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Buenas noches Hermanos, sean bienvenidos a la casa del Señor.

Puestos en pio y con el canto de entrada damos inicio a la celebración del


banquete del Señor.
Estamos en el tercer domingo del tiempo ordinario. La liturgia de la palabra
de hoy nos habla que el Señor es luz y salvación, nos llama a la conversión
y exige un compromiso radical de librarnos de nuestra mediocridad y
entregarnos a la causa del reino de Dios.

Primera Lectura (Isaías 8, 23-9, 3)


Isaías anuncia que la salvación de Dios se manifiesta en el paso de las
tinieblas a la luz, de la esclavitud a la libertad Escuchemos.

Segunda lectura (1 Corintios 1,10-13)


Pablo reprende la discordia y la división de la comunidad de Corinto y exhorta
a la unión por la fuerza de la cruz de Cristo.
Escuchemos con atención.

Evangelio (Mateo 4,12-23)


Hoy Jesús nos ilumina con una exigencia y un don:
“Reformen sus vidas. El reino de Dios esta cerca”
Unos simples pescadores, dejándolo todo, los siguieron y descubrieron ese
mundo nuevo.
Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para la
proclamación del santo evangelio.

Ofertorio
Con el pan y vino ofrezcamos al Señor nuestro propósito de conversión
porque está cerca el reino de los cielos.
Comunión
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande, nos ha confirmado
hoy la palabra de Dios, Acerquemos a comulgar y a dejar que Dios nos
ilumine con su luz.
En este domingo del tiempo ordinario, el papa Francisco ha instituido el
domingo de la palabra como día especial para su lectura y meditación.
Cantando un canto a la palabra la recibimos.
Peticiones →Cristo, Luz del mundo. Escuchemos

1. Por la santa iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán
el rostro de su Señor, y sus files se esfuercen es purificarse de todas sus
faltas y pecados. Oremos.

2. Por los que gobiernan las naciones para que trabajen con interés y
constancia por la paz y el bienestar de sus pueblos, a fin de que reine
entre ellos la justicia y la paz. Oremos.

3. Por los que sufren la ausencia de Dios en sus vidas, para que el anuncio
de conversión que Cristo nos ha transmitido ahora haga eco y llene el
vacío de su corazón. Oremos.

4. Por el incremento de las vocaciones sacerdotales y religiosas,


especialmente en países que sufren por la falta de pastores que les
guíen. Oremos.

5. Por nosotros, reunidos en torno al altar, para que seamos constructores


del reino de Dios, según los dones que cada una haya recibido. Oremos.

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