestra propia
infelicidad, preferirán quedarse en sus casas viendo tele y tomando gaseosa.
Ellos aprenden más con los dibujos animados que ven, que en el colegio. ¡Son
mucho más creativos los dibujos animados! Con esto no aliento a que los niños
no vayan a la escuela, sino alimento la visión de que la educación se transforme
en arte nuevamente. Que poco a poco cada uno de nosotros nos animemos a
dejar sonar nuestro corazón con la música que traemos dentro nuestro, ahí
donde estemos. Tampoco creo en las revoluciones violentas, ni en los cambios
repentinos y compulsivos. La situación en el mundo está dada para que nos
animemos a dar un salto como especie. Los niños son cada vez más despiertos,
rápidos, inteligentes, creativos. Esto es súper positivo, no es una amenaza. La
mayoría de los maestros no saben qué hacer con ellos. Están temerosos de
soltar los viejos conceptos educativos. El mundo está cada vez más
insoportable e ingobernable. Muchísima gente ya no aguanta sus trabajos
tensionantes y las presiones de todos los días. Hay ataques de pánico,
“enfermedades” raras, super-estrés. Esto no es ninguna calamidad. Es parte de
la callada voz que nos está diciendo, ¡es hora de de dejar ir las viejas
estructuras! Éstas ya no soportan la cantidad de energía creativa que está
haciendo ebullición en el mundo. Es hora de dejarnos ser, de dejar de soportar
las presiones, de dejar de hacer cosas sin sentido porque estamos
acostumbrados a lo conocido. También veo a mucha gente queriendo algo
nuevo. Dejando trabajos oprimentes para crear sus propios emprendimientos
con más resonancia con sus facultades naturales. Veo gente adulta

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empezando a tocar un instrumento, haciendo teatro o comenzando a escuchar
la voz de su sensibilidad de maneras nuevas. Hay una cantidad increíble de
meditaciones, de nuevos métodos de sanación y de técnicas terapéuticas. No
todos son realmente sanadores y llevan a una conciencia real, pero todo está
mostrando algo nuevo. Lo que está sucediendo hoy era impensable hace sólo
unos pocos años. Este fenómeno es sólo el principio del cambio que está
asomando para todos. El corazón de la humanidad puja por que nos dejemos
ser, puja para que volvamos a ser niños.

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4- La música, una experiencia de unidad

En el Reino de GAILEDÚM no hay sensación de


separación entre artistas y público, entre instrumentos
y ejecutantes o entre la música y los músicos.
La experiencia común aquí es que el compositor
a la vez siente ser el mismo sonido que sale
de él, y el corazón del que está escuchando
enfrente. Por momentos se funde en
millones de partículas luminosas
como fuegos artificiales de una
armonía infinita.

Cómo verás hasta ahora, este libro no habla sólo de música, y a la vez
habla de ésta todo el tiempo. En este nuevo Reino todas las aparentes
contradicciones co-existen. Puedo experimentar la musicalidad del silencio y
también, sentir silencio en medio de la música. No sucede lo mismo en nuestro
mundo actual, que es un producto del gobierno de la razón. Vivimos
totalmente acostumbrados a la tiranía de leyes aparentemente “racionales”

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que nunca terminamos de comprender con profundidad, porque si entramos
en profundidad no son racionales. Estas leyes no son causadas por el mundo,
sino que el mundo que vemos es la causa de una configuración distorsionada
de nuestro cerebro. Este misterioso órgano tiene dos hemisferios. El
hemisferio llamado izquierdo, que tiene una función puramente lógica,
racional y concreta, y el hemisferio llamado derecho, que tiene una cualidad
intuitiva, abstracta y creativa. Este conocimiento está muy difundido hoy en
día, por lo que iré directamente a degustar del ingrediente necesario para
nuestro descubrimiento. La particularidad de la parte racional del cerebro es
que sólo puede enfocarse en un punto por vez. Por eso es que desde nuestros
pensamientos un punto de vista de alguien puede ser totalmente opuesto al de
otra persona. Desde la visión de la razón no pueden coexistir cosas
aparentemente opuestas. Por eso en nuestra sociedad vivimos en permanente
conflicto, porque dentro de nosotros mismos hay montones de puntos de vista
diferentes queriendo ser protagonistas. Estamos viciosamente acostumbrados
a ver las cosas mayormente desde nuestra razón. Nuestro cerebro ya está
configurado para percibir la realidad desde esta perspectiva. Esta forma de
funcionar es como el de una computadora. Tenemos grabados en nuestra
memoria humana una serie de conceptos, parámetros y programas que nos
hacen ver todo desde una estructura. ¡Es una matriz!! Desde nuestro cerebro
creamos la realidad externa holográficamente. Esta parece una palabra
complicada, pero la idea es simple si la comparamos con el funcionamiento de
un proyector. Nuestro cerebro es un complejo proyector que despliega desde
su foco varias dimensiones simultáneas en la pantalla de nuestra vida. Los
moldes cerebrales internos proyectan un mundo que nace de nuestro
programa cerebral. El cúmulo de conceptos que nos enseñaron y que
decidimos aprender, es la cómoda butaca de la que hablé al comienzo. Una
serie de limitaciones grabadas en nuestro “inconciente”, producto de tantos

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años de vivir sin conexión con nuestra esencia. Cada experiencia limitante en
nuestra vida creó un circuito en nuestro cerebro que nos hace repetir una y otra
vez la misma situación ante el mismo estímulo. Los recuerdos de estas
experiencias quedaron girando en falso por el miedo que tenemos a volver a
revivir el dolor que creó estos circuitos. Si nos rindiéramos a este miedo y a
este dolor, estos se desintegrarían, y el circuito cerebral que nos causa
sufrimiento desaparecería por completo. La realidad asfixiante que ves fuera
de ti, nos es más que una rockola de discos rayados que hacen bailar delante
de tus narices una existencia loca y alienante.
Hay tantas emociones reprimidas dentro de nosotros, que realmente
nos da pánico salir de esta butaca. Estamos totalmente identificados con la
energía de estos discos rayados por lo que creemos que, si estos desaparecen,
nosotros también lo haremos. Por eso es que defendemos a muerte este
ridículo asiento. Y en realidad, este asiento en sí es la muerte. Es estática. Es
encierro. Es otra vez sopa, y “otra vez sopa” y otra vez y otra vez. Es el
hartazgo, es el aburrimiento y la desdicha. Un día necesitamos reiniciar
nuestra computadora mental de tanto encierro energético y dejamos que
nuestro cuerpito, que no es más una cristalización de nuestros conceptos y
discos rayados, detenga su funcionamiento. Y así terminamos un ciclo humano
sentados en los mismos problemas que cargamos por años y años. Lo más
descabellado de esta butaca mental, es que al decidir salir de ella nos damos
cuenta de que no pasa nada de lo que creemos que va a pasar. El miedo a
experimentar lo que supuestamente tememos que nos pase, se va
desvaneciendo como un fantasma en la luz del día. El dolor y la rabia recrean
sus reprimidos personajes por un tiempo, pero cuando la carga energética y los
argumentos se les agotan, ellos se rinden y retornamos a nuestra condición
dichosa. Dicha, dicha, dicha!!! Este es nuestro estado mental natural. Nada de

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discos rayados. Es un fluir energético sin trabas. Paz porque si. Gozo porque sí.
Música infinita!!!
Para vivir en este estado hay una reconfiguración que nuestro cerebro y
nuestro cuerpo deben experimentar. Hay un misterioso sector en el cerebro
que recién se está empezando a revelar a la ciencia. Éste permite la preciosa
conexión de la que hablo desde el principio. Es el sector central del cerebro.
Este olvidado conector nos permite funcionar con ambos hemisferios en
perfecta armonía. Éste sector, está prácticamente dormido en la mayoría de
las personas, pero cuando en nuestra vida suceden los hechos necesarios que
producen que esta mágica perla se ilumine, las autopistas neuronales del
cerebro comienzan a reconectar ambos hemisferios. De esta forma nuestro
instrumento más preciado vuelve a funcionar como una UNIDAD, comienza a
haber una estrecha relación entre nuestros conceptos e ideas y el reino
intuitivo de nuestros sentimientos. Así los cortocircuitos neuronales
comienzan a desaparecer, produciendo una coherencia entre nuestros
distintos mundos. Es una verdadera alquimia el enlace amoroso que se
produce entre estos novios que se venían esquivando por milenios de milenios.
El ying y el yang se miran a los ojos nuevamente…se abrazan…se besan y
hacen el amor. El Universo festeja de alegría cuando esto sucede, porque el
niño que nace fruto de esta unión es el corazón despierto. Allí donde reside
nuestro ser, nuestra esencia, nuestro inspirador infinito. La reconfiguración de
nuestro cerebro permite que vuelva a salir el sol en nuestra vida. Después de
tantos años de esclavitud con nuestra mente racional volvemos a sentir y a
tener un corazón vivo. Cuando esto sucede ya no podemos vivir aislados de los
demás, todo nos afecta, porque en el corazón despierto somos una unidad. Así
como la razón tiene la característica de la frialdad y la desconexión ya que es
sólo una computadora, nuestro corazón brilla de sensibilidad, belleza,
verdadera compasión, fuerza, sabiduría y ternura como características vitales.

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Aquí es donde comienza la eternidad nuevamente para nosotros. Aquí nace la
conciencia de que no somos nuestros pensamientos, ni nuestras emociones, ni
nuestro cuerpo. Somos el infinito experimentando pensamientos, emociones y
cuerpos. En este estado, la creación más sublime y a la vez más simple puede
ser posible. Oriente y Occidente bailando un Vals. La Luna y el Sol abrazados
sobre los campos de Gaia. Esta es la famosa integración de la mente y del
corazón de la que hablan muchas terapias. Así vive cada ser en el Reino de
Gailedúm. Así es como esta floreciendo este libro. Mis ideas en perfecta
resonancia con mi sentimiento. Así la magnificencia del corazón se puede
expresar sin escollos. La música que se expresa desde este estado de ser,
también puede mover montañas. Así están destinados a vivir los seres
humanos en esta tierra.

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En el estado de UNIDAD se integran los hemisferios izquierdo y derecho.
Inclusive la misma idea de que hay izquierdo y derecho va desapareciendo, ya
que todo se vuelve UNO. Las ideas comienzan a estar vivas. Estas dejan de ser
conceptos fríos y se convierten en pensamientos energéticos. No hay
diferencia entre un pensamiento y una emoción aquí. Todo es parte de una
misma ola de energía. En este estado nuestra racionalidad funciona en
coherencia con nuestra intuición. No se trata tampoco de que la razón
desaparezca de nosotros, se trata de que se ponga al servicio de la misteriosa
inteligencia sensitiva y creadora. Es por eso que en este estado pueden
coexistir ideas aparentemente opuestas para la lógica lineal. Pueden coexistir
puntos de vista distintos, personalidades distintas, pueden coexistir diversos
estilos y diferentes formas, ya que desde esta inteligencia integradora, lo que
es aparentemente distinto u opuesto, no es más que una parte más pequeña
de algo más grande que es UNO en sí. Es como ver el mundo desde arriba. El
norte y el sur desde lo alto son sólo dos puntas del mismo territorio. Desde
esta visión integra se ve como ridículo a un conflicto de separación, tan ridículo
como que un pie lo patee al otro por ser distinto que él. ¡Claro que es distinto!!!
Uno es el pie izquierdo y el otro es el pie derecho, ¡es Obvio!!! Separados
sirven de una manera tosca y esforzada, ya que alguien debería saltar para
moverse con un solo pie. Pero juntos pueden hacer que todo el cuerpo
funcione de una forma perfecta y totalmente armónica. Esta es una imagen
simple, pero muy reveladora. Si un pie se cree muy especial, único, e
independiente del resto del cuerpo, vivirá su propio calvario de esfuerzo,
producto de identificarse sólo con él mismo. Pero si en vez de depender de su
propia identidad aislada deja su dependencia en algo más grande que él, como
es la inteligencia de todo el cuerpo, no sólo dejará de sufrir por tanta presión y
esfuerzo, sino que comenzará a ser de utilidad para todo el sistema. Parece
una imagen tonta a la vez, pero la verdad es que los seres humanos,

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actualmente, somos como pies aislados saltando de aquí para allá por no
querer reconocer que solos no podemos. Vivimos en estado de defensa y de
ataque por identificarnos sólo con nuestra personalidad separada del resto, y
viendo a nuestros aparentes opuestos como algo distinto de quienes somos.
Por eso un hombre puede estar profundamente enamorado de una mujer, y al
instante comenzar a considerarla como su principal enemigo cuando la mente
fragmentada lo obnubila. Del amor al odio hay un solo juicio de distancia. Por
eso un país puede transformarse en la peor pesadilla de otro cuando se deja
tomar por la mecanicidad de los intereses propios, separados del interés
general.

Veamos a la música dentro de este contexto. ¿Por qué nos gusta tanto?
¿Por qué nos genera ese encanto y magnetismo? Si vamos a una reunión
social en donde hay muchas personas dentro de un mismo ambiente, en
general las vamos a ver en pequeños grupitos aislados hablando y
“comunicándose” verbalmente. En cambio, si las mismas personas están
escuchando música o bailando, comienzan a relacionarse de una forma
totalmente distinta. Habrá una integración entre ellas, sobre todo si están en
un baile auténtico y sentido. Habrá un lazo energético que los convierte en una
UNIDAD. Habrá una comunicación que trasciende las palabras, las razones y
las ideas. Cuando hay música sucediendo en vivo, y sobre todo si es música del
corazón y con pasión, este fenómeno es aún mayor. En los conciertos o
tertulias en los que los oyentes participan y son parte de la música se genera
una onda de amor y energía increíbles. ¡Esta es una clara demostración de lo
que estamos descubriendo!!! Este tipo de comunicación genera alegría, dicha y
gozo. ¡Es una comunicación energizante! Ya sabemos como es la
comunicación con palabras, sobre todo cuando estamos muy aferrados a
querer tener razón. Es todo lo contrario; es la ruptura de la verdadera

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comunicación con los otros. Las personas cuando hablamos conceptualmente,
no hacemos sino comparar internamente nuestros propios conceptos con los
del interlocutor para verificar que los nuestros son mejores. Es un mecanismo
inconsciente. Cuando hay un poco de apertura, se llega a incorporar algún
concepto que otro, pero estos no nos servirán de mucho, ya que el fluir
energético de la comunicación a través de conceptos es muy pobre y lento. Los
conceptos están muertos y sólo proyectan división. Entre ellos hay
desconexión absoluta. Un pensamiento conceptual es una burbuja de energía
aislada de todo el resto. No hay comunicación desde los conceptos. Puedes
investigar en ti mismo como funciona este proceso. Si estamos atentos a
nuestro interior cuando conversamos con alguien podremos notar qué es lo
que sucede con nuestra energía. Es importante descubrir cuáles son las
motivaciones y las emociones que nos llevan a hablar y cuáles son las que nos
llevan a un escuchar real. Si lo que aquí te describo se convierte en tu propia
experiencia, si éste llega a ser tu descubrimiento, tarde o temprano llegarás a
encontrar cuál es la fuente de la verdadera comunicación.

La música nos conecta con algo más grande que nuestra propia
identidad humana. La comunicación consciente que mayormente intentamos
usar los hombres y mujeres proviene de frases y palabras armadas desde
nuestro intelecto. Utilizamos finitas variaciones de una cantidad también finita
de símbolos (palabras) guardados en nuestra memoria. A su vez la intención
que mueve a armar estas frases también es finita, ya que lo que mayormente
nos mueve a hablar es el deseo de querer tener razón, o de captar atención, o
defender nuestra postura, o manipular, o deslumbrar. También nos mueve a
hablar el miedo al vacío, el miedo a la energía que hay en el espacio sin
palabras, el miedo a las emociones que hay en lo profundo. En la comunicación
racional todo se mueve a un nivel tan superficial que ésta apenas puede

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representar el sobre, o la envoltura del verdadero mensaje que tenemos para
transmitir a los demás, y lo peor, es que ya no somos consientes de lo que
ponemos dentro de nuestros sobres, no somos consientes de las emociones y
las intensiones que nos mueven a hablar. Ya está demostrado por las nuevas
tendencias de la psicología, y también lo sabemos a nivel popular, que las
emociones juegan un papel fundamental en nuestra comunicación. Aún no
está del todo demostrado que debajo de las emociones hay más, y más… hay
todo un universo de fuerza y dicha que está disponible para nosotros. La
comunicación puramente racional frena nuestra propia vibración. Cuando
ponemos demasiado esfuerzo para entender algo conceptualmente, y
queremos forzar a que la “comprensión” suceda, detenemos un fluir
energético interno. Cuando la razón está al mando, todo queda en un plano
vibracional chato. Así es como se enseña mayormente en los colegios y en las
universidades. No estoy en contra de la razón, yo estoy siendo totalmente
racional al escribir. Lo que sí quiero mostrarte, es que hay una forma de
comunicación con palabras en la que el raciocinio se pone al servicio de un
poder más alto. Esto sucede cuando dejamos que las palabras provengan
desde más allá de la limitación de nuestro intelecto y de nuestra pequeña
identidad, cuando dejamos que vengan desde una inspiración interna.
Nosotros los adultos necesitamos reconfigurar totalmente nuestro
sistema cerebral para que funcione de una manera con poder y vitalidad.
Necesitamos ideas vivas que provengan del infinito para que borren, o más
bien, para que reordenen nuestro mundo enciclopédico interno. Por eso
necesitamos tanto leer y escuchar enseñanzas de mentes despiertas, de
personas lúcidas o mínimamente honestas e inspiradas. Ellos traen aire fresco
a nuestro encierro conceptual. Esto puede llegar a suceder cuando lees esto
porque yo estoy dejando que estas ideas vengan desde el infinito. Uso
conceptos enchufados a una fuente de poder interna inmensa. Esto me

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transforma a mí y te transforma a ti. Nos des-configuramos y nos
reconfiguramos juntos!!!! Los bebés no tienen este mundo enciclopédico de
creencias y conceptos, tienen su computador cerebral virgen, y esto se nota.
Nuestro propósito cómo adultos, no es convertirnos en bebes, porque
necesitamos del mundo de la información para funcionar. Nuestro propósito
es recuperar la inocencia del bebé, para usar toda la información que tenemos
desde el amor real y la sabiduría.

La música proviene de nuestra fuente de inspiración interna, pero para


expresarse con música no se usa el sistema tradicional de símbolos basado en
palabras. En ésta se utilizan vibraciones llamadas notas, con diferentes
timbres, colores y con distintas combinaciones entre ellas. En la música
suceden varios eventos sincrónicos entre si, como melodías que se entrelazan,
acordes, ritmos, matices sonoros, letras poéticas, etc. La capacidad expresiva
que tienen estos recursos es infinitamente más grande que la del lenguaje
ordinario, pero no radica sólo en esto la poderosa diferencia entre estas dos
formas. Cuando nos comunicamos verbalmente con palabras, necesitamos
que una facultad del hemisferio racional interprete el significado de las
palabras y frases. Esta es una función que ya se ha vuelto automática, pero al
hablar y escuchar necesitamos enfocar nuestra atención en estos significados y
generalmente estamos pendientes de si estos coinciden o no con lo que nos
gusta, o no nos gusta, con lo que creemos que está bien o que está mal, y
generamos cantidad de juicios y pensamientos automáticos con cada frase que
nos dicen. Comparamos lo que escuchamos, con nuestra base de datos
interna, clasificamos y opinamos en nuestro interior y respondemos sólo lo que
nos animamos a decir. Repito que todo esto es ya casi automático e
inconsciente. Fíjate cuantos procesos intervienen en este tipo de
comunicación. Hay demasiados filtros intermediarios entre los corazones para

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que uno se pueda comunicar verdaderamente hablando. En la música tenemos
la ventaja de que la función que interpreta lo que escuchamos está disminuida.
No está ausente del todo, salvo cuando nos entregamos completamente a la
escucha y nos abrimos, pero en general nuestro cerebro sigue interpretando y
generando pensamientos. Podemos pensar, esta canción la conozco, que
linda, que buena voz, me pone triste, ya la escuché, otra vez la misma y
cantidad de otras cosas, pero todos estos pensamientos quedan en un
segundo plano ya que nuestra atención está principalmente en las sensaciones
y en las emociones que ella nos genera. Aquí no estamos pendientes de tener
razón o no, como sucede en la comunicación verbal. A lo sumo, una música
puede no gustarnos, pero eso no nos trae demasiado conflicto. En general
ponemos música que nos gusta, o vamos a conciertos de nuestro agrado, o
cantamos lo que nos vibra. Cuando hay varias personas absortas en la misma
música se crea una comunicación entre ellas que trasciende a la misma música
que se escucha. Detrás de ésta, hay una sinfonía de energías que no podemos
ver con nuestros ojos, pero que sí podemos sentir. ¡Es magia!!! ¡Es comunión!!!
¡Es Vibración!!! Por otro lado, lo que impulsa a alguien a expresar algo con
música es un sentimiento, una emoción, una pasión, una experiencia interna
que puede usar palabras pero que las trasciende totalmente. Es algo que no se
puede abarcar ni usando todas las palabras del mundo. Cuentan que cuando
Beethoven terminó de tocar en piano frente al público una de sus más
conocidas obras, una mujer le preguntó:
- Maestro, ¿qué quiso decir cuando compuso esta pieza?
Y cuentan que Beethoven se detuvo un instante y luego respondió:
- Quise expresar esto, y volvió a tocar de nuevo su obra.
La música no está dirigida a nuestra razón, aunque la incluye. La música viene
desde el corazón y se dirige al corazón. Los verdaderos artistas son antenas
captando mensajes desde el más allá. Son antenas de una realidad casi

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desconocida en el reino conceptual. Reciben algo que está en perfecta
conexión con lo que se necesita en esta “realidad”. Esto que reciben es
abstracto en sí. Luego necesitan decodificarlo en formas entendibles usando
su parte racional, que en este caso se pone al servicio de la inspiración. Cuando
escuchamos una canción o una obra que nos atrapa y nos conmueve, no hay
duda de que el mensaje desde el “más allá” a llegado a destino. Porque
nosotros somos los destinatarios de toda la belleza que este “más allá” tiene
para contarnos. ¡Qué divertidos son los juegos de palabras!!! Me doy cuenta de
que en el momento en que dejamos entrar este mensaje del, como lo llamo yo
“más allá”, éste deja de ser algo de allá y se convierte de acá, bien cercano a
mí. Es la experiencia más exquisita e íntima dejar que el “más allá” se convierta
en el “acá cerquita”, en lo más cerca que puedo llegar a tener. Esta es la
función de la música, que el “más allá” sea nuestra cercanía más viva y
concreta.

Creo que ya es hora de ampliar el significado del término


“comunicación” que tenemos viciosamente asociado a la acción de hablar y
escuchar entre dos o más partes. “Comunicación” es la re-unión o unificación
de partes que se creen separadas. A veces las partes se unen hablándose, a
veces mirándose, o tocándose, a veces con gestos, o en completo silencio, a
veces cantando. Todos estos son medios de la comunicación, pero la
comunicación en sí es la conexión, es el establecimiento, o mas bien el
restablecimiento o redescubrimiento del lazo energético entre las partes. Los
cuerpos nos dan la percepción de que estamos separados de todo. Yendo más
hondo veremos que es al revés, la idea de separación en la que creemos vivir,
nos hace percibir que estamos en cuerpos separados. Los bebés no ven
separación. Ellos no ven bloques aislados entre sí. No ven límites. Esta forma
de ver es algo que aprendimos en base a experiencias de miedo. Es por eso que

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necesitamos comunicarnos. Necesitamos conectarnos con lo que creemos que
está separado para recordar y volver a experimentar el lazo de amor que nos
une. Por eso nos causa tanta alegría la comunicación y el encuentro, porque
volvemos a unirnos con partes nuestras que creímos separadas. ¿Y qué es lo
que sucede para que volvamos a sentirnos unidos con las partes que creímos
separadas? Simplemente soltamos el pensamiento interno que causaba
separación, el miedo se desvanece, y el lazo amoroso y energético se
reestablece. ¡Es muy simple!!! Lo que hay entre dos partes separadas es
miedo, y este miedo siempre toma la forma de una idea o concepto. Sólo un
pensamiento nos separa de los otros. Sólo un pensamiento nos separa del
amor.
En este proceso que hacemos juntos, estamos viendo con los rayos “x”
de nuestra conciencia lo que está adentro de las formas, pero no pretendo
llegar a la idea de que debemos dejar de hablar, sería muy poco práctico. A la
vez, tampoco estoy hablando de la música como una salvación mágica de
nuestra condición. Los seres humanos aún necesitamos hablar y hablar, y
hablar porque hay muchas cosas guardadas en lo profundo que deben salir a la
luz, pero lo que más necesitamos es hablar desde el corazón, hablar desde
nuestra verdad. Las habladurías solo tapan y esconden la verdad, pero hablar
desde quienes somos nos lleva a la libertad. Cuando nuestro corazón se abre y
comenzamos a hablar desde él, lo que decimos comienza a parecerse a un
canto, ya que es rítmico, es musical, es energético. Al soltar la necesidad de
querer tener razón y deslumbrar, dejamos de ser fríos estadistas y
comenzamos a ser poetas espontáneos. Cuando llega el momento en que no
tenemos nada que defender, ni nada que decir, las últimas palabras que salen
de nuestra boca son “te amo”, y aquí termina el reinado de la razón y comienza
el silencio y la música. Estamos embarcados en un viaje de regreso a un estado
de pura vibración, de ondas que crecen y se expanden, y se expanden y se

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expanden. Aquí volvemos a recordar quiénes somos. Aquí ya no hay necesidad
de comunicación, porque estamos en unidad.
Queremos alejarte un del palabrerío y acercarte al canto, en los dos
usamos la boca. Queremos alejarte un de las enciclopedias planificadas y
acercarte a las sinfonías espontáneas, en las dos hay estructuras. Queremos
alejarte del ruido y acercarte a la música, en los dos hay sonidos. Queremos
alejarte de la muerte y acercarte a la vida. En este libro exponemos una visión
del Universo que está renaciendo en nuestro planeta, y hablo en plural porque
no pertenece a mi identidad limitada y separada llamada “Javier Aguilar” o
“Dum”. Al escribir hay muchas energías intervinientes que se expresan por mí y
que se funden en esta hoja, así como sucede con las distintas melodías en
contrapunto de un mismo concierto. Hay un despertar y una expansión que le
ocurre a cada uno como seres individuales, y hay un Gran Despertar que nos
está sucediendo a todos juntos como especie humana. Hay partes en este libro
que están dirigidas a nuestra individualidad y hay otras que son un flechazo
directo al corazón de la humanidad como una UNIDAD. La Gran Visión de este
libro se dirige a ese corazón. La “Música Infinita” es una condición de nuestra
UNIDAD. Este gran salto desde el palabrerío hacia la música lo estamos dando
todos juntos. Cuando el proceso de Despertar y Expansión de nuestro planeta
este avanzado, y no falta mucho para eso, la música será una forma de
comunicación. Cuando la especie humana entera suelte su necesidad de
querer tener razón, y se vuelque totalmente al corazón, la música se convertirá
nuevamente en nuestro lenguaje. Nos relacionaremos entre nosotros así como
se relacionan los pájaros, cantando y celebrando!!! No hay que esperar para
que eso suceda. Esta visión esta con nosotros aquí y ahora. Yo sé que
asociamos por música a un arte que requiere de ciertos conocimientos y cierta
habilidad. En un punto es así, pero te voy a proponer una nueva perspectiva
para que la veas como algo accesible a cada instante. Hay una experiencia más

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íntima de la música para la cual no hace falta ser un "gran artista". Es una
experiencia común y está disponible siempre. Esta consiste en entrar en el
ritmo y en la armonía propia de cada momento. Cuando estamos presentes y
receptivos en lo que sucede en el ahora, todo se torna musical. La vida tiene un
ritmo propio. Entrar en este ritmo es una puerta hacia la “Música Infinita”. Este
ritmo nos lleva a insertarnos en una brecha del espacio y el tiempo para soltar
toda pequeña limitación y caernos en los brazos de una armonía siempre
nueva. Si nos subimos a este ritmo, podemos usar palabras, podemos usar
gestos, podemos tocar la guitarra, tararear algo sin sentido, o preparar una
comida… todo es musical en estado de presencia. Puedo callarme, puedo
gritar, o mirar, y no habrá mejor partitura para este instante que la que mi
director de orquesta interno me inspira. Quizás aún no puedas asociar esto
como música, porque vivimos muy disgregados y separados de nuestra fuente
vital y estamos demasiado acostumbrados a hablar. Pero acuérdate, cada vez
estarás más lejos del palabrerío y más cerca del canto. Cada vez estarás más
lejos de las enciclopedias planificadas y más cerca de las sinfonías
espontáneas, cada vez estarás más lejos del ruido y más cerca de la música.
Cada vez estarás más lejos de la muerte y más cerca de la vida. Lo que hoy
conocemos como música es sólo un atisbo de ella. El estado de separación en
el que vivimos hace que veamos a la música separada de nosotros, hace que
veamos que los músicos buenos son otros, y que los instrumentos son algo
exterior a lo que llamamos nuestro cuerpo. Como nuestra mente está dividida,
creemos que hay música seria y música popular, música espiritual y música
profana, música buena y música mala. Se acabó el tiempo de las divisiones. Se
acabó el tiempo de los opuestos y de los contrarios. La luz del Sol está saliendo
en este planeta, y lo mejor de todo es que está saliendo en tu mente y en tu
corazón. Cada vez que un nuevo rayo te penetre te darás cuenta más y más de
que no hay nada fuera de ti mismo. Cada vez que una nueva nota de la sinfonía

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del Universo te acaricie, sentirás que tu melodía se despierta dichosa y que se
suma a la armonía de todo lo que existió, existe y existirá.
Y por fin recordamos el himno que la creación
le canta a la Fuente de toda Vida!!!

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5- La música, una experiencia sin tiempo

En el Reino de GAILEDÚM no existe el tiempo,


o por lo menos no existe como lo conocemos aquí.
Allí no hay relojes que dividen en fragmentos inventados
la existencia del eterno presente. Todos viven guiados por
la poderosa sensación de dejar durar los eventos como deja
el mar durar a las olas... permitiéndoles sucederse una
tras otra, sin forzar ni presionar. Cuando se vive así,
todo es perfecto. Todo empieza y termina en el
momento justo, aunque estos conceptos
de principio y fin no los entienden
muy bien los seres de este Reino.
¿Cómo poder saber cuando
termina y cuando empieza
una ola en el mar infinito?

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No dejo de sorprenderme cuando veo a una banda de música con
conexión tocando y disfrutando. No dejo de sorprenderme cuando estoy
improvisando con otros músicos mientras las sincronías de momentos y
arreglos musicales se suceden mágicamente sin planificar ni especular
armonías. Estas improvisaciones dejan una sensación tan agradable que da
ganas de tirarse al vacío una y otra vez dejando que el universo nos ataje. Se
siente un gran espíritu común que inspira distintos colores a los distintos
instrumentos, mientras diseña un cuadro musical que nuestras pequeñas
mentes no podrían haber diseñado jamás. Se siente a un director invisible
jugando con los sonidos y moviendo con oleadas energéticas a los
participantes. Lo mismo sucede en la vida cotidiana. Yo vivo con la sensación
de estar en el momento perfecto y en el lugar perfecto. No hay ni otro tiempo
ni otro lugar en donde podría estar. En momentos de conflicto mis
pensamientos no me dicen lo mismo, pero yo no les doy valor ni trascendencia
porque sé que no son reales. Cuando un “supuesto retraso” me hace creer que
llego “tarde” a algún lugar, observo a mis pensamientos decirme -estas
llegando tarde!!!-, y cuando llego a donde debía, me llevo siempre la sorpresa
de descubrir que estoy en el momento perfecto. Es muy común que la persona
con la que me iba a encontrar llegue al mismo tiempo que yo, después de un
supuesto retraso como el mío. A veces necesito cruzarme con alguien que ni
esperaba o con tal o cual situación propicia para mí. A veces no pasa nada
extraordinario, pero igualmente la situación me deja la poderosa vivencia de
estar presente en mi presente, de estar vivo y sorprendido con lo ordinario. ¡Es
un regalo!!!
Yo no siempre viví así. Hace unos años creía en lo que el mundo
inconsciente me proponía. Creía en que el tiempo era algo real que había que
contabilizar y administrar. Sigo descubriendo hoy, que cuando estoy sufriendo
por algo, hay una falsa idea del tiempo en la raíz de este sufrimiento. Parece

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difícil de comprender, pero pensemos cualquier ejemplo sencillo. ¿Cuáles son
las preocupaciones cotidianas? Llego tarde…se me va el tren… se me hizo
largo…no viene nunca…me quedé solo, (lo que implica que mi tiempo se me
hace doloroso e interminable)…no tengo dinero (con lo que también se asocia
que no tuve, o no tengo tiempo para juntarlo; la creencia popular dice “el
tiempo es dinero”)…me voy a morir (lo que significa que se acabó mi tiempo).
El tiempo y el espacio es un juego de desencuentro y separación en la vida
ordinaria de los seres humanos. Podemos tratar de disfrazarlos con hermosas y
utilitarias ideas para pasarla un poco mejor, pero en la raíz del estado de
desintegración en el que se encuentran las mentes de los hombres y mujeres,
seguirán estas falsas ideas de carencia de tiempo causando aislamiento y
dolor. Necesitamos tener nuevas experiencias sobre el tiempo. Necesitamos
una reconfiguración total sobre las ideas del tiempo. Son increíbles los
sentimientos de tortura que nos provocan los horarios. Estamos
acostumbrados a forzar todo por un absurdo hábito social. Ya desde las
primeras épocas de la vida nos programan a guiarnos por horarios. En el
colegio nos enseñan ideas y conceptos en momentos de la mañana en que aún
estamos con la cabeza en la almohada, como se dice comúnmente. Luego toca
un timbre y otro y otro. Estamos en lo mejor del recreo y ¡zas! se acaba. ¡Duran
tan poco! En cambio las horas de materias que más tedio nos provocan se
tornan eternas. La costumbre del reloj nos impulsa a vivir pendientes de los
principios y de los fines, de límites constantes, de ansiedad y tensión. En otras
épocas en que la civilización aún no se hacia notar, la gente vivía más
conectada a ritmos biológicos y naturales. Los movimientos del sol guiaban y
estimulaban sensaciones que actualmente tenemos muy dormidas. La vida en
desconexión y separación de las ciudades grandes creó esta vida guiada por los
tiempos de la producción. Es un mecanismo inconciente intensamente
grabado en nuestros pensamientos y en nuestras células. La hija más pequeña

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de mi novia Diana tiene al momento de escribir esto 7 años. Ella siempre me
sorprende con sus preguntas y comentarios. “Mamá, ¿cuánto tiempo es 3
días?, ¿Cuándo es el sábado?” En esos momentos tomo conciencia de la forma
en que viven el tiempo los niños. No tienen noción de los límites y de las
medidas como las tenemos nosotros. Están entregados a lo que hacen, y si les
cortan su actividad protestan. Es lo más natural. Ellos aún no tienen grabado
los parámetros mentales de principios y finales artificiales que tenemos los
adultos. Claro que los horarios son útiles y necesarios para nuestra vida
práctica. Pero los podemos usar de una forma más inteligente y en nuestro
beneficio. Debemos poner nuestro reloj de arena mental en posición
horizontal el tiempo que sea necesario, para que los horarios se acomoden a
nuestra expansión y dejar la asfixiante costumbre de que nuestra expansión se
acomode a nuestros horarios. Imaginemos a un grupo musical improvisando
en un momento de clímax y disfrute, al instante en que repentinamente
irrumpe alguien cortando la música por una razón de conveniencia personal,
mientras mira su reloj desesperadamente. ¿Cuál sería la sensación general del
grupo? Frustración, enojo, sensación de limitación. Eso es lo que nos pasa
todos los días con todos los horarios. Hay una música que suena con cada
encuentro y circunstancia del día que tenemos que cortar una y otra vez para
ajustarnos al pentagrama forzado que planificamos o que dejamos que otros
nos planifiquen. Hay personas que viven constantemente así. Llegan a tener
hasta sus vacaciones regladas por horarios. La intensidad y la pasión que hay
dentro nuestro no pueden expresarse totalmente en este contexto de
limitaciones. Si nos entregamos a las sincronías del alma y nos olvidamos del
tiempo en lo que estamos haciendo, sucede la magia, porque hasta los
números del reloj se sincronizan con nosotros. La vivencia de una hora es
totalmente relativa al estado interno con el que vivimos esta hora. Los seres
humanos no podemos prescindir de las estructuras porque somos una

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estructura, pero sí podemos dejar que el infinito se manifieste en esta
estructura finita. En una hora puede caber tanto tiempo, como en la medida
que estemos dispuestos a soltar nuestra mente. Hay una película de
“fantasías” llamada “Narnia” que muestra la realidad de este aspecto. Muchas
películas “fantásticas” nos hacen recordar cosas que ya olvidamos, pero que
son ciertas. En “Narnia” unos niños entran a un placard y lo que allí viven dura
años, mientras que al salir de él, siguen teniendo la misma edad que al entrar.
¿Crees que esto es fantasía? ¿Acaso de que habla la teoría de la relatividad de
Einstein? ¿Acaso no sucede lo mismo en los sueños? ¿Crees que esto no es
posible para ti? ¿En qué lugar habremos escondido estos placares mágicos que
ya ni los recordamos? ¿Cuánto dura tu hora?

Hay una imagen de la naturaleza que me parece interesante y


esclarecedora para comprender una dimensión práctica del tiempo, que a la
vez se integra con una dimensión expansiva. Es la imagen de los cultivos. Ellos
tienen un ciclo natural en el que crecen y dan su fruto. El ciclo de la misma
semilla que plantamos está relacionado con el ciclo de varios factores que
influyen en este cultivo, como los ciclos del sol y de la luna, de las lluvias y de la
tierra, por hablar sólo de los más explícitos. Si detuviéramos cualquiera de
estos ciclos no habría fruto, o habría un fruto sin gusto y sin olor como son las
frutas y verduras que se venden hoy en día en muchas ciudades grandes. Están
artificialmente estimuladas para crecer más en menos tiempo. Exactamente
igual le pasan a nuestros frutos. Este libro va saliendo de una forma
espontánea y con fuerza porque le llegó su momento perfecto. Cada capítulo e
idea que florece está regada por todas las experiencias y situaciones que me
afectan en estos momentos y vienen madurando por todas las circunstancias y
experiencias que se añejan y maceran en mi alma. Es un proceso natural y lleno
de belleza. Si yo hubiera pretendido escribir sobre estas ideas forzándolas, o

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en un tiempo en que no le corresponden florecer, me hubiera aburrido
tremendamente en el camino, y aburriría a otros al pretender que las lean. Lo
mismo siento con cada canción que compongo, con cada relación nueva, con
cada realización. Todo llega en el momento perfecto, ni antes ni después. Esta
es la sincronía de la que hablo. El tiempo del alma. El tiempo del Universo, no
el de nuestras expectativas ni el de nuestra ansiedad y de nuestras
elucubraciones mentales. El tiempo en manos del infinito esta a favor de
nuestra libertad. Entregados a este fluir no hay ninguna sensación de escasez
ni de que algo se nos acaba o que nos oprime como sucede con los horarios
cotidianos. Es el mismo transcurrir eterno que experimentan los niños
jugando. El tiempo en sí no existe, pero como los seres humanos nos sentimos
esclavizados por agujas y dígitos, necesitamos una nueva y vivificante idea de
él para que reemplace totalmente a la que tenemos grabada en nuestra
memoria humana hasta el tuétano. Un momento!!!!!!!!!
Veo un placard delante mío!! Es igual al placard de Narnia!!!!
A ver...

UUUUOOOOOHHHHHHHH!!!!!!!!!!

UN NUEVO TIEMPO Y UN NUEVO ESPACIO!!!


Tómate este instante…inspira profundo…expira…inspira profundo y…
AAAHHHHHHHHH!!!!!!
Entramos juntos a una nueva dimensión!!!!
¿Cuánto tiempo pasó desde que empezaste a leer el libro? ¿Un día, una
semana, un año, mil años, un millón de años…un instante? ¿Cuánto tiempo
pasó desde que crees que naciste? ¿Cómo medimos el tiempo que hay en
nuestra memoria? Sean 20 años o sean 2 minutos todo parece un instante.
¿Cómo sabes si todo lo que viviste no fue más que un sueño? ¡No respondas

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ninguna de estas preguntas por favor!!! Son un taladro para agujerear nuestra
mente conceptual.
¿Todo esto no será más que un sueño? ¿Te lo preguntaste alguna vez?
Vamos a hacer una simple práctica. Piensa en una habilidad que tengas.
Tocar el piano, preparar salsas, hablar un idioma. Piensa en algo que te haya
requerido un tiempo para desarrollarlo. Escribir, cantar, o lo que sea.
Ahora…has visto alguna de esas películas futuristas o de ciencia ficción en las
que a una persona les ponen un casco, o les dan una inyección y de golpe
aprende algo instantáneamente. En la película “Matrix” esto se muestra muy
gráficamente. Ahora, ¿cómo sabes que tu habilidad no te fue inyectada o
cargada en tu memoria, junto con todos los recuerdos de haberla aprendido, y
con todos los momentos que viviste con esta habilidad? Quizás te insertaron el
programa de esta habilidad esta misma noche, o hace un instante. Insisto en
que no respondas. Irás tan lejos como estés dispuesto a soltar tus ideas en este
momento. Todas las ideas que tenemos grabadas son un límite para las nuevas
que están disponibles para nosotros ahora. Siempre son ideas más, y más
expansivas, más y más liberadoras. Siempre hay más. Te dije que nos
caeremos de la butaca, y es real. No podemos volar sentados en la comodidad
de una butaca. Hay una dimensión del tiempo que es totalmente milagrosa y
mágica. Una dimensión que no es lineal en absoluto. Esta cualidad del tiempo
es la forma en que funciona el Universo. Es una cualidad quántica. No se ata a
ninguna medida. No veas esto como algo alejado tuyo. Los portales de tiempo
están sucediendo continuamente en la época en que vivimos. Puedes tener
una relación de pareja que duró un mes, y en ella haber llegado al mismo
aprendizaje que en otra época hubieras hecho en 50 años. Esto es real!!! ¿Crees
que el mundo es un caos hoy en día? Y se te dijera que en estos últimos años la
humanidad está aprendiendo más que en pasados milenios. ¡Bendito caos!!!
Con la energía que hay en nuestro planeta, cada uno de nosotros en cada día

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está viviendo años y años de aprendizajes. ¡Hay días en los que vivimos vidas!!!
Un día no se mide por el tiempo, sino por los cambios y transformaciones que
hacemos en él. El único propósito real del tiempo es el de nuestro despertar y
renacimiento y el de cumplir nuestra misión personal. Estamos entrando
juntos a una realidad que no es lineal. La humanidad entera se metió en un
placard milagroso en donde conquistará el reino de su corazón. La batalla para
desmantelar el reino del miedo ha sido librada con fuerza. ¡Tu eres el
protagonista!!! Al Reino de la paz se entra con la espada en la mano, y no para
matar a tus hermanos y hermanas, si no para cortar los lazos con la ilusión.
Para enfrentar a cada fantasma que hay en tu mente, y decirle: ¡Yo soy el
Rey!!! ¡ y tu no eres real!!! Esta aventura que estamos viviendo en el planeta
tierra no es blandita ni tranquila. Se requiere de tu guerrero y de tu guerrera.
Yo soy una persona de temperamento tranquilo y suave, ¡pero soy un guerrero
por dentro!!! Ya no soporto que la ignorancia me limite. Para salir de esta
ignorancia aprendí a usar mi espada. Hay otras personas que ya son guerreras
y necesitan aprender a usar un dulce violín para descubrir el poder de su
ternura. Con la espada en una mano y con el violín en la otra los hombres y
mujeres de este mundo comenzamos una marcha épica. La marcha de nuestra
liberación interna. Si hay una banda sonora que acompañaría a esta aventura
de despertar colectivo sería una marcha con tambores marcando el paso y la
fuerza de los guerreros, a la que se suma una dulce y potente melodía de
violines que derrite a los corazones. Nuestros enemigos no están afuera, están
adentro nuestro. Son un ejército de fantasmas del pasado que desafían la paz
del presente. Estos fantasmas ya tienen los días contados, porque las
trompetas celestiales de la victoria se sumaron a la marcha, se hicieron
escuchar en los cuatro vientos y decretaron la victoria. Los espectros del
pasado finalmente están destinados a derretirse en un mar de amor. En esta
guerra todos tenemos un final feliz, y todos somos los héroes. Si hay algo que

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hay que dejar atrás en esta cruzada de conciencia es la pasividad y la
neutralidad, porque en ellas los espectros son los reyes. Tú estás aquí en este
momento histórico porque ofreciste tus dones para ser parte de esta llamarada
de luz que se está esparciendo por todo el Universo. Ya es hora de dejar de
considerarnos como seres aislados y de sumar el sonido de nuestro don a la
marcha de libertad. Como sucede en una orquesta, cada uno de nosotros
influimos en el sonido general y a la vez somos afectados por el sonido de los
demás instrumentistas. Si seguimos dejando que nuestro ciclo sea alterado
artificialmente, esto se va a ver reflejado en la sonoridad del todo. La identidad
separada que creemos tener como personas, no es más que una ilusión. Si la
luna se encerrara en su cuarto por años porque está cansada del mundo todos
seríamos perjudicados. Y si nosotros nos encerramos en un cuarto, o detrás de
nuestras pupilas, de anteojos negros, de autos, de ropas, de horarios o detrás
de las miles de excusas que usamos a diario para alterar nuestro ciclo y para no
exponer quienes realmente somos, estamos afectando el sonido de toda la
orquesta humana. Si un día el sol no sale, todos nos daríamos cuenta, sería
muy notorio. “Supuestamente” no es tan notoria la ausencia de nuestra
luminosidad en el mundo, pero si vemos con un poco de conciencia el
panorama cotidiano, si vemos la televisión, o el diario, o nuestros trabajos y las
relaciones a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de que algo no está bien.
Algún sol se quedó en su cuarto. Hay colores que en el mundo aún no brillan.
Se nota que prevalecen los grises en las grandes ciudades. Se nota de sobra en
éstas el exceso de ruido y la falta de armonía. Se nota en demasía que nuestro
corazón está encerrado en un cuartito la mayoría del tiempo. Está
atemorizado, sintiéndose culposo y esclavizado por una serie de reglas,
horarios y condicionamientos que no lo dejan sonar ni brillar. Los ríos de ojos
sombríos deambulando por las peatonales modernas nos parecen algo muy
común hoy. Pero si llegara un habitante del planeta Gailedúm a estas calles, se

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daría cuenta de que estamos todos locos aquí. Se daría cuenta de que tenemos
a nuestro sol secuestrado. No pretendo hacer de esto un mensaje que cause
sentimientos de culpabilidad. Tengo la intención de hacernos conscientes de
que podemos volver a crear una belleza sin límites desde nuestro corazón.
Podemos hacer música infinita respetando el fluir de nuestro milagroso tiempo
interno. ¡Podemos volver a ser totalmente PLENOS!!! Siempre que nos
quejamos que algo falta en nuestra vida no nos damos cuenta de que somos
nosotros los que faltamos. Es nuestra melodía la que no suena cuando algo
parece estar mal. El mundo funciona como un efecto en cadena. Si el sonido de
nuestra trompeta se despierta vigorosa, todas las trompetas a nuestro
alrededor comenzarán a sonar armónicamente con nosotros. Es cuestión de
determinación y constancia. Usamos la loca y errada idea de que no hacemos
sonar nuestra trompeta porque las de nuestros vecinos tampoco suenan.
Todos nos escudamos en esta idea. Pero el Universo funciona en círculos
concéntricos que salen desde nosotros. Si yo emito sólo ruido desde mi alma,
mi realidad cotidiana será ruidosa. Si en cambio redescubro la realidad musical
del Universo y me dejo llevar por el sonido y la vibración, todo comenzará a
colorearse en mi derredor con mi música. No se trata de hacer un trompetazo
al aire de vez en cuando y conformarme con esto. Se trata de entrar en un
continuo de energía, de dejarse tomar por la marcha de los tambores en una
onda mágica llena de fuerza y belleza. Para dejarse tomar por ésta, se requiere
determinación y constancia como dije hace un instante, ya que contínuamente
mi sonido se apagará por ataques de culpa y de miedo. Esto es inevitable en los
comienzos. Pero si retomo cada vez que me sucede, si continúo practicando mi
melodía una y otra vez, lograré una transformación tal en mi conciencia, en la
que nada podrá apagar mi sonido. Entrando en esta experiencia
descubriremos que éste es nuestro estado natural de ser. ¡ENERGÍA!!!
¡VIBRACIÓN!!! ¡LUZ!!! Los supuestos “ataques” hacia nuestra sonoridad que

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vemos en nuestro entorno, no son más que nuevo combustible que nos da la
fuerza y el vigor para lograr un sonido cristalino y totalmente despierto.

Necesitamos dejar que suceda toda una real metamorfosis interna para
abrirnos a este magnífico e inigualable estado de ser. Desde este estado, todos
produciríamos frutos verdaderos y vivos. Simplemente dejándonos llevar por
el transcurrir natural, estando conscientes y entregados a lo que sucede,
permitimos que un invisible y sabio director de orquesta nos inspire y nos guíe.
En la interpretación y en la creación musical se puede percibir claramente este
proceso de dejar ser. Cuando una melodía la dejamos fluir puede resultar
hermosa, poderosa, sutil, transparente, o lo que tenga que ser. Nunca va a ser
igual. Nunca vamos a interpretar una canción de la misma forma. Es
¡imposible!!!. Es como querer que dos días sean iguales. En las improvisaciones
musicales los momentos más geniales surgen en esta entrega, cuando
estamos despreocupados del tiempo y de las exigencias, cuando no nos
importa la mirada de los demás ni la de nuestros propios juicios internos,
cuando nos entregamos a jugar con cada situación, inclusive con las
“equivocaciones”. Siempre hay “errores” desde nuestra mirada limitada. Pero
dentro del contexto de juego y expansión ellos son parte de la armonía y de la
diversión. Para que nuestra vida sea una música de presente continuo es
importante observar los mecanismos de nuestra mente. Esto es algo que
muchas tradiciones místicas nos recuerdan constantemente. Para dejar fluir lo
que en este preciso instante está sucediendo hay que soltar el fantasma del
pasado continuamente. Nuestros pensamientos siempre están tratando de
hacernos vivir en lo que el pasado nos hizo, o no nos dió, o nos hace
preocuparnos de que lo mismo no pueda suceder en el futuro. Esto es algo de
lo cual mucha gente es consciente. No hay mucho de nuevo en lo que digo.
Pero aunque lo sabemos la experiencia de estar viviendo en la música del

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presente no es nada común hoy. Basta con ver las caras de la gente o nuestras
propias caras en ciertos momentos clave para darnos cuenta. No es lo más
cotidiano ver personas sonriendo o cantando de amor por la calle

Cuando nos dejamos llevar por las ondas de vibración de la música


tenemos la posibilidad de irnos del tiempo, de soltar por un instante la
limitación de nuestros pensamientos y de nuestras constantes
preocupaciones. La música puede llegar a generar una ola de emoción y
energía tal, que los pensamientos quedan como hormigas vistas desde arriba.
La música, sobre todo si está sintonizada con lo que necesita nuestro estado
interno, logra traernos al presente. A veces lo que necesitamos es una música
relajante y armónica. A veces necesitamos algo que nos saque del letargo
interno y nos haga celebrar. Quizás estamos con una profunda tristeza, y en el
momento que escuchamos una canción melancólica logramos conectarnos y
dejar fluir nuestras lágrimas. Hay gente “espiritual” que critica a ciertos tipos
de música como el rock y el pop. Yo no suelo escucharlos tan a menudo, pero
hay determinados momentos en que estos estilos me conectan con una gran
fuerza interna. Otras veces necesito volar con una sinfonía o fundirme en el
éxtasis del canto de un mantra. Hay momentos en que la mejor música es el
silencio. Cuando entramos en estados meditativos de una frecuencia
energética muy alta no hay música grabada que nos pueda acompañar, y éstas
muchas veces se convierten en una molestia. Lo bueno siempre es respetar
internamente lo que estamos sintiendo y fluir con el río de nuestro corazón. La
música debería ser como un puente. Nos subimos a ella en un estado interno, y
nos bajamos de ella en otro estado más elevado. Lo importante es que primero
se sintonice con nuestro sentir actual y que luego nos vaya haciendo vibrar y
vibrar en una frecuencia más alta. De esta forma ella nos ayuda a hacer fluir
nuestra energía interna para no ahogarnos en las aguas estancadas de

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nuestros conceptos. La música está dirigida en gran parte a nuestra emoción,
pero es importante estar atentos a que su verdadera función es llevarnos a la
conciencia de un estado que está más allá de ella. Un Reino de infinita energía
sin formas. En los talleres de experiencias musicales que organizo recomiendo
a los participantes a hacer cualquier sonido sólo desde el impulso real. Desde la
precisa emoción que están teniendo, sea la que sea. Si empezamos a hacer
sonidos con la voz desde un malestar que tenemos en cualquier lugar del
cuerpo, podemos llegar a aliviar y hasta curar este malestar, dependiendo de la
profundidad que tenga éste. Hacer música desde una emoción real produce la
apertura de continuas puertas en nosotros. Una emoción vivida al 100%
desaparece y se convierte en bienestar o dicha. Ninguna emoción perdura si la
vivimos completamente. Recuerdo que en los años en que estuve sanando mis
traumas más dolorosos, lloraba todos los días. Luego no se cuándo ni cómo,
las lágrimas se acabaron. Las tristezas se van si se experimentan. La rabia se va
si se experimenta. Ni nuestra mente, ni la sociedad nos permiten vivir nuestras
emociones completamente. Las emociones suelen ser juzgadas, sobre todo las
que más miedo nos producen. ¿Y qué tiene que ver esto con el tiempo?
¡Todo!!! Nuestra percepción de éste está totalmente distorsionada por la
cantidad de emociones que tenemos reprimidas y por las creencias que estas
emociones esconden. El vicio mental de no poder vivir en el presente y el de
estar pensando y pensando en el pasado o en el futuro está alimentado por
estas emociones reprimidas. Cuando estás emociones comienzan a
desinflarse, nuestra percepción de estar viviendo entregados al presente
aumenta. La mente limitada, o el ego, es una máquina inconsciente que sólo
busca sobrevivir, nunca perder protagonismo. Para esta mente el estado de
paz es la muerte, aunque sea por un solo instante. Por eso busca
continuamente el conflicto en todo. Por eso constantemente debe tener algún
problema por resolver, o alguna cima alta por escalar. Según los parámetros de

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esta mente, vivir las emociones, es sinónimo de empezar a desaparecer, por
eso inventa cualquier situación al momento de entregarnos a vivirlas. Esto es
tan automático y estamos tan acostumbrados a hacerlo que no lo percibimos.
Los niños no han desarrollado mayormente este ego, por eso están casi todo el
tiempo contentos. No tienen aún grandes emociones reprimidas ni han
programado todavía sus mentes para evitarlas. No tienen incorporado aún el
gran reloj social de la mente colectiva. Ellos son ejemplos vivos de lo que es
vivir en el aquí y el ahora, presentes en lo que sucede. En esto son nuestros
maestros, y ese es el lugar que debemos darles en nuestro corazón si es que
realmente deseamos volver al estado de inocencia original. Tener niños cerca,
o estar en contacto con ellos es de lo más enriquecedor, ya que casi siempre
están mostrando lo que es real y cómo funciona una mente sana.

La música es de gran utilidad para entregarnos a experimentar las


emociones. Es una herramienta increíble. Soy conciente también de que aún
no podemos aprovechar sus mayores beneficios porque no hay demasiada
gente que la utilice concientemente como un instrumento de sanación, y no
hablo de músico terapeutas, sino de gente con el corazón y la mente
despiertas, independientemente de la formación que tenga. Igualmente,
podemos ver los efectos benéficos de ésta aún en el estado de conciencia en el
que estamos. El sólo hecho de canturrear una canción nos cambia el ánimo y
nos lleva a experimentar y disfrutar más el presente.

Aquí te dejo un regalo, que junto a mi amada y compañera Diana,


escribimos en una oportunidad especial. Te invitamos a entrar a este
momento. Te invitamos a subirte a este “aquí y ahora” para desaparecer juntos
de las agujas del reloj.

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Aquí y ahora

El despertar es entrar plenamente en el ahora.


No hay ningún estado que esperar.
No hay ninguna experiencia en el futuro.

El regalo más grande del universo está aquí y ahora


envuelto en una forma que es perfecta para este momento.

Si estás en la actitud de esperar que algo suceda en el tiempo


te vas a perder el único regalo que tienes ahora.

Sólo anímate a ir más allá de lo que parece sucederte.

Si es alegría, si es tristeza, si es enojo, si es apatía…no importa,


ellas son simplemente formas pasajeras,
vivirlas sin resistencia es el puente a tu despertar ahora.
No hay futuro…no hay pasado
En este instante eres todo lo que existe.

Si no puedes entregarte a vivir este instante plenamente


la Gracia está a tu alcance para que te muestre y disuelva el obstáculo.

No está en tus manos poder disolver tus resistencias


para vivir tu aquí y ahora.

¡Si está en tus manos el quererlo!!!!


Si está en tus manos animarse a ver el obstáculo.

Toda experiencia vivida plenamente es tu despertar.

En cada instante de conciencia despiertas y floreces.

Nunca acabará tu auto descubrimiento.

Cada instante es una oportunidad para identificarte más


y más con el océano y dejar que la ola se disuelva en él.

A caso una ola se preocupa por su destino


o simplemente se entrega al movimiento natural del océano
que la cuida y contiene.

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6- Música infinita

En el Reino de GAILEDÚM no existe la muerte,


ni siquiera como un concepto. En este Reino todos tienen la
conciencia de ser eternos e infinitos y saben que nada empieza ni
termina. Todo siempre está transformándose…y expandiéndose…y
embelleciéndose.

Lo que nosotros llamamos muerte es una idea grabada profundamente


en nuestra mente que ha venido cargándose y engrandeciéndose con el avance
de esta civilización condicionante. La muerte es un límite que no existe, porque
ningún límite existe. Es una percepción errónea producto de vivir desde
nuestra mente racional. Desde ésta, vemos límites en todo porque la función
de la razón es delimitar. Culturalmente dividimos el tiempo en días. Pero ¿cuál
es el límite entre un día y el otro? No hay un momento en que podamos decir, -
acá empieza el nuevo día y acá termina el que pasó-. Ni siquiera la salida o la
puesta del sol. Todo es un devenir sin separaciones. Si miramos nuestro
planeta desde el aire, quién puede decir dónde empieza y dónde termina un

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país. ¿En una montaña? ¿En un río? Si nada está separado. Donde está la
margen de un río, empieza el río mismo y donde está la otra margen empieza
otra tierra. No hay divisiones reales. Es más, hoy podemos ver en modernos
microscopios electrónicos que los electrones de un cuerpo o de una cosa son
los mismos que los de otro cuerpo u otra cosa. Éstos pasan de uno a otro
libremente, es decir que ni siquiera hay separación entre nuestros cuerpos o
entre las cosas, porque todo comparte los mismos electrones. Igualmente,
entonces ¿quién puede decir que hay una separación entre esta vida y la que
continua después de dejar el cuerpo? Los límites, son ideas y conceptos que se
fueron formando en nuestra mente por experiencias de miedo.

Cuando algo nos produce miedo y lo rechazamos se forma un límite, una


separación, ponemos una barrera interna de protección que declara “esto no”.
Cuando enfrentamos un miedo sanamos y desvanecemos todo lo que este
límite nos produjo, entonces lo que se había convertido en un “no” vuelve a ser
“si”. Luego de enfrentar miedos comenzamos a ver a los temibles fantasmas
como añejas sábanas blancas movidas por la memoria de personajes del
pasado. Comienza la compresión interna de saber que no son reales y de que
no tienen sustento. Si le tememos a la oscuridad, por ejemplo, habrá muchos
límites para nosotros cuando el sol se oculte. Si la enfrentamos y perdemos
este miedo, lo que hacemos es volver a unificar lo que nunca tuvo una real
división. El día y la noche serán un continuo nuevamente, y ya no habrá
resistencia a que el sol se oculte. ¿Por qué le tememos tanto a la muerte?
¿Porque pensamos que nos vamos a un lugar terrible en donde nos van a
castigar tal vez? ¿Porque pensamos que vamos a dejar de existir o de ser?
¿Porque pensamos que vamos a perder todo lo que tenemos y creemos ser?
Hay tantas ideas descabelladas que nos enseñaron sobre la muerte, y que
¡nosotros aceptamos como ciertas!!! Yo no puedo transmitir mi experiencia de

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certeza de que ninguna de estas ideas es cierta, pero también puedo ponerme
estrictamente racional y contarte que no conozco a nadie que haya muerto y
confirmado alguna de estas locas ideas. Puedo decirte que durante milenios
usamos la idea de la muerte como una forma de manipulación y control. Yo
tuve experiencias que me liberaron de la carga de estas ideas. Toda mi vida me
sorprendí de los relatos de personas que tienen experiencias llenas de luz en
estado de coma o muerte clínica. Toda mi vida me llamaron la atención los
relatos de personas a las que se les murió un ser querido y que tuvieron
contacto con ellos en sueños o en determinadas situaciones especiales.
Un día me tocó vivir mi propia experiencia, tan liberadora ésta, que
cambiaría mi percepción sobre la muerte para siempre; la muerte de mi papá.
Esta ocurrió hace unos años. Siempre quise muchísimo a mi papá y siempre él
me quiso mucho a mí, pero las experiencias entre padres e hijos suelen ser muy
limitadas y conflictivas en este mundo. Sufrí como la mayoría de los hijos
sufren por esto. Mi corazón estaba lleno de enojo y dolor encubiertos por no
poder tener un contacto pleno con él, por no sentirme comprendido, por no
sentir su aceptación, por no sentir su valoración por lo que yo soy. Ya no lo
culpo por esto, pero lo hice durante casi toda mi vida. No conozco muchos
padres que tengan una relación auténtica y de total aceptación con sus hijos,
porque tampoco conozco mucha gente que se acepte realmente a sí misma. A
pesar de que con mi papá nos queríamos mucho, yo no pude conocer ni sentir
quién realmente él era en ese entonces. Un año antes de que le diagnosticaran
cáncer de pulmón yo había empezado a tener experiencias de mi Ser, de mi
divinidad y de un amor interno que no depende de ninguna situación externa,
que son son varias formas de llamar a lo mismo. Sé que hay personas que no
aceptan el concepto de dios y por eso no quiero usarlo. Realmente, no me
interesa este concepto, lo que aquí quiero es facilitarte una experiencia de algo
más allá de tu propia identidad como ser humano. Por eso voy a hablar de mi

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experiencia de Ser, de una conexión tan hermosa que en ella se siente éxtasis
de estar vivo sin necesitad de usar ningún estimulante externo o droga. Yo
había comenzado a voluntad un profundo proceso de despertar de conciencia
con una energía llamada “DIKSHA” que me hizo consciente de mi propia
oscuridad por decirlo de alguna forma. Empecé a darme cuenta de las
limitaciones, de las resistencias y de las defensas que construí desde mi niñez.
Al hacerlas conscientes éstas comenzaron a deshacerse. Muchas de las
limitaciones que yo tenía eran las mismas que las de mi papá, por eso no podía
aceptarlo a él, porque tampoco podía aceptarme a mí mismo. Cuando empecé
a ver, a aceptar y soltar estas limitaciones pude acompañar a mi papá en su
enfermedad desde el corazón. Comencé a vivir el dolor de la “muerte” muchos
días antes de que sucediera. Pero en ese entonces, yo no lo sentía como el
dolor de su muerte; era el de nuestra muerte, no había separación en este
dolor. Yo tenía la comprensión plena de que éste proceso estaba
desencadenando una sanación emocional en él y en toda nuestra familia.
Fueron días mágicos estos. Para mí fue todo lo contrario de lo que suele
llamarse una enfermedad. Mi querido papá comenzó a aflojar las defensas de
su corazón debido a este proceso. Comencé a tener conversaciones auténticas
y conmovedoras como nunca antes las había tenido con él. Con el tiempo
descubrí que a muchas personas les pasa exactamente lo mismo en estas
situaciones límite. El confesó desde lo más profundo de su alma que no supo
cómo amarme. Que no supo entenderme. Que no supo cómo llegar a mí. Es la
misma experiencia de frustración que sienten la mayoría de los padres. Mis
defensas se derritieron en ese momento. Mi alma empezó a estar en sintonía
con la de él en ese instante fuera del tiempo. Nos dijimos cosas y nos
escuchamos cosas que nunca habían salido de adentro. Nos abrazamos y nos
perdonamos de verdad. Aunque de una manera dolorosa, durante esos días
sentí que volvía a tener un papá tierno y hermoso, y esta sensación aún está

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conmigo. El estaba tan derrotado en su interior que comenzó a darse cuenta
de todo lo que no le había permitido ser feliz. Fue uno de los regalos más
grandes que tuve en mi vida. Sin esta “enfermedad” y sin la Gracia que nos
acompañó en ella, él no hubiera podido aflojar y ablandar su corazón de esta
manera. Las experiencias de su existencia le habían endurecido mucho esa
alma tan sensible. El había basado su seguridad y su sistema de valores en la
razón y en la intelectualidad. Fue tan devastadoramente sanadora esta
enfermedad, que un día dejó de poder formular oraciones y su memoria se le
empezó a mezclar. Su pensamiento se le quebró, y ahí sucedió el milagro del
despertar de su corazón. Desde la emoción que se le desbordaba de esos ojos
conmovidos, pudo decir más que lo que dijo en todas las conversaciones de
sobremesa que tuvimos en toda nuestra vida. Lo mejor de esto, es que mi
corazón estaba despierto para poder estar presente y ser testigo de este
milagro. Cuando llegó su “muerte” yo ya no sentía dolor dentro mío.
Inesperadamente estaba entregado y en paz. Al otro día de fallecer yo tenía
una función de teatro que musicalizaba en un colegio, y sentí que honraba su
vida y la mía al hacer la función a pesar de todo. Su presencia me acompañó
durante toda esa mañana. Cuando volvía en tren a mi casa de ese entonces
tuve una experiencia que me llenó de energía. Su esencia se hizo carne en mí.
Comencé a sentir su ser; su ternura, su fortaleza, su generosidad, su libertad,
su locura. Todo lo que él aún hoy es y que no pudo demostrar en su cuerpo
plenamente debido a sus limitaciones se hizo presente en mi cuerpo.
Experimenté que somos lo mismo. Yo estaba lleno de gratitud y fortaleza en
un simple viaje de tren. Cuando llegué a mi casa había un velorio allí. Muchos
lloraban y me daban sus condolencias sin percatarse que yo estaba radiante y
de que no creía más en los velorios. En sus caras y gestos yo podía ver lo irreal
de la muerte. Ellos estaban tristes por ellos mismos, porque mi papá estaba
abrazándonos a todos. Vi claramente lo ridículo que es el culto a la muerte en

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nuestra sociedad. Escuché a un cura bien intencionado decir palabras vacías
sobre la muerte y la vida después de ésta. ¡La vida es ahora quería gritarle! ¡La
única muerte es no estar despiertos ahora!!! La errónea interpretación de las
escrituras sagradas es un claro ejemplo de los conceptos muertos que nos
condicionan. Yo estaba experimentando plenamente a mi papá en mi corazón
y en todo mi cuerpo, mientras que la falsa interpretación de esas palabras
decía que veremos a nuestros seres queridos después de que todos hayamos
muerto. ¡Qué RIDÍCULO! Mi papá está vivo en mí y en montones de personas
que lo llevan dentro, y esto no es una metáfora. Yo soy mi papá hoy. Soy uno
con él. Nos llena de regalos a mí y a toda mi familia constantemente y siento
su presencia como una caricia en el alma. Siento una profunda gratitud hacia
él. Esta experiencia cambió mi percepción sobre la muerte y sobre la vida de
forma permanente. Todo lo que él no pudo darme estando con su cuerpo me
lo está dando ahora, inclusive abundancia material. ¿Cómo puedo demostrar
que es mi papá el que me da todas estas experiencias y regalos? No hay forma,
simplemente lo sé, así como un bebé sabe de las caricias de su papás.

Culturalmente, tanto las religiones como los gobiernos, usaron la idea de


la muerte para manipular y controlar a la gente, inventando imágenes de
infiernos que no existen, o elucubraciones de que la vida es un corto lapso de
sólo 50 ó 60 años. Esa era con suerte la expectativa de vida del cuerpo de hace
sólo unos decenios atrás. ¿Y quién dijo que la vida la marca el cuerpo? Estamos
tan identificados con él y con todo lo que éste representa, que en lo profundo
creemos que si dejamos de tenerlo dejaremos de existir. Si nos ponemos a ver
estas creencias con conciencia nos daremos cuenta de que no tienen ningún
sustento real. Veamos por ejemplo un cadáver. Es un cuerpo ¿no? ¿Por qué
habríamos de creer que eso es la vida? En un momento ese montón de carne
se mueve y habla y al rato está irremediablemente inmóvil. Este simple hecho

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nos está mostrando que la vida pasa por algo invisible a nuestros ojos e
incorpóreo. Todos los místicos y esclarecidos seres humanos que pasaron por
esta existencia han dicho algo similar, en distintas palabras, y es que hay sólo
una forma posible de vivir sin límites, en plenitud y sin miedo, y es soltando
nuestra identificación con el cuerpo. Podemos decir que ésta es una muerte
consciente, o en otras palabras, el despertar de un sueño. Lo que hacemos los
seres humanos es todo lo contrario; usamos la muerte como una idea de
escape, la usamos como la idea “salvadora” de que algo en el futuro va a
acabar con nuestro sufrimiento, y en donde por fin podremos “descansar”. A la
vez tenemos un oculto pánico de que esto realmente nos suceda por todas las
ideas de miedo a la perdida de lo que somos, o más bien, de lo que creemos
ser. ¡Estamos en un estado de locura total sin saberlo!!! Estamos en una
constante espera y dependencia de un estado de felicidad en el futuro, y a la
vez tenemos terror de este momento. Esta es la base de la condición humana;
la muerte, nuestra gran liberadora, y a la vez la terrorífica esclavizante. Es la
gran ilusión de las ilusiones. La única salida hacia la libertad sucede en este
presente, en este y sólo en este. La muerte consciente es la actitud de estar
totalmente dispuesto a morir ahora, que es el único tiempo real que tenemos.
No estoy hablando del suicidio ni de la búsqueda de situaciones cercanas a la
muerte del cuerpo, sino a la muerte a la identidad de lo que comúnmente
llamamos ego. Es la renuncia de la identificación con nuestras personalidades y
con todo lo que erróneamente creemos ser. No hay que hacer esfuerzo para
esta renuncia. Para que suceda sólo hay que querer que suceda, y lo más
importante para conectarse con este deseo es ser terriblemente honestos con
nosotros mismos. Reconocer que no queremos renunciar a nuestra identidad,
es nuestro primer gran paso de honestidad. Si sé que no estoy dispuesto a
soltarme a mi mismo, que es lo más natural, puedo pedir ayuda al Universo
para lograr esta disposición. Para la mayoría de los seres humanos es un

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proceso llegar a vivir desde esta actitud. En mi experiencia, esta disposición de
soltarme a “mi mismo” sucede cuando llego al límite del hartazgo de “mi
mismo”. Cuando me doy cuenta de que por “mi mismo” siempre llego a un
callejón sin salida, caigo en el descubrimiento de que la única salida es
SOLTARME. Lo que se suelta no es lo que yo realmente soy, sino las etiquetas
de nuestros roles, posturas, hábitos, las identidades tales como hombre,
mujer, gay, músico, abogada, dentista, cristiano, musulmán, ateo, buscador,
hijo, madre, buena persona, tonto, asesina, sabio, virgen, prostituta, etc.,etc.,
etc.,etc. Todas estas identidades son la ropa que usamos para vestirnos y
hacer nuestro papel en este gran teatro que llamamos vida. Los seres humanos
nos ponemos los ropajes de carne y hueso para cumplir una función y un
propósito en esta tierra. Cuando éstos están cumplidos nos podemos sacar la
ropa libremente, pero lo más loco que nos sucede a los hombres y mujeres de
este planeta es que nos ponemos la ropa para cumplir nuestra función, y no
sólo no la cumplimos, sino que nos identificamos con esta ropa y creemos ser
ella. Luego defendemos esta posición rígida a rajatabla mientras vamos
experimentando el desgaste de los tejidos y de las telas, sintiéndonos víctimas
del oculto pánico que esto conlleva. Es una condición de demencia vivir así. La
liberación de este estado de locura es DESPERTAR, volver a la conciencia de
que somos ilimitados. Despertar es darse cuenta en lo más profundo de las
entrañas de que nunca podemos dejar de Ser. Cuando despertamos a esta
conciencia ya no hay fronteras. Podemos usar ideas, formas, conceptos e
identidades temporales como camisas y pantalones que nos ponemos y
sacamos. Pero nada se muere cuando las soltamos. Todo lo contrario,
despojarse de falsas identidades es como salir corriendo desnudo por el pasto
fresco en un pleno día de sol…despreocupados, frescos, vitales, LIBRES.

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Lo que llamamos ego no es otra cosa que todas nuestras identidades
programadas por la educación, por las experiencias que tuvimos, por nuestros
roles, por nuestros ancestros, por el inconsciente colectivo…es tal cual un
programa de computación, una entidad sin vida propia. No nos damos cuenta
de esta situación justamente por nuestra identificación con estas identidades.
El programa más astuto de este robot humano llamado ego, tiene la orden de
que nunca lleguemos a descubrir nuestra verdadera identidad. El primer error
que cometemos al comenzar a descubrir nuestra programación, es creer que
somos víctimas de alguna persona, entidad o institución que nos programó así.
Si seguimos avanzando en este juego de desenmascarar a la cebolla, veremos
que nosotros aceptamos ser programados. Podríamos haber optado por negar
este programa, pero nos dio miedo y no lo hicimos. Si seguimos y seguimos
sacando cáscaras, veremos que nosotros somos también el programador, ya
que no hay separación real entre las personas. Si seguimos aún más,
llegaremos a la libertad de saber que conscientemente dejamos que nos
programen para cumplir nuestra función de liberadores. No vinimos a esta
realidad a quedar atrapados, sino a descubrir cuál es el camino de salida para
poder liberar a otros. Yo no podría ayudar a liberarse a nadie de su sensación
de abandono, si no experimento por mi mismo el abandono para luego volver
a salir de él. Así puedo mostrarles a los que se sienten abandonados el camino
de salida. De la manera contraria, no podría mostrar ningún camino de
retorno, si es que aún me siento abandonado y me pongo a filosofar y
especular intelectualmente sobre el abandono. La única forma de salir y de
ayudar a salir ¡es saliendo!!! Los seres humanos perdemos mucho tiempo, y
nos regodeamos en la sensación de sentirnos limitados y atrapados. Nos
olvidamos completamente de que vinimos a liberarnos y a traer libertad. Pero
eso no importa ahora, ya que un gran despertar está sucediendo hoy en el
mundo. ¡Estamos volviendo a recordar!!!

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La única manera de soltar la identificación con el ego es tener pasión por
esta liberación. La idea de llegar a esta instancia de verdad interna, que en
algunas tradiciones es llamada como muerte del ego, es algo que siempre
resonó en mí y que busqué de alguna forma u otra. Cada libro o maestro que
hablaba del tema con autenticidad me resultaba cautivante, pero no pude
comprender lo que en realidad significaba, sino hasta experimentarlo. Voy a
usar una analogía comparando nuestros egos o personalidades con países para
que podamos tener una visión inspiradora. Si yo veo la imagen del planeta
Tierra visto desde un satélite, como se puede ver hoy en Internet, voy a ver
montones de colores. Voy a ver la masa de tierra y todos los vastos océanos
entremezclados con los distintos matices de las nubes, pero no voy a ver
ninguna división. Si yo veo un mapamundi, voy a ver el dibujo de los mismos
contornos de tierra y agua, con el agregado adulterado de unas líneas
divisorias que separan supuestamente unos países de otros. Estas líneas son
como pieles de “egos países”. Ilusiones producto de una cultura de miedo y
separación. Si yo nací en Argentina y me creo todo lo que me enseñan en el
colegio, como que hay un límite real en la Cordillera de los Andes que nos
separa de Chile. Si yo me creo toda la historia contada desde la perspectiva
parcial con que se suele contar, voy a estar toda mi vida condicionado a creer
que somos mejores que los chilenos, mejores que los brasileños, o los
estadounidenses, o los ingleses y mejores que todo el mundo. Quizás sea lo
contrario, quizás me crea que somos los peores, y es lo mismo. La
comparación no es real en absoluto, ni para arriba ni para abajo. La rivalidad es
asunto de nuestros egos. No nos permite experimentar ni valorar lo que somos
ni lo que otros son, porque siempre nos estamos midiendo. Esta es la causa de
todos los conflictos y guerras. Si yo soy argentino y viajo a Chile creyendo todo
lo que me dijeron, aumentado por todas las rivalidades históricas entre los dos

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países, voy a vivir limitado dentro de mi ego argentino. Voy a estar en Chile sin
poder conocer ni experimentar plenamente al país real, a la gente real, y sin
poder entregarme a las maravillas que hay en ese territorio. Estaré siguiendo
un edulcorado derrotero turístico, sacando fotos, y conectándome con todo
desde un estado superficial. Internamente estaré siempre comparando,
pensando que ellos son peores o mejores, que ellos tienen que estar de un lado
y nosotros del otro. Así es como vivimos aislados unos de otros, exigiéndonos
pasaportes y controles. Si vivo desde mi ego país, desde mi identificación
como argentino, va a seguir habiendo una gran separación entre estos dos
países creyéndome que es verdadera. Si en cambio conscientemente dejo que
mis identidades como argentino vayan cayendo. Si descubro quien soy en mi
tierra y me enamoro de esto. Si me hago consciente profundamente de que los
límites entre Argentina y Chile no son reales. Sólo así, podré conocer y
reconocerme en cualquier tierra donde este. Podré experimentar y degustar
cualquier lugar, cualquier persona, cualquier maravilla, porque sabré que me
descubro a mi mismo en cada una de ellas. Y si veo cosas y situaciones
desagradables, también me veré y me encontraré a mí mismo. Si sé quién soy,
sólo puedo reflejar mi propia alma y redescubrirme en cualquier parte del
mundo. Todo este proceso de desenmascarado de falsas identidades y de
descubrimiento es una muerte consciente. Yendo a un plano más concreto y
cotidiano podemos ver que lo mismo sucede con nuestras relaciones
personales. Si me doy cuenta de que todas las diferencias que me podrían
separar de mi pareja son producto de distintas costumbres y educación, si me
enamoro profundamente de quien soy y me abro, podré enamorarme
realmente de ella y compartir la misma experiencia de amor incondicional.
Esto es morir conscientemente, dejar de identificarme con las ideas de mi
educación y del pasado. Si yo me enquisto en que mis formas e ideas son
mejores o peores que las de ella estoy creando límites y separaciones. Si me

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identifico con todos mis pensamientos y voces internas voy a vivir discutiendo,
creyendo siempre que tengo razón. Si me mantengo identificado con mi
profesión de músico, mi educación católica de tendencias políticas de derecha,
y mis costumbres bohemias por poner algunos ejemplos, voy a chocar todo el
tiempo con su profesión de médica, con su educación atea de tendencias
políticas de izquierda y sus costumbres más organizadas. Estas son algunas de
las personalidades que podrían hacer que mi novia y yo vivamos en un estado
de conflicto y guerra. Hace unos años hubiera sido imposible encontrarnos,
reconocernos y enamorarnos, ya que estábamos más cerrados en nuestras
identidades. Pero como los dos ahora sólo queremos vivir desde el corazón,
aprovechamos estas supuestas diferencias para soltar nuestra identidad con
estas personalidades. Cada vez que esto sucede nuestro corazón explota de
amor y encuentro. Al juntarnos, la vida nos dio la oportunidad de que nos
identifiquemos sólo con lo real. Nos da la oportunidad permanente de que
vivamos y experimentemos nuestras diferencias para llegar al punto de darnos
cuenta de que no hay mejor ni peor en tales diferencias. Y así, podemos
vernos, reconocernos y valorarnos por lo que cada uno es. Podemos sentir que
somos el mismo Ser, la misma energía de amor con distintos colores. Juntos
llegamos día a día a la consciencia de que somos perfectos con todas nuestras
personalidades inclusive. Esta experiencia que se profundiza cada vez más en
mí, me llevó a saber que necesitamos nuestras personalidades para llevar a
cabo el propósito o la misión que cada uno tiene en esta Tierra. Cómo músico
compositor suelo ser olvidadizo, abstracto, introspectivo y volador. Mi novia
Diana como médica suele ser concreta, organizada, expresiva y clara. Cada
uno necesita de sus propias características para cumplir su función y cada día
aprendemos a respetarnos y a valorarnos por esto. Las personalidades son
como instrumentos musicales que la energía del Ser hace vibrar con sus
características y sonoridades propias. Cada una de ellas juega un importante

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papel en el sonido de la orquesta. Si yo me fanatizo en que los violines son
mejores y más verdaderos que las trompetas voy a estar creando un conflicto
innecesario. Si en cambio puedo experimentar la belleza de unos y de los
otros, si puedo valorar y gustar del sonido particular que cada instrumento
tiene, si descubro el propósito de cada diferente sonoridad, voy a poder
fundirme en el mismo sonido de la orquesta. Lo mismo sucede en toda
relación. En nuestras familias, con nuestros compañeros de trabajo, con
amigos y amigas y hasta con los “casuales” encuentros cotidianos el universo
nos muestra espejos en los cuales reconocer nuestra conexión y unidad con las
distintas facetas energéticas, o con los distintos colores. Cualquier situación
que se nos presente en la que vemos un reflejo de separación o de conflicto, es
una oportunidad para “morir” a una identificación que tenemos con un
concepto o idea. Cuando soltamos esta identificación, podemos experimentar
la unidad con esta persona y así logramos descubrir que el color que
rechazábamos en el otro es también parte del arco iris de nuestro corazón. En
cada circunstancia en la que hacemos esto logramos identificándonos con algo
más y más grande. Así nuestra sensación de gozo y dicha es cada vez mayor y
mayor. Siempre que algo está causando separación, el que tiene que soltar es
uno mismo, ya que el otro es sólo un espejo de una idea interna. Cuando las
identificaciones se sueltan, los espejos humanos sólo muestran libertad.
No hay que ponerse a buscar nada afuera nuestro, ni tenemos que
declarar una batalla para que la liberación suceda. No se puede forzar con
alguna acción compulsiva o técnica en particular. No hay ninguna moral que
seguir para llegar a esta conciencia. La liberación o el despertar no es el logro
de algo que no tengamos, sino que es el simple reconocimiento de que ya
somos libres, de que siempre lo fuimos y de que siempre lo seremos. No hay
reglas ni mandamientos. Justamente sucede lo contrario, estamos divididos
por tantas reglas, mandamientos y prácticas espirituales, psicológicas o

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morales, que nos hacen fingir un estado que no es real en nosotros. Todas las
técnicas y formas de despertar que existen nos pueden facilitar las condiciones
para que esto suceda, pero en sí, ellas no harán nada por nosotros, si nosotros
no queremos que el cambio real ocurra. Para dejar de ser gusanos de seda y
convertirnos en mariposas, debemos sentir un apasionado deseo de volar con
colores en nuestras alas. ¡La pasión y la fuerza deben ser reavivadas!!! Hay
música supuestamente espiritual, que pretende generar paz y armonía con
grabaciones de la naturaleza y sonidos bellos. Estas sonoridades pueden ser
bonitas, pero cuando las escucho tengo sensación de chatura y vacío. Los
cambios reales necesitan de la potencia de un huracán y del bramido del viento
para que barran con toda nuestra falsedad. La pasión y la fuerza son el fuego
necesario para que la alquimia de la transformación suceda. El despertar
espiritual no es algo “light” ni suave. Es lo más intenso que podemos
experimentar como seres humanos. Es la aventura más grande que podamos
afrontar. Es un remolino de energía y Gracia que nos saca de nuestra posición
de víctimas sufrientes y nos convierte en luceros en el cielo. Este proceso no
tiene nada que ver con el amor y la armonía de fantasía que venden
determinados mensajes de autoayuda. Tiene que ver con el amor de los soles y
con la armonía de las galaxias. Es la fuerza del Universo entero la energía que
está moviéndonos a despertar. Esta fuerza no es algo que está afuera de
nosotros, en un supuesto dios externo, ni en un maestro “iluminado” o gurú.
Es un poder interno e íntimo. Ya vimos ampliamente que no es a través de los
conceptos que podemos conectar con esta fuerza. La razonabilidad nos puede
servir en un comienzo, pero luego necesitamos establecer una conexión real en
nuestro interior. En general no resulta fácil establecer esta conexión porque
estamos aletargados y adormecidos en la amnesia de quienes somos, sobre
todo las personas adultas. Una gran ayuda que tenemos para comenzar a
descubrir algo más allá de nuestra identidad, es la vivencia de nuestras

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emociones con autenticidad, así como lo hacen los niños. Al vivir las
emociones creamos las condiciones perfectas para que la división interna y la
separación que sentimos con los demás vayan desapareciendo. Las emociones
son energías retenidas. Ellas no son reales en sí, ya que pasan por nuestro cielo
interno como lo hacen las nubes, pero al resistirlas las retenemos dentro
nuestro dándonos la sensación de realidad. Asimismo, cada emoción está
sustentada por una idea que tenemos y a la a vez esta idea está inflada por la
emoción. Es un circuito que se retroalimenta. Si yo experimenté sensación de
abandono de niño con mis padres, lo más seguro es que programe mi mente
con la idea de que me voy a sentir abandonado por los que me aman.
Entonces cada vez que me sienta amado por alguien, como sucede con una
pareja, o a veces un gran amigo, voy a sentir miedo al abandono. Es algo
automático. Luego volveré a generar situaciones en mi entorno para sentirme
abandonado nuevamente. Si yo resisto estas emociones de tristeza y de dolor,
esta idea de abandono quedará dentro de mí ganando fuerza. Luego el
abandono tomará una nueva cara y un nuevo escenario para volver a hacer su
actuación. Esta energía emocional sólo busca expresarse y soltarse, pero si la
resisto, vuelve una y otra vez con distintas formas y distintos nombres. Lo que
primero es solo una idea en mi mente, se convierte en un malestar, y luego en
dolor, en enojo, en miedo, en enfermedad y en muerte. Este es el desenlace de
nuestras falsas ideas y de nuestras emociones no expresadas. Este es el
desenlace de nuestra propia programación. La única alternativa a esta
condición requiere que estemos dispuestos a ver de frente el rostro de estas
ideas y a vivir la energía retenida que ellas esconden. Así comenzamos a
darnos cuenta y a comprobar que el fantasma que nos asustaba era sólo una
vieja sábana habitada por nubes de energía retenida. El fantasma mío se
llamaba abandono, y al comenzar a desinflarse pude descubrir que su
presencia estaba infiltrada en mi conciencia generando cortocircuitos en todas

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mis relaciones. Fue fundamental para mí, el descubrir que yo programé esta
idea de abandono. Lo hice en base a experiencias que tuve, pero las
conclusiones que saqué con esas experiencias las realicé yo mismo. Soy
responsable de crear estas ideas y de generar estas emociones. De niño, podría
no haberle dado valor a lo que pasaba y soltarlo, pero no tuve la decisión, o no
supe cómo hacerlo. Uno de mis grandes descubrimientos, de no hace muchos
años, fue el hacerme consciente de que yo decidí quedar resentido con esta
situación. Muchas veces creemos que de niños somos inconscientes y víctimas
de lo que nos sucede, pero no es así. Siempre estamos haciendo elecciones
entre lo que nos parece mejor, incluso de bebés. Lo que es importante de
observar, es que siempre elegimos entre los que nos parece mejor de acuerdo
a nuestra percepción del momento. La responsabilidad es la habilidad que
tenemos de responder con elecciones, no tiene nada que ver con el falso
sentimiento de culpa. No hay nada más liberador que descubrir nuestras
propias elecciones pasadas, ya que si nos damos cuenta de que ellas nos
trajeron sufrimiento podemos volver a elegir, y así liberarnos y liberar a los
demás. Si en cambio tenemos la idea de que somos víctimas de las elecciones
de los demás, estaremos esclavizados a un constante resentimiento de nuestro
entorno, sin poder cortar la raíz verdadera de nuestros problemas.
Ahora vamos a ver qué hay más allá de esto que llamamos emociones.
Sólo hay una energía disponible y real en el Universo: es lo que llamamos
amor. Hay otra forma de ver esto que digo: sólo hay energía en el Universo, o
el Universo es energía. El amor es una forma de llamar a la energía. Siguiendo
con este hilo, sólo hay una forma de no experimentar energía o amor, y es
resistiéndolo. ¿Qué son entonces las emociones sino amor en resistencia?
¿Qué es el dolor sino amor en resistencia? ¿Qué es un conflicto sino amor en
resistencia? Pero…¿cómo puede ser posible que haya algo como la resistencia
al amor? ¿cómo puede ser posible que esto suceda? Esta es una pregunta que

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nos hacemos todos, y generalmente nos quedamos atascados en ella.
Realmente, yo no se cómo es posible, pero sucede. Los humanos nos pasamos
la vida analizando las causas del dolor y del sufrimiento, clasificamos las
resistencias, tenemos manuales con infinidad de patologías, enfermedades,
disfuncionalidades, pero sólo hay una causa de todo el malestar humano:
¡¡¡resistencia al amor!!! Nos la pasamos preguntándonos cómo puede ser que el
sufrimiento sea posible, buscamos causas, culpables y víctimas, justificamos su
existencia, la adornamos, la detestamos, y lo real es que todo este proceso de
dar vueltas y vueltas es producto de esta misma resistencia. ¡Hay sólo una
forma de terminar con esto y es dejar de resistir!!! ¿Y cómo puede hacer esto
alguien que tiene arraigada la resistencia en sus entrañas y que hasta tiene su
identidad basada en resistir, como es un ser humano común y corriente?
Alguien tan común como yo o vos. Aunque nos cueste reconocerlo y aunque
nos creamos abiertos, la primera reacción de un ser humano estándar ante
todo es resistir. Si no crees que esto sea así echa un vistazo al mundo que nos
rodea. ¡No parece un paraíso!! Es imposible dejar de resistir por sólo fuerza de
voluntad para alguien que aprendió a resistir ya desde la cuna. Cuando
comencé a ser consciente de mis resistencias lo primero que me surgió es
resistirlas, JA JA!!! Lo único que podemos hacer para terminar con este ciclo
que se retroalimenta es despertar, es darnos cuenta de que todas nuestras
personalidades están basadas en la resistencia. No hay que hacer algo para
cortar con esto, porque esto no sería más que resistencia a la resistencia. La
gran liberación es estar dispuestos a hacernos conscientes de que nos
defendemos continuamente… ¡el resto es un MILAGRO!!!! Necesitamos la
ayuda de algo más grande que nosotros mismos para salir de nosotros
mismos. Necesitamos pedirle con todo nuestro corazón a la única y amorosa
energía disponible en el Universo que disuelva nuestro manojo de resistencias.
Me puedo pasar la vida entera en terapias y cursos, pero necesito llegar al

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punto de sentirme totalmente impotente ante mis resistencias para que
realmente suceda algo nuevo y contundente. Necesito llegar a la frustración de
saber que por mis propias fuerzas no puedo solucionar mi propia condición
resistente. Así realmente llegaremos al conocimiento de que hay una fuerza
más grande que la “mía” para hacerlo. No importa en lo más mínimo el
nombre de esta fuerza, si es Dios, si es la Vida, si es el Amor, si es la Fuerza, si
es Gracia, si es Buda, Jesús, la Virgen, Brahma o Mahoma. Lo importante es
llegar a tener un contacto con esta energía, lo importante ¡es experimentarla!!!
¡degustarla!!! ¡enamorarse de ella!!! Esta energía no es nada ajena a nosotros,
ni está afuera, ¡ella es nuestra verdadera fuerza!!! Esto es realmente un volver a
la energía, o un volver al amor.
¡Y cuán lejos fuimos! Comenzamos hablando de las emociones y
llegamos al reconocimiento de la Fuerza de la Vida. Yesto es lo que pretendo
mostrarte. Que detrás de cada emoción está la vida. Que la energía que
impulsa al dolor, al enojo, al miedo es el mismo amor. No estoy diciendo que la
voluntad de este amor sea que suframos, estoy diciendo que nosotros usamos
esta misma energía para sufrir. Que la misma energía de la dicha la estamos
convirtiendo en sufrimiento al detenerla. En la experiencia de cada una de
nuestras emociones tenemos disponible un manantial de fuerza y de vitalidad.
Puedes hacer un sencillo experimento. En el instante en que alguna situación
te dispare una emoción, ponte en actitud de observación y de ser testigo y
verás cómo tendrás cantidad de motivos internos por los cuales no
experimentarla completamente. Resistimos nuestras emociones, sobre todo si
son emociones que nos cuestan. Sólo date cuenta y deja que el milagro suceda
por sí mismo. Hay personas que tenemos tendencia a la emotividad y tenemos
más contacto emocional. A otras les cuesta más conectar con ellas, inclusive
les cuesta distinguirlas. Pero seamos emotivos o no, todos tenemos dolor en
nuestro corazón, todos tenemos enojo y miedo en nuestras entrañas. Al

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quitarle la etiqueta o el juicio que tenemos con estas energías, recuperamos
toda la fuerza que ellas traen detrás. La emoción es sólo la punta de lanza de
todo un rayo que quiere entrar en nuestra vida. Este es el rayo de nuestra
pasión. En el instante en que soltamos estas resistencias ellas se convierten en
pasión por la vida. Las personas que dicen no tener pasión simplemente están
resistiendo algo. ¡Todos somos apasionados!!! La pasión es la energía del
amor expresada en este mundo. Recuerda, sólo hay una energía. Lo que
llamamos como luz, amor, pasión…es la misma fuerza vista desde distintas
perspectivas y con distintos matices. La pasión es la misma luz o el mismo
amor corporizado.

Hijo de las estrellas. Entrégate a los brazos de este instante para que la
fuerza oculta en tu interior te rescate de la ilusión que tu mismo tejiste delante
de tus ojos. Entrégate a la música del alma y vuelve a sonar en unidad con la
fuerza y la belleza del cosmos entero.

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La disposición a dejarnos morir, o a renunciar, en cada situación en que
nos sentimos desbordados e impotentes, paradójicamente nos lleva a estar
cada vez más vivos. Para esto la vida nos junta una y otra vez con el mismo tipo
de personas y situaciones. Para poder reconocer y aceptar los límites que hay
en nosotros y desvanecernos en una experiencia de unidad. Este fue el regalo
que me dejó la partida de mi papá como forma física. Se desvanecieron
nuestras fronteras y nos convertimos en uno. Es el mismo regalo que me da mi
novia Diana en cada instante que trascendemos un conflicto. Es el mismo
regalo que nos puede dejar cualquier persona o situación en el presente, si
soltamos las ideas que éstas representan y nos derretimos en conexión y
unidad. A cada uno de nosotros siempre nos toca de una manera diferente,
según nuestra condición y nuestras necesidades internas. Las personas que
tenemos a nuestro lado cotidianamente, son nuestros perfectos espejos de
rendición y despertar. Esto no es algo que la mayoría de nosotros queramos

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hacer. Las identidades que construimos de nosotros mismos nos dan una
sensación de pseudo seguridad. Nos hacen sentir diferentes de otros, mejores
y peores. Nos dan una falsa sensación de poder. Una persona que se ha creado
una identidad de ser débil o pobre, siente su poder en el hecho de ser diferente
de los fuertes o ricos. Quizás se crea mejor que ellos porque La Biblia dice que
los pobres heredarán el cielo, o porque Robin Hood robaba tesoros a los ricos y
se las regalaba a los pobres porque eran “mejores”. Estas son todas creencias.
No hay nadie mejor ni peor. Una persona “débil” manipula todo el tiempo con
su supuesta debilidad. En los “ataques” o “protección” de los fuertes tiene
asegurado su atención y encubierto cariño con la secreta idea interna de que
los débiles son más valiosos que los fuertes. Por el otro lado una persona
“fuerte” cree que es mejor que los débiles porque consigue cosas y atenciones
de ellos y los domina. En general lo hacen de una forma más abierta, ya que es
más prestigioso socialmente parecer fuerte que parecer débil. También puede
creer estar haciendo un bien hacia los débiles, justificándose en la idea de que
solos no podrían arreglárselas. Tanto una postura como la otra, son
identidades falsas escondidas en los laberintos de nuestra mente. Cada uno de
nosotros es toda la fuerza del Universo. No hay débiles ni fuertes, todos
somos el mismo poder, sólo que hoy parece estar fragmentado en ideas de
opuestos, de más o menos, de mejor y de peor. Yo pasé muchos años de mi
vida creyéndome débil e inseguro, y un día comencé a descubrir que en mi
infancia creé esta identidad para no perder el cariño de mis padres. Fue una
forma de diferenciarme secretamente de mis hermanos, para así competir por
el amor. Me convertí en un mendigo de amor. Luego en el colegio esta idea me
empezó a identificar con más fuerza y mi realidad se comenzó a formar de
acuerdo a ella. Mis relaciones comenzaron a ser con gente supuestamente
débil e insegura, y juntos nos sentíamos separados y diferenciados de otros
más fuertes, que eran los compañeros de clase de los que nos sentíamos

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víctimas. Esto nunca fue real, era una película que rodaba en mi mente.
Cuando comencé a hacerme conciente de esta personalidad que creé en mi
infancia, ésta se empezó a desinflar. Cuando atravesé los miedos y dolores que
se escondían en esta etiqueta de “inseguro”, éste personaje comenzó a
desaparecer. Al hacerme conciente de quien soy dejé al descubierto todas mis
ideas falsas de debilidad. Comencé a no creerles más, ya que mi experiencia
comenzó a ser la verdadera fuerza. La energía sin límites que brota de mí. El
entusiasmo por dar mi belleza, mi vitalidad, mis juegos, mi Ser entero. Las
ideas de debilidad comenzaron a quedar como monitos de un circo de cartón,
mientras que antes eran gorilas que me daban un pánico terrible. Imposible era
que yo me diera cuenta de esto cuando era niño o adolescente. Estaba
demasiado embarrado en esta identidad. Pero si yo no la hubiera enfrentado y
desenmascarado, seguiría generando montones de situaciones de debilidad e
impotencia, creyéndome que soy víctima de otros. El punto de inflexión clave
para mi sanación fue el fastidio y la asfixia que estas ideas me provocaban. Ya
no las soportaba!! Mayormente me daba cuenta de que no eran verdad, pero
el gorila seguía ahí en mi mente. Cuando mi corazón quiso otra cosa mejor y
estuve dispuesto a que sucediera, llego la potente Gracia que me hizo
experimentar este proceso de despertar y de darme cuenta de la falsedad de
mi personalidad insegura y de la falsedad de todas mis personalidades. Esto es
morir conscientemente, o renunciar, o dejarse deshacer. UN GRAN
DESCUBRIMIENTO!!! Si uno realmente lo quiere y está dispuesto a que
suceda, de lo demás se va encargando la vida, y para cada uno esta sanación
interna adopta formas y caras externas distintas.

Cuando en el corazón suena un “quiero”, la vida nos lleva a las aguas del
amor incondicional. Esta no es un agua de la que estemos acostumbrados a
beber, ya que en nuestra realidad cotidiana todo tiene condiciones y ataduras.

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Enfrentarnos con los fantasmas de esta realidad de golpe nos daría mucho
pánico. Es por eso que este suele ser un proceso gradual y lleno de Gracia. Muy
de a poco el amor nos salpica, nos habla de los beneficios de esta agua a través
de otras personas, de libros o de películas que aparecen como por arte de
magia. Nos hace perder el miedo de una forma llena de inteligencia, ternura y
belleza. Así lo pude ver y reconocer con mucha emoción y gratitud un día. La
Gracia del amor siempre me llevó de la mano de la forma más propicia para
que pudiera transitar el deshacer de mis miedos. La mayoría de las veces los
cambios son tan graduales que a la percepción parecen imperceptibles. Pero
aunque graduales, son verdaderos cambios de raíz. Otras veces, cuando
realmente lo necesitamos y cuando podemos asimilarlo, la energía nos lleva a
un cambio sorpresivo y certero, pero en mi experiencia éstas son las menos
veces. Cuando yo necesitaba aprender algo me lo mostraba de una forma, y si
yo no podía verlo me mostraba otra y otra manera, hasta que sin darme cuenta
me encontré nadando en la dicha de un renacimiento continuo. En los
momentos clave de mi transformación en los que estoy a punto de
deshacerme un poco más en esta agua dichosa, tengo una sensación interna
de mucha resistencia, un deseo de salir corriendo a tierra conocida a toda
costa. Mis emociones se agitan, mis pensamientos se vuelven locos queriendo
convencerme de que pruebe algo “distinto” o “mejor”. Pero en este proceso fui
ganando sabiduría y entendimiento, y cuando me descubro en este acto de
querer huir, me entrego a experimentar la misma energía de la resistencia, y
me vuelvo un simple espectador de mis personajes de circo interno.
Simplemente los dejo ser hasta que ellos comienzan a desinflarse y a
desaparecer. También sé que no hay ningún lugar a dónde escapar, porque
descubrí que me llevo a mi mismo y a todos mis personajes a todos lados. En
esos momentos clave pido ayuda a la fuerza del Universo en mi corazón, y me
quedo un tiempo más en el agua de la Gracia, experimentando mi propia

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incomodidad. Poco a poco y sin darme cuenta se me va pasando la locura
interna mientras las suaves ondas me acarician, me abrazan y me derriten.
Este es nuestro verdadero miedo, dejarnos deshacer en este amor inmenso del
Ser, en este Océano sin límites. Podemos estar una eternidad resistiendo la
experiencia de morir a nuestras identidades, de dejarnos deshacer. Pero si nos
rendimos todo sucede más fácil. Lo más hermoso de este proceso de
despertar, es que cuando conscientemente soltamos a nuestras
identificaciones descubrimos que nada se pierde en realidad. Soltar no lleva a
ningún tipo de perdida, simplemente lo que sucede con el soltar, es que
nuestras personalidades comienzan a ubicarse en el lugar que les corresponde,
y este es como servidores e instrumentos del Ser. Cuando esto sucede
podemos experimentar y disfrutar de las personalidades sabiendo que no
somos ellas. Podemos usarlas para nuestro propósito, podemos reírnos de
ellas, podemos jugarlas y volver a soltarlas una y otra vez porque el corazón
sabe su real identidad. Cuando la experiencia del Ser nos visita, descubrimos
que en realidad nada muere en nuestro propio deshacer!!! Lo único que en
verdad desaparece es el límite al amor…nuestro miedo.

“Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe” (Un Curso de Milagros)

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A estas alturas ya nos alejamos de la costa del territorio conocido de
nuestras ideas encerradas, y estamos adentrándonos en la incertidumbre de
un océano de conciencia. Surcando el olvidado encanto de estas aguas vemos
que una botella se acerca a nosotros. Es una botella con un mensaje adentro!!!!
Sin esperar un instante abrimos ansiosamente la botella para ver qué es lo que
el Universo nos quiere decir:
“El falso aprendizaje al que nos acostumbramos desde niños es uno de los
principios generadores de nuestras ideas de muerte”

Uno de los propósitos de “Música Infinita” es cambiar totalmente


nuestra idea y vivencia de lo que llamamos “aprendizaje”. Queremos hacer
notar que el verdadero aprendizaje siempre está ocurriendo en otro plano
distinto al que creemos. Lo que en nuestra experiencia humana entendemos
por “aprender” es la incorporación en nuestra memoria de conceptos, de ideas
que no son reales para nosotros porque no son nuestra experiencia. Estas ideas
quizás fueron los aprendizajes de otras personas desconocidas. Lo que
hacemos al memorizarlas es pasarlas por nuestros pensamientos mecánicos.
Estamos ya muy acostumbramos a este hábito, y hoy en día creemos que
adquirir información y conceptos es aprender. Sobre esta idea y este hábito se
basa nuestro sistema moderno de “vida” y nuestra civilización. Este
aprendizaje está realmente muerto ya que bloquea el natural fluir de nuestra
verdadera inteligencia. No tiene una existencia útil y tampoco facilita nuestra
felicidad, que es lo único importante. Sólo crea límites en la configuración de
nuestro cerebro. Crea una sensación de “saber” que no es real. Creamos
nuestras identificaciones en base a estos conceptos y construimos
personalidades que tarde o temprano nos terminan asfixiando. Podemos
volvernos historiadores y defender fervientemente una tendencia histórica.
Podemos ser pintores y pintar sólo de acuerdo a tal o cuál escuela por querer

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ser “snobs”. Podemos ser músicos y tocar melodías y armonías no sentidas.
Una de las personalidades que más apego produce, creadas con este falso
aprendizaje, es la espiritual o religiosa. Esto lo digo por mi propia experiencia
de descubrirme continuamente creyendo que tengo algún tipo de poder o
salvación por “ser espiritual”. Saber teorías y conceptos acerca del alma, nos
hace creer de alguna forma que tenemos algo más que los demás o que somos
especiales. Podemos llegar a creer con convicción que somos mejores o más
puros que los “no espirituales” o que otros grupos que supuestamente no están
tan “evolucionados” o esclarecidos como nosotros. Inclusive podemos
identificarnos con el recuerdo de experiencias espirituales reales o de
revelación personal, pero que en este instante no son más que pensamientos
del pasado. Estos no dejan de ser un concepto vacío si no tenemos una
conexión viva con este recuerdo en el ahora. Todas estas identificaciones con
este falso aprendizaje nos llevan a vivir adormecidos y en un letargo
energético. Como dice Osho, estamos copiando, no estamos siendo y creando.
Estamos apropiándonos de una idea que no nace de nuestra experiencia o que
no es viva en este instante presente. En esta idea errónea de “aprender”
estamos delimitando y dándole fuerza a conceptos que crean separación.
Todos los conceptos tienen un principio básico dual. Tienen un extremo y el
otro. Un norte y un sur. Una cara y una contra cara. Ya la idea de 2 en sí es la
separación. Vos y yo como algo separado es una idea ilusoria, ya que somos
exactamente la misma energía con distintas manifestaciones. Esta forma dual
es la mecánica con la que nuestro cerebro racional decodifica todo. Es por eso
que la identificación con estos pensamientos crea separación. Lo que para
algunos esta frío, para otros está caliente. La verdad absoluta de los azules, es
falso para los rojos. Los derechistas se diferencian de los izquierdistas, los
humanistas de los tecnicistas, los altos de los bajos. Los religiosos de los ateos.
Los inteligentes de los tontos. Estos son todos conceptos duales, cada uno de

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los extremos no tiene un ser separado del ser del otro extremo. El ser real es
UNO, e incluye a los dos extremos en el mismo círculo. El día y la noche son
una unidad; el hombre y la mujer son una unidad; amigos y enemigos son una
unidad, capitalistas y socialistas son una unidad. Esto de lo que estoy hablando
se puede prestar a confusión si somos muy literales con las palabras. Ellas son
muy limitadas para expresar la grandiosidad del Ser y la Unidad. Yo puedo
decir que la vida y la muerte son un círculo de unidad también. A la vez vengo
hablando de que la muerte no existe. Pero la muerte es real como algo en
unidad con la vida. Lo que es falso de la muerte es la idea de ésta como un
final, porque los finales no existen, pero la experiencia de muerte como algo en
unidad con la vida es algo muy distinto, ya que esta experiencia nos lleva a
más vida. No tiene nada que ver con las ideas que tenemos programadas sobre
la muerte. Así realmente la vida y la muerte son una unidad. En el mismo
círculo incluyo la energía que representa cada “opuesto”, pero la
conceptualización de cada uno de éstos no es importante. Todo lo contrario, es
lo que causa la separación en sí. Por ejemplo, si yo incluyo a los emotivos con
los racionales en un mismo círculo significa que incluyo la esencia de ser
emotivo con la esencia de ser racional. ¿Qué daría por resultado esta inclusión?
Una persona integra!!! Una persona en la que la racionalidad y la emotividad
funcionan en unidad y en armonía. En realidad no hay dos esencias, una para
cada opuesto, sino que es la misma esencia con distintas expresiones polares
de ella. Ellas por separado crean conflicto y sufrimiento. El excluir a nuestro
opuesto siempre es doloroso, ya que esta exclusión es la resistencia a una
parte de nosotros mismos. Si te defines como emotivo o racional únicamente,
cerrando la puerta a la otra parte del círculo, te estás perdiendo el gran
beneficio y alivio que te produciría incluir la cara perdida de tu propia moneda.
Lo mismo sucede en la identificación con cualquier concepto. Por eso es tan
importante este proceso de integración y unificación.

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Al definir algo con una palabra o con varias palabras, lo que hago es
separar en mi mente a la partecita que estoy definiendo, de la totalidad.
Definir es poner algo real en un compartimiento conceptual de mi memoria.
Definir es algo práctico para el tipo de vida que hacemos, pero el problema
más grande de esta costumbre de definir es que luego comenzamos a
relacionarnos con las definiciones que tenemos en nuestro interior, y dejamos
de relacionarnos con lo real que esa definición representa. Los seres humanos
habitamos en la nube de pensamientos, conceptos y definiciones que tenemos
de todo y de todos, y perdemos de vista el reino energético que en el que
vivimos. Si observas tu mundo interno, verás que todo está representado por
palabras e imágenes que asociamos a estas palabras. Casi sin darnos cuenta,
dejamos de vivir en un paraíso siempre vivo para habitar en una matriz de
palabras y definiciones. El problema principal no es la existencia de esta
matriz, sino nuestra identificación total con ésta, creyendo que es el mundo
real. Somos energía atrapada en un mundo de conceptos. Vivimos totalmente
adormecidos en este hábito. ¿Qué pretendo con este libro llamado “Música
Infinita”? Pretendo mínimamente señalarte hacia la salida de esta matriz, pero
yo sé en profundidad que sólo con conceptos y lindas ideas no lograré mucho.
Por eso en mi corazón te cantaré una canción de cuna para que tu corazón
recuerde su verdadero hogar. No me bastaría sólo mostrarte la salida.
Pretendo hacerte SENTIR la salida. Pretendo que tu alma se derrita en cada
oasis de energía y Gracia que moran en las frases más bellas de este libro. La
música es vibración, la vida es vibración, es energía en movimiento. En tu
SENTIR te conectas con esta energía. Si te sumerges con conciencia en la
vibración cotidiana irás más allá del entramado conceptual e inerte en el que
vivimos, y te sentirás parte de la musicalidad de todo lo que existe. Si usas con
conciencia la música, también tendrás una poderosa herramienta con la cual ir
diluyendo tu conceptualidad. Así lo cotidiano y la música comenzarán a

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fundirse en un mismo círculo sinfónico. Este libro está concebido para que
estas palabras te lleven a continuas comprensiones y experiencias. Estoy
usando la racionalidad para ayudarte a ir más allá de ella. Estoy integrando mi
emoción y mi razón para empujarte energéticamente hacia los límites de la
mente para que se rompan!!! La verdadera comprensión con las experiencias
que vivimos nos llevan a la liberación de esta matriz. Esta comprensión se basa
en el conocimiento de la realidad, no en el razonamiento sobre ella. Si yo veo
un árbol, voy a comprender lo que éste es; es muy diferente a hablar y
entender lo que un árbol es, sin haberlo experimentado en mí. La comprensión
incluye al conocimiento directo. Esta comprensión nos lleva al reordenamiento
de los conceptos para que estos dejen de ser una muralla que nos separe de la
realidad y se conviertan en conexiones con esta realidad. Si la razón está en
función de permitir tu conexión con la paz y la felicidad, que es nuestra
verdadera realidad, ya no será un estorbo sino una poderosa herramienta. Este
es un aspecto de lo que significa la frase: “Estar en el mundo, sin ser del
mundo” del Nuevo Testamento de la Biblia. Con el conocimiento de nuestra
verdadera realidad interna, podemos estar inmersos en la matriz de palabras
del mundo conceptual, con la certeza de que no somos de él. Aquí es donde la
razón se convierte en una herramienta, ya que podemos quedarnos dentro de
los límites de esta matriz para cumplir una misión o un propósito. Quizás ya
recuerdes, o quizás comiences a recordar que estás dentro de ella para ayudar
a liberar a todos los que se encuentran aquí.

Vivencia y comprensión son las dos alas hacia el despertar. Las vivencias
te llevarán a tener tus propias comprensiones, tus verdaderos aprendizajes. La
vivencia es el conocimiento directo. A la vez estas comprensiones te llevarán a
que tus vivencias sean cada vez más intensas, ya que al liberarte de los
conceptos tu energía y tu vibración se incrementará. Estas dos alas se

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retroalimentan entre sí, pero lo más importante es que funcionen juntas, ya
que cuando así lo hacen es cuando más alto volamos. Es muy común
quedarnos atorados en las vivencias de ciertas situaciones, que con una
verdadera comprensión interna se soltarían. Por separado estas dos alas no
tienen eficacia. Un ejemplo lo podemos ver con los enojos que continuamente
tenemos. El reprimir el enojo y el no experimentarlo nos lleva a bloquearnos. Y
el expresarlo completamente en cualquier situación sin una compresión de
esta energía, nos conduce a alimentarlo y a hacerlo crecer. Entonces, no se
trata de tener un control del enojo ni tampoco de su descontrol. Sí se trata de
tener una comprensión de su funcionamiento. Yo puedo usar el enojo como
una energía en mi favor y también en el de los demás. Cuando algo me dispara
enojo puedo experimentar este fuego que está sucediendo dentro y dejar que
me transporte hacia un estado vibratorio superior al que me encontraba. Yo
puedo explotar de enojo encerrado en un cuarto sin que nadie se entere, y salir
totalmente renovado del él. También puedo explotar de enojo dentro de mí
frente a alguien sin lastimarlo en lo más mínimo. La comprensión nos lleva a
dirigir esta energía hacia la destrucción de la ignorancia y del bloqueo, en lugar
de la destrucción de las personas y las cosas. Si yo en esta explosión de enojo
golpeo o insulto a alguien, estoy causando más enojo y sufrimiento en mi
entorno y, por consiguiente, me lo estoy causando a mí también ya que estoy
unido a todo. ¿Cuándo expresar y cuando no expresar el enojo? La vivencia y la
comprensión te lo dirán. Si yo participo en un grupo de trabajo, por ejemplo,
entro en el cuarto donde nos reunimos a trabajar cotidianamente y veo que
mis compañeros están bloqueados, dedicándose a pasatiempos y sin cumplir
nuestro propósito. Seguramente que mi enojo bien direccionado será un
impulso que hará desestabilizar el tablero de chatura y a hacer que cada uno se
mueva y vuelva a su función. La expresión del enojo en estos casos es como un
vendaval energético que hace desbloquear lo que estaba paralizado. No hay

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una regla que nos diga qué hacer en cada caso, pero aquí es dónde el
verdadero aprendizaje nos llevará a poder vivenciarlo con comprensión y en
favor de nuestro crecimiento. Y así como sucede con el enojo, sucede también
con todas nuestras emociones y con la manera en que vivimos y funcionamos
en la vida. Si te permites experimentar y vivenciar llegarás a reales
comprensiones de ti mismo, y esto es aprender. Es importante para mí
aclararte que todo lo que aquí escribí sobre el enojo es mi propia vivencia y mi
propia comprensión. No es importante si estás de acuerdo o en desacuerdo.
Sólo te aliento a que descubras tu propia verdad interna.

Y aquí estamos subiéndonos a la música que nunca se detiene. El


verdadero aprendizaje es el puente hacia el himno energético del Universo.
Aquí aprender se convierte en un recordar, ya que éste es el descubrimiento de
algo que ya somos. Y lo que somos es la misma Vida, no hay separación entre
ella y nosotros. Es por eso que todo mensaje despierto te alienta a conectarte
con la experiencia y con la vivencia de todo, ya que en la vivencia nos
recordamos a nosotros mismos. El mundo de las palabras puede llegar a ser
una telaraña. Cuando ante una situación te sientes desorientado e intentas
dominarla con frases “elevadas”, pero sin experiencia ni comprensión interna,
no haces más que caer nuevamente en una red de palabras y reprimir la música
que está sucediendo. Si tomas la alternativa de quedarte vulnerable y
receptivo ante lo que sucede, sin usar frases ni razones como un escudo ni
como una defensa se abrirá la puerta de tu SENTIR. En el sentir se produce la
apertura. La verdadera comprensión es también una vivencia, una vivencia
interna de certeza y fuerza, no depende en absoluto de las palabras. Si ésta no
es tu sensación ante un problema, lo mejor es entrar en el agujero negro del no
saber, y dejar que esta vivencia de la incertidumbre te lleve a una comprensión
real. ¡Siempre se trata de energía y vibración! No estoy fomentando el

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abandono del habla y de las palabras en absoluto. Estoy mostrando la
alternativa para usarlas en nuestro beneficio. Vamos a usarlas cada vez más en
conexión con la energía y la experiencia que representan. Vamos a usarlas de
una manera inclusiva e interconectada con todo el resto. No se puede hacer
esto desde una planificación racional de lo que queremos decir ni desde la
especulación. Para hacerlo es necesario aprender y acostumbrarse a hablar
desde el corazón, hablar desde el impulso energético real que tenemos, hablar
desde la conciencia de quienes somos y desde nuestra propia verdad y
honestidad interna. ¿Y cómo se hace esto? Cuando nos estemos comunicando
desde este estado interior nos daremos cuenta porque realmente es muy
energizante hacerlo. Es muy diferente al parloteo compulsivo al que estamos
acostumbrados. Hay una clave que personalmente me resulta muy útil para
entrar en este reino de comunicación, y es la de pararme en la total
incertidumbre antes de emitir palabra alguna. Al entrar en este hueco vacío las
palabras que tengo en mi cabeza se sueltan y así logro establecer conexión con
una idea energética interna o sensación, que es lo que realmente está dentro
mío para ser compartido. Una idea es algo que vibra y que está vivo, no son
sólo palabras. Cuando establezco esta conexión, las palabras solas se van
acomodando en torno a la sensación o idea que necesita ser expresada. Aquí la
comunicación real sucede!!! Esto parece complicado, pero cuando te
acostumbras a hacerlo sentirás que es la manera más sencilla y placentera de
hablar. Cuando al querer comunicarme con alguien tengo sensación de
pesadez o de esfuerzo, me detengo un instante y me doy cuenta de que no
estoy siendo real. En este caso las palabras que uso no están en conexión con
mi experiencia interna. En cambio cuando hablo desde la pasión de quien soy
las palabras brotan como un río imparable, y es un deleite dejar que esto
suceda. Hay una hermosa experiencia de comunicación entre quien habla y
quien escucha cuando esto es así. Se genera un clima casi extático cuando

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usamos el lenguaje desde lo profundo de quienes somos. Aquí, le estamos
dando el control de lo que decimos a una fuerza más grande que nosotros
mismos, y esta fuente de energía y conciencia sabe cómo ubicar cada frase y
cada palabra para que podamos expresar lo que esta ahí para ser mostrado.
Hay algo interesante de ver cuando esto sucede, ya que quien escucha y quien
habla son el mismo círculo de energía. Cuando alguien tiene algo real que
expresar, es algo que está aflorando en la conciencia de ambos y no sólo en la
de quien habla. El que habla se convierte en el principio activo que capta el
mensaje y lo expone, pero el que escucha también tiene conexión interna con
el mensaje y es por eso le será gratificante escucharlo. Ambos, uno hablando y
el otro escuchado, se harán conscientes de algo que estaba dentro, pero que
quizás no percibían del todo. Esto no significa que el transmisor del mensaje
sea consciente del todo de él. Las personas que se dedican a una auténtica
enseñanza, se dan cuenta de que aprenden más “enseñando” activamente,
que “aprendiendo” pasivamente. Yo me sorprendo continuamente del
mensaje de este libro!!! Me doy cuenta de que éste estuvo siempre en estado
latente y de que siempre formó parte de mí. Es más, yo soy este mensaje, yo
soy la energía que brota de él y puedo sentirme totalmente identificado con
ésta. Al escribir estoy recordando que todo esto estaba dentro mío. Al
recordarte el mensaje a ti, me lo estoy recordando a mí mismo. Yo sólo estoy
sintonizando esto que juntos somos y que proviene desde una fuente que está
más allá de nuestra percepción limitada como seres humanos. Mi función es
expresarlo para la evolución del momento que está viviendo nuestro planeta,
que es el círculo de unidad de lo que somos. La conexión con la fuente interna
de poder es la mejor forma de expresar y de comunicarse. Aquí las palabras se
pueden usar como bloques maleables que se ubican en uno u otro lugar, pero
en modo alguno ellas son una limitación.

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La idea de la inclusión de un opuesto y el otro en el mismo circulo de
unidad va más allá de la simple obviedad de algunos opuestos como la muerte
y la vida, el día y la noche o el hombre y la mujer. Verlo así parece una hermosa
idea filosófica. Pero la filosofía se nos puede ir a un extremo muchas veces, lo
cual sería estar parados en la punta de un opuesto, por eso vamos a incluir en
su círculo a la cotidianeidad como su otro extremo. Qué pasa cuando dejo el
libro a un costado y me enojo con mi perro, o cuando estoy en el trabajo y
discuto a muerte con mi compañero de oficina. Qué pasa cuando voy a un
negocio de golosinas y tengo un juicio interno con el que atiende, generando
una automática desconexión y un malestar con él. Yo y mi perro somos un
círculo también. Dos compañeros de oficina son un círculo de unidad. El que
atienden y el que compra en un negocio forman un círculo de amor. Lo que
impide ver esta unidad es simplemente el juicio o la etiqueta que tengo de la
situación que está delante mío. Cada situación que tengo en mis narices forma
un círculo perfecto conmigo mismo si la veo desde una mirada íntegra. Para
comprender la idea del círculo nos puede ayudar mucho la imagen de un
circuito. Un circuito es un círculo en el que fluye electricidad. En un círculo hay
una conexión que nunca se detiene. Nada se pierde en un círculo, la energía
sólo puede “circular”. Cuando éste se rompe se corta el fluido energético. La
energía va pero no vuelve. Cuando hay dos sectores energéticos en
antagonismo se puede ver visualmente como rectas de energía que van y que
se pierden en la nada. Son como flechas de electricidad que van de un lado
hacia otro en un desgaste de energía. Esto es un cortocircuito. Lo mismo
sucede cuando en cualquier relación personal estoy en lucha. Dos personas en
lucha se envían señales eléctricas (palabras, pensamientos, emociones) pero
desde el otro lado no se reciben ya que hay resistencia, entonces el círculo se
rompe. No hay fluido ni “circulación”. ¿Cómo se soluciona este conflicto?, en la
receptividad de cualquiera de las dos partes. Cuando una de ellas acepta y se

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abre a la energía que el otro transmite se restablece el fluido. Si la receptividad
de una de las partes es sostenida, la otra parte se volverá receptiva tarde o
temprano. Así el círculo eléctrico de una relación se restablece y la sensación
de paz y alegría vuelve a las dos partes que ya dejan de ser dos sino la misma.
En el cortocircuito los dos extremos la pasan mal. Justamente pasarla mal se
siente como una des-energización, es la emisión de electricidad hacia un
extremo perdiéndola por el camino. Esto se siente como un esfuerzo
permanente. Es importante saber que un cortocircuito no está en la relación
en sí, sino que la relación demuestra el cortocircuito que tenemos dentro
nuestro. Una relación siempre muestra el estado interno. La unidad o el
cortocircuito siempre están dentro de uno. Lo importante es restablecer la
circularidad de la energía dentro de nosotros, y para eso las relaciones son
nuestra vital ayuda, ya que contínuamente nos muestran el estado energético
que tenemos.
Una relación personal que forma un círculo es una relación en
experiencia de la unidad. Esta experiencia energética es lo que llamamos
amor, una experiencia en donde la energía no se pierde sino que fluye y crece,
causándonos dicha y felicidad. No estoy hablando del amor de pareja aquí,
sino del amor como experiencia con cualquier persona, idea o cosa. Lo que
llamamos felicidad es la sensación del fluir dentro nuestro de la energía del
Universo. Es un estado de apertura. El estado despierto, es un estado en que
vivimos en la conciencia de que este amor y esta felicidad no dependen de
nada externo a nosotros, sino de la integridad de nuestro círculo interno. Por
eso podemos experimentar amor y felicidad en toda circunstancia, sin
depender de con qué persona estemos, o de qué cosas nos sucedan. En cada
momento podemos despertar y renacer si utilizamos lo que pasa en nuestra
vida a nuestro favor. Cuando siento un malestar en una relación, puedo darme
cuenta de que estoy en cortocircuito y que en algún punto estoy cerrado, en

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lugar de culpar a la situación o a la relación. Este estado de malestar está
causado por el bloqueo de mi fluido vital por mi necesidad de tener razón en
algún sentido. La decisión de abrirme y volverme receptivo es siempre mía, no
depende nunca del otro. Descubrir esto es muy poderoso. Ante cada situación
de conflicto puedo darme cuenta de que tengo el poder de restablecer el
círculo si suelto mi identificación con las ideas que tengo en ese momento y
me abro. Esto es el verdadero perdón del que hablan tanto las religiones. Es
soltar el juicio que me bloquea para volver a fluir con la naturaleza del amor sin
condiciones. El perdón no tiene nada que ver con la situación externa, sino con
la acción de soltar la resistencia interna. Ya vemos que podemos considerar el
perdón como un suceso eléctrico también. Incluimos en el mismo circulo de
unidad la espiritualidad y la electricidad, JA JA!!!
Para llegar a un estado de perdón y de receptividad las cosas no suceden
tan prolijamente como nosotros casi siempre queremos, y no importa que esto
sea así. Lo único importante es que el círculo infinito se restablezca. En mi
experiencia personal, para volver a sentirme unido con una persona con la que
tengo conflictos, muchas veces tengo que pasar por enojos, angustias,
frustración y montones de situaciones incómodas. Todo esto es sólo la energía
retenida que es necesario que se libere para que el circuito se sane. De nada
sirve decir “ya te perdoné”, y seguir en un secreto estado de malestar. Por eso
es importante el SENTIR, ya que éste provoca que se desinflen los bloqueos y
las resistencias. Con el tiempo y la práctica de esta acción de perdonar o de
soltar, me voy dando cuenta de que esta re-unificación con quien me siento
separado se va realizando cada vez más rápido. El aprendizaje me fue llevando
a la conciencia de que cuando más rápido me ponga receptivo, más rápido
volveré a sentir paz y felicidad. En el estado energético que estoy ahora,
cualquier pequeño bloqueo lo siento como un verdadero infierno, por eso
prefiero soltar toda idea y dureza interna a seguir clavado en mi propia

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resistencia. El perdón no sucede porque seamos “buenos”, sino porque lo
necesitamos para nuestra felicidad. Hay una hermosa frase del libro “Un Curso
de Milagros” que puede ahorrarnos tiempo y disgustos en situaciones de
conflicto:

“Qué prefieres, ¿ser feliz o tener razón?”.

Podemos ver que despertar es volver a restablecer mi círculo con la vida.


Es volver a la conciencia de que soy la vida, y que ésta no es algo externo a mi.
Esto no es algo que yo pueda hacer sólo con mi visión limitada. Nosotros
somos la inmensidad de la creación identificada con una insignificante parte de
ella. Si pretendo descubrir el círculo de la vida usando los ojos de esta
insignificante parte no veré más que un insignificante círculo. Necesito ampliar
mi visión para experimentar, o mínimamente vislumbrar la totalidad. La única
forma de descubrir que el círculo de la vida es más grande que sólo mi propia
parte es ver desde arriba. Esta idea de ver desde arriba es algo real y a la vez
simbólico. Ver desde arriba, significa ver desde algo que está por encima de mi
mirada racional, que es la que mayormente usa el hombre de hoy. Necesito
usar otros ojos, necesito ver desde mi conciencia, ver desde el corazón o del
ser que realmente soy. Necesito recordar mi visión de águila!!! No es fácil ver
como un águila cuando estoy convencido de que soy una gallina y cuando
estoy acostumbrado a ver todo desde ojos de gallina. Al principio necesito
ayuda para volar, no puedo hacerlo sólo. Necesito conectarme con seres que
hayan recordado cómo volar. Necesito leer y escuchar mensajes de águilas
hasta que éstos me devuelvan la experiencia de certeza de que soy una de
ellas. Necesito juntarme con otros que conscientemente quieran completar su
círculo de la vida. Necesito entrenarme como un águila para deshacer mi falso
aprendizaje de gallina. Hoy en día, esta experiencia está facilitada por una

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inmensa energía de Gracia que está ayudando a despertar a todo el que
realmente lo desee. Este libro esta naciendo desde esa Gracia, así como
infinidad de sucesos que están colaborando para que las águilas vuelvan a
volar.

Siente la diferencia entre la racionalidad y la belleza del lenguaje del


corazón. Enamórate de la música que está sonando en estas palabras y tu
corazón recordará su deseo de volar. Date cuenta de lo inútil que es vivir una
vida desde conceptos, reglas y morales que ya han caducado. Necesitas
conocer la verdad de tu ser por ti mismo. El viento está soplando a tu favor
hoy. Sólo conéctate con tu profundo deseo de volver a las estrellas y déjate
remontar por este viento. La vida es una. Tú eres uno con la vida. Tú eres uno
con cada cosa, situación y persona. No hay dualidad, ni separación ni división
con nada de lo que ves. Los que crees como tus contrarios u opuestos son los
que te devolverán el recuerdo del otro lado de tu círculo. Los necesitas. Volar
implica usar las dos alas al unísono. Si quieres volver a remontar los cielos, deja
de creer lo que te muestran los ojos de tus razonamientos y dale toda tu
atención a la voz de tu corazón. Ella será el ojo que te guiará hacia la
compleción de tu totalidad. Déjate llevar por cada experiencia que este viento
deje a tus pies. Estas experiencias te abrirán las puertas de los jardines de tu

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paraíso olvidado. Quizás no parezca un paraíso en los primeros momentos ya
que le tienes miedo a estos túneles clausurados por años y milenios. Pero
debes saber que un ejército de ángeles te acompaña en esta aventura. No
estás solo y ya lo descubrirás. Transitar cada una de estas experiencias con
conciencia te llevará a soltar tus identificaciones con todos tus juicios, y a vivir
en unidad. Para remontar vuelo debes descubrir el hábito del análisis y de la
comparación y comenzar a soltarlo. Esta costumbre es la que siempre nos
mantiene arrastrándonos por las mismas situaciones. Comienza a vivir desde el
SENTIR. Comienza a vivir desde tu creatividad. Comienza a descubrir el brillo
de tu propia luz y dáselo al mundo de una y mil formas. Esta es la manera de
desvanecer límites y de ser infinitos. Hasta hace poco veías límites en todos
lados porque tu propia luz estaba escondida detrás de una maraña de ideas
erradas proyectando sombras fantasmales. Cuando liberes tu brillo verás que
los límites son puertas, puertas hacia las caras olvidadas de tu propio Ser.

Estamos en una experiencia viva de aprendizaje, no en base a conceptos


desconectados, sino por una conexión directa con la fuente del conocimiento.
Esta fuente es la vida sin velos ni etiquetas. Sino sientes o no conoces esta
conexión, ¡pídela! Así funciona el Universo y su Gracia. No te conformes con no
tener. Pide tus propias revelaciones, no aceptes las mías ni las de nadie como
propias. De esto se trata lo que estamos hablando, del despertar a tu
experiencia en este instante. Esto es aprendizaje. Cualquier idea que te genere
fuerza y liberación ahora te sirve, pero lo real es la misma experiencia de
liberación y de fuerza, no la idea que la motivó. Si lo que sientes es enojo,
frustración o apatía por no poder experimentar libertad, esa es la experiencia
real que debes conectar. Lo que sea que se presente contigo en este preciso
momento es la puerta que necesitas para despertar. Lo que sea que estés
viviendo ¡ahora! es lo más importante y lo único que tienes a tu disposición.

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Aunque tengas hermosos recuerdos y sueños motivantes, es este instante lo
que único real. No digo que tengas que relegar de tus recuerdos ni de tus
sueños, todo lo contrario…INCLUYE TODO EN ESTE INSTANTE, porque lo
real es el SENTIR de lo que tus recuerdos y tus sueños te generan AHORA!!! La
realidad del Ser de la que hablo consiste para mí en lo que yo estoy
experimentando mientras escribo. Lo importante es mi conexión con quien soy
en este instante. Estoy disfrutando mucho de escribir y de ser este libro. Esta
escritura está totalmente conectada con todo lo que estoy viviendo, y es un
gran aprendizaje vivir esta sincronía. Mi conciencia cambió desde que comencé
el libro. Estoy expandiéndome con él. Estoy brillando en él. Esto es real para
mí. La realidad para ti mientras lees consiste en todas las experiencias que te
desencadenan estas ideas, no las ideas en si. Estas experiencias pueden
remover tu propio banco de conceptos y memorias, y llevarte a comprensiones
que te lleven a aprendizajes reales. Estos aprendizajes se van produciendo en
la medida en que se enlazan las ideas que estas leyendo con experiencias que
ya has tenido o que tendrás. Todo esto es…es…es…siempre estará en el alma.
Los reales aprendizajes deshacen los conceptos “aprendidos” que nos impiden
sentirnos eternos. Los reales aprendizajes son desbloqueantes, son
corroedores de mentiras internas, son desprogramadores, nos van llevando a
un estado de Ser y de certeza interna, del que nada nos puede sacar. Todos los
maestros y libros que pasaron por mi vida están continuamente en mí. Están
en estas palabras, en la música que hago, en mi vida cotidiana. Tenemos una
conexión continua que nunca desaparece ni desaparecerá. Ellos ahora están
aquí, ellos son yo mismo. ¡Es increíble esta idea! Me siento tan extasiado de
sentir esta UNIDAD entre todo que no puedo hacer otra cosa que tender un
puente con palabras doradas para incluirte en esta conexión de corazones que
nos hará volar por las estrellas. ¡Esto es escritura en tiempo real! En este
instante siento estar enlazando tu corazón, con el mío y con el de todas mis

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conexiones despiertas, de todos mis amados corazones que viven en mi hoy.
Familiares, amigos, maestros, enemigos, amores, desamores…todos somos
uno junto contigo ahora. ¿Puedes percibir el infinito en este instante? Ojalá
que esta experiencia de belleza y de eternidad que hay en mí, te esté tocando
aunque sea por sólo un instante. Aunque sea un instante es suficiente para que
éste, tarde o temprano se convierta en toda la eternidad.

Gracias por este regalo de conexión!!!!!!!!!!

Entra, pasa…las puertas están abiertas…


¡Bienvenido al Reino de Gailedúm!

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“Te doy las gracias por lo que mis hermanos son. Y según cada uno de ellos
elija unirse a mí, el himno de gratitud que se extiende desde la tierra hasta el Cielo
se convertirá, de unas Cuantas notas sueltas, en un coro todo-abarcador, que
brota de un mundo redimido del infierno y que te da las gracias a Ti.”

Un Curso de Milagros

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7- La música,
el lenguaje de una Inteligencia suprema

En el Reino de Gailedúm existe una sola suprema


Inteligencia que gobierna con naturalidad y
sabiduría la existencia de todos los seres.
Esta Inteligencia y este gobierno no tienen
nada que ver con los conceptos que conocemos
de estas palabras. La mejor forma de describir esta
idea es con la imagen de un sol, representando
a la Inteligencia, de donde se desprenden
infinidad de rayos, que son los seres.
El lenguaje común y eterno en este
reinado de belleza
es la música.

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Este mandala llamado “flor de la vida”, es una antiquísima figura
encontrada en los restos de pasadas civilizaciones en distintas partes del
mundo en distintos continentes. Son incontables la cantidad de símbolos,
significados y mensajes que este mandala posee. Haciendo conexiones
geométricas dentro de él, podemos encontrar lo que se denominan los sólidos
platónicos:

También contiene el diagrama de la divina proporción de la que hablo el sabio


Leonardo Da Vinci en su figura llamada “el hombre de Vitrubio”:

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Hay relaciones matemáticas y geométricas perfectas dentro de “la flor
de la vida”, pero aquí no me interesa entrar en estas explicaciones ya que por
sobre todo quiero que comiences experimentando este símbolo, sin
explicaciones. Primero, míralo durante unos instantes…el tiempo que
quieras…sin expectativas, sólo respirando, respirando y mirándolo, dejando
que él te hable, dejando que el te cante…o que te deje en silencio.

Luego de esta experiencia, dejaremos que nos hable juntos, a vos y a mí.
Si te fijas en él, todos son círculos entrelazados unos con otros, y entre ellos
forman otras figuras. En el capítulo anterior hablamos de los círculos que
nosotros formamos con cada relación y con cada cosa. Es inspiradora la idea
de que en nuestras relaciones cotidianas creamos formas geométricas. Esta
idea puede despabilarnos de la idea de pequeñez que tenemos de nosotros
mismos. Quizás en algún inesperado suspiro del Universo podamos percibir el
mandala de amor que formamos con nuestro entorno y derretirnos en dicha y
gratitud. Desde este contexto de expansión, vamos a usar a la “flor de la vida”
como la clave musical de este capítulo. No vamos a partir de algo tan limitado
como un sol, un do o un fa, sino de una flor, y no una simple flor, de la flor de la
vida!!!! Mirarlo detenidamente sin expectativa me da la sensación de estar
atravesando puertas en mi mente. Me gusta la integración entre racionalidad y
belleza que la figura me produce. Una inteligencia integra!!! No es el concepto
de inteligencia que se enseña en occidente, la racionalidad lineal y
desconectada de la sensibilidad de la que hablamos en el capítulo anterior. La
verdadera inteligencia se puede percibir en todo aquello que nos conmueve.
En la naturaleza, en las verdaderas obras de arte, en nuestras relaciones, en los
momentos de destello de nuestra vida. La Inteligencia puede hacer que el
infinito se vea reflejado en los ojos de lo finito. Algo que no podemos llegar a
demostrar nunca con fórmulas matemáticas, pero que sí! incluyen a las

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matemáticas en sus formas. En la música todo tiene una relación puramente
matemática. La escala musical que usamos mayormente en occidente
proviene de una serie de experiencias e investigaciones que hizo el sabio
Pitágoras con las vibraciones de una cuerda. Si queremos explicar la belleza de
la música por estas relaciones, o contenerla en fórmulas, estaremos perdidos
en elucubraciones mentales que no tienen nada que ver con la Inteligencia. Si
queremos imitar la perfección de estas formas para volver a crear belleza sólo
haremos imitaciones. Podemos crear un cuerpo perfecto en una computadora
y hasta lo podemos materializar con cirugías modernas, pero este cuerpo
nunca tendrá la belleza de lo natural y de lo espontáneo que es un producto de
la verdadera inteligencia. La inteligencia no es la racionalidad, como creemos
los occidentales. La inteligencia es esa mágica expresión que surge en la
alquimia de la creatividad y la razón funcionando juntas. Los grandes artistas y
genios no especularon con fórmulas para hacer una obra de arte. Pero sí
pusieron todos los recursos de la razón para que el genio creativo pueda
expresar en formas lo que no tiene forma. El corazón va adelante y la razón lo
sigue. Porqué nos conmueve una puesta de sol, o una sonrisa o cualquier acto
espontáneo. Son formas que ya conocemos, pero las volvemos a ver en el
momento justo y nos tocan nuevamente. No hay cansancio al saborearlas una
y otra vez. Son formas que nacen desde lo que no tiene forma.
La música es el lenguaje inteligente del universo. Es el lenguaje con el
que venimos a este mundo y que no nos deja del todo jamás, aunque nosotros
no podamos percibirlo. Yo describo a la Belleza y a la Inteligencia como a dos
amantes. Los dos son un círculo de unidad perfecta que crean universos de
dicha con un lenguaje de infinita vibración musical. Esto no es algo que debas
comprender ni es una verdad filosófica. Simplemente déjalo sonar y resonar
dentro de ti sin pretender atrapar nada. No deseo que te subas a la energía de
estas frases desde el intelecto, sino desde la belleza. No se puede describir un

- 112 -
Universo infinito y totalmente vivo con palabras!!! Vamos entonces a descubrir
las posibilidades de comunicación de esta Inteligencia. Estas posibilidades
siempre están disponibles, pero pretendemos ignorarlas detrás de una nube de
palabras. Es ésta la aventura en la que nos embarcamos con este libro. Es el
descubrimiento apasionante de una realidad de infinita comunicación!!! Hay
un hecho interesante en esta idea de la comunicación y de los lenguajes. Los
hombres y mujeres hablamos durante todo el día, aunque sabemos
perfectamente en nuestro interior que no nos entendemos del todo con
palabras. En el mundo hay miles de idiomas y dialectos. Cada vez hay más
medios de “comunicación”. Satélites, teléfonos celulares, Internet,
computadoras cada vez más pequeñas y potentes…y a pesar de estos avances
tecnológicos, los seres humanos no nos sentimos más comunicados con
nuestros semejantes. El sentimiento de soledad es una experiencia creciente,
sobre todo en las ciudades grandes. Creo que llegó la hora de ver que
necesitamos comunicación certera y real. No es verdad que los humanos no
nos entendemos porque hay miles de idiomas y dialectos, no nos entendemos
porque no nos queremos entender. En el mundo hay muchísimos idiomas a
raíz de la división interna. Entonces, antes de embarcarnos en el
descubrimiento de formas de comunicación, necesitamos querer
comunicarnos. Necesitamos querer estar unidos!!! Esta es la piedra angular de
la comunicación. ¿Y qué es lo que siempre nos impide comunicarnos? El
miedo. ¿Por qué no queremos comunicarnos de verdad? Simplemente porque
tenemos miedo. Tenemos tremendo miedo a descubrir que somos todos
iguales y que si nos unimos vamos a ser felices para siempre, COMO EN LOS
CUENTOS!!! Realmente le tenemos miedo a la felicidad desbordante y
permanente de nuestra realidad. Con palabras sin sustento decimos muchas
veces que queremos ser felices, pero nuestra intención no dice lo mismo.
Recuerdas la frase del capítulo anterior: ¿Qué prefieres, tener razón o ser feliz?

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Entonces, en cada momento en que no estás feliz, es porque quieres tener
razón sobre algo. Queremos tener razón frente a alguna persona, o frente a
Dios, o frente a la vida. Nuestros estados de ánimo sufrientes, son el secreto
reclamo que le hacemos al Universo. Ves como sufro Universo!!! Sufro por
todo el mal que me hiciste!!! Queremos demostrar que tenemos razón de estar
resentidos, y lo que logramos con esto es nuestro propio estado de desdicha.
Esa es la verdad de nuestra humanidad!!! Entonces, si queremos comunicarnos
realmente, debemos soltar la necesidad permanente de querer tener razón. Si
queremos la felicidad que se respira en toda la creación, debemos bajarnos de
la Torre de Babel que construimos en nuestra mente, y comenzar a
relacionarnos de una manera nueva con cada persona con la que nos cruzamos
cotidianamente. Si quieres comunicación, derriba los muros con tu vecino,
derriba los muros con tu pareja, derriba los muros con tus hermanos y
hermanas, derriba los muros con tus padres, derriba los muros con el kioquero,
con el jefe, con el banquero, derriba los muros con cada persona que se te
cruza en pensamientos, derriba los muros!!!! Los muros que tenemos están en
la mente, son paredes con ladrillos de miedo. Para que este proceso de
transformación de las relaciones sea profundo, necesitamos ser concientes de
los propósitos que tenemos con ellas. Cada relación nos está mostrando un
deseo personal, aislado del deseo del Universo, y este deseo está oculto la
mayoría de las veces. El propósito real de cada relación es llegar a un
encuentro con un aspecto nuestro, es llegar a experimentar un estado de
unidad con una parte perdida de nuestro círculo. Este es el deseo del Universo,
nuestra felicidad en cada relación. El perdón, o dicho de otra forma la
liberación de todos los juicios y cargas emocionales que tenemos con una
persona, son los medios que tenemos para este propósito. Este estado de
unidad con nuestras relaciones es la felicidad. Los seres humanos vivimos
confundidos, ya que deambulamos por una realidad de deseos personales que

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no es real. Preferimos tener un auto nuevo, un trabajo nuevo, ganar medallas
de honor, una pareja linda, y tantas otras cosas, a ser extáticamente felices. Un
día yo comencé a darme cuenta de que había algo, que me separaba de mis
relaciones cotidianas, y descubrí que en cada relación tenía un propósito
distinto al de ser simplemente feliz. Con mis alumnos de música, mis
propósitos personales eran ganar plata y pasarla bien. Al kiosco iba a comprar
chocolates tratando de tardar lo menos posible. Con mi pareja quería tener
una relación que cumpliera mis expectativas afectivas y sexuales, entre otras.
En mi proceso de despertar comencé a escuchar una voz dentro mío que me
decía: “andá a tener un encuentro con tu alumno, no vayas sólo a dar clases
para ganar tu plata”, “andá a encontrarte con la persona que atiende el kiosco,
no vayas solo a comprar chocolates”, “andá a tener un encuentro con tu
pareja”, “andá a tener un encuentro con tu jefe”, “andá a tener un
encuentro…”. En ningún momento esta voz me decía, no des clases, o no
ganes plata, o no comas chocolate, o no la pases bien, o no tengas sexo.
Simplemente lo importante que me decía para cada situación, era: “tené un
encuentro”. En ningún momento se trataba de reprimir el deseo personal, sino
de usar ese deseo para un nuevo y verdadero propósito: EL ENCUENTRO. A
veces esto resulta fácil; pero la mayoría de las veces requiere de la observación
de los juicios y etiquetas que pasan por nuestra cabeza, y de las cargas
emocionales que estos juicios tienen. Tenemos ideas falsas o juicios acerca de
todo. Esta es la condición de nuestra mente. Los seres humanos caminamos
como zombis en busca de una “zanahoria perfecta” que nos haga feliz,
queremos…mas plata…más amor…más sexo…más tiempo…más luz…más
todo!!!! Y no nos vemos. NO NOS VEMOS. NO NOS VEMOS!!!! Si los seres
humanos nos viéramos de verdad, no harían falta palabras para comunicarnos.
Con el tiempo comencé a disfrutar de establecer contacto con cada persona
que se me cruzaba. Dos palabras, un chiste, una risa, una mirada comenzaron a

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hacer que se derribaran los muros de cada supuesto desconocido que se me
cruzaba. Al entrar a un negocio, siempre estoy atento para encontrar desde mi
creatividad y guía interna, el mensaje perfecto que me ayude a derribar los
muros con el que atiende y así poder tener un encuentro. La energía de un
encuentro “casual” se dispara cuando sucede el milagro del encuentro. Es
increíble!!! Es música!!! No es verdad que existen los desconocidos. Nosotros
quisimos encerrarnos en nuestra propia cárcel de pensamientos y
comenzamos a vernos como desconocidos. Con las personas que nos vemos
todos los días también actuamos como desconocidos, ya que las vemos con
distancia cuando actuamos desde nuestros juicios. Aquí es donde está nuestro
mayor desafío, porque en estas relaciones es donde están nuestros mayores
miedos. ¡Qué extraña palabra es “desconocido”! Estamos en un estado de
demencia sin saberlo. ¿Cómo es posible que en un universo todo amoroso,
haya algo como un “desconocido”? A mi me encanta ver niños muy pequeños
por la calle. Ellos saludan a todo el mundo!!! Son increíbles!!! ¿Por qué vos y yo
no podemos hacer lo mismo? ¿Qué absurda pretensión nos pusimos para
perder este estado de inocencia? Volvamos a ser bebes entonces!!! ¿No estás
ya cansado o cansada de ser un adulto aislado? ¿Quieres tener razón o quieres
ser feliz? La comunicación real nos conduce a la felicidad, nos conduce a la
alegría del encuentro, a la explosión de corazones sintiendo unidad. Es un
alivio comunicarse!!! Esa es la sensación que tenemos a veces con algunas
personas. AAHHH!!! Por fin te encuentro de nuevo. ¿No has sentido eso al
enamorarte? Yo si lo sentí!!! y luego qué, el corazón se me rompía en pedazos
cuando perdía ese amor. Pero, ¿y que pasaría si al comenzar a derribar tus
muros empiezas a enamorarte cada vez más seguido? No solo de hombres
guapos o mujeres hermosas. De niños, de abuelas, de kiosqueros, de taxistas,
de camareras, de los padres, del jefe, del barrendero…esto es lo que empieza a
ocurrir cuando se desmorona la Torre de Babel. Amor a primera vista!!! Una y

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otra vez. Un encuentro casual puede durar un minuto y ser eterno. No hay
necesidad de retener a nadie en nuestra vida cuando estamos en este estado
de enamoramiento, ya que sabemos que somos el amor mismo. ¿No te
gustaría? Pues ese es tu estado natural, así que reclámalo!!!! Esto es despertar!!
Esto es música infinita!!! Un estado de enamoramiento permanente…con las
personas, con las cosas, con las ideas…con el Universo!!! Guau!!! Cuántos
signos de admiración que estoy poniendo!!!!!!! Estoy totalmente apasionado
escribiendo esto!!!!!!!! ESTOY ENAMORADO!!!!!!!!! Nos estamos comunicando
no??? ¿Lo sientes? ¿Crees que esto tiene que ver con las palabras, o con el
corazón que usa las palabras? Entonces, ya descubrimos nuestra nueva torre
de comandos, EL CORAZÓN. Así que dinamitemos la Torre de Babel y
subámonos a la torre de comando que transmite hacia todo el cosmos!!! El
corazón despierto. El corazón enamorado. El corazón en unidad. El corazón de
cristal. Aquí la Inteligencia y la Belleza se expresan con todos los recursos y
formas posibles, gestos, caras, silencios, risas, gritos, cuadros, fotos, comidas,
poemas, juegos, cantos, E-mails, programas de radio, de tv, señales de humo,
palomas mensajeras, abrazos, palmadas, también palabras!!!!…todo comunica
cuando la onda emisora sale del corazón. ¿Y qué es todo esto sino música?
TODO ESTA VIBRANDO DE AMOR!!! La música que estamos descubriendo no
es solo para los oídos. LO INCLUYE TODO!!!! No sale sólo de los parlantes o de
un instrumento. SALE DE TODOS LADOS!!!!

La verdadera comunicación está sucediendo más allá de lo que


podamos estar percibiendo con nuestros sentidos. Nuestra esencia interna
está en permanente y perfecta comunicación permanentemente. Nuestras
almas viven en un abrazo infinito. Los hombres y mujeres necesitamos
comunicación porque no es nuestra experiencia concreta esta realidad. Nos

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olvidamos de este Reino de la Unidad. Nuestro problema como seres humanos
es la pérdida de contacto con nuestra fuente. Vivimos fragmentados en
partecitas separadas, pero la fuente de origen de estas partecitas sigue intacta.
El problema no es que haya desaparecido esta fuente, sino que nosotros nos
percibimos como separados de ella.
Aquí te dejo un pequeño cuento, como una canción del más allá
contándote y cantándote su himno de regreso a casa:

Nuestra Fuente de Amor desea reencontrarse con sus partes perdidas, ya


que sin ellas no está completa. Por eso un día ella tuvo una brillante idea, ir en
busca de sus partes. Fue tan brillante esta idea, que cuando ella llegó al mundo
de las partes la llamaron “Inteligencia”. Luego esta Fuente entró en acción y
comenzó a darle forma a esta Inteligencia para que sus partes separadas cuando
la vieran se conmovieran y la reconocieran. A esta Inteligencia, las partes le
pusieron el nombre de “Belleza”. Y así esta Fuente de Inteligencia y Belleza, en un
arrebato lleno de inspiración, comenzó a emitir un dulce canto llamando a sus
partes, y a este canto en este mundo le pusieron el nombre de “música”. Cada vez
que un corazón escucha el canto proveniente de este manantial de amor,
sorpresivamente se llena de lágrimas y tiene el recuerdo de su amada Fuente…el
verdadero hogar. La Fuente siguió cantando, y emitió un sonido muy especial con
su voz, dándole a éste, el significado de la Fuente misma, para que cuando las
partes lo escucharan, recordaran el significado de su verdadero hogar. En este
mundo de las partes a este sonido se lo comenzó a llamar como “Filosofía” en
algunas regiones, en otras lo llamaron “Religión” o “Teología”. Con el tiempo este
sonido también tomó el nombre de “Literatura”. La Fuente comenzó a inflarse y a
inflarse de amor por estas partes de sus propias entrañas, y en otro arrebato de
pasión emitió un canto mágico que al ondearse por el mundo de sus amados
desprendía colores y formas llenas de infinita belleza. En este mundo a estos

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colores y a estas formas, en un principio les pusieron el nombre de “pinturas” y
“esculturas”. Luego estos fueron tiñendo todas las formas del mundo y se
convirtieron también en la “arquitectura” de los hogares y en el “diseño” de todas
las cosas. Pasaron eones de tiempo en el mundo de las partes, pero en el Reino de
la Fuente parecía solo un suspiro. Todas las formas del canto que ella había
emitido, también habían comenzado a desintegrarse en más partes y partecitas,
perdiendo así el poder del recuerdo y la belleza. Los corazones de estas partes
comenzaron a sentirse tan pero tan solos y aislados, que desde esta profunda
soledad emitieron un canto de pedido de ayuda a la Fuente de Todo lo que Es. En
ese instante fuera del tiempo, la Fuente se conmovió profundamente de esta voz
desesperada, y aunque no entendía el temor que este canto tenía impregnado,
hinchó sus pulmones, y emitió un potente himno de llamado hacia todo el
Universo para que todas, todas las partes perdidas lo escucharan y regresaran al
instante. Este dulce y potente canto lo tomó todo, y todo se impregnó del aliento
de esta Fuente. En este mundo que un instante se disolvió en el amor por la
Fuente, a este canto lo llamaron “Gracia”.

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Todas las formas de arte auténtico son expresiones en nuestro mundo
cotidiano de una realidad de comunicación ilimitada. Son formas de percibir y
manifestar el constante fluido del amor que siempre está sucediendo a pesar
de que no nos demos cuenta. La creatividad es el natural fluir de lo que somos
todos. No es real que haya personas creativas y otras que no lo son. Lo real es
que hay personas que se permiten ser quienes son, por eso se manifiestan
creativamente, y hay personas que pretenden ser algo distinto de lo que son, y
por eso son repetitivas y mecánicas. Todos somos creativos cuando nos
dejamos ser. Todos traemos algo nuevo al mundo, como dice Osho, cuando
somos realmente creativos y cuando nos expresamos desde la chispa de
Conciencia en nosotros. Como él dice, no es necesario que todos en el mundo
hagan grandes composiciones de música, o que pinten cuadros geniales.
Podemos ser puramente creativos al estar cocinando, lavando los platos o
barriendo. Podemos ser creativos en un abrazo y en un silencio. Mientras
estemos en conexión con nuestro Ser, todo se convierte en un acto creativo.
La amorosa Fuente del Universo se expresa en cualquier acción que estemos
haciendo entregados. El lenguaje de la belleza y del arte está en todo. No se
reduce a cuadros, esculturas y canciones. Nuestras grandes obras son nuestras
relaciones del alma y la manifestación de nuestra misión divina. La gran obra
que todos tenemos entre manos es el despertar de la conciencia de unidad en
la totalidad de nuestra mente, y en la totalidad de las mentes, que es lo mismo
ya que las mentes están unidas. Cada uno de nosotros somos artistas que
vinimos a traer un color y un sonido únicos para que esto suceda. Todos somos
partes del mismo concierto. Por eso ampliamos nuevamente aquí la visión de
lo que llamamos música. Esta va más allá de los recuerdos que tenemos de los
distintos estilos musicales y canciones que escuchamos. Cuando hablo del
lenguaje de la música, estoy hablando de un lenguaje que abarca todas
nuestras vidas. Del lenguaje de una Inteligencia que nos utiliza a cada uno de

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nosotros y a cada situación que atravesamos como un instrumento, o como un
sonido. Para apreciar esto deberíamos subirnos a una montaña y mirar nuestro
devenir desde arriba. Deberíamos desarrollar esa visión de águila de la
Conciencia. Es imposible realizarlo desde nuestra comprensión intelectual. Si
es posible tener destellos de esto percibiendo la musicalidad de la belleza y de
la Inteligencia en nuestra existencia. Percibiendo mínimamente las armonías
infinitas en nuestros momentos más lúcidos. Hay instantes de brillantez, en
que somos testigos del ritmo de la vida. Instantes en que nos deslumbramos
de los acordes que formamos con otras personas. A veces podemos percibir
como vamos dibujando una melodía en contrapunto con alguien amado. O
como sacamos chispas disonantes en situaciones difíciles. Nuestra vida es un
gran juego de vibraciones, como lo son las notas de las escalas musicales. Cada
uno de nosotros resonamos en tonalidades particulares con una sonoridad
única de acuerdo a nuestra naturaleza interna. Hay personas que son como
tambores. Rítmicas, intensas, llevando el compás de un grupo de personas que
necesita seguirlas para guiarse. Hay otras que son sutiles como los violines.
Melodiosas, dulces, llenas de sensibilidad. Hay personas líderes como guitarras
eléctricas, que se destacan entre el sonido de la banda por sus juegos
asombrosos. Hay otras que hacen una gran labor y esfuerzo para el sostén del
sonido general sin resaltar ni sobresalir abiertamente. Realmente todas son
perfectas y están en el lugar justo si podemos escucharlas desde la cima de la
montaña. En cambio desde las perspectivas limitadas de nuestra condición
interna actual, podemos juzgar que muchas personas sólo hacen ruido y no
sirven para nada. Pero si sacáramos a los percusionistas de una banda
creyendo que sólo los violines son bellos y necesarios, el sonido de ésta se
podría desmoronar sin el sustento necesario de la percusión. Y si estos últimos
sacaran a los violinistas juzgándolos de emotivos o sensibles, el sonido de la
banda se convertiría en un ritmo insulso y sin vuelo. Es una poesía infinita

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sentirse la melodía de una Inteligencia suprema. Desvanece por tierra la idea
mortífera del caos, del aislamiento y el sin sentido que nos inyectó esta
sociedad mecánica. Hasta ahora creíamos que vivíamos en un mundo de
casualidades, en el que estábamos a merced de circunstancias incontrolables
de las que nos tenemos que cuidar. Pero si podemos percibir la música que
hacemos en nuestros días, nos daremos cuenta de que no somos un átomo
librado al azar. No somos un átomo que dura un breve lapso para luego
desaparecer en la nada o para ser quemado en una hoguera por mal
comportamiento. Experimentar la melodía infinita que somos es lo más
glorioso que nos puede ocurrir. Identificarnos con esta música nos libera de
todos los condicionamientos, falsos personajes y sufrimientos que podamos
estar viviendo. Nos libera de cualquier miedo e inseguridad. Nos da la certeza
de que nuestro director de orquesta interno, siempre dirige las variables de
nuestra vida de la mejor manera posible para crear la música más bella y
liberadora.

Desde la perspectiva de la cima de la montaña, la música


realmente es un lenguaje, y éste sólo expresa la gloria del corazón, la gloria del
Ser y del momento presente. No tiene nada que ver con el lenguaje actual en el
que pretendemos expresar pensamientos e ideas, queriendo convencer a los
demás de ellas, o queriendo defender o controlar, o hablando porque sí,
porque es nuestra frenética costumbre. Cuando ya no queda nada por decir
desde nuestros razonamientos y desde nuestro control comienza a hablar la
voz del corazón, y cuando ella lo hace deja flores flotando en el aire. La
musicalidad y la paz son las características de sus movimientos amorosos. La
simple contundencia su poder. El corazón tiene infinitas formas de expresarse
y todas son certeras, por que en el fondo todas dicen: – Te amo. Es lo único real
que el Universo está diciendo todo el tiempo. Las danzas de estrellas y

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cometas en el cielo están diciendo: –Te amo. Las montañas y los océanos sólo
dicen: –Te amo. El paraíso está continuamente entre nosotros, sólo que lo
tapamos con fronteras de pensamientos y edificios de palabras. Debemos
deshacerlos para descubrir nuestra verdadera casa. El maravilloso proceso que
está teniendo nuestro planeta en éste momento es el deshacer o la
desprogramación de las estructuras mentales que nos esclavizan como
especie. Por eso hay tanta conmoción y revuelo. Todo está empezando a ser
cuestionado por todos. Cada vez aceptaremos menos estas estructuras. Los
nuevos niños se ríen de ellas. El corazón de la humanidad está amaneciendo.
Estoy seguro que cuando la mente colectiva de este mundo quede desarmada;
cuando los intereses personales dejen de dominar y sólo quede una conciencia
de unidad planetaria, cuando las palabras nos sobren porque ya no tengamos
nada pretencioso que decir, nada que controlar ni defender por miedo…sólo
quedará música. Nuestras vidas seguirán la armoniosa cadencia de las
vibraciones del Universo. En muchos de nosotros esto ya está sucediendo,
pero es necesario que a todos nos ocurra para que la plenitud de este despertar
explote dejando estelas doradas por el cosmos. Somos una misma identidad
planetaria. El poder total de quienes somos no se puede expresar hasta que el
último de nosotros se derrita en dicha y felicidad. Nuestro corazón está
comenzando a recordar esa canción olvidada que suena por siempre en la
eternidad, como hermosamente lo expresa el libro “Un Curso de Milagros.
Cuando la “Música Infinita” suena, no hay ningún comentario que hacer, no
hay ningún tratado de armonía que escribir ni ninguna grabación que realizar.
Seguirán existiendo las palabras lo más seguro, pero cuando volvamos al
corazón, ellas serán coloridas notas de una música viva.

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Hace unos años tuve una vivencia que quedó grabada a fuego en mí,
cambiando mi forma de escuchar el mundo con el tiempo. Yo volvía a mi casa
en un colectivo que viajaba por un barrio de la capital en Buenos Aires. A mi
derecha había 3 o 4 filas de asientos dobles con personas sentadas, y en cada
uno de ellos las personas hablaban entre sí. No había aparentemente conexión
alguna entre ellos ni entre las conversaciones entre las personas de unos
asientos y otros. Todo parecía un bullicio informe como de costumbre.
Durante un breve instante tuve una apertura energética inesperada que amplió
mi percepción auditiva. No fue nada que yo haya buscado voluntariamente.
Tampoco había ingerido ninguna droga ni estimulante. En ese breve lapso
percibí a todos los sonidos y conversaciones que sucedían en el colectivo como
una misma música. Todas esas conversaciones tenían un ritmo en contrapunto
y una armonía común. Fue mágico. Todo estaba conectado. Luego esa
percepción comenzó a cerrarse y volví a escuchar en mi estado habitual. Esa
breve experiencia me llevó a transformar con el tiempo mi forma de percibir y
sentir la música. También me llevó a escuchar todo de otra manera. Comencé
a comprender lo limitada que está mi audición debido a los parámetros
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auditivos que tengo grabados. Nuestros sentidos están totalmente
condicionados por nuestras experiencias del pasado. Conocí montones de
personas que cuentan que de niños veían el aura energética de las personas y
de las cosas, o que veían ángeles y hadas, y que luego dejaron de verlas porque
los padres los trataban de locos o porque les reprimían estas visiones. La hija
más pequeña de mi novia que no por casualidad se llama Alma, muchas veces
nos cuenta de sus visiones y le parecen de lo más natural. Con mi novia la
escuchamos y no la reprimimos en absoluto. Todo lo contrario, le
preguntamos maravillados y nos sorprendemos. Ya nos parece natural
escucharla hablar sobre lo que ve. La percepción de los sentidos de todos
nosotros fue disminuyendo de acuerdo a las limitaciones que comenzamos a
tener en nuestra educación. El bagaje de música que escuchamos en nuestra
vida también nos llevó a delimitar formas sonoras. Si escuchamos música de
un país asiático por ejemplo, nos puede resultar aburrida, porque tenemos
grabados referentes auditivos totalmente distintos a los de ciertos países de
oriente. Si escuchamos una armonía desconocida podemos llegar a rechazarla
y no percibir su belleza. Esta pérdida de sensibilidad auditiva sucedió para
adaptarnos y sobrevivir en nuestras ruidosas ciudades. Si traemos a un
indígena de una selva virgen al centro urbano de una ciudad, moriría al
escuchar y sentir la disonancia del constante ruido que producen los autos,
colectivos, bocinazos y frenadas. Ellos aún pueden percibir sonidos y
vibraciones que a nosotros se nos escaparían.
Las continuas aperturas de conciencia que tengo me llevan a
experimentar cada vez más la musicalidad del Universo. En todos los talleres
o experimentos de música y expansión sonora que organizo vienen
mayormente personas que no se dedican a la música como profesión. La
consigna es generar sonidos desde el impulso auténtico que hay en cada uno, y
nunca forzar nada ni sostener sonoridades no sentidas. Tampoco nos

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enfocamos en la afinación ni en las reglas musicales, aunque a veces usemos
de éstas espontáneamente. La música que sucede por momentos es
hipnotizante y extática. Cuando ésta cesa el silencio que queda está lleno de
musicalidad aunque nada siga emitiendo sonido. Hablar o aplaudir aquí es
como decir un discurso luego de un orgasmo amoroso. Termina el taller y cada
uno vuelve a sus respectivas casas, pero la sensación de ritmo y belleza
continúan dentro de nosotros por varias horas tiñendo todo lo que hacemos.
Esta sensación luego desaparece porque los parámetros mentales vuelven a
tomarnos y a limitar nuestros sentidos. A pesar de que nuestra percepción se
vuelve a cerrar, hay un terreno que le vamos ganando a las fronteras de la
mente cada vez que nos atrevemos a dejar sonar nuestro Ser. Con cada
experiencia en que nos entregamos a la Conciencia y nos dejamos deshacer,
nuestros límites se diluyen. Hay muchos puentes hoy en día que nos llevan a
desarrollar nuestra chispa de Belleza. Hay muchos ríos que desembocan en el
Océano de amor y que nos llevan a ser conscientes y a vivir felices. Los
caminos al Ser son infinitos, aunque desde otra perspectiva todos son el
mismo. A nuestra percepción parece que hubiera cantidad de ellos, pero el
único camino importante es el que está transitando cada uno individualmente,
ya que es el que está justo debajo de nuestros pies. Es el único que realmente
experimentamos en profundidad y el que nos da todos los aprendizajes que
necesitamos para que nuestros pies se transformen en alas. Yo no voy a hablar
de ningún camino en particular aquí porque no es el objetivo de este libro
hacerlo. Esto queda librado al director musical interno de cada uno. La mayoría
de las veces es necesario llegar a experimentar a fondo el sinsentido de este
mundo y de estar totalmente desencantados de sus reglas para que podamos
desear una real experiencia de total renovación. “Cuando el discípulo está
preparado el maestro aparece” dice el sabio dicho. Por eso, cuando el corazón
ya no soporta la sed de infinito porque llegó al hartazgo de sus límites, cuando

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de él brota una plegaria espontánea pidiendo ayuda al Universo, aparece de
forma natural el manantial de aguas que nunca mueren. Siempre aparece con
la forma y la apariencia perfecta para que uno las pueda reconocer y
aprovechar. A través de una persona, de un libro, de una técnica, de un viaje,
de una meditación, de un “accidente”, de una iniciación o de cualquier forma
que en realidad es siempre un camino interior. En este tiempo mágico en que
el vivimos la suprema Inteligencia se está expresando en miles de formas y
caras. Esta es una de ellas. Y cada vez son más y más sencillos de atravesar los
puentes, ya que una energía de Gracia se está expresando en todos lados y en
todo momento para facilitarnos este despertar. La voluntad de esta
Inteligencia es que vivamos en forma permanente con la conciencia de ser
infinitos, de ser felices y dichosos, no sólo en chispazos momentáneos como lo
fue hasta ahora. La función de esta chispa es la de prender un fuego, no la de
ser eternamente chispa. La función del fuego es la de crecer hasta ser un sol.
La función de un sol es iluminarlo todo. A esta tierra le llegó su hora!!! Ya que
tú eres la luz del mundo y te estás despertando a esta realidad!!!

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8- La música, un Reino de Reyes

En el Reino de GAILEDÚM no hay un rey y todos


súbditos como suele haber en este mundo. Allí todos somos Reyes.
Todos tenemos palacios hermosos en los cuales agasajamos a los
demás Reyes. En GAILEDÚM todos somos niños que jugamos a crear
constantemente la realidad que más nos divierte y expande. El
Reino está servido ante nosotros para darnos lo que pidamos.
Todos somos músicos y todos somos la música. Allí vivimos
en una permanente alabanza y celebración
de lo que somos. Cada Rey y cada
Reina es consciente de que compartir
el reino es la mejor manera
de reinar.

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"Y al principio fue Brahma, con quien estaba la palabra", y fue el sonido OM el
medio por el cual se creó el universo.
De los Vedas de la tradición hinduista

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin
él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. ”
Del evangelio de San Juan

“Cuando los que tocaban las trompetas y los que cantaban hicieron Oír su
voz al Unísono alabando y dando gracias a Jehovah; cuando elevaron la voz junto
con las trompetas, los Címbalos y otros instrumentos de Música; y cuando
alababan a Jehovah diciendo: "Porque él es bueno, porque para siempre es su
misericordia", entonces la casa se Llenó con una nube, la casa de Jehovah.
Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la
nube, porque la gloria de Jehovah Había llenado la casa de Dios.”

De la Biblia de Jerusalém

Hay un lugar en ti en el que este mundo en su totalidad ha sido olvidado, y en el


que no quedan memorias de pecado ni de ilusiones. Hay un lugar en ti donde el
tiempo ha desaparecido y donde se oyen ecos de la eternidad. Hay un lugar de
descanso donde el silencio es tan absoluto que no se oye ningún sonido, excepto
un himno que se eleva hasta el Cielo para brindar júbilo a Dios el Padre y al Hijo.

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Allí donde Ambos moran, allí Ambos son recordados. Y allí donde Ambos están,
allí se encuentran el Cielo y la paz.
Del libro “Un Curso de Milagros”

En casi todas las tradiciones religiosas y filosóficas hay alusiones a la


música como algo sagrado, haciendo mención de ella como una dimensión en
plena conexión con Dios o con lo divino. Recuerdo pasajes de la Biblia en
donde se cuenta que en los comienzos de la creación vivíamos en el paraíso, en
un estado de alabanza a nuestro creador. Esto es muy hermoso de leer y
escuchar, ¡pero qué desconectado y lejos que parece estar de nuestra realidad
actual! No difiere a un cuento de fantasía para niños, aunque a muchos nos
toca algún rincón olvidado de nuestro corazón. A la vez estos relatos pueden
causar una profunda rebeldía interna, por lo menos así me sucedía a mí. ¿De
qué me sirven estos cuentos si mi vida cotidiana esta lejos de algo así?,
pensaba. También no había nada más frustrante que la idea de que esto sólo
me podría suceder en otra vida, o después de morir, si es que me portaba bien,
como acostumbraba a predicar la tradición del catolicismo.
Hay una experiencia que ha venido sucediendo conmigo estos últimos
años. Comencé a tomar conciencia de que mi identificación con todos los
conceptos y creencias espirituales, o con el rechazo de ellos, eran una
poderosa limitación para tener una experiencia real de lo que estos en verdad
significan. Como ya dijimos, no es lo mismo escuchar y experimentar la
Novena Sinfonía de Beethoven, que creer que ella existe pero sin haberla
escuchado, o que ver su partitura y tararearla. Estas tres formas de vivir la
Novena Sinfonía no tienen ni la mínima relación entre si. Es más, tan absurdo
se volvió el tema religioso en nuestra cultura, que nos enseñaron a venerar el
concepto de Dios, no a tener una experiencia directa de él. Es como escuchar a
gente hablando constantemente de la Novena Sinfonía y basando sus vidas en

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ella, cuando ninguno de ellos la escuchó directamente. Cómo vamos a querer
vivir en un paraíso alabando a un creador que ni si quiera experimentamos o
conocemos. Mucho menos probable sería querer conocer, y menos alabar a
alguien que hasta es vengativo, castigador y que tiene un código para justificar
y penar nuestras culpas, como me enseñaron en la escuela católica y como
locamente llegué a creer. Esta deformación de la amorosa visión del Universo
no sólo ocurre en el catolicismo, ocurre en casi todas las religiones. La verdad
es que muchos preferimos ser rebeldes, ateos, militantes políticos, neutrales,
drogadictos, artistas, empresarios o lo que sea con tal de eludir a semejante
ser. Y ni hablar de adorarlo!!! Otros prefieren seguir un poco las normativas
religiosas por miedo a que haya algo de verdad en ellas, y reconozco que
muchas veces yo lo hice. El miedo a quedar afuera de una supuesta “salvación”
es una raíz muy fuerte en nuestro subconsciente. En el descubrimiento de las
creencias sobre este supuesto dios radica la forma de sortear esta trampa
mental. Ese ser es sólo un concepto creado de las más absurdas proyecciones
de nuestra mente y de nuestros miedos. No tiene ninguna realidad. Es sólo un
cúmulo de conceptos basados en la identificación con nuestras
personalidades. Proyectamos en la idea de Dios, las experiencias que tuvimos
con nuestro padre, con nuestra madre, y con las personas que más influyeron
en nuestra niñez. Si nuestro padre nos abandonó de pequeños, o si no
sentimos su presencia como nosotros queríamos, por ejemplo, podemos llegar
a asociar y pensar que Dios nos abandonó también. La palabra “dios” o la idea
de éste no es importante. Todo lo contrario, la mayoría de las veces genera
separación con la experiencia real de su energía. Es una palabra que está
cargada de tantos significados en la memoria colectiva de la humanidad que
produce mucha contradicción. Es por eso que en este libro la uso lo menos
posible. Nos pasamos casi toda la historia del mundo inventando guerras y
conflictos por una idea y por la exclusividad con ésta. Cuando corremos los

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velos de los conceptos y de las palabras, y nos zambullimos en la vivencia que
hay en el corazón de ellas entramos a un Reino de Vida. La experiencia del
verdadero Ser es lo más glorioso y transformador que le puede suceder a
cualquiera. Dios no es esa proyección limitada que aprendimos. Imposible es
de definirlo. Es experiencia pura e íntima, y bien vale la pena soltar todas las
ideas y conceptos para abrazar esta experiencia.
Estas palabras, el viento, las caricias, la música y hasta una tormenta o
una explosión. Una risa, una piedra, una lata, un papel, la ira y la tristeza. Todo
está impregnado de Dios, del Ser, de la Belleza, de la Inteligencia Cósmica, del
Amor, de la Vida, o como queramos nombrar a esta vivencia. ¡Claro que
cambió mi percepción de la alabanza después de experimentar esto! Antes
creía que se trataba de postrarme a adorar a un ser ególatra y desconocido sin
sentirlo, y peor todavía era hacerlo por miedo a un supuesto infierno, sin
darme cuenta de que ya estaba en el infierno mismo. Luego de descubrir este
velo de ideas falsas, la experiencia de Dios se convirtió en…..uuhh….¿Cómo
decirlo? En dejar salir la música más exquisita y gratificante que hay en mi. En
fundirme en una experiencia de unidad con todo. En vibrar con una
sensibilidad tal que se convierte en un orgasmo sonoro, sensitivo, visual o
fuera de todo los sentidos. ¡Éxtasis! ¡Éxtasis! ¡Éxtasis!. Un estado de adorar
todo y bendecir todo. Ser y sólo Ser. ¡Música infinita!
Esta experiencia es el derecho natural de todos. Es el estado real de
todos los seres en el Universo. Ya puedes dejar de creer en que has venido a
este mundo a sufrir o a vivir a medias, eso fue sólo una mala idea que se cruzó
por tu mente. No es verdad que sólo pocas y exclusivas personas pueden llegar
a vivir esta dichosa experiencia. No existen los santos o los místicos de
estampita. Esas son solo imaginerías que quedaron en los viejos recodos de
nuestra memoria. La persona más importante en el universo eres tú, ya que
estás completamente a cargo de tu mente y de tu corazón. El único que puede

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desear este estado de Ser y permitírselo con toda la pasión eres tú. La Gracia
está a tu puerta para devolverte la Vida, pero depende de ti abrirle la puerta.
Trasmitir esto, es lo que me lleva a escribir, a hacer música, a expandir y
expandir de toda forma que se me cruce. Es lo que me lleva a ir siempre más
allá de mis límites. La búsqueda de este estado es lo que lleva a todos a hacer
cualquier locura. Aunque no lo sepamos, todo lo que hacemos o deseamos en
nuestra vida es una forma indirecta de decir ¡yo quiero esa experiencia! Cada
canción romántica es en realidad un canto a esa experiencia extática que de
niños perdimos y que nos dejó vacíos y con el corazón roto. Nuestra pareja
perfecta no es el hombre o la mujer de nuestros sueños, es nuestro Ser!!! es lo
que somos!!! Toda búsqueda termina en esta experiencia de completa dicha,
sea cual fuere. Todo impulso humano es un intento desviado de llegar aquí, el
único problema es que le erramos al blanco en este impulso. Todos, todos,
todos ansiamos y anhelamos volver a nuestra condición de Reyes. Queremos
volver a la natural experiencia de ser Beethoven, Gandhi, Buda, Pedrito,
Mónica, Javier y el Universo entero. La experiencia en que somos lo más
grande y a la vez lo más común. Todos somos músicos. Todos somos pintores.
Todos somos sabios. Todos somos sanadores. Todos somos reyes. Todos
somos todo. En este estado un canto de alabanza es algo tan natural como
decirle espontáneamente “te amo” a un ser querido. En este estado la música
es una forma de ser, una expresión natural de amor, de diversión, de dicha. En
este estado no hay un acto de alabar a algo de afuera…aquí el que alaba y el
alabado son lo mismo…aquí nos convertimos en la alabanza misma!!!

Muchas veces cuando viajo en el tren urbano que va desde mi casa a la


casa de unos alumnos de piano tengo ciertas visiones internas. En estas veo a
la gente cantando en los vagones del tren. La veo en comunión y rodeadas de
belleza, como en una tertulia o guitarreada espontánea. Al principio no les

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daba mucha importancia a estas visiones y las consideraba como algo medio
loco y delirado, pero mis experiencias cotidianas y mi estado interno me están
haciendo creer en éstas. La realidad actual que veo, cuando viajo en cualquier
medio de transporte, es la de aburrimiento, desconexión y sin sentido. Hoy
siento que mis visiones me están mostrando cómo puede llegar a ser el mundo
cotidiano cuando las transformaciones que están sucediendo a nivel masivo
lleven a la gente a un estado de libertad interior. Estamos viviendo una
profunda crisis en el mundo, y las crisis no duran para siempre. Si las
aprovechamos, en un momento llevan a un estado de mayor expansión y
libertad. Ya no creo en el escepticismo, en el Armagedón ni en que todo va a
seguir siempre igual, como nos quiere hacer creer nuestro sistema de
pensamiento actual. Estas interpretaciones son recursos de la mente colectiva
para que nos sigamos identificando con nuestras limitaciones y con el drama.
Las famosas y gloriosas predicciones “utópicas” de muchas tradiciones, las
visiones de místicos y soñadores de todos los tiempos están a las puertas de
nuestro presente. Las utopías no son invenciones ni ilusiones, son inspiraciones
del infinito que llegan a nosotros para hacernos recordar nuestra verdadera
realidad, ellas nos muestran el paraíso perdido para que lo dejemos ser en
nosotros. Mi mente escéptica no me permitía creer totalmente en éstas hace
unos años, pero con el permanente despertar que estoy experimentando estoy
viviendo y viendo lo que siempre me pareció difícil o imposible de lograr.
Ahora mi conexión con la realidad amorosa del Universo me hace ver y darme
cuenta que todos están viviendo el mismo proceso de despertar que yo,
aunque no todos lo sepan. Hoy naturalmente me rodeo de cantidad de
personas que empiezan a vivir en un estado de alabanza espontáneo. Este es
un fenómeno que se está contagiando de una persona en mil personas más, y
en miles de miles más, como un dominó imparable. La transformación que
estamos viviendo es cuántica!!! No es lineal en absoluto. Últimamente tengo el

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sentimiento de que en un día vivo años y vidas enteras de conversiones,
aprendizajes y transformaciones. El tiempo se aceleró y se abrió como una flor
para permitirnos liberarnos de toda idea de limitación de forma cada vez más
rápida. Los místicos e iluminados ya no son sólo personajes de historias de
libros y cuentos de viejas tradiciones. Somos hombres y mujeres reales que
viajamos en tren y que compramos chocolates en el kiosco. Los grandes
músicos estamos por todos lados, haciendo sonar nuestra melodía interna en
donde el fluir del río nos lleve. El dominó del estado de alabanza llegará a
todos lados. La gente ya no aguanta el traje gris y la opresión del sin sentido de
este añejado sistema. Nacimos para ser reyes, para bailar y para cantar.
Nacimos para ser parte de una Música Infinita.

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9- Silencio de música

En este capitulo estaremos en sombras…nos adentraremos en la


oscuridad…nuestra propia oscuridad. No vamos a escuchar nada sobre reinos y
vamos a prescindir de visiones e inspiraciones. Estaremos atravesando y
haciendo las crónicas de la noche oscura. Hay momentos en los que no hay
música, ni esperanzas reales, ni horizontes cercanos. En esos momentos la
desolación es tan grande que lo mejor que podemos hacer es dejar que la
noche sea ella misma. No la vamos a resistir, no la vamos a definir, no la vamos
a analizar ni adornar con ideas hermosas, porque cualquier cosa de estas no
hará sino crear sufrimiento innecesario. Cuando la noche viene a nosotros
podemos estar en el concierto más magnifico, contemplando un paisaje
soñado o en una situación aparentemente ideal, pero nuestra sensación
interna será de soledad absoluta, estemos donde estemos. La noche puede
durar horas, puede durar meses…puede durar un instante. Este vacío
existencial no es una experiencia que muchos se hayan animado a dejar ser
plenamente. Siempre está ahí…pero nos hacemos los distraídos. Todos la
sentimos…pero la cubrimos con disfraces y con caretas. Cuando asoma una
pequeña punta, nuestros mecanismos de defensa salen con cualquier excusa
que tape y frene este dolor, y nosotros accedemos a estos mecanismos. Todo
este mundo está montado en la búsqueda de cualquier logro, o experiencia
que nos alivie, saque, demore o esconda esta incomoda sensación interna. El
vacío existencial y el sinsentido es la causa del sentimiento de separación que
sentimos todos constantemente. Cualquier conflicto, violencia o guerra tiene
como oculto generador esta sensación de no ser plenos. Nuestro reino aquí es
el miedo. Este hueco oscuro es la causa de cualquier tristeza, dolor o falta de
creatividad.

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Hay una sinfonía cósmica que espera pacientemente vibrar a través de
nosotros. Hay una armonía olvidada que espera ser revivida en cada una de
nuestras células. Lo que hoy conocemos como música ni mínimamente se
acerca a la extática explosión de melodías que suena por siempre y siempre.
Para que esta fuerza de la creación florezca en nosotros es necesario atravesar
el desierto del sinsentido. Para que la música se vuelva una experiencia interna
es necesario atravesar el silencio. Para vivir en unidad con todo el Universo es
necesario atravesar la soledad. Para que el amor sea real y palpable en nuestro
corazón es necesario rendirse al miedo. Mientras no decidamos incluir la
oscuridad en nuestro círculo de luz, tendremos siempre una sombra
haciéndonos morisquetas y burlándose de nosotros. Hay un volcán dentro
nuestro queriendo hacer erupción, al mismo tiempo en que plácidamente
regamos flores artificiales en el mundo virtual de nuestros pensamientos.
Formulamos un estado de ser con caras y respuestas para cada situación.
Sonreímos, charlamos y vamos de acá para allá en la maqueta de nuestra
rutina. Tarde o temprano nos tendremos que dar cuenta de que estas flores
son incoloras, insulsas y sin vida. Si o sí, tendremos que descubrir que ni un
palacio ni una choza pueden cubrir el vacío que está dentro nuestro. Es muy
natural experimentar sinsentido y vacío en la existencia artificial que nos
planteamos día a día. Realmente no tiene sentido alguno este mundo. Tanto si
llegamos a la cúspide como si caemos a lo más bajo de él, llegaremos al mismo
hueco oscuro.
Yo tengo una imagen interna representativa de nuestra sombra, como si
ésta fuera un cuarto repleto de todas las cosas y experiencias que decidimos
olvidar, que nos incomodaban y con las qué no sabíamos que hacer ni cómo
lidiar. Aquí están nuestros aspectos más resistidos y temidos. Este cuarto es la
cueva secreta de nuestras falsas identidades!!! Un cuarto repleto y sin una

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mínima ventana ni luz que la ilumine. Imaginemos que un día ya no entran
cosas en nuestro cuartito fantasma. En algún momento, inevitablemente la
puerta se abrirá de tensión e inesperadamente caerán objetos sobre lo que
está ahí. Estas cosas guardadas no son cosas neutras. Son situaciones que
estaban vivas, y que de tanto estar guardadas se empezaron a pudrir. Un día
empezamos a sentir olores raros o desagradables y hacemos alguna terapia o
técnica que nos haga recordar qué cosas teníamos guardadas en nuestro
cuartito. Quizás logremos recordar varias de ellas. Quizás también un día nos
animemos a entrar unos instantes para sacar algunas cajas y sentirnos
aliviados. Pero el mal olor volverá, porque hasta que no vaciemos el cuarto
entero no tendremos paz real y duradera, y la música infinita será algo
desconocido para nosotros. El laboratorio químico de este enigmático cuarto
prepara el combustible suficiente para que nuestro ego y nuestras
identificaciones sigan teniendo la fuerza suficiente para hacer de nuestras
vidas algo caótico y descabellado. Esta máquina inconciente que llamamos
ego se alimenta constantemente de este combustible emocional. Este
mecanismo no es algo que se pueda disolver sólo leyendo unos libros,
asistiendo a un terapeuta o meditando. Todo esto puede ayudar y claro que es
útil!!!, pero principalmente se requiere de un deseo apasionado y sostenido por
experimentar libertad, y se requiere de nuestra firme determinación y de una
actitud de guerrero. Como lo dije antes en otras palabras, tenemos que
quererlo con todo nuestro corazón. De todo lo demás, del cómo, y de las
formas se encarga la vida y la Gracia.

Siempre estamos hablando de lo mismo aunque parezcan ser muchas


cosas diferentes. Enfrentar la oscuridad no es otra cosa que incluir lo
aparentemente opuesto a lo que creemos ser en nuestro círculo de unidad.
Siempre estamos hablando del despertar a nuestra propia integridad. La

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experiencia de integridad es la consecuencia de experimentarnos totales, ya
no en partes desmembradas y separadas como fue hasta ahora. Música Infinita
no es otra cosa que la totalidad de quienes somos. Para poder percibir esta
totalidad en nosotros no hay otra opción que la de aventurarnos a ver lo que
nunca quisimos ver, no hay otra opción que hacernos responsables de todo lo
que sucede en nuestro interior y en nuestro alrededor. Hubo un momento en
mi vida en que se desató un intenso proceso de descubrimiento de mi propia
sombra. En este proceso todo colaboró para que yo soltara mis lados
confortables y las cosas en las que continuamente me apoyaba. Aunque en mi
corazón esto yo lo había pedido concientemente, no fue algo fácil de digerir
ver el monstruo que había creado en mi propio cuarto oscuro. Todo se me puso
patas para arriba, y sólo con el tiempo comprendí que era lo mejor que me
podía pasar, ya que yo vivía con los pies para arriba sin darme cuenta. Yo había
pasado mucho tiempo de mi vida usando mi conexión con la música y mi
creatividad, como una forma de evitar enfrentar mi realidad interna y el dolor
que esta me provocaba. También pude ver que fue un recurso de
supervivencia, ya que sin estas conexiones hubiera vivido boyando sin rumbo,
y sostenido emocionalmente a base de psicofármacos, como la mayoría de la
personas sensibles de este mundo. Hay otros que para sobrevivir se
alcoholizan, o se drogan, o comen en demasía o fuman. Otras trabajan y
trabajan sin parar, otras tienen hijos como una forma de escape. Otras no
hacen nada de nada y viven en el humo de la pasividad. La realidad que
vivimos en este mundo es tan apabullante que es casi inevitable recurrir a
muletas de supervivencia. Durante mi noche oscura sentí que la música y la
creatividad se habían ido. Era tan grande mi sensación de vacío, hastío y sin
sentido que no tenía deseos de hacer nada. Me sentía deprimido y angustiado;
tenía experiencias de dolor en las que sentía que mi corazón se desgarraba.
También hubo épocas en las que me sacudían ataques de furia por

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pequeñeces. Fue absolutamente necesario vivirlo así. Yo había reprimido
durante años mis emociones más profundas, y cuando la Gracia destrabó mi
sentir y mi sensibilidad quedé totalmente destartalado. Tuve que soltar la
música completamente, ya que a la vez que era mi mayor pasión y talento, era
mi mayor muleta. Nuestro talento suele ser un escollo cuando deseamos
descubrir el infinito, ya que nos aferramos y apegamos a él, mientras que
descuidamos el resto de nuestro círculo de vida. En la historia de muchos
talentosos se puede ver el sufrimiento que llevaban por no poder soltar esta
identificación con su don. Una aclaración importante que debo hacer, es que
no a todos les sucede este mismo proceso. Lo que viví con mi oscuridad fue mi
experiencia con mi proceso. No todas las personas se deprimen en su noche
oscura. Cada uno recibe lo que necesita vivir para soltar la limitación y el
bloqueo interno. Pero la hermosa realidad del rostro compasivo de la Gracia,
es que con el avance del despertar colectivo de la humanidad, el desierto se
hace cada vez más fácil de transitar para los que se aventuran en él. Cuanto
más personas despiertas hay en el mundo, más rápido y fácil se hacen las cosas
para todos. Somos una misma Conciencia!!! Tu propio despertar es una puerta
abierta para miles y miles de otras personas que quieren despertar.

El lugar más sagrado de nuestras vidas y donde están los desafíos, los
miedos y fantasmas más grandes son nuestras relaciones con otras personas.
Aquí es donde se expresa la sanación y la liberación. Las relaciones son las
puertas hacia la música infinita del Universo. Ellas son partes de nuestra propia
alma que dejamos olvidadas por ahí. Ellas son notas de nuestra propia sinfonía.
Las relaciones a su vez son el reflejo más vivo y dinámico de quienes somos y
de cómo estamos vibrando en el mundo. Todas las tradiciones y caminos de
despertar hacen hincapié en esta importancia. El “Curso de Milagros”, por
ejemplo, habla constantemente de la relación como el camino al Cielo, siendo

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el “cielo” en este caso, un estado de unidad y dicha. El maestro Sri Kalki
Bhagaván de India dice directamente: “la vida es relaciones”. Ellas nos
muestran y nos reflejan todo. La luz que somos, nuestras limitaciones, nuestra
genialidad, nuestros conflictos; a veces llegan a decirnos exactamente lo que
conscientemente estamos pensando, y a veces dicen los ocultos pensamientos
que no nos animamos a descubrir. En verdad siempre nos espejan!!! No hay
separación alguna entre nosotros y nuestras relaciones. Ellas son emanaciones
nuestras. Cuando estamos en armonía interna nos muestran música. Cuando
tenemos un conflicto nos muestran ruido. Desde una perspectiva más amplia
todo es música, y el ruido no es más que energía abriéndose camino. Deepak
Chopra en su libro “El Sendero del Mago”, dice que cada persona, junto con sus
relaciones de familia, amistades y personas cercanas es como un manojo de
energía. El cuenta que los “magos” conocen a las personas viendo este todo
como un conjunto, no sólo la individualidad que muestra el cuerpo separado
del resto. A mi me gusta ver nuestras relaciones como flores. Cada uno de
nosotros es un pétalo, conectado con tantos otros pétalos a través de un
centro común, qué es el propósito de la flor y a la vez nuestro propio propósito.
No nos relacionamos con los demás por casualidades sino por propósitos que
tenemos juntos. Estos propósitos no son lo que aparentemente creemos. El
verdadero propósito que tenemos tiene estrecha relación con nuestro
despertar y con el despertar colectivo de toda la humanidad. Dos compañeros
de facultad podrán pensar que su propósito es el de recibirse de una carrera,
pero yendo más profundo veremos que hay una relación que se basa en el
aprendizaje de conciencia que juntos están viviendo, un aprendizaje que
conduce al amor sin condiciones. Dos personas que se cruzan por la calle un
sólo instante tienen también el mismo propósito. El “Curso de Milagros” lo
expresa muy bellamente de esta manera:

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“El nivel más simple de enseñanza aparenta ser bastante superficial.
Consiste en lo que parecen ser encuentro fortuitos: el encuentro de dos supuestos
extraños en un ascensor “por casualidad”; el niño que sin mirar adonde va se
tropieza con un adulto “por accidente”; dos estudiantes que “de pronto” se
encuentran caminando juntos a casa. Estos encuentros no ocurren al azar. Cada
uno de ellos tienen el potencial de convertirse en una situación de enseñanza-
aprendizaje……el segundo nivel es una relación más prolongada en la que, por
algún tiempo, dos personas se embarcan en una situación de enseñanza-
aprendizaje bastante intensa, y luego parecen separarse…..el tercer nivel de
enseñanza se da en relaciones que, una vez formadas, son de por vida. En estas
situaciones de enseñanza-aprendizaje se le provee a cada persona de un
compañero de aprendizaje determinado que le ofrece oportunidades ilimitadas de
aprender.”
Si seguimos con nuestra imagen de las flores podemos ver que cada flor
se conecta con otras flores a través de los tallos de las plantas. Estos tallos son
la conexión e interrelación entre los distintos propósitos de las distintas flores.
Lo mismo sucede en los grupos de personas. Hay “flores” de artistas que se
conectan con “flores” de sanadores, ”flores” de empresarios, “flores” de
constructores, “flores” de campesinos, etc. Estos grupos también pueden ser
vistos como arquetipos mentales. Cada una de estas flores o grupos cumple
una función en el todo. Es el mismo funcionamiento que tiene un cuerpo, en el
que cada miembro es único y necesario. El propósito o la función que tiene
cada flor, va mucho más allá de lo que nos dicen nuestros limitados
pensamientos mecánicos, ya que el único y singular propósito de este gran
jardín que vive en el cofre de nuestro corazón, no es otro que el de despertar a
la conciencia de UNIDAD. Obviamente esta conexión energética de la que
hablo no tiene nada que ver con lo que vemos la mayoría de las veces con
nuestros ojos perceptuales. En esta afinidad de almas no entran los patrones

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de sangre, ni de religión ni de proximidad geográfica. La sintonía y afinidad de
esta ligazón tiene estrecha relación con nuestra energía vital, y como ya
dijimos repetidas veces, con el propósito con el que vinimos a este mundo. Es
una afinidad musical y cromática. Nos relacionamos con otros como se
relacionan entre si los colores y las notas musicales. Nos relacionamos con
otros como se relacionan los planetas y los soles. Somos constelaciones
galácticas viviendo un sueño de formas limitadas. Es por eso que necesitamos
ser conscientes en nuestras relaciones. Cada persona que tiene algún tipo de
vínculo con nosotros, sea duradero, o sea de sólo de un instante es una
oportunidad de descubrir un aspecto íntimo nuestro. Nadie entra en nuestra
vida por casualidad. El juego de atracciones que hacemos entre las personas es
nuestra música más preciada. Cuando resistimos alguna de estas partes que se
acercan, estamos resistiéndonos a nosotros mismos. Cuando escapamos del
contacto con las personas también estamos escapando de la oportunidad de
llegar a conocer nuestros propios rostros olvidados. Yo muchas veces pensé
lograr algún tipo de iluminación espiritual alejándome del mundo y de las
personas, en un estado de meditación, o volando en una música que me hiciera
perder en el cosmos. Creía que con esto sólo bastaba para despertar. Tuve
grandes experiencias de expansión en estos estados, pero al volver al mundo
de mis relaciones mis sufrimientos continuaban. Después de varios
aprendizajes que me cambiaron totalmente descubrí que son sumamente
necesarias ambas experiencias. Necesito los momentos de luz, expansión y
vuelo que me llevan más allá de la limitada idea de mí mismo y de mis
relaciones, y también necesito integrar esa nueva realidad expansiva en el
mundo cotidiano de mis relaciones. Cada vez que me dejo llevar al Cielo,
vuelvo a mi vida cotidiana con ojos nuevos y con una visión más amorosa de
todo y de todos.

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Aquí va otra versión de esta ancestral imagen llamada la “Flor de la Vida”
de la que brevemente ya estuvimos hablando. Creo que después de esta visión
acerca de las relaciones ella puede tomar nuevos y reveladores significados.

Hay algo que siempre me sorprendió de la vida de muchos artistas, y


gente creativa. Se puede leer en biografías o ver en películas que las vidas de
muchos de ellos eran extraordinariamente turbulentas. Hace poco vi una
película contando una hermosa versión de un momento de la vida de
Beethoven. Su genialidad parecía increíble y realmente tenía una conexión
extraordinaria con la divinidad. A su vez sus personalidades parecían jugarle
siempre malas pasadas. Su sombra lo mantenía en un estado de soledad que lo
hacía sufrir mucho. En sus relaciones más cercanas vivía preso de
condicionamientos internos muy fuertes que no le hacían bien ni a él ni a sus
cercanos. Es la historia de muchos artistas. Yo podría vivir esa historia si me
dejara llevar por los supuestos beneficios de la personalidad excéntrica que
solemos desarrollar los creadores; deslumbrante y atractiva por momentos

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pero que llevan al mismo callejón sin salida que la identificación con cualquier
personalidad que tengamos. Creo que este es el talón de Aquiles de muchos
creadores. Ser un genio y a la vez una persona común como cualquiera es algo
difícil de encontrar. A la vez es lo que en nuestra naturaleza íntima TODOS
somos. Somos genios y somos tan ordinarios como cualquiera. Los talentos
que todos tenemos y desarrollamos sólo tienen un propósito real en función
con nuestras relaciones. Su propósito es liberar, liberar y liberar. El talento de
una persona desalineada y ciega internamente puede ser atractivo, pero en
verdad que trae sufrimiento y apego. El talento usado desde una conciencia y
un corazón despiertos es una perfecta combinación que puede traer libertad y
felicidad a muchísimas personas.

Estamos hablando de Música Infinita. Esto significa que no tiene fin, que
no tiene límites. Que está cuando tocamos un instrumento y que continúa
cuando vamos a lavar los platos o cuando dormimos. Cuando nos despertamos
para levantar a nuestros hijos para que vayan al colegio y cuando vemos una
película con alguien. Es una música que enlaza cada instante en una perfecta
sucesión de existencia y conciencia. Es una armonía desde la que se ve la
perfección de toda aparente imperfección. El anhelo de nuestro corazón es
vivir en la música, en los infinitos matices de los acordes que creamos viviendo
con otras personas. En los sonidos que produce nuestra vida. Esto es sanación
real. En el mundo ya no hay tiempo ni ganas de seguir escuchando soluciones o
técnicas que no traigan real liberación. Estamos sembrando para que el Reino
de GAILEDÚM sea algo de todos los días. Es por eso que con esta lectura,
juntos nos permitimos volar en ideas expansivas, para luego volver a bajar y
ver las mismas ideas relacionadas con lo cotidiano. Y luego volvemos a volar, y
volvemos a bajar. Y cuando menos cuenta nos damos el piso en el que estamos
está mucho más alto del piso donde partimos. Juntos tenemos que lograr que

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vuele el piso, no sólo nuestros pies. Volar es elevarnos por encima de la
limitada visión chata de la mente racional. La idea de una Música Infinita es
una inspiración que integra la visión mágica del Universo entero con nuestra
percepción ordinaria, volcándolas en una misma canción de amor. Esta es una
canción que no podemos cantarla solos. Es infinita!!!! y esto significa que
involucra a todo y a todos. Si la música que haces con tu instrumento se volvió
un lugar sin vuelo te recomiendo que la sueltes. Cuando ella quiera, volverá
con nuevos colores más despreocupados. Cada vez más simples y brillantes.
Cada vez con menos técnica forzada y con más belleza espontánea. Recuerda
que esto se aplica a cualquier instrumento y a cualquier cosa, no solamente a
los instrumentos que llamamos musicales. En este libro estamos enlazando
todos los mundos. Una madre puede sentir que sus canciones más bellas son
sus hijos y un compositor puede sentir que es padre de sus composiciones. Una
conversación desde el corazón puede ser una sonata a la luz de la luna y una
improvisación musical desde el alma puede ser un verdadero sermón de las
estrellas.
Hace poco leí un artículo de un bajista en una revista especializada de
música, dando la recomendación a los músicos de estar la mayor cantidad de
tiempo interpretando su instrumento, para adquirir una maestría del mismo.
Desde un punto de vista esto es muy cierto y real. Para desarrollar un arte al
máximo se requiere dedicación y enfoque. Si quieres tener una gran técnica en
algo, sigue el consejo, pero si quieres música infinita sigue sólo a tu corazón.
Uno no se convierte en un virtuoso por tener una gran técnica ni por tener el
deseo de ser alguien sobresaliente. Sale como algo natural porque hay un don
y una pasión que puja. Sale porque uno esta enamorado de su don y le da todo
a este para hacerlo crecer y crecer. Pero hay que distinguir en nuestro interior
que desarrollar una técnica para ser alguien sobresaliente es querer ser alguien
más “especial” que los demás, porque en algún recodo de nuestra oscuridad

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nos sentimos pequeños. Casi todos queremos demostrarle al mundo que no
somos pequeños y por eso buscamos el triunfo y el éxito. Todos queremos ser
reconocidos, admirados y engrandecidos. Pero lo real es que con este deseo
estamos queriendo hundir el sentimiento de inseguridad que hay debajo. Fue
un gran descubrimiento para mí ver esto. Como yo me sentía disminuido y un
fracaso en mi relación con las mujeres, busqué sobresalir como músico y como
persona espiritual para sentirme mejor que los hombres con los que
inconscientemente me comparaba. Mi talento musical y mi espiritualidad son
reales, pero yo las usé como un escondite muchas veces. La realidad es que
todos somos grandiosos!!!! Cuando descubrimos la grandeza del Ser dentro
nuestro no necesitamos explicaciones ni demostraciones. La grandeza no está
en el talento, sino en cómo lo usamos. Cuando descubrimos el Ser que somos,
vemos que es el mismo que está en todos y en todo. No es nada personal de
nadie. No hay nada más deleitante que ver la genialidad de un niño por
ejemplo. Ellos nos pueden hipnotizar y hacer derretir de ternura, pero los niños
no se creen ningunos seres sobrenaturales por ser lo que son. No hay ningún
personaje dentro de ellos pretendiendo, ni se encierran en un cuarto para
practicar cómo ser increíbles y geniales.

Es importante saber qué es lo que de verdad queremos para nuestra


vida, y también es muy importante que seamos muy honestos con nosotros
mismos en este tema. ¿Deseamos ser reconocidos o ser felices? ¿Deseamos
ser virtuosos en lo que hacemos o deseamos música infinita? Yo descubro y me
enamoro cada vez más del don que tengo para la creación, pero me trajo
mucho sufrimiento la identificación con este don. No podía crecer en otros
aspectos de mi vida queriendo ser reconocido por lo que hago con este don. En
el cuarto oscuro de mi mente, lo que generaba este sentimiento de querer ser
reconocido, era el dolor que yo retenía por no haberme sentido reconocido por

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mis padres. El dolor de sentir que ellos no podían valorar quien yo era. En mi
proceso de despertar descubrí que ellos no son responsables de este dolor, fui
yo quien lo generé con mi oculto resentimiento hacia ellos. El resentimiento es
siempre una oculta venganza. A mis padres tampoco los pudieron valorar sus
padres. Este dolor no es de ellos ni es mío sólo. Es un dolor del mundo. Todos
estamos dolidos por no ser reconocidos, y todos estamos propagando dolor
con nuestro resentimiento. El mundo que vemos es el resultado de la falta de
reconocimiento del valor que tiene el poder del amor, pero este
reconocimiento no depende de nuestros padres, ni de nuestra pareja, ni del
gobierno, de la religión ni de nadie de afuera, depende únicamente de
nosotros mismos. La solución del problema del mundo está en nuestro propio
reconocimiento de la verdad. Cada uno en su interior puede volver a reconocer
el poder que tiene sin quedarse esperando que el entorno lo reconozca. El
amor incondicional empieza con la incondicional aceptación y perdón hacia
nosotros mismos, y si lo hacemos con nosotros naturalmente nos saldrá
hacerlo con todos los demás. ¿A qué quieres darle valor, a tu propio
reconocimiento del poder que hay en ti en este instante, o a un
reconocimiento externo que intente inútilmente cubrir el hueco vacío de tu
corazón? Siempre estamos eligiendo entre estas dos opciones. Aunque
parezca que tenemos montones de alternativas para tomar frente a las
situaciones que se nos presentan, no hay más que estas dos, amor
incondicional o reconocimiento externo. Vamos a ver esto desde una
perspectiva más práctica. Cuándo una persona elige una carrera o profesión
parece tener un sin fin de posibilidades. Hay miles de carreras y de profesiones,
pero la decisión que tomamos puede ser hecha desde nuestro propio hueco y
vacío interno, o en base a lo real que nos sucede ahora. Hay gente que elige
una profesión porque los padres directa o indirectamente se la imponen. Hay
otras que eligen por miedo a no llegar a tener un determinado status

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económico y social. Otras por hacer lo contrario a lo que los padres quieren.
Otras por miedo a ser un fracaso. También hay quienes eligen por miedo a
equivocarse, ya que sienten mucha presión interna. Decidir desde todos estos
lados, es decidir darle valor a un reconocimiento externo de algún tipo, sea
dinero, aprobación, afecto, atención o seguridad. En todas estas elecciones
interfiere el miedo. Cuando decidimos desde aquí simplemente estamos
siguiendo el automatismo interno, no hay amor alguno en este proceso. Todas
estas decisiones nos conducen a darle valor y poder al hueco de nuestro
corazón. Hay otra alternativa en la elección, y ésta se basa en lo más natural y
real que está sucediendo en nuestro presente. Quien ama el arte, que haga
arte. Quien se inclina a a las leyes, que se dedique a ellas. Quien vibre por la
sanación que sane. A quien le apasionen los puentes, que los construya. A
quien le encante viajar, que viaje. Quien no sepa que quiere, que se quede en el
no saber hasta que la claridad venga. Siempre es más simple y directo de lo
que parece!!!!! Siempre lo más verdadero y auténtico está delante de nuestras
narices. Lo mismo sucede con las situaciones cotidianas. Si tengo hambre y
acciono desde mi realidad puedo cocinar algo, comprar comida o pedir
comida. También puedo accionar desde mi hueco interno y enojarme con mi
esposa porque no cocinó o puedo enojarme con Dios por no traer pan a mi
mesa. Si me dicen algo supuestamente insultante puedo reaccionar y
responder desde mi resentimiento y pelearme, o puedo amarme
incondicionalmente y dejar que las palabras me atraviesen sin defenderme. Si
me duelen, descubriré que había dolor en mí y eso es sanador. Si no me duelen
ellas seguirán de largo y nada me importará en absoluto. Siempre hay una
elección simple y creativa ante todo, y también hay una forma de reaccionar
automáticamente desde el resentimiento. La elección creativa nos fortalece y
nos energiza. La elección desde el miedo nos mantiene en una existencia chata
e insulsa. En cada instante tengo la posibilidad de estar presente y ser creativo,

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o tengo la opción de dejarme llevar por un autómata que reacciona desde
mecanismos históricos. Quizás te llame la atención que en este libro hable
tanto del despertar. Algunos se preguntarán ¿que es despertar? Si hablamos
de que tenemos que despertar, significaría que estamos dormidos. Si quieres
entender que es estar dormido, no es otra cosa que vivir constantemente
como un autómata reaccionando ante todo, un ente que todas las decisiones
las toma en base al miedo y al vacío que cubre su corazón. En cada instante
podemos elegir entre el resentimiento y el reconocimiento del poder interno.
Para elegir este poder, ante cada situación debemos detenernos un instante
para no reaccionar desde nuestro automatismo y así dejar que el amor haga
sentir su presencia. Cada situación de conflicto es una perla preciosa, ya que al
detenernos, tenemos la oportunidad de desenmascarar la raíz de este
conflicto. Siempre hay una guía interna, una voz suave para algunos, una
sensación para otros, un presentimiento, una imagen, una intuición, una
energía amorosa disponible en nuestro interior, que es la verdadera alternativa
que nos lleva a la libertad ante cada situación. No siempre la podemos
contactar con claridad, por eso es tan importante detenerse, respirar y abrirse.
Si estamos atentos, esta energía amorosa nos llevará de la mano a poder ir
desarmando y desarmando la raíz del miedo y el dolor. Por ejemplo, si en un
instante nos sentimos atacados psicológicamente por alguien y nos quedamos
indefensos, como vimos hace un instante, veremos cómo nuestros
pensamientos automáticamente reaccionarán ante la situación queriendo
convencernos con todas las razones posibles de lo mal que estuvo ese ataque.
Aparejado con este mecanismo de reacción de nuestros pensamientos, le
seguirá una sensación corporal desagradable o una emoción. Al quedarnos en
la observación activa de esta reacción interna y en la vivencia de esa sensación
corporal sin ejercer ningún tipo de control, la energía del amor abrirá una
brecha en nuestra conciencia para mostrarnos todo lo que necesitemos ver y

- 150 -
saber y sentir. En nuestra indefensión le damos la oportunidad al infinito de
que un milagro de perdón y liberación suceda. De esta forma le generamos una
grieta a nuestro cuarto oscuro, a ese fantasmagórico cuarto del que hablamos
al comienzo del capítulo. Si continuamos en esta indefensión, con el tiempo
esa grieta se agrandará lo suficiente como para que la luz entre y barra con
toda la oscuridad retenida. La observación interna de la que hablo, no es un
análisis, es un VER interno, sin juicio ni justificación. Es un VER energético, es
un VER desde un estado que está más allá de toda aparente turbulencia, un
VER desde el SER. Descubrir los mecanismos desde este VER, es lo que nos
lleva a la libertad interior. Una vez que el disco rayado de un mecanismo queda
al descubierto, porque ya conocemos su reacción repetida, nuestro poder
interno se hará más y más presente. Para descubrir este poder, y dejar que
crezca necesitamos entrenarnos en aprender a VER, necesitamos entrenarnos
en aprender a ESCUCHAR. La alternativa creativa para todo siempre está
disponible, sólo hazte a un lado y obsérvate!!! sólo hazte a un lado y escucha!!!
Si realmente quieres soltar los resentimientos que te esclavizan y vivir desde la
fuerza creadora de todo lo que existe, hazte a un lado!!!! En nuestras manos
está el querer que esto suceda y en abrirnos a algo nuevo, el cómo se hace es
siempre un milagro de cada instante.

Reconocer en dónde estamos parados es el primer paso para todo.


Podemos pasar toda nuestra vida sin siquiera saber en dónde estamos parados
y resistiendo el VER directamente nuestra situación interna y externa. La
honestidad con uno mismo es la tierra fértil para que todos los milagros
sucedan. Una vez que sabemos esto todo es posible. Al reconocer nuestros
deseos, sin importar que piensen otros de ellos, sin juzgarlos, sin resistirlos, sin
disfrazarlos, sin quedarse pegados a que se cumplan, simplemente
experimentándolos con totalidad nos lleva a un estado de apertura, fluidez e

- 151 -
integridad. Los niños son maestros en esto. Los adultos tenemos dentro
nuestro infinidad de deseos contrapuestos unos con otros, y es de vital
importancia reconocerlos y aceptarlos, ya que el deseo es el motor que nos
impulsa. La integridad interna surge en esta aceptación de lo que somos. Hay
una falsa idea de espiritualidad que propulsa el no-deseo. Esto es imposible!!!
Esta idea es una mala interpretación de viejas tradiciones espirituales. Si no
tengo deseo, estaré sin fuerza ante la vida. Si quieres libertad, debes desearla
con las tripas!!! Si quieres recuperar tu poder verdadero, debes llegar a
desearlo enteramente!!! Cada deseo es una flecha que lanzamos al universo
con un objetivo. Las flechas son nuestra fuerza. Hay que aceptar
incondicionalmente el objetivo que le dimos a cada una de nuestras flechas
para recuperar nuestra fuerza. Cuando no estamos contentos con nuestra vida
podemos recuperar las flechas lanzadas y volver a lanzarlas en la dirección que
realmente queramos, que es lo mismo que volver a elegir. Esconder nuestros
deseos, o negarlos, sólo nos conduce a la impotencia. Los seres humanos
sufrimos porque es nuestro deseo secreto sufrir. Si puedes descubrir esto
dentro tuyo, sentarás las bases para tu libertad. Yo tardé años en conectarme
con un real deseo de paz y libertad por sobre todas las cosas. En mi proceso de
despertar comencé a descubrir a añejos personajes internos queriendo otros
ocultos beneficios por sobre mi paz y mi libertad. Unos querían seguir
reclamando y protestando a todo aquel que me disparara las mismas
sensaciones que mi papá o mamá. Otros querían llamar la atención a cualquier
costa. Otros querían ser famosos y exitosos para sentirse valorados. Otros
querían tener percepciones extrasensoriales para sentirse más poderosos.
Otros tenían tanto miedo que buscaban seguridad en cualquier cosa. A otros
les encantaba sufrir…Es imposible estar en un estado de paz y de infinitud
teniendo tantos personajes internos y entes resentidos queriendo
protagonismo. Yo había lanzado cantidad de flechas en distintas direcciones y

- 152 -
con objetivos contrapuestos y luego escondí el arco aparentando una artificial
cara de “inocencia”. Esta es la condición interna de cualquier ser humano
promedio. Para desenmascarar los personajes internos hay que animarse a
VER en todos los espejos que nos ofrecen nuestras relaciones, ya que en este
mundo es imposible verse sin espejos. Una vez que los pescamos, los
descubrimos y los aceptamos, ellos solos comienzan a perder fuerza y
protagonismo. No hay que resistirlos ni luchar con ellos, ni cambiarlos, ni
pretender transformarlos, sólo abrazarlos y aprender a amarlos así como son,
porque en el fondo es lo único que buscan, ACEPTACIÓN. Por eso yo te animo
a que te dejes fluir en este río inmenso de la Gracia de la vida. La mejor forma
de descubrirse y de descubrir lo que tenemos dentro es viviendo con vuelo y
pasión, sea lo que sea que hagamos. Súbete a las melodías que tengas que
vibrar con cada instrumento que en este mundo se te cruce. Escucha la música
de tu entorno cotidiano. Degusta los sabores que te regale tu devenir. Corre el
velo de los colores que aún no se revelaron. Llora todo lo que tu alma necesita
llorar. Pide ayuda al Universo a cada instante!!! Hay oídos que escuchan en
todos lados. Grita, baila, cambia de trabajo todas las veces que lo necesites.
Haz sonar tu melodía en cada lugar en donde puedas, hay música en tu
corazón!!! RECIBE, RECIBE, RECIBE LA GRACIA!!! Es la fuente de poder más
inmensa. DALA, DALA DALA!!! Así descubrirás que ella siempre está con vos.
Todas estas cosas no siempre sucederán tocando tu instrumento favorito.
Quizás lo llegues a olvidar por un tiempo, pero te aseguro que descubrirás que
puedes jugar con montones de instrumentos. Te aseguro que cuando vuelvas a
hacer música te fundirás con ella. Te perderás tocando un tamborcito o
cantando una canción de cuna. Cuando crees nueva música tu corazón tendrá
universos de amor que expresar, tu conexión se expandirá infinitamente y
comenzarás a despertar al éxtasis de vivir en la Música Infinita. De esto se
trata, de que la música no sea una pequeña cajita sonora sino una sinfonía

- 153 -
espontánea. Entrega tu corazón al infinito, a la incertidumbre y a la música de
este instante. Una grieta se ha abierto en nuestras defensas y el muro de
nuestra esclavitud por fin se desmorona.

DEMOS GRACIAS AL INFINITO!!!

“No pienses que el camino que te conduce a las puertas del Cielo es difícil.
Nada que emprendas con un propósito firme, con absoluta determinación y lleno
de una feliz confianza, llevando a tu hermano de la mano y en armonía con el
himno del Cielo, es difícil de lograr. Lo que en verdad es difícil es vagar, solo y
afligido, por un camino que no conduce a ninguna parte ni tiene ningún propósito.

Un Curso de Milagros

- 154 -
10- Música de las esferas

En el Reino de GAILEDÚM
no existe la sombra, ni el olvido, ni el sufrimiento.
Los Reyes son lo que son, simples y majestuosos,
entregados al devenir mágico
de la armonía infinita
del Universo.

Recuerdo una parte del libro “Creatividad” de Osho en el que él cuenta


que en una escuela de cierto arte en China, los discípulos debían estudiar
durante 12 años la técnica necesaria para éste y durante otros 12 años debían
dedicarse a cualquier actividad que no tenga nada que ver con él, para así
poder soltar el apego con la técnica. Debían hacer jardinería, cocina o lo que se
presente. Recién después de estos 12 años terminaban sus estudios y podrían
ser libres para crear. Ellos tendrían la habilidad del aprendizaje de los primeros

- 155 -
12 años, y a la vez sin ninguna atadura con la técnica en sí. Me resultó muy
esclarecedor este relato. No sé si nosotros los occidentales tendríamos la
paciencia de estar 24 años entregados al estudio de un arte, pero lo que me
parece interesante de ver en este relato de Osho, es este aprendizaje en el que
se busca un equilibrio entre habilidad y a la vez libertad. En nuestra cultura
occidental somos esclavos de la habilidad y de la técnica. Hacemos técnicas
para todo. Llegamos a una locura tal que hasta tenemos técnicas para “hacer
el amor”. No estoy en contra de las técnicas, ellas son de mucha utilidad
mientras que estén al servicio del corazón y de la espontaneidad. Esto es lo que
expresa el relato de Osho. Si en cambio la técnica está al mando de nuestro
corazón reducirá la imprevisible e impredecible voz del Universo a un sonido
repetitivo. No te voy a aconsejar que pases 12 años para liberarte del apego
con las técnicas. Lo que quiero mostrar aquí es que este continuo soltar de las
estructuras internas puede suceder naturalmente si estamos presentes. Las
experiencias que la vida nos trae, naturalmente nos llevan a este fluir, el
problema es que resistimos lo que el Universo nos quiere decir
constantemente. Tenemos erradas ideas de que lo que nos pasa es por
casualidad, o por karma, o porque algo esta mal conmigo o con los demás, o
pensamos que las cosas no deberían ser así. Estas falsas interpretaciones que
hacemos de todo nos hacen sentirnos víctimas del acontecer natural de las
cosas. Tenemos una adicción a interpretar todo. Hay una frase muy sabia que
ha quedado resonando en mí desde que la escuche: “Si sucede conviene”.
También hay otra frase del “Curso de Milagros” que expresa algo muy
parecido: “Todo sucede en mi beneficio”. No tomes estas frases como ideas
huecas y sin una experiencia real de ellas. En la medida en que dejes de lado
tus interpretaciones automáticas, podrás conectar con esta experiencia. EL
UNIVERSO ES TOTALMENTE BENÉBOLO!!!! Constantemente surgen cosas
fuera de nuestra planificación, fuera de programa, fuera de nuestras

- 156 -
expectativas, porque todo esta vivo y cambia constantemente. Es imposible
planificar y programar sin una conciencia de flexibilidad permanente. Hay una
costumbre que fui adquiriendo y que me sigue dejando grandes enseñanzas, la
de soltar lo que estoy haciendo en el momento en que alguien me pide ayuda
con algo. A veces hay que arreglar una lámpara repentinamente, o ir a buscar a
los hijos al colegio fuera de programa, o escuchar a alguien que necesita de
nosotros, o cumplir la orden de un jefe. Un llamado de teléfono puede cambiar
repentinamente el curso de nuestro día. Un “accidente”, un encuentro
sorpresivo. En todo lo que sucede está el Universo hablándonos, llamándonos,
contestándonos, sorprendiéndonos, abrazándonos. Si estamos llenos de
nuestros propios planes, ahogaremos los planes de la vida, que siempre son
mejores que los nuestros. Los imprevistos ayudan a vaciarnos de nuestras
propias estructuras para poder fluir en una dirección que nosotros nunca
hubiéramos podido seguir usando nuestras variables tan limitadas. Hay un
querido maestro del “Curso de Milagros” que decía que si alguien le pide algo
mientras él está haciendo otra cosa, debe ser que la va a pasar mejor haciendo
lo que le piden, y por eso siempre va gustoso a hacerlo. Se sentía en el una real
confianza en el fluir de la vida. Me encanta esa forma de ver!!! A veces puede
ser fastidioso cortar con lo que uno está haciendo, pero cuando nos
entregamos a lo que sucede, podemos apreciar el regalo que el instante nos
tiene preparado. Todo sucede en nuestro beneficio!!! Esto es una verdad del
Universo. La mente humana tiene la tendencia a acomodarse y a estancarse.
Llegamos a un remanso pacífico y queremos quedarnos eternamente ahí, pero
luego el pequeño remanso de paz se convierte en un infierno si no seguimos
circulando. Fluir, fluir, fluir…ser como el agua del río que se adapta y a la vez
persiste y siempre continúa. Hay veces que voy a dar una clase y no tengo
ánimo. En ese momento veo que mis pensamientos me dicen que sería más
lindo quedarse descansando o tocando el piano, pero cuando llego a la clase,

- 157 -
me conecto con mi alumno o alumna y le doy todo lo que soy y tengo. Ahí se
me diluyen los pensamientos de las supuestas “no ganas” y me lleno de
energía. Detrás de cada actividad en la que no tengo “ganas”, el Universo me
regala un gran aprendizaje y una posibilidad de hacerme consciente de mi
propia resistencia, y de derretirla. Esta actitud de decir que “sí” a lo que se
presenta nos lleva a desarrollar una apertura y una disponibilidad. Cuando uno
está totalmente disponible para el Universo, el Universo está totalmente
disponible para nosotros. En mi experiencia, esta es una de las claves más
importantes para ser infinitos. Vivir en la incertidumbre. Abrazar los
imprevistos. Dejarnos desarmar por la vida. Rendirnos a lo que viene. Dejar
que las disonancias nos incomoden para que abran una puerta y nos muestren
una nueva armonía. En el momento en que nos rendimos a un supuesto límite,
todo puede suceder. En el instante en que nos entregamos a lo imposible, el
resultado deja de importarnos y estamos dispuestos y abiertos. Así, lo que
antes era un bloqueo se convierte en un portal para que entre lo nuevo.

En un texto de la Biblia dice que cuando Dios se definió con palabras dijo
“Yo soy el que soy”. Qué simplicidad!!! No veas esta frase como algo alejado de
ti mismo. Tu eres lo que eres…yo soy el que soy…todos somos lo que somos.
Esta es nuestra realidad interna. Fluir es ser y dejar ser. No hay nada más
simple que ser, y no hay nada más poderoso que ser. ¿Porqué sufrimos?
Porque queremos ser lo que no somos, o porque queremos que las cosas o las
personas sean algo distinto de lo que son. Hay una perfección increíble en que
todo sea exactamente como es en este instante. ¡Hay una belleza arrebatadora
en lo que es!!! ¿Qué es soltar, sino volver a dejar ser? ¿Qué es perdonar, sino
volver a dejar ser? ¿Qué es liberar, sino volver a dejar ser? Ya es hora de que
dejemos la pretensión y nos relajemos en nuestro SER. Respira… afloja…
suelta… no hay nada más placentero que ser uno mismo. Estuvimos locos por

- 158 -
muchísimo tiempo en este planeta queriendo fabricar personajes que no
somos. TERMINÓ ESTE JUEGO DE SUFRIMIENTO!!! Las trompetas de la
libertad están sonando en todos los rincones del mundo anunciando una Era
Dorada. En el Universo, no encontramos a Marte queriendo ocupar el lugar de
Venus, ni a Saturno queriendo ser el Sol. Cada estrella y cada planeta ocupan
su lugar y son lo que son sin la mínima resistencia. A su vez cada uno de ellos
cumple su rol fundamental en el sistema planetario y en la galaxia a la que
pertenecen. Si uno de ellos fallara, la galaxia entera fallaría. Esto está
demostrado científicamente. Cada uno de ellos hace que el todo funcione en
armonía. Así es como la música de las esferas puede suceder. Cuando hay una
entrega a ser, sin cuestionamientos, ni dudas, ni resistencias. Esta entrega no
es una esclavitud ni una resignación, es el gozo absoluto del reconocimiento de
lo real.

En las clases y talleres de música que organizo siempre aliento a dejar


ser y a no forzar ningún sonido. A permitir a la incomodidad ser incomodidad,
a permitir a la tristeza sacar sus propios sonidos y a la furia gritar sus
turbulencias. A permitirnos sentir el miedo para que pueda atravesarnos y
desparecer en carcajadas. A no mantener posturas ni sonoridades forzadas.
Allí siento a la magia actuar. Allí las puertas se abren detrás de los fantasmas y
poderosas energías se liberan detrás de éstas. Nunca sabemos que acorde
estamos haciendo ni que escala tocamos, pero ni nos importa. Porque la paz
se presenta y nos llena de estrellas. Los ángeles juegan a través de nuestras
manos y cantan a través de nuestras voces. A ellos los dejamos sonar en
nosotros y nosotros nos permitimos vibrar en su frecuencia. De esto se trata la
Música Infinita. De subir nuestra frecuencia, y subirla, y subirla para trascender
los tonos depresivos y empezar a volar y sintonizarlos con la celebración y la
dicha del cosmos. Subir y subir la sintonía de nuestro corazón hasta recordar

- 159 -
que somos inmortales niños jugando en un Reino sin límites ni
condicionamientos.

“¡Cuán débil es el miedo! ¡Cuán ínfimo e insensato! ¡Cuán insignificante


ante la silenciosa fortaleza de aquellos a quienes el amor ha unido! Tal es tu
"enemigo": un ratoncillo asustado que pretende enfrentarse al universo. ¿Qué
probabilidades tiene de ganar? ¿Sería acaso difícil ignorar sus débiles chillidos
que pregonan su omnipotencia y quieren ahogar el himno de alabanza al Creador
que perpetuamente y cual una sola voz entonan todos los corazones del universo?
¿Qué es más fuerte, ese ratoncillo o todo lo que Dios creó? No es ese ratón lo que
te une a tu hermano, sino la Voluntad de Dios...”

Un Curso de Milagros

- 160 -
11- El Poder de la Música

“Déjate llevar
Estas en medio de un baile
Una estrella descendió y te invita a que seas su pareja
No necesitas técnica alguna
La música te llevará

No necesitas nada más


que dejarte llevar.

Déjate vibrar
Déjate sonar
¡Déjate despertar!!!

Ángeles de todo el universo vinieron a regalarte la melodía de su corazón.


La música de las esferas quiere sonar en tus entrañas, quiere que unas tu voz al
concierto que vibra sin interrupción en todo el tiempo y en todo lugar.

La sensibilidad de tu cuerpo quiere abrir sus pétalos hacia nuevas armonías.


La música es una voz de las estrellas que suena en tu intimidad
para entregarte mensajes olvidados.

Estamos despertando de una profunda pesadilla ruidosa y sin sentido.


En ella la música más sublime desapareció detrás del ruido. Deja que ella
vuelva. Deja que las melodías olvidadas retornen. Deja que las canciones del
infinito se expresen. Ellas son mensajes. Ellas abren puertas olvidadas. Ellas son
recordatorios del Paraíso olvidado.

Déjate llevar…déjate sonar.


Deja que una música cada vez más bella se haga presente.
Deja que tu vibración se eleve.
Deja que un himno de amor surja.
Deja que el Paraíso retorne”

- 161 -
Los humanos vivimos en un mundo de sensaciones, percepciones,
pensamientos, ideas, un mundo de un fluir constante de información. Creemos
que este mundo es real, pero la única realidad del Universo, es el amor, la luz,
la Conciencia, Dios o como quieras llamarlo. La dichosa energía de todo lo que
existe no tiene forma ni nombre. El fluir de información en el que creemos
estar inmersos no es real en sí, ni tiene relación con la experiencia del amor. Es
un sueño…una ilusión. En el estado de conciencia en el que vivimos, este fluir
de bits, señales y conceptos nos mantiene presos en esta matriz de datos sin
vida, pero también puede ser usado para ayudarnos a regresar a la experiencia
expansiva del amor y de luz sin límites. Quien decide como usar este cableado
eres tú, cada uno experimenta la realidad que elige a cada instante.

Nuestro cuerpo es parte de esta ilusión de límites y nos mantiene


aislados y separados, pero si es usado con el propósito del DESPERTAR
encontraremos que es el instrumento de más utilidad que hoy disponemos
para nuestra LIBERTAD. Nuestro cuerpo en su estado natural dispone de una
increíble y olvidada sensibilidad. Es un organismo vivo en conexión con todos
los organismos existentes, es una antena hacia el Universo. A causa del
profundo miedo que sufrimos los hombres y mujeres, nuestra extrema
sensibilidad se fue perdiendo y desapareciendo. La sensibilidad es la única
manera que tenemos de experimentar la energía de la luz y el amor que está
siempre disponible. La sensibilidad es la puerta hacia una belleza infinita. Si la
sensibilidad se va, no podemos conectar con la vida que nos desborda
constantemente. Esta sensibilidad se expresa en nosotros en las sensaciones,
sentimientos y emociones que pasan por nuestro cuerpo. Cuando el cuerpo
vuelve a abrir sus canales y sus puertas internas, la vida comienza a fluir
nuevamente. El éxtasis es la experiencia de mayor frecuencia vibratoria que

- 162 -
podemos experimentar en el cuerpo. El éxtasis es nuestro sentimiento
olvidado. El éxtasis es la faceta del amor que olvidamos. El principal órgano de
nuestra sensibilidad para abrirnos a esta experiencia es nuestro corazón. La
música es uno de los regalos del Universo que más ayuda en el despertar del
corazón. La música es un poderoso instrumento que nos conecta con la
sensibilidad vital que necesitamos. La música es un lenguaje incomparable e
irremplazable. Lo importante de ella no es su propia vibración sino la vibración
que en nosotros ella despierta. La verdadera música es la que sale desde
nosotros.

Deja que una nueva música se exprese


Deja que retorne la melodía de tu corazón
¡La hora de un concierto dorado ha llegado!!!!

“La música es el corazón de la vida, por ella habla el amor”


Franz Liszt

" La música gobierna al mundo, endulza las costumbres, consuela al


hombre en la aflicción. Es hija del cielo. Es el más bello y el más glorioso don de
Dios. Es una disciplina; es una educadora; hace a las gentes más dulces, más
amables, más morales, más razonables ".
Martin Lutero

" A mi juicio, creo que la música está incluida en la lista de las mejores
bendiciones de Dios. Fue creada e inspirada por Dios para que nosotros sus
hijos tuviésemos plenitud de vida ".
Ted Stanton

- 163 -
“Sin la música la vida sería un error”
Friedriech Nietzsche

“Habrá cantores que canten como los Angeles del Cielo y las melodías no
serán tibiamente celestiales como las que conocemos hasta hoy, habrá un
nacimiento de expresión profunda en todas sus formas, pero la música será por
excelencia la expresión en donde la comunicación alcanzará el máximo de
pureza, la palabra quedará relegada ya que pertenece al mundo viejo, y las
Sociedades Nuevas se comunicarán como en las Dimensiones Superiores a
través del Sonido de la Mente y no habrá engaño alguno…”

Del libro “Diálogos con la Naturaleza” de Amán Urim Elim

“La mejor música de Urantia es tan sólo un eco pasajero de los magníficos
arpegios que escuchan los asociados celestiales de vuestros músicos, quienes no
registraron más que jirones en forma de melodías musicales de armonizaciones de
sonidos de las armonías de las fuerzas morontiales. La música espiritual y
morontial emplea frecuentemente las siete modalidades de expresión y
reproducción, de modo que la mente humana tiene una dificultad tremenda en
traducir estas melodías de las esferas más elevadas a meras notas de sonidos
musicales. Sería como tratar de reproducir los sonidos de una gran orquesta con
un solo instrumento musical.”
Del libro “Urantia”

”Es literalmente verdad que “la melodía tiene el poder de transformar a un


mundo entero”. Para siempre, la música seguirá siendo el lenguaje universal de
los hombres, los ángeles y los espíritus.”
Del libro “Urantia”

- 164 -
¿Qué es el Cielo, sino un himno de gratitud, de amor y de alabanza que
todo lo creado le canta a la Fuente de su creación?
Un Curso de Milagros

“Y ahora los ciegos pueden ver, pues esa misma canción que entonan en
honor de su Creador los alaba a ellos también. La ceguera que inventaron no
podrá resistir el vibrante recuerdo de esta canción. Y contemplarán la visión del
Hijo de Dios, al recordar quién es aquél al que cantan. ¿Qué es un milagro, sino
este recordar?, ¿Y hay alguien en quien no se encuentre esta memoria? La luz en
uno despierta la luz en los demás. Y cuando la ves en tu hermano, la recuerdas
por todos.
Un Curso de Milagros

“Pues no hay nadie que pueda oír el himno del Cielo sin añadir el poder de
su voz a él, haciéndolo así aún más dulce. Y todos se unirán al himno ante el altar
que fue erigido en el pequeño espacio que el pecado proclamaba que era suyo. Y lo
que entonces era minúsculo se habrá expandido hasta convertirse en un himno
excelso en el que todo el universo se habrá unido cual una sola voz.”

Un Curso de MIlagros

La música es emoción, pasión, entrega


La música es canto, baile, intensidad
La música es deleite, armonía, movimiento
La música es conexión, integración, presencia

La música es una voz que llama, una voz que acaricia,


una voz que sacude, una voz que conmueve.

- 165 -
La música es un río que limpia, es un agua que circula,
es un fluir que no nunca se detiene.

La música es y te ayuda a ser.


La música vibra y te ayuda a vibrar
La música es vida y te ayuda a vivir.

Hoy el mundo se está despertando


Hoy tu corazón se está despertando
Hoy la música te ayuda a despertar

Hoy recordamos lo que somos


Hoy recordamos nuestra canción olvidada
Hoy la música te ayuda a recordar

La música es amor
El amor es música

Hoy te doy todo el amor de este himno que te devuelve el alma.

- 166 -
Como final de este libro de flores nuevas, o también, como el
desvanecerse de esta ola que se transformará en miles de olas nuevas, quiero
regalarte un cuento que describe perfectamente el espíritu de este corazón de
Rey que está naciendo a cada momento en nosotros. Los cuentos son
perfectos para describir cosas que están más allá de las formas y de los límites.

La rosa pensante

Una rosa estaba por nacer.


Germinaba la esperanza
de un jardín de colores suaves.
Ella iba a ser de una amarillo solar perfecto,
con brotes y ramificaciones
por toda la galería que rodeaba al caserón.
El ceibo ya preparaba su llegada
albergando un nido de alondras
que festejarían la llegada
de la princesa del jardín
con una marcha de trinos y silbidos.
Las abejas ya estaban preparando
la receta de una miel exquisita

- 167 -
con el polen dorado de la doncella.
Una noche de verano,
un ángel bajo del cielo
sin avisar nada de su visita
a sus congéneres.
Se entretuvo hablando con
la pequeña e inocente semillita
de rosas por un largo rato.
Después de horas de filosofía de jardín
un trato se había consumado.
El ángel le había otorgado
a la semilla la capacidad
de controlar su crecimiento
y de decidir y elegir caminos,
a cambio del exquisito perfume
de la rosa…de por vida.
En pocas palabras,
le dio la capacidad de pensar.
Cuando comenzó a crecer,
la niña tímidamente empezó a
utilizar su nuevo juguete
clasificando y poniendo nombres
a todos los bichos, insectos, animales,
hojas, plantas, árboles y arbolitos
que se cruzaban por su nueva
visión de las cosas.
Le gustó tanto tanto esta nueva
dimensión del mundo,

- 168 -
que en sus años adultos, la princesa
dejaría de vivir en su florido jardín
para pasar a morar en su nueva
mansión de pensamientos
y elucubraciones mentales.
Ella ya había dejado de prestar atención
a los objetos que veía,
distraída por sus nombres,
conceptos, características, utilidades,
ventajas y desventajas
que éstos le proporcionaban.
Comparaba, planificaba, recordaba.
Se preocupaba por los rendimientos.
Se lamentaba por sus pérdidas.
Se alegraba en imprevistos descubrimientos.

También comenzó a tener miedo


por lo que le pudiera pasar,
ya que ahora tanto se había proyectado
en su jardín planificado
que temía perderlo.
Una de sus diversiones preferidas
era la de clasificar por rangos
e importancias a las cosas
que ella había conocido y registrado.
Así decretó:
Primero seremos nosotras las flores
de colores cálidos y aromas de primavera.

- 169 -
Luego vendrán nuestros amigos los pájaros.
Por debajo estarán las plantas frutales,
tan necesarias para nuestra economía.
Más abajo estarán los arbustos y árboles
que defenderán al jardín.
Por último están nuestros
servidores los insectos;
trabajadores que fertilizarán nuestra tierra
y juntarán nuestra cosecha.
Pasaron los años.
Pasaron inviernos, primaveras
gloriosas, y otras no tanto.
Los veranos se hacían pesados
y todos se relajaban ante la llegada el otoño.
Pasaron cielos brillantes y plomizos.
Soles abrasadores, lluvias, tormentas.
Y así en el nuevo y moderno jardín
de la galería, todo había cambiado.
Cada cosa y cosita que existía
tenía su función específica
en beneficio de la modernidad del jardín.
Los pájaros ya no se dedicaban a cantar,
ya que habían tomado como nueva profesión
la de contar las entradas y egresos
de la economía de las rosas,
ya que se habían multiplicado
en centenares de rosas pensantes.
Unos pocos de ellos aún seguían

- 170 -
cultivando su oficio de cantores,
pero ya de una forma profesional
y por supuesto, con mucha técnica.
Los insectos habían sido reducidos
a trabajos manuales automáticos.
La última novedad, es que muchos de ellos
se estaban quedando sin trabajo,
debido a la nueva tecnología de las rosas
que reemplazaba a la mano de obra artesanal.
Los productos del jardín,
como frutos, frutas y mieles
se exportaban junto con nuevas variantes
artificiales más grandes y coloridas,
que crecían más, en la mitad de tiempo,
aunque como lo había pactado el ángel,
ya no tenían aroma.
Pero eso ya no importaba,
¡La ganancia para las rosas era mayor!
Cada planta y cada árbol estaba
registrado, numerado,
y pagaba debidamente sus impuestos.
Así el paradisíaco jardín
se había convertido en un civilizado
y planificado mundo donde todo,
o casi todo, estaba bajo control
y en orden, y en donde cada individuo
debía sumar sus fluidos y energías
a la productividad del novedoso

- 171 -
aroma de la economía del jardín.

Mucho tiempo había pasado


desde el trato de aquella
primera semilla de rosas.

Qué es lo que pasa


que ya no tienen aroma mis pétalos,
pensaba una rosa aburrida.
Ya no soy la misma
que era cuando niña…
En aquella época jugaba
sin preocuparme por nada
y reía como las chicharras
esparciendo mi perfume
por cada rincón del jardín.
Las niñas de la casa se acercaban
y me olían, y me acariciaban,
y corrían a mi alrededor.
¿Por qué ya no lo hacen?
¿Qué es lo que ha pasado conmigo?
¡¡Daría lo que sea por recuperar mi aroma!!!

Una mañana, la adulta rosa había


despertado sorprendida
por un canto exótico
y para ella desconocido.
No era ninguno de los pájaros

- 172 -
cantores de su jardín.
¿Quién es? pensaba.
¿De dónde vendrá?
¿Qué canto tan colorido e inusual!
- Eh, señor pájaro, señor pájaro.
…éste no contestaba.
-¡Señor pájaro!
¡Acá abajo! ¡Soy la rosa pensante!
Nieta de la primera rosa pensante
Fundadora de la República Unida
de las Rosas Pensantes de esta tie…
-SSSSSHHHHH
-Silenciooo
Dijo el pájaro.
-Disfruta del canto de la libertad
y no te envenenes más con tus palabras.
-Escucha con atención…
El pájaro siguió cantando un largo rato más.
Y lo hizo de una manera tan dulce, profunda,
brillante y espontánea a la vez,
que la vieja rosa pensante
comenzó a llenarse de lágrimas
como nunca lo había hecho en su vida.
Lentamente el canto
comenzó a llamar la atención
de varias rosas, pájaros e insectos
que estaban trabajando en los alrededores.
La mayoría estaban tan hipnotizados

- 173 -
en sus asuntos que siguieron como si nada.
Muchos de los pájaros
se sorprendieron de escuchar un canto
tan diferente al de ellos.
Varios de ellos se emocionaron.
Algunos se pusieron muy celosos,
y para disimular comentaban
y cuchicheaban algo
con el que tenían al lado.
La mayoría de los insectos dejaban
lo que estaban haciendo y miraban
sorprendidos y entusiasmados
al pájaro cantor.
Desprevenidas lágrimas corrieron
en el jardín aquella mañana.
Muchos corazones comenzaron
a latir como nunca antes nadie recordaba.
Suavemente el pájaro cantor
finalizó su melodía
y un silencio conmovedoramente vivo,
y para muchos incómodo,
quedó flotando en el ambiente.
El visitante bajó volando
al medio del jardín
y se posó en una rama muy visible
de un árbol frutal.

-¡Es hora de despertar!

- 174 -
dijo a los cuatro vientos.
-Ustedes aún no saben quienes son…

Volvió a quedarse en silencio por un instante.


Miró con mucha calidez a la vieja rosa pensante,
y como un trueno desapareció del jardín.

Mucho se rumoreó del exótico


pájaro cantor a partir de aquel día.
Algunos guardaron el recuerdo de él,
y ellos ya no eran los mismos.
Algunas noches se escuchaba el silbido perdido
de algún grillo contento que le cantaba a la luna.
Algunos pájaros contadores tarareaban
despreocupadamente mientras hacían
sus rutinarias cuentas.
A veces, alguna lágrima de amor
se desprendía de alguna rosa.
A veces, pero tan solo a veces
un arbusto defensor invitaba a las
golondrinas vecinas
a anidar en sus ramajes.

Y llegó el día en que el comentado visitante


volvió al jardín de las rosas pensantes.
Se posó en la misma rama del árbol frutal
que la vez anterior.
Entonó otra dulce y espontánea melodía

- 175 -
y volvió a decir a los cuatro vientos:
-¡Es hora de despertar!
-Ustedes aún no saben quienes son…
Y así se hizo cada vez más frecuentada
la esperada llegada del peregrino.
Y así cada vez mayor
era el enjambre de espectadores
que se congregaba a escucharlo.
Y así cada vez mayor era el peligro
que muchas de las rosas pensantes
veían en estas frecuentes visitas.
Aunque los productos del jardín
eran cada vez de mayor calidad
y el rendimiento de casi todos
había subido enormemente,
muchos habían decidido
dejar de trabajar para las rosas
y se dedicaban a vivir una nueva vida
creando sus propias mieles.
Varios pájaros contadores se aventuraron
en la búsqueda de nuevos jardines
en donde aprender a cantar de nuevo.
Muchos de los árboles frutales
ya no aceptaban
que los afectaran con químicos
para producir frutas más grandes.
Prefirieron ir más lento y vender
su propia aromática producción.

- 176 -
Muy pocos grillos seguían trabajando
para las rosas,
ya que preferían juntarse de noche
en las tabernas y recibir con cantos
a cuatro voces la salida de las estrellas.

Una mañana
el sol asomaba por sobre los arbustos
con un resplandor desconocido.
La adulta rosa del jardín de las rosas
pensantes abría sus ojos
como si recién naciera.
Algo nuevo flotaba en el ambiente.
Algo viejo volvía a ser nuevo.
¡¿Qué es este aroma?!
¿En dónde estoy?
Mi piel exhala un perfume de cielo
que nunca antes había percibido,
a la vez que me resulta
conocerlo de siempre.
Mis pétalos se ondulan en el aire
como olas de terciopelo;
que suben y bajan, y juegan
con cada brisa de la madrugada.
-¡Oigan todos! ¡Oigan todos!
-¡Eh recuperado mi aroma!
-¡Eh recuperado mi aroma!
-¡Eh vuelto a nacer!

- 177 -
Cientos de mariposas de todos los colores
y tamaños comenzaron a revolotear
y zumbar alrededor de la ahora joven rosa.
Salían por entre sus hojas.
Desde las cornisas del ceibo.
Por entre medio de los alegres arbustos.
El jardín de las rosas pensantes se llenó
de una dimensión brillante y olvidada.
Cada rincón y rinconcito tomó matices
infinitos de una belleza espontánea.
Los pocos pájaros que quedaban,
se lanzaron a cantar como nadie imaginó
que aún podían.
Las abejas iban de acá para allá
saltando de rosa en rosa,
y desparramando el nuevo polen
del aroma de los cielos.
Sólo hizo falta que tan solo una rosa reviviera,
para que todo el jardín cobrara vida.
Ella había recordado quién era.
Era la Reina del Jardín.
Era el perfume siempre vivo de la vida.

- 178 -
Epílogo desde la cima la montaña

Somos una misma entidad, un mismo ser, una misma sinfonía. La tierra vista
desde arriba se ve como una esfera viva y radiante. En 1969 con el lanzamiento
de la misión lunar, fue la primera vez que un hombre vio nuestro planeta desde
ésta perspectiva, por lo menos oficialmente. Fueron conmovedoras las
palabras del astronauta Amstrong. El no podía creer los recuerdos de guerras y
divisiones de la humanidad desde la perspectiva de belleza y unidad que él veía
desde la pequeña ventana de su módulo lunar. Cuentan que él tuvo una gran
expansión de conciencia en este momento que le cambiaría su percepción de
las cosas para siempre. Para que puedas comprender mejor esta visión de
unidad te voy a pintar un pequeño cuadro desde la montaña de nuestra
conciencia. Imaginemos una orquesta sinfónica mundial. Una que además de

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las clásicas cuerdas, metales y demás instrumentos que conforman a ésta,
tenga cítaras y tablas de la India, taikos y kotos japoneses, gaitas, liras,
mandolinas, arpas, tambores y flautas de todos los continentes; guitarras
clásicas, guitarras eléctricas, modernos teclados, computadoras y cantidad de
otros instrumentos que hasta sus nombres desconocemos. Imaginemos que en
esta orquesta un flautista aburrido se va al pullman más alto del teatro a
despejar sus aires. ¿Y qué ve éste para su sorpresa? Una deslumbrante y
exótica orquesta. Desde su lugar cotidiano no percibía tantos colores ni
instrumentos. No podía darse cuenta de la belleza de la forma que hace la
colocación de los instrumentistas. Desde arriba la vio como una. Un solo
órgano viviente. Sus recuerdos de ella eran totalmente distintos. Recordaba
que se aburría allí. Recordaba a un violinista discutiendo con otro. Al del
tambor golpeando con sus palitos a un antiquísimo cello. No podía olvidar la
imagen de un guitarrista que vendió su preciada guitarra a otro por
necesidades económicas. Recordaba que muchos músicos se quedaban
dormidos en su asiento y que ya nadie lucía sus galas. Había algunos
compañeros que de vez en cuando hacían lindas melodías, pero ya casi no
tocaban en grupo. Su recuerdo del director era también triste, ya que éste se
dedicaba a sacar ventaja de su posición controlando sin sensibilidad a los
músicos y eligiendo obras musicales que nadie quería tocar. Todo se había
convertido en una rutina en esa orquesta. Pero desde arriba eso no se veía. El
flautista podía percibir una armonía mágica y profundamente inteligente
desde ahí. Podía darse cuenta de que cada instrumentista estaba en el lugar
perfecto más allá de las limitaciones que estos experimentaban. Podía
también oír que aunque los músicos estaban desconectados entre sí, seguían
haciendo música entre sus aparentes disonancias. En un momento le llamaron
la atención los energéticos ritmos que venían de un extremo. Eran de un
pequeño grupo de tamboristas que disfrutaban enteramente de lo que hacían.

- 180 -
Estaban totalmente compenetrados y entregados a su música. Nunca los había
visto desde abajo. Veía que de los músicos que estaban alrededor de ellos muy
pocos les prestaban atención. Es más, se dio cuenta de que un par de
trompetistas hacían ruidos molestos para callarlos. Pero los exóticos
tamboristas nunca frenaban esa Música Infinita. Por momentos, hasta los vio
jugar rítmicamente con los ruidos que hacían sus compañeros boicoteadores.
El flautista tuvo un rapto fuera del tiempo estando allí arriba. En ese instante
se preguntó ¿Cuál sería la música de la orquesta, si todos en ella tocaran con la
misma conexión y embelesamiento que esos tamboristas? Tan sólo lo imaginó;
tan solo lo vivió en un instante, como si eso fuera real en el presente. Tuvo la
visión en su mente de los músicos vibrando con lo que tocaban. Ellos se veían y
se sentían unos a otros para sumergirse en la sincronía extática del momento.
Los imaginó radiantes, como niños. El director era uno más, sin ejercer ningún
control sobre la música. Sólo inspirando a la orquesta desde su Ser.

IMAGINATE UNA MÚSICA INFINITA


TAN SOLO IMAGINA

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En este momento tan especial de nuestro planeta, se esta manifestando una
Gracia especial como nunca antes sucedió en la historia conocida. Esta Gracia
es como una ola de energía inteligente que pasa de persona en persona y de
corazón en corazón. Es un agua siempre viva que llena la sed de amor
incondicional que tenemos todos. En mi experiencia, esta Gracia permite hacer
posibles cosas que a mi me parecían imposibles. Mi nuevo hábito consiste en
dejar todo en manos de ésta para que algo nuevo suceda en medio de mi
limitada percepción. El esfuerzo humano, ante esta ola de energía inteligente,
queda como una hormiga ante un huracán inmenso. Los límites se deshacen si
la dejamos actuar. Nuestro desierto se llena de flores si invocamos su
presencia. Las montañas se mueven si nuestro corazón realmente lo desea.
Hay una hermosa parábola del evangelio en el que Jesús da de comer a
centenares de personas con 3 panes y 5 peces, haciendo sobrar además 12
canastas llenas. La clave para que esto sucediera fue que un niño ofreció todo
lo que tenía, 3 panes y 5 peces. El niño sabía que no alcanzaban para alimentar
a tanta gente hambrienta, pero él los ofreció igual. Jesús bendijo estos

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alimentos y sucedió el milagro de dar de comer a tanta gente con tan poco. Si
éste niño no hubiera ofrecido lo que tenía no había milagro; y si la Gracia no
hubiera intervenido tampoco. Esta es la fórmula para que esta Gracia actúe.
Cuando ponemos toda nuestra humanidad, aunque parezca limitada, y luego
pedimos y nos entregamos al Universo, abrimos una puerta para lo ilimitado.
Cuando reconocemos nuestra pequeñez, nuestra grandeza se hace visible.
“Llama, y las puertas se abrirán”; “pide con el corazón, y se te dará”.
Después del transformador proceso que empecé a experimentar los últimos
años soy consciente de esta Gracia en mí. Todo mi proceso se vio facilitado por
ella. Mi renacimiento no sucedería continuamente sin esta asistencia. Esta
energía inteligente no es nada sutil. Es un chorro de luz que entra por mi
cabeza y llena todos mis momentos. Es una conexión que crece día a día y que
hace de mi vida una melodía que me conmueve. Una visión interna que
convierte todo en oro. Los carbones más oscuros de mi pasado se transforman
en diamantes cuando suelto mis defensas y la dejo ser. A su vez, así como
recibo este regalo, lo doy en todo lo que hago y soy. Nos es importante creer
en esto. No hay ninguna nueva religión que armar. Te cuento mi experiencia
para que te inspire. Para que los fragmentos de esa melodía olvidada en vos
puedan volver a sonar. Para que valores los momentos de conexión que hay en
tu vida y para que estos puedan florecer cada vez con más frecuencia. Para que
tu corazón ansíe esto por sobre todas las cosas. Para que le hagas caso a tu sed
de belleza. Nuestro hemisferio racional del cerebro nos hace dudar de todo y
cuestionar siempre lo más real que tenemos. Por eso te estimulo a regar los
pocos o muchos instantes de luminosidad para que tu conexión llegue a ser
una experiencia indudable y permanente. Ya no hay forma de resistir este
fenómeno. Cuando una ola llega, o nos subimos a ella para surfear, que es la
forma más placentera avanzar, o ésta nos lleva arrastrando por el piso, que
aunque efectivo es muy doloroso y molesto. Deja que esta ola de energía

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dorada te arrulle y te sacuda, deja que te abrace y te dé todo lo que necesites
para abrir las recónditas puertas de tu alma. Deja que te muestre, que te
enseñe. Déjate deshacer por ella. Para algunos esta Gracia toma la forma de su
propio culto o divinidad, para otros es la energía de la vida o del Universo. Hay
personas concientes de ésta energía en si mismos que la dan con sus manos,
con su mirada, en su canto y en sus palabras. Otros lo hacen con su sola
presencia. También toma la forma de exquisitos platos y de colores nuevos en
un lienzo. Hay personas que la esparcen al bailar o al actuar en un escenario. En
mí toma su forma especial al hacer música, al escribir y al crear. Un día se
escapará también por entre tus palabras, en tus abrazos, en el brillo de tus
ojos y en lo que más te gusta hacer en esta vida para regalarla sin condiciones.
Las semillas de tu propio Reino comenzarán a crecer cuando tu propio mundo
se contagie de tu música siempre nueva.

¡Que disfrutes de este viaje sin cinturón de seguridad!


La única forma de volar.

- 184 -
.
En el Reino de GAILEDÚM la música es el lenguaje
cotidiano y la flor de cada instante, pero a la vez
no es nada importante. Lo más importante de la
música en GAILEDÚM es el aroma que deja al pasar,
los colores incandescentes que se desprenden siempre
nuevos de sus notas. La belleza sin forma que
dibuja la batuta Consciente. Lo más importante
de la música en GAILEDÚM es esa
sensación que deja al sentir al
corazón siempre explotando
de éxtasis.

- 185 -
Biografía no autorizada:

Dum nace en el Reino de Gailedúm en la eternidad de cada momento. Estudia


diversas disciplinas sagradas en universidades atemporales reconocidas por la
risa de Dios. Algunas de éstas son: aromas de flores, silencio musical, alquimia
espontánea, abrazos calentitos, humor angélico, relaciones infinitas, el arte de
de las artes, y muchas otras diversiones cosmológicas que no sería práctico de
traducir al castellano. Actualmente se encuentra realizando un master en amor
incondicional en clave de Sol en el planeta Tierra. Para esto pasó varios
milenios olvidado de su condición divina experimentando el sinsentido del
amor con condiciones. Fue liberado de este aburrido estado cuando una esfera
dorada le calló en la cabeza y lo convirtió en un muchacho lleno de rulos y con
una sonrisa en Fa mayor. Ya vuelto a recordar nuevamente su condición de
niño eterno, se dedica de tiempo completo a hacer música para expandir la
conciencia, a dar clases de desarmado musical, a escribir por encargo divino, a
preparar pócimas virtuales de colores y a mimar a su novia e hijas de su novia
en su mansión de pétalos y risas. Uno de sus pasatiempos favoritos es el de
derretirse de ternura al observar los movimientos de su gata Penélope. Junto
con sus amigos de jardín infantes de la dimensión Namanchastúm, están
llevando a cabo sus serios planes para desintegrar irreversiblemente la mente

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esclavizante del mundo hasta descostillarla en una risa sin fin. Su sueño y
visión más grande y apasionante en este momento, es el de convertir el
planeta Tierra en el planeta Gailedúm, para que en éste no queden ni rastros
de esta pesadilla de separación. Si quieres contactarte con él canta una dulce y
simple melodía hasta que el ángel amigo más cercano acuda a acariciar tu
corazón. La muerte fue borrada de su sistema operativo, dándole esto la
libertad suficiente de hacerse presente en cada canción de amor
y de alabanza a la creación.

Biografía autorizada:

Javier Aguilar nació en 1971 en la Ciudad Capital de Argentina como cuarto hijo
de los seis que llegó a tener su familia. Uno de sus pasatiempos favoritos de
niño, a parte del de jugar con rastis, soldaditos y autitos, fue el de dibujar, arte
que abandonó cuando su maestra de primer grado insistió en que debía
mejorar su letra. Vivió la etapa del colegio católico y sólo de varones, como una
etapa de gran sinsentido y sufrimiento. Empezó a estudiar música a los 12 años
luego de una visita a una mega tienda de instrumentos musicales con el

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colegio. En el sector de teclados y sintetizadores, tuvo una visión y una
sensación de verse trabajando entre estos en el futuro. Compuso su primera
canción al amor imposible en su época de secundaria. Intentó estudios
formales como administración de empresas y publicidad sintiéndose
desencontrado y desapasionado por el tema. Luego de éstos comenzó a
estudiar la carrera de pianista en la Escuela Popular de Música del Sindicato
Argentino de Músicos. Su mayor y más profundo aprendizaje en está no fue en
las materias más comunes como las de piano y lenguaje musical, sino en la
cátedra de expresión corporal, materia supuestamente complementaria, en
donde tuvo los primeros descubrimientos del funcionamiento de sus
emociones y de su poder creativo. Esta materia estaba dirigida por el profesor
de teatro Adrián Porcel de Peralta, al que Javier sintió como su primer maestro
real. Se vio desencantado y confundido por la educación académica del
sistema tradicional de enseñanza, razón por la que durante dos años comenzó
a estudiar clases particulares de piano y composición con Fernando
Albinarrate, primer profesor de piano con el que sintió verdadera conexión.
Luego de estos volvió a incorporarse con más conciencia a la misma escuela en
donde comenzó. De la estimulante experiencia en la cátedra de expresión
corporal en esta escuela surgió su primer grupo creativo con el cual realizaron
2 versiones del inmortal Fausto de Goethe, obra que presentaron en varios
teatros del circuito “under” de Buenos Aires. Javier compuso la música original
de éstas. Durante el mismo tiempo editó de forma independiente su primer CD
llamado “Sueño Azul”. Después de varias experiencias laborales poco
satisfactorias en administración y ventas, comenzó a trabajar como músico
acompañando en piano y teclados a varios cantantes en restaurantes y fiestas.
En el año 2000 se fue de aventuras musicales con uno de ellos a probar suerte a
Estados Unidos. Volvió de este viaje renovado por las experiencias que allí
vivió, que no tenían nada que ver con las expectativas con las cuales se había

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ido. Quedó desencantado del sistema de vida de esta sociedad occidental
durante su estadía en la ciudad de Nueva York, ciudad en donde se hizo
consciente de la profunda soledad que genera esta forma de vida moderna.
Durante estos años compuso varias canciones inspiradas en libros de
transformación como “El Caballero de la Armadura Oxidada”, “El Alquimista”,
“La novena Revelación” y el “Sendero del Mago”. Todas estas canciones más
otros cantos devocionales en versiones especiales, dieron cierre con los años al
CD “Alkhimia 2013-¡Despierta!”. A su vuelta de los Estados Unidos tuvo una
corta intervención de un año como maestro de música en dos escuelas,
experiencia que lo llevó a la conciencia de la inutilidad del sistema educativo
tradicional. Gracias a la insatisfacción y el vacío que le produjeron éstas últimas
experiencias comenzó prácticas espirituales con mucho compromiso, como las
técnicas de los Ishayas y un Curso en Milagros, con las cuales tuvo grandes
expansiones de conciencia. Durante estos años comenzó a tener una nueva
percepción de la música al sentir que su canal de conexión con ésta había
crecido notoriamente con la expansión que le produjeron estas prácticas. Aquí
comenzaron a surgir composiciones espontáneas, profundas y desde una
forma despreocupada, con su compañero de vuelos musicales Lucas Crawley.
Las percepciones sobre Gailedúm y la serie de Cds con este nombre
comenzaron en esta etapa. Pocos años después su relación con la música
quedó opacada debido a la insatisfacción que aún quedaba en su interior a
pesar a de sus prácticas espirituales. En el año 2004 comenzó a recibir
periódicamente una poderosa energía de despertar de conciencia entregada
con imposición de manos, llamada Bendición de Unidad o Mukti Disksha (en
sánscrito semilla de liberación). Esta energía, es un revolucionario fenómeno
de conciencia que comenzó en India, de manos de Sri Kalki Baghaban y su
esposa Amma, extendiéndose luego casi por todo el mundo. Con esta sanación
Javier comenzó un profundo conocimiento del estado de su mente, vivencia

- 189 -
que lo condujo a un continuo despertar de su corazón y al descubrimiento y
conexión con su divinidad. Se enamoró de su actual novia y compañera de
despertares en los continuos encuentros expansivos de Diksha que organizaba
en esa época su actual amigo y conspirador de conciencia, Pablo de la Iglesia.
Diana Schifrin y Javier comenzaron a sentir la afinidad y la sintonía de
corazones y misiones personales y se casaron en una íntima ceremonia
celebrada sólo con amigos cercanos. Retomó la música con más fuerza y
consciente de su propósito después de estas importantes experiencias. Junto
con un pequeño y comprometido grupo comenzaron la práctica de Un Curso
de Milagros de una forma muy intensa, en este tiempo abrieron un centro de
práctica permanente del curso en Buenos Aires. La experiencia de despertar se
le asentó de manera permanente en este tiempo, junto con la certeza de su
misión divina. Luego de este período, junto con su mujer Diana, comenzaron la
extensión de la experiencia de despertar de una forma inclusiva de toda
técnica y camino espiritual. El propósito de esta extensión es la visión clara de
que el despertar está sucediendo contundentemente de forma masiva en todo
el planeta. En la actualidad se dedica a realizar encuentros y conciertos de
despertar con música y Gracia, a dar clases de piano y creatividad musical, a
componer y experimentar nuevas formas de hacer música y conciertos con
más naturalidad y conciencia, y a expandir, siempre de nuevas formas, la
Gracia que le fue entregada. Creó la radio por Internet “Infinito”, espacio en
donde puso la intensión de recuperar la belleza de la música de todas las
épocas en función del despertar colectivo del corazón. Grabó en estos últimos
años varios Cds de música de relajación, energetización y expansión de
conciencia en su serie Gailedúm.

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Datos del autor:

gailedum@gmail.com
Página web: www.dum432.com
Facebook: https://www.facebook.com/MusicaInfinita432
Youtube: https://www.youtube.com/user/gailedum/videos
Twiter: https://twitter.com/Dum432
Instagram: https://www.instagram.com/dum_432/
Soundcloud: https://soundcloud.com/dum432
CDs disponibles para descarga:
https://dum432/download
Llevá conciertos sanadores a tu ciudad:
http://www.dum432.com/concerts

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Libros en conexión con las experiencias del libro:

“Un Curso en Milagros”


“Creatividad”, Osho
“El Poder del Ahora”, Eckhart Tolle
“Conversaciones con Dios”
“El libro naranja”, Osho
“Free Play, La improvisación en la vida y en el arte”
Stephen Nachmanovitch
“El Evangelio de la Unidad”, Pablo de la Iglesia
“Pedagooogía 3000”, Noemy Paymal
“El Alquimista”, Paulo Coehlo
“El Caballero de la Armadura Oxidada”, Robert Fisher
“La Novena Revelación”, James Redfield
“Ami, el niño de las estrellas”, Enrique Barrios
“Sincro-destino”, Deepak Chopra
“Auto liberación interior”, Anthony de Mello
“Inteligencia Planetaria”, Eugenio Carutti

Películas en conexión con las experiencias del libro:

“August Rush”
“Qué rayos sabemos” (What the bleep do we know)
La Educación Prohibida
“El Guerrero pacífico”
“Belleza Americana”
“Matrix”

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“Contacto”
“Avatar”
“The Truman show”
“Powder (Pura Energía)
“Hermano sol, hermana luna”
“El gran regalo”
“Así como en el cielo (Tierra de ángeles)”
“El día de la marmota (Hechizo del tiempo)”
“Vanila Sky”, “Abre tus ojos”
“Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”
“La sociedad de los poetas muertos”
“La sonrisa de la Mona Lisa”
“La dama del agua”
“Un buda”
“La fuente de la vida”
“Mi nombre es Sam”
“Copiando a Beethoven”
“Ciudad en tinieblas”
“Encuentro con hombres notables”
“La serie “Los 4400”

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“Estás despertando de una ruidosa pesadilla.

Estás alucinando un sueño de miedo en el que


Tus pensamientos se convirtieron en repetitivas y circulares frases
aisladas del resto de los verdaderos
pensamientos del universo

Esa forma de pensar genera un mundo caótico y disonante,


totalmente aislado de la sinfonía del cosmos.

Tú no estás confinado a tu pequeña soledad, estas en todos lados,


sonando en cada rincón del universo, creando armonías extáticas
con cada aspecto de ti mismo.

Estás despertando a una forma de pensar en muchas dimensiones.

Tu forma de pensar actual es bidimensional,


Piensas en alto y en ancho, en blanco o negro, apagado o
prendido, en forma de palabras e imágenes que mantienen a tu
mente como un circuito cerrado y auto enfrascado.
Todo lo que ves es producto de esto.

Que tal si descubrieses que tus verdaderos pensamientos son


partituras de apasionadas sinfonías
de gratitud y belleza.

Y si tu verdadera forma de pensar fuera como la de una orquesta, en


la que tus ideas multidimencionales se interrelacionan unas con
otras como si fueran instrumentos.”

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Tus verdaderos pensamientos son musicales, rítmicos,
embelezantes, expansivos, infinitamente bellos, engendrados desde
una explosión de amor.
No tienen nada que ver con
palabras ni formas huecas.

Que tal si las personas y situaciones con las que te cruzas a diario
fueran tus verdaderos pensamientos de amor, los verdaderos
instrumentos de tu orquesta.

Sólo te quedaste dormido en medio de tu propio concierto…

La vida es vibración

¡ DESPIERTA !

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