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Sofía Calvera

Un conocimiento artístico
Nietzsche critica los conceptos emitidos por el razonamiento humano, que ocultan lo singular en lo
universal. Dice que éstos sólo son abstracciones antropomórficas de las cosas y que verdaderamente
no se concentran en la esencia del objeto en cuestión, por lo cual no son sensatos. El objeto en sí es lo
que es verdadero, pues no lo contamina el lenguaje ni las erradas clasificaciones humanas: ​La cosa en
sí (esto sería justamente la verdad pura y sin consecuencias) es también totalmente inaprehensible y
en absoluto deseable para el creador del lenguaje ​( Nietzsche, 1873, pág 5). Todas las relaciones que
el hombre arma solo producen metáforas móviles, complemento del lenguaje y de los calificativos
humanamente otorgados a cada sustancia. Este método científico de estructurar el conocimiento,
desde un razonamiento intelectual, es desaprobada por el autor, pues para Nietzsche el intelecto debe
estar conectado con un carácter ficticio, confiando más en las intuiciones.

El hombres racional y el hombre intuitivo son las representaciones del método científico y de la
irracionalidad, respectivamente. Los dos tienen un fin en común por lo que no están totalmente
separados: ​Hay épocas en las que el hombre racional y el hombre intuitivo caminan juntos; el uno
angustiado ante la intuición, el otro mofándose de la abstracción​( Nietzsche, 1873, pág 13). ​Ambos
buscan dominar la vida, el primero mediante el orden y la estructuración del mundo y el segundo
mediante el arte, la vida disfrazada de belleza, este hombre toma como verdadero lo que le hace feliz.
Por otra parte el hombre científico nunca podrá ser feliz pues su racionalidad no se lo permite: ​las
verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son, metáforas que se han vuelto gastadas y
sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora consideradas como
monedas, sino como metal. ​( Nietzsche, 1873, pág 6)

Pero el hombre racional tiene una razón de ser, pues busca fomentar la paz entre la sociedad haciendo
de los conceptos verdades irrefutables para mantener un patrón de orden entre la plebe. Para este
hombre el intelecto no es más que el arte de fingir , pues busca lo regular en lo irregular, tratando de
proveer todo. Para el autor esto no puede ser, pues él considera que el mundo está en constante
cambio por lo cual no es regular y es imposible prever lo que sucederá.

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