Está en la página 1de 8

NOMBRE DEL ALUMNO: ANA ALICIA ESPAÑA REYES

MATRICULA: 112868

GRUPO: EE02

NOMBRE DE LA MATERIA: DIAGNÓSTICO Y ATENCIÓN DE


PERSONAS AUTISTAS

DOCENTE ASESOR: MTRA. NANCY GUISELLE ARZAMENDI


CARRILLO

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 2. LA IMPORTANCIA DE LA


DETECCIÓN Y DIAGNÓSTICO DEL TEA

CIUDAD Y FECHA:

OAXACA DE JUAREZ, OAXACA, A 11 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2019


INDICE

PORTADA ----------------------------------------------------------------------------------------- 1

INDICE --------------------------------------------------------------------------------------------- 2

INTRODUCCIÓN -------------------------------------------------------------------------------- 3

AUTISMO ------------------------------------------------------------------------------------------ 4-

CONCLUSIÓN ------------------------------------------------------------------------------------

BIBLIOGRAFÍA ----------------------------------------------------------------------------------
INTRODUCCIÓN

Hoy en día surgen más preguntas que respuestas sobre el autismo, lo que es un hecho
importante es que la detección e intervención temprana de esta condición tienen efectos
visiblemente positivos sobre el buen pronóstico de los niños que lo padecen. Si el
diagnóstico temprano es acompañado también de una intervención oportuna, los logros
obtenidos serán mejores, especialmente se verán reflejados en su comportamiento y en las
habilidades funcionales en general.

El autismo es un trastorno generalizado del desarrollo (TGD), de tipo neurobiológico y


probablemente su origen sea desde antes del nacimiento, que afecta a la persona durante
toda su vida. En el autismo se producen alteraciones en aspectos específicos del desarrollo
social y del desarrollo de su lenguaje, así como patrones de conducta e intereses repetitivos
y estereotipados. A diferencia de los niños con desarrollo normal que son sociables por
naturaleza y llegan al mundo dotados de recursos para desarrollar la interacción y la
comunicación social, en edades tempranas los niños con autismo presentan graves
dificultades para establecer contacto visual con su progenitores, para iniciar y mantener
intercambios comunicativos verbales o no verbales, para imitar las acciones y expresiones
comunicativas y sociales de los otros, así como para integrar conducta de mirada,
expresiones de afecto y actos comunicativos. También presentan un bajo repertorio de sus
expresiones emocionales, de gestos y de otros medios comunicativos. Los intereses
sensoriales peculiares, así como el comportamiento repetitivo aparecen al final del segundo
año

La detección e intervención temprana de los Trastornos del Espectro Autista es pieza clave
para lograr un aprendizaje, una introducción adecuada en la sociedad como en el contexto
escolar en los alumnos que presentan esta condición, para lograr este objetivo, es de suma
importancia el papel que desempeña el docente, también, así como para la implementación
de una serie de acciones y adecuaciones que deberá desarrollar en el salón de clases esto
con la finalidad de alcanzar las metas establecidas. En este artículo, se describe el
seguimiento de un estudio de caso sobre el autismo y cómo la capacitación de los docentes,
el trabajo con los alumnos y el acercamiento con los padres de familia son factores
fundamentales para la evaluación de los niños con este diagnóstico.
EL AUTISMO Y LA IMPORTANCIA DE UNA DETECCION TEMPRANA

Los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) comprenden una serie de alteraciones
graves que afectan a la interacción social, el comportamiento y la comunicación
desde los primeros años de la niñez. Son de carácter generalizado y afectan al
desarrollo en su conjunto, acompañando a la persona durante todo su ciclo vital
(Frith,2003).

El diagnóstico puede darse en dos etapas, la primera es a través de una evaluación


continua del desarrollo realizada por un pediatra o un experto en la salud de la niñez quien
detecta alguna irregularidad. La segunda etapa corresponda a una evaluación minuciosa
por un equipo de médicos expertos para que emitan el diagnóstico de autismo o de algún
otro trastorno del desarrollo.

Para que el diagnóstico sea temprano es importante detectar su sintomatología desde los
primeros años de vida.

Los principales síntomas del TEA que la familia y en las escuelas deben tomar en cuenta
es que muestran escasas conductas de referencia social como enseñar objetos, señalar
para compartir interés, mirar a un objeto sostenido o señalado por otra persona, dificultades
para responder y dirigir expresiones emocionales a otras personas como la sonrisa social,
compartir afecto positivo sobre todo para iniciar conductas de atención conjunta, e
interacción menos sincrónica con la madre; síntomas referidos en diferentes estudios De
esta manera, se puede dar una respuesta a las expectativas de la familia en relación al
porqué del comportamiento de su hijo y cómo enfocar una intervención que favorezca y
optimice el desarrollo integral del niño. Para ello, es necesario llevar a cabo una valoración
que permita establecer no sólo el diagnóstico, sino las habilidades y las necesidades de
intervención más significativas y apropiadas para cada niño. En este sentido, se considera
imprescindible la elaboración de un protocolo exhaustivo que establezca perfiles
neurocognitivos, adaptativos, de lenguaje y comunicación social, que puedan evolucionar
con mayor probabilidad hacia un diagnóstico real de TEA. (Aguiar, Mainegra, y García,
2016)
Hablar sobre la eficacia de la atención temprana sigue siendo un asunto difícil de tratar,
especialmente en la evolución de los niños con autismo, ya que no todos los casos son
iguales y en algunos se requieren intervenciones más amplias, intensivas y pueden llegar
a ser a largo plazo. Según los trabajos más relevantes, la intervención temprana más eficaz
es la que se basa en un conocimiento en profundidad sobre la naturaleza del autismo en
general, combinado con un conocimiento amplio de las diferentes técnicas de intervención
que podrían utilizarse en cada caso y con la aplicación de un programa individualizado,
basado en una evaluación amplia y detallada del niño. “La etiqueta de TEA parece remitir
a un conjunto enormemente heterogéneo de individualidades, cuyos niveles evolutivos,
necesidades educativas y terapéuticas, y perspectivas vitales son enormemente
diferentes…” (Riviere, A. 2000).

Se considera de suma importancia detectar los casos lo más rápido posible ya que esto
incrementaría las oportunidades de los niños para alcanzar mejores niveles adaptativos.
Pero igualmente cabe mencionar que la identificación temprana es beneficiosa también
porque produce efectos que van más allá de los resultados para el propio niño que presenta
el trastorno, ya que al igual que ocurre con otras enfermedades graves de la infancia, el
diagnóstico temprano de una alteración como el autismo, puede ayudar a dar un consejo
genético más apropiado a las familias, ya que el riesgo de que un segundo hijo tenga
autismo después de que el primero ha recibido el mismo diagnóstico es del 5%, lo cual es
100 veces más que la prevalencia en la población general tradicionalmente atribuida al
autismo clásico. Y aún es mayor la probabilidad de que el segundo hijo presente algún tipo
de alteración del desarrollo cognitivo o de la comunicación. En cualquier caso, la
probabilidad de tener un segundo hijo normal es mucho mayor. Por tanto, a falta por el
momento de medios para realizar un diagnóstico prenatal del autismo, la información sobre
el riesgo genético basada en el diagnóstico precoz del primer hijo se convierte en una
práctica preventiva de gran utilidad para las familias y la sociedad en general (Santiago, F.
2019).

La edad en la que pueden aparecer los primeros síntomas varía dependiendo de cada autor.
González (2015) menciona que pueden darse los primeros síntomas de los 18 a los 24
meses de edad, mientras que Vázquez (2015) considera que entre los 2 y 3 años de edad
se hace evidente el autismo. En algunos casos se puede detectar entre los 6 y 7 años, por
ser la edad escolar.
Se recomienda que para la evaluación diagnóstica del TEA se apliquen las siguientes
herramientas en conjunto y no por separado, ni sólo alguna de ellas.

*Entrevistas estructuradas

*Herramientas para el diagnóstico del TEA

*Administración de pruebas de desarrollo

*Registros de observación detallada en ambientes cotidianos (casa y escuela). (Vázquez,


M. 2015)

En la actualidad existe un retraso considerable desde el momento en el que los padres


sospechan que hay algún problema en el desarrollo de su hijo y el momento en el que
reciben el diagnóstico del problema que presenta el niño.

Cuando unos padres comienzan a preocuparse por las dificultades comunicativas y sociales
que observan en su hijo/a, necesitan acceso rápido al diagnóstico y a servicios de apoyo.
Desgraciadamente esto no está ocurriendo en la mayoría de los casos, lo cual lleva a que
muchas familias vean que se prolonga una situación de espera que mantiene o incrementa
la incertidumbre y que perjudica a las posibilidades de los padres para afrontar con eficacia
las dificultades que observan en su hijo, facilitándose que puedan perder confianza en el
sistema asistencial y/o desarrollar un sentimiento de indefensión, cuando no de culpa, en
un momento en que el niño pasa por una fase en que sería más factible lograr buenos
resultados si se proporcionara el tratamiento adecuado de atención temprana.
CONCLUSIÓN

Con todo lo investigado hasta el día de hoy, aun es difícil saber lo que realmente las
personas con autismo, piensan, sienten y desean. El autismo continúa siendo una condición
difícil para quienes lo padecen y sus familiares, pero el panorama actual es mucho más
alentador que el de años anteriores.

Las evidencias muestran que una detección y una intervención temprana y oportuna
produce un progreso a largo plazo en el niño. Esta puede ser una ayuda y apoyo para los
padres en el cuidado de su hijo. Desafortunadamente la detección del Autismo sigue siendo
más tardía de lo ideal.

Hay que estar muy atentos a los patrones de comportamiento que tienen los niños, en las
lecturas nos dicen que los movimientos repetitivos, balancearse, girar o aletear con las
manos, son señales de alarma. En ocasiones suelen realizar actividades que pueden
causarle o causarse daño, como morderse o golpearse la cabeza o desarrollan rutinas o
rituales específicos y se alteran con el mínimo cambio que se haga. Los autistas son
hipersensibles y en algunos casos presentan sensibilidad, es por eso que debemos estar
alertas.

Los niños autistas tienen el derecho a aprender, al igual que todas las personas. Sin
embargo, lo realizan de distintas maneras y con diversos limitantes, y eso es lo que todas
las personas deben entender y no solo hacer a un lado al niño con autismo, sino buscar los
mejores métodos de enseñanza, ya sean tecnológicos o particulares, que esto implique,
por medio de dinámicas, presentaciones y cuentos, entre otros, para lograr al maximo su
desarrollo integral.
BIBLIOGRAFÍA

Aguiar,G., Mainegra, D. y García O.2016. Diagnóstico en niños con trastornos del


espectro autista en su desarrollo en la comprensión textual. Cuba.

Frith, U. (2003). Autismo: Explicando el enigma (2ª ed.). Blackwell Publishing

González, M. (2015). Trastorno de espectro autista: una perspectiva pedagógica


dirigida al profesorado (tesis de maestría)

Riviére, Ángel. 2000. Desarrollo Normal y Autismo. Madrid

Santiago, F. 2019. El Trabajo Social y el Autismo (TEA) "Un enfoque en la Familia".

Vázquez, M. (2015). La atención educativa de los alumnos con trastorno del


espectro autista. México: Instituto de educación de Aguascalientes.

También podría gustarte