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El Ángel Gabriel en el anuncio, ya le había hablado del poder de Dios, pues su prima
Isabel, aún en su vejez, ya estaba en el sexto mes de embarazo.
Entonces, María fue a una ciudad ubicada en los cerros de Judá, encontró a Zacarías y
saludó a Isabel, luego ella exclamó en voz alta: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito
el fruto de tu vientre”, “Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del
Señor”
! Santo es su nombre¡¡
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.