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Un cantus firmus es una melodía que contiene las mismas características de una obra completa:
inicio, desarrollo y final (cadencia). En este sentido es importante que se consideren ciertos
elementos que son el fundamento estructural que se puede hallar en toda composición. En este
sentido, considérense los siguientes dos ejemplos. Se recomienda que antes de analizarlos se
canten, se toquen (con el instrumento que usted toque) y se vuelvan a cantar. Cantar los cantus
firmi permite tener una aproximación plena a una práctica en la que se carecía del apoyo de un
instrumento musical y donde los intervalos debían emitirse con precisión.
En el Ejemplo se puede observar que la nota inicial y la nota final son la misma, lo cual
permite tener el sentido de un principio y un final, de un retorno al punto de partida. Este punto de
partida es el primer grado melódico (1). Sin embargo, el final debe tener un acercamiento por
medio de una cadencia. En este caso se puede observar que es mediante las notas La-Sol; es decir,
mediante los grados melódicos 2-1. En este canto, hacia la mitad del mismo, se observa un punto
alto, una nota que no se repite en todo el canto: Re, y que aquí corresponde al 5º grado melódico.
Esta nota es mejor conocida como “clímax”. El clímax es un lugar muy importante en el canto, ya
que ejerce una fuerza de atracción que va desde el inicio hasta dicha nota, y después una búsqueda
al reposo (1 grado melódico). El clímax puede estar hacia el inicio, la mitad o el final del canto;
en este caso se encuentra hacia la mitad. Del inicio del ejercicio al clímax hay una búsqueda de
notas altas, Si, que retorna al Sol, y nuevamente Si, para llegar finalmente al clímax. El retorno
hacia el 1er grado melódico busca, no llegar de manera directa, sino una serie de notas que bajen
paulatinamente hacia la cadencia.
Una vez analizados estos dos cantus firmi se pueden hacer algunas observaciones puntuales
a manera de reglas que guíen la elaboración de un cantus firmus.
3. Es necesario incluir una nota climática (de preferencia, pero no exclusiva, la nota más
aguda). Esta nota no debe repetirse a lo largo del ejercicio, y puede estar hacia el inicio, la
mitad o el final.
4. Se recomienda que el canto tenga entre 8 y 16 notas.
5. Se sugiere que el canto se mantenga dentro de una tesitura de 8ª, a no ser, que por la
extensión del mismo, requiera expandirse hasta una 10ª.
6. De la nota inicial a la nota climática se deben buscar puntos altos o bajos que conduzcan
al clímax.
7. De la misma manera, entre el clímax y la cadencia debe haber una buena conducción
melódica.
8. El canto debe tener variedad y conservar en su mayoría movimientos por grado conjunto.
Cuando halla saltos (únicamente de 4ª, 5ª, 6ª, u 8ª) deben ser compensados por movimiento
de zigzag; es decir, la dirección de los movimientos de entrada y salida deben ser opuestos
a la dirección del salto.
9. Dentro de las prohibiciones al elaborar un cantus firmus deben evitarse las repeticiones
directas, la monotonía, y los intervalos de tritono (4ª aumentada y 5ª disminuida, ya que
son intervalos difíciles para entonar a primera vista).
10. La elaboración del cantus firmus incluye que deba ser cantado para comprobar su facilidad
al entonarse.
Si los cantos son modales, se pueden usar los modos originales o transportados: Dorio (Re
o Sol), Frigio (Mi o La), Lidio (Fa o Sib), Mixolidio (Sol o Do), Jónico (Do o Fa), y Eolio (La o
Re). Es necesario tomar en cuenta que los modos transportados llevan armadura de Sib. Si los
cantos son tonales, se recomienda usar armaduras de un máximo de cuatro sostenidos o cuatro
bemoles, lo cual era una práctica común de la época barroca, ya sea en modo mayor o menor.
Observación: los cantos deben elaborarse en una tesitura que permite cantarse con facilidad; es
decir, en una tesitura media, no muy grave ni aguda.
Cantos modales
Dorio
Frigio
Lidio
Mixolidio
Jónico
Eolio
Cantos tonales
Ejercicios
1. Elabore cinco cantus firmi modales.
2. Elabore cinco cantus firmi tonales.