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La Guadaña

Despertaron en esa roja habitación, Jack Torrance y su hijo, Andy Torrance, sin conocer aún por qué
estaban ahí. Cada uno situado en cada extremo de la habitación, como si se quisiese tenerlos alejados el
uno del otro. Jack, al despertar llama a su hijo para que a su lado venga, ya que se quejaba de tener un
gran dolor en su pierna izquierda.
-Hijo, ¿te encuentras bien?
-Si padre, pero tengo mucho miedo. Comienzo a ver cosas extrañas en la habitación – voltea a ver
su alrededor-.
-Ya lo noto, este lugar no me da una buena pinta, démonos prisa y salgamos de este sitio.
El Sr. Torrance se levanta con erguido movimiento y, con ayuda de su hijo se dirigen a la puerta,
observándola, notan una ventana en ella a la altura de los ojos; temiendo que algo suceda al mirar en ella,
decide solo intentar abrir la puerta, la cual hayo cerrada. El niño continuaba mirando su alrededor, notando
que los mensajes aparecían y desaparecían. Sintió una gota caída del techo, levantando la mirada, lee lo
siguiente: ¨cuídate de la luna en su forma menguante¨, mientras se intentaba abrir la puerta, el Sr. Torrance
decidió mirar por la pequeña ventana, fuera de la habitación pudo observar un pasillo. Frente a él, se
encontraba una puerta idéntica a esta, logrando ver unos ojos en la ventana de la puerta, en ese momento,
esta se abre y los Torrance salen con cuidado, sin hacer el menor ruido, ya que se encontraban en un pasillo
de hotel. El Sr. Torrance mira nuevamente la puerta en donde se encontraban esos ojos, sin embargo esto
habían desaparecido. El pasillo iniciaba con la habitación número 444. Andy comenzaba a vomitar,
parecía tener un fuerte dolor en su estómago, no por el miedo, el Sr. Torrance supuso que su hijo había
ingerido algo que le haya dado tal malestar. Una vez que Andy dejara de Vomitar, comenzarían a caminar
por los pasillos con el fin de encontrar una salida pronto, pues la pierna izquierda de Sr. Torrance sangraba,
tenía heridas algo profundas, tres abiertas y una cicatrizada. Su hijo no se enteraba de su estado, el entorno
estaba plagado de mensajes, como: ¨cuídate del monstruo que camina en una pata¨ y muchos ¨4¨ escritos
en rojo. Pasando alrededor de 10 minutos y caminando por varios pasillos, llegan a uno muy silencioso,
esos pasillos en donde sientes ansiedad y temor por cada segundo que pases dentro. En ese momento
Andy ya no miraba mensajes, pareciendo que esto había acabado, esas alucinaciones no le molestarían
otra vez. Como era un pasillo tan extraño, decidieron investigar, todas las puertas estaban cerradas;
quedaba solo la última puerta. Sujetando la manecilla, los Torrance escuchan un ruido proveniente de la
tercera habitación que habían intentado abrir con anterioridad. Andy comenzó a escuchar un latido que
retumbaba en su mente, una y otra vez, tirándolo al suelo, haciéndolo llorar de agonía, estos latidos se
detienen, tras esto el Sr. Torrance lo levanta.
-¡Hijo! ¿Qué te sucedió? ¡Contéstame por favor!
-Escuche un sonido que provenía de ahí –señala la habitación de dónde provino el ruido del golpe-
-¿Me lo dices en serio? Hijo, espero que esto sea solo una broma, quizás lo imaginaste solamente.
Un golpe azota la puerta nuevamente y, se escucha como si esta se hubiera abierto desde el interior. El Sr.
Torrance y su hijo caminan hacia ella, con torpe movimiento, el hombre intenta abrirla temblando del
miedo e incertidumbre, por lo que se encontrara detrás de la puerta. Al abrir la puerta, escucharon sonidos
de resortes y de mantas, causados por movimientos bruscos en la cama de la habitación, se percatan de
que en la cama se hallaba una persona intentando salir de las mantas, como un bicho del embrión. Se
escucha la voz de una mujer, pidiendo auxilio; los Torrance estaban sin habla, la habitación comenzaba a
oscurecer y la lámpara mal funcionaba; la mujer cometía movimientos más bruscos, pidiendo auxilio,
como si alguien estuviera encima de ella. El color se había ido, la cama aun poseía su color blanco con
mantas manchadas de orines y algo de sangre. Los sonidos que la mujer emitía eran parecidos a los de
alguien al ser estrangulados y, una figura comenzaba a formarse en la esquina superior de la habitación y,
llega el silencio, el mismo que hubo en el pasillo, haciendo los segundos más pesados. El estómago de la
señora se abre, como si hubiera sido cortado con una hoz y, su sangre junto con sus órganos comenzaba a
salir disparados, llenando el techo de sangre. Los Torrance temían por sus vidas.
-¡Ah, quiero salir de este lugar! -grito Andy, mientras era bañado de sangre-.
-Tranquilo, yo te protegeré.
Abrazados, el Sr. Torrance voltea y mira a la figura que se había formado en la esquina superior, era un
ser de color negro en su totalidad, con una piel pegajosa y luminosa, ahí decide tomar a su hijo y salir lo
antes posible, para su fortuna, la puerta estaba cerrada. Sin saber qué hacer, el Sr. Torrance voltea a ver al
ser brilloso que abre los ojos, recordando aquellos que lo miraron en la habitación 444; el ser cae al suelo,
se levanta y se dirige hacia ellos, con movimientos torpes, como si aún no se formase todo su cuerpo, esto
le da el tiempo suficiente para derribar la puerta con el hacha que estaba en el marco del dormitorio.
Procede a huir del ser infernal, pero los dos caen y pierden la razón.
Andy despierta, solo, sin su padre al lado. Se encontraba en una habitación diferente a la del principio,
esta era más colorida, un lugar en el que cualquier otro niño podría sentirse seguro, pero Andy no era
cualquier niño, él tuvo un pasado oscuro y triste, su madre fue asesinada y profanada por un hombre que
irrumpió en su casa, una noche que su padre había salido de la ciudad. Desde entonces, él desarrollo una
visión del mundo más realista que cualquier otro niño de 15 años. No tarda mucho en levantarse e ir en
busca de su padre, pero entonces, al querer abrir la puerta. Los colores de la habitación comenzaron a
derramarse, quedando solamente la pared de ladrillos, en ella había ladrillos sueltos lo cual permitía mirar
que había del otro lado, era un salón recepcionista. Al estar parado frente a la puerta, siente una presencia
del otro lado, estaba seguro, era aquel ser que los había perseguido. Mira un líquido negro escurriéndose
por debajo de la puerta, sin pensarlo dos veces, cierra la puerta al instante y se dirige a la pared de ladrillos
para romperla, consiguiendo una escapatoria.
Mientras Andy intentaba escarpar del ser infernal, él Sr. Torrance despertaba en una habitación común.
Se levanta y volea a ver dónde se encontraba su hijo, más no le encuentra y decide salir e ir por él. En el
pasillo se encuentra a un ser blanco luminoso, pensando en que este ser era alguien bueno, lo persigue por
los pasillos. Observándolo un poco, noto como el ser luminoso era parecido a su hijo físicamente. Tras
unos 5 minutos de ir caminando, el ser luminoso atraviesa una puerta, en ella había un mensaje escrito:
¨necesitas salvarte, la respuesta se encuentra por debajo de ti¨. El Sr. Torrance no consigue resolver el
acertijo, solo procedió a intentar abrir la puerta, pero se hallaba cerraba. Dentro de ella se escuchaban
sonidos de objetos solidos cayendo; suponiendo que era su hijo, abre la puerta con la fuerza de su pierna
derecha y, dentro encontró un hueco en la pared. Entro en el hueco, una vez estando en el salón, mira
escombros en la alfombra que conducían al pasillo en donde se encontraba la salida. El ser luminoso
aparece y dirige al Sr. Torrance a una caja, en la cual había un objeto tapado y una carta. La carta decía lo
siguiente:
Querido Andy.
Aun debes de estar triste por lo que a tu madre le sucedió, supongo que no he sido el mejor padre
de todos, ya que últimamente he salido bastante de la ciudad. Te propongo algo, quiero que
salgamos tú y tú viejo por la ciudad, haremos un gran viaje entre los dos, como en los viejos
tiempos, ¿qué te parece?
Me despido cariño, avísame cuando sales de la escuela, tus tíos ya no me cuentan nada de ti.
Jack Torrance.
En ese momento Jack recuerda cómo llegaron ahí, había recogido a su hijo Andy llevándolo a pasear,
parando en un hotel abandonado. Jack tenía la intención de asesinar a su hijo, pues el hombre tenía la
intención de calmar esos sentimientos de deshacerse de su hijo. Entonces así lo planeo, drogaría a su hijo
con una cantidad no letal, pero Jack no quería ver a su hijo sufrir, se inyecto también, cayendo dormidos
los dos a los pocos instantes. Hasta este momento, la droga aun sufría un efecto fuerte en ellos. El Sr.
Torrance tira de la tela, toma la hoz y se sienta para abrí la herida cicatrizada en su pierna izquierda,
obteniendo una llave bañada en sangre, proveniente de la herida. Sus gritos se escuchan por todo el salón,
llamando a su hijo – ¡Andy ven con papi!-.
Andy se escondió en la última sala, aun le perseguía el ser infernal. En esta sala encuentra unas jeringas
con una sustancia, junto a ellas encuentra un formato de detención de la policía, con el nombre de su padre.
Comienza a vomitar, él sabía que su padre ya no volvería a rescatarle, pues el ser infernal le había atrapado.
Jack da con la última habitación, su hijo se encontraba confundido, no notaba ya el ser infernal, ni que r-
Jack intentaba entrar. Ahí mismo, el Sr. Torrance recuerda la llave rojiza que tenía en su pantalón, entra
en la habitación, sosteniendo una gran hoz la que refleja al ser blanco dando la espalda, representado por
su hijo Andy. El chico consigue conseguir algo de noción y percibe la presencia del ser oscuro, que era la
representación de Jack, su padre. Ninguno se reconoce hasta este punto, por lo que el Sr. Torrance levanta
su hoz y la encaja en Andy, asesinándolo poco a poco, sin ver como la luz de sus ojos se desvanecía, pues
su padre jamás lo volvió a ver, ni el padre a el.

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