En la comunicación humana cualquier cosa que interfiera la llegada
del mensaje que un emisor transmite a un receptor se puede
considerar como ruido.
Los 6 tipos de ruido en la comunicación humana
Ruido físico: incluye cosas como cualquier sonido que impida
que se hable y se entienda correctamente. Por ejemplo, el sonido elevado de la música en un bar, una obra de la construcción, las molestias del tráfico, etc.
Ruido psicológico: este tipo de ruido es una interferencia
mental que impide que el receptor escuche el mensaje. puede darse por un despiste, que la mente del oyente esté distraída pensando en otras cosas mientras le hablan, etc.
Ruido fisiológico: Puede darse cuando uno de los
participantes, tanto emisor como receptor, están enfermos con algún problema físico o mental como la migraña, un oído taponado, un problema bucal…
Ruido semántico: cuando el emisor y el receptor no
comparten el significado del mensaje, se produce este tipo de ruido. Es muy común si una persona habla con un experto. Por ejemplo, entre médico y paciente, entre cliente y abogado, con científicos, etc. Si se usa una terminología que el oyente no entiende, aparece el ruido.
Ruido de influencia: este se produce cuando las actitudes de
una de las partes implicadas en la comunicación impiden el entendimiento. Se puede dar entre políticos, entre científicos .Es decir, no hay una intención clara de comprensión de uno hacia otro.
Ruido técnico: Se refiere a los defectos en los medios usados
para la comunicación. Por ejemplo, si falla el teléfono al hablar, a través de un ordenador. Si da problemas para transmitir, entendemos que es lo técnico lo que falla.
Tipos
Manchas o desvanecimientos de tinta en un escrito.
La voz apenas perceptible al hablar.
Todo tipo de interferencia radial, televisiva o telefónica.
Deficiencias auditivas del receptor.
La distracción y la falta de atención de quien recibe el
mensaje.
Exceso de información.
Conductas que constituyen ruidos en la comunicación
Conductas que constituyen ruidos en la comunicación
Hablar al oído de una persona delante de otras o hacer
miradas cómplices.
Ser pedante, hablar siempre en primera persona.
Ser demasiado crítico, llevar siempre la contraria.
Interrumpir al que está hablando.
Alterar el tono de voz o hacer gestos agresivos.