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HISTORIA DE LA

PSICOBIOLOGIA

CURSO: PSICOBIOLOGIA

DOCENTE: CASTRO RUIZ CESAR

ALUMNA NIQUEN TINEO ROSA MARITZA

TUMBES- PERÚ
CONCEPTO E HISTORIA DE LA PSICOBIOLOGÍA

Introducción

«Psicobiología» es uno de los muchos nombres que la ciencia da a un área que


estudia la relación entre psicología y biología. La biología estudia los sistemas que
encontramos en el cuerpo, pero en nuestro caso el que verdaderamente nos interesa
es el sistema nervioso (aunque también el endocrino) y, más concretamente, el
cerebro. Del aspecto psicológico nos importa todo: conducta, procesos psicológicos,
etc. Lo que busca esta ciencia, en definitiva, es encontrar el sustrato biológico que
condiciona la psicología.

La Psicobiología es una ciencia interdisciplinaria en la que tienen cabida:


neurólogos, farmacólogos, bioquímicos y también psicólogos. El psicólogo interesado
en Psicobiología debe estar familiarizado con la terminología y descubrimientos
biológicos sobre su campo. Su misión es la de relacionar los elementos biológicos dentro
de los procesos psicológicos.

En la Psicobiología se mezclan así dos tradiciones: una que se preocupa por el


funcionamiento del cerebro y otra por cómo un sistema físico podría originar procesos
psicológicos.

Datos históricos

Los egipcios no dieron importancia alguna al cerebro. Tampoco los asirios que
consideraban que el asiento de la humanidad era el hígado.

En la antigua Grecia, ALCMEÓN DE CROTONA reconoció en el S. V a.C. que la


base de la actividad intelectual estaba en el cerebro. Esta afirmación no fue tenida en
cuenta durante mucho tiempo. ARISTÓTELES afirmaba que era en el corazón el centro
de la experiencia y la conducta.

Tuvo que pasar mucho tiempo para que definitivamente fuera reconocido el
papel del cerebro en la percepción, acción, etc.
Errores conceptuales

Durante mucho tiempo, y aún ahora, han pretendido explicar por analogías el
funcionamiento de los sistemas humanos y animales con el de los nuevos avances en
otros campos: física, ingeniería, etc. Cualquier nuevo avance tecnológico se utilizaba
como modelo de funcionamiento biológico.

Así ocurría en el S. XVII, época en la que todas las innovaciones constituían un


“juguete” para la realeza. Entre los inventos que tenía el rey francés Luis XIV, estaban
los autómatas. Consistían en figuras cuyos miembros se movían por energía hidráulica.
Una de las primeras teorías sobre el sistema nervioso se basó en su funcionamiento:

El filósofo francés RENÉ DESCARTES comparó el movimiento animal al de los


autómatas. Para él, el sistema nervioso estaba conectado a la mente para así controlar
el cuerpo. Los nervios eran tubos huecos y los músculos unas vejigas vacías. Existía un
“fluido”, el espíritu animal, que se almacenaba en las cámaras huecas del cerebro
(ventrículos), que recorría los nervios y llenaba los músculos, haciéndolos aumentar de
volumen y produciendo el movimiento.

Sostenía que los movimientos de los animales eran condicionados por


acontecimientos externos que activaban sus sentidos y hacían fluir los espíritus
animales. No se atrevió a extrapolar estas hipótesis al campo humano salvo en raros
casos. Uno de estos raros casos fue: cuando ponemos un pie sobre el fuego, esa
sensación llega al cerebro y refleja el espíritu animal que contrae el músculo y aparta
dicho pie. Son lo que ahora se conoce como reflejos.

Y es que, en el pensamiento occidental, el hombre fue considerado mucho


tiempo como cualitativamente diferente a los animales. Sólo él tiene alma racional, que
es lo que lo diferencia. Mente y cuerpo son cosas separadas, pero se mantienen en
conexión mediante la glándula pineal. Ésta, según Descartes, es controlada por el alma
racional y se mueve como una “compuerta” dando paso al espíritu hacia el músculo que
debe dirigirse.

Aunque esta concepción parece tan errónea, tiene algún punto acertado: el
reconocimiento de que los animales nacen equipados con reflejos. Pero la mayoría eran
fallos:

 Los músculos no aumentan de volumen al moverse.


 Pueden seguir moviéndose separados del cerebro.
 Tubos inyectados en los músculos no recogían ningún “fluido”.

A finales del S. XVII comenzó a rechazarse.


Pero esa creencia en que el hombre era cualitativamente diferente viene de
antiguo. Heráclito ya establecía la diferencia. Descartes se limitó a intensificar esta
concepción.

Desarrollo

La llegada de la Teoría de la Evolución de Darwin en el S. XIX se oponía a la


tradición. El hombre, según él, era simplemente un animal más. La diferencia era sólo
cuantitativa, y no cualitativa. En cuanto al sistema nervioso, los espíritus animales fueron
sustituidos en aquella época por un “nuevo concepto mágico”: la electricidad.

En el S. XVIII, el de “las luces”, comienza a conocerse la electricidad. Esta


“sustancia mágica” empezó a considerarse como posible energía activadora del
cerebro. Pero los primeros investigadores tuvieron muchos problemas a la hora de
producirla, almacenarla, medirla...

GALVANI observó que la pata de una rana se contraía si se le administraba una


descarga eléctrica. A una barra de hierro unió dos trozos de latón y entre estos colocó
una pata de rana. Se formaba un circuito eléctrico y la pata se contraía. Concluyó que
los movimientos de la pata se producen por electricidad (animal) que debía estar
relacionada con el sistema nervioso. Galvani pensaba que era la pata la que producía
la electricidad.

VOLTA demostró que la electricidad no salía del propio tejido nervioso, sino de
una fuente externa: el contacto entre los dos metales. Es decir, cuando dos metales
diferentes hacen contacto por medio de una solución salina (en este caso la pata) se
produce una corriente eléctrica. Sin embargo Galvani había acertado en algo: la energía
nerviosa es de naturaleza eléctrica.

Alrededor de 1840, en Pissa, MATTEUCCI realizó numerosas medidas con el


galvanómetro en animales (artefacto capaz de medir el paso de corriente y su
intensidad). Vio que fluía corriente del exterior al interior del músculo. Esta corriente se
conoce como corriente de lesión. Pocos años después, esto fue confirmado por los
experimentos de DUBOIS-REYMOND. Efectivamente existía una diferencia de potencial
entre la parte externa y la interna de la superficie de las células, y una corriente desde
el exterior al interior. Se denominó a esta diferencia de potencial potencial de acción o
impulso nervioso (se produce un cambio de potencial entre el exterior y el interior).

Un impulso nervioso dura milésimas. VON HELMHOLTZ fue uno de los primeros
en calcular su velocidad que hasta entonces se suponía semejante a la de la luz.
Demostró que eran mucho más lentos: tenían una velocidad de unos 50 m/s.
Todos estos hallazgos fueron fundamentales para que la ciencia que estudia
cómo funciona el cuerpo se fuera separando de las explicaciones más espiritualistas de
la filosofía. Se plantearon las cuestiones fundamentales sobre cómo funciona el sistema
nervioso.

Localización de la función

Si la información se transmite por impulsos nerviosos, ¿cómo pueden nervios


diferentes transmitir informaciones diferentes si dicha información se lleva siempre de la
misma manera? Es decir, cómo podían utilizar los mismos medios. MÜLLER, en el S. XIX
razonó que aunque todos los mensajes alcanzan el cerebro como potenciales de acción,
el cerebro los recibe de manera diferente (el cerebro interpreta lo que le llega). Esta idea
se conoce como la Ley de las Energías Específicas de los nervios.

A comienzos del S. XIX se conocían ya datos sobre el cerebro: el córtex está


plegado en surcos, entradas, circunvoluciones, etc. y algunas partes son
anatómicamente diferentes unas de otras.

BELL distinguió dos partes fundamentales: cerebro y cerebelo. El cerebro está


formado por la mayor parte de la masa, mientras que el cerebelo sólo asoma por abajo
y por detrás del cerebro. Observó que el cerebro era pequeño en los seres inferiores y
aumentaba hasta llegar a los humanos, por eso creyó que era el asiento de la actividad
intelectual superior. Cuando se tocaba el cerebelo con una carga eléctrica se producían
movimientos, si se tocaba el cerebro no: el cerebelo controla el movimiento muscular.
El descubrimiento más importante de Bell se reveló con un artículo publicado en
1811, y que se centró en la médula espinal. Bell observó que los nervios espinales se
dividen dos raíces: dorsal y ventral. Al tocar la raíz ventral se produce movimiento de los
músculos, al tocar la dorsal no. Distinguió entonces entre fibras nerviosas sensoriales y
fibras nerviosas motoras: las fibras motoras dejaban la médula espinal por su raíz ventral
y sin embargo la información sensorial llegaba a la médula por la dorsal. Fibras
sensoriales y fibras motoras son diferentes y van a lugares diferentes. Se denomina Ley
de Bell-Magendie

La Ley de Bell-Magendie, junto con la de Müller ayudaron a establecer que partes


diferentes del sistema nervioso cumplen funciones diferentes.

Mientras tanto, GALL y SPURZHEIM sostenían que la corteza cerebral humana


estaba subdividida en diferentes áreas funcionales, y que cada área era responsable de
una facultad mental diferente. El cerebro no es una masa homogénea sino que está
compuesto por partes, cada una con una función específica.
Gall tomó una postura muy extrema en cuanto a diferenciación: en el cerebro,
cada función mental tenía su lugar específico. Si un individuo posee una facultad muy
desarrollada esto se reflejará en una protuberancia en la parte correspondiente. Esta
protuberancia produciría un bulto en el cráneo y, mediante el estudio de esos bultos,
podríamos conocer su personalidad. Esta técnica se conoció como frenología y alcanzó
gran florecimiento. Pero era falsa, Gall cometió importantes fallos a la hora de idearla:
1. Tomó una muestra demasiado pequeña y muy selecta (no representativa) de
individuos.
2. No conocía muy bien la anatomía del cerebro: éste flota en los fluidos
cerebroespinales y, aunque el cerebro tuviera una protuberancia, ésta no deformaría
el cráneo.

Ante la falsedad se prohibió esta práctica, pero eso no impidió que se siguiera
empleando. Y es que no existía ninguna evidencia concluyente que negara la extrema
localización que proponía. Ahora se rechaza la frenología, pero la intuición de Gall sobre
la diferenciación aún se tiene en cuenta el las investigaciones actuales.

FLOURENS, 40 años después, hizo un ataque muy influyente a la frenología. Este


neurofisiólogo aceptaba una localización de las funciones, pero no tan extrema. Inventó
la técnica de ablación (extirpar partes del cerebro). Mediante este procedimiento
descubrió que la modificación de la conducta depende más de la cantidad de cerebro
extirpada que de la parte de donde se estirpe. Por lo tanto, si bien algunas áreas están
relacionadas con diversas funciones, no era fácil separarlas exactamente ya que el
cerebro funciona como un todo, y el cerebelo también.

En 1861 el estudio se inclinó a favor de la localización. BROCA presentó casos


muy interesantes de pacientes con trastornos en el lenguaje. El examen de sus cerebros
descubrió que tenían una lesión en la parte inferior de la tercera circunvolución
frontotemporal del hemisferio izquierdo, lo que hoy se conoce como Área del Lenguaje
de Broca.

A esta evidencia siguieron otras como la de JACKSON basada en la epilepsia.


Observó que los epilépticos sufrían convulsiones motoras y pensó que podrían existir
áreas motoras en los hemisferios cerebrales. Esto fue demostrado por FRITZ y HITZIG
en 1880 cuando comprobaron que mediante la estimulación eléctrica de cierta parte (lo
que hoy llamamos corteza motora) del cerebro se producían movimientos discretos.

A principios de siglo se aceptaba que existían áreas específicas para la


sensación y para el movimiento. BRODMAN mostró que hay amplias áreas que no son
propiamente sensoriales ni motoras, sino de asociación (de procesamiento de
información).

RAMÓN Y CAJAL presentó la Teoría de la Neurona: el cerebro se compone de


células discretas (neuronas), separadas unas de otras por un espacio muy pequeño. El
cerebro ya no era la red que antes se creía y se empezaba a conocer la lógica del
cerebro.

El concepto reflejo de Descartes aún se usaba. SHERRINGTON discrepaba y


enfatizaba la capacidad integradora de las neuronas. Descubrió el concepto de
inhibición: el movimiento sería imposible si unos músculos no se inhibiesen y otros se
estimulasen. El movimiento se decide en la integración de mensajes inhibitorios y
excitatorios: cada neurona decide si envía o no la señal a la neurona siguiente.

Después de la Segunda Guerra Mundial se enfrentan al estudio de la «energía


psíquica», cuyo origen se remonta a los experimentos de FERE en el S. XIX: la influencia
de la música en la fuerza de agarre de una persona. Con notas altas y melodías alegres
esta fuerza aumentaba. Se conoce como efecto dinamogénico y, así, una energización
del Sistema Nervioso vino a conocerse como dinamogénesis. Parecía razonable que
existiera una energía que activara el cerebro.

En 1949, MORUZZI y MAGOUN fueron coautores de un impactante estudio: parecía


que la formación reticular jugaba un papel importante en el control de la “energía
psíquica”. La formación reticular, situada en el tronco del encéfalo, formaría un núcleo,
una posición estratégica respecto al resto. Parecía controlar el nivel general de
excitabilidad de todo el sistema. Cuando se estimulaba esta zona aumentaba el estado
de alerta.

Posteriores trabajos parecían demostrar que todos los sistemas sensoriales


enviaban fibras a la formación reticular, y a su vez la formación reticular las enviaba a
muchas partes del sistema nervioso. Parecía el asiento anatómico de la energía
psíquica.

Se requería un estudio sobre los efectos dinamogénicos de los estímulos. OLDS


y MILNER pusieron a prueba la hipótesis utilizando animales. La idea era: cuando una
rata llega la bifurcación en un laberinto de “T”, hace varias tentativas. Si se activa la
formación reticular de la rata en el momento de la elección, la energización del cerebro
va a permitir que la rata aprenda el camino correcto con más facilidad. Además, el animal
va a asociar estímulos de ese brazo del laberinto con la energización y, así, llegará un
momento en que él sólo se energizará al presentarse dichos estímulos
(condicionamiento).

Al estimularle la formación reticular, se comportó como habían predicho. Pero


también comprobaron que lo que habían estimulado no era la tal formación, sino que se
desviaron unos milímetros y habían estimulado el área septal (septum).

Lo que habían encontrado, por casualidad, era un sistema relacionado con el


placer. Es un sistema que también se activa con ciertas drogas (cocaína por ejemplo),
lo que permite explicar algunos tipos de drogadicción. Olds trazó un mapa de las áreas
del cerebro de las que se podía obtener autoestimulación.

La formación reticular es mucho más compleja de lo que se creía, y no un simple


sistema energizante.

La química del cerebro

En los años 50 se introdujo el tratamiento farmacológico en los trastornos


mentales. Éstos no curan, además algunos tienen efectos laterales perjudiciales. La
utilización de fármacos descubrió una amplia información acerca de la química del
cerebro.

El cerebro ya no era sólo un conjunto de células eléctricas, sino un gran almacén


de productos químicos. Cuando los cambios en esa composición química se
correlacionaron con modificaciones de conducta surgió la revolución química. Ej.: en la
sinapsis, un proceso químico de comunicación entre neuronas, se ha pasado en 20 años
de reconocer 3 neurotransmisores a reconocer 3 docenas.

Pero esta idea de la química del cerebro tiene sus antecedentes. Los egipcios
ya atribuían influencia de las sustancias químicas (humores) en la conducta. En Grecia,
Galeno llamaba bilis a unas sustancias que contenían los ventrículos del cerebro y que,
según él, condicionaban el comportamiento.

RAMÓN Y CAJAL demostró que no existe conexión física entre neuronas, que hay
una separación mínima y el proceso por el que una célula nerviosa se comunica con
otra se llama transmisión sináptica. El descubrimiento de la transmisión sináptica
permitió el desarrollo de la química del cerebro, pero no fue hasta los 50 cuando
verdaderamente explotó.

El estudio de la química es prometedor, pero ésta no lo es todo, hay que recordar


que el conocimiento anatómico y funcional del cerebro aún no es total.

Antes de que la psicobiología surgiera como ciencia propiamente dicha, ya hubo


algunos investigadores destacados en este campo. Hay un libro, La organización de la
conducta (1949), de D.O. HEBB, que jugó un papel clave. Este libro es considerado como
ejemplo de integración de variables conductuales y biológicas.

También destaca LASHLEY, el primer psicólogo que se dedicó al estudio


psicobiológico. Trató en ratas los mecanismos del aprendizaje, la memoria, etc. Desde
1920 experimentó sobre la retención de laberintos, el aprendizaje de problemas, la
adquisición en ratas con el cerebro lesionado... Constató en esto último que el grado de
deterioro estaba sistemáticamente relacionado con el tamaño de la lesión y la dificultad
de la tarea, y no hay indicio de que dependa de la localización de dicha lesión.

Ley de Acción de Masas


Lashley
Ley de la Equipotencialidad

Ley de Acción de Masas: la eficacia de la conducta de un organismo viene


determinada por la cantidad y no por la localización del tejido. Varias regiones corticales
del cerebro contribuyen de igual manera a la eficacia de cualquier conducta compleja.
Niega la extrema especialización.

Después, Hebb se planteó cómo los fenómenos psicológicos pueden estar


relacionados con la actividad del cerebro. Tomó los datos que tenía la Psicología y
buscó los correlatos subyacentes en el cerebro.

Introdujo el concepto de agrupación celular: dijo que las células nerviosas eran
capaces de actuar cómo circuitos cerrados que reverberaban y, según esto, explicaba
fenómenos como la memoria o el aprendizaje.

Basó su trabajo en experimentos tanto en animales como en humanos, recurrió


a datos clínicos y a principios lógicos.

Concepción actual

Hoy se cree que las distintas partes del cerebro están conectadas por circuitos
complejos (circuitos integrantes). Se han localizado ciertas regiones en el cerebro que
intervienen en diversas funciones (lenguaje, memoria...). Asimismo, el cerebro se
considera circuito integrante del resto del cuerpo.
Relación con otras disciplinas

La Psicobiología se caracteriza por la variedad de enfoques y precisa aportes de


diferentes disciplinas. Estudia el sustrato biológico que hace posibles los procesos
psicológicos.

El sistema nervioso está formado por millones de células especializadas


(neuronas). El estudio de este sistema corresponde a la Neurofisiología o
Neuroanatomía. La Neuroquímica estudia las neuronas individuales. La Biofísica
estudia los sucesos dentro de las neuronas.

La Psicología y la Etología se ocupan del estudio de la conducta. La Sociología


estudia el comportamiento humano en el grupo.

La Psicobiología intenta conectar todas ellas para explicar procesos individuales


como memoria, aprendizaje, emoción, etc.

Hay varias formas de explicar un mismo fenómeno, dependiendo de la formación


de cada investigador. La Psicología trata de entender los organismos vivos como un
todo, intactos; en general, el ambiente en que se someten a prueba es bastante simple.
Podemos dar una explicación en un nivel, pero a la vez recurriendo a informaciones de
sistemas inferiores. Algunos psicólogos (conductistas) están en contra de esta práctica.
B. F. SKINNER decía que no se mostraba interesado por nada que ocurriera debajo de
la piel.

Sin embargo, no hay duda que el recurrir a datos de niveles inferiores para
explicar acontecimientos de un nivel superior puede ser muy fructífero. Es importante
aunar los diferentes niveles y que se den relaciones de complementariedad, la
Psicobiología asume este papel de coordinación. Se sacan 2 conclusiones:

1. Los fenómenos se pueden explicar desde un sólo nivel de estudio o acudiendo a


otros inferiores.
2. La elección de la aproximación explicativa va a estar relacionada con el propósito
que cada uno tiene.
Conceptos: Reduccionismo y Holismo

Reduccionismo:

Explicar los fenómenos mediante el estudio de sus componentes en niveles


inferiores (BOTTOM-UP). Ejemplo: explicar la Psicología por el estudio del Sistema
Nervioso.

El conocimiento biológico no es más científico que el psicológico. Aunque los


reduccionismos parecen inevitables, la fisiología no siempre es la que causa la
conducta; esta influencia es bidireccional, la fisiología influye en la conducta y la
conducta en la fisiología. El cambio social de los animales contribuye al cambio
fisiológico.
El acercamiento reduccionista cree que las explicaciones a un nivel inferior son
mejores que a niveles superiores; pero por mucho que separemos las partes para
estudiar tenemos que considerar cómo funciona el todo, cómo funciona el organismo
intacto.

Su falsa creencia es que el todo no es más que la suma de las partes. Ejemplo:
creer que la sociedad es la simple suma de los individuos y que, estudiando individuo
por individuo, podremos entender el funcionamiento de la misma.

Holismo:

Es todo lo contrario. Mantiene la creencia de que cada nivel tiene propiedades


características («propiedades emergentes»). Para entender mecanismos no es
suficiente con analizar sus componentes, en algunos propósitos se deben aplicar las
propiedades emergentes para poder comprender (TOP-DOWN). Ningún nivel tiene
prioridad sobre otro, la Psicología no puede ni debe reducirse a átomos físicos.

A veces, una perspectiva más amplia permite observar fenómenos que no se


pueden ver a niveles más bajos.

Conclusión: los dos tipos de enfoque son necesarios. Hay que traducir los
cambios de nivel fisiológico a nivel conductual y debemos buscar las reglas de
transformación. La perspectiva bidireccional es muy importante. Hay que procurar que
la explicación de un nivel sea compatible con otros. La Psicobiología debe pensar en
sistemas totales. A tener en cuenta:

1. Evitar el reduccionismo ingenuo


2. Explicar los fenómenos a niveles inferiores es muy fructífero, ahora bien, deben tener
en cuenta las propiedades del sistema total.
3. El holismo enfatiza que hay propiedades que emergen en cada nivel. Para algunos
propósitos es beneficioso acudir a las propiedades del sistema total para entender
mejor los componentes inferiores.

Uso de animales en la investigación

Cuando hablamos de avances en la comprensión del cerebro siempre pensamos


en el cerebro humano. Sin embargo, gran parte del conocimiento actual sobre el mismo
procede de estudios con animales.

Muchos creen que el estudio del cerebro animal no es útil porque éste es mucho
más simple que el humano, que las capacidades cognitivas humanas son totalmente
diferentes, que los humanos pueden hacer cosas que los demás animales no.
Consideran reduccionismo intentar explicar el funcionamiento humano a través del
animal.

Pero no hay duda de que muchos experimentos no se pueden realizar con


personas (por tener que lesionar, estimular eléctricamente el cerebro, etc.), por eso se
recurre al animal.

Cuestiones prácticas

Pese a todo esto, se ha comprobado que todos los cerebros tienen las
mismas estructuras básicas. Entre los primates, por ejemplo, las semejanzas son
sustanciales y hay pocas diferencias cualitativas; el cerebro de la rata es en muchos
aspectos similar al del humano. El cerebro de todos los mamíferos está construido en
las mismas líneas y cada parte de nuestro cerebro se puede reconocer más o menos
en el de los otros. La evolución del cerebro responde a la adaptación a los distintos
nichos ecológicos. Cada especie desarrolla la parte del sistema nervioso que le es más
útil.

Elegir una u otra especie depende de lo que se quiera estudiar. Por ejemplo,
el calamar se usa para el estudio de los potenciales de acción porque sus neuronas son
grandes y muy accesibles. En el estudio del aprendizaje se usan caracoles y babosas
de mar, porque tienen un sistema nervioso tan simple que hace fácil localizar los
cambios que subyacen al aprendizaje. Sobre ratas y ratones se conoce tanto ya que
cualquier nuevo descubrimiento se relaciona sin problema con lo ya conocido.

A algunos todavía les cabe una duda más: aunque sea igual la estructura, su
comportamiento no es igual, luego el funcionamiento puede que no sea igual. Es cierto,
la conducta no es igual, pero sí muchos procesos mentales como la memoria, la
atención o el estrés son iguales que en el humano; luego podemos estudiarlos. Salvo
algunas excepciones (lenguaje) podemos localizar conductas comparables entre
animales y humanos. Lo único que debemos aún constatar es que los mecanismos
funcionen igual en ellos y en nosotros.

Modelos animales de desordenes humanos: se convierte a los animales en


sustitutos. Se les hace mostrar conductas que representen un patrón de conducta
considerado como rasgo más crítico de un desorden humano.

La mayoría de los fármacos se prueban primero en animales. Es posible que en


el futuro los modelos matemáticos puedan sustituir a los animales de laboratorio, pero
de momento el uso de estos es indispensable para el desarrollo del conocimiento del
cerebro. Lo que debe quedar claro es que el conocimiento del cerebro animal orienta el
conocimiento del cerebro humano, pero no lo reemplaza.

Consideraciones éticas

Los animales son sometidos a condiciones de estrés. Para suavizar ese efecto
se recurre a los llamados animales de laboratorio, criados durante generaciones y
habituados a ese entorno. Estos animales no suelen encontrar tan estresante la
experimentación. Se ha de tratar “humanamente” a un animal, de un animal maltratado
no obtendremos datos fiables.

Existen guías que desaconsejan procedimientos demasiado crueles, comités


que supervisan los experimentos, agencias que sólo subvencionan proyectos que no
impliquen maltrato, revistas que no publican investigaciones innecesariamente crueles.
Como se ve, hay un gran control sobre la investigación. Pero también existen estudios
no estressantes sobre memoria, aprendizaje, etc.

Todos los fármacos son probados en animales como experiencia previa. No


obstante los críticos creen que nada tiene que ver el efecto en el animal con el efecto
en el humano, que algunos efectos secundarios que no se dan en los animales luego si
se dan en el humano. Actualmente se usan animales para encontrar tratamientos para
enfermedades tan importantes como el cáncer, el SIDA, la demencia senil, el
Parkinson...
BIBLOGRÁFIA

1. http://servicios.uapa.edu.do/pluginfile.php/157778/mod_resource/c
ontent/1/PSI122%20HISTORIA%20DE%20LA%20PSICOLOG%C3
%8DA%20%202.pdf

2. Ardila, Rubén (1986). La Psicología en América Latina: Pasado,


Presente y Futuro. México, D.F: Siglo XXI Editores.

3. Escala F., Miguel J. (1984). La Psicología Dominicana en sus


Planes de Estudios. Ciencia y Sociedad, IX, 333-352.

4. http://www.arqhys.com/general/desarrollo-de-la-psicologia-en-la-
republica-dominicana.html

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