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El Club De La Rosa

Members Only 04: RX for a Dom

Sólo Miembros 04: RX para un Dom

Ann Jacobs
El Club De La Rosa

Ann Jacobs – RX para un Dom

Advertencia:

Este archivo es un libro que contiene escenas de sexo explícito y lenguaje

para adultos, que algunos podrían considerar ofensivo y que no es apropiado

para un público joven. Changeling Press EBooksare vende exclusivamente para

adultos, solamente, según lo definido por las leyes del país donde haya

realizado su compra. Por favor, guarde sus archivos con prudencia, donde no

puedan acceder los lectores menores de edad.

Acerca del Autor

Ann Jacobs, cuyos pseudónimos son también Ann

Josephson y Sara Jarrod, es una autora de romance erótico

con lujuriosos héroes Alfa y finales felices. El romance

erótico, para ella, es la combinación perfecta de sexo y

sensualidad, la implicación emocional profunda y el

permanente compromiso de las fantasías de las mujeres que con frecuencia son

difíciles de alcanzar.

Publicó por primera vez en 1996, a partir de ahí Jacobs ha vendido más de

cincuenta libros y novelas. Actualmente está nominada para el Romantic Times

por su excelencia en el romance erótico. Tres de sus libros han sido traducidos y

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María SoLo
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vendidos en varios países europeos.

Es una ex gerente financiera que ahora escribe a tiempo completo, con la

ayuda de Mr. Blue, el gato de la familia que a veces gusta posar en lo alto de la

silla del escritorio para expresar su sabio consejo. Le encanta escuchar a sus

lectores.

Argumento:

El caliente y atractivo ranchero Trace Williams es todo lo que la fiscal en

ciernes Elle Drake quiere de una pareja de por vida, salvo por que es

condenadamente agradable. Y agradable no es suficiente en la cama, porque

Elle es una sumisa sexual que necesita un amante para controlarla... totalmente.

Ella puede hacerlo sin látigos y sin las escenas en Sólo Miembros. Ha

visto a Trace llevarla hasta su culminación y exigir su rendición sexual… sólo

una vez.

La misión de Elle : sacar fuera la bestia dentro de él.

¿La de él? : Domar a su potrilla y mostrarle que ella no necesita corpiños

de cuero y escenas públicas para saber que le pertenece a él y sólo a él.

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Prólogo
Maldita sea, Elle. ¿Qué demonios te pasa? Cualquier otra mujer mataría por

tener a Trace pidiéndole matrimonio.

Una gran parte de ella deseaba decir que sí. Trace Williams tenía todo lo

que una mujer podría pedir en un hombre. Inteligente, divertido, y guapísimo.

Ambos amaban las películas cómicas y los largos paseos a lo largo del arroyo en

su rancho. Incluso compartían su amor por el baile en línea1 y las Shiner Bock2

heladas. No era como si el hombre fuera un vaquero vagabundo. Tenía un MBA

de Harvard y era tan rico como Creso. A Elle le encantaba estar cerca de él,

agradecía la manera en que encajaba en los círculos en los que ella se movía a

causa de su trabajo. Así que ¿por qué seguía poniendo obstáculos a la hora de

aceptar su anillo?

Idiota. Es porque lo que quieres es un collar.

Elle Drake se paró fuera de la puerta de Sólo Miembros, atraída por la

promesa de un encuentro caliente con uno o más de los Doms enmascarados y

sin nombre del club encargado de satisfacer las necesidades de las subs que aún

no habían salido del armario como ella. Pero vaciló. Había algo sórdido en

1
baile en línea: es un baile coreografiado con una secuencia repetida de pasos en
la que un grupo de personas que bailan en una o más líneas o filas sin tener en
cuenta el sexo de las personas.
2
Shiner Bock: una marca de cerveza tejana.

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satisfacer sus necesidades sexuales aquí en el club cuando acaba de decirle a

Trace qué pensaría seriamente en su propuesta.

No es que le preocupara que él se enterara de su visita al club de BDSM

del que había sido miembro por varios años. El lema del club sonó en sus oídos.

Lo que pasa aquí se queda aquí. No tenía ninguna duda de que esto era cierto,

porque los influyentes miembros del club tomaban muy en serio ese voto. Aún

así...

Su madre siempre le había enseñado que la palabra de uno era sagrada,

que faltar a ella era uno de los peores pecados que se podía cometer. Se

preguntaba, si bajar para masturbar chupando a un desconocido constituía una

violación de esa semi-promesa que había hecho a Trace antes de levantarse de

su cama y venir aquí.

Su conciencia siseó un "sí" en voz alta. No era culpa de Trace no

satisfacerla en la cama. Ella jamás le había dicho que ella era una sumisa sexual,

capaz de llegar sólo si su pareja o parejas aplicaban una cierta cantidad de

fuerza y perversión.

Pero su cuerpo gritó "no." Su coño ansiaba el tipo de satisfacción que no

había conseguido esta noche con Trace, la caliente y salvaje satisfacción que

sabía que le esperaba cuando entrara en las cámaras privadas de Sólo

Miembros.

De alguna manera sacó fuerzas para tomar con su mano el pomo de latón

pulido de la puerta y caminó de regreso a su coche. Su corazón anheló un amigo

y amante, y Trace encajaba prácticamente en todos los sentidos. Ella no podía

imaginarse a cualquiera de los Doms enmascarados del club pudiendo

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satisfacer cualquier necesidad, a excepción de su obsesión por ser dominada

durante el sexo, aunque lo intentaran.

Elle deseaba un Dom, pero no sólo para participar en el juego BDSM del

club. ¿Cómo diablos podría decirle a Trace que si quería satisfacerla

sexualmente, tendría que dominarla, empujarla más allá de las inhibiciones

acumuladas desde que era una niña en las rodillas de su remilgada madre,

escuchando historias acerca de que las niñas buenas no debían disfrutar del

sexo?.

Ella nunca había olvidado los argumentos de su madre, su precioso

padre gritándole a su madre, diciendo cosas terribles de ella por querer buen

sexo y culpándola de sus fracasos con las inversiones y de su amor por el

whisky escocés de malta porque su madre no le daba amor en casa. Algunas

veces por la noche cuando dormía Elle, la respuesta habitual de su madre, "Vete

de putas. Sólo ellas pueden disfrutar de tu manoseo ", resonaba en sus oídos con

tanta claridad como lo había hecho cuando tenía seis años de edad y temblaba

en la escalera y era testigo del odio que con frecuencia había estallado entre las

dos personas más importantes en su vida .

Su padre era el hombre más importante en la tierra. Su héroe. La fantasía

infantil de Elle había sido que si su madre le hubiera besado apartando la ira y

sometiéndose a sus deseos, sus vidas habrían sido distintas Tal vez era eso lo

que la llevaba a querer a un hombre dominante en su propia vida.

***
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Trace estaba razonablemente seguro que Elle lo amaba. Pero parecía, sin

embargo, que no le gustaba mucho hacer el amor con él y eso dolía. Él sacudió

su cerebro, analizando su técnica para encontrar cualquier defecto que pudiera

haber dejado fría a Elle. ¿Exceso de charla romántica? ¿No la suficiente? Tal vez

él no había descubierto los tipos de juegos previos que la pusieran del revés,

sino los que la relajaban. O... tal vez no era demasiado peligroso. Él se había

tomado la molestia de ser suave, de tratarla como el buen amante que era.

Sabía desde el principio que había crecido sin un padre, y ella había

mencionado un par de veces cuando empezaron a salir que antes de que él

muriera, él y su madre habían discutido todo el tiempo y en ocasiones habían

llegado a los golpes. Pretendiéndolo o no, Elle le había dado la impresión de

que la idea de tener una relación sexual era un poco incómoda debido a esos

recuerdos de la infancia. Pero ella nunca había mostrado ningún temor cuando

hacían el amor.

Perplejo, Trace se quedó en la cama, mirando las estrellas a través de la

claraboya que daba a la habitación una sensación de espacio abierto. El

persistente olor a almizcle femenino de Elle y su sexy-como-el infierno perfume

francés se arremolinaba a su alrededor. Si tuviera un poco de sentido común la

dejaría y encontraría una mujer que diera la bienvenida a su polla tanto como a

su compañía.

Pero la bella dama abogada había excavado bajo su piel, arruinándolo

para otras mujeres. Tal vez...

Imaginando cuánto mejor sería la vida si Elle estaba con él, se levantó,

caminó hasta la ventana y miró hacia fuera hacia los establos de caballos.

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Prácticamente podía sentir el calor de su pequeño cuerpo curvilíneo a ras contra

él, con la mano en su cadera. Habían observado la plateada luna brillando a

través de la claraboya encima de su cama, y él había disfrutado viendo sus

suaves rizos oscuros brillar con el reflejo de la luz. Él había estado esperando

disfrutar del resplandor, de la cercanía que los amantes especiales a menudo

compartían.

Pero Elle, obviamente, no había querido acurrucarse en el pensamiento.

"Me tengo que ir a casa", le había dicho prácticamente al momento y había

rodado de su lado, resistiéndose a su esfuerzo por mantenerla cerca. Entonces

ella se vistió, dejó caer un beso casual en sus labios, y le dijo que pensaría en su

propuesta. La forma en que prácticamente había corrido hacia la puerta como si

los perros del infierno la persiguieran habría sido divertido si no hubiera sido

tan embarazoso. ¿Podría ser que Elle no tuviera demasiado apetito sexual? Eso

no parecía probable, ya que nunca se había negado cuando él iniciaba el acto

sexual. Realmente no entendía lo que ocurría.

¿Qué demonios había salido mal? Trace se quedó allí mirando por la

ventana, pensando en las veces que él y Elle habían hecho el amor durante los

últimos seis meses, tratando de recordar si sabía a ciencia cierta que ella había

llegado al clímax.

Capítulo Uno
La noche siguiente...

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-¿Tú quieres casarte con una mujer a la que no le gusta tener relaciones

sexuales contigo? - el cuñado de Trace, Josh Gerard, le lanzó una mirada que

decía ¿Qué clase de imbécil eres, de todos modos? tan fuerte como si hubiera

dicho las palabras en voz alta.

-Ahora, Josh, hay una cosa llamada amor - Nancy, la hermana mayor de

Trace, había sido siempre una firme creyente del mítico felices para siempre.

También era la que había presentado a Trace a Elle, una socia de la firma legal

de Josh, hacía más de un año. En ese momento ella no ocultó el hecho de que

pensaba que los dos harían una pareja perfecta. La expresión de Nancy pasó de

burlarse a grave cuando se volvió de nuevo hacia Trace.

-¿Qué te hace pensar que a Elle no le gusta el sexo? ¿Crees que ella es

frígida o algo así?

Trace no lo creía, pero la pregunta hizo a Trace querer retorcerse.

Detestaba la disección de su vida sexual delante de su hermana, aún más,

se sentía incómodo escupiendo fuera sus preocupaciones frente a Josh. Nancy y

Josh siempre le habían parecido la pareja ideal, todavía más en el último par de

años, cuando parecía que habían hecho algo distinto, algo que parecía poner

una especie de emoción de recién casados de nuevo en sus doce años de

matrimonio.

Aún así, Trace adoraba a Elle. Si tan sólo pudiera entrar en su bonita

mente trampa de acero y averiguar qué era lo que tenía que hacer para lanzar

fuegos artificiales en su cama.

-Ella no... bueno, no lo expresó de esta manera. Anoche me pareció al

hacer el amor que fue muy bueno, demonios, yo nunca he recibido ninguna

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queja sobre mi técnica. Ni siquiera de Elle. Pero ella saltó de la cama como si

hubiera sido picada por abejas y se fue. No me imagino que fuera porque tenía

que madrugar para trabajar en el juzgado hoy.

Josh rió.

-Tienes razón en eso. Elle no tenía hoy una comparecencia ante el

tribunal temprano. Ella casi nunca hace las cargas de la prueba, excepto para

sentarse en segunda línea cuando tengo un cliente antipático y un jurado

formado en su mayoría por hombres. Durante el último mes ella ha estado

preparando informes y deponiendo a los testigos de uno de mis grandes casos.

Además, llamó diciendo que estaba enferma hoy.

-¡Oh! - Así que fue como Trace había pensado. Elle simplemente no había

querido quedarse. Pero sus últimas palabras habían sido qué pensaría sobre la

propuesta de Trace. Eso le daba una pizca de esperanza - ¿Qué demonios?

Nancy puso una mano en su antebrazo, en un toque muy similar a los

que había visto a su hermana impartir a sus hijos cuando se pelaban sus rodillas

o tenían un mal día en la escuela.

-Tal vez eres demasiado agradable. A algunas mujeres les gusta... un

amante que las lleve al límite. ¿No es cierto, cariño? - Josh disparó una mirada a

Nancy que la hizo retorcerse de forma tan evidente que ni siquiera su hermano

pudo dejar de notarlo.

-Quizás. Sabes, creo que he visto a Elle en el vestuario de... - Nancy miró

a Josh con expresión vacilante.

Josh sonrió - Apuesto a que tienes razón. ¿Trace, se te ha ocurrido que

Elle... que ella podría necesitar un empujoncito?

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-¿Qué?

-Podrías tomar algún juego de rol para calentarla. Algunos juegos

previos imaginativos.

Vaciló, como si no estuviera seguro de que Trace comprendiera lo que

quería decir.

-Ya sabes, unas esposas. Vendar los ojos. Tal vez incluso un azote o la

mordedura de una de tus fustas - Josh disparó una mirada a Nancy claramente

pidiéndole ayuda.

-Por ejemplo, atarla y embromarla hasta que ella esté tan caliente que te

suplique que hagas el amor con ella - Nancy sugirió con una descarada sonrisa.

La polla de Trace se crispó cuando se imaginó dominando a Elle de esa

manera, pero se encogió ante el pensamiento de lo que haría con él cuando la

soltara.

-¿Quieres que muera joven, hermana?

-Yo quiero que seas feliz.

Entonces Nancy se detuvo, Trace se preguntó si esta conversación la

avergonzaba la mitad de lo que le estaba humillando a él.

-Eres un encanto, tal vez demasiado. A muchas mujeres les gusta un

hombre que sea contundente en la cama. Confía en mí.

Más tarde, cuando Trace se levantó para irse, Josh lo siguió hasta su

coche.

-Lo que Nancy estaba tratando de decirte, amigo, es que estamos

bastante seguros de que Elle es una sumisa sexual. Ella está en el bondage, en el

núcleo duro y la disciplina.

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***
Por el camino a su casa desde la casa de Nancy y de Josh, Trace

reflexionó sobre lo que habían dicho. Elle, ¿una sumisa sexual? Seguro. Si él

intentara dominarla, lo más probable era que le cortara los cojones.

Bueno, quizá no, pensó al recordar la única vez que habían llegado

después de un paseo por el rancho y lo habían hecho en una cuadra vacía, con

ella colgando de la madera de la pared áspera, con las piernas atrapadas en los

pantalones vaqueros ajustados que él había deslizado por debajo de sus

rodillas. Su apretado coño había estado mojado e hinchado y ella había gemido

de placer más duro y más rápido que ninguna otra vez de las que habían

follado.

De hecho, esa fue la única vez que podía recordar que el orgasmo de Elle

había sido real.

Sí, tal vez él le daría una oportunidad a la sugerencia de su hermana.

Abrió la puerta y entró a su casa vacía, imaginándola allí, saludándolo con una

sonrisa sumisa. Lo único que podía perder era a Elle, y parecía que ya había

estado haciendo un trabajo decente, jugando al Sr. Buen Tipo. Se dirigió a su

despacho y encendió el ordenador.

Dominación y sumisión. Trace dudó un minuto antes de pulsar "Enter" y

esperar a que Google le mostrara algunos sitios posibles. El primero de ellos en

el que hizo clic ofrecía una interesante variedad de lo que parecían ser

instrumentos medievales de tortura y algunas fotos de chicas en diversos

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grados de desnudez, que estaban atadas y parecían estar disfrutando de lo que

Trace definiría como abusos graves.

Obviamente eso no era algo que quisiera hacer con nadie, mucho menos

a la mujer que amaba. Sacudió la cabeza e intentó otro sitio. Y otro. ¿Qué

demonios? Tenía problemas para creer que nadie en su sano juicio disfrutara

infligiendo dolor grave en su pareja - o que cualquier mujer podría desear ser

herida. Entonces encontró una página web donde algunos Dom hablaban de la

psicología y del por qué algunas personas son Dominantes y otras sumisas. Le

mandaba a una página de MySpace llamada RxforaDom, donde una mujer

anónima había hablado de lo que necesitaba de su amante.

Trace hizo clic en el enlace.

Esto era más lo que él estaba buscando. Sobre un fondo de aspecto

típicamente femenino que incluía corazones y flores había un mensaje. Uno que

tenía más sentido para Trace lo que los sitios incondicionales del BDSM no

tenía. Puedo lidiar con esto, pensó, releyendo lo que la mujer llamada "dulce

sub" había escrito:

Toda mi vida he tenido que dirigir, pero en el sexo necesito un líder. Necesito a

mi hombre para tomar el control, para hacerme encontrar el placer que siempre me

enseñaron que estaba mal. Quiero un Dom que entienda lo que necesito y sepa lo

necesario para provocarme junto con un Dom que me ame y que me quiera dar placer.

Un Dom gentil que bese suavemente los moretones de su látigo, que me apoye a

la luz del día, así como durante las largas noches en su cama. Quiero un hombre que me

ame y cumpla con cada una de mis fantasías.

Un hombre fuerte. Un líder.

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Un amante en el que pueda apoyarme, contar con él, no sólo por una noche, sino

por todo el tiempo.

¿Podría Trace ser todo eso para Elle? Nunca había pensado que ella

pudiera tener inhibiciones profundamente arraigadas que un amante gentil no

pudiera barrer. Pero las palabras de "dulce sub" le hacían preguntarse si sólo tal

vez Elle encontraría lo suficiente atractiva una suave dominación.

Ciertamente odiaría tener que recurrir a las malditas argollas y cruces

ajustables y otros muchos dispositivos de tortura física que había visto durante

su breve investigación. Él lo haría, sin embargo, si tuviera que hacerlo.

Amaba a Elle jodidamente mucho para dejarla ir sin luchar.

Capítulo Dos
No era como si ella no amara a Trace, porque lo hacía, con cada latido de

su corazón. Ciertamente, no era como si no fuera un tío caliente, porque el

robusto ranchero era como poco, el amante de pelo negro y ojos castaños que

había conjurado en la mejor de sus fantasías nocturnas. Si solamente él no

guardara el látigo de cuero gastado y engrasado que tenía enrollado

cuidadosamente en la cabeza de la silla y lo utilizara con ella para suavizarla

como a las vaquillas recalcitrantes. Ella preferiría que lo usara para recordarle

que era su jefe.

A excepción de aquella vez que...

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No es que él realmente hubiera usado ese látigo sobre ella. O incluso que

lo hubiera mencionado. Él no lo había necesitado.

Habían llegado de un paseo a lo largo del arroyo que corría a través de

una sección pintoresca de su propiedad, y lo único que había hecho fue

sugerirle con la más leve insinuación de exigencia, y con una significativa

mirada hacia la pared de madera áspera del establo vacío donde él la había

llevado, su ardiente mirada aburrida recorriendo su cuerpo mientras ella se

quitaba los vaqueros hasta las rodillas y se quedó allí sujetando la pared,

esperando...

Ella no había tenido que esperar mucho tiempo. Su aliento había sido

caliente, las manos ásperas por su trabajo la tocaron mientras él la colocaba, su

voz deliciosamente ronca mientras le dijo exactamente lo que se proponía hacer.

Te voy a follar hasta que grites como una yegua cuando está tomando a Diablo.

Y él lo hizo. Por primera vez fuera de Sólo Miembros, Elle había llegado. Sin

juguetes. Sin una escena pervertida o dos Doms calientes. Sin nada más que ella

y Trace y su caballo favorito, un gran semental negro que había visto y

escuchado como ella se había calentado mientras buscaba y encontraba su

punto máximo. Ella supuso que fue una especie de perversión, el voyerismo tan

real como si el voyeur hubiera sido humano, aceptando en cada golpe, cada

parada, sus cuerpos relucientes esforzándose mientras se corrían a placer.

Ella frotó un consolador grueso de silicona púrpura - un maldito pobre

sustituto de la polla ansiosa de un Dom - a lo largo de su coño hinchado.

Tratando de concentrarse en la sensación y dejando de lado sus sentimientos

confusos, fingió que estaba en Sólo miembros cogiendo con uno de los

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Dominantes enmascarados que habían pasado de la primera base para sacarla

en una noche de diversión y juegos. Eso no funcionó. Trace estaba en su mente.

Fue su polla larga y gruesa la que imaginó entrando en ella, forzándola a

extender la mano y asir esas sensaciones de calor que su cuerpo no estaba

dispuesto a desatar por su cuenta.

Joder, ¿por qué había tenido que ir a enamorarse? ¿Y por qué no podía

haber escogido un Dom que hiciera desaparecer sus inhibiciones de muchacha

tímida que le impedían disfrutar del sexo vainilla?

Elle tenía la sensación de que sabía la respuesta.

Los Doms enmascarados que la hacían correrse muchas veces la

obligaban a cumplir sus fantasías secretas. Fantasías tan oscuras, tan fuera de la

esfera de su realidad que no se atrevía susurrar a la luz del día, ni siquiera al

hombre que amaba y con el que estaba considerando casarse.

Trace era real, no una pareja sin rostro. Un hombre de su mundo real al

que podía amar a la luz del día, sin vergüenza y sin necesidad de mantener el

secreto. Frotando el consolador lentamente a lo largo de su clítoris, imaginó que

era él, su toque delicado y reverente y no duro y exigente como los de los Doms

eran a menudo.

Resbaladizas y ardientes lágrimas se deslizaron por sus mejillas, porque

una gran parte de ella quería todo lo que Trace le estaba ofreciendo.

No sería justo, mentir en sus brazos por la noche simulando estar

satisfecha cuando su coño seguía palpitando por más que su dulce vainilla

amorosa. Y Elle no podía imaginarse a sí misma gritando, exigiéndole que la

follara sucio y la jodiera hasta correrse. Si había algo que su madre le había

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enseñado, era que las damas no juraban ni gritaban. Por supuesto, mamá

tendría un derrame si alguna vez descubría que Elle había aprendido sus

lecciones acerca de lo que hacen las buenas chicas un poco demasiado bien, y

que había tenido que recurrir a tomar parejas temporales en Sólo miembros que

estuvieran dispuestas y fueran capaces de hacerle olvidar su pasado para que

perdiera la reserva propia de una dama, a favor de las sensaciones de éxtasis

que sólo había imaginado. Sensaciones que nunca experimentaría de nuevo si

ella cedía a sus deseos más profundos y aceptaba convertirse en la esposa de

Trace.

A menos que...

A menos que ella se lo contara.

***
Trace nunca antes había renunciado a nada de lo que realmente quería, y

él no estaba dispuesto a hacerlo ahora. Mientras conducía por la autopista, tomó

su teléfono móvil y marcó el número de Elle rápidamente.

Esta vez no escucharía un no por respuesta. Con solo escuchar su suave

"hola" después del segundo timbre consiguió una erección. Trató de mantener

su voz severa, segura.

-Te recogeré en diez minutos. Pasarás está noche conmigo, y no te

escaparás corriendo.

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-Está bien.

Que ella no discutiera lo sorprendió, pero él no iba a quejarse.

-Ponte algo sexy - dijo antes de colgar y maniobrar hacia el carril de la

derecha.

***

Capítulo Tres

¿Sexy? Ella le demostraría lo que era ser sexy. Revolviendo en la bolsa

que llevaba a Sólo Miembros, Elle tomó un tanga de encaje negro y un corpiño

de cuero con cordones.

Maldita sea.

Cómo atar los cordones de la cosa en la parte posterior sin ningún tipo de

ayuda fue una tarea difícil, pero se las arregló. Tomando una buena mirada en

el espejo de cuerpo entero, se arregló el cabello y frunció el ceño.

Maquillaje.

Ella necesitaba maquillaje si quería volar la mente de Trace. Más que el

que se aplicaba cuando iba a trabajar y en sus citas frecuentes. Entró en el cuarto

de baño y sacó las pinturas de guerra - delineador negro, rímel, sombra de ojos

brillante, lápiz labial de color rosa pálido y colorete rosa. No había tiempo para

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base o corrector. Con mano temblorosa, aplicó la imagen que había adoptado

para sus visitas al club. Tacones de aguja negros y un abrigo de color caqui y

estaba lista. Lista para jugar a que Trace la aceptaba perversa y la deseaba de

todos modos... tal vez incluso quería unirse a ella en los juegos sexuales que

necesitaba para hacerla gozar.

Tembló de miedo y un montón de excitación sexual cuando caminó hacia

la puerta para dejarlo entrar.

-Adelante - dijo ella, sonriéndole mientras sostenía la parte delantera de

la gabardina cerrada para ocultar lo que tenía en debajo de ella.

Antes de que pudiera llegar de puntillas para darle un beso, él le tomó la

boca.

A diferencia de sus habituales saludos casuales, éste exigió la aceleración

del pulso y su ritmo cardíaco latió como un martillo neumático dejándola sin

respiración mientras él forzaba la lengua entre sus labios y la arrastró con

fuerza contra su cuerpo. Él utilizó sus manos para amasar su trasero y movió

sus caderas contra las suyas, como si pretendiera follarla en ese momento.

Cuando por fin la soltó, ella dio un paso atrás y le miró a los ojos.

Él no se inmutó.

-Vamos. ¿Hiciste las maletas?

-No - ¿Dónde iba él con esta desconocida pose machista?

Él cogió su codo y prácticamente la arrastró hasta el dormitorio, algo que

nunca había hecho antes.

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-Coge unos vaqueros y una camisa, y que uno de tus abogados trabaje

por ti el lunes. Deprisa - Él le dio una fuerte palmada en el trasero que hizo que

sus jugos empezaran a fluir y sus pezones cosquillearan.

Este no era el Trace que ella conocía y amaba, pero no estaba dispuesta a

cuestionar el cambio. El aire en su dormitorio se sintió cargado, y su piel se

estremeció ante la posibilidad de que algo hubiera sucedido. Obviamente algo

había barrido su antigua traza vainilla y lo reemplazó con alguien que mostraba

todos los síntomas de ser un Dom.

Corriendo, ella arrojó los elementos que él mencionó en una maleta,

además de algo de ropa interior y un par de pares de zapatos, dándose cuenta

de que le proponía no sólo pasar la noche sino todo el fin de semana.

-Está bien, estoy lista - dijo ella, su voz no del todo firme mientras dejaba

caer la tapa de la maleta de fin de semana con un ruido sordo.

Él la agarró por los hombros y la besó, duro, su lengua forzando sus

labios para abrirse y dejarle entrar ¿Era su imaginación, o él la presionó con más

fuerza de lo que jamás había hecho contra su erección palpitante? ¿Estaba él

insistiendo en hacerle presente que su deseo parecía más fuerte que nunca? Su

coño se estremeció con anticipación. Su corazón latió más rápido, y si no

hubiera sido tan evidente la intención de él de controlar la escena, habría

sugerido que se quedaran aquí.

Todo lo que pudo hacer fue jadear cuando él la dejó ir.

-Mantén ese pensamiento, cariño. Nos vamos ahora para el rancho - Su

voz sonó más profunda, más ronca de lo habitual, su respiración dura cuando

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rompió su abrazo – Vamos - Cogió su maleta, le tomó la mano, y prácticamente

la arrastró por la puerta de su apartamento del West End.

***

La suave brisa de la noche acarició sus muslos desnudos debajo de la

gabardina. El sonido de castañuelas y guitarras flotó sobre ellos cuando Trace la

condujo por el restaurante Tex-Mex que estaba en la calle de su apartamento. El

calor de su mano en su cintura la excitó mientras ella miró la erección

presionando insistentemente en los ajustados pantalones vaqueros que llevaba.

Dios, sino era una preciosidad, y esta noche él proyectaba una cruda sexualidad

que nunca había notado antes. Por todas partes sus cuerpos se tocaban y ella se

estremecía con anticipación.

-Entra - dijo mientras abría la puerta del copiloto de su Jaguar y la guió

hacia abajo sobre el asiento de cuero suave. Más rápido de lo que jamás le había

visto moverse, rodeó el coche y se sentó al volante. Se volvió arrancando el

coche y el motor poderoso ronroneó a la vida, su sonido casi tan excitante como

la cercanía que compartían, sentados cadera a cadera, su mano sobre la palanca

de cambios a escasos centímetros de su muslo.

Trace exudaba confianza, competencia, todo lo que ella siempre había

buscado en una pareja para toda la vida. Todo lo que su padre no había sido

antes de que ahogara las decepciones de su vida en el Johnny Walker Red,

dejándola a ella y a su madre en situación de pobreza cuando tenía sólo trece

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años. Esta noche Trace proyectaba dominación, también, de forma posesiva él

puso su mano en su muslo desnudo, una vez que entraron en la I-35 East y se

acomodó a velocidad de la autopista. Elle puso su mano sobre la suya, tocando

alrededor de sus dedos largos y callosos con la punta del dedo.

-Si no paras eso, me voy a detener en la siguiente salida y te enseñaré lo

que conseguirás con tus bromas - gruñó, cogiendo su mano y colocándola sobre

su erección encerrada en sus vaqueros - Mira lo que me haces…

-Ya veo - Elle acarició la carne caliente y rígida, sintiéndola crecer con

más fuerza contra su mano - ¿Sabes lo que llevo debajo de esta gabardina?

-Conseguí un vistazo mientras estabas haciendo la maleta. Nunca hasta

ese momento habría pensado que usarías cuero. He soñado con que llevabas

chaparreras y botas vaqueras, y nada más, bueno, tal vez un sombrero vaquero

de paja para proteger tus mejillas suaves del sol del mediodía - él se rió y apretó

su muslo no muy gentilmente - Daremos un paseo, haremos una parada en el

arroyo y vamos a hacer el amor a la sombra de los árboles de mezquite,

mientras que el ganado nos observa. Tal vez alguno de los vaqueros podría

andar por allí.

La idea tenía a Elle prácticamente jadeando, esperando que Trace

quisiera parar el coche y tomarla en estos momentos. Sin embargo los dos

podían jugar su juego.

-¿Te gusta tener sexo mientras otros miran?

-Hay algo que me excita acerca del riesgo de que otros nos vean. Eso te

excita, también, ¿no es así?

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María SoLo
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Ann Jacobs – RX para un Dom

Elle recordó al gran semental negro de Trace observándolos ese día en el

granero, a su alrededor, los ojos expresivos que parecían tomar cada golpe, sus

resoplidos y relinchos lastimeros, como si quisiera su propia yegua para

cubrirla. Fue todo lo que pudo hacer para no gemir con la intensa excitación que

recorría su cuerpo.

-Sí. ¿Y a ti?

Trace rió entre dientes.

-La idea de tomarte en cualquier lugar, en cualquier momento, me

mantiene duro y listo como una roca. Pero tú lo sabes, ¿no es cierto, mi

pervertido pequeño tesoro? - Hizo una pausa, poniendo toda su atención en la

carretera, ya que se unieron a la I-20 West - No falta mucho ya. ¿Estás

preparada para lo que viene?

-Casi no puedo esperar - Y esa era la verdad, toda la verdad y nada más

que la verdad. El sonido suave de la voz de Trace, el grave gruñido del motor

de automóvil mientras devoraba los kilómetros, los olores de la piel, el sexo y el

olor amaderado tenue de su colonia golpeaban sus sentidos duramente.

Su coño se sentía hinchado y húmedo sobre el encaje de su tanga, y todo

su cuerpo dolía por que la tomara. Que forzara a la baja sus inhibiciones y

llevara sus fantasías más salvajes a la vida real. En tiempo real.

-Estoy muy húmeda para ti - dijo ella, casi sin creer que había

pronunciado esas palabras no a un Dom enmascarado en Sólo miembros sino al

hombre que amaba y con el que quería casarse.

Su mejor amigo en el mundo real en el que ambos vivían.

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Una gran luna de oro iluminó su camino a medida que pasaron

Weatherford en la autopista 287. No pasó mucho tiempo antes de que Trace

girara hacia el camino de la granja en Palo Pinto que conducía a su rancho. Elle

le miró a la cara, sonrió cuando vio como apretaba la mandíbula y se dio cuenta

de que estaba tan excitado como ella. La excitación se construyó alrededor de

ellos, y en el momento en que llegaron al camino sombreado por los altos

árboles que serpenteaba a través de la tierra del rancho hacia su casa en lo alto

de una meseta rocosa, su coño ya estuvo húmedo e hinchado, listo para ser

sometido.

Capítulo Cuatro

-Es hora de cuidar de esto - dijo Trace, deliberadamente deslizando la

mano entre las piernas de Elle – Sabías lo que decías cuando dijiste que ya

estabas mojada - Su almizcle femenino llenaba el aire, intensificando su propia

excitación.

Después de tomar una manta del asiento trasero y caminar alrededor del

coche para dejar salir a Elle, él dijo - Quítate el abrigo - Se sintió raro, dando

órdenes en lugar de hacer peticiones, pero eso era lo que esperaban las sumisas

sexuales.

Cuando ella dejó caer la prenda al suelo prácticamente se tragó la lengua.

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El breve vistazo de cuero negro y encaje en su apartamento había sido un

mero preludio a la visión de ella de pie a la luz de la luna, toda piel pálida a

excepción de los zapatos de tacón alto que hacían hincapié en la forma deliciosa

de sus piernas, un tanga de encaje y una cosa de cuero muy ajustada que

empujaba sus pechos y ceñía su cintura tan estrecha haciéndola lo

suficientemente pequeña para que él la rodera con las manos.

Cuando ella inclinó la cabeza y el pelo negro azabache enmarcó su cara,

le hizo desear enterrar sus manos en los suaves rizos.

-Será mejor que corras hacia el refugio de ese álamo o te follaré aquí

mismo - gruñó, puntuando sus palabras con un beso duro y un barrido de las

manos por su espalda hasta llegar a su culo casi desnudo y apretarla con fuerza

contra su polla hambrienta - Cuando dije que usaras algo sexy, nunca me

imaginé que aparecerías en algo como esto - le dijo cuando rompió el beso y le

acarició un lóbulo de la oreja.

-Si no me equivoco, te gusta - dijo ella, con voz ronca mientras apretó las

caderas contra su erección - Mucho.

-Sí. Me gusta. Ahora muévete - Él salpicó su orden con una palmada

sobre su trasero desnudo, y luego observó su balanceo en esos tacones de aguja,

pero no por mucho tiempo porque su corazón latía a paso ligero y su polla

estaba palpitando con anticipación carnal.

Maldita sea, estaba empezando a ver el atractivo de dominar a una

amante. Especialmente cuando Elle salió de debajo de la copa de ese gran álamo

y adoptó una pose que prácticamente gritaba: Ven y fóllame ahora.

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Nada en la tierra podría haber mantenido a Trace de distancia. Se acercó

a ella y aspiró su embriagador almizcle femenino durante una fracción de

segundo antes de extender la manta y arrastrarla abajo sobre ella. Sus pechos se

derramaron fuera del cuero negro, las puntas de color rosado y cremoso. Probó

primero uno, luego el otro, suavemente al principio y luego más duro cuando

ella comenzó a gemir y a retorcerse encima de él.

-¿Así?

Sus uñas se clavaron con fuerza en su espalda.

-Oh, sí. Por favor muérdeme. Dios, eso se siente bien.

Él le mordió una vez más, luego levantó la cabeza.

-Tú sabes que deberías haberme dicho que te gusta áspero. ¿Sabes que lo

único que quiero es hacerte feliz?

***
La luna de oro los iluminó a través del álamo, destacando la dura mirada,

la intención en la cara de Trace. La mirada de un Maestro aunque diferente, la

lujuria templada por el amor que no podía ocultar. El sonido del agua corriendo

sobre las pequeñas rocas en el arroyo y el tacto de sus manos sobre su cuerpo

que al parecer hacía juego con el ritmo de la naturaleza tenía a Elle a punto de

correrse como nunca lo había hecho antes con tan poco juego previo.

Ella quería quitarse la ropa y la de él, sentir el calor de sus cuerpos

mezclándose, uniéndose, sin prestar atención a los mugidos del ganado en el

campo a través del arroyo y el sonido lejano de un vaquero y su canto solitario.

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-Por favor - dijo ella, sus sentidos bombardeados con las imágenes y los

olores y los sonidos de la naturaleza... y con Trace.

-Por favor, ¿qué? - Su voz estaba sin aliento, su toque seguro, magistral.

-Por favor, fóllame ahora. Te necesito tanto - Y no sólo para el sexo, a

pesar de que su cuerpo pedía a gritos satisfacción.

Él le dio la vuelta sobre su espalda y cayó encima de ella.

-No creo estés lista, sin embargo, amor. Vas a tener que gritar pidiendo

primero. Vamos. Dime lo que quieres, lo que realmente quieres.

Maldita sea, él sabía lo que ella quería. ¿Por qué la torturaba así? Sus

juegos mentales la ponían más caliente que un azote alguna vez lo había hecho.

Cuando él acarició sus pezones con sus dedos callosos, su toque la excitó más

que las pinzas punzantes en los pezones de un cruel Dom. Su lengua caliente

invadiendo su boca era mejor que cualquier bola de mordaza, y su sustancial

peso inmovilizándola sobre la manta la sostenía tan firmemente como podría

hacerlo cualquier restricción. Ella se retorció debajo de él, necesitando más.

-Mantén ese pensamiento. Y dime, ¿cómo diablos te saco de esa ropa?

Trace se alejó, pero por poco tiempo, arrancándose su ropa - ¿O quieres que te

la arranque yo?

A Elle no podría importarle menos. Ella sólo quería estar desnuda con él,

para sentir el calor y el peso de él presionándola con tanta fuerza contra la

manta que pudiera sentir cada brizna de hierba marcando suavemente su carne.

-Sí, por favor, no me hagas esperar por más tiempo.

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Sus manos temblaron mientras buscó y encontró las ataduras del corpiño.

Cada roce de sus nudillos cuando aflojó las cuerdas la excitó tanto como si

hubiera cortado las cuerdas y desgarrado la prenda de su cuerpo.

No fue tan amable con el tanga. Un fuerte tirón y estaba fuera. Lo aplastó

en su mano, llevándoselo a los labios brevemente antes de tirarlo a un lado,

luego se sentó a horcajadas sobre sus caderas, le separó las piernas y enterró su

cara entre ellas.

Su aliento caliente le quemó el clítoris, y sus dedos se clavaron en la carne

sensible de sus muslos internos. Las sensaciones fueron dolorosas, tanto como si

él la atormentara. Ella no pudo evitar retorcerse cuando él atrapó su clítoris con

sus dientes y lo sacudió con su lengua. Dios, iba a correrse y no había nada que

pudiera hacer para detenerlo.

-Todavía no, amor. No te he dado permiso por el momento - Sus palabras

resonaron en su coño y en su pecho. Ella casi gritó por el esfuerzo de retrasar el

orgasmo que estaba justo fuera de su alcance - Veo ojos por ahí mirándonos.

Apuesto a que huelen tu almizcle y eso les está volviendo locos. Tan loco como

me está volviendo a mí.

Ella vio los ojos, seis de ellos brillando en la noche, sus miradas

aparentemente fijas en la cabeza de Trace, en su amplio coño abierto. Cuando él

movió sus manos y tomó sus pechos, se movieron. ¿Ojos humanos? ¿O de las

vacas o algunas criaturas salvajes decididos a devorarlos? No importaba. Todo

lo que Elle quería hacer era correrse y... luego torturar a Trace de la forma en

que él la estaba torturando.

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Como si leyera su mente, él se movió, oscureciendo su visión de sus

voyeurs silenciosos colocándose a horcajadas sobre su cara y alimentándola con

su polla hinchada.

-¡Chúpame! - ordenó, con voz dolida, lo suficiente como para que supiera

que su moderación le estaba costando. De alguna manera eso la hizo sentirse

mejor cuando se clavó las uñas en las palmas de las manos para apartar su

mente del placer y del dolor agudo que estaba ejerciendo contra ella.

No sirvió de nada. Ella entera se centró en la sensación de su polla

rellenando su boca, su lengua trabajando su magia en su clítoris y luego

hundiéndose profundamente en su coño mientras sus dedos se deslizaban a lo

largo de su resbaladizo y húmedo coño y bordeando su arrugado agujero

trasero. Esperaba que fueran voyeurs humanos observándolos, los imaginó

sacudiendo sus pollas, arrojando su semilla a lo largo de la extensión de los

pastos de hierba.

Pero en realidad no importaba. Humano o animal, sus visitantes

aumentaron la tensión sexual. Ella tuvo que luchar como el infierno por no

correrse en este momento, para esperar a que su amo le diera permiso. Trató de

concentrarse en el sonido del agua corriendo, escuchar el canto ocasional de

algún pájaro nativo. No estaba funcionando. Ella chupó más duro sobre su

polla, pasando su lengua por la vena prominente en su parte trasera. Tal vez si

ella pudiera volverle loco...

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Capítulo Cinco

Su dulce perversa lo estaba volviendo a distraer. Supo entonces que no

iba a durar mucho más tiempo, por la forma en que ella lo estaba chupando,

como una profesional. Trace se apartó y giró, arrastrando los muslos de Elle

sobre sus hombros, casi sin darse cuenta de la perforación de sus tacones de

aguja en la carne de su espalda. Si ella lo quería áspero, así era como lo

conseguiría. Sólo por una vez arrastró la punta de su polla a lo largo su

hendidura humeante antes de sumergirse dentro de su coño empapado.

-¡Oh, sí! No te detengas. Dios mío, me encanta tu polla. Fóllame duro y

rápido y, por favor, por favor, déjame llegar.

-Pronto. ¿Qué pasaría si te dijera que esos son algunos de mis vaqueros

mirándonos? ¿Te pondría más caliente?

-No.

-Mentirosa - dijo con voz ronca en su oído - No puedes decirme

honestamente que la idea de personas mirando mientras follamos no te calienta.

Ella no respondió de inmediato porque ya le resultaba difícil respirar. Él

sabía condenadamente bien que la idea la excitaba. Despertaba el infierno fuera

de él, también, y eso lo sorprendió porque él siempre había sido una persona

malditamente privada. Por supuesto, estaba bastante seguro de que sus mirones

eran vacas curiosas, no vaqueros. Pero en ese momento no le importaba si la

mitad del mundo estaba mirando porque él estaba más caliente que el infierno.

-Bueno, ¿dime que no te gusta que la gente nos vea teniendo sexo?

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-Tal vez sólo un poco - Ella volvió la cabeza y le mordió el lóbulo de la

oreja. - ¿Puedo por favor correrme? No puedo esperar mucho más tiempo.

Trace nunca había estado tan excitado. Su polla se sentía como si fuera a

estallar. Sus bolas dolían. Su corazón latía tan rápido que debería haber estado

preocupado por un ataque al corazón, pero él no lo estaba.

La única cosa en su mente ahora estaba explotando dentro de su mujer,

sintiendo los espasmos de su apretado coño alrededor de su polla mientras él

derramaba su semilla.

-Yo tampoco - murmuró, abriendo las piernas más amplio y

conduciéndose dentro más duro y rápido. Sus pelotas se apretaron. No pudo

contenerse más.

-¡Ahora! Córrete conmigo. No te contengas. Dios, sí. Aprieta mi polla

como si nunca fueras a dejarla ir - Él se corrió, su esperma caliente saliendo a

borbotones, mezclándose con sus fluidos resbaladizos. ¡Joder! Cuando ella

obedeció, apretó su polla tan duro que fue como si fueran un solo cuerpo.

Un alma.

Sus tacones se clavaron en su espalda, pero no le importó. Se sumergió

dentro de ella por última vez sintiendo el último chorro de liberación contra el

tejido suave de su cuello uterino. Él atrapó su grito de placer con la boca, agarró

los lados de su cabeza con ambas manos, clavando sus dedos en la masa suave

de su cabello. Trató de decir algo, decirle lo mucho que esto significaba para él,

pero estaba agotado. Así consumido, lo único que pudo hacer fue levantar su

peso de su cuerpo y recogerla entre sus brazos.

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-Quiero que seas mi Maestro - Ella levantó la cabeza de su hombro y lo

miró, el amor brillando en sus hermosos ojos marrones - ¿Por qué has esperado

tanto tiempo?

Aún sin palabras, Trace frotó los dedos a lo largo de su columna

vertebral, su toque suave ahora mientras se acurrucó tan cerca como pudo,

entrelazando sus piernas con las suyas. Mucho tiempo después, cuando dobló

la manta y ella recogió aquellos súper sexys trozos de ropa, su corazón dejó de

golpear tan duro.

-Quiero ser todo lo que quieras que sea. Si alguna vez me hubieras dicho

que querías un dominante sexual en la cama, habría estado encantado de

someterte.

Elle le miró. Las lágrimas brillaron en sus ojos cuando le devolvió la

mirada.

-Tenía miedo. Miedo de que estuvieras escandalizado al descubrir que

necesitaba más que un gentil amante para excitarme.

-Eres idiota. Maldita sea, creo que yo lo he sido, también, pensando todo

el tiempo que eras una señora abogada inflexible que me demandarías si te

trataba con algo más que la más suave atención. Sólo espero que no quieras que

agreguemos una mazmorra personal llena de cosas como las cruces de San Juan

o restricciones en las paredes y los dispositivos destinados a hacer daño, porque

eso no es algo que yo vaya a hacer.

-Todo eso no es necesario. Lo que necesito es que me mandes, no me

preguntes lo que quiero ni cómo puedo complacerte. Ya sabes, hasta esta noche

yo nunca sabía que querías que te chupara - Ella se acercó y ahuecó sus bolas.

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Maldita sea, no podía creer que su simple toque tenía su polla agitándose

de nuevo.

-Sigue así y me convertirás en un sátiro - dijo, manteniendo su tono ligero

- ¿Qué hay de subirse al coche para que podamos ir a casa y empezar todo de

nuevo?

-No se supone que tienes que preguntar, se supone que tienes que

ordenar… Maestro - el recordatorio llenando su mirada burlona.

Él supuso que este asunto del "Maestro" tomaría un poco de tiempo

hasta acostumbrarse, pero él era un gran jugador.

-Está bien. ¿Cómo es esto? Mete tu culito delicioso en el coche. Yo quiero

meterte en mi cama y follarte hasta que no puedas ni ver bien.

Ella se echó a reír, la mezcla del sonido dulce con el chirrido de los

grillos. Las luciérnagas revolotearon a su alrededor, iluminando su rostro.

-Eso está muy bien, pero sería aceptable si no estuvieras tan fiero como

todo eso.

Su sonrisa le hizo sentirse condenadamente bueno. Por primera vez

desde que decidió seguir el consejo de Josh y se animó a someterla sexualmente,

Trace tuvo la sensación de que esto iba a funcionar.

-Entonces, mi amor perverso, vámonos a casa.

***

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Elle apenas podía creerlo. Su dulce y amado Trace la había cargado hasta

la casa y la arrojó sin ceremonias en su cama. Había buscado y sacado un par

muy real de esposas de su cajón de la cómoda y le había demostrado que sabía

cómo usarlas. Sabía también cómo usar su boca, se lo mostró durante lo que

parecieron horas mientras ella estaba prácticamente indefensa, con las muñecas

esposadas aseguradas a la cabecera y los tobillos atados con lazos de seda

abiertos a lo ancho de la resistente cama. Si él no hubiera tenido ocupada su

boca mamando su polla, ella le habría suplicado que la dejara suelta para que

pudiera torturarlo, también.

Él sabía muy bien, muy bien. Limpio y fuerte, la más mínima salada y

suave crema tan fresca en su lengua. Sus manos callosas trazaron la longitud de

su cuerpo, rozando todos sus lugares erógenos pero nunca dándoles toda la

atención que ansiaba.

Su suave tortura parecía no terminar nunca, hasta que el sol asomó por la

claraboya cuando se elevó y se arrodilló entre sus piernas. Aunque ella quería

que la tomara con fuerza y rapidez, le había parecido que estaba decidido a

tomarla a su manera. Lento, cada movimiento deliberadamente amoroso, había

jugado con su cuerpo indefenso afinándolo como un buen instrumento,

arrastrando fuera no sólo sus respuestas sexuales sino sus emociones.

Se había sorprendido como el infierno cuando llegó el orgasmo, rodando

suavemente sobre ella, afectándola tanto como, no, más que el alucinante

clímax violento al que la había llevado en el arroyo.

Sin duda al respecto. A Elle le encantaba este suave Maestro. Después de

esa noche no tenía duda de que Trace satisfaría sus perversiones sexuales, como

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cualquier Dom del club, para el resto de su vida, no sólo para una noche de

placer.

Ella no pudo evitar mirar a Trace como nadaba en el agua azul y

cristalina de su piscina. Cuando ella observó sus músculos bien desarrollados

ondulando con cada golpe fuerte la hizo desear más - más amoroso sexo, más

sexo caliente, más... bueno, más.

Más de Trace.

Si ella se casaba con él su madre estaría feliz. Después de todo, él tenía

todas las cualidades que mamá consideraba sagradas: dinero, posición social,

buena apariencia y buenos modales de los que nadie podía quejarse. No es que

eso fuera una razón por la que ella diría que sí. Él tendría que hacerla feliz,

también.

Después de anoche, Elle no tenía ninguna duda de que lo haría. Ninguna

en absoluto. Cada músculo de su cuerpo dolía deliciosamente. Todas sus células

prácticamente cantaban con el recuerdo de lo que había jugado con ella,

primero duro y luego siempre tan suave, pero sin duda alguna él era su

Maestro.

Él se zambulló profundamente, luego salió a la superficie y se apalancó a

sí mismo fuera de la piscina. El agua brilló por encima de su desnudo cuerpo

bronceado, su movimiento llamando la atención sobre su rápido aumento de su

polla. Se acercó y se sentó a su lado en el diván, una gran sonrisa en su rostro.

-Bueno, ¿quieres? - le preguntó.

Ella no pudo resistir la tentación de jugar con él, sólo un poco.

-¿Que si quiero qué?

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-Sabes muy bien de lo que estoy hablando. ¿Quieres…casarte…

conmigo?

-Sabes, eres mi Maestro. Si me dices que se case contigo, no voy a tener

otra opción - no es que ella tuviera una opción de todos modos, amándolo como

lo hacía.

Goteando agua sobre su cuerpo desnudo, tomó su mano y le deslizó el

precioso diamante solitario que le había ofrecido la semana pasada. Resultaba

difícil pensar ahora que ella había tenido dudas, pero había sido tan estúpida

como para creer que no podía estar satisfecha en la cama de un hombre bueno a

pesar de que sabía desde hacía mucho tiempo que lo amaba.

-Cásate conmigo, Elle. Cásate conmigo tan pronto como puedas

organizar cualquier tipo de fiesta que se adapte a tu fantasía. Apenas puedo

esperar para tenerte a mi entera disposición en la cama, en la vida, para

siempre.

Los ojos de Elle se llenaron de lágrimas cuando lo miró a los ojos y vio la

cruda emoción allí.

-Sí, me casaré contigo. Pronto. No puedo dejar a un Maestro como tú

fuera de mis garras malvadas.

-No tienes elección, mi amor. Tengo que practicar mucho en esta cosa de

Dom, y no puedo esperar para comenzar. Quítate esa túnica y ven conmigo. ¿Te

gustó ese momento en el granero cuando Diablo nos estaba mirando? Ahora vas

a tener la oportunidad de verlo haciendo lo mismo.

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***
Justo a tiempo, pensó Trace, observando con satisfacción cuando se

acercaban al cercado al lado del granero que la yegua baya que había

seleccionado para la cría ya estaba restringida.

-Mira. ¿Ves cómo tiembla Belleza? ¿Crees que ella estará esperando

ansiosamente al semental para cubrirla? Apuesto a que así es. Mírala

sacudiendo su cabeza. Escúchala relinchar. No es demasiado diferente de cómo

gimes tú antes de que finalmente ponga mi polla dentro de ti.

Incluso antes de ver al capataz del rancho conducir a Diablo desde el

granero, Trace sintió temblar la tierra cuando el gran semental soltó un bufido,

una llamada de apareamiento.

-Parece ansioso hoy Diablo - dijo mientras alzaba a Elle sobre la baranda

superior.

-¡Oh, sí! - Entonces ella se quedó sin aliento - Él es... él es enorme. ¿Trace,

no le duele?

-No, amor. Belleza va a disfrutar tanto como lo haces tú, y si tenemos

suerte nos dará un potro o potra justo a la vuelta de nuestro primer aniversario.

Mira, ella está retorciendo la cola y rodando sus ojos. ¿Sabías que es la forma en

que las yeguas coquetean?

Ella se inclinó con fuerza contra su pecho, y él recogió sus brazos

alrededor de su cintura.

-No son tan diferentes de los humanos entonces, ¿verdad? Oh, no. Mira a

Diablo. Él está mordiendo su cuello. ¿Por qué no lo impide su adiestrador?

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Trace lo sabía. Se había enamorado de una chica de ciudad así que iba a

tener que darle una lección. Se inclinó y le mordisqueó el cuello.

-Ahora dime, ¿cómo te sientes tú?

-Mmmm. Se siente bien. ¿Crees que Belleza se siente tan bien cuando le

muerde Diablo? Apuesto a que sí - Elle miró a los caballos y dejó escapar un

gritito cuando el gran semental negro se irguió y empujó violentamente hasta

que logró asentar la punta de su enorme falo en el interior de Belleza.

-Para ellos es más o menos cuesta abajo ahora. Estoy medio tentado para

volver al arroyo otra vez y follarte contra ese álamo. Desde la parte trasera esta

vez para que pueda jugar con tus pechos bonitos y mordisquearte en el cuello.

Elle giró en sus brazos. Su pulso era rápido, la voz jadeante al hablar.

-¿Me estás tentando, mi querido Maestro? Pero sé que no lo harás, no a

plena luz del día con todos tus vaqueros persiguiendo vacas por ese arroyo.

Trace le dio un rápido beso.

-Tienes razón. No tengo las pelotas para hacer eso ahora, pero mantengo

el pensamiento. Vamos a tener un montón de noches de luna llena para crear

recuerdos debajo de ese gran álamo viejo. Será mejor que regresemos a la casa.

Tenemos que llamar a la familia - y una boda que planear.

***
Divertido. Ahora que ella había aceptado a Trace como su Maestro, su

menor contacto la tenía hormigueando de anticipación. Elle cerró los ojos

mientras se acurrucó en el sofá de su estudio y mentalmente visualizó las tres

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posibilidades sobre su rancho que le había sugerido como lugares donde le

gustaría poder hacer sus votos matrimoniales.

Ella los amaba todos. El pasto al lado del arroyo era sentimentalmente su

favorito. Ella no podía dejar de sentir, sin embargo, que era su propio lugar

privado, demasiado sagrado para abrirlo a todos sus amigos y familiares.

Aparte aunque Trace le aseguraba que se podía hacer, no creía que muchos de

sus clientes apreciaran una recepción servida desde una carreta. Ella pasó sus

uñas a lo largo de su antebrazo, disfrutando de las sensaciones táctiles mientras

pensaba las otras opciones.

Aunque el extenso césped frente a la casa del rancho estaba

perfectamente cuidado, ideal para la colocación de sillas y una carpa blanca

enorme, había algo de cliché acerca de casarse en un ambiente parecido al de

numerosas fiestas suburbanas del área de Dallas. No, Elle quería algo diferente,

algo que ella y Trace pudieran recordar toda la vida por haber sido

exclusivamente suyo.

-¡El jardín detrás de la piscina! - Trace había reído cuando se lo mostró a

ella, y al principio Elle rió también. Vallado, fuera de la vista de la casa y la

piscina, había sido una vez un jardín de estilo formal, pero ahora había vuelto a

la naturaleza. Rosas pasadas de moda se aferraban a la pared, una explosión de

cerosas hojas verdes y delicadas flores de color rosa cuyos zarcillos se

enroscaban alrededor y caían sobre los cadáveres de lo que solían ser setos de

boj. Elle los imaginó como serían antes de que los años de abandono hubieran

pasado factura.

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Con el calor de la mano de Trace mientras agarraba la suya y la llevó a

sus labios, ella esperó su reacción.

-Tienes que estar bromeando.

-No, en absoluto - Elle se estremeció un poco cuando él le mordisqueó los

nudillos - ¿Nos puedes imaginar casándonos debajo de esa enorme glicinia en la

esquina, con los invitados sentados en los bancos en el centro?

-¿Quieres que nuestros huéspedes nos vean casarnos mientras ellos se

sientan rodeados de zarzas, malas hierbas y rosales fuera de control?

Elle no pudo evitar reírse.

-Por supuesto que no. Yo estaba pensando que primero podríamos

limpiar el lugar. Recortar las cosas muertas, recortar los arbustos silvestres y

plantar algunas cosas de colores que le den al lugar un aspecto festivo.

Cuando Elle abrió los ojos y lo miró no se veía del todo convencido, a

pesar de la sonrisa irónica en su hermoso rostro.

-Si tú lo dices, cariño. No estoy del todo seguro de querer esperar a

casarme contigo hasta que podamos convertir esa monstruosidad en un lugar

digno.

-¿Seis semanas? ¿Eso es demasiado tiempo?

Trace bajó la cabeza y mordisqueó la sensible carne a lo largo de su

hombro mientras le aflojó la camisa y liberó uno de los senos.

-Supongo que no. Pero no veo cómo eso va a parecer un jardín genial de

repente después de veinte años o más de abandono - sacó uno de sus pezones

entre los labios y lo sacudió con su lengua.

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¿Cómo era que de pronto la tenía reaccionando a cada pedacito sutil de

sus gentiles juegos previos ahora, cuando hasta que él no le había demostrado

que tenía otra cara no le ocurría, esa otra cara que demostraba su posición

dominante y que no le permitía otra opción que seguir el mandato de su

Maestro? Elle no lo sabía, pero su cuerpo aparentemente si lo hacía, porque

sintió que se mojaba e hinchaba entre sus piernas, lista para cualquier cosa que

Trace pudiera tener en mente. Con cada movimiento húmedo, caliente de su

lengua sobre su pezón, cada roce de sus manos a lo largo de su cuerpo excitado,

ella lo deseaba más.

-Maestro, ¿puedo tocarte, también?

Él la mordió, no lo suficiente para lastimarla, pero más que suficiente

para despertar sus sentidos a un punto álgido. Luego se alejó lo suficiente como

para quitarle las botas y los pantalones vaqueros y desvestirla sin su delicadeza

habitual.

-¿Te gustaría tomarme aquí? - Él bordeó su culo con un dedo, luego

trabajó lentamente el interior - A algunas mujeres les gusta, ya sabes.

-Yo... - La pregunta la avergonzó, señalando que este Trace sabía bastante

sobre lo que sucedía en las mazmorras BDSM. ¿Debía fingir ignorancia?

Después de todo, su estilo de vida BDSM fue en el pasado, y el único juego que

estaría haciendo en el futuro sería con su futuro esposo. No, no había lugar para

las mentiras o las evasivas entre ellos.

-Sí, Maestro, me gusta si te da placer. ¿Quieres poner tu enorme polla

dura en mi culo?

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-Dios, sí, pero no quiero hacerte daño - tentativamente, se adentró un

poco más con el dedo y ella dejó escapar un pequeño gemido.

¿Cómo podía haber pensado que era cualquier cosa menos que un

amante maravilloso?

-Vamos a tomar las cosas con calma y fáciles, entonces. Arrodíllate en el

suelo y descansa tu cuerpo perfecto en el sofá.

Nada podría haberla detenido de obedecer, aunque su orden sonó más

como una petición para sus oídos que estaban acostumbrados a instrucciones

más fuertes, incluso hasta amenazas. Su corazón latió con fuerza en su pecho

cuando él metió la mano en el cajón del escritorio y sacó un poco de lubricante,

un condón envuelto y un gran consolador grueso. Después de ponerse el

condón, él se ató el consolador detrás de su propia herramienta pulsante y

lubricó ambos derramando gel transparente.

-Esto se supone que te pondrá más caliente - le dijo cuando se arrodilló

detrás de ella y la embadurnó con el gel sobre su coño hinchado - y con fuerza,

en su ansiado culo.

¿Caliente? Elle ardía desde dentro hacia fuera. Trace no podía saber que

había estado excitada todo el tiempo que habían estado buscando sitios de la

boda... hablando de las listas de invitados y recepciones. ¿O lo había sabido?

¿Había leído su excitación ante su menor contacto?

Aparentemente, porque él estaba perdiendo tiempo ahora. Manteniendo

sus caderas firmes, ajustó el consolador en su coño poco a poco, mientras

entraba en su culo. Se sentía llena. Tan llena. Tan completamente tomada,

dominada.

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María SoLo
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Ann Jacobs – RX para un Dom

-Te quiero mucho - le dijo ella entre gemidos de placer-dolor. De éxtasis.

-Te quiero, también - Trace se movió lentamente, decidido a mostrarle

hasta qué punto reteniendo su propia necesidad de llegar - Tu culo es tan

apretado y caliente que no puedo contenerme.

-No lo hagas.

Cuando él ralentizó el ritmo aún más, Elle empujó nuevamente hacia él,

tomando toda su longitud, abrazándole con sus músculos internos,

esclavizándolo tanto como él la había dominado.

-¡Córrete, ahora! - jadeó él - No puedo contenerme más. Lo siento.

-¡Oh, sí!

Él sintió los temblores a través del consolador, la tensión fluyó a través

de su carne a la suya. Mientras sentía los espasmos y los chorros de su semen

caliente, se desplomó sobre su espalda. Su último pensamiento consciente fue

que ella tenía la piel más suave que jamás había sentido.

Era de noche cuando Trace se despertó y se encontró a Elle durmiendo

plácidamente bajo su peso.

-Lo siento, cariño. Si quieres que esta monstruosidad convertida en una

escena de perfecta para nuestra boda en seis semanas, haré que suceda.

Epílogo
Seis semanas más tarde, en el rancho

Ellos dijeron sus votos al atardecer, el momento preferido del día para

Trace. Observó cómo Elle saludaba a viejos amigos y nuevas amistades. La

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expresión de su rostro le hizo sentir como de un millón de dólares - fuerte,

poderoso e invencible. Ella acababa de tomarlo como su Maestro delante de

Dios y de todos sus amigos. Incluso su madre había rebosado de alegría cuando

ellos dijeron sus votos.

Nancy y Josh se habían levantado con ellos, compartiendo su secreto de

Dominación y sumisión mientras celebraban su esperanza y la de Elle para una

larga vida de amor y felicidad duradera. Cuando Trace captó la mirada de su

hermana, sintió todo el amor y el deseo que ella esperaba que compartirían.

Incluso la madre de Elle, de la que Trace siempre había tenido la

impresión que era como un pescado frío más interesada en la seguridad de su

hija que en su placer, parecía haberse suavizado en la atmósfera optimista que

los rodeaba esta noche. Él sonrió a la mujer, en silencio comunicándole que no

tenía nada que temer. Que él se haría cargo de Elle mientras viviera y nunca

dejaría que le ocurriera nada.

Él nunca se había sentido tan amado. Tan deseado. Por lo tanto era el

responsable desde hoy de la felicidad de su esposa, no sólo en la cama, sino las

24 horas, los 7 días de la semana, siempre y cuando ambos estuvieran vivos. Las

palabras del ministro resonaban en sus oídos. Sintió miedo, pero nada en el

mundo podría haberle impedido prometer su vida a la mujer que amaba.

***
Elle lanzó el ramo, muy consciente de la mirada de Trace abrasando su

piel. La deseaba ahora, ella podía deducirlo por como apretaba sus labios, el

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anhelo desnudo en sus profundos ojos marrones. Dios, ella también lo deseaba,

como si no hubieran hecho el amor esta misma mañana. No podía entender que

sólo con estar a su alrededor la mantenía caliente todo el tiempo. Más caliente

que cualquier Dom del club alguna vez la puso... a pesar de que nunca la había

encadenado a una cruz o la había hecho encogerse de dolor antes de dejarla

correrse.

Él la había dominado con tanta seguridad como si le hubiera aplicado

cada juego BDSM del que hubiera oído hablar. Eso le hizo recordar el mantra

que había encontrado en MySpace.com, el que él había dicho que había

inspirado su viaje en el mundo de la Dominación y la sumisión.

Toda mi vida he tenido que dirigir, pero en el sexo necesito un líder. Necesito a

mi hombre para tomar el control, para hacerme encontrar el placer que siempre me

enseñaron que estaba mal. Quiero un Dom que entienda lo que necesito y sepa lo

necesario para provocarme junto con un Dom que me ame y que me quiera dar placer.

Un Dom gentil que bese suavemente los moretones de su látigo, que me apoye a

la luz del día, así como durante las largas noches en su cama. Quiero un hombre que me

ame y cumpla con cada una de mis fantasías.

Un hombre fuerte. Un líder.

Un amante en el que pueda apoyarme, contar con él, no sólo por una noche, sino

por todo el tiempo.

Elle había pensado en un principio que Trace había inventado las

palabras que "dulce sub" escribió en ese lugar demasiado cursi para los gustos

de Elle. Pero pronto había pensado de otra manera, se dio cuenta de la verdad

de esas palabras. Esta noche no tenía dudas. No existían dudas. Sabía que Trace

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era todo lo que necesitaba en un amante... un compañero... un hombre que

conocería todas sus necesidades.

Incluso su madre pareció complacida con Trace, no es que hubiera

importado si ella no hubiera dado su sello de aprobación. Sus razones no

importaban. Elle sabía que la riqueza de Trace y su posición social tenían

mucho que ver con la aprobación de su madre - pero nada en absoluto con la

decisión de Elle para ser su novia.

De repente, ella necesitaba alejarse, estar a solas con su nuevo marido,

mostrarle con todo lo que pudiera que él era lo más importante en su mundo. Él

debió sentir lo mismo, porque se acercó a ella, con las manos extendidas, llevó

los dedos a sus labios, y dijo:

-Vamos a dejar a nuestros huéspedes celebrando y entremos. Tengo

algunas cosas que estoy deseando hacer con mi pervertida y querida novia.

Ella se inclinó a su lado y le susurró en voz tan baja que esperaba que

nadie más pudiera oír.

-Estoy contigo, Maestro. Yo no sé dónde lo encontraste, pero has

conseguido la RX3 perfecto para un Dom. Te amo más de lo que puedo decir.

Fin

3
RX: abreviatura de Rayos X o de radiografía.

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<< Esta es una traducción de El Club De La Rosa hecha


por fans y para fans. Te pedimos que no cambies ni modifiques
nada, piensa que el equipo de traductoras y correctoras se ha
esforzado y ha dedicado su tiempo para que personas de habla
hispana podamos disfrutar de estas maravillosas historias.
Es una traducción sin ánimo de lucro y desde aquí
incentivamos a todos nuestros seguidores para que compren
libros de estas autoras siempre que sus medios económicos lo
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María SoLo

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