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El quehacer psicopedagógico: Re-flexiones, Re-latos y Re-voluciones

Una experiencia de Orientación Vocacional Sociocomunitaria

Eje temático para el cual se propone el trabajo: Proyecto de intervención “Madre de la esquina”
ligado al campo de lo vocacional-ocupacional.

Palabras clave: Orientación Vocacional - Abordaje Socio-comunitario- Jóvenes - Trayectorias


Escolares – Trabajo

En el marco de la Práctica V “Proyectos de abordajes psicopedagógicos”, correspondiente a la


Licenciatura en Psicopedagogía de la FES, perteneciente a la UPC, se elaboró un proyecto de
intervención sociocomunitario ligado al campo de lo vocacional en el Hogar de Cristo “Madre de la
Esquina”, ubicado en Barrio Suárez de la Ciudad de Córdoba.
El Centro Barrial tiene como finalidad otorgar respuestas integrales al consumo problemático de
sustancias psicoactivas de los jóvenes desde una mirada compleja, entendiendo que la problemática
abarca los diversos aspectos de la vida de las personas.
El Centro propone, desde un entramado comunitario, acompañar a los sujetos “cuerpo a cuerpo,
aceptando la vida como viene”, a través de la construcción de trayectos de vida singulares y únicos
para cada sujeto.
En los primeros encuentros con los referentes del Centro Barrial, se formuló una demanda
explícita: cubrir el espacio de “apoyo escolar”.
Respecto de la misma nos formulamos dos preguntas: si bien el Centro requería cubrir este
espacio, ¿por qué hacerlo mediante practicantes de Psicopedagogía? Creemos que,
representacionalmente, operó la ligazón “psicopedagogía-escuela-reeducación”, consolidada en los
orígenes de esta práctica profesional. Por otro lado, se puso en tensión nuestro rol psicopedagógico
ligado al campo de lo vocacional, nos preguntamos: ¿existe vinculación entre el “apoyo escolar”, y la
tarea psicopedagógica desde la orientación vocacional?
Logramos reflexionar que la finalización de los estudios obligatorios posibilita elecciones
posteriores (de estudios y/o trabajos) más libres y empoderadas. Se diagramó, entonces, una
primera línea de intervención educativa, con el fin de acompañar las trayectorias escolares de los
sujetos.
Asimismo, el relato de los referentes del Centro Barrial dio cuenta de que se encontraba en vías
de construcción un espacio dedicado a los jóvenes y el “trabajo”, en formato de talleres de oficios. El
discurso se mostró confuso en torno a los objetivos de la propuesta por lo que se decidió encarar
una segunda línea de intervención enfocada en lo laboral, destinada a construir una demanda clara.
En el marco de la instancia diagnóstica, el trabajo de deconstrucción de la demanda, permitió la
definición de los objetivos generales: promover vínculos saludables con los objetos vocacionales
(estudios y trabajos); fortalecer el lazo social y la filiación para tejer, recuperar y repensar las tramas
sociales que posibilitan las condiciones de sostenimiento de la vida adulta de manera responsable y
crítica.
Se tuvieron en cuenta los aportes teóricos de Rascovan (2017), quien plantea que la práctica de
Orientación Vocacional supone el armado de dispositivos que acompañen la construcción de
proyectos futuros, asumiendo una mirada crítica del mundo actual, lo que implica considerar a los
sujetos desde su contexto sociocultural y económico. Al entender lo social como constitutivo de la
subjetividad, se tuvieron en cuenta las características del contexto actual a la hora de diseñar el
proyecto de intervención.
El mundo se encuentra estructurado sobre la base de una pirámide de desigualdad social, razón
por la cual los procesos de elección no son para todos iguales, no se parte desde las mismas
posibilidades. Los sujetos vulnerabilizados, como los denomina Rascovan (2017), antes de elegir son
elegidos para no elegir, no gozan de ese derecho. Los jóvenes que asisten al Hogar de Cristo,
población destinataria de la intervención, forman parte de este grupo.
La intervención psicopedagógica en Orientación Vocacional en estos contextos tiene como
propósito que los jóvenes se asuman como sujetos de derecho y logren posicionarse como actores
constructores de sus trayectorias.
La elaboración del proyecto de intervención, su implementación en el campo, como así también
la instancia de sistematización y análisis fue acompañada de un seguimiento con carácter de
supervisión, en donde se trabajó la apropiación de conceptos teóricos y técnicos, en articulación con
los emergentes identificados en el trabajo de campo, con el fin de reflexionar sobre nuestra práctica.
A continuación, desarrollaremos los aspectos significativos de las líneas de intervención
enunciadas.

Línea de intervención educativa:


Esta línea de intervención, se llevó a cabo en el espacio de “Apoyo Escolar” con el objetivo de
promover procesos de enseñanza-aprendizaje en donde prime el pensamiento crítico y reflexivo de
la realidad. Las practicantes se dividieron en dos grupos asistiendo dos días a la semana, cuatro
horas cada día.
Para esta intervención se diseñaron e implementaron dos instrumentos de registro:
Uno de seguimiento individualizado de cada participante, con el fin de garantizar la continuidad
del acompañamiento y, a la vez, facilitar la sistematización y análisis del proceso de aprendizaje de
cada sujeto y del grupo en general. Y otro destinado a describir los espacios, tiempos, actores,
situaciones significativas, representaciones sociales y fenómenos contratransferenciales de las
practicantes.
A partir de la sistematización de los registros se construyeron las siguientes categorías de análisis:

● Cultura institucional:
La cultura institucional, como cualidad relativamente estable de una institución, es el resultado
de las políticas y prácticas de sus miembros. Se sostiene en un imaginario institucional, es decir, en
un conjunto de representaciones (conscientes e inconscientes) que tiñen los vínculos:
interpersonales, sociales, con los objetos de conocimiento (Frigerio, Poggy y Tiramonti, 1994) y, con
los objetos vocacionales.
Las autoras mencionadas proponen una clasificación de tipos de culturas institucionales, que
retomamos para analizar la que opera en el Centro Barrial. Consideramos que este espacio posee
una cultura institucional de tipo familiar por las siguientes razones:
- Implementa una modalidad de gestión “casera” con escasa planificación, registro y
sistematización de las propuestas, lo que dificulta la evaluación y valoración de los procesos y
resultados.
- Se privilegian los vínculos afectivos, generando que se desdibujen las finalidades centrales.
- La información circula con modalidades informales y espontáneas.
- Si bien opera una norma clara y definida respecto a la prohibición de consumo de sustancias
psicoactivas dentro del espacio (la cual es respetada por todos los miembros), otras normas y
reglas suelen presentarse lábiles y flexibles, lo que genera diversos conflictos.
- Si bien coordinadores, voluntarios y practicantes tienen un rol explícito asignado, en la
práctica las actividades que realizan suelen matizarse con tareas que llevan a cabo los jóvenes.
A su vez, algunos de los jóvenes ocupan roles de coordinación de tareas.

● Procesos de aprendizaje y acompañamiento de las trayectorias escolares:


En cuanto a los aprendizajes del grupo de jóvenes, en general se observaron dificultades que
consideramos son producto de la precarización del capital cultural construido desde la vulneración.
Se evidenciaron:
- Reiteradas interrupciones en la actividad, es decir, dificultad a la hora de centrar la atención
en la tarea.
- Cierta resistencia en el área de lengua y literatura: algunos de los participantes se
encuentran alcanzando un nivel alfabético o silábico alfabético, con restricciones.
- Buen rendimiento generalizado en el área de matemática: construcción de nociones que
posibilitan la resolución de problemas.
- Dificultades en el establecimiento de relaciones entre la teoría y su propia realidad, sobre
todo en las áreas de ciencias.
Por estos motivos, desde el acompañamiento de las trayectorias escolares se buscó promover:
- La autoría de pensamiento, base para el logro de aprendizajes significativos, es decir, para
que los objetos de conocimiento tomen significados novedosos que faciliten su apropiación.
- La recuperación de los conocimientos previos y relaciones con la vida cotidiana para la
construcción de sentidos.
- La constitución de conflictos cognitivos.

● Reflexiones de las practicantes:


- Representaciones sociales
Según Romero (2004), las representaciones sociales son la manera en que los sujetos
interpretamos, observamos y pensamos la realidad. Se construyen dentro de un contexto socio-
cultural determinado y moldean nuestra conducta.
Nos propusimos identificar, registrar y elaborar nuestras propias representaciones teniendo en
cuenta que se traducen en la toma de decisiones del quehacer profesional.
Identificamos que “la pobreza” fue el objeto social portador de representaciones más recurrente
en el grupo. Las representaciones que circularon en torno al mismo se encontraron ligadas a la
violencia, la delincuencia y la inseguridad; y se manifestaron a partir sentimientos de temor e
incertidumbre por el contexto social en el que se encuentra el Hogar.
Sin embargo, logramos transformarlas a través de un proceso doble: en primer lugar, la
experiencia misma nos mostró aspectos no contemplados (sentimos comodidad y tranquilidad,
vínculos respetuosos y de confianza); y en segundo lugar, desde el espacio de supervisión logramos
reflexionar que los discursos estigmatizantes de la pobreza buscan sostener el sistema político-
económico neoliberal, naturalizando la idea de privilegio social, cultural y de clase.
Una representación social resulta distorsionada cuando se totaliza o centraliza un aspecto
constitutivo del objeto social, sin ser el único que lo conforma. Esto implica que las ideas de
violencia, delincuencia e inseguridad no resultan ajenas al objeto social “pobreza”, sino que han sido
centralizadas o totalizadas como únicas, y a su vez, reproducidas sin comprensión de las lógicas de
poder que las constituyen.
Con esto queremos decir que, la violencia, la delincuencia y la inseguridad son aspectos que
forman parte de la pobreza (como así también de otros objetos sociales). No se trata de negarlos o
invisibilizarlos, sino de problematizarlos y deconstruirlos.

- Aspectos contratransferenciales:
Los fenómenos contratransferenciales circularon con modalidades variadas para con la demanda,
la tarea y en relación a los actores del Hogar de Cristo.
Fue necesaria la deconstrucción de la demanda y la definición de los objetivos de la intervención
para el logro de la instrumentalización de los sentimientos de incomodidad suscitados por la tensión
que produjo la explicitación de la demanda (cubrir el espacios de apoyo escolar) y la claridad de que
la tarea psicopedagógica no se corresponde con la docente.
Por otro lado, en relación a la violencia verbal, amenazas, descalificaciones, acercamientos con
intenciones personales por parte de ciertos jóvenes, se identificaron sentimientos diversos (de
enojo, impotencia, angustia, disgusto).
Además, también transitamos sentimientos de ternura e interés por ayudar desde modalidades
resolutivas (olvidando dar lugar a la falta para motorizar el deseo del otro en el aprender).
Desde el espacio de seguimiento y supervisión de la práctica se realizó un trabajo de reflexión en
torno a dichos sentimientos con el fin de propiciar su instrumentalización y evitar su actuación.

Línea de intervención laboral:


Esta línea de intervención fue llevada a cabo por dos practicantes y consistió en participar de los
talleres de oficios en diversos rubros. Al ser este un espacio nuevo, el objetivo principal se centró en
construir una demanda vinculada a reflexionar sobre los vínculos de los jóvenes con el trabajo.
Asimismo, se buscó promover la permanencia en los talleres de oficios y la problematización sobre
las diversas modalidades de trabajo.
Se diseñó e implementó un instrumento de indagación a partir del cual se analizaron las
recurrencias y disonancias en los discursos de los actores institucionales:
- La mayoría de los jóvenes eligieron participar sólo de un taller, por lo general, motivados por
el gusto y el interés.
- Algunos consideran a los talleres como un puente para construir proyectos de trabajo, ya sea
con modalidad de micro-emprendimiento o desde el trabajo en relación de dependencia.
- Expresaron la importancia de cumplir y asistir a los talleres para apropiarse de conocimientos,
conocer nuevas técnicas y realizarle preguntas al profesor.

Asimismo, a partir de la identificación de ciertos emergentes suscitados en el campo, se


formularon las siguientes categorías de análisis:

● Vínculo con las mujeres participantes del espacio:


Al evidenciarse dificultades al momento de vincularnos como practicantes con las mujeres del
espacio, consideramos los posibles factores de incidencia:
- Factores ligadas a problemáticas de género: tanto coordinadores como profesores reforzaban
la idea de rivalidad entre mujeres, representación que, según Valcárcel (1997), permite el
sostenimiento de un mecanismo de ordenamiento político-social destinado a mantener la
supremacía masculina. Respecto a esto, Lagarde (1996) expresa la necesidad de desmontar la
confrontación misógina que nos distancia y debilita como género, incorporando el concepto
de sororidad que supone la identificación positiva de género, el reconocimiento, la sintonía y
la alianza.
- Factores ligados a la configuración de grupo: se identificaron dos participantes ocupando el
lugar de líder, es decir, de referentes que encarnan los objetivos, ideales y desafíos con los
que se identifican los integrantes del grupo (Riviere, 1975). Se evidenció que, ante la ausencia
de estas participantes, se habilitaba la constitución del vínculo con el resto de las mujeres que
asistían al espacio.
El funcionamiento de un grupo se explica por un sistema de interdependencia (Lewin, 1946)
que garantiza su sostenimiento para el cumplimiento de los objetivos. Esta premisa explica
dicho comportamiento: sólo en ausencia de las líderes se habilitaba la posibilidad de vínculo,
de otro modo, se correría riesgo de fragmentación grupal.

● Precarización de los recursos materiales:


Se percibió en los discursos de las participantes la inquietud por la falta de materiales necesarios
para el taller. Implicó un enfrentamiento cara a cara con la precariedad suscitada por su situación de
vulneración, uno más de tantos.
Ante esta situación, se pensó una intervención tendiente a promover la organización del grupo y
su empoderamiento en búsqueda de una solución posible. Se propuso realizar una actividad para
recaudar el dinero, pensando entre todos distintas estrategias.
Sin embargo, la propuesta no tuvo recepción, el grupo decidió trabajar con las herramientas
disponibles. Probablemente las dificultades en torno a la constitución de vínculo (transferencia) sea
el motivo principal que explique esta decisión.

● Constitución del rol de las practicantes:


Al ser éste un espacio en plena construcción, el tránsito por él requirió una reflexión
permanente en torno a la constitución del rol que debíamos asumir.
Comprendimos que, si bien el logro de los objetivos específicos de la intervención se vio
obstaculizada por la dificultad en entablar la transferencia, el objetivo central destinado a construir
la demanda, es decir, a movilizar la pregunta en torno a los vínculos de los jóvenes con el trabajo en
condiciones de vulneración fue logrado, ya que los referentes del espacio solicitaron incluir para el
año próximo en el marco de los talleres de oficio un momento específico destinado a esta reflexión.
Por lo tanto, podríamos decir que la demanda ha sido construida.

A lo largo de la experiencia, cada practicante encontró su modo de estar, de escuchar, de alojar e


intervenir de manera singular y colectiva a la vez.
Consideramos que los objetivos propuestos se encuentran abordados sin perjuicio de reconocer
que se requiere de una intervención con continuidad en el tiempo para su logro.
Implicó un aporte significativo a la construcción de nuestro rol profesional, ya que nos permitió
diversificar la mirada psicopedagógica orientadora hacia espacios poco habituales y desde abordajes
ligados a la promoción de la salud.
Especialmente significó de gran valor la posibilidad de reflexionar en torno a nuestras propias
representaciones sociales, aproximándonos a su deconstrucción y desnaturalización, tarea
fundamental si tenemos en cuenta que las mismas se traducen en las prácticas.
De igual modo, la reflexión en relación a los fenómenos contratransferenciales que circularon,
permitió el aprendizaje de su instrumentalización técnica, evitando materializarla en acto.
Asimismo, desde la línea laboral resultó significativo experimentar una intervención tendiente a
construir la demanda, paso previo fundamental para planificar cualquier intervención no solicitada.
Finalmente, podemos concluir que la experiencia posibilitó la constitución de una vigilancia
epistemológica permanente respecto de la toma de posicionamientos frente al hacer y su
sostenimiento.

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