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ALGUNOS ELEMENTOS DE ANÁLISIS PARA EL AÑO 2020 Y

TAREAS DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA


Año de Victoria Ciudadana

Virgilio Hernández Enríquez

1. El 2019 fue un año de sacrificio para nuestro pueblo. Creció el desempleo, la


pobreza. Se incrementó la miseria, sobre todo en el sector rural y la mayoría
de los jóvenes volvieron a ver sin perspectivas el futuro. Las cifras “retocadas”
por el propio INEC así lo señalan. La pobreza creció y pasó del 23.8% en
diciembre de 2018 al 25% en diciembre de 2019. El desempleo afecta casi al
4% de la población y el subempleo bordea el 18%. Según el propio INEC, el
empleo adecuado (40 horas semanales, que se gana por lo menos salario
básico) decreció de 40.6% a 38.8%, es decir, al menos 115.782 personas
perdieron sus puestos de trabajo. En las zonas rurales, la pobreza extrema pasó
del 40% al 41.8% y la miseria de 17.7 % al 18.7%. Estas no son frías cifras
estadísticas, por el contrario, evidencian la desesperación de miles de
ecuatorianos que no pueden vivir con dignidad.

2. En mayo de 2017, nuestra economía crecía a un ritmo del 3%. Es decir, luego
de superar años difíciles en los que el petróleo bajó a cerca de USD 17 por
barril; se revalorizó el dólar; los países vecinos devaluaban su moneda (con lo
que se hacía menos competitiva nuestra economía) y tuvimos que enfrentar un
terremoto de gran magnitud, la economía se recuperaba; sin embargo, las
desacertadas decisiones económicas del actual gobierno generaron una
profunda crisis, que sirvió de pretexto para acudir al Fondo Monetario
Internacional y como consecuencia el que adopten duras medidas que
provocaron la indignación popular.

3. Organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional creen


que nuestra economía crecerá, apenas, en un 0.2% del PIB, calculado para 2020
en USD 110.434 millones. Es decir, casi 3.000 menos que el año anterior. Las
propias cifras oficiales que constaban en el Presupuesto que no fue aprobado
por la Asamblea Nacional y que entró por el ministerio de la ley, hablaban de
un crecimiento de apenas 0.5% en relación al PIB; sin decir, dicho presupuesto
contempla ingresos por USD 2.000 millones provenientes de privatizaciones,
disfrazadas de concesiones o “monetización”; que serán difíciles de cumplir y
por ende aumentarán la deuda externa que en dos años y medio subió de USD
26.896 millones a USD 40.841 millones, con la diferencia que antes esos
recursos se invertían en el desarrollo del país y ahora se usan para enfrentar la
crisis que ellos generaron.

4. El 2020 no será diferente. Ya anunciaron que insistirán en las privatizaciones


y en la eliminación de subsidios. Sin embargo, los datos de las últimas
encuestas confirman que es un gobierno débil y sin credibilidad. Apenas el
0.47%, es decir 1 de cada 200 ecuatorianos, cree que es una muy buena gestión
y solo el 15% cree que es buena. Mientras que el 85% cree que la gestión del
Presidente Moreno es mala y muy mala, al que además ya no le cree el 94% de
ecuatorianos. Con estos números es muy difícil que pueda llevar adelante los
acuerdos con el FMI, por ende recurrirá nuevamente al endeudamiento.

5. Las reformas económicas aprobadas de forma inconstitucional en diciembre de


2019 solo servirán para aumentar los privilegios de los grupos de poder. Por
ejemplo, la eliminación del anticipo del impuesto a la renta podría aumentar la
evasión tributaria. Las empresas podrán incrementar su patrimonio y ventas,
sin embargo, declarar pérdidas; de la misma manera, la modificación del
impuesto a la salida de divisas puede significar un desangre de la economía e
incluso afectar la dolarización.

6. Los programas sociales son un lejano recuerdo de las promesas de campaña.


El país no ha visto la Minga por el Agro, los jóvenes esperaron en vano créditos
para emprendedores, los presupuestos para salud y educación se deterioran e
incluso promesas como el “Plan Casa para Todos” dependen de una colocación
del “Bono Social Soberano” en el mercado internacional por USD 400 millones
para financiar “vivienda social” de hasta USD 70 mil y vivienda de interés
público de hasta USD 90 mil; planteamientos que nada tienen que ver con la
promesa inicial de construir 325.000 viviendas, de las cuales 125.000 eran sin
costo para las familias más pobres y las otras cofinanciadas.

7. La reforma electoral que se aprobó en la Asamblea Nacional tiene objetivos


claros. Por un lado, pretende ocultar la derrota estruendosa que tendrán los
movimientos finalistas de 2017: CREO y ALIANZA PAÍS, que ya se vieron
afectados en las elecciones de 2019 y por otro lado, busca limitar la fortaleza
que tendrán otras organizaciones políticas como la Revolución Ciudadana y
otras emergentes. Para cumplir estos objetivos se modifica la fórmula de
asignación de escaños con el argumento que es necesaria una mayor
proporcionalidad, sin considerar que se puede volver a una extrema
fragmentación de la Asamblea Nacional y por tanto reeditar viejas prácticas
como la “compra de diputados”, el intercambio de votos por ministerios o
gobernaciones o la presencia del “hombre del maletín” cada vez que se requiera
aprobar una ley de importancia para el gobierno.
8. Pretendieron eliminar de forma inconstitucional los distritos electorales, que
no pudieron concretar por la presión ciudadana. Con dicha reforma se
deterioraba la representación, que se hubiese concentrado en las élites,
convirtiéndose en un grave retroceso para la democracia. De la misma manera,
el haber regresado al voto por lista, si bien favorece la conformación de
corrientes políticas, elimina la posibilidad de que los ciudadanos modifiquen
las decisiones de las cúpulas partidarias. Una reforma sensata habría sido
cambiar a votación por la lista cerrada pero permitir que los votantes de esa
lista puedan establecer las preferencias al interior de la misma, es decir, volver
a lista cerrada pero desbloqueada.

9. Debemos seguir enfrentando la persecución política que ha sido más profunda


que la impulsada en países como Brasil o Argentina. Aquí, hubo una reforma
constitucional para proscribir la participación de Rafael Correa a la Presidencia
de la República. Convirtieron a la Contraloría y a la Fiscalía General del Estado
en instrumentos de persecución política. Continúan buscando mecanismos para
impedir nuestra participación en las elecciones, así como afectar la
participación de nuestros dirigentes. Las últimas decisiones judiciales
pretenden impedir que Rafael Correa conste en la papeleta. Intentan derrotar
con acciones judiciales a quien no han podido ganar en las urnas. De igual
forma, a otros dirigentes de la Revolución Ciudadana buscan “destruirnos”
para debilitarnos políticamente. Por ello, incluso, pierden las formas y hablan
de sentencias ejecutoriadas antes de las elecciones, cuando los procesos
judiciales apenas han iniciado e inclusive, como en el Caso Rebelión, ni
siquiera ha concluido la instrucción fiscal.

10. En los siguientes meses debemos fortalecer nuestro proceso organizativo y la


unidad, lo que no implica abandonar el debate y la discusión interna. Al
contrario, es más necesaria que nunca, pero debemos realizarla sin perder de
vista, que por encima de las aspiraciones individuales o de determinados
colectivos están los intereses de la mayoría y de la Patria. No podemos creer
que ya estamos completos, que debemos cerrar las puertas o excluir a persona
alguna. Al contrario, debemos realizar un trabajo permanente para convocar a
todos quienes coincidan en la necesidad de recuperar la esperanza y la justicia.

11. Debemos fortalecer nuestra presencia en todos los territorios, en la disputa en


los medios de comunicación y en la lucha política en las redes sociales para
enfrentar la campaña de mentiras generadas por el gobierno, las élites
económicas y las grandes empresas de comunicación. El trabajo en territorio y
la reflexión profunda son complementarios y lo debemos hacer en cada rincón
del país. Tenemos que fortalecer nuestra estructura y continuar con la hoja de
ruta trazada: Preparar la Asamblea Nacional; las asambleas cantonales y las
provinciales; posteriormente la campaña de afiliación masiva, e impulsar y/o
apoyar iniciativas para desarrollar la Gran Coalición por la Esperanza.

12. Para las próximas elecciones es necesario un gran pacto que permita recuperar
la idea de futuro, de manera especial para los jóvenes, pero en general para
toda la población. Un Gran Acuerdo por la Esperanza que implique: 1. La
reactivación productiva; 2. La generación de empleo; 3. La recuperación y
reactivación del agro, que asegure productos para el consumo interno y la
exportación; 4. La recuperación de derechos a la salud, para que vuelva la
atención médica de calidad en los hospitales públicos; educación; vivienda e
inclusión social. La mejor forma de redistribución social y de lograr la paz es
construyendo una sociedad con dignidad. 5. La reinstitucionalización
democrática para que, por ejemplo, la Fiscalía no actúe como órgano de
persecución sino como una instancia técnico jurídica y que los jueces no cedan
a las presiones políticas y mediáticas.

El gobierno de Lenín Moreno y sus aliados socialcristianos en los dos primeros años
y ahora CREO por “destruir” a la Revolución Ciudadana quebraron el país, debilitaron
las instituciones democráticas y el andamiaje social construido en la década Ganada.
Convirtieron el odio en política de Estado y nos robaron la certeza del futuro. Por
ello, debemos recuperar la patria para todos y todas; sin revanchas ni desquites,
sino con el amor profundo de haber transformado el Ecuador, con amor
profundo por nuestro pueblo.

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