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Durante el embarazo normal, todos los sistemas orgánicos experimentan cambios anatómicos
y funcionales que pueden alterar mucho los criterios para el diagnóstico y el tratamiento de
las enfermedades. Por consiguiente, la comprensión de estas adaptaciones al embarazo se
mantiene como un objetivo primordial, y sin tal conocimiento es casi imposible comprender
los procesos patológicos que pueden amenazar a las mujeres durante el embarazo.
APARATO REPRODUCTOR
Útero
Forma: a las 12 semanas el útero pierde su forma original de pera y se forma esférico.
Cuello Uterino
Ovarios
Pedículo vascular: El diámetro del pedículo vascular ovárico aumenta en la gestación de 0.9
hasta casi 2.6 cm a término.
Trompas de Falopio
Vagina y Perineo
Secreciones: Aumentan las secreciones blanquecinas con pH ácido (3.5 – 6) por efecto de
Lactobacillus acidophilus.
Se produce dilatación de la pelvis renal, cálices y los uréteres, provocando aumento del
espacio muerto urinario. El incremento del espacio muerto urinario unido al crecimiento de
la vascularización renal y el mayor volumen intersticial ocasionan aumento en la longitud
del riñón, de aproximadamente 1 a 1.5 cm, en comparación con el riñón de la mujer no
gestante.
Las modificaciones descritas actúan como factores que predisponen a las infecciones
urinarias. La función renal se altera también durante el embarazo; así, el flujo sanguíneo renal
(FSR) y la tasa de filtración glomerular (TGF) se incrementan en 50 a 60%; la reabsorción
de agua y electrolitos también están elevada, manteniéndose normales el balance hídrico y
electrolítico.
MODIFICACIONES EN LA PIEL
Bajo la influencia de las hormonas del embarazo, se observa las siguientes modificaciones:
En las primeras semanas del embarazo, las mujeres a menudo experimentan sensibilidad y
parestesias mamarias. Después del segundo mes, las mamas aumentan de tamaño y aparecen
venas delicadas visibles justo debajo de la piel. Los pezones se vuelven mucho más grandes,
más pigmentados y eréctiles. Después de los primeros meses, a menudo es posible exprimir
un líquido espeso amarillento (calostro) por los pezones con un masaje suave. Durante los
mismos meses, las areolas se vuelven más anchas y pigmentadas. Dispersas en las areolas
existen elevaciones pequeñas, las glándulas de Montgomery, que son glándulas sebáceas
hipertróficas. Si el tamaño mamario aumenta de manera considerable, pueden formarse
estrías similares a las del abdomen. En ocasiones excepcionales, el crecimiento mamario es
tan exagerado (conocido como gigantomastia), que requiere intervención quirúrgica. Un dato
interesante es que el tamaño mamario previo al embarazo no guarda relación con el volumen
de leche producida.
SISTEMA HEMATOLÓGICO
Eritrocitos
La masa de glóbulos rojos se expande casi 33% o cerca de 450 ml de eritrocitos para la mujer
embarazada promedio. El aumento es mayor cuando se administran suplementos de hierro.
Hierro
El aumento en la eritropoyesis del embarazo incrementa la utilización del hierro, que puede
llegar a 6-7 mg por día en la segunda mitad del mismo. Muchas mujeres inician la gestación
con una deficiencia de hierro, lo cual las hace vulnerables a la anemia por deficiencia de éste.
En consecuencia, es común que se administren suplementos de hierro a estas mujeres. Debido
a que la placenta transporta de manera activa esta sustancia de la madre al producto, en
general el feto no está anémico, a pesar de que la madre sufra una grave deficiencia.
Leucocitos
Factores de coagulación
CAMBIOS METABÓLICOS
Como respuesta al aumento en las demandas del feto y la placenta en rápido crecimiento, la
embarazada experimenta numerosos e intensos cambios metabólicos. Es cierto que ningún
otro fenómeno fisiológico de la vida posnatal induce alteraciones metabólicas tan profundas.
Para el final del tercer trimestre, el índice metabólico basal materno aumenta 10 a 20% con
respecto al estado previo al embarazo. Hay un incremento de 10% adicional en las mujeres
con embarazos gemelares (Shinagawa et al., 2005). Visto de otra manera, se calcula que las
demandas energéticas adicionales totales del embarazo llegan hasta 80 000 kcal, unas 300
kcal por día.
Aumento de peso
La mayor parte del aumento de peso normal durante el embarazo es atribuible al útero y su
contenido, las mamas y al aumento del volumen de sangre y líquido extracelular
extravascular. Una fracción más pequeña del aumento de peso se debe a alteraciones
metabólicas que producen un aumento de agua celular y al depósito de grasa y proteínas
nuevas, las llamadas reservas maternas.
El incremento en la retención de agua es una alteración fisiológica normal del embarazo. Está
mediado, al menos en parte, por un descenso en la osmolalidad plasmática cercano a 10
mosm/kg inducido por el reajuste de los umbrales osmóticos para la sed y secreción de
vasopresina.
Metabolismo proteínico
Metabolismo de carbohidratos
Metabolismo de lípidos
Durante el tercer trimestre, los niveles promedio de colesterol sérico total, LDL-C, HDL-C
y triglicéridos son 267 +/- 30 mg/dl, 136 +/- 33 mg/dl, 81 6 17 mg/dl y 245 6 73 mg/dl,
respectivamente. Después del parto, disminuyen las concentraciones de estos lípidos, así
como de las lipoproteínas y apolipoproteínas.
Durante el embarazo normal se retienen casi 1 000 meq de sodio y 300 meq de potasio.
Aunque la filtración glomerular de sodio y potasio aumenta, la excreción de estos electrólitos
no cambia durante el embarazo porque aumenta la resorción tubular, y aunque se incrementa
la acumulación total de sodio y potasio, sus concentraciones séricas disminuyen un poco por
la expansión del volumen plasmático.
Los niveles séricos de calcio total disminuyen durante el embarazo, la reducción refleja la
baja concentración plasmática de albúmina y, a su vez, el descenso consiguiente de la
cantidad unida con proteína.
Además, es necesario que el consumo alimenticio de calcio sea suficiente para prevenir la
deficiencia excesiva de la madre. Esto tiene importancia especial en las adolescentes
embarazadas, en las que los huesos todavía están en desarrollo.
Los niveles séricos de fosfato están en el mismo intervalo que en las no embarazadas.
Glándula hipófisis
Durante el embarazo normal, la hipófisis crece en casi 135%. Aunque se ha sugerido que el
aumento podría ser suficiente para comprimir el quiasma óptico y reducir los campos
visuales, la alteración visual por crecimiento fisiológico de la hipófisis durante el embarazo
normal es infrecuente.
Durante el primer trimestre, la hormona del crecimiento se secreta sobre todo en la hipófisis
materna; las concentraciones en suero y líquido amniótico están dentro de los límites de
mujeres no gestantes, 0.5 a 7.5 ng/ml. Desde las ocho semanas, se detecta la hormona del
crecimiento producida por la placenta. Alrededor de las 17 semanas, la placenta es la
principal fuente de hormona del crecimiento. Los valores séricos maternos aumentan
despacio, desde cerca de 3.5 ng/ml a las 10 semanas hasta una meseta de alrededor de 14
ng/ml después de las 28 semanas. La hormona del crecimiento en el líquido amniótico
alcanza su nivel máximo a las 14 a 15 semanas y luego disminuye despacio hasta alcanzar
los valores basales después de las 36 semanas.
Prolactina
Glándula tiroides
Los cambios fisiológicos del embarazo hacen que la glándula tiroides aumente la producción
de hormonas tiroideas en 40 a 100% para cubrir las necesidades maternas y fetales. Para
lograr esto, hay varios cambios inducidos por el embarazo documentados. En cuanto a los
cambios anatómicos, la tiroides experimenta crecimiento moderado durante el embarazo por
hiperplasia glandular y aumento de la vascularidad. El volumen total era inversamente
proporcional a las concentraciones séricas de tirotropina. Este crecimiento no es patológico,
pero la gestación normal no causa tiromegalia significativa. Por lo tanto, cualquier bocio debe
investigarse.
Glándulas suprarrenales
En el embarazo normal, las glándulas suprarrenales maternas sufren pocos o ningún cambio
morfológico.
Cortisol
La concentración sérica del cortisol circulante se eleva, pero gran parte de éste se encuentra
unida con la transcortina, la globulina de unión con cortisol. El ritmo de secreción del cortisol
no aumenta y es probable que disminuya en comparación con el estado no gestante. Sin
embargo, la velocidad de eliminación metabólica es menor durante el embarazo porque su
semivida casi se duplica con respecto al estado sin embarazo. La administración de
estrógenos, incluida la mayor parte de los anticonceptivos orales, induce cambios en el nivel
sérico de cortisol y transcortina similares a los del embarazo.
Aldosterona
Desde las 15 semanas, las glándulas suprarrenales maternas secretan cantidades mucho más
grandes de aldosterona. Para el tercer trimestre, se produce cerca de 1 mg al día. Si se
restringe el consumo de sodio, la secreción de aldosterona se incrementa aún más. Al mismo
tiempo, los niveles de renina y el sustrato de la angiotensina II tienen un aumento normal,
sobre todo durante la segunda mitad del embarazo. Esta situación da origen al aumento del
nivel plasmático de angiotensina II, que al actuar en la zona glomerulosa de las glándulas
suprarrenales maternas, explica la secreción tan alta de aldosterona. Se ha sugerido que el
aumento en la secreción de aldosterona durante el embarazo normal brinda protección contra
el efecto natriurético de la progesterona y el péptido auricular natriurético.
BIBLIOGRAFIA