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La comparación del signo bajo las teorías clásicas: Platón y Aristóteles

El signo ha sido un tema de debate abordado por distintos teóricos, bajo distintos modelos de
análisis, por el afán humano de entender las cosas, de entender su naturaleza y sus porqués, es un
estudio que ha surgido desde hace siglos ¿Porqué las cosas y las personas somos nombrados de
cierto modo? ¿Quién lo dijo y bajo que parámetros se decidió?

Dentro del marco del estudio de los signos, hay una obra que es considerada la primera en abordar
la naturaleza de ellos; Crátilo de Platón. En ésta Platón aborda la naturaleza del signo con personajes
que tienen distintas posturas, una naturalista y la otra por convención, la obra que le prosigue es la
de Aristóteles; Para Hermeneias, en la cual ahonda más en el tema y nos da una explicación mucho
más profunda referente a lo que ocurre con el signo.

Platón dentro de su obra aborda dos posturas, cómo ya había mencionado, la postura naturalista
que es la de Crátilo que dice que las cosas son nombradas de un modo exacto por la naturaleza y la
otra, que es abordada por Hermógenes en la cual la naturaleza no asigna lo nombre es el hombre el
que lo hace a través de pacto y consenso, ambos debaten su postura, mientras Sócrates media el
debate.

Estas posturas pueden parecer contrarias a lo que Aristóteles trata en su obra Para Hermenias en
la cual aborda el tema de signo cómo las afecciones del alma y la impresión o imagen mental que
dejan los nombres de lo objetos al interactuar con ellos, estos los detectamos con base a lo que los
caracterizan, comparándolo con que plantea Hipócrates, estas características en los objetos, serían
lo que los síntomas a la medicina, tal síntoma/ característica hace que una cosa u enfermedad sea
x o y; sin embargo si ahondamos en ambas obras podemos encontrar que tienen puntos de
convergencia, en el caso de Aristóteles lo trata como Afecciones del Alma, en el de Platón son Las
Huellas del Alma, en ambos casos se hace referencia a lo que los objetos dejan como impresión
mental con respecto a lo que son y como se quedan en nuestro pensamiento al ser evocados, esto
es un punto de convergencia importante, ya que ambos refieren a una imagen mental, con el fin de
poder dar un sentido a la realidad a través de las imágenes y el lenguaje a la realidad.

En la obra de Aristóteles se pueden encontrar tres estados del alma: La escrita, la hablada y aquellas
mentales de la interpretación, de estas cabe recalcar que la hablada sirve para significar las cosas,
pero el lenguaje o las palabras no son las cosas per se, cosa que no se aborda del todo en Crátilo, lo
hablado o escrito no define las cosas, si no su imagen, y es lo mismo aquí o en otro país sin importar
la diferencia fonética o escrita, lo que hace la tradición Aristotélica un poco más completa, a mi
parecer.

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