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En su gran mayoría investigadores se han dedicado al estudio de las emociones pero siempre se

ha mantenido el foco atencional en aquellas emociones negativas que si bien es cierto es lógico
que sea así ya que emociones como la tristeza, ira o miedo son señales de que en algún
momento en el individuo podría desencadenarse problemas de gran magnitud como son las
enfermedades mentales, por ende se ha dejado de lado al estudio de las emociones positivas ya
que son consideradas más difíciles para emplear un estudio sobre ellas debido a que son
menores en cantidad que aquellas emociones negativas, por ende cada individuo tendrá mayor
dificultad para nombrar emociones positivas, también se puede considerar que existen
diferencias en cuanto a las expresiones faciales de ambas, como es el caso de las emociones
negativas que pueden ser identificadas con mayor incidencia en las expresiones faciales de un
sujeto a diferencia de las positivas ya que no poseen características únicas y de fácil
reconocimiento e incluso a nivel neurológico las emociones negativas activan áreas corticales
del cerebro que desencadenan respuestas en nuestro sistemas nervioso mientras que las
emociones positivas no provocan respuestas diferenciadas.

A raíz de cada uno de estos análisis surge la psicología positiva en 1998 por Martin Seligman
como presidente de la Psychological Association (APA) Seligman, propone que su mandato se
enfocara en enfatizar el interés hacia una psicología mas positiva, en una primera instancia
Seligman consideraba que el énfasis debía estar en la prevención pero se dio cuenta que si
optaba desde esa perspectiva seguiría enfocado en la enfermedad puesto que su objetivo era
minimizar o reducir sus efectos, prontamente opto por identificar estas tendencias positivas
para adaptarlas como herramientas para nuestra homeostasis.

“La psicología positiva fue definida por Seligman (1999) como el


estudio científico de las experiencias positivas, los rasgos
individuales positivos, las instituciones que facilitan su desarrollo y
los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los
individuos, mientras previene o reduce la incidencia de la
psicopatología. Fue definida también como el estudio científico de las
fortalezas y virtudes humanas, las cuales permiten adoptar una
perspectiva más abierta respecto al potencial humano, sus
motivaciones y capacidades.
Por ende la psicología positiva nos ha permitido a lo largo de nuestro tiempo promover e
incentivar que exista una potenciación equilibrada de nuestras fortalezas, es decir
permitiéndonos tener una perspectiva objetiva de nosotros mismo, además de ello la psicología
positiva reduce la posibilidad de la presencia de psicopatologías en los individuos ayudando de
cierta manera a mejorar la calidad de vida de cada uno, proporcionándote herramientas para
llevar una vida con mayor felicidad y bienestar sin la necesidad de tener que ingerir pastillas o
remedios que nos ayuden a estabilizarnos emocionalmente, de tal manera que conociendo los
recursos a tu alcance podrás conocerte mejor para gestionar de forma mas eficaz las emociones
y crecer personalmente.

La psicología positiva nos permite pasar del equilibrio al máximo desarrollo de nuestras
fortalezas es decir que aquello que este bien se podría potenciar aún más. Martin Seligman
psicólogo pionero de la psicología positiva la cual concibe como fundamental expresando que la
felicidad es el conjunto de fortalezas las cuales pueden considerarse como caminos mediante
los cuales no volvemos virtuosos y capaces de lidia con nuestras emociones y potenciar aún más
aquellas que ayuden a nuestro bienestar.

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