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ree oo | Poteet ve eC Las pasiones El libro del americano sobre ‘Terragni y la exposicion del holandés en Berlin clerran un clelo te6rico polarizada ‘entre la autonomia de la ‘disciplina’ y la realidad’ de los fenémenos urbanos. Oposiciones posmodernas Eisenman contra Koolhaas Pier Vittorio Aureli, Gabriele Mastriglt El afio que acabames de dejar da la impresién de haber sido uno de esos momentos que en el future podzemos Hamar ‘ée inflexiGn’, dicho ‘esto obviamente sin triunfalismo, pues se sabe ‘que os periodos de inflexisn, yade por st con- fusos y dolorasos, no siempre anuncian fases e intensidad creativa 0 al menos de produc cin interesante. Tal como nos ha ensetado el transcutso del tiempo, a un periodo de entu- sno (y Ia rma década en muchos aspec- tos ha sido para la arquitectura un periodo “ex- plosivo") sigue a menudo una etapa de enfiia- ‘miento, cuando no de desconciert. En todo caso, a intuicion (0 la sospecha) de que la arquitectura est atravesando un mo- ‘mento de inflexiGa hace referencia. a dos acon tecimientos de granaleance medistico que han visto la lz en las postrimerfus de 2003: una cexposicion, laprimera gran retrospectiva sobre el trabajo de Rem Koolhaas y OMA después de S,M,L,XL inaugurada en octubre en Berlin; ¥ un libro, @ mejor dicho, ‘el Ibro’ sobre Te- tragni en el cval Peter Eisenman llevaba tra- bajando desde hace euarents afos. Hitostebricos Ya sabemos que desée hace mis de sctenta sos la evelueicn del pensanienio aruitects- nico se apoyaen libros y exposiciones mis que ‘en obras de arqitecuraentendides como pro- _yeetos y constcucciones. Basia pensar en las “nicitivas del MoMA, que desde principio de pees ha impalsado esos grandes como La arguitectura de Ja ciudad de Aldo Rossi, Complefidad y contradiecién de Rober. Venturi, 0 Proyecto y wtopta de Maniredo Ta. furi, basta Hegar a $.M.L.XL de Koolhaas: i bros decisivos que, precisamente por el modo ‘cada vez mis refinado de elaborar una nueva forma de concebir la teora, han ofrecido ures hhorizontes conceptuales cada vezmésalejados de las posiblidades reales de Ia prictica de, proyecto (pese a que el centro de interés de ‘estos libros era la rlaci6n entre la ‘sciplina’ y la “realidad”), Por tanto, no es extraio que ‘yuelvan a ser un libro yuna exposiciGnos que {ndiquen esta nueva inflexfin, Por un lado te- nemos la exposicion (y el libro-catalogo que Ja acompana) ‘Content’, gigantesca moestra iinerante sobre los wkimos diez aftos de Ko- olaas, OMA y su més jov AMO; por otro lapublicaci rragni: Transformations, Decompositions, Critiques, editado por Monacelli Press. Se ‘ratade dos nueveshitos que, sinembargo, mis ‘que prefigurar una inflexién en una nueva di- reccidn, parecen indicar la conclusiéa de un ciclo, precisamente porque resumen y reavi= ‘van de un modo extremo los dos grandes temas ‘que han marcado los thimos cuarenta aos de Tahistozia dela arqutectura (ynosélodeésta): decir, la autonomfa de la disciplina y la realidad de los fenémenos wrbanos. ero para comprender a fondo estos dos ‘acontecimientos teéricos es preciso procurar no caer en la oposicidn que habitualmente se tha esiablecido entre estas dos palabras lave. En realidad, s6loen ciertos aspectos Koolhaas ¥ Bisenman representan dos posturas diame- ‘walmente opuestas, La diferencia entre ellos dad posmodema suele datarse a principios de la década de 1960 y consistiria en uma serie de \ueleos estéticos en Jos cuales las mociones. centrales dela primera vanguard (la libers- cin del tema, la textualdad de la obra y eo ‘nocimiento analitco de los amificios expres: ves) se revisaron bajo a Iuz “fra! de una acti tud més interesada en Ia reflexion sobre sf misma y centrada en el contexto social y cul~ tural que en los proyectos de reforms de dicho ‘contexto, Eusu fase inicial,lasensibilidad pos- ‘moderna puso fin a la oposicion entre reali smo y absiracei6n, entre forma y contenido, ccompromiso politica ¢ indiferencis idcoli ‘a, y se orients hacia una perspectiva concep tual en la cual estas antinomias se anulaban en. favor de una nueva conciencia en la que coe- xistian el reconocimiento del mundo real y la reafiemaciGn de los medios para expresar ese ‘mismo reconocimiento. Em eambio, en su fase de desarrollo, la posmodemnidad ha disociado estos ds términos hast transformarios en dos ‘suticas formas antagonists de elaboracion teériea —es decit, Ia autonomia y el reali. ‘mo, exaltando sus valores ideolOgicos: por una parte, Ia autonomfa signifieaba una acti ud de rechazo frente a la complejidad del ‘mundo real, mientras que laaperurshaci este ‘limo subrayaba su aceptacion incondicional En la arquitectura, esta dualidad ha sido pos teciormente paradiada por la eontraposicién centre un presuat historicismo y una presunta ‘supermoderidad, o entre un presunto ‘malismo y una presunta complejidad. De este modo, se hn hecho caso omiso de \ ai g:uadia, han quedado privadas de ua com do realmente cialéetico. Fa esta situa, las ppostunssrespetivas de Eisenman y Koolhaas esempefian —pese a la individual y la ‘eonsciencia de su obra— el papel de los dos polos opuesios (a atonomiay el realismo).¥ Se exponen una eiica post cada vez mis hhambricotade fSemulassimplificadras Posturas canéaicas Eisenman y Koolhaas debutaron casi al mismo tiempo en es0s papeles heterodoxos que en ‘cambio ahora el libco sobre Tearagni y 1 ex: posicién de erin instiucionalizan como pos- ‘urascanénicas del arqutecto contemporineo. En 1963, PeterD.Biseaman finaliz6 tess doctoral italada Fl flrndamento formal de ta ‘arquitectura moderna, ex \aque enalizab for ‘malmente tna serie de obras canGnicas de la farguitectura moderna: de Le Corbusier a ‘Wright, y de Schindler a'Terragni. En este tipo de investigacién con un formato sut generis (por entonces no exista el doctorado en reoria de la arquitectura),Fisenman invent6 algo que ‘scababa defniivamente con la fensién zene- ralizadora que habia alimentaco 1a ideolog del proyecto reformista de Ia primera moder- nidad. En exe ‘algo'—es decir, el proyecto de rquitectura como texo critico—, le moderi- dad era rescatada y posteriormente se frag~ ‘mentaba en una vastataxonomia formal, com: pletamente fertlizada porlos significados me- Giante los cuales se habia impuesto come instrumento de transformacién del mundo texistente. Asf pues, el fundamento formal de Eisenman era el proyecto para una transfor ‘macién que implosionaba sobre s{misma, in tensificando el lenguaje arguitectonico en su ‘eonerecin como ‘east’, como forma-objeto ‘significante’ en el momento en que anulaba su presencia como ‘significado’. En 1953, Remment Lucas Koolhaas co- nenzaba su precoz earera pesiodistica en el Haagse Post de La Hays como responsable de la scecin “Personas, animales y cosas’, en lx cual se ocuparia éc la arquitectuns s6lo oca- sionalments (dos aticulos ene 1964 y 1968: ‘uno sobre Le Corbusier, en el cual describia a los espectadores que esperaban una compare ‘cencia del ‘maestro’; elo, sobre el visions rio holandés Constant en el que manifestaba su sareéstico escepticismo com respecto & 1a ArquiteeturaViva93 11-12 2003 37 : vanguardia hippie de 08 afios sesenta, en la cual, paradgjicament, se situarian posterior- igenes cultures) En los primeros reporiajes de Koolhaas, al igual que en las textos exticos de se aprecia una tension que anima los suefios de ‘un cambio total, suetios que desembocarian al ‘poco en las proczas de la generucin del 68 (a Ja que Koolhaas pertenece por edad, aunque siempre se ha expresado de Forma eritica tes pecto a ella), pero que se dispersarian en la > Com hemmed 28 11-12 2003 ArquitecturaViva 93 produccién hipertfiea de detalles aparent mente no esenoiles que, previsamente en vir tud de su banalidad ¢ inmedi prefiguraban un auevo ¢ imponente orden na rrativo eapaz de resistir el desmoronamiento defintivode las ‘grandes narraciones’.Ambas posturas establecieron el Juto definitivo de Ia ‘modernidad arquitectinica, a le que la gene racion precedente (desde Kuhn al Team X, as ‘como Archigram y gran parte de los nostili- 08 de lo nuevo) no habia conseguid ni si- 2. expresiva, ‘quiera mellar en sus més profundas estrus ras ideol6giens y figurativas La aetitud posmodema de Eisenman y Koolhaas ha consistido justamente en trans formar la terquedad iebniea y normalizadora {1 Movimiento Modemo (fueron de los pacos que reconocieron en Mies una referencia im portante antes de que se pusiese de moda araiz el minimalismo reciente) en una compleja ‘méquina multifuncional, tan enciclopédica como célibe, un poco como esis méquinas in ventadas pot Martial Canterel y descritas por Raymond Roussel, donde la meticulosidad de Jos mecanismos y el supueste carieter prodi- oso de los efectos se corresponden con suex truordinaria, abstractay sil inutilida. Recientemente, este proyecto comin se ha ‘escenificado en el interior de dos controvert- dos sfmbolos de In modersidad: Ia Nene Na- tionalgalerie de Mies en Berlin, y el Terragni delaCasadel Fascio.en Come, En Berlin, toda Ia planta baja del edificio de Mies (retiradas Jas cortinas y, por tanto, completamente trans- parente desde y haciael exterior) quedaba ante todo ‘mmarcada’ por el gran letrero amaxillo con earacteres goteantes que rezaha ‘Content’, subiitulado "Rem Koolhaas OMA/AMO: & ficios, proyectos y conceptos desde 1996". En clinterior se acomodaba una descomunal can= tudad de maquetas de trabajo, de toda clase de escalas y materiales (muchas colocadas sobre Jas mismas cajas que las habfan transportado, © bien amontonaclas por el suelo), imigenes fotogrficas, textos explicativos, lemas, dibu- {0s,croquis ydiagramasimpresos enpapelque recubrian unos pancles bajos y exentos;y tam- bia libros, folletos, proyeeciones de video y ‘muestras de materiales que formaban un colo- ido mercadillo de instrumentos y fetiches del arguiteeto contemporsinen, Unas estadisticas y diagramas pretendian ‘demostrar que la estrategia de cambiar ls re- alas del juego compensa también en euanto a cedificios realizados, sobre tovdo gracias a la ceonfianza de los inversores de Extremo Orien- te. Tras haber cosechado pocos éxitos en EEUU, Koolhaas se ha voleado en el Irenéti- .c0 mercado inmobitirio chino. En fecto, el [puesto de honor entre las dos grandes panta Mas de marmol eorrespondia a la tore “circu Jar para la television pblica china (CCTV en Pekin: 230 metros de altura que se terminarén «[n 2008, uno de los logotipos més explotados de a rica mercadoteenia dela exposicign, Pese a ese raudal de maquetas de todas las las y materiales, lo abjetos més misierio- sos de la exposici6n eran precisamente las obras realzadas. La Gnica excepciGn “insti ional’ cra la nueva embajada de Jos Patses Bajos en Berlin pesentada con fotogratias “de avior’ de Candida Hofer en una zona apartada sen resumen, protegida con respecto al reco- ‘ido expositive, Por lo dems, los proyectos y las imvestigaciones se exhibfan de manera alusivae indinecta, en a Ifnea de a tpica 'so- 4quedad’ holandesa, que trata desesperada- mente de exaltar y sublimar el prosafsmo de Jos materiales més dispares: incluso los sofis- ticadisimos espacios para Prada haban que- ado reducidosa unas cuantas maquetas e'ra- bajo alsin irdinico maniquf coloreado; por su parte, en el extemo opuesto de Ja sala, una ‘muestra del cerramiento de la biblioteca de Seattle intentaba convencemnos de que el edi- ficionoesde poliestireno,comolamayor parte de las maquctasexpuestas. La gran eseala tas ‘ocurtencias urbanisticastodavialegiblesen los proyectos que inundaban S,M,L,XL han dado paso (con pocas excepeiones) a un exasperar do fetichisimo formal que anal el arguitect6nico y exalta el atractivo del bino- mio piel-silueta, de unos edificios-maniquies vestidos prét-dcporters6lo en apatiencia. ‘ods la exposicin era, de hecho, una in ‘mersiGn en el taller ‘interno’ de la Office for ‘Metropolitan Architecture en su composicién ‘mas reciente. Seis afios después de su funda- ‘in, AMO es todavia el hermano menor de la {familia Koolhaas, y las colaboraciones-conta ‘minaciones con Jos mundos del arte, la comu- nicaciin y los estudios sociales, culturales y ‘econdmmicos parecen mis bien intentos extre- ‘mos de ect humo a os ojos de enticos tadores, y proteger as! el corazén arquitects nico, cada vex mis enfermo, de la estrategia «de Koolhaas. Son como inyecciones de vene- ro con las que Koolhaas: Mirfdates se vacuna ‘contra ess pra de dontidad y do categoria ue la inestabilidad creciente del mercado y sus reglas impone al arquiteeto. En eambio, la obra de Eisenman es la eon- secueiin de una aventura que seremonta a sus studios con Colin Rowe, que se ha desplega ddo mediante numerosos ensayos y arfeulos, y {que ahora adopt Is forma de un volurnen de- Nae Noms de Bel obj dr oebagete Ca ‘masiado anunciado como para no suscitar al ‘menos ciera desilusin, Publicado por el més solisticado de los editoes de arquitectura nor teamerieanos (aquel Gianfranco Monacellt aque se estiené en 1994 con la reedicion det agotado Delirious New York, y seeonsagt6 un atio mis tarde con el superventas §,M,LXL), el libro de Eisenman estaba ya “eondenado’ a la categoris de acomtecimienio editorial. En su interior, una minuciosa y obsesiva Secuencia de diagramas axonoméricos a Hnea en rojo y ArquitecturaViva 93 11-12 2003 39 negro descomponen la articulacign formal de la fachadas de las dos obras de Terragai sobre Jas que siempre se he centrado Ia atencién de Eisenman: la Casa del Fascio y la casa Git: liani-Frigerio. Ambas dan cuerpo a las dos pa labras clave de la arquitestura posmoderna: ‘ransformacién y descomposictén. La prime ‘representa un proceso de srumsformacion 3 través del cual la simbologfa tradicional del pralazzo se disuelve en wna rultitud de recur 0s auténomos de los que surge, precisamen- teen virtd de su compresin dentro del volu- men iedstico de dicho palazzo, la imesoluble dad las formas de una posible rtica (2qué otra ‘cosa poxtria estar més alejada de las fo sas y abstractas de Ia Casa del Fascio, vistas desde el contexto cultural de Estados Unidos 4 principios de 1960 y en relac tual?), Pero las modalidades de esta ext prestan muchisima atencién aa verosimit ertica del momento. Desde el principio. Bi senman presenta sv trabajo sobre un fondo bien caleulado que registra a tempo las modas culturales: primero el estructuralismo y la lin~ gUfstica de Chomsky, luego el post-estractu~ incongruencia con espectoal conjunto. Lass» -gunda consttuye la descompasicién de loses- tilemas modernos en ls forma de un fexto en cl cual literalmenteflotan a la deriva las mo- dalidades formales de Ia epariencia moderna. Ls idea central que propone el libro esta de ‘unaarticulacin del enguaje arguitectonicoen forma de texto ertieo, uno idea ala que mu: «bo han aribuido en el pasado la influencia 4 Barthes Bn realidad, a evolucign del texto critico de Eisenman es paralela a ese momen- to de tramscidn entre el estructuralismo y el Post-estructuralismo en el que los «deliios iemtficos» de Barthes fueron ransformados, escompuestos yeriticados porlos estudios de 2s entonces debutantes Derrida y Deleuze, cuyes vulgatas han determinado después, para bicn o para mal la producciGn terica dela ar- quitectura en las hima décadas Puestos en escena por enésima vez dentro de es0s dos controvertidossfmbolos de la mo- sdemidad que son la Neue Nationalgalere y la Casa del Fasco, los proyectos de Koolhaas y Eisenman rechazan una vez mis el enfrenta- ‘lento entre la cutonoméa y ls realidad en ta ruitectura, Pero si rebuscamos en la profun- idad conceptual de estos dos acontecimien- 40s, nos percatamos muy pronto de que, pese a la exageraciOn de las apariencias, subsiste tuna identidad de fondo. Eisenman parece haber elegido una postura critica frente ala so- ‘dad sin econoceraésta,uparemtemente, sus ‘ropios eédigos expresives y buscando en un. texto concepiualmentealejado de dicha socie- 40 11-12 2008 ArquiteturaViva 93 ralismo de Derrida y Deleuze, pasando por la post-eritica de Somol y Kwinter, después de haber sgotado el formalismo de Rowe y luego 4a alianza con Taturi (a quien parece retomnar hoy, mientras abandona a su destino a los di- sitalistes), Cuando se perfila una situacién po- Iitica cada vez mas dificil © indudablemente alejada del entusi ‘que habia digital el la Casa: gidoel presivos de ‘oponerie la 1 nima frieci6n cultural. Pero es justamente esta aceptacién sin reserves lo que onstituye su carécter absolut, progresva y paradéjicam las modas culturales, precisamence porque se anulan en su adhesin plena ala lgica misina de la moda: cambiar siempre. ALigual que Ei- seman, Koolhaas se ha humedecido el dedo para saber de dinde sopla ferencia de Eisenman (que siempre ha dis ‘mulado esta realidad tras la supuesta capaci dad que tiene la arquitectura de ser autdnoma), Koolhaas ha escogido el cambio impuesto por a moda corn como antidoto contra la temida obsolescencia de los modelos arquitectnicos (véase al es- ‘ecto el paradjico aunque irSnico intento de definr, en una seccin dela exposicién, a pa- reme de sus estrategias y reivindicar con ello su ‘elernidad’), y como método y materia prima no condicionada més que por su brutal Yelocidad para producime y consumirse Mis alld de esta diferencia que alimenta desde siempre los estereotipos del tipo ‘auto- noma contra populismo’, “resistencia contra ‘mods’, “buenos contra malos’ (Jependiendo de que Ta aceptacidn del sraru quo esté ono en boga), lo que aiina a Eisenman y Koolhaas es Por una parte, que se dispersan en la multpli- Cidad, bien sea de referencias teéricas ode re forencias @ la realidad; y por otra, que const ‘man esta dispersidn en gestos ieénicos y mo humentales, El concepto de multiplicidad al 4que sin duda han recurrido ambos es rechaza- 469 por ellos no s6lo apetand la fuerza libe- adore de esta palabra mégica, sino mostran- do su eventual eardcter negativo (sustrayén- ose asi a los diversos simbolismos vacuos que, en carbo, sus seguidores han producido copiando mal sus plantesmientos). Por tanto, se trata de una multiplicidad entendida como expresién terminal de la aspiracién a lo nuevo ‘om estéica del progreso,reduciendoeste tl- timo a un espectro hondamenteiesnico. As pues, el proyecto posmodeme de EF sada vez mas inmume a todas viento, Pero adi intro declarado de su trabajo, senman y Koolhaas va agotindose en el for- mato del comentario, que no es més que lare= duccidn de la arquitectura al valor de su con tenido, un valor ieGnico y metafSrico que se remite siempre aalgo.ajeno, unareduccign que libera ala arguitecturu de s{ misma, que con- sume sus propias referencias y que hace cada vez mas incomprensibles sus fines. Fuerza retrospectiva Resta signficativo que lo que han compat- tido Eisenman y Koolhaas surja con toda su foerva retrospectiva en el mismo momento, casi para sancionarsu ennsecucién no yacomo clenésimo cambio de estaci6n, sino como un autntico fenémeno histérico. Fisenman publiea un libro que en Ia prc- ticallevaamunciando easicuarentaafos logue ba hecho que la virtuaidad del propio libro se ‘raya convertido ene objeto mismo de la obra. ‘Ahora! libro sobre Terragni ha cristalizado el.

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