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TB Contenido 2
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Teología Bíblica.
Se necesitaron quince años para que, después de Bultmann, apareciese una nueva
teología del NT. A partir de mediados de los años sesenta comienza de nuevo a
pulular una multitud de teologías bíblicas del AT y NT. Pero, prescindiendo de
alguna excepción, a la cantidad no siempre responde la calidad. Por ello se habla
de una crisis de la teología bíblica, en el sentido de que se asiste a un caos
metodológico y se auspicia desde diversas partes la vuelta a una verdadera
teología bíblica integral.
MÉTODO.
1. EL MÉTODO HISTÓRICO-CRITICO.
2. EL MÉTODO TEOLÓGICO.
Si se quiere hacer teología bíblica, habrá que apreciar los dos términos: "teología"
y "bíblica". El primero indica la comprensión crítica de la fe como se contiene en
la Biblia; el segundo, el ámbito de la revelación contenida en los libros sagrados.
La categoría de la "historia" no ha de separarse de la "teología", como ocurrió en
la metodología histórico-religiosa; pero tampoco la teología se ha de separar de
la historia, como ha sucedido en la teología kerigmática más radical.
Esta reflexión nos ayuda a ampliar un poco la cuestión de la búsqueda de una definición y
naturaleza de la Teología Bíblica.
No es fácil dar una definición de teología bíblica. Los especialistas prefieren hacer teología
bíblica que determinar su naturaleza. Existe, sin embargo, unanimidad en considerarla como
una rama de la teología positiva: Spicq, Prat, Hugon, Muñiz, A. Feuillet... La discrepancia
está en la determinación de su objeto. Ello lleva consigo la extensión al marco de la teología
bíblica de toda la problemática en torno al objeto de la teología positiva y sus relaciones con
la teología especulativa. Tras un estudio histórico detenido podemos definir el objeto de la
teología positiva como la determinación, explicación y síntesis del dato revelado, mientras
que el de la teología especulativa es la comprensión de ese dato revelado mediante la luz de
la razón iluminada por la fe.
La teología bíblica fue ya incluida por los autores católicos anteriores al siglo xx, como una
ciencia teológica dentro de la teología positiva y al lado de las teologías patrística, conciliar...
Con excepción de Lemonyer y Hettinger que, siguiendo la concepción historicista
protestante, conciben la teología bíblica como una exposición meramente histórica del
contenido de la Biblia, todos los demás autores católicos han atribuido un neto carácter
teológico a la teología bíblica. La definición del P. Prat de teología bíblica puede resumir las
ideas que acerca de ella tienen la mayoría de los teólogos católicos, considerándola como una
parte de la teología positiva cuyo objetivo consiste en reducir a unidad las verdades reveladas
explicadas por la exégesis. Ocupa, por tanto, una posición intermedia entre la teología
especulativa y la exégesis.
Criterios de síntesis.
La problemática actual más acuciarte dentro de la teología bíblica estriba en la elección del
criterio unificador del material exegético. Ceuppens y Heinsich han adoptado el orden de la
Summa y de la Dogmática, respectivamente. En una dirección radicalmente opuesta se
mueven Meinertz, Bonsirven, Lyonnet; J. B. Bauer..., que aspiran a agrupar las ideas
religiosas bíblicas en torno a alguna idea fundamental que procede de la misma Escritura, sin
introducir consiguientemente en la teología bíblica ninguna de las categorías de la teología
contemporánea. El P. Spicq avanza más aún, criticando el método seguido por muchos
especialistas de tratar por separado las diversas fuentes del mensaje divino: Sinópticos, S.
Pablo, Comunidades primitivas... Contrapone a estas teologías yuxtapuestas una teología
bíblica de síntesis que supere las categorías particulares de cada autor y recoja todos estos
elementos dispersos alrededor de ideas eje, que reflejen el pensamiento de los distintos
autores inspirados. Propugna como idea-eje, el amor, que expresa a la vez el misterio de Dios,
según san Juan, y las relaciones recíprocas de Dios y el hombre, según el conjunto de las
Escrituras.
Braun expone así su concepto: la teología bíblica presupone una exégesis teológica; un
análisis de los textos bíblicos a la luz de la fe, con la mira puesta en el contenido doctrinal,
nos llevará a la síntesis doctrinal de los textos explicados. Insiste por tanto en la necesidad
de esa exégesis hecha en creyente. En esto se aparta de la definición del P. Prat, que supone
la ;posibilidad de que una teología bíblica se haga fuera de la fe. Con este presupuesto, llama
teología bíblica al término del esfuerzo racional que, a partir del sentido literal, tiende a
organizar el conjunto de la revelación bíblica mostrando cómo forma un todo coherente. Sin
embargo, no da a este estudio la categoría de teología bíblica sino en un sentido amplio. A
modo de hipótesis presenta la auténtica teología bíblica como una teología inspirada. La
síntesis realizada, por aquélla es consecuencia del trabajo de un teólogo determinado,
mientras que en la teología inspirada la síntesis sería obra del mismo autor inspirado.
También sería teología inspirada la síntesis de toda la doctrina bíblica en función de las
categorías de un determinado autor inspirado. El cuarto evangelio es un ejemplo de ello, y
piensa Braun que una síntesis doctrinal de conjunto es posible tomando como base la teología
de san Pablo, o, mejor, la de san Juan.
Conclusión.
Como vemos, la problemática actual de la teología bíblica se centra en gran parte en el estudio
de las llamadas categorías conceptuales de la Biblia. El objetivo de la teología bíblica sería
penetrar en la Escritura con el mismo espíritu de los autores inspirados e interpretar sus ideas
de acuerdo con sus categorías conceptuales. Por nuestra parte creemos que esta teoría de las
categorías bíblicas como objeto de la teología bíblica o como método sintetizador de la
doctrina bíblica, es plenamente aceptable si se entiende como un estudio positivo, filológico-
histórico de los conceptos claves de la Biblia, a fin de realizar mediante ellos la síntesis
doctrinal de la Escritura. Nos parece, en cambio, inadmisible, el entender las categorías
bíblicas como principios racionales de intelección del dato bíblico -y por tanto como objeto
formal de la teología- en contraposición a cualquier otro sistema racional ajeno a la Escritura.
Con esto último llegaríamos a sustituir las categorías escolásticas por las categorías
rudimentarias de una ideología hebrea o helenística, con el consiguiente peligro de dar por
inspirado no sólo el dato bíblico, sino también su marco ideológico.
Tal es en síntesis esta ciencia nueva y la problemática que plantea actualmente. Creemos de
interés el citar tres definiciones de teología bíblica que nos parecen particularmente acertadas.
J. Alonso: "la teología bíblica es una disciplina que recoge y sistematiza los datos de la fe
bíblica, teniendo en cuenta la particular dinámica con que esa fe ha aparecido en la historia
de un pueblo, que al mismo tiempo que historia humana, era revelación divina, pero tratando
también de superar el historicismo mediante la proyección de la revelación bíblica llegada
a su término, sobre las líneas ascensionales ".
Hamp: la experiencia global de todo el contenido teológico, religioso y moral de los libros
canónicos de la Sagrada Escritura como revelación sobrenatural".