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Año litúrgico
patrístico
(3) Pascua
del Amor real de Cristo a los hombres, O bien (del Gelasiano): «Oh Dios, que
sus hermanos. por la Pasión de Cristo, Señor nuestro,
San Efrén admira las acciones de Cris- has destruido la muerte, consecuencia del
to en la Última Cena: primer pecado, que a todos los hombres
alcanza; te pedimos nos hagas semejan-
«Fue una tarde perfectísima, en la cual Cristo
llevó a cabo la verdadera Pascua; fue una tarde, la tes a tu Hijo; así, quienes por nuestra na-
última de las tardes, en la cual selló Cristo su turaleza humana somos imagen de Adán,
doctrina; tarde, cuyas tinieblas fueron ilumina- el hombre terreno, por la acción de tu gra-
das... En aquella tarde, en la cual los judíos usa- cia, seamos imagen de Jesucristo, el hom-
ban los ázimos, Jesús constituyó a la Iglesia he- bre celestial».
redera en el mundo de su Sangre. ¡Oh tarde glo-
riosa, en la cual se realizaron los misterios, se En el Calvario sobraron espectadores y
selló el pacto antiguo, se enriqueció la Iglesia de faltaron creyentes. Sobró curiosidad y
las Gentes! Tarde bendita, tiempo bendito, en el faltó amor. Sobró irresponsabilidad y fal-
que la Cena fue consagrada; mesa bendita que fue
altar para los Apóstoles. En aquella Cena llevó a tó humilde sinceridad religiosa, salvo la
término el Señor el alimento espiritual y mezcló Virgen María, la Madre de Jesús, San
la bebida celestial...» (Sermones de la Semana Juan, el discípulo amado, y las piadosas
Santa 4,7). mujeres. Tengamos los mismos sentimien-
«¡Oh dichoso lugar! Nunca ha sido preparada tos que tuvo Cristo Jesús... «hecho por
una mesa como la tuya, ni en casa de los reyes, ni nosotros obediente hasta la muerte y
en el tabernáculo, ni en el Sancta Sanctorum. En
ti fue partido el pan de las primicias, tú fuiste la muerte de Cruz» (cf. Flp 2,5 ss.).
primera Iglesia de Cristo y el primer altar; en ti se –Isaías 52,13-53.12: Él fue traspasa-
vio la primera de todas las oblacioness» (Himno do por nuestras rebeliones. El cuarto cán-
de la Crucifixión 12).
tico de Isaías sobre el Siervo de Dios nos
Y también Cirilona dice: presenta al Mesías como Víctima vicaria
«¡Oh milagro asombroso! Fíjate bien, oyente: y solidaria, machacada por nuestros pe-
pescadores y recaudadores de contribuciones se cados. Varón de dolores; castigado y he-
sientan con Él a la mesa, mientras los ángeles y rido por nuestras iniquidades.
arcángeles están temblando ante Él. Los hombres
han sido hechos comensales de Dios. ¡Oh bien- –Con el Salmo 30 decimos: «A Ti, Se-
aventurados Apóstoles, de cuán alto honor ha- ñor, me acojo, no quede yo nunca defrau-
béis sido hechos dignos! Ellos comieron la Pas- dado; Tú eres justo, ponme a salvo. A tus
cua antigua y dieron cumplimiento a la manos encomiendo mi espíritu; Tú, el
Ley» (Himnos 1).
Dios leal, me librarás»
–Hebreos 4,14-16; 5,7-9: Experimen-
Viernes Santo tó la obediencia y se convirtió en causa
«Tanto nos ha amado Dios que llegó a de salvación eterna para todos los que le
entregarnos, por el sacrificio, a su Hijo... obedecen. Es una proclamación del
que nos amó y se entregó por nosotros» Sacerdocio Mediador de Cristo, el Ino-
(Jn 3,16; Gál 2,20). cente, el Hijo muy amado, Víctima de
–Oración (del Misal anterior, tomada del nuestros pecados. Por ello es causa de
Gelasiano): «Señor, Dios nuestro; Jesu- salvación para cuantos creen en Él.
cristo, tu Hijo, al derramar sus sangre por –Juan 18,1-19,42: Pasión de Nuestro
nosotros, se adentró en su misterio Señor Jesucristo. La meditación de la Pa-
pascual; recuerda, pues, que tu ternura y sión evoca los acontecimientos del Cal-
tu misericordia son eternas, santifica atus vario. No interesa tanto lo anecdótico de
hijos y protégelos siempre». los sucesos, cuanto la obediencia, el Amor
Triduo Pascual 5
victimal y la inocencia redentora con que bién a los ángeles provistos de seis alas, pues
Jesús nos amó y se entregó por noso- ellos honraron al Señor y lo cubrieron no con
tros. Oigamos a San Agustín: alas, sino con el lienzo. José y Nicodemo lleva-
ron a hombros a Aquél ante quien se estremecen
«Marchaba, pues, Jesús para el lugar donde los querubines y se extasían todas las legiones de
había de ser crucificado, llevando su cruz. Ex- ángeles» (Antigua Homilía sobre el grande y san-
traordinario espectáculo: a los ojos de la piedad, to Sábado).
gran misterio; a los ojos de la impiedad, grande
irrisión; a los ojos de la piedad, firmísimo cimien- San Germán de Constantinopla dice:
to de la fe; a los ojos de la impiedad documento «Esta es la gran festividad que hoy se celebra
de ignominia; a los ojos de la piedad, un rey que en los infiernos: es una solemnidad maravillosa y
lleva, para en ella ser crucificado, la cruz que ha- llena de esplendor. Aquel Sol que sobrepasa la
bía de fijarse en la frente de los reyes; para los altitud de los cielos ha llenado de resplandeciente
ojos de la impiedad, la mofa de un rey que lleva luz las regiones que estaban debajo de la tierra, y
por cetro el madero de su suplicio. En la Cruz una claridad meridiana ha iluminado prodigi-
había de ser despreciado por los ojos de los im- osamente a aquéllos que se hallaban sumidos en
píos, y en ella ha de ser la gloria del corazón de la oscuridad y sombras de muerte. Ahora el Pa-
los santos, como diría después San Pablo: “No dre celestial ha hecho aparecer su Sol sobre malos
quiero gloriarme, sino en la Cruz de Nuestro Se- y buenos y también ha dispuesto que lloviese
ñor Jesucristo” (Gál 6,14). Él recordaba su cruz sobre justos e injustos (Mt 5,45), al fluir del cos-
llevándola sobre sus hombros; llevaba el candela- tado abierto de su Unigénito la doble lluvia de la
bro de la lucerna encendida, que no debía ser pues- sangre y del agua que purifica y da vida, pues
ta debajo del celemín» (Tratado 119,1 sobre el ambas cosas eran necesarias para quienes habita-
Evangelio de San Juan). ban en las resecas y miserables mansiones del
infierno.
«El Buen Pastor, en efecto, murió por todos
Sábado Santo los hombres, justos e injustos y bajó hasta las
Bienaventurados quienes prestan a Je- profundidades del infierno por razón de la oveja
sús el obsequio de una fe íntegra y de un que había ido a parar a ese lugar, después de que-
dar privada de la gloria divina y de haber sido
amor sincero. expulsada de las praderas del paraíso, no conser-
«Bienaventuradas tus manos, oh José, que pres- vando más protección que su lana y padeciendo,
taron servicio a Cristo y palparon las manos y sobre todo, la mordedura de los atroces dientes
los pies del cuerpo divino de Jesús, de donde del infierno» (Homilía sobre la sepultura de Cris-
todavía manaba sangre. Bienaventuradas tus ma- to).
nos, que estuvieron en contacto con el divino
costado del que brotaba sangre, habiendo tú rea-
San Efrén alaba a Cristo en sus miste-
lizado este acto antes que Tomás, el creyente rios pascuales:
incrédulo y panegirista curioso. Bienaventurada «Gloria a Ti, amigo de los hombres.
tu boca, que quedó plenamente saciada al aproxi- Gloria aTi, oh misericordioso
marse a la boca de Cristo y de entonces se llenó Gloria a Ti, oh magnífico.
del Espíritu Santo. Bienaventurados tus ojos que Gloria a Ti, que absuelves los pecados.
contemplaron los ojos de Jesús y de ellos recibie- Gloria a Ti, que has venido para salvar nues-
ron la Luz verdadera. Bienaventurado tu rostro, tras almas...
que se acercó a la divina faz. Bienaventurados tus Gloria a Ti, que fuiste atado.
hombros que transportaron al que todo sostiene Gloria a Ti, que fuiste flagelado.
con su poder. Bienaventurada tu cabeza a la que Gloria a Ti, que fuiste escarnecido.
se se aproximó Jesús, Cabeza de todos. Bien- Gloria a Ti, que fuiste clavado en la Cruz.
aventuradas tus manos, con las que llevaste al Gloria a Ti, que fuiste sepultado y has resuci-
que lleva todaslas cosas. tado.
«Bienaventurados fueron José y Nicodemo, Gloria a Ti, que has predicado a los hombres y
pues aventajaron a los querubines, elevando y ellos han creído en Ti
transportando al mismo Dios. Aventajaron tam- Gloria a Ti que has subido a los cielos...
6 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
Gloria al que se ha dignado salvar al pecador, Esta gran realidad no se agota en una ce-
por su misericordiosa bondad» lebración. La Iglesia le dedica el cin-
(Sermón sobre los sufrimientos del Salvador 9). cuentenario pascual, para saturarnos de
Cristo, muerto y resucitado con un Ale-
Domingo de Resurreción luya perenne.
Entrada: «He resucitado y aún estoy –Hechos 10,34,37-43: Nosotros hemos
contigo, has puesto sobre mí tu mano: tu comido y bebido con Él después de su
sabiduría ha sido maravillosa, aleluya» Resurrección. Pedro es la primera voz de
(Sal 138 18,5-6). O bien: «Era verdad, ha la Iglesia que nos proclama y garantiza el
resucitado el Señor, aleluya. A Él la gloria acontecimiento de la Resurrección. Su
y el poder por toda la eternidad» (Lc testimonio avala nuestra fe y nos recuer-
24,34; cf. Ap 1,6) . da que la Resurrección es la que da senti-
Colecta (del misal anterior, completada do a toda la vida de Cristo, el Señor.
con texto del Gelasiano): «Señor Dios, que –Con el Salmo 117 cantamos alboro-
en este día nos has abierto las puertas de zados: «Este es el día en que actuó el Se-
la vida por medio de tu Hijo, vencedor de ñor; sea nuestra alegría y nuestro gozo.
la muerte; concédenos, al celebrar la so- Dad gracias al Señor, porque es bueno,
lemnidad de su resurrección que, reno- porque es eterna su misericordia. La dies-
vados por el Espíritu, vivamos en la es- tra del Señor es poderosa, la diestra del
peranza de nuestra salvación futura». Señor es excelsa. No he de morir, viviré
Ofertorio (del misal anterior, corregida para cantar las hazañas del Señor. La pie-
con texto del Gelasiano): «Rebosantes de dra que desecharon los arquitectos es
gozo pascual, celebramos, Señor, estos ahora la piedra angular. Es el Señor quien
sacramentos, en los que tan maravillosa- lo ha hecho, ha sido un milagro patente».
mente ha renacido y se alimenta tu Igle- –Colosenses 3,1-4: Buscad los bienes
sia». de allá arriba, donde está Cristo. San
Comunión: «Ha sido inmolado nuestra Pablo nos recuerda también que la resu-
víctima pascual, Cristo; celebremos, rrección del Señor es el acontecimiento
pues, la Pascua con los panes ázimos de que, por el bautismo, ha dado sentido di-
la sinceridad y la verdad. Aleluya» (1Cor vino a toda nuestra existencia de creyen-
5,7-8) tes en Cristo y nos ha injertado en su con-
Postcomunión (del Sacramentario de dición de Hijo muy amado del Padre.
Bérgamo): «Protege, Señor, a tu Iglesia O también: 1 Corintios 5,6-8: Barred
con amor paternal, para que, renovada por la levadura vieja, para ser una masa nue-
los sacramentos pascuales, llegue a la glo- va. Incorporados a Cristo, por el Miste-
ria de la resurrección». rio Pascual, la autenticidad de nuestra fe
En la Vigilia Pascual hemos vivido el tiene un signo y una urgencia insoslaya-
gran acontecimiento de nuestra Pascua: ble: nueva vida de santidad en Cristo.
Cristo Resucitado. Celebramos el Miste- –Secuencia: «Ofrezcan los cristianos
rio de Cristo-Luz que ha vencido el poder ofrendas de alabanza a gloria de la Vícti-
de las tinieblas y de la muerte. A todos se ma propicia de la Pascua. Cordero sin
nos proclamó el Misterio de Vida nueva y pecado que a las ovejas salva, a Dios y a
renovamos gozosos nuestras esperanzas los culpables unió con nueva alianza... Rey
bautismales y la alegría de ser de Cristo. vencedor, apiádate de la miseria humana
Triduo Pascual 7
table, como estado de ánimo. Quienes llegan a al Señor. ¿Por qué, pues, vuelve a inclinarse y
conocer de este modo a Dios, quienes lo ven así, renovar el deseo de verle? Porque al que ama, no
no pueden vivir sino convirtiéndose sin cesar a le basta haber mirado una sola vez, porque la
Él. Viven, pues, en un estado de conversión, es fuerza del amor aumenta los deseos de buscar. Y,
este estado el que traza la componente más pro- efectivamente, primero le buscó, y no le encon-
funda de la peregrinación de todo el hombre por tró; perseveró en buscarle y le encontró. Sucedió
la tierra en estado de viador» (Dives in miseri- que, con la dilación, crecieron sus deseos, y cre-
cordia 13). ciendo, consiguió encontrarle» (Homilía 25 so-
bre los Evangelios).
–En el plan salvador de Dios, fruto de
su misericordia, la resurrección ocupa un
lugar central. Dios resucitó a Jesús y re- Miércoles
sucitará a todos los que creen en Él, en Entrada: «Venid vosotros, benditos de
una resurrección de gloria, porque de su mi Padre, heredad el Reino preparado para
misericordia está llena la tierra. Así lo pro- vosotros desde la Creación del mundo.
clamamos con el Salmo 32: «La palabra Aleluya» (Mt 25,34).
del Señor es sincera, y todas sus accio- Colecta (del Misal anterior y antes de
nes son leales; Él ama la justicia y el dere- los Sacramentarios Gelasiano y Grego-
cho, y su misericordia llena la tierra. Los riano): «Oh Dios, que todos los años nos
ojos del Señor están puestos en sus fie- alegras con la solemnidad de la resurrec-
les, en los que esperan en su misericor- ción del Señor; concédenos, a través de
dia, para librar sus vidas de la muerte y la celebración de estas fiestas, llegar un
reanimarlos en tiempo de hambre. Noso- día a la alegría eterna».
tros aguardamos al Señor: Él es nuestro
auxilio y escudo. Que tu misericordia, Ofertorio: «Acepta, Señor, este sacrifi-
Señor, venga sobre nosotros, como lo cio, con el que has redimido a todos los
esperamos de Ti». hombres, y concédenos bondadosamen-
te la salud del alma y del cuerpo».
–Juan 20,11-18: He visto al Señor y
ha dicho esto. Jesús se aparece a María Comunión: «Los discípulos conocieron
Magdalena, que ha venido a llorar junto al al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya»
sepulcro. Tras un momento de duda, ella (Lc 24,35).
reconoce al Maestro y recibe de éste la Postcomunión: «Te pedimos, Señor, que
orden de anunciar a los discípulos que va la participación en los sacramentos de tu
a subir al Padre. Comenta San Agustín: Hijo nos libre de nuestros antiguos peca-
«Al volverse los hombres, un afecto más fuer- dos y nos transforme en hombres nue-
te sujetaba al sexo más débil en el mismo lugar. Y vos».
los ojos que habían buscado al Señor, sin encon- –Hechos 3,1-10: Te doy lo que tengo:
trarlo, se deshacían en lágrimas, sintiendo mayor
dolor por haber sido llevado del sepulcro que por en nombre de Jesucristo, echa a andar.
haber sido muerto en la Cruz, porque ya no que- Lo que actúa en San Pedro al curar a
daba recuerdo de su excelente Maestro, cuya vida este lisiado de la Puerta Hermosa del Tem-
les había sido arrebatada. Este dolor sujetaba a la plo en Jerusalén, es el Nombre de Jesu-
mujer al lado del sepulcro» (Tratado 121,1 sobre cristo, esto es, su Persona y su fuerza.
el Evangelio de San Juan).
Sobre el Nombre de Jesús dice San Ber-
Y San Gregorio Magno dice también: nardo:
«Llorando, pues, María se inclinó y miró en el «El nombre de Jesús no es solamente Luz, es
sepulcro. Ciertamente había visto ya vacío el se- también manjar. ¿Acaso no te sientes confortado
pulcro, ya había publicado que se habían llevado cuantas veces lo recuerdas? ¿Qué otro alimento
Octava de Pascua 11
como él sacia así la mente del que medita? ¿Qué no habían conocido. Al escuchar, por lo tanto,
otro manjar repara así los sentidos fatigados, es- los preceptos de Dios, no fueron iluminados; pero
fuerza las virtudes, vigoriza la buenas y honestas sí lo fueron al cumplirlos, porque escrito está:
costumbres y fomenta las castas afecciones? Todo “No son justos ante Dios los oyentes de la ley,
alimento del alma es árido si con este óleo no está sino que serán justificados los que la observen”.
sazonado; es insípido si no está condimentado Así pues, todo el que quiera entender lo que ha
con esta sal. Si escribes, no me deleitas, a no ser oído, apresúrese a poner por obra todo lo que ha
que lea el nombre de Jesús. Si disputas o conver- podido oir. He aquí que el Señor no es conocido
sas, no me place, si no oigo el nombre de Jesús. mientras habla, y se digna ser reconocido cuando
Jesús es miel en la boca, melodía en los oídos, le sustentan» (Homilía 23 sobre los Evangelios).
alegría en el corazón. ¿Está triste alguno de voso-
tros? Venga a su corazón Jesús, y de allí salga a la
boca. Y he aquí que apenas aparece el resplandor Jueves
de este nombre desaparecen todas las nubes y Entrada: «Ensalzaron a coro tu brazo
todo queda sereno» (Sermón 15 sobre el Cantar
1.2). victorioso, porque la sabiduría abrió la
boca de los mudos y soltó la lengua de
–Las grandes maravillas de Dios en fa- los niños. Aleluya» (Sab 10,20-21).
vor de su pueblo culminan con la resu-
rrección de Jesús, primicia de los que re- Colecta (del Misal anterior y antes de
sucitaremos. Cantemos con el Salmo 104 los Sacramentarios Gelasiano y Grego-
al Señor, que ha sido fiel a sus promesas, riano): «Oh Dios, que has reunido pue-
haciendo maravillas con su pueblo al nom- blos diversos en la confesión de tu nom-
bre de Jesús: «Dad gracias al Señor, in- bre; concede a los que han renacido en la
vocad su nombre, dad a conocer sus ha- fuente bautismal una misma fe en su es-
zañas a los pueblos, cantadle al son de píritu y una misma caridad en su vida».
instrumentos, hablad de sus maravillas. Ofertorio: «Recibe, Señor, en tu bon-
Gloriaos de su nombre santo, que se ale- dad, las ofrendas que te presentamos en
gren los que buscan al Señor. Recurrid al acción de gracias por los nuevos bautiza-
Señor y a su poder, buscad continuamente dos, para que venga sobre ellos la ayuda
su rostro. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; del cielo»
hijos de Jacob, su elegido! Él Señor es Comunión: «Pueblo adquirido por Dios,
nuestro Dios, Él gobierna toda la tierra». proclamad las hazañas del que os llamó a
–Lucas 24,13-35: Reconocieron a Je- salir de la tiniebla y a entrar en su luz ma-
sús al partir el pan. Aparición a los discí- ravillosa. Aleluya» (1Pe 2,9).
pulos de Emaús. A Jesús se le sigue en- Postcomunión: «Escucha, Señor, nues-
contrando en su Palabra, en la Eucaristía, tras oraciones, para que este santo inter-
en los hermanos, en los pobres y necesi- cambio, en el que has querido realizar
tados. Comenta San Gregorio Magno: nuestra redención, nos sostenga durante
«En verdad les dirigió la palabra, les reprendió la vida presente y nos dé las alegrías eter-
su dureza de entendimiento, les descubrió los nas».
misterios de la Escritura Sagrada que a Él se refe-
rían... Fingió ir más lejos. Convenía probarlos –Hechos 3,11-26: Matasteis al Autor de
por si podían amarle, al menos como extraño, los la vida; pero Dios lo resucitó de entre los
que como a Dios no le amaban todavía. Pero, muertos. La curación del paralítico ofre-
como no podían ser extraños a la caridad los hom- ce a San Pedro una nueva ocasión para
bres con quienes la Verdad caminaba, le ofrecen
hospitalidad... Ponen pues la mesa, presentan pan
proclamar el mensaje de salvación. Jesús,
y manjares; y en el partir el pan conocen a Dios, el Crucificado, ha resucitado. Dios ha dado
a quien en la explicación de la Sagrada Escritura cumplimiento a las Escrituras e invita a la
12 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
los, con lo cual el Evangelista San Juan, aun te- poder salvífico; no sólo salva de la enfer-
niendo muchas cosas que decir de Cristo, y ab- medad, sino que es la única fuente de sal-
sorto según mi parecer en alta contemplación de vación, que infunde una valentía, un po-
cosas excelsas, concluye su Evangelio» (Tratado
123,2 sobre el Evangelio de San Juan). der superior, contra el que chocan todos
los planes humanos que intentan destruir-
lo.
Sábado Nuestra participación eucarística nos
Entrada: «El Señor sacó a su pueblo pone en contacto experimental con la si-
con alegría, a sus escogidos con gritos tuación de Jesús resucitado. Adquirimos
de triunfo. Aleluya» (Sal 104,43). de este modo un compromiso de obedien-
Colecta (compuesta con textos del cia y de testimonio y recibimos la fuerza
Gelasiano y del Gregoriano) : «Oh Dios, del Espíritu para vivir y proclamar libre y
que con la abundancia de tu gracia no valientemente la salvación que hemos ex-
cesas de aumentar el número de tus hi- perimentado.
jos, mira con amor a los que has elegido La profundidad y amplitud del misterio
como miembros de tu Iglesia, para que, de Cristo se expresa en la inefable riqueza
quienes han renacido por el Bautismo, de los nombres con que es designado el
obtengan también la resurrección glorio- Salvador. Así se expresa Nicetas de Reme-
sa». siana:
Ofertorio: «Concédenos, Señor, darte «Se llama Verbo, porque ha sido engendrado
gracias siempre por medio de estos mis- sin pasión alguna por Dios Padre... O bien por-
terios pascuales; y ya que continúan en que por su medio habló Dios Padre a los ángeles
nosotros la obra de tu redención, sean y a los hombres. Se dice Sabiduría, porque por
medio de Él se ordenó todo sabiamente al princi-
también fuente de gozo incesante». pio. Se llama Luz, porque Él iluminó las primeras
Comunión: «Los que os habéis incor- tinieblas del mundo y con su venida hizo desapa-
porado a Cristo por el Bautismo, os ha- recer la noche de los corazones de los hombres.
béis revestido de Cristo. Aleluya (Gál Se llama Potencia, porque ninguna criatura lo
puede vencer. Se dice Diestra y Brazo, porque
3,27)». por su medio fueron creadas todas las cosas y Él
Postcomunión: «Mira Señor con bon- las abarca todas. Se llama Angel del Gran Conse-
dad a tu pueblo, y ya que has querido re- jo, porque Él es personalmente nuncio de la Vo-
luntad paterna. Se llama Hijo del Hombre, por-
novarlo con estos sacramentos de vida que porque por nosotros los hombres se dignó
eterna, concédele también la resurrección nacer como hombre. Se dice Cordero, por su ino-
gloriosa». cencia singular. Se llama Oveja para que quede
–Hechos 4,13-21: No podemos menos patente su Pasión. Se dice Sacerdote, bien por-
que ofreció a Dios Padre en favor nuestro su Cuer-
de contar lo que hemos visto y oído. Pe- po como oblación y sacrificio, bien porque se
dro y Juan se niegan a hacer caso a las digna ofrecerse cada día por nosotros. Se dice
prohibiciones de los jefes del Sanedrín, Camino, porque por medio de Él llegamos a la
para que no hablen más que de Jesús, salvación. Verdad, porque rechazó la mentira. Se
puesto que, como ellos mismos dicen, tie- llama Vida, porque destruye la muerte. Se llama
nen que obedecer a Dios antes que a los Vid, porque al extender los ramos de sus brazos
hombres. A pesar de todas las amenazas, en la Cruz proporcionó al mundo el gran fruto de
la dulzura... Se llama Médico, porque con su visi-
prosiguen proclamando el mensaje de la ta curó nuestras enfermedades y heridas... Se dice
resurrección de Jesús. Así manifiesta el Paz, porque reunió en la unidad a los que estaban
nombre de Jesús toda la plenitud de su dispersos y nos reconcilió con Dios Padre. Se
2ª Semana de Pascua 15
del sacramento pascual que hemos reci- sol, emitiendo rayos de justicia y, lo que es más
bido, persevere siempre en nosotros». importante, vuelve de allí convertido en hijo de
Dios y coheredero de Cristo» (Sermón sobre la
Teofanía).
CICLO A –Juan 20,19-31: A los ocho días se les
apareció el Señor. Es el texto evangélico
El acontecimiento pascual y el para los tres ciclos y presenta la primera
reencuentro con el Corazón de Cristo comunidad eclesial surgida de la Pascua.
Resucitado rehizo la fe y la vida del cole- Comunidad de creyentes, reunidos para
gio apostólico y puso en marcha la Igle- iniciar su misión de testigos, por la fe,
sia de Cristo como comunidad de creyen- del acontecimiento de la Resurrección de
tes reunidos en torno al Señor Jesús, vi- Cristo. Nos fijamos aquí en la duda de
viente de nuevo en su Palabra y en su Santo Tomás, comentada por San Gre-
Eucaristía. Los neófitos dejaron ayer las gorio Magno:
túnicas bautismales.
«Sólo Tomás, llamado el Mellizo, estaba au-
–Hechos 2,42-47: Los creyentes vivían sente y, al volver y escuchar lo que había sucedi-
unidos y lo tenían todo en común. Por la do, no quiso creer lo que le contaban. Se presenta
fuerza de la predicación apostólica de los de nuevo el Señor y ofrece al discípulo incrédulo
primeros testigos de la Resurrección se su costado para que lo palpe, le enseña las manos
inició la Iglesia como comunidad de fe y y, mostrándole la cicatriz de sus heridas, sana la
herida de su incredulidad. ¿Qué es, hermanos muy
de amor entre los hombres. Es el primer amados, lo que descubrís en estos hechos? ¿Creéis
diseño de la Iglesia, fundada en la fe y en acaso que sucedieron porque sí todas estas co-
la Eucaristía. San Cipriano dice: sas: que aquel discípulo elegido estuviese prime-
«Esta unidad de la Iglesia está prefigurada en la ro ausente, que luego al venir oyese, que al oir
persona de Cristo... Quien no guarda esta unidad dudase, que al dudar palpase, que al palpar cre-
de la Iglesia, ¿va a creer que guarda la unidad de la yese?
fe? Quien resiste obstinadamente a la Iglesia, quien «Todo esto no sucedió porque sí, sino por dis-
abandona la cátedra de Pedro, sobre la que está posición divina. La bondad de Dios actuó en este
cimentada la Iglesia, ¿puede confiar que está en la caso de un modo admirable, ya que aquel discí-
Iglesia? (Sobre la unidad de la Iglesia 3,2) pulo que había dudado, al palpar las heridas del
–Sal. 117. Salmo responsorial como en cuerpo de su Maestro, curó las heridas de nues-
tra incredulidad. Más provechosa fue para nues-
el Domingo de Resurrección. tra fe la incredulidad de Tomás que la fe de los
–1 Pedro 1,3-9: Por la resurrección de otros discípulos, ya que, al ser él inducido a creer
Cristo de entre los muertos nos ha hecho por el hecho de haber palpado, nuestra mente,
nacer de nuevo para una esperanza viva. libre de toda duda, es confirmada en la fe.
San Pedro proclama la grandeza de nues- «De este modo, en efecto, aquel discípulo que
tra vocación cristiana como miembros de dudó y que palpó se convirtió en testigo de la
realidad de la resurrección... Teniendo ante sus
la Iglesia, comunidad de salvación en me- ojos a un hombre verdadero, lo proclamó Dios,
dio del mundo por la fe en Cristo. Afir- cosa que escapaba a su mirada... “Dichosos los
ma, sobre el nuevo nacimiento San que crean sin haber visto”: en esta sentencia el
Hipólito: Señor nos designa especialmente a nosotros. Con
«El que se sumerge con fe en este baño de rege- tal que las obras acompañen nuestra fe» (Homi-
neración renuncia al diablo y se adhiere a Cristo; lía 26 sobre los Evangelios).
reniega al enemigo del género humano y profesa
su fe en la divinidad de Cristo, se despoja de su
condición de siervo y se reviste de la de hijo adop-
tivo, sale del bautismo resplandeciente como el
2ª Semana de Pascua 17
CICLO B CICLO C
El acontecimiento pascual, Muerte y Concluimos la octava de Pascua. La li-
Resurrección del Señor, rehizo la fe del turgia nos ha hecho vivir intensamente el
Colegio apostólico y puso en marcha la gozo y la alegría de ser de Cristo, el que
obra de Cristo, que es la Iglesia como murió y resucitó por nosotros. Desde
comunidad de creyentes reunidos en Cris- ahora, a lo largo del tiempo pascual, el
to, vivientes de su Palabra y de su Euca- pentecostés de alegría aleluyática, la Igle-
ristía. sia en su liturgia irá desentrañando en
–Hechos 4,32-35: Todos pensaban y nuestra conciencia el Misterio de Cristo
sentían lo mismo. Por la fuerza de la pre- resucitado y de su Iglesia, en la que nos
dicación apostólica de los primeros testi- integramos por el bautismo. Hemos de ser
gos de la Resurrección se inició la Igle- responsables de estas sagradas realidades,
sia, como comunidad de fe y de amor realizadas en la historia de la salvación y
entre los hombres. San Fulgencio de en nuestra propia vida.
Ruspe dice: –Hechos 5,12-16: Crecía el número de
«Dios, al conservar en la Iglesia la caridad que los creyentes. En torno a los Apóstoles
ha sido derramada en ella por el Espíritu Santo, comienza a formarse la primera comuni-
convierte a esta misma Iglesia en un sacrificio dad eclesial, avalada por la fe en la resu-
agradable a sus ojos y le hace capaz de recibir rrección del Señor Jesús. No tiene fron-
siempre la gracia de esa caridad espiritual, para teras, como explica San Cirilo de Jerusa-
que pueda ofrecerse continuamente a Él como
una ofrenda viva, santa y agradable» (Lib. 3,11-
lén:
12). «La Iglesia se llama católica o universal por-
que está esparcida por todo el orbe de la tierra, de
–Salmo responsorial 117. uno a otro confín, y porque de un modo universal
–1 Juan 5,16: Todo el que ha nacido y sin defecto enseña todas las verdades de la fe
de Dios vence al mundo. La vida de fe que los hombres deben conocer, ya se trate de las
iniciada por el bautismo y vivificada por cosas visibles o invisibles, terrenas o celestiales;
también porque induce al verdadero culto a toda
la Eucaristía, es la clave que da autentici- clase de hombres, a los gobernantes y a los sim-
dad a nuestra condición de hijos de Dios ples ciudadanos, a los instruidos y a los ignoran-
en medio del mundo. San Atanasio así lo tes; y, finalmente, porque cura y sana toda clase
manifiesta: de pecados sin excepción, tanto los internos cuan-
«Siempre resultará provechoso esforzarse en tos los externos; ella posee todo género de virtu-
profundizar el contenido de la antigua tradición, des, cualquiera que sea su nombre, en hechos y
de la doctrina y de la fe de la Iglesia Católica, tal palabras y en cualquier clase de dones espiritua-
como el Señor nos la entregó, tal como la predica- les» (Catequesis 18,23-25).
ron los apóstoles y la conservaron los Santos –Apocalipsis 1,9-11.12-13.17-19: Es-
Padres. En ella, efectivamente, está fundamenta- taba muerto y ya ves que vive por los si-
da la Iglesia, de manera que todo aquél que se glos. El triunfo de Jesús sobre la vida y la
aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no
merece el nombre de tal» (Carta I a Serapión 28-
muerte sigue siendo el gran acontecimien-
30). to, que mantiene eficaz la fe y la esperan-
za de la Iglesia. La resurrección de Jesu-
–Juan 20, 19-31. Ver Ciclo A. cristo es la fianza y la prueba infalible de
nuestra esperanza, el firme apoyo de nues-
18 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
tra fe, la garantía más segura de que no- tos y el recurso a Dios, que escucha la
sotros hemos sido redimidos, de que so- súplica de la Iglesia reunida. En la acción
mos llamados a la vida eterna. Estaba eucarística, al hacer presente la actuación
muerto, pero ha resucitado para ser nues- salvífica de Dios en Cristo, pedimos y re-
tra vida y Pontífice intercesor ante el Pa- cibimos la fuerza del Espíritu, que se ha
dre. de manifestar en el testimonio valiente de
–Juan 20,19-31. Ver Ciclo A. nuestras palabras y de nuestras obras.
San Agustín habla muchas veces sobre
la oración pública y privada, sobre sus
Lunes cualidades y eficacia:
Entrada: «Cristo, una vez resucitado de «Cuando nuestra oración nos es escuchada es
entre los muertos, ya no muere más; la porque pedimos aut mali, aut male, aut mala.
muerte ya no tiene dominio sobre Él. Ale- Mali, porque somos malos y no estamos bien
luya» (Rom 6,9). dispuestos para la petición. Male, porque pedi-
mos mal, con poca fe y sin perseverancia, o con
Colecta (tomada del Sacramentario de poca humildad. Mala, porque pedimos cosas
Bérgamo): «Dios todopoderoso y eterno, malas, o van a resultar, por alguna razón, no con-
que nos permites que te llamemos Padre, venientes para nosotros» (La Ciudad de Dios
aumenta en nuestros corazones el espíri- 20,22).
tu filial, para que merezcamos alcanzar la «Hablar mucho en la oración es como tratar un
herencia prometida». asunto necesario y urgente con palabras super-
fluas. Orar, en cambio, prolongadamente es lla-
Ofertorio: «Recibe, Señor, las ofrendas mar con corazón perseverante y lleno de afecto a
de tu Iglesia exultante de gozo, y pues en la puerta de Aquél que nos escucha. Porque con
la resurrección de tu Hijo nos diste moti- frecuencia la finalidad de la oración se logra más
vo de tanta alegría, concédenos partici- con lágrimas y llantos que con palabras y expre-
par de este gozo eterno». siones verbales» (Carta 130 a Proba).
Comunión: «Jesús se puso en medio de –Cristo resucitado, sentado a la dere-
sus discípulos y les dijo: “Paz a vosotros”. cha del Padre, lleva a plenitud el signifi-
Aleluya» (Jn 20,19). cado del salmo 2. Todo se lo ha dado el
Padre. Su herencia: las naciones; su po-
Postcomunión: «Mira, Señor, con bon- sesión: los confines de la tierra. Él inter-
dad a tu pueblo, y ya que has querido re- cede por nosotros como Pontífice supre-
novarlo con estos sacramentos de vida mo de nuestra fe. Es el Mediador y pre-
eterna, concédele también la resurrección senta al Padre nuestra oración. Con el
gloriosa». Salmo 2 cantamos a la grandeza de Jesu-
–Hechos 4,23-31: Al terminar la ora- cristo:
ción, los llenó a todos el Espíritu Santo y «¿Por qué se amotinan las naciones y
anunciaban con valentía la Palabra de los pueblos planean un fracaso? Se alían
Dios. Después de la liberación de Pedro y los reyes de la tierra, los príncipes cons-
de Juan, la comunidad cristiana ora piran contra el Señor y contra su Mesías:
rememorando las palabras del Salmo 2, “Rompamos sus coyundas, sacudamos su
interpretadas como una profecía de la yugo”. El que habita en el cielo sonríe, el
pasión y de la resurrección del Mesías. Señor se burla de ellos. Luego les habla
Se trata de la primera oración comunita- con ira, los espanta con su cólera: “Yo
ria de la Iglesia. La persecución provoca mismo he establecido a mi rey en Sión,
y acentúa una mayor unión de sentimien- en mi monte santo”. Voy a proclamar el
2ª Semana de Pascua 19
unidad es conservada en el origen, aunque parez- pecados» (Tratado 12,12 sobre el Evangelio de
ca que de ella brota una pluralidad en rica abun- San Juan).
dancia» (Sobre la unidad de la Iglesia,6).
–¡El Señor reina! Ha triunfado de la Miércoles
muerte y es el Señor del mundo y de la Entrada: «Te daré gracias entre las na-
historia. Y reinará para siempre, porque ciones, Señor; contaré tu fama a mis her-
su trono es eterno. El cristiano camina manos. Aleluya» (Sal 17,50; 12.23).
hacia la consumación de ese reinado y por
eso, no obstante las dificultades, la per- Colecta (compuesta con textos del
secución, la Iglesia unida en oración grita Gelasiano): «Al revivir nuevamente este
esperanzada: ¡El Señor reina!. Así lo pro- año el misterio pascual, en el que la hu-
clamamos nosotros con el Salmo 92: «El manidad recobra la dignidad perdida y ad-
Señor reina, vestido de majestad, el Se- quiere la esperanza de la resurrección fu-
ñor vestido y ceñido de poder. Así está tura, te pedimos, Señor de clemencia, que
firme el orbe y no vacila. Tu trono está el misterio celebrado en la fe se actualice
firme desde siempre y tú eres eterno. Tus siempre en el amor».
mandatos son fieles y seguros, la santi- Ofertorio: «Oh Dios, que por el admi-
dad es el adorno de tu casa, Señor, por rable trueque de este sacrificio nos haces
días sin término». partícipes de tu divinidad; concédenos que
–Juan 3,11-15: Nadie ha subido al cie- nuestra vida sea manifestación y testimo-
lo sino el Hijo del Hombre, el que bajó nio de esta verdad que conocemos».
del cielo. Si Jesús puede otorgar a Nico- Comunión: «Dice el Señor: “Yo os he
demo el conocimiento de las realidades escogido sacándoos del mundo y os he
divinas, es porque viene de Dios. Sólo Él destinado para que vayáis y deis fruto y
podrá volver un día junto al Padre, des- vuestro fruto dure”. Aleluya» (cf. Jn 15,
pués de que sea elevado sobre la tierra. 16.19).
La prueba principal de su bajada es su Postcomunión: «Ven, Señór en ayuda
elevación en la Cruz. El que así lo con- de tu pueblo y, ya que nos has iniciado en
templa tendrá la vida como los israelitas los misterios de tu reino, haz que abando-
en el desierto aseguraban sus vida con- nemos nuestra antigua vida de pecado y
templando la serpiente de bronce elevada vivamos, ya desde ahora, la novedad de
por Moisés... Comenta San Agustín: la vida eterna».
«¿Qué es la serpiente en lo alto levantada? La –Hechos 5,17-26: Los hombres que
muerte del Señor en la Cruz. Porque la muerte es
la serpiente, por su efigie fue simbolizada. La metisteis en la cárcel están ahí en el Tem-
mordedura de la serpiente es mortal. La muerte plo y siguen enseñando al pueblo. Por
del Señor es vital. Se mira a la serpiente para segunda vez son detenidos los apóstoles,
aniquilar el poder de la serpiente... Pero, ¿qué pero se ven libres de la prisión de modo
muerte es ésta? Es la muerte de la vida; y porque milagroso. Los apóstoles son fieles al
se puede decir, es admirable lo que se dice... ¿No mandato de Jesucristo de predicar la bue-
es Cristo la Vida? Y, sin embargo, Cristo está en la
Cruz. ¿No es Cristo la Vida? Y, sin embargo, Cristo na nueva, aunque los persigan y encarce-
está en la muerte. Pero en la muerte de Cristo len. La Palabra de Dios triunfa siempre.
encontró la muerte su muerte. Porque la Vida En los Apóstoles triunfa Cristo, que los
muerta mató a la muerte; la plenitud de la vida se llena de su fortaleza. Siempre ha sido así.
tragó la muerte... Los que miran con fe la muerte
de Cristo quedan sanos de las mordeduras de los Oigamos a San Juan Crisóstomo:
2ª Semana de Pascua 21
«Muchas son las olas que nos ponen en peli- Comenta San Agustín:
gro y una gran tempestad nos amenaza; sin em-
bargo, no tememos ser sumergidos, porque per- «Amaron las tinieblas más que la luz... Mu-
manecemos de pie sobre la roca. Aun cuando el chos hay que aman sus pecados y muchos tam-
mar se desate, no romperá esta roca; aunque se bién que los confiesan. Quien confiesa y se acusa
levanten las olas nada podrán contra la barca de de sus pecados hace las paces con Dios. Dios
Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muer- reprueba tus pecados... Deshaz lo que hiciste para
te? Para mí la vida es Cristo y la muerte una que Dios salve lo que hizo. Es preciso que abo-
ganancia. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y rrezcas tu obra y que ames en ti la obra de Dios.
cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Cuando empiezas a desterrar lo que hiciste, en-
Nada trajimos al mundo, de modo que nada po- tonces empiezan tus obras buenas, porque re-
demos llevarnos de él. Yo me río de todo lo que es pruebas las tuyas malas. El principio de las obras
temible en este mundo y de sus bienes. No temo buenas es la confesión de las malas. Practicas la
la muerte ni envidio las riquezas. No tengo de- verdad y vienes a la luz. ¿Qué es practicar la
seos de vivir si no es para vuestro bien espiritual. verdad? No halagarte, ni acariciarte, ni adularte tú
Por eso os hablo de lo que ahora sucede, exhor- a ti mismo, ni decir que eres justo, cuando eres
tando vuestra caridad a la confianza» (Homilía inicuo. Así es como tú empiezas a practicar la
antes del exilio 1-3). verdad, así es como vienes a la Luz» (Tratado 12
sobre el Evangelio de San Juan 13).
–Todas las aflicciones del hombre son
pequeñas muertes. Pero la muerte ha sido Jueves
vencida, por eso el Apóstol puede clamar
con esperanza, lleno de fortaleza, desde Entrada: «Oh Dios, cuando salías al
lo más profundo de su contradicción, de frente de tu pueblo y acampabas con ellos
su dolor, de su propia miseria. Lo deci- y llevabas sus cargas, la tierra tembló, el
mos con el Salmo 33: «Bendigo al Señor cielo destiló. Aleluya» (cf. Sal 67,8-9.20).
en todo momento, su alabanza está siem- Colecta (compuesta con textos de los
pre en mi boca; mi alma se gloría en el Sacramentarios Gelasiano y de Bérgamo):
Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo «Te pedimos, Señor, que los dones reci-
consulté al Señor y me respondió, me li- bidos en esta Pascua den fruto abundante
bró de todas mis ansias. Contempladlo y en toda nuestra vida».
quedaréis radiantes, vuestro rostro no se Ofertorio: «Que nuestra oración, Señor,
avergonzará. Si el afligido invoca al Se- y nuestras ofrendas sean gratas en tu pre-
ñor, Él lo escucha y lo salva de sus an- sencia, para que así, purificados por tu
gustias. El ángel del Señor acampa en tor- gracia, podamos participar más dignamen-
no a sus fieles y los protege. Gustad y te en los sacramentos de tu amor»
ved qué bueno es el Señor, dichoso el que
se acoge a Él». Comunión: «Sabed que estoy con vo-
sotros todos los días, hasta el fin del mun-
–Juan 3, 16-21: Dios mandó su Hijo do. Aleluya» (Mt 28,20).
al mundo para que el mundo se salve por
Él. La fe en Cristo Jesús supone aceptar- Postcomunión: «Dios Todopoderoso y
lo como el único Salvador; vivir en la Luz, eterno, que en la resurrección de Jesu-
es decir, en la práctica de las obras bue- cristo nos has hecho renacer a la vida eter-
nas, hechas según el mandato del Señor. na; haz que los sacramentos pascuales
Esto tiene como consecuencia la salva- den en nosotros fruto abundante y que el
ción, que es iluminación y manifestación alimento de salvación que acabamos de
de que las obras están hechas según Dios. recibir fortalezca nuestra vida».
Lo contrario es no creer, es la condena- –Hechos 5,27-33: Testigo de esto so-
ción, es no tener a Cristo como Salvador. mos nosotros y el Espíritu Santo. El Con-
22 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
sejo y los sacerdotes se inquietan ante la El Señor está cerca de los atribulados,
obstinación de los Apóstoles en hablar de salva a los abatidos. Aunque el justo su-
Jesús de Nazaret. Y le mismo interroga- fra muchos males, de todos lo libra el
torio ofrece a los Apóstoles ocasión para Señor».
proclamar una vez más el mensaje funda- –Juan 3,31-36: El Padre ama al Hijo
mental del cristianismo: «Cristo muerto y y todo lo ha puesto en sus manos. El que
resucitado. De Él viene toda la salvación». es de la tierra se opone a Cristo, que pro-
Los Apóstoles eran consecuentes con su cede del cielo y da testimonio de cuanto
fe y la vocación a la que habían sido lla- ha visto. El que cree en el Hijo posee la
mados, sin importarles que esto fuese mal vida eterna. Hay que defender la fe no
visto de los demás. Esto mismo decía San obstante los contradictores y las dificul-
Juan Crisóstomo en el siglo V: tades de propios y extraños. San Agustín
«Lo que hay que temer no es el mal que digan advierte:
contra nosotros, sino la simulación de nuestra
parte; entonces sí que perderíais vuestro sabor y «En otros tiempos se incitaba a los cristianos a
seríais pisoteados. Pero, si no cejáis en presentar renegar de Cristo; en nuestra época se enseña a
el mensaje con toda su austeridad, si después oís los mismos a negar a Cristo. Entonces se impelía,
hablar mal de vosotros, alegraos. Porque lo pro- ahora se enseña; entonces se oía rugir al enemigo,
pio de la sal es morder y escocer a los que llevan ahora, presentándose con mansedumbre insinuan-
una vida de molicie. Por tanto, estas maledicen- te y rondando, difícilmente se le advierte. Es cosa
cias son inevitables y en nada os perjudicarán, sabida de qué modo se violentaba entonces a los
antes serán pruebas de vuestra firmeza. Mas, si cristianos a negar a Cristo; procuraban atraerlos
por el temor de ellas, cedéis en la vehemencia así para que renegasen; pero ellos, confesando a
conveniente, peor será vuestro sufrimiento, ya Cristo, eran coronados. Ahora se enseña a negar a
que entonces todos hablarán mal de vosotros y Cristo y, engañándoles, no quieren que parezca
os despreciarán; en esto consiste en ser pisotea- que se les aparta de Cristo» (Comentario al Sal-
dos por la gente» (Homilía sobre San Mateo 15). mo 39).
«Como ciego que oye las pisadas de Cristo que
Por eso dice San Gregorio Magno: pasa, le llamo... pero cuando haya comenzado a
«Así como el hablar indiscreto lleva al error, seguir a Cristo, mis parientes, vecinos y amigos
así el silencio imprudente deja en su error a quie- comienzan a bullir. Los que aman el siglo se me
nes pudieran haber sido adoctrinados» (Regla ponen enfrente: “¿Te has vuelto loco? ¡Qué ex-
Pastoral 2). tremoso eres! ¿Por ventura los demás no son cris-
tianos? Esto es una tontería. Esto es una locura”.
–Jesús pasó por la Cruz para llegar a la Y cosas tales clama la turba para que no sigamos
Resurrección. Es necesario que el grano llamando al Señor los ciegos» (Sermón 88).
de trigo muera para que pueda dar fruto.
Los sufrimientos de todo apóstol, de todo Viernes
creyente, pues todos hemos de ser após-
toles en nuestro ambiente, están marca- Entrada: «Con tu sangre, Señor, has
dos con vida. El Señor está cerca de los comprado para Dios hombres de toda tri-
que sufren. Así nos lo dice el Salmo 33: bu, lengua, pueblo y nación; has hecho
«Bendigo al Señor en todo momento, su de ellos una dinastía sacerdotal que sirva
alabanza está siempre en mi boca. Gus- a Dios. Aleluya» (Apoc 5,9-10).
tad y ved qué bueno es el Señor, dichoso Colecta (del misal anterior, y antes del
el que se acoge a Él. El Señor se enfrenta Gregoriano): «Oh Dios, que, para librar-
con los malhechores para borrar de la tie- nos del poder del enemigo, quisiste que
rra su memoria. Cuando uno grita el Se- tu Hijo muriera en la Cruz; concédenos
ñor lo escucha y lo libra de sus angustias. alcanzar la gracia de la resurrección».
2ª Semana de Pascua 23
Ofertorio: «Acoge, Señor, con bondad con la ayuda del Señor. Así lo proclama-
las ofrendas de tu pueblo, para que, bajo mos con el Salmo 26: «El Señor es mi
tu protección, no pierda ninguno de tus luz y mi salvación, ¿a quién temeré? Una
bienes y descubra los que permanecen cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar
para siempre». en la Casa del Señor por los días de mi
Comunión: «Cristo nuestro Señor fue vida; gozar de la dulzura del Señor con-
entregado por nuestros pecados y resu- templando su Templo. Espero gozar de la
citado para nuestra justificación. Aleluya» dicha del Señor en el país de la vida. Es-
(Rom 4,25). pera en el Señor, sé valiente, ten ánimo,
espera en el Señor».
Postcomunión: «Dios todopoderoso, no
ceses de proteger con amor a los que has –Juan 6,1-15: Jesús repartió los panes;
salvado, para que así, quienes hemos sido todo lo que quisieron. La multiplicación
redimidos por la Pasión de tu Hijo, poda- de los panes y de los peces renueva el
mos alegrarnos en su resurrección». prodigio del maná en el desierto; Jesús se
muestra en el presente caso como un nue-
–Hechos 5,34-42: Salieron contentos de vo Moisés, a quien aventaja en todo. Pero
haber merecido aquel ultraje por el nom- el milagro conecta también con la Última
bre de Jesús. Una notable intervención de Cena y con las comidas con el Resucita-
Gamaliel –el maestro de Saulo– inclina a do. La consignación de este episodio por
los sanedritas a dar libertad a los Apósto- seis veces en los cuatro Evangelios, evi-
les. Pero, no obstante esto, fueron azota- dencia el entusiasmo que debió despertar
dos y amenazados. Sin embargo, ellos sa- en la catequesis primitiva, sin duda por el
lieron gozosos por haber sufrido a causa valor simbólico que esta multiplicación
del nombre de Jesús. La situación es dis- tuvo desde muy pronto. Comenta San
par: para los judíos sanedritas el nombre Agustín:
de Jesús se convierte en causa de rabia,
fracaso, envidia y venganza; pero para los «Ciertamente es mayor milagro el gobierno de
todo el mundo que la alimentación de cinco mil
fieles seguidores de Cristo es fuerza, va- hombres con cinco panes. Y con todo de aquello
lentía, liberación y gozo en el sufrir por nadie se admira. De esto nos admiramos, no por-
Él. El sentido de la alegría de los Apósto- que sea mayor, sino porque es rara. Y a la verdad,
les por padecer por Cristo nos lo da Juan ¿quién ahora alimenta a todo el mundo sino Aquél
Pablo II: que con pocos granos produce los alimentos?
Jesucristo obró, pues, como Dios. Con el mismo
«La alegría cristiana es una realidad que no se poder con que multiplica pocos granos produ-
puede describir fácilmente, porque es espiritual ciendo las mieses, hizo que en sus manos se mul-
y también forma parte del misterio. Quien verda- tiplicasen los cinco panes. El poder estaba en las
deramente cree que Jesús es el Verbo Encarnado, manos de Cristo. Aquellos cinco panes eran como
el Redentor del hombre, no puede menos de ex- semillas, no puestas en la tierra, sino multiplica-
perimentar en lo íntimo un sentido de alegría in- das por Aquél que hizo la tierra. Presentó, pues,
mensa, que es consuelo, paz, abandono, resigna- este milagro a nuestros sentidos para ejercitar
ción, gozo... ¡No apaguéis esa alegría que nace de nuestra mente. Quiso que admirásemos al Dios
la fe en Cristo crucificado y resucitado! ¡Testi- invisible a través de sus obras visibles, a fin de
moniad vuestra alegría! ¡Habituaros a gozar de que, robustecidos en la fe y purificados por ella,
esta alegría!» (Alocución de 24-III-1979) deseáramos ver a aquel Dios cuya invisible reali-
–El cristiano es hombre que vive su pre- dad nos manifiestan las cosas visibles... Pregun-
sente proyectado hacia el futuro; salva- temos a los mismos milagros qué nos predican de
Cristo, pues también ellos tienen un lenguaje para
ción consumada que es vida eterna. Gozo quien sabe comprenderlos. En efecto, siendo Cris-
de esperar la patria celeste. Espera vivida
24 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
to el Verbo de Dios, todo lo que hace el Verbo es la Palabra». Es todo un programa de apos-
también una Palabra para nosotros» (Tratado 24 tolado. Sin vida interior, sin oración, no
sobre el Evangelio de San Juan). es posible una verdadera evangelización.
Así lo ve San Agustín:
Sábado «Al hablar haga cuanto esté de su parte, para
Entrada: «Pueblo adquirido por Dios, que se le escuche inteligentemente, con gusto y
docilidad. Pero no dude de que, si logra algo y en
proclamad las hazañas del que os llamó a la medida en que lo logre, es más por la piedad de
salir de la tiniebla y a entrar en su luz sus oraciones que por sus dotes oratorias. Por
maravillosa. Aleluya» (1Pe 2,9). tanto, orando por aquellos a quienes ha de hablar,
Colecta (compuesta con textos del sea antes varón de oración, que de peroración y
cuando se acerque la hora de hablar, antes de co-
Gelasiano y del Gregoriano): «Señor, tú menzar a proferir palabras, eleve a Dios su alma
que te has dignado redimirnos y has que- sedienta, para derramar de lo que bebió y exhalar
rido hacernos hijos tuyos, míranos siem- de lo que se llenó» (Sobre la Doctrina Cristiana,
pre con amor de padre y haz que cuantos 4). Y también: «Si no arde el ministro de la Pala-
creemos en Cristo tu Hijo, alcancemos la bra, no enciende al que le predica» (Sermón 21)
libertad verdadera y la herencia eterna». –Jesús resucitado es signo manifiesto
Ofertorio: «Santífica, Señor, con tu de que Dios quiere salvarnos de todo lo
bondad estos dones, acepta la ofrenda de que es negativo en nuestra vida. Se nos
este sacrificio espiritual y a nosotros trans- exige una confianza absoluta en la miseri-
fórmanos en oblación perenne». cordia del Señor. Así nos lo dice el Sal-
mo 32: «Que la misericordia del Señor
Comunión: «Padre, este es mi deseo: venga sobre nosotros, como lo espera-
“que los que me confiaste estén conmigo mos de Él». A esto se llega por medio de
donde yo estoy y contemplen la gloria que la oración constante: «Aclamad, justos, al
tú me has dado”. Aleluya» (Jn 17,24). Señor, que merece la alabanza de los bue-
Postcomunión: «Después de recibir los nos; dad gracias al Señor con la cítara,
santos misterios, humildemente te pedi- tocad en su honor el arpa de diez cuer-
mos, Señor, que esta Eucaristía, celebra- das. La palabra del Señor es sincera y to-
da como memorial de tu Hijo, nos haga das sus acciones son leales; El ama la jus-
progresar en el amor». ticia y el derecho, y su misericordia llena
–Hechos 6,1-7: Eligieron siete hombres la tierra. Los ojos del Señor están puestos
llenos del Espíritu Santo. La elección de en sus fieles, en los que esperan en su
los siete abre un nuevo apartado de los misericordia, para librar sus vidas de la
Hechos de los Apóstoles, en el que ocu- muerte, y reanimarlos en tiempo de ham-
pan el primer plano cristianos proceden- bre».
tes de mundo griego. Tendrán éstos una –Juan 6,16-21: Vieron a Jesús andan-
parte importante y activa en la difusión do sobre el lago. Lo mismo que la multi-
misionera del cristianismo entre las na- plicación de los panes, manifiesta su do-
ciones paganas. Al frente de los siete, minio sobre los elementos y prepara a sus
consagrado por la imposición de las ma- discípulos para recibir la doctrina del Pan
nos, destaca Esteban. Aparece así un em- de la vida. Con sus prodigios Jesús busca
brión de estructura eclesial, fundada en el el bien de la gente que lo contempla. Así
servicio y en el amor. Es muy expresivo lo afirma Orígenes:
lo que dicen los Apóstoles: «nosotros nos «Mas Jesús llevaba, por los milagros que ha-
dedicaremos a la oración y al servicio de cía, a los que contemplaban aquel hermoso es-
3ª Semana de Pascua 25
Domingo
Entrada: «Aclamad al Señor tierra en-
tera, tocad en honor de su nombre, can-
tad himnos a su gloria. Aleluya» (Sal 65,1-
2).
Colecta (compuesta con textos del Ve-
ronense, Gelasiano y Sacramentario de
Bérgamo): «Que tu pueblo, Señor, exulte
siempre al verse renovado y rejuvenecido
en el espíritu; y que la alegría de haber
recobrado la adopción filial afiance su es-
peranza de resurrección gloriosamente».
Ofertorio (del Misal anterior, retocada
con textos de los Sacramentarios Gela-
siano y de Bérgamo): «Recibe, Señor, las
ofrendas de su Iglesia exultante de gozo;
y pues en la resurrección de su Hijo nos
diste motivo para tanta alegría, concéde-
nos participar de este gozo eterno».
Comunión: Año A: «Los discípulos co-
nocieron al Señor Jesús al partir el pan.
Aleluya» (Lc 24,35). Año B: «Así estaba
escrito: el Mesías padecerá, resucitará de
entre los muertos al tercer día y en su
nombre se predicará la conversión de los
pecados a todos los pueblos. Aleluya» (Lc
24,46-47). Año C: «Jesús dice a sus dis-
cípulos: “Vamos, comed”. Y tomó el pan
y se lo dio. Aleluya» (Jn 21,12-13).
26 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
gelio, para que los hombres puedan al- «Es verdad que Jeremías fue también azotado
canzar su salvación. Oigamos a San Ig- a causa de la Palabra de Dios y que Elías y otros
nacio de Antioquía: profetas se vieron amenazados, pero aquí los
Apóstoles, como antes por los milagros, mani-
«Pues yo sé y creo que después de su resu- festaron el poder de Dios. No se dice que no
rrección Él existe en la carne. Y cuando vino a los sufrieron, sino que el sufrimiento les causó ale-
que estaban alrededor de Pedro, les dijo: “Tomad gría. Lo podemos ver por la libertad que acto
y tocadme y ved que no soy un fantasma incor- seguido usaron: inmediatamente después de la
póreo” (Lc 24,39). Y seguidamente lo tocaron y flagelación se entregaron a la predicación con ad-
creyeron, fundiéndose con su cuerpo y con su mirable ardor» (Ibid. 14).
espíritu. Por ello despreciaron la muerte y estu-
vieron por encima de la muerte. Después de la –Con el Salmo 29 decimos: «Te ensal-
resurrección comió y bebió con ellos como car- zaré, Señor, porque me has librado y no
nal, aunque espiritualmente estaba unido al Pa- has dejado que mis enemigos se rían de
dre» (Carta a los de Esmirna 3,1-3). mí. Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
CICLO C Tañed para el Señor, fieles suyos, dad
gracias a su nombre santo; su cólera dura
En la celebración del cincuentenario por un instante, su bondad de por vida.
pascual hemos de recobrar nuestra con- Escucha, Señor y ten piedad de mí, Se-
ciencia de miembros vivos de la Iglesia, ñor, socórreme. Cambiaste mi luto en
como comunidad de testigos responsa- danzas, Señor, Dios mío, te daré gracias
bles de la Resurrección y de la obra por siempre».
salvadora de Cristo en medio del mundo. –Apocalipsis 5,11-14: Digno es el Cor-
La liturgia de estos domingo nos ofrece dero degollado de recibir el poder y la
como tema de meditación el Misterio de alabanza. Cristo, Cordero degollado en
la Iglesia, prolongación del Misterio de la Pasión, ha quedado constituido, por la
Cristo, en el que hemos sido injertados Resurrección, en Señor de la historia. La
por el bautismo. Iglesia es el signo y el testigo de su obra
–Hechos 5,27-32. 40-41: Testigos de entre los hombres. La escena que nos
esto somos nosotros y el Espíritu Santo. describe San Juan es de una grandeza ad-
Históricamente la Iglesia comenzó a exis- mirable. Cristo, el Cordero que ha sido
tir como una pequeña comunidad de tes- degollado, recibe juntamente con el Libro,
tigos de Cristo, dispuestos a obedecer a el homenaje y el dominio de toda la crea-
Dios antes que a los hombres. Comenta ción.
San Juan Crisóstomo:
Es muy significativo que la alabanza de
«Dios ha permitido que los Apóstoles fueran toda la creación vaya dirigida a Dios y al
llevados a juicio para que sus perseguidores fue-
ran instruidos, si lo deseaban... Los Apóstoles Cordero indivisiblemente unidos. San
no se irritan ante los jueces, sino que les ruegan Juan junta las criaturas materiales con los
compasivamente, vierten lágrimas y sólo buscan ángeles en la glorificación del Cordero
el modo de librarlos del error y de la cólera divina. redentor, a quien atribuyen la bendición,
Están convencidos de que no hay peligro para el honor, la gloria y el imperio por los si-
quienes temen a Dios, sino para quienes no le glos. En esta doxología de cuatro térmi-
temen y de que es peor cometer injusticia que
padecerla» (Homilía sobre los Hechos 13). nos, que toda la creación dirige a Dios y
al Cordero, se descubre una clara alusión
Y más adelante dice: a las cuatro partes del universo: cielo, tie-
3ª Semana de Pascua 29
rra, mar y abismo, o las cuatros regiones vo de tanta alegría, concédenos partici-
del mundo: norte, sur, este y oeste. Aso- par de este gozo eterno».
ciémonos nosotros a esa alabanza con Comunión: «La paz os dejo, mi paz os
toda nuestra vida. doy. No os la doy como la da el mundo,
–Juan 21,1-19: Jesús se acercó, tomó dice el Señor. Aleluya» (Jn 14,27)
el pan y se lo dio; lo mismo el pescado. Postcomunión: «Dios todopoderoso y
Pedro sigue siendo el primer responsable eterno, que en la resurrección de Jesu-
del Amor y de la presencia viva de Cristo cristo nos has hecho renacer a la vida eter-
en su Iglesia y entre los hombres. Sobre na; haz que los sacramentos pascuales
esta piedra ha edificado el Señor su Igle- den en nosotros fruto abundante y que el
sia. Comenta San Agustín este milagro alimento de salvación que acabamos de
hecho por Cristo resucitado: recibir fortalezca nuestras vidas».
«Los discípulos se marcharon a pescar y en –Hechos 6,8-15: No lograban hacer
toda la noche no cogieron nada. Pero el Señor se frente a la sabiduría y al Espíritu con que
les apareció de mañana en la orilla y les preguntó
si tenían algo que comer, ellos le contestaron que hablaba. La posición radical de Esteban
no. Entonces les dijo: “Echad las redes a la dere- en lo tocante a la ley y al templo recrude-
cha y encontraréis” (Jn 21,6). Ved cuánto les otor- cerá la persecución, en especial en con-
gó gratuitamente el que aparentemente había ve- tra de los siete. Se van a repetir las mis-
nido a comprar, les dio el producto del mar, crea- mas acusaciones que se emplearon con-
do por Él. ¡Gran milagro sin duda! Echaron las tra Jesús, en un claro paralelismo con su
redes al instante, y captaron tal cantidad de pe-
ces que, debido a su número, no podían sacar las Pasión, demostrado hasta en el empleo de
redes. Pero, si consideramos quién es el autor de las mismas palabras. Y de nuevo Dios va
ese milagro, deja de causar admiración, pues ha- a demostrar su fuerza en los que elige. Su
bía hecho ya otros mayores. Pues para quien con rostro les parecerá como el de un ángel.
anterioridad había resucitado muertos, no era gran Muchos comentaristas han visto en esto
cosa el haber hecho que se pescaran aquellos pe- una semejanza con Moisés al bajar del
ces» (Sermón 252,1).
monte. Entre ellos San Juan Crisóstomo,
que dice:
Lunes «Era la gracia, era la gloria de Moisés. Me
Entrada: «Ha resucitado el Buen Pas- parece que Dios le había revestido de este res-
plandor porque quizá tenía algo que decir y para
tor, que dio la vida por sus ovejas y se atemorizarlos con su propio aspecto. Pues es
dignó morir por su grey». posible, muy posible, que las figuras llenas de
Colecta (del Misal anterior, retocada con gracia celestial sean amables a los ojos de los
textos del Veronense, Gelasiano y Grego- amigos y terribles ante los adversarios» (Homilía
sobre los Hechos 15).
riano): «Oh Dios, que muestras la luz de
tu verdad a los que andan extraviados, para –Acertadamente cantamos ahora el Sal-
que puedan volver al camino de la santi- mo 118, en algunos de sus versos, pues
dad; concede a todos los cristianos re- encaja perfectamente en todo lo referente
chazar lo que es indigno de este nombre a San Esteban. Una señal de que hemos
y cumplir cuanto en él se significa». resucitado con Cristo es nuestra vida in-
tachable. Renacidos en Cristo por el Es-
Ofertorio: «Recibe, Señor, las ofrendas píritu, fortalecidos por el pan que ha ba-
de tu Iglesia exultante de gozo; y pues en jado del Cielo y permanece por siempre,
la resurrección de tu Hijo nos diste moti- cumplimos la voluntad del Padre: «Dicho-
30 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
so el que camina con vida intachable. Aun- lenguaje que había usado con la mujer aquella
que los nobles se sientan a murmurar de samaritana... Entre diálogos la llevó hasta la bebi-
mí, tu siervo medita tus leyes; tus pre- da espiritual. Lo mismo sucede aquí, lo mismo
exactamente. Alimento es, pues, éste que no pe-
ceptos son mi delicia, tus decretos son rece, sino que permanece hasta la vida eterna»
mis consejeros. Te expliqué mi camino y (Tratado 25,10-12 sobre el Evangelio de San
me escuchaste; enséñame tus leyes; ins- Juan).
trúyeme en el camino de tus decretos, y
meditaré tus maravillas. Apártame del ca-
mino falso, y dame la gracia de tu volun- Martes
tad; escogí el camino verdadero, deseé Entrada: «Alabad a nuestro Dios todos
tus mandamientos». sus siervos y los que le teméis, pequeños
–Juan 6,22-29: Trabajad no por el ali- y grandes, porque ya llega la victoria, el
mento que perece, sino por el alimento poder y el mando de nuestro Mesías. Ale-
que perdura. Luego de la multiplicación luya» (Apoc 19,5;12,10).
de los panes, en su ansia por el alimento Colecta (compuesta con textos de los
terreno, la multitud busca a Jesús. Pero Sacramentarios Gelasiano, Gregoriano y
éste les invita a saciarse con un ideal su- de Bérgamo): «Señor, tú que abres las
perior, aspirando a otro manjar que per- puertas de tu reino a los que han renacido
dura para siempre. Para recibir este ali- del agua y del Espíritu. Acrecienta la gra-
mento es menester realizar las obras de cia que has dado a tus hijos, para que pu-
Dios, es decir, creer en el Enviado. Co- rificados del pecado alcancen todas tus
menta San Agustín: promesas».
«Jesús, a continuación del misterio o sacra- Ofertorio: «Recibe, Señor, las ofrendas
mento milagroso, hace uso de la palabra, con la de tu Iglesia exultante de gozo; y pues en
intención de alimentar, si es posible, a los mis- la resurrección de tu Hijo nos diste moti-
mos que ya alimentó; de saciar con su palabra las
inteligencias de aquellos cuyo vientre había sa-
vo de tanta alegría, concédenos partici-
ciado con pan abundante, pero es con la condi- par de este gozo eterno».
ción de que lo entiendan y, si no lo entienden, que Comunión: «Si hemos muerto con Cris-
se recoja para que no perezcan ni las sobras si- to, creemos que también viviremos con
quiera... “Me buscabais por la carne, no por el
Espíritu”. ¡Cuántos hay que no buscan a Jesús Él. Aleluya» (Rom 6,8).
sino para que les haga beneficios temporales! Postcomunión: «Mira, Señor, con bon-
Tiene uno un negocio y acude a la mediación de dad a tu pueblo, y ya que has querido re-
los clérigos; es perseguido otro por alguien más novarnos con estos sacramentos de vida
poderoso que él y se refugia en la iglesia. No
faltan quienes piden que se les recomiende a una eterna, concédele también la resurrección
persona ante la que tienen poco crédito. gloriosa».
«En fin, unos por unos motivos y otros por –Hechos 7,51-59: Señor Jesús, recibe
otros, llenan todos los día la iglesia. Apenas se mi espíritu. La defensa de Esteban ante
busca a Jesús por Jesús... “Me buscabais por sus acusadores se transforma en una acu-
algo que no es lo que yo soy; buscadme a Mí por sación, ante la incredulidad de los jefes
mí mismo”. Ya insinúa ser Él este manjar, lo que
se verá con más claridad en lo que sigue...Yo creo
del pueblo, y le acarrea el martirio por
que ya estaban esperando comer otra vez pan y medio de la lapidación. Al morir Esteban
sentarse otra vez, y saciarse de nuevo. Pero Él ruega al Señor en términos similares a los
había hablado de un alimento que no perece, sino que Éste se dirigió al Padre desde la Cruz.
que permanece hasta la vida eterna. Es el mismo Es el testimonio más antiguo de una ora-
3ª Semana de Pascua 31
ción dirigida a Cristo en la gloria del Pa- tu presencia nos escondes de las conju-
dre. La celebración eucarística configura ras humanas».
progresivamente nuestra vida cristiana a –Juan 6,30-35: No fue Moisés, sino que
la imagen ideal de Cristo. Al mismo tiem- es mi Padre quien os da el verdadero pan
po nos hace testigos del Señor: nos pone del cielo. Como en otros pasajes del Evan-
en contacto experiencial con la Palabra gelio, Jesús hace pasar a sus oyentes del
de Vida y nos empuja a una actividad sentido material al espiritual. De este modo
apostólica, fruto de la libertad del Espíri- llegamos al culmen de la revelación de
tu. Comenta San Efrén: Jesús, cuando éste proclama: «Yo soy el
«Es evidente que los que sufren por Cristo Pan de Vida». Comenta San Ambrosio:
gozan de la gloria de toda la Trinidad. Esteban
vio al Padre y a Jesús situado a su derecha, por- «¿A qué fin pides, oh judío, que te conceda el
que Jesús se aparece sólo a los suyos, como a los pan Aquél que lo da a todos, lo da a diario, lo da
Apóstoles después de la resurrección. Mientras siempre? En ti mismo está el recibir este pan:
el Campeón de la fe permanecía sin ayuda en acércate a este pan y lo recibirás. De este pan
medio de los furiosos asesinos del Señor, llegado está dicho: “Todos los que se alejan de ti perece-
el momento de coronar al primer mártir, vio al rán” (Sal 72,27). Si te alejares de Él, perecerás. Si
Señor, que sostenía una corona en la mano dere- te acercares a Él, vivirás. Este es el pan de la vida;
cha, como si se animara a vencer la muerte y para así pues, el que come la vida no puede morir.
indicarle que Él asiste interiormente a los que van Porque, ¿cómo morirá aquél para quien el manjar
a morir por su causa. Revela, por tanto, lo que ve, es la vida? ¿Cómo desfallecerá el que tuviere sus-
es decir, los cielos abiertos, cerrados a Adán y tancia vital?
vueltos a abrir solamente a Cristo en el Jordán, «Acercaos a Él y saciaos, porque es pan. Acer-
pero abiertos también después de la Cruz a todos caos a Él y bebed, porque es fuente. Acercaos a
los que conllevan el dolor de Cristo y en primer Él y seréis iluminados (Sal 33,6), porque es luz
lugar a este hombre. Observad que Esteban reve- (Jn 1,9). Acercaos a Él y sed libres, porque don-
la el motivo de la iluminación de su rostro, pues de está el Espíritu del Señor, allí está la libertad (2
estaba a punto de contemplar esta visión maravi- Cor 3,17). Acercaos a Él y sed absueltos, porque
llosa. Por eso se mudó en la apariencia de un es perdón de los pecados (Ef 1,7). ¿Preguntáis
ángel, a fin de que su testimonio fuera más fide- quién es éste? Oídle a Él mismo que dice: “Yo
digno» (Sermón sobre los Hechos 7). soy el Pan de Vida; el que viene a Mí no tendrá
hambre; y el que cree en Mí no pasará nunca sed”
–En tus manos encomiendo mi espíritu. (Jn 6,35). Le oísteis y le visteis y no le creísteis;
Palabra que en Cristo encuentran pleni- por eso estáis muertos; ahora siquiera, creed para
tud de sentido: el abandono, el sufrimien- que podáis vivir» (Exposición sobre el Salmo
to, la confianza, la liberación. Invitación 118,28).
a todos los creyentes a una apertura total
a Dios que revela los prodigios de su mi-
sericordia protectora. Por eso empleamos Miércoles
el Salmo 3, en el que se insertan estas Entrada: «Llena estaba mi boca de tu
palabras: «Señor, sé la Roca de mi refu- alabanza y de tu gloria. Te aclamarán mis
gio, un baluarte donde me salve, Tú que labios, Señor. Aleluya» (Sal 70,8.23)
eres mi Roca y mi baluarte, por tu nom- Colecta (compuesta con textos de los
bre dirígeme y guíame. A tus manos, Se- Sacramentarios Gelasiano, Gregoriano y
ñor, encomiendo mi espíritu; Tú el Dios de Bérgamo): «Ven Señor en ayuda de tu
leal, me librarás; yo confío en el Señor. familia, y a cuantos hemos recibido el don
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. de la fe, concédenos tener parte en la he-
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sál- rencia eterna de tu Hijo resucitado».
vame por tu misericordia. En el asilo de
32 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
«El maná era signo de este pan, como lo era Postcomunión: «Después de recibir los
también el altar del Señor. Ambas cosas eran sig- santos misterios, humildemente te pedi-
nos sacramentales: como signos son distintos, mos, Señor, que esta eucaristía, celebra-
más en la realidad hay identidad... Pan vivo, por-
que desciende del cielo. El maná también descen- da como memorial de tu Hijo, nos haga
dió del cielo; pero el maná era sombra, éste la progresar en el amor».
verdad... ¡Oh qué misterio de amor, y qué símbo- –Hechos 9,1-10: Este hombre es un ins-
lo de la unidad y qué vínculo de la caridad! Quien trumento elegido por Mí para dar a co-
quiere vivir sabe donde está su vida y sabe de
dónde le viene la vida. Que se acerque y que crea, nocer mi nombre a los pueblos. Saulo es
y que se incorpore a este cuerpo, para que tenga llamado misteriosamente por Dios a con-
participación de su vida...» (Tratado 26,12 y 15 vertirse en uno de los grandes apóstoles
sobre el Evangelio de San Juan). de la religión de Jesús a la que perseguía.
Y San Ambrosio: La conversión de Saulo es una verdadera
«Cosa grande, ciertamente, y de digna venera-
vocación a ser primero discípulo de Cris-
ción, que lloviera sobre los judíos maná del cielo. to y luego un gran apóstol de su mensaje
Pero, presta atención. ¿Qué es más: el maná del de salvación. Esto es uno de los aconte-
cielo o el Cuerpo de Cristo? Ciertamente que el cimientos más grandes de la historia de la
Cuerpo de Cristo, que es el Creador del cielo. Iglesia. Un instrumento elegido por Dios
Además, el que comió el maná, murió; pero el que para ser el apóstol de todos los siglos. Él
comiere el Cuerpo recibirá el perdón de sus peca- murió, pero sus Cartas siguen proclaman-
dos y no morirá para siempre. Luego, no en vano
dices tú “Amén”, confesando ya en espíritu que do ese mensaje salvífico de Jesucristo.
recibes el Cuerpo de Cristo... Lo que confiesa la San Juan Crisóstomo dice del apóstol:
lengua, sosténgalo el afecto» (Sobre los Sacra- «Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y
mentos 24-25). cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir
sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se
levantaba con una mayor elevación y fervor de
Viernes espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban,
Entrada: «Digno es el Cordero dego- era cada vez mayor su empuje... En medio de las
llado de recibir el poder, la riqueza, la sa- asechanzas de sus enemigos, habla en tono triun-
fal de las victorias alcanzadas sobre los ataques
biduría, la fuerza, el honor, la gloria y la de sus perseguidores, y, habiendo sufrido en to-
alabanza. Aleluya» (Apoc 5,12). das partes azotes, injurias y maldiciones, como
Colecta (compuesta con textos del quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de
trofeos, da gracias a Dios... Imbuido en estos sen-
Gregoriano y del Sacramentario de timientos, se lanzaba a las contradicciones e inju-
Bérgamo): «Te pedimos, Señor, que, ya rias, que le acarreaba su predicación con un ardor
que nos has dado la gracia de conocer la superior al que nosotros empleamos en la conse-
resurrección de tu Hijo, nos concedas tam- cución de los honores, deseando la muerte más
bién que el Espíritu Santo, con su amor, que nosotros la vida; la pobreza más que noso-
nos haga resucitar a una vida nueva». tros las riqueza...
Comunión: «El Señor crucificado re- «Por esto mismo, lo único que deseaba era agra-
dar siempre a Dios y, lo que era para él más im-
sucitó de entre los muertos y nos resca- portante de todo, gozaba del amor de Cristo; con
tó. Aleluya». esto se consideraba el más dichoso de todos; sin
Ofertorio: «Santifica, Señor, con tu bon- esto le era indiferentes los poderosos y los prín-
dad estos dones, acepta la ofrenda de este cipes; prefería ser con este amor, el último de
todos... Para él, el tormento más grande y ex-
sacrificio espiritual y a nosotros transfór- traordinario era el verse privado de este amor;
manos en oblación perenne». para él, su privación significaba el infierno, el
3ª Semana de Pascua 35
único sufrimiento, el suplicio infinito e que has renovado por las aguas del bau-
intolerable» (Homilía 2 sobre las alabanzas de tismo a los que creen en ti, concede tu
Pablo). ayuda a los que han renacido en Cristo,
–Por eso lo mejor que podemos hacer para que venzan las insidias del Mal y per-
es cantar con el Salmo 116: «Alabad al manezcan siempre fieles a los dones que
Señor todas las naciones, celebradlo to- de Ti han recibido».
dos los pueblos. Firme es su misericordia Ofertorio: «Acoge, Señor, con bondad
con nosotros, su fidelidad permanece por las ofrendas de tu pueblo, para que, bajo
siempre». tu protección, no pierda ninguno de tus
–Juan 6,53-60: Mi carne es verdadera bienes y descubra los que permanecen
comida y mi sangre es verdadera bebida. para siempre».
Respondiendo a la admiración de sus Comunión: «Padre, por ellos ruego, para
oyentes, Jesús afirma con claridad: si uno que todos sean uno en nosotros, y así crea
quiere poseer la vida ha de comer su car- el mundo que tú me has enviado, dice el
ne y beber su sangre. El maná del desier- Señor. Aleluya» (Jn 17,20-21).
to fue importante, pero mucho más lo es
el alimento eucarístico que da la vida eter- Postcomunión: «Dios Todopoderoso, no
na. Comenta San Agustín: ceses de proteger con amor a los que has
salvado, para que así, quienes hemos sido
«Lo que buscan los hombres en la comida y en
la bebida es apagar el hambre y la sed, mas esto redimidos por la pasión de tu Hijo, poda-
no lo logra de verdad sino este alimento y bebida mos alegrarnos en su resurrección».
que a los que lo toman hace inmortales e inco- –Hechos 9,31-42: La Iglesia se iba
rruptibles, en la sociedad misma de los santos, construyendo y se multiplicaba animada
donde existe una paz y unidad plena y perfec-
tas... Comer aquel manjar y beber aquella bebida por el Espíritu Santo. La actividad apos-
es lo mismo que permanecer en Cristo y tener a tólica de Pedro se desarrolla en un princi-
Jesucristo que permanece en sí mismo. Y, por pio dentro de un período de paz para la
eso, quien no permanece en Cristo y en quien Iglesia. El Apóstol cura a un paralítico de
Cristo no permanece, es indudable que no come Lidia y resucita a una mujer en Jafa, pro-
ni bebe espiritualmente su cuerpo y su sangre, vocando con ello nuevas conversiones.
aunque materialmente y visiblemente toque con
sus dientes el sacramento del Cuerpo y de la San- La asamblea eucarística realiza y cons-
gre de Cristo: sino antes, por el contrario, come y truye continuamente la comunidad de sal-
bebe para su perdición el sacramento de la reali- vación, que es la Iglesia. En ella encon-
dad tan augusta, ya que, impuro y todo, se atreve tramos la paz del Espíritu Santo y el aliento
a acercarse a los sacramentos de Cristo, que nadie para una vida al servicio del Señor y de
puede dignamente recibir sino los limpios...» (Tra- los hermanos. San Cipriano comenta:
tado 26 sobre el Evangelio de San Juan 17-18).
«En los Hechos de los Apóstoles está claro
que las limosnas no sólo ayudan al pobre. Ha-
Sábado biendo enfermado y muerto Tabita, que hacía
muchas buenas obras y limosnas, fue llamado
Entrada: «Por el Bautismo fuísteis se- Pedro y apenas se presentó, con toda diligencia
pultados con Cristo y habéis resucitado de su caridad apostólica, le rodearon las viudas
con Él, porque habéis creido en la fuerza con lágrimas y súplicas... rogando por la difunta
de Dios que lo resucitó. Aleluya» (Col más con sus gestos que con sus palabras. Creyó
2,12). Pedro que podría lograrse lo que pedían de mane-
ra tan insistente y que no faltaría el auxilio de
Colecta (compuesta con textos del Cristo a las súplicas de los pobres en quienes Él
Gelasiano y del Gregoriano): «Oh Dios, había sido vestido... No dejó, en efecto, de pres-
36 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
con vítores. Sabed que el Señor es Dios; la resurrección de tu Hijo nos diste moti-
que Él nos hizo y somos suyos, su pue- vo de tanta alegría, concédenos partici-
blo y ovejas de su rebaño. El Señor es par de este gozo eterno».
bueno, su misericordia es eterna, su fide- Comunión: «Jesús se puso en medio de
lidad por todas las edades» sus discípulos y les dijo: “Paz a vosotros”.
–Apocalipsis 7,9.14-17: El Cordero será Aleluya» (Jn 20,19).
su Pastor y los conducirá hacia fuentes Postcomunión: «Mira, Señor, con bon-
de aguas vivas. La Iglesia triunfante en dad a tu pueblo, y, ya que has querido
los cielos será el fruto de una comunidad renovarlo con estos sacramentos de vida
de creyentes, elegida de toda nación, raza eterna, concédele también la resurrección
o lengua, y santificada por la sangre uni- gloriosa».
versalmente redentora del Cordero. La
muchedumbre vestida de túnicas blancas, –Hechos 11,1-18: También a los genti-
lavadas en la sangre del Cordero no son les les ha concedido Dios la salvación que
únicamente los mártires de la persecución lleva a la vida. Después de la milagrosa
neroniana, sino también todos los fieles efusión del Espíritu Santo sobre los con-
purificados de sus pecados por el bautis- vertidos no judíos de Cesarea, Pedro los
mo. El sacramento del bautismo recibe bautizó. Seguidamente sube a Jerusalén,
de la sangre del Cordero, que es también donde cuenta su modo de proceder y con-
Pastor, la virtud de lavar y purificar las vence a todos, que glorifican a Dios por
almas. la llegada de los paganos a la Iglesia. La
acción del Espíritu Santo es expuesta por
–Juan 10,27-30: Yo doy la vida eterna los Santos Padres de modo diverso. Oi-
a mis ovejas. Fue designio del Padre ha- gamos a San Cirilo de Jerusalén:
cer de su Hijo encarnado el único Pastor
«Su actuación en el alma es suave y apacible,
para el único Pueblo de elegidos para la su experiencia es agradable y placentera y su yugo
salvación. es levísimo. Su venida va precedida de los rayos
Véase el comentario al Evangelio en el brillantes de su luz y de su ciencia. Viene con la
ciclo A. bondad de genuino protector; pues viene a sal-
var, a curar, a enseñar, a aconsejar, a fortalecer, a
consolar, a iluminar, en primer lugar la mente del
Lunes que lo recibe y después, por las obras de éste, la
Entrada: «Cristo, una vez resucitado de mente de los demás. Y del mismo modo que el
que se hallaba en tinieblas, al sentir el sol, recibe
entre los muertos ya no muere más; la su luz en los ojos del cuerpo y contempla con
muerte ya no tiene dominio sobre Él. Ale- toda claridad lo que antes no veía, así también al
luya» (Rom 6,9). que es hallado digno del don del Espíritu Santo se
Colecta (del Misal anterior y ha sido re- le ilumina el alma y, levantado por encima de su
razón natural, ve lo que antes ignoraba» (Cate-
tocada con textos del Gelasiano y del quesis 16, sobre el Espíritu Santo).
Gregoriano): «Oh Dios, que por medio de
la humillación de tu Hijo levantaste a la Algo semejante sucedió a aquellos no
Humanidad caída; concede a tus fieles la judíos de Cesarea y que fue tan eficiente
verdadera alegría, para que quienes han para la expansión de la Iglesia y
sido librados de la esclavitud del pecado mentalización de los primeros cristianos
alcancen la felicidad eterna». judíos.
Ofertorio: «Recibe, Señor, las ofrendas –Convertirse a Dios es abrirse a la vida.
de tu Iglesia exultante de gozo, y pues en Con el Salmo 41 cantamos y subraya-
40 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
mos nuestro carácter de peregrinos go- su reinado el Señor, nuestro Dios Todo-
zosos por caminar hacia el que es Luz, poderoso. Aleluya» (Ap 19,7.6).
Verdad y Vida: «Como busca la sierva Colecta (del Gregoriano): «Te pedimos,
corriente de agua, así mi alma te busca a Señor Todopoderoso, que la celebración
Ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios, de las fiestas de Cristo resucitado aumente
del Dios vivo. ¿Cuándo entraré a ver el en nosotros la alegría de sabernos salva-
rostro de Dios? Envía tu luz y tu verdad: dos».
que ellas me guíen y me conduzcan hasta
tu monte santo, hasta tu morada. Que yo Ofertorio: «Concédenos, Señor, darte
me acerque al altar de Dios, al Dios de mi gracias siempre por medio de estos mis-
alegría; que te dé gracias al son de la cíta- terios pascuales; y ya que continúan en
ra, Dios, Dios mío». nosotros la obra de tu redención, sean
también fuente de gozo incesante».
–Juan 10,1-10.11-18: Yo soy la puerta Comunión: «Cristo tenía que padecer y
de las ovejas. El Buen Pastor da la vida resucitar de entre los muertos para entrar
por sus ovejas. Ante los malos pastores en su gloria. Aleluya» (cf. Lc 24,46.26)
Jesús se presenta a sí mismo como el
Pastor legítimo, que conoce a cada una Postcomunión: «Escucha, Señor, nues-
de sus ovejas y camina delante de ellas. tras oraciones, para que este santo inter-
Seguidamente aparece una segunda ima- cambio, en el que has querido realizar
gen: Jesús es la puerta del aprisco, la úni- nuestra redención nos sostenga durante
ca vía de acceso al Padre. Él es el Buen la vida presente y nos dé las alegrías eter-
Pastor que da la vida por sus ovejas; más nas».
aún, tiene el poder para entregar su vida y –Hechos 11,19-26: Se pusieron también
recuperarla. Hay en este evangelio una a hablar a los griegos, anunciándoles al
alusión a la pasión y resurrección. Pero Señor Jesús. La Iglesia en Antioquía se
también nos enseña la intimidad entre el muestra decididamente inclinada a la evan-
Padre y el Hijo y entre el Hijo y sus segui- gelización de los paganos y logra la con-
dores, así como el de la unidad de su re- versión de un gran número de ellos. Ber-
baño. San Agustín comenta: nabé, enviado de la Iglesia en Jerusalén,
«Aunque camine en medio de la sombra de la se alegra y va en busca de San Pablo en
muerte; aun cuando camine en medio de esta vida, Tarso. Llamados a colaborar personal-
la cual es sombra de muerte no temeré los males, mente en la expansión de la Iglesia, nos
porque Tú, oh Señor, habitas en mi corazón por
la fe, y ahora estás conmigo a fin de que, después reunimos en asamblea eucarística para re-
de morir, también yo esté contigo. Tu vara y tu cibir la fuerza del Espíritu, que nos haga
cayado me consolaron; tu doctrina, como vara proclamar universalmente, de palabra y
que guía el rebaño de ovejas y como cayado que de obra, la Buena Noticia del Señor.
conduce a los hijos mayores que pasan de la vida
animal a la espiritual, más bien me consoló que Los predicadores de Antioquía son cris-
me afligió, porque te acordaste de mí» (Comenta- tianos corrientes, por eso comenta San
rio al Salmo 22,4). Juan Crisóstomo:
«Observad cómo es la gracia la que lo hace
todo. Considerad también que esta obra se co-
Martes mienza por obreros desconocidos y sólo cuando
Entrada: «Con alegría y regocijo de- empieza a brillar, envían los Apóstoles a
Bernabé» (Homilía sobre los Hechos 25).
mos gloria a Dios, porque ha establecido
4ª Semana de Pascua 41
En Antioquía es donde por vez primera Jesús, como Pastor y Cordero, es objeto de
los discípulos de Cristo se llamaron cris- especial atención en los inspirados versos de
tianos. Así lo expone San Atanasio: San Efrén:
«Aunque los santos Apóstoles han sido nues- «Oh Hijo de Dios, Tú viniste al mundo
tros maestros y nos han entregado el Evangelio para atraer hacia Ti a la oveja racional.
del Salvador, sin embargo no hemos recibido de Naciendo de la Virgen, te hiciste Cordero
ellos nuestro nombre, sino que somos cristianos y hacia Ti corrió la oveja descarriada,
por Cristo y por Él se nos llama de este modo» porque oyó la voz de tu balido.
(Sermón primero contra los arrianos 2). ¡Oh Cordero que trajiste la santidad!
–Cantamos la maravillosa propagación ¡Oh Lactante, que eres el antiguo de día!
de la Buena Nueva de Cristo y de su Igle- ¡Oh Pastor y Lactante, cuán manso
sia con el Salmo 86, que es un canto a la eres!» (Himno a Santa María 10,16).
Jerusalén terrenal, figura de la Iglesia:
«Alabad al Señor todas las naciones. El Miércoles
Señor ha cimentado a Sión sobre el mon- Entrada: «Te daré gracias entre las na-
te santo, y prefiere sus puertas a todas ciones Señor; contaré tu fama a mis her-
las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan manos. Aleluya» (Sal 17,50;12,23).
glorioso para ti, ciudad de Dios! Contaré
a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; Colecta (del Gelasiano): «Señor, Tú que
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí. eres la vida de los fieles, la gloria de los
Se dirá de Sión: “Uno por uno todos han humildes y la felicidad de los santos, es-
nacido en ella; el Altísimo en persona la cucha nuestras súplicas, y sacia con la
ha fundado”. El Señor escribirá en el re- abundancia de tus dones a los que tienen
gistros de los pueblos: “Este ha nacido sed de tus promesas».
allí”; y cantarán mientras danzan: “Todas Ofertorio: «¡Oh Dios!, que por el ad-
mis fuentes están en ti”». mirable trueque de este sacrificio nos ha-
–Juan 10,22-30: Yo y el Padre somos ces partícipes de tu divinidad; concéde-
uno. Con ocasión de una controversia con nos que nuestra vida sea manifestación y
los incrédulos fariseos, Jesús vuelve a va- testimonio de esta verdad que conoce-
lerse de la imagen del Pastor. El Padre es mos».
quien le ha dado los que que creen en Él. Comunión: «Dice el Señor: “Yo os he
El los protege, puesto que el Padre y Él escogido sacándoos del mundo y os he
no son sino una sola cosa. A todos los destinado para que vayáis y deis fruto y
pastores que han apacentado el pueblo de vuestro fruto dure”. Aleluya» (cf. Jn
Dios el Buen Pastor los aventaja por la 15,16.19).
entrega voluntaria de su vida en favor de Postcomunión: «Ven, Señor, en ayuda
sus ovejas. Así lo dice San Gregorio Mag- de tu pueblo y, ya que nos has iniciado en
no: los misterios de tu Reino, haz que aban-
«Por ello dice también el Señor en el texto que donemos nuestra antigua vida de pecado
comentamos: “Igual que el Padre me conoce y yo y vivamos, ya desde ahora, la novedad de
conozco al Padre, yo doy mi vida por las
ovejas” (Jn 10,15). Como si dijera claramente: la vida eterna».
“La prueba de que conozco al Padre y el Padre –Hechos 12,24-13,5: Apartadme a
me conoce a Mí está en que entrego mi vida por Bernabé y a Saulo. En Antioquía, en el
mis ovejas, es decir, en caridad con que muero transcurso de una celebración litúrgica,
por mis ovejas, pongo de manifiesto mi amor por
el Padre”» (Homilías sobre los Evangelios 14, 3). el Espíritu Santo designa a Saulo y a
42 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
Bernabé para una gran empresa de evan- Amad a Cristo y desead la Luz que es
gelización dentro del mundo gentil. De este Cristo. Comenta San Agustín:
modo, comienzan por Salamina, la isla de «No les dijo: “Vosotros sois la luz, habéis ve-
Chipre, el primer viaje misionero del Após- nido al mundo para que quien crea en vosotros no
tol de los gentiles. En la celebración permanezca en las tinieblas”. Yo os aseguro que
eucarística, congregados en torno al al- no leeréis esto en ningún lugar. Candelas son to-
tar, experimentamos la actuación del Es- dos los Santos. Pero la Luz aquella que les da la
luz no puede separarse de sí misma, porque es
píritu Santo, que ha de impulsar y orien- inconmutable. Creemos, pues, a las candelas en-
tar nuestra vida de testimonio cristiano. cendidas, como son los profetas y los apóstoles,
El Espíritu Santo deja oir su voz en la Igle- pero de tal modo les damos fe, que no creemos en
sia de Cristo. Oigamos a Nicetas de Reme- la misma candela iluminada, sino que por medio
siana: de ella creemos en aquella Luz que las ilumina,
para que nosotros seamos también iluminados,
«¿Quién puede, pues, silenciar aquella digni- no por ellas, sino con ellas, por aquella Luz de
dad del Espíritu Santo? Pues los antiguos profe- quien ellas reciben la suya.
tas clamaban: “Esto dice el Señor” (Ez 22,28). En
su venida Cristo aplicó esta expresión a su per- «Y al decir que vino “para que todo aquel que
sona diciendo: “Y yo os digo” (Mt 5,22,43). Y crea en Mí no permanezca en tinieblas”, clara-
los nuevos profetas ¿ qué clamaban? Como Agabo mente manifiesta que a todos encontró envueltos
que profetiza y dice en los Hechos de los Após- en las tinieblas; pero para que no permanezcan
toles: “Esto dice el Espíritu Santo” (21,11). Y el en las tinieblas en que fueron hallados deben creer
mismo Pablo en la Carta a Timoteo: “El Espíritu en la Luz que vino al mundo, porque por Ella fue
Santo dice claramente” (1 Ti 4,1). Y Pablo dice hecho el mundo» (Tratado 54,4 sobre el Evange-
que él ha sido llamado por Dios Padre y por lio de San Juan).
Cristo: “Pablo, dice, apóstol no por los hombres,
ni por medio de un hombre, sino por medio de
Jesucristo y Dios Padre ”(Gál 1,1). Y en los He- Jueves
chos de los Apóstoles se lee que fue segregado y Entrada: «Oh Dios, cuando salías al
enviado por el Espíritu Santo. En efecto, así está frente de tu pueblo y acampabas con ellos
escrito (13,2)» (El Espíritu Santo, 15).
y llevabas sus cargas, la tierra tembló, el
–En Cristo nos ha bendecido Dios con cielo destiló. Aleluya» (cf. Sal 67,8-9.20).
toda clase de bendiciones espirituales. Por
eso, agradecidos, alabamos al Señor con Colecta (textos del Gelasiano y del
el Salmo 66: «El Señor tenga piedad y nos Sacramentario de Bérgamo): «Oh Dios,
bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros: que has restaurado la naturaleza humana
conozca la tierra tus caminos, todos los elevándola sobre su condición original, no
pueblos tu salvación. Que canten de ale- olvides tus inefables designios de amor y
gría las naciones, porque riges el mundo conserva, en quienes han renacido por el
con justicia, riges los pueblos con recti- Bautismo, los dones que tan generosamen-
tud, y gobiernas las naciones de la tierra. te han recibido».
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que Ofertorio: «Que nuestra oración, Señor,
todos los pueblos te alaben. Que Dios nos y nuestras ofrendas sean gratas en tu pre-
bendiga; que le teman hasta los confines sencia, para que así, purificados por tu
del orbe». gracias, podamos participar más digna-
–Juan 12,44-50: Yo he venido al mun- mente en los sacramentos de tu amor».
do como Luz. Cristo, Palabra del Padre, Comunión: «Sabed que estoy con vo-
es la Luz del mundo que condena a los sotros todos los días hasta el fin del mun-
que viven las tinieblas de la incredulidad. do. Aleluya» (Mt 18,20).
4ª Semana de Pascua 43
Postcomunión: «Dios Todopoderoso y fidelidad por todas las edades. Porque dije:
eterno, que en la resurrección de Jesu- “Tu misericordia es un edificio eterno,
cristo nos has hecho renacer a la vida eter- más que el cielo has afianzado tu fideli-
na; haz que los sacramentos pascuales dad”. Encontré a David mi siervo y lo he
den en nosotros fruto abundante, y que el ungido con óleo sagrado, para que esté
alimento de salvación que acabamos de siempre con él y mi brazo lo haga valero-
recibir fortalezca nuestras vidas». so. Mi fidelidad y misericordia lo acom-
–Hechos 13,13-25: Dios sacó de la des- pañarán, por mi nombre crecerá su po-
cendencia de David un salvador para Is- der. Él me invocará: “Tú eres mi Padre,
rael, Jesús. San Pablo presentó el mensa- mi Dios, mi Roca salvadora”».
je cristiano en la sinagoga de Antioquía –Juan 13,16-20: El que recibe a mi
de Pisidia, haciendo un resumen de la his- enviado me recibe a Mí. Después del la-
toria de la salvación, desde la elección de vatorio de los pies a sus discípulos, Jesús
Israel en Egipto hasta el rey David, de anuncia el cumplimiento de las profecías
cuya descendencia Dios suscitó como en la traición de Judas. Seremos bienaven-
Salvador a Jesucristo. Se manifiesta la con- turados si aprendemos esto: que no es el
tinuidad de Israel y de la Iglesia y el ca- siervo mayor que su señor. Y lo que hizo
rácter único e irrepetible de Cristo, cen- Cristo fue darles un ejemplo de humildad
tro y clave de la historia. Por eso los Após- por caridad. Esto es lo que todos hemos
toles exaltan tanto la pertenencia a la Igle- de practicar: la humildad por caridad. Es
sia. Origenes decía: lo que les dirá muy pronto como un pre-
«Si alguno quiere salvarse, venga a esta Casa, cepto nuevo: amar como Él ha amado.
para que pueda conseguirlo. Ninguno se engañe a Lo que les dice en enseñanza sapiencial
sí mismo: fuera de esta Casa, esto es, fuera de la es lo que, con el lavatorio de los pies, les
Iglesia, nadie se salva» (Homilía sobre Jesús en enseña con una parábola en acción. Los
la barca 5). Apóstoles y todos los discípulos reten-
Y San Agustín llega a decir algo increíble: drán el espíritu de esta acción concreta,
«Fuera de la Iglesia Católica se puede encon- practicándolo con otras obras cuando la
trar todo menos la salvación. Se puede tener ho- necesidad lo reclame. Con la humildad se
nor, se pueden tener los sacramentos, se puede relacionan todas las demás virtudes, pero
cantar aleluya, se puede responder amén, se pue- de modo especial: la alegría, la obedien-
de sostener el Evangelio, se puede tener fe en el cia, la castidad, el deseo de recomenzar,
Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, y predi-
carla, pero nunca, si no es en la Iglesia Católica, etc. De ahí procede una paz profunda,
se puede encontrar la salvación» (Sermón 6). aun en medio de las debilidades y flaque-
zas.
– El Señor ha sido fiel y del linaje de
David nos ha dado un Salvador. Jesús,
hijo de David, tiene un trono eterno, ven- Viernes
ce a los enemigos y extiende su poder a
Entrada: «Con tu sangre, Señor, has
todo el mundo por medio de su Iglesia. Él
comprado para Dios hombres de toda tri-
es el Ungido que recibe una descendencia
bu, lengua, pueblo y nación; has hecho
perpetua: los hijos de la Iglesia que se per-
de ellos una dinastía sacerdotal que sirva
petuará en la Jerusalén celeste. Con el
a Dios. Aleluya» (Ap 5,9-10)
Salmo 88 cantamos la fidelidad y la mi-
sericordia del Señor: «Cantaré eternamen- Colecta (tomada del Misal Gótico): «Se-
te la misericordia del Señor. Anunciaré su ñor Dios, origen de nuestra libertad y de
44 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
nuestra salvación, escucha las súplicas de del Antiguo cuanto del Nuevo Testamen-
quienes te invocamos; y puesto que nos to. Allí encontramos las promesas, las pro-
has salvado por la sangre de tu Hijo, haz fecías y su realización en Cristo Jesús,
que vivamos siempre de Ti y en Ti en- como Él mismo lo dijo a sus discípulos y
contremos la felicidad eterna». luego estos lo tuvieron presente en la pro-
Ofertorio: «Acoge, Señor, con bondad clamación del mensaje salvífico.
las ofrendas de tu pueblo, para que, bajo –El Salmo 2 se refiere a la entroniza-
tu protección, no pierda ninguno de tus ción de un rey de la dinastía davídica. Es
bienes y descubra los que permanecen un Salmo mesiánico. La Iglesia lo ha re-
para siempre». ferido a Cristo. En Él se cumplen las pro-
Comunión: «Cristo Nuestro Señor Je- mesas de Dios y las profecías, sobre todo
sús fue entregado por nuestros pecados con su resurrección. Con este sentido lo
y resucitado para nuestra santificación. cantamos nosotros: «Yo mismo he esta-
Aleluya» (Rom 4,25). blecido a mi rey, en Sión, mi monte san-
to. Voy a proclamar el decreto del Señor.
Postcomunión: «Dios Todopoderoso, no Él me ha dicho: “Tú eres mi Hijo, yo te he
ceses de proteger con amor a los que has engendrado hoy. Pídemelo: Te daré en he-
salvado, para que así, quienes hemos sido rencia las naciones, en posesión los con-
redimidos por la Pasión de tu Hijo, poda- fines de la tierra. Los gobernarás con ce-
mos alegrarnos en su resurrección». tro de hierro, los quebrarás como jarro
–Hechos 13,26-33: Dios ha cumplido de loza”. Y ahora, reyes, sed sensatos,
la promesa resucitando a Jesús. San Pa- escarmentad los que regís la tierra. Ser-
blo evoca en Antioquía de Pisidia, la con- vid al Señor con temor».
dena a muerte de Jesús en Jerusalén y la –Juan 14,1-6: Yo soy el Camino, la Ver-
subsiguiente resurrección de la que fue- dad y la Vida. Mientras Jesús está ausen-
ron testigos los Apóstoles. Así se han te, los discípulos han de defenderse de la
cumplido las promesas hechas por Dios turbación y afirmar su fe en Dios y en Él
y las profecías. El plan salvífico se lleva a mismo, puesto que llegará un día en que
cabo mediante el cumplimiento de las Es- volverá el Señor a colocarlos junto a Sí
crituras. Constantemente se están cum- en la vida bienaventurada. Cuando Jesús
pliendo en nosotros el plan salvífico de responde a Tomás, se da a conocer como
Dios, sobre todo con la celebración Camino, Verdad y Vida. Comenta San
eucarística. De este modo hemos de ser Agustín:
continuadores de los Apóstoles en la pro-
«Si lo amas, vete detrás de Él. Lo amo, contes-
clamación de este mensaje de salvación. tas, ¿por qué camino seguirlo? Si el Señor Dios
San Juan Crisóstomo llama a las Sagradas Es- tuyo te hubiera dicho: “Yo soy la Verdad y la
crituras «cartas enviadas por Dios a los hom- Vida”, tu deseo de la Verdad y tu amor a la Vida te
bres» (Homilía sobre el Génesis, 2). llevarían ciertamente a la búsqueda del camino
San Jerónimo exhortaba a un amigo que te pudiera conducir a ellas y te dirías a ti
mismo: “Magnífica cosa es la Verdad y magnífica
suyo con esta recomendación: cosa es la Vida, si existiera el camino de llegar a
«Lea con mucha frecuencia las divinas Escritu- ellas mi alma”. ¿Buscas el camino? Oye lo prime-
ras; es más, nunca abandones la lectura sagrada» ro que te dice: “Yo soy el Camino”... Dice prime-
(Carta 52). ro por dónde has de ir y luego adónde has de ir.
La Iglesia lee en la celebración de la En el Señor del Padre está la Verdad y la Vida;
Eucaristía las Escrituras Sagradas tanto vestido de nuestra carne es el Camino» (Tratado
34,9 sobre el Evangelio de San Juan).
4ª Semana de Pascua 45
Domingo
Entrada: «Cantad al Señor un cántico
nuevo, porque ha hecho maravillas; reve-
la a las naciones su justicia. Aleluya» (Sal
97,1-2).
Colecta (compuesta con textos del
Gelasiano, Gregoriano y Sacramentario de
Bérgamo): «Señor, Tú que te has dignado
redimirnos y has querido hacernos hijos
tuyos; míranos siempre con amor de Pa-
dre y haz que cuantos creemos en Cristo
tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera
y la herencia eterna».
Ofertorio: «¡Oh Dios!, que por el ad-
mirable trueque de este sacrificio nos ha-
ces partícipes de tu divinidad; concéde-
nos que nuestra vida sea manifestación y
testimonio de esta verdad que conoce-
mos».
Comunión: «Yo soy la vid verdadera;
vosotros los sarmientos. El que perma-
nece en mí y yo en él, ése da fruto abun-
dante. Aleluya» (Jn 15,1.5).
Postcomunión (del Misal anterior , re-
tocada con textos del Veronense, Gela-
siano y Gregoriano): «Ven Señor en ayu-
da de tu pueblo y, ya que nos has iniciado
en los misterios de tu Reino, haz que aban-
donemos nuestra antigua vida de pecado
5ª Semana de Pascua 47
«Ni podemos amarnos unos a otros con recti- «Cristo nos ha dejado en la tierra para que sea-
tud sin la fe en Cristo, ni podemos creer de ver- mos faros que iluminen, doctores que enseñen,
dad en el nombre de Jesucristo sin amor frater- para que cumplamos nuestro deber de levadura,
no... Que Dios sea tu casa y que tú seas la casa de para que nos comportemos como ángeles, como
Dios; habita en Dios y que Dios habite en ti. anunciadores entre los hombres, para que sea-
Dios habita en ti para apoyarte: tú habitas en mos adultos entre los menores, hombres espiri-
Dios para no caer. Observa los mandamientos, tuales entre los carnales, a fin de ganarlos; que
guarda la caridad» (Comentario a la 1 Jn). seamos simientes y demos numerosos frutos. Ni
siquiera sería necesario exponer la doctrina si
–Juan 15,1-8: El que permanece en Mí nuestra vida fuese tan radiante, ni sería necesario
y yo en él, ése da fruto. La Iglesia no es recurrir a las palabras si nuestras obras dieran tal
sino la realización del misterio del Cristo testimonio. Ya no habría ningún pagano si nos
total. Él, Cabeza; nosotros, sus miembros. comportáramos como verdaderos cristianos»
Él, la Vid; nosotros, los sarmientos injer- ( Homilía primera sobre 1 Tim.).
tados en la cepa por la fe y la gracia que –Con el Salmo 144 proclamamos: «El
santifica. Comenta San Cirilo de Ale- Señor es clemente y misericordioso...El
jandría: Señor es bueno con todos..»
«El Señor, para convencernos que es necesa- –Juan 13,31-33.34-35: Os doy un man-
rio que nos adhiramos a Él por el amor, ponderó damiento nuevo: que os améis unos a otros.
cuan grandes bienes se derivan de nuestra unión
con Él, comparándose a Sí mismo con la vid y A criaturas nuevas, redimidas por Cristo,
afirmando que los que están unidos a Él e injerta- corresponden conductas nuevas, avaladas
dos en su persona, vienen a ser como sus sar- por el mandamiento nuevo: la caridad evan-
mientos y, que, al participar del Espíritu de Cris- gélica. Comenta San Agustín:
to, éste nos une con Él. La adhesión de quienes se
vinculan a la vid consiste en una adhesión de vo- «Nuestro Señor Jesucristo declara que da a sus
luntad y de deseo; en cambio, la unión de la vid discípulos un mandato nuevo de amarse unos a
con nosotros es una unión de amor y de otros (Jn 13,34). ¿No había sido dado ya este
inhabitación» (Comentario al Evangelio de San precepto en la antigua ley de Dios (Lev 19,18)?
Juan 10,2). ¿Por qué, pues, el Señor lo llama nuevo cuando
conoce su antigüedad? ¿Tal vez será nuevo por-
que despojándonos del hombre viejo nos ha re-
CICLO C vestido del hombre nuevo? El hombre que oye, o
mejor, el hombre que obedece, se renueva, no por
una cosa cualquiera, sino por la caridad, acerca de
El amor divino del Verbo encarnado, la cual, para distinguirla del amor carnal, añade el
muerto y resucitado para reconciliarnos Señor: “Como yo os he amado”. Este amor nos
con el Padre, es el origen, la razón de ser, renueva para ser hombres nuevos, herederos del
la misión permanente y la garantía supre- Nuevo Testamento y cantores del cántico nuevo.
ma de la Iglesia. El amor evangélico es la Este amor, carísimos hermanos, renovó ya en-
lección suprema que nos dejó el Corazón tonces a los justos de la antigüedad, a los patriar-
Redentor de Jesucristo. cas y profetas, como renovó después a los Após-
toles y es el que también ahora renueva a todas
–Hechos 14,21-26: Contaron a la Igle- las gentes...» (Tratado 65,1 sobre el Evangelio
sia lo que Dios había hecho por medio de de San Juan).
ellos. Urgido por la caridad de Cristo, Pa-
blo proclama el Misterio de la Redención Lunes
Pascual, creando comunidades de fe y de
amor entre los gentiles, con su palabra y, Entrada: «Ha resucitado el Buen Pas-
sobre todo, con su vida. Oigamos a San tor, que dio la vida por sus ovejas y que
Juan Crisóstomo: se dignó morir por su grey. Aleluya».
5ª Semana de Pascua 49
Colecta (del Misal anterior, retocada con predicación del Apóstol Pablo» (Comentario a
textos del Veronense, Gelasiano y Grego- los Hechos).
riano): «¡Oh Dios!, que unes los corazo- Los dos misioneros manifiestan su ver-
nes de tus fieles en un mismo deseo; ins- dadera obra. No buscan honores para sí,
pira a tu pueblo el amor a tus preceptos y sino sólo para Dios y para Jesucristo, el
la esperanza en tus promesas, para que, Señor, cuya doctrina, obra y vida ellos
en medio de las vicisitudes del mundo, predican para la salvación de todos los
nuestros corazones estén firmes en la hombres: predican con su palabra y pre-
verdadera alegría». dican también con su conducta.
Ofertorio: «Que nuestra oración, Señor, –Los cristianos hemos heredado de Is-
y nuestras ofrendas sean gratas en tu pre- rael el oficio de testimoniar y dar gloria a
sencia, para que así, purificados por tu Dios. Y el primer testimonio es que Cris-
gracia, podamos participar más dignamen- to ha resucitado y ha sido glorificado. Por
te en los sacramentos de tu amor». eso proclamamos con el Salmo 113: «No
Comunión: «La paz os dejo, mi paz os a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a
doy. No os la doy como la da el mundo – tu nombre da la gloria. Por tu bondad,
dice el Señor–. Aleluya» (Jn 14,27). por tu lealtad. ¿Por qué han de decir las
naciones: “Dónde está tu Dios”? Nuestro
Postcomunión: «Dios todopoderoso y Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace.
eterno, que en la resurrección de Jesu- Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
cristo nos has hecho renacer a la vida eter- hechura de manos humanas. Benditos
na; haz que los sacramentos pascuales seáis del Señor que hizo el cielo y la tie-
den en nosotros fruto abundante y que el rra. El cielo pertenece al Señor, la tierra
alimento de salvación que acabamos de se la ha dado a los hombres».
recibir fortalezca nuestras vidas».
–Juan 14,21-26: El Paráclito, el Espí-
–Hechos 14,5-17: Os predicamos la ritu Santo, que enviará el Padre en mi
Buena Noticia, para que dejéis los dioses nombre, será quien os lo enseñe todo. Je-
falsos y os convirtáis al Dios vivo. Tras sús hace notar los lazos vitales que le uni-
unas nuevas sediciones provocadas por rán con sus discípulos después de su glo-
los judíos de Iconio, los dos misioneros, rificación, por la inhabitación de la Santí-
Pablo y Bernabé, llegan a Listra, en don- sima Trinidad en el alma del justo. Con el
de Pablo cura a un enfermo. La multitud Espíritu Santo nos sentimos confortados
los toma por dioses y se aprestan a ofre- en nuestro interior de un modo inefable.
cerles un sacrificio, de suerte que tienen San Gregorio Magno habla de la necesa-
que protestar con vehemencia y procla- ria acción del Espíritu Santo en el enten-
mar que no hay más que un solo Dios. La dimiento de los cristianos:
salvación de Cristo se nos anuncia y se
nos hace realidad en la Eucaristía. Tene- «El Espíritu se llama también Paráclito –de-
fensor–, porque a quienes se duelen de sus peca-
mos que actualizarla en medio del mundo dos cometidos, al tiempo que les dispone para la
con el testimonio de nuestra palabra y de esperanza del perdón, libera sus mentes de la
nuestra vida. San Beda explica que: aflicción y de la tristeza. Por eso, con razón se
«Así como el hombre cojo, curado por Pedro y hace esta promesa: “Él os enseñará todas las co-
Juan en la puerta del Templo prefigura la salva- sas” (Jn 14,26). En efecto, si el Espíritu no actúa
ción de los judíos, también este tullido licaonio en el corazón de los oyentes, resultan inútiles las
representa a los gentiles, alejados de la religión de palabras del que enseña. Que nadie, pues, atribu-
la ley y del Templo, pero recogidos ahora por la ya al hombre que instruye a los demás aquello
50 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
que desde la boca del maestro llega a la mente del los sufrimientos. Luego regresa a Antio-
que escucha, pues si el Espíritu no actúa interna- quía, donde expone la obra que había rea-
mente, en vano trabaja con su lengua aquél que lizado en su viaje apostólico. Más que una
está enseñando. Todos vosotros, en efecto, oís
las palabras del que os habla, pero no todos per- obra humana es una obra de Dios que
cibís de igual modo lo que significan» (Homilía ayuda a sus elegidos. Véase el domingo
30,3 sobre los Evangelios). anterior ciclo C).
–Después de haber experimentado los
Martes beneficios del Señor, también nosotros nos
alegramos por el fruto obtenido por Pa-
Entrada: «Alabad a nuestro Dios todos blo y nos unimos a su acción de gracias y
sus siervos, los que teméis, pequeños y a proclamar la gloria del Señor con el Sal-
grandes, porque ya llega la victoria, el mo 144: «Que todas tus criaturas te den
poder y el reino de nuestro Dios y el man- gracias, Señor, que te bendigan tus fieles,
do de su Mesías. Aleluya» (Apoc 19,5; que proclamen la gloria de tu reinado, que
12,10). hablen de tus hazañas. Explicando tus ha-
Colecta (compuesta con textos del Gre- zañas a los hombres, la gloria y majestad
goriano y del Sacramentario de Bérga- de tu reinado. Tu reinado es un reinado
mo): «Señor, tú que en la resurrección de perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.
Jesucristo nos has engendrado de nuevo Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
para que renaciéramos a una vida eterna, todo viviente bendiga su santo nombre,
fortifica la fe de tu pueblo y afianza su por siempre jamás».
esperanza, a fin de que nunca dudemos –Juan 14,27-31: Mi paz os doy. Jesús
que llegará a realizarse lo que nos tienes promete a los suyos la paz; no la paz del
prometido». mundo, siempre precaria, sino la suya
Ofertorio: «Recibe, Señor, las ofrendas propia. Él se va, pero volverá junto a ellos.
de tu Iglesia exultante de gozo; y pues en Esta venida no sólo tendrá lugar al fin de
la resurrección de tu Hijo nos diste moti- los tiempos, sino que ya desde ahora em-
vo de tanta alegría, concédenos partici- pezarán a existir nuevos lazos entre Él y
par de este gozo eterno». los suyos, tras su paso de este mundo al
Comunión: «Si hemos muerto con Cris- Padre. Dice San Beda:
to, creemos que también viviremos con «La verdadera, la única paz de las almas en este
él. Aleluya» (Rom 6,8). mundo consiste en estar llenos del amor de Dios
y animados de la esperanza del cielo, hasta el
Postcomunión: «Mira, Señor, con bon- punto de considerar poca cosa los éxitos o reve-
dad a tu pueblo, y ya que has querido re- ses de este mundo... Se equivoca quien se figura
novarlo con estos sacramentos de vida que podrá encontrar la paz en el disfrute de los
eterna, concédele también la resurrección bienes de este mundo y en las riquezas. Las fre-
gloriosa». cuentes turbaciones de aquí abajo y el fin de este
mundo deberían convencer a ese hombre de que
–Hechos 14,18-27: Contaron a la co- ha construido sobre arena los fundamentos de su
munidad lo que Dios había hecho por su paz» (Homilía 12 para la Vigilia de Pentecostés).
medio. Unos judíos llegados de Antioquía San Columbano comenta también estas
y de Iconio suscitan una persecución con- palabras de Cristo:
tra Pablo, que parte para Derbe y conti- «“Os doy mi paz, os dejo mi paz” (Jn 14,27).
núa su misión evangelizadora exhortando Pero, ¿para qué nos sirve saber que esta paz es
a todos a perseverar en la fe, no obstante buena, si no la cuidamos? Lo que es muy bueno
5ª Semana de Pascua 51
normalmente es muy frágil y los bienes precio- –Hechos 15,1-6: Se decidió que subie-
sos reclaman mayores cuidados y una vigilancia ran a Jerusalén a consultar a los Apósto-
más esmerada. Muy frágil es la paz que puede les y a los presbíteros sobre la controver-
perderse por una palabra inconsiderada o por la
menor herida causada a un hermano. En efecto, sia. ¿Los gentiles tenían que abrazar la ley
nada agrada más a los hombres que hablar fuera judaica antes de convertirse al cristianis-
de propósito y ocuparse en lo que no les atañe, mo? La solución tiene que venir del cuer-
pronunciar vanos discursos y criticar a los au- po responsable de la Iglesia: los Apósto-
sentes» (San Columbano Instrucción 11,1-4). les y ancianos. Así nació el primer conci-
Y también San Pedro Crisólogo: lio de la Iglesia. La nota jerárquica de la
«La paz es madre del amor, vínculo de la con- Iglesia se manifiesta desde sus orígenes.
cordia e indicio manifiesto de la pureza de nues- Juan Pablo I, en su alocución del 3 de
tra mente; ella alcanza de Dios todo lo que quiere, septiembre de 1978 cita estas palabras de
ya que su petición es siempre eficaz. Cristo, el San Efrén:
Señor, nuestro rey, es quien nos manda conservar
«Nos parece escuchar como dirigidas a Nos,
esa paz, ya que Él ha dicho:“La paz os dejo, mi
las palabras que, según San Efrén, Cristo dirigió a
paz os doy”, lo que equivale a decir: Os dejo en
Pedro: “Simón, mi Apóstol, yo te he constituido
paz, y quiero encontraros en paz; lo que nos dio
fundamento de la Santa Iglesia. Yo te he llamado
al marchar quiere encontrarlo en todos cuando
ya desde el principio Pedro, porque tú sosten-
vuelva» (Sermón sobre la paz).
drás todos los edificios; tú eres el superintenden-
te de todos los que edificarán la Iglesia sobre la
Miércoles tierra...Tú eres el manantial de la fuente, de la que
emana mi doctrina; tú eres la cabeza de mis
Entrada: «Llena estaba mi boca de tu Apóstoles...Yo te he dado las llaves de mi reino”».
alabanza y de tu gloria todo el día. Te acla-
marán mis labios. Aleluya» (Sal 70,8.23). –La resurrección de Jesús ha fijado a
nuestra vida una meta de esperanza. En
Colecta (textos del Gelasiano, del Gre- Jerusalén está Pedro. Allí se dirigen Pa-
goriano y del Sacramentario de Bérgamo): blo y Bernabé para que con los demás
«¡Oh Dios!, que amas la inocencia y la apóstoles y ancianos determinen lo que
devuelves a quienes la han perdido; atrae se ha de hacer en la cuestión judaizante.
hacia ti el corazón de tus fieles, para que Nosotros vamos con ellos y cantamos el
siempre vivan a la luz de tu verdad los Salmo 121: «Qué alegría cuando me di-
que han sido librados de las tinieblas del jeron: vamos a la casa del Señor. Ya están
error». pisando nuestros pies tus umbrales, Je-
Ofertorio: «Concédenos, Señor, darte rusalén. Jerusalén está fundada como ciu-
gracias siempre por medio de estos mis- dad bien compacta. Allá suben las tribus,
terios pascuales; y, ya que continúan en las tribus del Señor. Según la costumbre
nosotros la obra de tu redención, sean tam- de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
bién fuente de gozo incesante». En ella están los tribunales de justicia, en
Comunión: «Resucitó el Señor e ilumi- el palacio de David». Todo esto ha pasa-
nó a quienes habíamos sido rescatados do a la Iglesia, a su jerarquía, a Pedro,
con su sangre». cabeza del Colegio apostólico.
Postcomunión: «Escucha, Señor, nues- –Juan 15,1-8: El que permanezca en
tras oraciones, para que este santo inter- Mí ese dará fruto abundante. Comenta
cambio, en el que has querido realizar nues- San Agustín:
tra redención, nos sostenga durante la vida «Y si el sarmiento da poco fruto, el agricultor
presente y nos dé las alegrías eternas». lo podará para que lo dé más abundante. Pero, si
52 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
vo, cantad al Señor toda la tierra; cantad «Danos, Señor, una plena vivencia del
al Señor, bendecid su nombre. Proclamad misterio pascual, para que la alegría que
día tras día su victoria. Contad a los pue- experimentamos en estas fiestas sea siem-
blos: “El Señor es Rey. Él afianzó el orbe pre nuestra fuerza y nuestra salvación».
y no se moverá. Él gobierna a los pueblos Ofertorio: «Santifica, Señor, con tu bon-
rectamente”». dad, estos dones, acepta la ofrenda de este
–Juan 15,9-11: Permaneced en mi sacrificio espiritual y a nosotros transfór-
amor para que vuestra alegría llegue a manos en oblación perenne»
plenitud. El lazo de amor que une al Pa- Comunión: «El Crucificado resucitó de
dre con Cristo y sus discípulos es la obe- entre los muertos y nos rescató»
diencia a los mandamientos de Cristo,
fuente de la perfecta alegría. Comenta San Postcomunión: «Después de recibir los
Agustín: santos misterios, humildemente te pedi-
mos, Señor, que esta eucaristía, celebra-
«Ahí tenéis la razón de la bondad de nuestras
obras. ¿De dónde había de venir esa bondad a
da como memorial de tu Hijo, nos haga
nuestras obras sino de la fe que obra por el amor? progresar en el amor».
¿Cómo podríamos nosotros amar si antes no fué-
ramos amados? Ciertamente lo dice este mismo
–Hechos 15,22-31: Hemos decidido el
evangelista en su carta: “Amemos a Dios porque Espíritu Santo y nosotros, no imponeros
Él nos amó primero... Permaneced en mi amor”. más cargas que las indispensables. De-
¿De qué modo? Escuchad lo que sigue: “Si ob- creto final del primer Concilio del cristia-
servareis mis preceptos, permaneceréis en mi nismo. Esto abrió una amplia perspectiva
amor”. al desarrollo de la misión apostólica. Se
«¿Es el amor el que hace observar los precep- subraya la unión de caridad en la primiti-
tos o es la observancia de los preceptos la que va Iglesia: «El Espíritu Santo y nosotros».
hace el amor? Pero, ¿quién duda de que precede el La sagrada Eucaristía produce y consa-
amor? El que no ama no tiene motivos para ob-
servar los preceptos. Luego, al decir: “Si guardareis
gra esa unión y caridad, que es la auténti-
mis preceptos, permaneceréis en mi amor”, quie- ca ley del Espíritu y lo verdaderamente
re indicar no la causa del amor, sino cómo el amor indispensable en nuestra vida cristiana. San
se manifiesta. Como si dijere: “No os imaginéis Agustín expone así que la caridad es ma-
que permanecéis en mis amor si no guardáis mis dre de la unidad:
preceptos; pero, si los observareis, permanece-
réis” en es decir, “se conocerá que permanecéis «No están todos los herejes por toda la tierra,
en mi amor si guardáis mis mandatos” a fin de que pero hay herejes en toda la superficie de la tierra.
nadie se engañe diciendo que le ama si no guarda Hay una secta en Africa, otra herejía en Oriente,
sus preceptos, porque en tanto le amamos en otra en Egipto, otra en Mesopotamia. En países
cuanto guardamos sus mandamientos» (Tratado diversos hay diversas herejías, pero todas tienen
82,2-3 sobre el Evangelio de San Juan). por madre la soberbia; como nuestra única Ma-
dre Católica engendró a todos los fieles cristianos
repartidos por el mundo. No es extraño, pues,
Viernes que la soberbia engendre división, mientras la ca-
ridad es madre de la unidad (Sermón 46, sobre
Entrada: «Digno es el Cordero dego- los Pastores).
llado de recibir el poder, la riqueza, la sa-
–La vocación de los gentiles es el cum-
biduría, la fuerza, el honor, la gloria y la
plimiento del universalismo mesiánico.
alabanza. Aleluya».
Por eso damos gracias a Dios ante todos
Colecta (compuesta con textos del Gre- los pueblo y cantamos para Él ante las
goriano y del Sacramentario de Bérgamo): naciones con el Salmo 56: «Mi corazón
54 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
que nosotros afirmamos, pues esto se desprende «Por lo cual se nos manda y se nos prohibe
de la misma naturaleza del cristiano. Si afirmas amarlo. Se nos prohibe cuando dice: “No améis el
que un cristiano no puede ser útil, deshonras a mundo”; y se nos manda en aquellas palabras:
Dios y lo calificas de mendaz. Le resulta más “Amad a vuestros enemigos”. Se nos prohibe,
fácil a la luz convertirse en tinieblas que al cristia- pues, amar en él lo que él en sí mismo odia, esto
no no irradiar. No declares nunca una cosa impo- es, la hechura de Dios y los múltiples consuelos
sible, cuando es precisamente lo contrario lo que de su bondad. Se nos prohibe amar sus vicios y
es imposible» (Homilía 20 sobre los Hechos). se nos manda amar su naturaleza, ya que él ama
«A esto hay que añadir que San Pablo no hala- sus vicios y odia su naturaleza. A fin de que
gaba, sino que presentaba el mensaje de Cristo en nosotros lo amemos y odiemos con rectitud, ya
toda su exactitud, centrado en la Cruz. Todas las que él se ama y se odia con perversidad» (Trata-
verdades y todos los preceptos de Cristo incluso do 87,4 sobre el Evangelio de San Juan).
los más exigentes fueron materia de su predica-
ción. Lo muestran sus Cartas. No quiere saber
otra cosa que a Cristo y a Cristo Crucificado,
escándalo para unos e insensatez para otros» (Co-
mentario a los Hechos 5,7).
–Los viajes apostólicos de San Pablo son
una expresión práctica del deseo del au-
tor del Salmo 99: «Que toda la tierra acla-
me al Señor». También nosotros, con los
mismos sentimientos del santo Apóstol,
empleamos las mismas palabras del
salmista y decimos: «Aclamad al Señor,
tierra entera, servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. Sa-
bed que el Señor es Dios; que Él nos hizo
y somos suyos, su pueblo y ovejas de su
rebaño. El Señor es bueno, su misericor-
dia es eterna, su fidelidad por todas las
edades».
–Juan 15,18-21: No sois del mundo,
sino que yo os he escogido sacándoos del
mundo. La suerte de los discípulos de
Cristo en este mundo no será mejor que
la de su Maestro: ellos también, como
Cristo, serán odiados y perseguidos por
los hombres. Comenta San Agustín:
«Si queréis saber cómo se ama a sí mismo el
mundo de perdición que odia al mundo de reden-
ción, os diré que se ama con un amor falso, no
verdadero. Y si se ama con amor falso, en realidad
se odia: porque quien ama la maldad tiene odio a
su propia alma... Pero se dice que se ama porque
ama la iniquidad que le hace inicuo; y se dice que
a la vez se odia, porque ama lo que es perjudicial.
En sí mismo odia la naturaleza y ama el vicio;
ama lo que en él hizo su propia voluntad.
56 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
CICLO A
La gran promesa que nos hizo Cristo
fue el envío del Espíritu Santo, tercera
persona de la Santísima Trinidad, don del
Padre a los que por la fe y el amor se en-
tregan a Cristo. Es también el Espíritu de
Verdad, fuente de vida y de santidad para
6ª Semana de Pascua toda la Iglesia.
–Hechos 8,5-8.14-17: Les imponían las
manos y recibían el Espíritu Santo. La
Domingo jerarquía eclesial es el órgano sacramental
Entrada: «Con gritos de júbilo, anun- que nos garantiza la donación y la pre-
ciadlo y proclamadlo; publicadlo hasta el sencia del Espíritu Santo en la vida de la
confín de la tierra. Decid: “El Señor ha Iglesia. San Basilio afirma:
redimido a su pueblo”. Aleluya» (Is 48,20). «Hacia el Espíritu Santo dirigen su mirada to-
Colecta (compuesta con textos del Ve- dos los que sienten necesidad de santificación,
ronense y del Gelasiano): «Concédenos, hacia Él tiende el deseo de todos los que llevan
una vida virtuosa y su soplo es para ellos una
Dios todopoderoso, continuar celebran- manga de riego que los ayuda en la consecución
do con fervor estos días de alegría en de su fin propio. Fuente de santificación, Luz de
honor de Cristo resucitado; y que los mis- nuestra inteligencia, Él es quien da, de Sí mismo,
terios que estamos recordando transfor- una especie de claridad a nuestra razón natural
men nuestra vida y se manifiesten en nues- para que conozca la verdad. Inaccesible por natu-
tras obras». raleza, se hace accesible por su bondad; todo lo
dirige con su poder, pero se comunica solamente
Ofertorio (textos del Veronense y del a los que son dignos de ellos, y no a todos en la
Sacramentario de Bérgamo): «Que nues- misma medida, sino que distribuye sus dones en
tra oración, Señor, y nuestras ofrendas proporción a la fe de cada uno. (Sobre el Espíritu
sean gratas en tu presencia, para que así, Santo 9,22-23).
purificados por tu gracia, podamos parti- –Con el Salmo 65 proclamamos llenos
cipar más dignamente en los sacramen- de gozo: «Aclamad al Señor, tierra ente-
tos de tu amor». ra, tocad en honor de su nombre, cantad
Comunión: «Si me amáis, guardaréis mis himnos a su gloria...»
mandamientos” –dice el Señor–. Yo le pe- –1 Pedro 3,15-18: Murió en la carne,
diré al Padre que os dé otro Defensor, que pero volvió a la vida por el Espíritu. El
esté siempre con vosotros» (Jn 14,15- don del Espíritu Santo no es sino el mis-
16). mo Espíritu de Cristo (Rom 8,9), que a
Postcomunión (del Gelasiano): «Dios Él lo glorificó en su Resurrección y a no-
todopoderoso y eterno, que en la resu- sotros nos santifica y nos injerta en su
rrección de Jesucristo nos has hecho re- Cuerpo místico. Toda nuestra vida ha de
nacer a la vida eterna; haz que los sacra- ser un himno de alabanza y de acción de
mentos pascuales den en nosotros fruto gracias a Cristo, que nos otorga tantos
6ª Semana de Pascua 57
bienes materiales y espirituales. Casiano que nos eligió para derramar sobre noso-
dice: tros su amor mediante el don del Espíritu
«Debemos expresarle nuestro agradecimiento, Santo.
porque nos inspira secretamente la compunción –Hechos 10,25-26.34-35.44-48: El don
de nuestras faltas y negligencias; porque se digna del Espíritu Santo se derramará también
visitarnos con castigos saludables; por atraernos
muchas veces, a pesar nuestro, al buen camino; sobre los gentiles. La acción santificado-
por dirigir nuestro albedrío, a fin de que podamos ra del Espíritu Santo es la que da univer-
cosechar mejores frutos, aunque nuestra tenden- salidad a la misión de la Iglesia, como sa-
cia hacia el mal sea tan acusada. Porque se digna, cramento de salvación para todos los hom-
en fin, orientar esa tendencia y cambiarla, merced bres. Fue un caso importantísimo el he-
a saludables sugestiones, hacia la senda de la vir- cho de la recepción en la Iglesia de
tud» (Instituciones 12,18).
Cornelio, oficial romano. Una intervención
–Juan 14,15-21: Yo le pediré al Padre especialísima del Espíritu Santo que ac-
que os dé otro defensor. Oigamos a San túa en la Iglesia, como el mismo Cristo lo
Basilio: había profetizado. Oigamos a San Jeróni-
«Se le llama Espíritu porque Dios es Espíritu mo:
(Jn 4, 24), y Cristo Señor es el espíritu de nues- «Verdaderamente se ha cumplido en vosotros
tro rostro (Lam 4,20). Le llamamos santo como la palabra apostólica y profética: “Su sonido lle-
el Padre es santo y santo el Hijo. La criatura gó a la tierra entera, y a los confines del orbe su
recibe la santificación de otro, mas para el Espíri- palabra” (Sal 18,5). Porque, ¿quién pudiera creer
tu la santidad es elemento esencial de su naturale- que la lengua bárbara de los godos buscara la ver-
za. Él no es santificado, sino santificante. Lo lla- dad hebraica y, mientras los griegos dormitan y
mamos bueno como el Padre es bueno y bueno hasta contienden entre sí, la Germania misma es-
aquel que ha nacido del Padre bueno; tiene la bon- cudriña los oráculos del Espíritu Santo? La mano
dad por esencia. Él es, sin embargo, el Señor Dios, poco ha callosa de empuñar la espada y los dedos
porque es verdad y justicia y no sabrá desviarse hechos a tirar del arco se reblandecen para el esti-
ni doblegarse, en razón de la inmutabilidad de su lo y la pluma, y los pechos belicosos se vuelven
naturaleza. Es llamado Paráclito como el a la mansedumbre cristiana. En verdad me doy
Unigénito, según la palabra de éste: “Yo rogaré al cuenta de que Dios no hace acepción de perso-
Padre y él os enviará otro Paráclito” (Jn 14,16). nas, sino que cualquier nación que teme a Dios y
«Así, los nombres que se refieren al Padre y al obra la justicia le es acepta (Hch 10,34-35)» (Car-
Hijo son comunes al Espíritu, que recibe otras ta 106 a Sumnia y Fretela sobre el Salterio).
apelaciones diversas en razón de su identidad de Con el Salmo 17 proclamamos: «Cantad
naturaleza con el Padre y el Hijo, ¿de dónde le
vendría si no, su identidad?... ¿Cuáles son sus al Señor un cántico nuevo, porque ha he-
operaciones? De una grandeza insuperable, una cho maravillas: su diestra le ha dado la
multitud innumerable...» (Tratado del Espíritu victoria, revela a las naciones su justicia,
Santo 19). se acordó de su misericordia y de su fi-
delidad en favor de la casa de Israel –de
CICLO B la Iglesia, de las almas–. Los confines de
La Iglesia, a través de su liturgia, trata la tierra han contemplado la victoria de
de abrirnos y hacernos dóciles a la ac- nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra en-
ción interior del Espíritu Santo, subrayán- tera, gritad, vitoread, tocad».
donos la necesidad que tenemos de Él para –1 Juan 4,7-10: Dios es amor. «La ca-
vivir con autenticidad nuestra condición ridad de Dios ha sido derramada sobre
de miembros de Cristo y de su Iglesia. nosotros por el Espíritu Santo que se nos
San Pablo nos recuerda que la grandeza ha dado» (Rom 5,5). Se es cristiano en la
del cristiano arranca del amor de Dios, medida en que se responde al amor de
58 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
Colecta (textos del Gelasiano y del Sa- ayunes, aunque duermas en el suelo, aunque -por
cramentario de Bérgamo): «Te pedimos, decirlo así- te mates, si no te preocupas del pró-
Señor de misericordia, que los dones re- jimo poca cosa hiciste, aún distas mucho de su
imagen» (Homilía sobre la primera Carta a los
cibidos en esta Pascua den fruto abun- Corintios).
dante en toda nuestra vida».
–El contenido del anuncio cristiano, para
Ofertorio: «Recibe, Señor, las ofrendas el que Dios abre el corazón del hombre,
de tu Iglesia exultante de gozo, y pues en es la victoria de Jesucristo sobre sus ene-
la resurrección de tu Hijo nos diste moti- migos, especialmente sobre la muerte. Por
vo de tanta alegría, concédenos partici- eso nos alegramos con el Señor y le can-
par de este gozo eterno». tamos con el Salmo 149: «Cantad al Se-
Comunión: «Entró Jesús, se puso en ñor un cántico nuevo, resuene su alaban-
medio y les dijo: “Paz a vosotros. Alelu- za en la asamblea de los fieles, que se ale-
ya”» (Jn 20,19). gre Israel por Creador, los hijos de Sión
Postcomunión: «Mira, Señor, con bon- por su Rey. Alabad su nombre con dan-
dad a tu pueblo, y ya que has querido re- zas, cantadle con tambores y cítaras, por-
novarlo con estos sacramentos de vida que el Señor ama a su pueblo, y adorna
eterna, concédele también la resurrección con la victoria a los humildes. Que los
gloriosa» fieles festejen su gloria y canten jubilosos
en filas con vítores a Dios en la boca».
–Hechos 16,11-15: El Señor abrió el
corazón de Lidia, para que aceptara lo –Juan 15,26-16.4: El Espíritu de la ver-
que decía Pablo. La misión en Europa co- dad dará testimonio de Mí. Los discípu-
mienza por una conversión. Pablo predi- los se verán asistidos en medio de la per-
ca, pero es Dios quien abre el corazón de secuciones por el Paráclito, el Defensor,
Lidia y la conduce a la fe y al bautismo. el Espíritu de la Verdad, que les enviará
La hospitalidad de Lidia no es mera cor- Cristo desde el Padre. Las persecuciones
tesía oriental, sino una auténtica manifes- son una continuación del proceso judicial
tación de caridad cristiana, como verda- del mundo que condenó a Jesús y le se-
dero fruto de la fe. Esta fe que profesa- guirá condenando en los suyos. Pero el
mos y renovamos en la celebración eu- Espíritu Santo está en su Iglesia y con Él
carística tiene que fructificar en una vid nada pueden temer. Pasan los persegui-
de auténtica unión. dores, y Cristo permanece ayer, hoy y
siempre. San Agustín exclama:
Comenta S. Juan Crisóstomo:
«Señor y Dios mío; en ti creo, Padre, Hijo y
«Qué sabiduría la de Lidia! ¡Con qué humildad Espíritu Santo. No diría la Verdad: “Id, bautizad
y dulzura habla a los apóstoles: “Si juzgáis que a todas las gentes en el nombre del Padre y del
soy fiel al Señor”! Nada más eficaz para persua- Hijo y del Espíritu Santo”(Mt 28,19), si no fuera
dirlos que estas palabras hubiesen ablandado cual- Trinidad. Y no mandarías a tus siervos bautizar,
quier corazón. Más que suplicar y comprometer mi Dios y Señor, en el nombre de quien no es
a los apóstoles, para que vayan a su casa, les Dios y Señor. Y si vos, Señor, no fuerais al mis-
obliga con insistencia. Ved cómo en ella la fe pro- mo tiempo Trinidad y un solo Dios y Señor, no
duce sus frutos y cómo su su vocación le parece diría la palabra divina: “Escucha, Israel: El Señor
un bien inapreciable» (Homilía 35 sobre los He- tu Dios, es un Dios único” (Dt 6,4). Y si tú mis-
chos). mo no fueras Dios Padre y fueras también Hijo,
Y dice también el mismo Santo Doctor: y Espíritu Santo, no leeríamos en las Escrituras
canónicas: “Envió Dios a su Hijo” (Gál 4,4); y
«Nada puede hacerte tan imitador de Cristo tú, ¡oh Unigénito!, no dirías del Espíritu Santo:
como la preocupación por los demás. Aunque “que el Padre enviará en mi nombre” (Jn 14,26)
60 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
y que “yo os enviaré de parte del Padre” (Jn 15, el Señor Jesús y recibe el bautismo junto
26)... con toda su familia. La experiencia
«Cuando arribemos a tu presencia, cesarán es- salvífica es fuente de gozo y de alegría
tas muchas cosas que ahora hablamos sin enten- familiar celebrada en torno a la mesa; así
derlas, y tú permanecerás todo en todos, y en- también la salvación experimentada en la
tonces modularemos un cántico eterno alabándo-
te a un tiempo unidos todos a ti. Señor, Dios uno
celebración eucarística tiene que manifes-
y Dios Trinidad, cuanto con tu auxilio queda di- tarse en una vida personal alegre y que
cho en estos mis libros, conózcanlo los tuyos; si esa alegría sea irradiada alrededor. Comen-
algo hay en ellos de mi cosecha, perdóname tú, ta San Juan Crisóstomo:
Señor, y perdónenme los tuyos. Así sea» (Tra- «Ved al carcelero venerar a los Apóstoles. Les
tado sobre la Stma. Trinidad 15,18,51) abrió su corazón, al ver las puertas de la prisión
abiertas. Les alumbra con su antorcha, pero es
Martes otra la luz que ilumina su alma... Después les
lavó las heridas y su alma fue purificada de las
Entrada: «Con alegría y regocijo de- inmundicias del pecado. Al ofrecerles un alimen-
mos gloria a Dios, porque el Señor ha es- to, recibe a cambio el alimento celeste... Su doci-
tablecido su reinado. Aleluya» (Ap 19, lidad prueba que creyó sinceramente que todas
las faltas le habían sido perdonadas» (Homilía
7.6). sobre los Hechos, 36).
Colecta (del Gelasiano): «Que tu pue- –Justo es que demos gracias a Dios por
blo, Señor, exulte siempre al verse reno- la salvación recibida. Salvación corporal
vado y rejuvenecido en el espíritu; y que de los apóstoles; salvación espiritual del
la alegría de haber recobrado la adopción carcelero y en su familia. También noso-
filial afiance su esperanza de resucitar glo- tros somos salvados. Y los hacemos con
riosamente». el Salmo 137: «Te doy gracias, Señor, de
Ofertorio: «Concédenos, Señor, darte todo corazón; delante de los ángeles ta-
gracias siempre por medio de estos mis- ñeré para Ti. Me postraré hacia tu san-
terios pascuales; y ya que continúan en tuario. Daré gracias a tu nombre: Por tu
nosotros la obra de tu redención, sean misericordia y lealtad, porque tu promesa
también fuente de gozo incesante». supera a tu fama. Cuando te invoqué me
Comunión: «Cristo tenía que padecer y escuchaste; acreciste el valor en mi alma.
resucitar de entre los muertos, para en- El Señor completará sus favores conmi-
trar en su gloria. Aleluya. (cf. Lc go: Señor, tu misericordia es eterna, no
24,46.26). abandones la obra de tus manos».
Postcomunión: «Escucha, Señor, nues- –Juan 16,5-11: Si no me voy no ven-
tras oraciones, para que este santo inter- drá a vosotros el Paráclito. La marcha
cambio, en el que has querido realizar de Jesús provoca la tristeza de sus discí-
nuestra redención, nos sostenga durante pulos. Mas es necesario que venga el
la vida presente y nos dé las alegrías eter- Paráclito, el Defensor, el Espíritu de la
nas». Verdad y les ayude en sus tareas apostóli-
cas. Así lo explica San Agustín:
–Hechos 16,22-34: Cree en el Señor
Jesús y te salvarás tú y tu familia. Pablo «Veía la tormenta que aquellas palabras suyas
iban a levantar en sus corazones, porque, care-
y Silas, víctimas de un tumulto, son apri- ciendo aún del espiritual consuelo del Espíritu
sionados y más tarde liberados de modo Santo, tenían miedo a perder la presencia corpo-
milagroso. El carcelero, desesperado, es ral de Cristo y, como sabían que Cristo decía la
salvado por Pablo y Silas: abraza la fe en verdad, no podían dudar de que le perderían, y
6ª Semana de Pascua 61
por eso se entristecían sus afectos humanos al –Hechos 17,15.22-18,1: Eso que ve-
verse privados de su presencia carnal. Bien cono- neráis sin conocerlo, os lo anuncio yo.
cía Él lo que les era más conveniente, porque era En Atenas, Pablo expone en el areópago
mucho mejor la visión interior con la que les ha-
bía de consolar el Espíritu Santo, no trayendo un un sermón preparado con esmero, sobre
cuerpo visible a los ojos humanos, sino el conocimiento del verdadero Dios. Pero,
infundiéndose Él mismo en el pecho de los cre- cuando al final aborda el tema del juicio y
yentes... de la resurrección de Cristo, los oyentes,
«Os conviene que esta forma de sierpe se se- imbuidos por la mentalidad ambiental, in-
pare de vosotros: como Verbo hecho carne, vivo accesible a semejantes doctrinas, se apar-
entre vosotros, pero no quiero que continuéis tan de él con burlas.
amándome con un amor carnal... Si no os quitare
los tiernos manjares con que os he alimentado no En nuestro mundo secularizado este
apeteceréis los sólidos... No podéis tener el Es- suceso es de gran importancia. Hay ne-
píritu de Cristo mientras persistáis en conocer a cesidad de una seria conversión, y para
Cristo según la carne... Después de la partida de ello hemos de hacer prevalecer lo sagra-
Cristo, no solamente el Espíritu Santo, sino tam- do con la celebración eucarística. San Pa-
bién el Padre y el Hijo estuvieron en ellos espiri- blo debió quedar muy abatido tras su ac-
tualmente...» (Tratado 94, 4 sobre el Evangelio
de San Juan). tuación en Atenas. Por eso escribió a los
Corintios: «Me he presentado a vosotros
débil y con temor y mucho temblor, y mi
Miércoles mensaje y mi predicación, no se han ba-
Entrada: «Te daré gracias entre las na- sado en palabras persuasivas de sabidu-
ciones, Señor; contaré tu fama a mis her- ría, sino en la manifestación del Espíritu
manos. Aleluya» (Sal 17,50). y del poder» (1 Cor 2,3-4).
Colecta (del Gelasiano): «Escucha, Se- –Dios creó todas las cosas y en ellas
ñor, nuestra oración y concédenos que, dejó sus huellas. Nosotros lo reconoce-
así como celebramos en la fe la gloriosa mos y por eso invitamos a toda la crea-
resurrección de Jesucristo, así también, ción a una alabanza agradecida y lo hace-
cuando Él vuelva con todos sus santos, mos con el Salmo 148: «Alabad al Señor
podamos alegrarnos con su victoria». en el cielo, alabad al Señor en lo alto,
alabadlo todos sus ángeles, alabadlo, to-
Ofertorio: «¡Oh Dios, que por el admi-
dos sus ejércitos. Reyes y pueblos del
rable trueque de este sacrificio nos haces
orbe, príncipes y jefes del mundo, los jó-
partícipes de tu divinidad; concédenos que
venes y también las doncellas, los viejos
nuestra vida sea manifestación y testimo-
junto con los niños. Alaben el nombre del
nio de esta verdad que conocemos».
Señor, el único nombre sublime. Su ma-
Comunión: «Soy yo quien os he elegido jestad sobre el cielo y la tierra. Él aumen-
del mundo –dice el Señor– y os he desti- ta el vigor de su pueblo. Alabanza de to-
nado para que vayáis y déis fruto, y vues- dos sus fieles, de Israel, su pueblo esco-
tro fruto dure. Aleluya» (cf. Jn 15,16-17). gido». Taciano dice así:
Postcomunión: «Ven, Señor, en ayuda «La obra que por amor mío fue hecha por Dios
de tu pueblo, y, ya que nos has iniciado no la quiero adorar. El sol y la luna hechos por
en los misterios de tu reino, haz que aban- causa nuestra; luego, ¿cómo voy a adorar a los
donemos nuestra antigua vida de pecado que están a mi servicio? Y ¿cómo voy a declarar
por dioses a la leña y a las piedras? Porque al
y vivamos, ya desde ahora, la novedad de mismo espíritu que penetra la materia, siendo
la vida eterna». como es inferior al espíritu divino, y asimilado
62 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
como está a la materia, no se le debe honrar a par mundo. Aleluya» (Mt 28,20)
del Dios perfecto. Tampoco debemos pretender
ganar por regalos al Dios que no tiene nombre; Postcomunión: «Dios todopoderoso y
pues el que de nada necesita, no debe ser por eterno, que en la resurrección de Jesu-
nosotros rebajado a la condición de un meneste- cristo nos has hecho renacer a la vida eter-
roso» (Discurso contra los griegos 4). na, haz que los sacramentos pascuales
–Juan 16,12-15: El Espíritu de la Ver- den en nosotros fruto abundante, y que el
dad guiará hasta la Verdad plena. Jesús alimento de salvación que acabamos de
pone de relieve una de las funciones del recibir fortalezca nuestras vidas».
Espíritu Santo: guiará a los discípulos –Hechos 18,1-8: Se quedó a trabajar
hasta la Verdad plena, completando sus en su casa. Todos los días discutía en la
enseñanzas y dándoles a conocer las rea- sinagoga. Después de Atenas, Pablo
lidades futuras. Comenta San Agustín: marchó a Corinto y en casa de Aquila tra-
«El Espíritu Santo, que el Señor prometió en- bajaba como tejedor de lona para mante-
viar a sus discípulos para que les enseñase toda la nerse. Misionaba en la sinagoga, pero los
Verdad, que ellos no podían soportar en el mo- judíos no lo podían aguantar y decidió
mento en que les hablaba –del cual dice el Após- evangelizar a los gentiles. La cruz es el
tol que hemos recibido ahora en prenda, para dar- signo de los misioneros apostólicos. Dice
nos a entender que su plenitud nos está reservada San Cirilo de Jerusalén:
para la otra vida– ese mismo Espíritu enseña ahora
a los fieles todas las cosas espirituales de que «No nos avergoncemos de la cruz del Salvador,
cada uno es capaz. Mas también enciende en sus antes bien gloriémonos en ella, porque el mensaje
pechos un deseo más vivo de crecer en aquella de la cruz es escándalo para los judíos, necedad
caridad que les hace amar lo conocido y desear lo para los gentiles; mas para nosotros, salvación.
que no conocen, pensando que aun las cosas que Y, ciertamente, para aquellos que están en vías de
conocen en esta vida no las conocen como se han perdición es necedad; mas para nosotros, que
de conocer en la otra vida, que ni el ojo vio, ni el estamos en el camino de la salvación, es fuerza de
oído oyó, ni el corazón pudo imaginar» (Tratado Dios. Porque el que moría por nosotros no era un
97,1 sobre el Evangelio de San Juan). hombre cualquiera, sino el Hijo de Dios hecho
hombre... Si alguno no cree en la virtud de Cristo
Jueves crucificado, pregunte a los demonios, y si no le
convencen las palabras, que mire a los hechos.
Entrada: «Oh Dios, cuando salías al Muchos han sido los crucificados en el mundo,
frente de tu pueblo, y acampabas con pero a ninguno de ellos temen los demonios; en
ellos y llevabas sus cargas, la tierra tem- cambio, solamente con ver la Cruz de nuestro
bló, el cielo destiló. Aleluya» (Sal 67,8- Salvador, los demonios se echan a temblar; por-
9.20). que aquéllos murieron por sus propios pecados,
mas Él, por los de los demás» (Catequesis 13).
Colecta (procedente del Misal Gótico):
–Con el Salmo 97 cantamos al Señor
«Oh Dios, que nos haces partícipes de la
que revela a las naciones su victoria, como
redención, concédenos vivir siempre la
hemos visto en la lectura anterior. Tam-
alegría de la resurrección de su Hijo».
bién nosotros nos alegramos con esa vic-
Ofertorio: «Que nuestra oración, Señor, toria y decimos: «Cantad al Señor un cán-
y nuestras ofrendas sean gratas en tu pre- tico nuevo, porque ha hecho maravillas;
sencia, para que así, purificados por tu su diestra le ha dado la victoria, su santo
gracia, podamos participar más dignamen- brazo. El Señor da a conocer su victoria,
te en los sacramentos de tu amor». revela a las naciones su justicia; se acor-
Comunión: «Sabed que yo estoy con dó de su misericordia y su fidelidad en
vosotros todos los días, hasta el fin del favor de la casa de Israel. Los confines
6ª Semana de Pascua 63
seemos vivamente estar junto a Cristo, en después de su Pasión, libre ya de las ataduras de
quien nuestra naturaleza humana ha sido la muerte, las cuales habían perdido su fuerza al
tan extraordinariamente enaltecida que sujetar a Aquel que estaba exento de todo peca-
do, la debilidad se convirtió en valor, la mortali-
participa de tu misma gloria». dad en inmortalidad, la ignominia en gloria. Esta
Cristo desapareció visiblemente de en- gloria la declaró nuestro Señor Jesucristo, me-
tre los hombres para seguir actuando en diante muchas y manifiestas pruebas (Hch 1,3),
medio de la humanidad a través de su pre- en presencia de muchos, hasta que el triunfo de la
victoria conseguida con la muerte fue patente con
sencia invisible y salvífica en su Iglesia. su Ascensión a los cielos.
–Hechos 1,1-11. Se elevó a la vista de «Por lo mismo, así como la Resurrección del
ellos. Con perfecta lógica inicia San Lucas Señor fue para nosotros causa de alegría en la
la historia de la Iglesia naciente, como solemnidad pascual, así su Ascensión a los cielos
Cuerpo místico de Cristo, allí donde cul- es causa del gozo presente, ya que nosotros re-
mina la desaparición temporal o histórica cordamos y veneramos debidamente este día, en
el cual la humildad de nuestra naturaleza, sentán-
de Cristo, su Cabeza. Jesús ha concluido dose con Jesucristo en compañía de Dios Padre,
históricamente su obra. Ahora nos toca fue elevada sobre los órdenes de los ángeles, so-
continuarla a nosotros a diario. bre toda la milicia del cielo y la excelsitud de
–Efesios 1,17-23: Lo sentó a su dere- todas las potestades (Ef 1,21). Gracias a esta
economía de las obras divinas, el edificio de nues-
cha en el cielo. Jesús entronizado ya en tra salvación se levanta sobre sólidos fundamen-
la gloria del Padre por su Ascensión a los tos... Lo que fue visible a nuestro Redentor ha
cielos, sigue actuando en medio de la hu- pasado a los sacramentos (a los ritos sagrados) y,
manidad mediante su Cuerpo místico vi- a fin de que la fe fuese más excelente y firme, la
sible, la Iglesia. visión ha sido sustituida por una enseñanza, cuya
autoridad, iluminada con resplandores celestia-
–Ciclo A) Mateo 28,16-20: Se me ha les, han aceptado los corazones de los
dado pleno poder en el cielo y en la tierra. fieles» (Sermón 74,1-2).
Ciclo B) Marcos 16,15-20: Ascendió
al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Lunes
Ciclo C) Lucas 24,46-53: Mientras los Entrada: «Cuando el Espíritu Santo des-
bendecía, iba subiendo al cielo. cienda sobre vosotros, recibiréis fuerza
Desde su Ascensión a los cielos, Jesús para ser mis testigos en Jerusalén y hasta
tiene transferido a su Iglesia el mandato los confines del mundo. Aleluya» (Hch
de seguir realizando su obra de evangeli- 1,8).
zación y salvación hasta el fin de los tiem- Colecta (del Veronense y del Gelasiano):
pos. «Derrama, Señor, sobre nosotros la fuer-
Oigamos a San León Magno, que en sus Ser- za del Espíritu Santo, para que podamos
mones 73 y 74 expuso el Misterio de la Ascen- cumplir fielmente tu voluntad y demos
sión del Señor: testimonios de ti con nuestras obras».
«El misterio de nuestra salvación, que el Crea- Ofertorio: «Este sacrificio santo nos
dor del universo estimó en el precio de su Sangre, purifique, Señor, y derrame en nuestras
se fue realizando, desde el día de su nacimiento almas la fuerza divina de tu gracia».
hasta el fin de su Pasión, mediante su humildad.
Aunque bajo la forma de siervo, se manifestaron Comunión: «No os dejaré desampara-
muchas señales de su divinidad; con todo, su ac- dos, volveré –dice el Señor– y se alegra-
ción durante este tiempo estuvo encaminada a rán vuestros corazones. Aleluya» (Jn
mostrar la verdad de su naturaleza humana. Pero, 14,18;16,22).
7ª Semana de Pascua 67
Colecta (del Veronense y del como un depósito que Dios les ha confiado... No
Gregoriano): «Padre lleno de amor, con- es conveniente que los hombres cristianos, aten-
cede a tu Iglesia, congregada por el Espí- tos al esfuerzo humano, consideren que la entera
corona depende de sus peleas, sino que es nece-
ritu Santo, dedicarse plenamente a tu ser- sario refieran a la voluntad de Dios sus esperan-
vicio y vivir unida en el amor, según tu zas en el premio»(De Institución Cristiana).
voluntad».
–En la Ascensión del Señor, Dios ha
Ofertorio: «Recibe, Señor, este sacrifi- desplegado su poder. Ha resplandecido su
cio que tú mismo has querido que te ofre- majestad. Jesús desde el cielo da fuerza y
ciéramos, y por esta eucaristía, que cele- poder a su pueblo. Ha avanzado por los
bramos para glorificarte, dígnate san- cielos y ahora reina junto al Padre. Así lo
tificarnos y darnos tu salvación». proclamamos con el Salmo 67: «Oh Dios,
Comunión: «Cuando venga el Paráclito, despliega tu poder, tu poder, oh Dios, que
que os enviaré desde el Padre, el Espíritu actúa en favor nuestro. A tu templo de Je-
de la Verdad, que procede del Padre, él rusalén traigan los reyes su tributo. Re-
dará testimonio de mí, y también voso- yes de la tierra cantad a Dios, tocad para
tros daréis testimonio –dice el Señor–. el Señor que avanza por los cielos, los
Aleluya» (Jn 15,26-27). cielos antiquísimos, que lanza su voz, su
voz poderosa: Reconoced el poder de
Postcomunión: «La participación en los
santos misterios aumente, Señor, nuestra Dios. Sobre Israel resplandece su majes-
santidad, y, al purificarnos de nuestros tad y su poder, sobre las nubes. ¡Dios sea
bendito!».
pecados, nos haga cada vez más capaces
de recibir tus dones». –Juan 17,11-19: Que sean uno como
–Hechos 20,28-38: Os dejo en manos nosotros. Jesús pide por la unidad de los
que han de ser sus discípulos, de toda la
de Dios, que tiene poder para construiros
y daros parte en la herencia. Pablo anun- Iglesia. Son muchos los santos Padres que
cia las dificultades que van a sufrir den- han tratado de la unidad de la Iglesia. Dice
San Cipriano:
tro de la propia comunidad y les hace sus
últimas recomendaciones. Un cristianis- «Esta unidad de la Iglesia está prefigurada en la
mo auténtico es una vida de íntimo con- persona de Cristo por el Espíritu Santo en el
Cantar de los Cantares, cuando dice: “Una sola
tacto con Dios, que no ahoga, sino que es mi paloma, mi hermosa es única de su madre,
abre cauces a la expansión de una intensa la elegida de ella” (6,8). Quien no guarda esta
emoción humana. La palabra y la acción unidad de la Iglesia, ¿va a creer que guarda la
de gracias nos edifican como Iglesia y nos unidad de la fe? Quien resiste obstinadamente a
dan la herencia de los santos. la Iglesia, quien abandona la cátedra de Pedro,
sobre la que está cimentada la Iglesia, ¿puede con-
San Gregorio de Nisa, expone unas normas se- fiar que está en la Iglesia?» (Sobre la unidad de la
guras para el gobierno de las almas: Iglesia, 5).
«Es necesario que los que gobiernan la comuni- Y San Ireneo:
dad ejerciten dignamente las actividades de direc-
ción... Existe el peligro de que algunos que se «Por diversos que sean los lugares, los miem-
ocupan de otros y los dirigen hacia la vida eterna bros de la Iglesia profesan una misma fe y única
puedan destruirse a sí mismos sin notarlo. Es fe, la que fue transmitida por los Apóstoles a sus
necesario que quienes supervisan trabajen más discípulos» (Tratado sobre las herejías 1,10).
que el resto, sean más humildes que quienes es- Cristo nunca habla de Iglesias, sino de la Iglesia,
tán bajo ellos, les ofrezcan su propia vida como de su Iglesia y por ella oró en la última Cena.
ejemplo de servicio y consideren a los súbditos
70 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
otro enemigo para hacerse amigos, amándose des- subraya el carácter pascual de la vida cris-
pués los que antes se odiaban; sino que fuimos tiana: participación real en la vida de Cris-
reconciliados con el que ya nos amaba y cuyos to resucitado. Oigamos a San Jerónimo:
enemigos éramos por el pecado» (Tratado 110,6
Sobre el Evangelio de San Juan). «No es de poco estudio que sepamos la espe-
ranza de la vocación y la riqueza de la heredad de
Dios en los santos. Necesitamos de ellas para
Viernes conocer estas cosas por el poder que también usó
Entrada: «Aquél que nos amó, nos ha Dios en su Hijo, resucitándolo no una vez, sino
librado de nuestros pecados por su San- siempre, de entre los muertos, y haciéndolo libre
entre los muertos, no manchado por contagio al-
gre, nos ha convertido en un reino y he- guno de muerte (Sal 87,6;15.10). Todos los días
chos sacerdotes de Dios, su Padre. Ale- resucita Cristo entre los muertos, todos los días
luya» (Ap 1,5-6). se despierta en los penitentes. No porque no ten-
Colecta: (del Veronense y del Sacra- ga poder según la carne para entregar su alma y
volver a tomarla (Jn 10,18); nadie se la quita si El
mentario de Bérgamo): «¡Oh Dios, que no la da por sí mismo, sino porque, según la dis-
por la glorificación de Jesucristo y la ve- posición de la carne y del Hijo, se diga que ha
nida del Espíritu Santo nos has abierto las resucitado hombre e Hijo por Dios Padre» (Co-
puertas de tu reino, haz que la recepción mentario los Efesios 2,5).
de dones tan grandes nos mueva a dedi- –Estamos invitados a la alabanza del
carnos con mayor empeño a tu servicio y Señor, que puso en el cielo su trono. No-
a vivir con mayor plenitud las riquezas de sotros bendecimos a Jesús, que ha subi-
nuestra fe». do al cielo y está sentado a la derecha del
Ofertorio: «Mira complacido, Señor, las Padre y gobierna el universo. Lo hace-
ofrendas de tu pueblo, y haz que el Espí- mos con el Salmo 102: «Bendice, alma
ritu Santo nos purifique para que poda- mía, al Señor, y todo mi ser a su santo
mos presentarte un sacrificio agradable» nombre. Bendice, alma mía, al Señor y
Comunión: «Os enviaré el Espíritu Santo no olvides sus beneficios. Como se le-
de la Verdad –dice el Señor–; Él os co- vanta el cielo sobre la tierra, se levanta su
municará toda la verdad. Aleluya» (Jn bondad sobre sus fieles; como dista el
16,13). oriente del ocaso, así aleja de nosotros
nuestros delitos. Él Señor puso en el cie-
Postcomunión: «Tus sacramentos, Se- lo su trono, su soberanía gobierna el uni-
ñor, nos han purificado y alimentado; haz verso. Bendecid al Señor, ángeles suyos,
que nuestra participación en la eucaristía poderosos ejecutores de sus órdenes».
nos lleve también a la posesión de tu rei-
no». –Juan 21,15-19: Apacienta mis corde-
ros, apacienta mis ovejas. La misión de
–Hechos 25,13-21: Se trataba de cier- Pedro es confirmada por Jesús después
tas cuestiones de un difunto, llamado Je- de la triple negación y de la triple mani-
sús, que Pablo sostiene que está vivo. Él festación de amor. Comenta San Agustín:
gobernador Festo expone al rey Agripa el
«Este fue el fin de aquel negador y amador;
asunto de Pablo. Es un testimonio valio- engreído con la presunción, postrado con la nega-
sísimo de la fe cristiana. Cristo resucitó. ción; purgado con las lágrimas, coronado con la
Cristo está vivo. Esta es nuestra fe. Este pasión; este fin halló: morir en caridad perfecta
es nuestro convencimiento. Este es el fun- por el nombre de Aquél con quien había prometi-
damento de la predicación apostólica, de do morir, arrastrado por una perversa precipita-
modo especial de San Pablo: Si Cristo no ción. Confirmado con su resurrección, realiza lo
resucitó, vana es nuestra fe. San Pablo que a destiempo su flaqueza prometía. Convenía
72 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
que Cristo muriese antes para salvar a Pedro y de Dios. Nos toca a nosotros continuar
después muriese Pedro por la predicación de Cris- esa misión con todos los medios que po-
to. Sucedió en segundo lugar lo que había comen- damos: nuestra oración, nuestra palabra,
zado a osar la humana temeridad, siendo éste el
orden dispuesto por la Verdad... La triple nega- nuestra vida... Dice San Gregorio de Nisa:
ción es compensada con la triple confesión, para «Esta es la verdadera perfección, no detenerse
que la lengua sea menos esclava del amor que del nunca en el camino hacia lo que es mejor y no
temor» (Tratado 123, 4-5, Sobre el Evangelio de poner límites a lo perfecto» (De la perfecta for-
San Juan). ma cristiana). «La gracia del Espíritu Santo se
concede a cada hombre con la idea de que debe
aumentar e incrementar lo que recibe» (Institu-
Sábado ción cristiana).
Entrada: «Los discípulos se dedicaban Y San Gregorio Nacianceno:
a la oración en común con algunas muje- «Procurad una limpieza de espíritu siempre en
res, entre ellas María, la Madre de Jesús, aumento. Nada agrada tanto a Dios como la con-
y con sus hermanos. Aleluya» (Hch 1,14). versión y salvación del hombre... Sed como lum-
breras en medio del mundo, como una fuerza lle-
Colecta (del Misal anterior): «Dios To- na de vida para los demás hombres»(Disertación
dopoderoso, concédenos conservar siem- 39).
pre en nuestra vida y en nuestras costum-
bres la alegría de estas fiestas de Pascua –Jesús está en el cielo y los buenos lo
que nos disponemos a clausurar». verán. El cristiano vive con ansias de ver
el rostro del Señor, convencido de que verá
Ofertorio: «Que la venida del Espíritu a Dios cara a cara. Con esta confianza
Santo nos prepare, Señor, a participar fruc- caminamos hacia el gran día de la segun-
tuosamente en tus sacramentos, porque da venida del Señor. Por eso proclama-
Él es el perdón de todos los pecados» mos con el Salmo 10: «El Señor está en
Comunión: «El Espíritu Santo me glori- su templo santo, el Señor tiene su trono
ficará, porque recibirá de mí lo que os irá en el cielo; sus ojos están observando, sus
comunicando –dice el Señor–. Aleluya» pupilas examinan a los hombres. El Se-
(Jn 16,14). ñor examina a los inocentes y culpables,
Postcomunión: «Señor de misericordia, y al que ama la violencia Él lo odia. Por-
escucha nuestras súplicas, y, ya que nos que el Señor es justo y ama la justicia.
has hecho pasar de los ritos antiguos a Los buenos verán su rostro».
los sacramentos de la nueva alianza, ayú- –Juan 21,20-25: Este es el discípulo
danos a pasar de la vida caduca, fruto del que ha escrito todo esto y nosotros sabe-
pecado, a la nueva vida del Espíritu». mos que su testimonio es verdadero. Co-
–Hechos 26,16-20.30-31: Pablo vivió menta San Agustín:
en Roma predicándoles el Reino de Dios. «“Sígueme”, porque por él padeció Cristo, del
En régimen de semilibertad, el Apóstol no cual dice el mismo Pedro: “Cristo padeció por
deja de continuar la misión para la que nosotros, dejándonos ejemplo para que sigamos
fue elegido por el Señor predicar el Reino sus huellas”. Por eso le fue dicho: “Sígueme”.
Pero hay otra vida inmortal en la que no hay
de Dios. El plan salvífico de Dios realiza- males: allí veremos cara a cara lo que aquí vemos
do en Cristo por su Muerte-Resurrección en espejo y figuras cuando se ha progresado mu-
e impulsado por el Espíritu tiene una di- cho en la verdad.
mensión universal. La Iglesia como co- «Así, pues, la Iglesia tiene conocimiento de
munidad y sacramento de salvación, debe dos vidas que le han sido predicadas y encomen-
actualizar y llevar a cumplimiento el plan dadas por divina inspiración, de las cuales una es
7ª Semana de Pascua 73
Domingo de Pentecostés
cado a tu Iglesia los bienes del cielo, haz los, el día de Pentecostés, el Espíritu Santo, con
que el Espíritu Santo sea siempre nuestra el poder de dar a todos los hombres entrada en la
fuerza y la Eucaristía que acabamos de vida y dar su plenitud a la nueva alianza. Todos a
una los discípulos alaban a Dios en todas las len-
recibir acreciente en nosotros la salva- guas, al reducir el Espíritu a la unidad a los pue-
ción». blos distantes y ofrecer al Padre las primicias de
Con la donación solemne del Espíritu todas las naciones.
Santo, el Padre vinculó definitivamente la «Por esto el Señor había prometido que nos
persona y la obra de su Verbo encarnado, enviaría aquel Defensor que nos haría capaces de
muerto y resucitado a la realidad visible e Dios: del mismo modo que el trigo seco no puede
convertirse en una masa compacta y en un solo
histórica de su Iglesia, realizando así el pan, si antes no es humedecido, así también no-
misterio del Cristo histórico y Cristo to- sotros, que éramos antes como un leño árido,
tal: Cabeza y Miembros vivificados por el nunca hubiésemos dado el fruto de vida, sin esta
mismo Espíritu de Cristo, que Él envió gratuita lluvia de lo alto. Nuestros cuerpos, en
con el Padre, hasta la consumación de los efecto, recibieron por el baño bautismal la unidad
siglos. destinada a la incorrupción, pero nuestras almas,
pero nuestras almas la recibieron por el Espíritu.
–Hechos 2,1-11: Se llenaron todos del «El Espíritu de Dios descendió sobre el Señor:
Espíritu Santo y empezaron a hablar. La Espíritu de prudencia y de sabiduría, Espíritu de
venida del Espíritu Santo es, en la historia consejo y de valentía, Espíritu de ciencia y de
de la salvación, un acontecimiento para- temor del Señor; y el Señor, a su vez, lo dio a la
lelo a la Encarnación del Verbo. Iglesia, enviando al Defensor sobre toda la tierra
desde el cielo... Recibiendo por el Espíritu la ima-
–1 Corintios 12,3-7.12-13: Hemos sido gen y la inscripción del Padre y del Hijo hagamos
bautizados en un mismo Espíritu, para fructificar el denario que se nos ha confiado, re-
formar un solo Cuerpo. El Espíritu es el tornándolo al Señor con intereses» (Contra las
que da vida y sostiene la unidad en el seno herejías 3,17,1-3).
de la Iglesia. Nos hace sintonizar miste- San Basilio dice a su vez:
riosamente con el Corazón de Jesucristo. «Ante todo, ¿quién habiendo oído los nombres
–Juan 20,19-23: Como el Padre me ha que se dan al Espíritu, no siente levantado su
enviado así también os envío yo. Recibid ánimo y no eleva su pensamiento hacia la natura-
el Espíritu Santo. En virtud de la acción leza divina? Ya que es llamado Espíritu de Dios y
Espíritu de Verdad, que procede del Padre. Espí-
iluminadora y santificadora del Espíritu ritu firme. Espíritu generoso. Espíritu Santo es
Santo, se realiza nuestra reconciliación su nombre propio y peculiar... Hacia Él dirigen
con Dios en el misterio de Cristo. Oiga- su mirada todos los que sienten necesidad de san-
mos a San Ireneo: tificación; hacia Él tiende el deseo de todos los
«Dios había prometido por boca de sus profe- que llevan una vida virtuosa y su soplo es para
tas que en los últimos días derramaría su Espíritu ellos a manera de riego que les ayuda en la conse-
sobre sus siervos y siervas y que éstos profeti- cución de su fin propio y natural. Capaz de per-
zarían. Por esto descendió el Espíritu Santo so- feccionar a los otros, Él no tiene falta de nada...Él
bre el Hijo de Dios que se había hecho Hijo del no crece por adiciones, sino que está constante-
Hombre, para así, permaneciendo en Él, habitar mente en plenitud; sólido en Sí mismo, está en
en el género humano, reposar sobre los hombres todas partes. Él es fuente de santidad, Luz para
y residir en la obra plasmada por manos de Dios, la inteligencia; Él da a todo ser racional como una
realizando así en el hombre la voluntad del Padre Luz para entender la verdad.
y renovándolo de la antigua condición a la nueva, «Aunque inaccesible por naturaleza, se deja
creada en Cristo. comprender por su bondad; con su acción lo llena
«San Lucas nos narra cómo después de la As- todo, pero se comunica solamente a los que en-
censión del Señor, descendió sobre los discípu- cuentra dignos, no ciertamente de manera idénti-
Domingo de Pentecostés 75
El misterio trinitario que hoy hemos pro- to de su boca, sus ejércitos, porque Él lo
clamado y celebrado es siempre centro dijo y existió, Él lo mandó y surgió. Los
de nuestra fe y debe constituir el punto ojos del Señor están puestos en sus fie-
de referencia de nuestra autenticidad cris- les, en los que esperan en su misericor-
tiana. dia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre. Noso-
tros aguardamos al Señor: Él es nuestro
CICLO B auxilio y escudo; que tu misericordia,
En profunda actitud de adoración y de Señor, venga sobre nosotros, como lo
amor responsable nos reunimos para vi- esperamos de Ti».
vir en común los lazos entrañables que –Romanos 8,14-17: Habéis recibido un
nos vinculan al misterio insondable de la Espíritu de hijos adoptivos que nos hace
vida íntima de Dios: Padre, Hijo y Espíri- gritar: ¡Abbá! Padre. Por el don de su
tu Santo, para cobrar conciencia de nues- Espíritu, Dios nos ha hecho además hijos
tra condición de criaturas suyas que, por suyos, coherederos con Cristo, su Hijo
el bautismo, fuimos elegidos y consagra- amado. Comenta San Basilio:
dos para ser testigos del amor del Padre, «Por el Espíritu se nos restituye el Paraíso,
coherederos del Hijo y santificados por el por Él podemos subir al Reino de los cielos, por
don de Espíritu Santo. Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da
la confianza de llamar a Dios con el nombre de
–Deuteronomio 4,32-34.39-40: El Se- Padre, la participación de la gracia de Cristo, el
ñor es el único Dios allá arriba en el cie- derecho de ser llamados hijos de la luz, el ser
lo y aquí abajo en la tierra. No hay otro. partícipes de la gloria eterna y, para decirlo todo
Una amorosa iniciativa divina nos hizo de una vez, la plenitud de toda la bendición, tanto
Pueblo de Dios; más aún, nos hizo hijos en la vida presente como en la futura. Por Él
suyos. No podemos degradarnos con el podemos contemplar como en un espejo, cual si
estuvieran ya presentes, los bienes prometidos
culto de dioses falsos, que son también el que nos están preparados y que por la fe espera-
dinero, los honores, la fama, el poder, el mos llegar a disfrutar» (Sobre el Espíritu Santo
orgullo... Oigamos a San Ireneo: 15,35-36).
«Así, pues, según la condición natural, pode- –Mateo 28,16-20: Bautizándolos en el
mos decir que todos somos hijos de Dios, ya que nombre del Padre y del Hijo y del Espíri-
todos hemos sido creados por Él. Pero, según la tu Santo. Por la fe y el bautismo todos
obediencia y la enseñanza seguida, no todos son
hijos de Dios, sino sólo los que confían en Él y hemos sido elegidos de Dios. San Am-
hacen su voluntad. Los que no se le confían ni brosio dice:
hacen su voluntad son hijos del diablo, puesto «Tú has sido bautizado en nombre de la Trini-
que hacen las obras del diablo. Que esto sea así se dad. Has profesado -no lo olvides- tu fe en el
deduce de Isaías: “Engendré hijos y los crié, pero Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Vive
ellos me despreciaron” (Is 1,2). Y en otro lugar: conforme a lo que has hecho. Por esta fe has
“Los hijos extraños me han defraudado” (Sal 17, muerto para el mundo y has resucitado para Dios...
46)» (Tratado contra las herejías 4,41). Descendiste a la piscina bautismal. Recuerda tu
–Proclamamos con el Salmo 32: «Di- profesión de fe en el Padre, en el Hijo y en el
chosa la nación cuyo Dios es el Señor. La Espíritu Santo. No significa esto que creas en
uno que es el más grande, en otro que es menor,
palabra del Señor es sincera y todas sus en otro que es el último, sino que el mismo tenor
acciones son leales. Él ama la justicia y el de tu profesión de fe te induce a que creas en el
derecho, y su misericordia llena la tierra. Hijo igual que en el Padre, en el Espíritu igual que
La palabra del Señor hizo el cielo, el alien- en el Hijo, con la sola excepción de que profesas
78 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
Cornelio, cerca de Lieja (1193-1228) y al obra del inmenso amor de Cristo Reden-
milagro de Bolsena. La Beata Juliana (que tor, que pide nuestra correspondencia de
algunos la consideran canonizada) tuvo amor a Él y a los hermanos, todos los
una visión en la que veía un disco res- hombres.
plandeciente con una franja oscura y en- –Deuteronomio 8,2-3.14-16: Te ali-
tendió que eso significaba la ausencia de mentó con el maná que no conocías, ni
una fiesta eucarística en el año litúrgico. conocieron tus padres. Era figura de la Eu-
Esta visión fue recibida positivamente y caristía. San Ambrosio compara el maná
el obispo de Lieja, Roberto de Thorote la con el pan eucarístico:
introdujo en su diócesis el jueves después
«Es, ciertamente, admirable el hecho de que
de la octava de Pentecostés. Entre los teó- Dios hiciera llover maná para los padres y los
logos que dictaminaron en sentido positi- alimentase cada día con aquel manjar celestial...
vo sobre la fiesta estaba el provincial de Considera, pues, ahora qué es más excelente, si
los dominicos Hugo de Thierry, que más aquel pan de ángeles o la carne de Cristo, que es el
tarde fue cardenal y legado de la Santa cuerpo de vida. Aquel maná caía del cielo, éste
Sede, que confirmó la fiesta el 1252. está por encima del cielo; aquél se corrompía si se
guardaba para el día siguiente, éste no sólo es
Más tarde, en 1261, subió al solio pon- ajeno a la corrupción, sino que comunica la inco-
tificio Santiago Pantaleón, antiguo archi- rrupción a todos los que lo comen con reveren-
diácono de Lieja, con el nombre de Urba- cia... Si te admira aquello que no era más que una
no IV. El obispo de Lieja le sugirió que sombra, mucho más debe debe admirarte la reali-
extendiese a toda la Iglesia esa fiesta. dad... Los dones que tú posees son mucho más
excelentes, porque la luz es más que la sombra, la
Dudó un poco, pero lo decidió el milagro realidad más que la figura, el Cuerpo del Creador
de Bolsena: un sacerdote en la consagra- más que el maná del cielo» (Sobre los Misterios
ción tuvo grandes tentaciones sobre la 43,47-49).
presencia real de Cristo en la Eucaristía y –Con el Salmo 147 glorificamos al Se-
entonces de la sagrada forma salió san- ñor, que «ha reforzado los cerrojos de la
gre que manchó los corporales, que se puertas de Jerusalén y ha bendecido a sus
conservan en la catedral de Orvieto, don- hijos dentro de ella. Él los sacia con flor
de se encontraba Urbano IV. Éste decidió de harina y envía su mensaje a la tierra»
la extensión de la fiesta del Corpus a toda
la Iglesia con la Bula «Transiturus de hoc –1 Corintios 10,16-17: El Pan es uno,
mundo». Este hecho tuvo una acogida y así nosotros, aunque somos muchos for-
entusiasta en general, con procesión mamos un solo cuerpo. En el Nuevo Tes-
solemnísima y otros actos piadosos y fol- tamento el amor entrañable de Dios a su
clóricos, que todavía se conservan en mu- Hijo muy amado se ha extendido a todos
chos lugares. El formulario litúrgico se nosotros mediante nuestra comunión con
debe a Santo Tomás de Aquino. Él. Todos, en comunión con el Corazón
de Cristo, formamos un solo Cuerpo mís-
CICLO A tico, que es la Iglesia. El efecto principal
de la Sagrada Eucaristía es la unión ínti-
Con inmenso gozo abre la Iglesia hoy ma con Cristo. San Juan Crisóstomo dice:
sus templos para manifestar su fe ardien- «¿Qué es en realidad el pan? El Cuerpo de Cris-
te y su alegría fervorosa por la Presencia to. ¿Qué se hacen los que comulgan? Cuerpo de
Real de Cristo en la Sagrada Eucaristía: Cristo. No muchos cuerpos, sino un solo cuer-
Sacramento-Presencia, Sacramento-Sa- po... Porqué no te alimentas tú de un cuerpo y
aquél de otro, sino que todos nos alimentamos
crificio, Sacramento-Comunión. Todo fue
El Cuerpo y la Sangre del Señor 81
del mismo... Si, pues, todos participamos del y la sangre con que se selló la Alianza
mismo Pan y todos nos hacemos una misma cosa Pascual primitiva fue signo y figura del
¿por qué, pues, no manifestamos la misma cari- sacrificio definitivo de la Nueva Alianza
dad y con ello nos convertimos en una misma
cosa?» (Homilía 24, 2). en la Sangre de Cristo. Comenta el Am-
brosiaster:
–Juan 6,51-54: Mi carne es verdadera
«Esto fue imagen del Testamento al que llamó
comida y mi sangre verdadera bebida. Por nuevo el Señor por los profetas; de modo que es
la Eucaristía, la misma Vida divina que se viejo aquel que dio Moisés. Así, pues, con San-
injertó en la humanidad mediante el mis- gre se ha establecido el Testamento, ya que la
terio de la Encarnación del Verbo se hace sangre es testigo del beneficio divino. En tipo de
también vida en nosotros. Sin comunión lo cual nosotros recibimos el místico cáliz de la
vital con Cristo Jesús no hay realmente sangre para defensa de nuestro cuerpo y alma;
porque la Sangre del Señor redimió nuestra san-
vida cristiana. Comenta San Agustín: gre, es decir, salvó a todo hombre. Pues la carne
«Los fieles conocen el Cuerpo de Cristo si no del Salvador, por la salvación del cuerpo, y la
se olvidan de que son cuerpo de Cristo. Hazte sangre se derramó por nuestra alma como antes
Cuerpo de Cristo si quieres vivir del espíritu de había sido prefigurado por Moisés» (Comenta-
Cristo... El Cuerpo de Cristo no puede vivir sino rio a 1 Cor 11,20-24.26).
del Espíritu de Cristo. De aquí que hablándonos
el Apóstol San Pablo de este Pan, dijo: “Porque –Por eso clamamos con el Salmo
el Pan es uno, somos muchos un solo Cuerpo” (1 115: «Alzaré la copa del Señor invocando
Cor 10,17). ¡Oh sacramento de misericordia! ¡Oh su nombre. Mucho le cuesta al Señor la
símbolo de unidad! ¡Oh vínculo de caridad! Quien muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu sier-
quiera vivir aquí tiene donde vivir, tiene de donde vo, rompiste mis cadenas. Te ofreceré un
vivir. Acérquese, crea, forme parte de este Cuer- sacrificio de alabanza, invocando tu nom-
po para ser vivificado. No recele de la unión de
los miembros, no sea un miembro canceroso que
bre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos,
merezca ser cortado, ni miembro dislocado de en presencia de todo el pueblo».
quien se avergüencen; sea hermoso, esté adapta- –Hebreos 9, 11-15: La sangre de Cristo
do, esté sano, esté unido al Cuerpo, viva de Dios, podrá purificar nuestra conciencia. Cris-
para Dios; trabaje ahora en la tierra, para que
después reine en el cielo» (Tratado 26,13 Sobre
to, Sacerdote eterno, con su sacrificio de-
el Evangelio de San Juan). finitivo en la Cruz, perpetuado sacramen-
talmente por la Eucaristía, ha garantizado
la nueva y definitiva Alianza. San Juan Cri-
CICLO B sóstomo habla del inmenso valor de la
sangre de Cristo:
Por el acontecimiento eucarístico, pue-
de gozar la Iglesia entera de una continua «¿Quieres saber el valor de la Sangre de Cristo?
Remontémonos a las figuras y recordemos los
presencia viviente de Cristo en medio de antiguos relatos de Egipto. San Juan Crisóstomo
su pueblo. Se actualiza sacramentalmente comenta: “Inmolad, dice Moisés, un cordero de
el misterio de la Pasión, Muerte y Resu- un año; tomad su sangre y rociad las dos jambas
rrección del Señor y así podemos partici- y el dintel de la casa”... ¿Deseas descubrir aún
par personalmente de la misma vida divi- por otro medio el valor de esta Sangre? Mira de
na del Corazón del Hijo de Dios, hecho dónde brotó y cuál sea su fuente: empezó a bro-
tar de la misma Cruz y su fuente fue el costado
hombre para hacernos a los hombres hi- del Señor. Pues, muerto ya el Señor, dice el Evan-
jos de Dios. gelio, “uno de los soldados se acercó con la lanza
–Éxodo 24,3-8: Esta es la sangre de la y le traspasó el costado y al punto salió agua y
alianza que hace el Señor con vosotros. sangre”: agua como símbolo del bautismo; sangre
como figura de la Eucaristía. El soldado le traspa-
En la historia de la Salvación el sacrificio só el costado, abrió una brecha en el muro del
82 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
bien: «Uno de los soldados con la lanza le con la renovación del Calendario Litúrgi-
traspasó el costado y al punto salió san- co, esta fiesta tiene el carácter de solem-
gre y agua» (Jn 19,34). nidad.
Postcomunión (de nueva redacción):
«Este sacramento de tu amor encienda en CICLO A
nosotros el fuego de la caridad que nos
mueva a unirnos más a Cristo y a reco- –Deuteronomio 7,6-11: El Señor se
nocerle presente en los hermanos». enamoró de vosotros y os eligió. El amor
El amor infinito con que Dios ha reali- salvífico de Dios es absolutamente gra-
zado espontáneamente sus designios de tuito. Nos ama por iniciativa propia, no
salvación se nos ha revelado en una cons- porque nosotros lo hayamos merecido
tante alianza de amor permanente: «Dios primero.
es caridad» (1 Jn 4,8.16). La prueba de- –1 Juan 4,7-16: Él nos amó. Dios, que
finitiva es este Corazón que tanto ha amado es la perfección toda y en todo, ha queri-
a los hombres. El culto al Sacratísimo Co- do revelársenos explícitamente como
razón de Jesús tiene sus bases firmísimas Amor. ¡Dios es caridad tan infinita que
en las Sagradas Escrituras. Los Santos llegó a darnos a su propio Hijo como Víc-
Padres lo revelaron profusamente, sobre tima por nuestros pecados!
todo con el hecho histórico de la lanzada –Mateo 11,25-30: Soy manso y humil-
del soldado al costado de Cristo. En el de de Corazón. En Cristo se nos ha mani-
Medievo, la meditación de este pasaje bí- festado la plenitud del Amor que Dios nos
blico recordado en la liturgia llevó a pro- tiene y el modelo perfecto del amor que
fundizar mucho en ladevoción al Cora- nos pide en correspondencia.
zón de Jesucristo, principalmente en el mo-
nasterio benedictino de Helfta (Alemania)
sobre todo con Santa Matilde y Santa Ger- CICLO B
trudis.
–Oseas 11,1.3-4.8-9: Se me revuelve el
En el siglo XVII la divulgó mucho su Corazón. El profeta Oseas proclama la
culto San Juan Eudes, que compuso un razón última de la alianza de Dios con su
texto litúrgico para su fiesta. En ese mis- pueblo: El Amor eterno con que determi-
mo siglo las revelaciones a Santa Marga- nó desde el principio salvar a sus elegi-
rita María de Alacoque le llevaron a pro- dos.
pugnó que se aprobase por Roma como
fiesta litúrgica para toda la Cristiandad. –Efesios 3,8-12.4-19: Comprendiendo
Esta difusión se abrió camino sobre todo lo que trasciende toda filosofía: el amor
por mediación de los obispos polacos, en cristiano. Jesucristo es la Encarnación real
tiempos de Clemente XIII, en 1765. El y palpitante del Amor del Padre: «tanto
culto se fue extendiendo por doquier y en amó Dios al mundo que llegó a entregarle
1856 Pío IX extendió la fiesta a toda la a su propio Hijo» (Jn 3, 16).
Iglesia universal. León XIII consagró el –Juan 19,1-37: Le traspasó el costado
mundo al Corazón de Jesús el 11 de junio y al punto salió sangre y agua. Por amor
de 1899. Pío XI elevó la fiesta al rango de Jesús se entregó todo entero como Re-
primera clase con octava privilegiada, en dentor y Víctima inmolada. La lanzada del
1928. Después del Concilio Vaticano II, Calvario fue un hecho providencial, que
El Sagrado Corazón de Jesús 85
CICLO C
–Ezequiel 34,11-16: Yo mismo apacen-
taré a mis ovejas y las haré sestear. Toda
la historia de la salvación ha sido un pro-
ceso intensivo de acercamiento de Dios a
su pueblo, como un Pastor en medio de
su rebaño. La historia culmina en Cristo:
el Buen Pastor por antonomasia.
–Romanos 5,5-11: Dios nos da prueba
de su amor. Sin Cristo estaríamos perdi-
dos, como ovejas sin pastor. Pero el amor
de Dios nos reconcilió en Cristo Jesús, el
Pastor de nuestras almas.
–Lucas 15,3-7: He encontrado la ove-
ja perdida. Es una gran alegría en el cielo
la conversión del pecador. Ante el Cora-
zón de Jesucristo todo hombre es siem-
pre recuperable. Es Él quien ha hecho
posible, y sólo Él podía hacerlo, nuestra
reconciliación con el Padre.
La Iglesia, en el Oficio de esta solemni-
dad, nos presenta un bello texto de San
Buenaventura:
«Corre con vivo deseo al Corazón de Jesús
traspasado, a esa Fuente de Vida y de Luz quien-
quiera que seas. ¡Oh alma, amante de Dios! y con
toda la fuerza de tu corazón exclama: ¡Oh hermo-
sura inefable del Dios altísimo, resplandor purí-
simo de la eterna Luz! ¡Vida que vivificas toda
vida, Luz que ilumina toda luz y conservas en
perpetuo resplandor millares de luces que desde
la primera aurora fulguran ante el trono de tu
divinidad! ¡Oh eterno e inaccesible, claro y dulce
manantial de la Fuente oculta a los ojos mortales,
cuya profundidad es sin fondo, cuya altura es sin
término, su anchura ilimitada y su pureza
imperturbable!» (El árbol de la vida 29-30.47).
86 P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B.
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