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Derecho de Familia
Derecho de Familia
El artículo 2 de la Ley N° 27495 ha variado el inciso 11 del artículo 333 del Código Civil
con el siguiente texto: "La imposibilidad de hacer vida en común, debidamente probada
en proceso judicial".
Ello responde al sistema mixto y complejo que sigue nuestro sistema jurídico, ya
expuesto. Se trata de una nueva causal inculpatoria. En consecuencia, se deben analizar
los motivos que originan la imposibilidad de hacer vida común y quien los provocó a fin
de atribuir los efectos de la separación de cuerpos o del divorcio, al cónyuge culpable o
inocente, según corresponda.
Recuérdese que, como toda causal de divorcio culpable -pues así ha sido regulada por la
Ley N° 27495-, la imposibilidad de hacer vida común importa gravedad en la intensidad
y trascendencia de los hechos producidos que hace imposible al cónyuge ofendido el
mantenimiento de la convivencia y, su imputabilidad al otro consorte; quien, con
discernimiento y libertad, frustra el fin del matrimonio. Téngase presente que la
imputabilidad no necesariamente significa la concurrencia de un propósito -animus- de
provocar la frustración del fin del matrimonio -hacer vida común, artículo 234-; basta que
los hechos importen errores de conducta de los que se tiene o debe tener el
convencimiento de su incompatibilidad con los deberes matrimoniales.
A pesar que la ratio legislatoris Jue la de identificar y encasillar esta nueva causal con la
incompatibilidad de caracteres o de personalidades -así lo exponía el congresista Aldo
Estrada Pérez, en su condición de presidente de la Comisión de Justicia del Congreso de
la República y uno de los autores de la iniciativa legislativa, en las entrevistas concedidas
a los medios de comunicación-, se comprueba que ella nopuede ser invocada de esa
manera por cuanto los factores que determinan tal incompatibilidad no son
exclusivamente de uno de los cónyuges sino, por el contrario, de la pareja. En ese sentido,
quien así la presenta, violenta el principio del artículo 335 del Código Civil: está fundando
su demanda en un hecho propio.
Por eso y por tratarse de una causal inculpatoria, deben exponerse los hechos que,
imputados al otro consorte, provocan la imposibilidad de continuar o reanudar la vida en
común.
Actitudes impropias de la condición de casado: como las salidas o viajes sin dar a
conocer el paradero ni prevenir al otro cónyuge; la llegada habitual al hogar a altas
horas de la noche, sus ausencias periódicas sin ánimo de abandonar el hogar
común; la ocultación del estado de casados.
Relaciones con parientes: como la actitud de un cónyuge que lleva al otro a vivir
a la casa de su familia, donde se le hace la vida insoportable o no se le da el lugar
que le corresponde como consorte; la conducta desconsiderada o irrespetuosa de
un cónyuge hacia los parientes del otro; la negativa injustificada de permitir la
visita de los padres o parientes próximos del otro; la exclusión del hogar del hijo
de uno de los cónyuges, por la acción del otro.
Todas las circunstancias descritas precedentemente -que de ordinario pueden producirse
viviendo o no los cónyuges bajo el mismo techo- deben ser acreditadas por cualquier
medio probatorio admitido en nuestra legislación procesal civil; debiendo el juzgador
valorar en conjunto la prueba actuada a fin de llegar al convencimiento que el hecho
comprobado efectivamente hace imposible continuar o reanudar la vida común, según el
caso. Por ello, la frase "debidamente probada en proceso judicial" resulta ser una
redundancia innecesaria.