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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO
POSTGRADO DERECHOS HUMANOS 2020
CENTRO LOCAL FALCÓN

EVOLUCION HISTORICA Y CARACTERIZACION DE LOS DERECHOS


ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES

AUTOR (A): Abog. Milagro Leidenz

C.I. Nro.: V-9805587

Programa: Especialización en Derechos Humanos

Santa Ana de Coro, Enero 2020


INTRODUCCION

Se podría decir que la Declaración Rusa marca el inicio y a la vez, hace eco de
las reivindicaciones económico-sociales de la clase trabajadora y de la Revolución
Industrial del siglo XIX, en Europa, y por primera vez se toma como marco el principio
de los futuros DESC, que implican un reconocimiento a estos derechos, tales como
derecho al trabajo, a un salario digno, al descanso, a la jubilación, a la educación, al
sufragio universal (derecho a participar activa y pasivamente en todo proceso electoral)
en una época en: que las mujeres no tenían el derecho al voto, ni el derecho de
asociación y de libertad sindical, lo cual constituyó la base de los derechos
reivindicativos básicos de la clase trabajadora. En la época de la Revolución Industrial
esos derechos básicos no eran reconocidos, los trabajadores estaban sometidos a una
explotación económica y social sin derechos.

En el desarrollo de estos derechos a través del tiempo se ha buscado una mayor


protección para brindar un marco jurídico consonó a las necesidades que surgen a
través de los años, siempre se ha buscado mejorar los marcos jurídicos en las
constituciones de los estados, que en verdad brinden una verdadera protección y no
solo se quede en meras pactos, acuerdos, sino que en realidad presten la atención y el
cuidado a las personas y garanticen que sus derechos serán respetados, y que el
Estado debe adoptar una acción positiva para la creación de servicios que garanticen el
ejercicio de esos derechos.

En tal sentido la evolución de los DESC, ha existido un fortalecimiento de todos


los derechos reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. El cual
incluye una amplia gama de derechos civiles, culturales, económicos, políticos y
sociales enmarcados en un único instrumento internacional de derechos humanos, sin
hacer distinción entre ninguno de tales derechos. Ese fue probablemente el primer
reconocimiento general de los derechos económicos, sociales y culturales. En 1966 los
Estados aprobaron el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, por el que los Estados en parte se obligaban a promover y proteger los
derechos económicos, sociales y culturales. Muchos otros tratados de derechos
humanos consagran todos los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y
sociales de manera integrada.
DESARROLLO

EVOLUCION HISTORICA DE LOS DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y

CULTURALES:

Los derechos económicos, sociales y culturales nacen en las jóvenes


democracias europeas y americanas del siglo XIX, vinculados a la idea de igualdad que
defendían los sectores sociales en el marco de los procesos de industrialización. El
movimiento obrero europeo, las innovaciones adoptadas en la república de Weimar, las
reivindicaciones populares de las revoluciones rusa y latinoamericana, el New Deal en
los EE. UU., entre otros, fueron el marco histórico perfecto. Es por esto que comienza
el proceso de constitucionalización de los derechos humanos, que se inicia desde el
año 1917 con la Constitución mexicana de ese mismo año y en seguida con la
Constitución alemana de Weimar, en 1919. Estas dos Constituciones han pasado a la
Historia porque presentan una síntesis a nivel constitucional de todos los derechos
humanos, tanto los de carácter civil y político, como de los económicos, sociales y
culturales, los cuales tuvieron desarrollo con el liberalismo progresista y el socialismo
democrático, al incorporar progresivamente tanto los derechos humanos como los
DESC al catálogo de los derechos reconocidos a nivel constitucional en esos países.
De esa manera se incluyen en estas Constituciones los derechos a la libertad sindical, a
la seguridad e higiene en el trabajo, entre otros, los cuales se conciben como derechos
de prestación, es decir, que el Estado debe adoptar una acción positiva para la creación
de servicios que garanticen el ejercicio de esos derechos.

La inclusión de los derechos sociales en los textos constitucionales no llevo


consigo el establecimiento de mecanismos jurídicos efectivos para su realización
material. En la primera fase histórica de su consagración constitucional estuvo mediada
por la actuación del legislador, lo que impidió su reclamación directa por parte de la
sociedad. Más tarde, la realización efectiva de los derechos sociales estuvo supeditada
a las grandes crisis económicas de la primera mitad del siglo XX, obligando a los
diferentes sectores sociales a reclamar políticas públicas que permitieran una
redistribución del ingreso y con esto la efectividad de los derechos sociales.

En la evolución de estos derechos y su reconocimiento tiene su mayor auge y


donde se establecen para su reconocimiento. En 1948, la Asamblea General de las
Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH),
en la cual se establecen los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y
sociales fundamentales de los que deben disfrutar todas las personas. En 1966, los
DESC quedaron reflejados como derechos legales en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) - que junto con la DUDH y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos forman la denominada Carta
Internacional de Derechos Humanos - y en otros tratados universales y mecanismos
regionales. Hasta la fecha, más de 160 Estados han ratificado el PIDESC. Asimismo,
numerosos países han articulado su compromiso con los DESC por medio de sus
constituciones nacionales y legislación nacional.

Desde el punto de vista de la filosofía política, el Estado de derecho surge en el


contexto de la teoría política y económica del liberalismo, que sienta el principio de la
libertad individual, reafirmando como premisa fundamental la autonomía del individuo.
Por otra parte, como afirma Salvat, el liberalismo económico surgió a partir de los
fisiócratas como reacción al mercantilismo y a las injerencias estatales en la producción
económica, y el liberalismo político nació a partir de las teorías iusnaturalistas y
contractualistas que sostenían la importancia fundamental de los derechos universales
del hombre. Es así que esta corriente reclama libertad individual contra tutelas externas,
libertades públicas y libertad en el plano económico.

El Estado se enfrentó en esta última etapa a distintos factores externos que


incidieron fuertemente en el ámbito social, generando desigualdades como fueron la
Revolución Industrial y el impacto de descubrimientos técnicos que cambiaron
sustancialmente las condiciones de vida de la sociedad. Se observa en el proceso
evolutivo de desarrollo de los derechos humanos que esa libertad negativa resultó
insuficiente para el desarrollo de la persona humana y entonces surgió el concepto de
libertad positiva, “libertad para” acceder a los bienes y servicios que permiten la
realización plena de todo ser humano. Este concepto de libertad positiva vincula dos
principios fundamentales (el de la libertad con el de igualdad), y constituye el
fundamento de los derechos económicos, sociales y culturales, derechos que surgen en
el marco del proceso de la industrialización y los fenómenos políticos y económicos del
siglo XIX y XX; tienden a hacer menos grande la desigualdad entre los que tienen y los
que no tienen, conduciendo a una nueva redefinición de los derechos del hombre.

Es en este contexto que surge con fuerza el reclamo por los derechos
económicos, sociales y culturales ya que como expresa Bobbio: “La razón de ser de los
derechos sociales como la educación, el derecho al trabajo, el derecho a la salud es
una razón igualitaria. Los tres tienden a hacer menos grande la desigualdad entre
quienes tienen y quienes no tienen, o a poner un número de individuos siempre mayor
en condiciones de ser menos desiguales respecto a individuos más afortunados por
nacimiento o condición social.

Desde el punto de vista jurídico, en relación al concepto de los derechos


económicos, sociales y culturales, pueden establecerse las siguientes características:
1- Son auténticos derechos aun cuando no hayan alcanzado el grado de exigibilidad
judicial que tienen los derechos civiles y políticos. 2- Los Estados tienen la obligación
esencial de adoptar las medidas necesarias, ya sea internas o a través de la
cooperación internacional hasta el máximo de sus recursos para lograr progresivamente
la plena efectividad de los derechos. 3- Refieren en general a prestaciones materiales o
servicios que satisfacen justamente, necesidades económicas, sociales y culturales de
la persona humana. 4- Los Estados deben garantizar el ejercicio de los derechos
económicos, sociales y culturales “sin discriminación”. Sin embargo debe advertirse que
el ejercicio pleno de algunos de los derechos económicos, sociales y culturales no
depende exclusivamente de los recursos del Estado como es el caso del derecho de los
padres a elegir la educación de sus hijos o de los derechos sindicales garantizados
tanto en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, como
en el Protocolo de San Salvador.

A lo largo de todas esas conferencias, que terminaron con propositivas


declaraciones, con la reafirmación de la confianza internacional y con el noble aporte de
la sociedad civil mundial, se fueron identificando las necesidades de desarrollo
económico y social de los países, e incorporando el catálogo completo de los derechos
humanos en ese acervo que se cristalizó en la llamada Declaración del Milenio, que
aprobó la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en el 2000, por
parte de la cumbre de Jefes de Estado de todo el mundo. En esta Declaración se
asume el compromiso político formal, importantísimo, de adoptar medidas para que en
un plazo máximo, hasta el año 2015, se pueda reducir a la mitad el número de
personas que padecen hambre, de gente que sufre extrema pobreza y marginación
social; se pueda reducir drásticamente la mortandad infantil y materno-infantil, para que
todos los seres humanos podamos tener acceso universal a un derecho de contenido
básico, el de salud, y el derecho a la educación. Esa agenda de desarrollo, y los
Objetivos del Milenio, fueron corroborados y confirmados por la Segunda Cumbre
Mundial de Jefes de Estado, reunidos en Nueva York en septiembre de 2005, de la que
dijo Koffi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, que: “Es una oportunidad
de las que se presentan sólo una vez en cada generación, de que el mundo se una y
adopte medidas acerca de graves amenazas mundiales que exigen audaces soluciones
mundiales”. Lo que nos queda por hacer ahora es trabajar en la agenda nacional en los
diagnósticos respectivos con miras a adoptar políticas económicas y sociales tendientes
a la consecución de los objetivos de desarrollo del milenio, que supone al tiempo el
reconocimiento pleno y efectivo de los DESC.

En el transcurso de la guerra Fría se presentó un desarrollo progresivo del


Derecho Inter nacional de los Derechos Humanos. En 1966 se adoptaron dos grandes
pactos por la Asamblea General de las Naciones Unidas: el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales PIDESC, los cuales entraron en vigor en 1976. La comunidad internacional
ha ido avanzando en el reconocimiento de nuevos derechos humanos dándoles un
contenido actualizado a los derechos ya reconocidos y elaborando lo que hoy
conocemos como el Código Internacional de los Derechos Humanos, en el que los
derechos económicos, sociales y culturales figuran, ya no solamente en el Pacto
Internacional de los DESC, sino también en otros convenios de derechos humanos
sectoriales de las Naciones Unidas, tales como la Convención internacional sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación racial (1965), Declaración sobre la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (1967), la Convención sobre los
Derechos del Niño (1989), el Derecho Internacional de los Refugiados, los derechos de
los trabajadores migratorios y la Convención sobre los Derechos de los Discapacitados
(2006), que tiene un capítulo en materia de reconocimiento de los derechos y de los
DESC. Con el tiempo las DESC han tomado una gran importancia pues con su
articulación en el derecho internacional se produjo tras años de demandas de estos derechos
básicos en todo el mundo, y refleja la preocupación por la vida de todas las personas, en
particular las más vulnerables, tal como aparece expresado en numerosas tradiciones
filosóficas, religiosas y demás.

En una era de creciente globalización económica y desigualdad dentro y entre


los Estados, existe una urgente necesidad para que los grupos de base, las ONG, los
académicos y otras organizaciones y personas se unan para reconocer las conexiones
existentes entre luchas continuas y localizadas, y para realizar en la práctica los
derechos humanos para todas las personas. Al plantear los casos y los patrones de la
pobreza y la privación como violaciones de los DESC, en lugar de meras
circunstancias desafortunadas y fuera del control humano, o como resultado de
carencias individuales – se le impone la obligación al Estado y, cada vez más, a las
empresas y otros actores no estatales, de prevenir y reparar estas situaciones.

Durante el desarrollo de los años se ha buscado en todas las naciones, usar el


marco de los DESC para fortalecer acciones por la justicia y contra la opresión, y para
amplificar alternativas progresivas para mejorar el ejercicio de los DESC. Los activistas
han presentado casos legales frente a los órganos de tratado de la ONU, tribunales y
otras instituciones de resolución de disputas para exigir cambios; en el marco jurídico y
se ha documentado y publicaron violaciones recurrentes, movilizaron comunidades,
desarrollaron legislación, analizaron presupuestos nacionales y tratados de comercio
internacional para garantizar el respeto por los derechos humanos, y generaron
solidaridad y formaron redes entre comunidades en el ámbito local y en todo el mundo.
Los DESC unen a hombres y mujeres, migrantes e indígenas, jóvenes y ancianos,
personas de todas las razas, religiones, orientaciones políticas y orígenes económicos y
sociales en una realización común de la libertad y dignidad humana universal.
CONCLUSION

Con la intención de avanzar hacia la protección de los derechos económicos,


sociales y culturales y su reconocimiento como derechos fundamentales, durante el
desarrollo de estos a través de las épocas, podemos afirmar que desde el punto de
vista formal se consideran derechos fundamentales aquellos que están expresamente
consagrados en la Constitución y frente a los cuales es deseable que gocen de
mecanismos especiales de protección. No obstante, consideramos que la consagración
expresa no puede verse desde la exégesis jurídica, es decir, que el prurito de la
protección de los derechos humanos y el carácter normativo de los principios del
Estado los cuales exigen la interpretación sistemática e integrada de los textos
constitucionales a la vez buscar normas jurídicas que sirvan como marco para la
aplicación de estos derechos, es lo que se ha buscado con el correr de los años
décadas y siglos, pues haya un mayor reconocimiento de los DESC a nivel mundial y
que no solo sean unos pocos los que cumplan con el respeto de estos, porque a pesar
de que se han creado pactos, acuerdos y demás, se siguen violando los DESC. En tal
sentido todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y
están relacionados entre sí y que la comunidad internacional debe tratar los derechos
humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles
a todos el mismo peso. Desde entonces, se han realizado importantes progresos para
aclarar el contenido jurídico de los derechos económicos, sociales y culturales
internacionalmente reconocidos, así como para desarrollar mecanismos y metodologías
con el fin de ponerlos en práctica.
BIBLIOGRAFIA

Añon, María José. "Del Estado Liberal al Estado Social". En Lecciones sobre derechos
económicos, sociales y culturales. Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2002.
[ Links ]

Arango, Rodolfo. "Los Derechos económicos, sociales y culturales fundamentales


como derechos subjetivos". En: Revista Pensamiento Jurídico: Revista de teoría del
derecho y análisis jurídico No 8 Bogotá, Universidad Nacional, 1997, pp. 63-72.
[ Links ]

ACNUDH: http://www.ohchr.org; búsqueda de "Economic, Social and Cultural Rights: General


information and resources"

Centro de Derechos Económicos y Sociales: http://www.cesr.org/

https://www.universal-rights.org/lac/programas/instituciones-mecanismos-y-procesos-de-
derechos-humanos/

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