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1. Investiga en varias fuentes los antecedentes de los hechos acontecidos en el Pueblo de San Juan
Ixtayopan, Distrito Federal conocido como el “caso Tláhuac”, consultando al menos tres fuentes y
elabora una síntesis de los mismos que te servirán como antecedente para la elaboración del análisis
del mismo.
o Elabora una propuesta operativa, delimitada por las facultades legalmente otorgadas a los
cuerpos de seguridad, para resolver de manera eficaz un conflicto como el que se suscitó
en el Pueblo de San Juan Ixtayopan y menciona de qué manera puede restaurarse la paz
públicas de seguridad pública que permiten que la población reaccione de la forma en que
para cumplir con el propósito fundamental del Estado de otorgar seguridad y certeza jurídica
de los gobernados, además elaborauna propuesta de adición de facultades a las ya
existentes que permitan cumplir de manera eficaz con el objetivo de la política pública,
tomando como punto de partida el respeto a los derechos humanos de los gobernados.
Tras golpearlos brutalmente por cerca de dos horas, los cuerpos de Víctor Mireles Barrera y
Cristóbal Bonilla fueron depositados sobre una hoguera formada en la parte alta del pueblo,
donde ambos terminaron de morir. Sólo algunos últimos estertores y gestos de los cuerpos
alcanzaron a cobrar movimiento en medio de las llamas.
Los hechos ocurrieron poco antes de las siete de la noche afuera de la escuela primaria
Popol Vuh, en la colonia Jaime Torres Bodet, donde algunos padres de familia observaron a
los policías con una cámara fotográfica en dirección a los menores. Esto desencadenó sus
suposiciones, ya que, dijeron, "en los rededores han ocurrido secuestros contra niños".
Algunos testimonios de vecinos refirieron que el detonante fue que algunos sujetos que
fueron retratados por los agentes -supuestos vendedores de droga- comenzaron a gritar que
los policías pretendían llevarse a algunos menores, versión que sin comprobar se validó.
Esta sola idea prolongó el suplicio de los oficiales por más de dos horas, hasta el momento
de su muerte, ya que aunque los sometidos trataron de identificarse personalmente y a
través de los medios de comunicación presentes, nada calmó el impulso de los pobladores a
"tomar la justicia por sus propias manos", como orgullosamente proclamaron.
Asombrosamente, los sucesos fueron anunciados por la turba de las calles, que paseó a los
detenidos entre golpes e insultos, sin que nadie hiciera algo por evitarlo. Sólo quedaron los
vecinos asomados en sus portones, cámaras fotográficas que flasheaban y las filas humanas
que seguía exigiendo la muerte del tercero.
A esa hora ya habían arribado patrullas de las policías Judicial y Sectorial a unos dos
kilómetros de la zona, que ellos mismos acordonaron. No obstante, los pobladores tuvieron
tiempo de ver cómo se quemaban los cuerpos, gritar en su contra y esperar a que se
consumieran.
Todavía en medio del vehículo que momentos antes habían incendiado y del olor de la
carne quemada de los cuerpos, los colonos decidieron bajar al tercer policía, Edgar Moreno,
en ropa interior y seminconsciente por la golpiza recibida horas antes, para llevarlo al
kiosco del pueblo y terminar de lincharlo.
""Arrástrenlo, no se merece ni siquiera que lo carguen!", "jálenlo de los güevos, para que
aprenda!", fueron algunos de los insultos proferidos por la turba durante su penoso traslado,
en el que dos sujetos sostenían sus manos y otros dos sus pies.
Al llegar a la plaza central, los pobladores exigieron a Moreno Nolasco que se dirigiera al
pueblo, por que si no se lo iban a "chingar peor", pero él sólo alcanzaba a murmurar: "soy
policía, soy policía", lo que encendió los ánimos aún más y las campanas de la iglesia
empezaron a repicar.
Minutos después, cerca de las 9:45 de la noche, entró una avanzada integrada por agentes
judiciales e integrantes del Grupo Especial de Reacción Inmediata, dirigida por Damián
Canales, director de la Policía Judicial capitalina.
No fue sino hasta que cortaron cartucho y se abalanzaron sobre los presentes, que los
elementos pudieron rescatar y salir en medio de gases lacrimógenos, lo que impidió que los
habitantes fueran tras ellos.
Tanto Mireles como Moreno lograron ser entrevistados por Televisa, luego de ser
sometidos por el pueblo, alrededor de las ocho de la noche. Los dos oficiales se
identificaron y proporcionaron teléfonos para acreditar sus cargos
-¿Cómo se llama?
-Edgar Moreno.
-¿Qué investigaban?
-No hay nada de eso, es mentira, o sea, no sé si sean las señoras, están inventando cosas.
Nosotros nos identificamos desde el principio.
A Mireles le preguntaron:
-Trabajando.
Hasta el cierre de esta edición los habitantes de San Juan Ixtayopan permanecían en las
calles.
https://www.jornada.com.mx/2004/11/24/042n3cap.php?printver=1&fly=
Aunque la noticia ya había corrido como reguero de pólvora por todo el País
a través de las pantallas de televisión, ni las autoridades federales ni las del
DF pudieron impedir que dos de los tres agentes fueran quemados vivos
después de haber sido golpeados brutalmente.
Édgar Moreno Nolasco fue rescatado con vida por elementos del Grupo
Especial de Reacción Inmediata de la Policía Judicial del DF. ¿Y la
justicia?Entre los principales instigadores del linchamiento de los policías
federales en Tláhuac se identificó a Alicia Zamora, "La Gorda", y a Eduardo
Torres, presuntos narcomenudistas a quienes los agentes les seguían la
pista y que nunca fueron detenidos.
La PGR había pedido 60 años de prisión para los detenidos por homicidio
calificado y en grado de tentativa, así como por robo, pero en 2009
solamente logró condenar a 9 de ellos a 46 años de prisión.
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24 junio, 2011 4:16 am
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Aquel día, los agentes llegaron a las calles Educación Tecnológica y Peña
Alta, a unos metros de la escuela primaria Popol Vuh. Mientras realizaban la
vigilancia en un domicilio, una mujer comenzó a gritar que los hombres del
auto se habían robado a un niño, hoy se sabe que en minutos aparecieron
en el lugar Alicia Zamora Luna y su esposo, Eduardo Torres Montes.