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Leyenda del pescador y la diosa

Vivía en la isla griega de Lesbos, un muchacho llamado Faón, que se ganaba la


vida transportando viajeros y mercancías en su barca.

Estaba un día Faón junto al embarcadero de la isla, cansado de las faenas de la


jornada, cuando una pobre mendiga, desastrada y con evidentes muestras de no
poder pagarle el viaje, le pidió que la condujese hacia Asia Menor.
– Sube, mujer. Te llevaré de buen grado.

A Faón le había conmovido su aspecto y, olvidándose de su cansancio, hizo


navegar su barca con una ligereza asombrosa. De este modo, poco después
llegaban a la costa de Asia. Una vez allí Faón sacó de su bolsillo la mayor
moneda que tenía y la entregó a la mendiga para que pudiera continuar el viaje.

– Gracias, muchacho. Y para que veas mi agradecimiento, toma este obsequio.


Se trataba de un vaso del perfume más extraordinario que jamás había llegado a
oler. Y con aquel perfume misterioso en las manos, Faón quedó conmovido y
atrapado por una fuerza que parecía embriagarle el corazón. Y tras esto, el
humilde pescador comprendió que había llevado en su barca a la mismísima
Venus, la diosa del amor.
Mito
La Chica de la Carretera
Según se cuenta, una Joven muy hermosa (al parecer universitaria, de buen
carácter y muy amable) anda a pie por las noches por las carreteras donde
sólo Chóferes o Camioneros transitan. Cuando ellos la ven deambulando, deciden
ayudarla y la hacen subir a sus vehículos. Ella señala una vecindad muy humilde y
luego su hogar con su dedo de la cual, se baja antes de llegar a él.

Un Joven que llevó a esta "Chica", contó en su experiencia que cuando la encontró,
se ofreció a llevarla. Ella parecía tener frío y como acto de caballerosidad, le prestó
su abrigo. Cuando ella dijo estar cerca de su hogar, estaba por devolverle el abrigo.
El Joven le dijo que no se preocupe y que se quede con él, luego regresaría por
este.

Al día siguiente, volvió a aquella casa y fue recibido por una Dama Joven. Él le
explicó lo sucedido con la Chica, pero la Mujer dijo que no había ninguna Joven en
su casa. El Chico confundido, persistió nuevamente y aseguró no equivocarse.
Mientras seguían conversando, él se percató de una foto de la Joven en la Pared,
luego dijo que Ella era. La Mujer sorprendida, respondió que era su Hija pero
había fallecido hace más de 10 años.

El Joven muy sorprendido, creyó que le estaba bromeando. La Mujer, dijo no


bromear y para que se convenza, le dijo que la acompañe hacia "el Cementerio de
la Vecindad". Cuando llegaron, se detuvieron ante una lápida y en ella, estaba el
abrigo del Joven.

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