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Universidad Nacional de Lanús

Departamento de Música

Profesor Dr. Luis Padín


2014
Primer Cuatrimestre

Jorge Luis Freire


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En éste breve trabajo se intentará exponer la dolencia que acoge a la gran


mayoría de países americanos y a la Argentina en particular de tener una cultura de
opuestos: la oficial de carácter artificial, sin base sustentable e implantada desde
afuera y la local de carácter subterráneo si se quiere, subyacente en nuestra
sociedad, latente y siempre presente pero con la cuál el americano que se quiere ver
reflejado en europa o los EUA no puede sentirse identificado ni incluído. Esta
superposición de culturas generará grandes consecuencias sociales, políticas y
económicas; económicas en cuanto al sentido amplio, no solamente
circunscribiéndose al significado material, sino también a lo que es la distribución de
los recursos expresivos y al conjunto de actividades que integran la riqueza de una
colectividad.

Es mi entender que se hace necesario encontrar una conciliación entre estas


dos contradicciones sobre las cuales se basan luego las sucesivas contradicciones
que plagan, no solamente a nuestro país, sino a toda latinoamérica. Es importante
entender asimismo que esta cultura trasplantada (o anti-cultura) tiene la pretensión de
ser una cultura universal por lo cual no puede tener en cuenta las particularidades de
la cultura pre-colombina en nuestro continente pero sobretodo es importante tener en
cuenta que esta cultura oficial trasplantada viene a América desde el punto de vista
eurocentrista, en consecuencia: América en su totalidad es concebida por el
colonizador europeo como inferior y salvaje y al hombre en América ni siquiera se le
concede su calidad de humano sino que se lo cosifica, mercantiliza, y utiliza como si
fuera otro elemento más en la gran factoría burguesa europea. Sólo se toma en
cuenta el factor humano en la medida que éste se doblegue mansamente y acepte su
europeización (colonización). Es así que se torna más imperativo que nunca
desembarazarse de esta concepción de cultura que sólo nos permite sentirnos
incluídos dentro de la “humanidad” siendo útiles y funcionales a intereses extraños,
siendo
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Esta producción cultural de arriba hacia abajo como la caracteriza Kusch


adolecerá de una falta de arraigo proveniente de la falta de sujeto cultural. Si se
entiende que un escritor o un artista no es un sujeto biográfico aislado sino más bien
un catalizador social que plasma en una obra un requerimiento social o una
necesidad expresiva social entonces se ve como no es más que un mediador que
parte primero de un sentimiento de totalidad para luego plasmarse en una obra que
de alguna manera y en algún sentido era requerida por su medio social en ese
momento y en ese lugar. De este modo se convierten en lo que Kusch llama un
del sentido dentro de un horizonte simbólico local.

Desconocer nuestro suelo implica desconocernos a nosotros mismos como


sujeto cultural por lo cual no podremos tener nunca ni arte ni filosofía propia, ni
políticas sociales propias ni tampoco economías pensadas para nuestra nación.
2
Ibíd., p. 118.
3
Ibíd., p. 117.
6

Nación que en realidad difícilmente podremos concebir si ni siquiera podemos


conciliarnos con nuestra diversa historia y patrimonio cultural.

Quizás lo que haya que generar sea una especie de conciliación con nuestro
horizonte cultural no racional a la manera que plantea Georg Gadamer en su artículo
En sus palabras discurriendo sobre la poesía, la tradición religiosa y su
vinculación con la razón:

En pocas palabras de Kusch no puede estar más claro:

Y terminaré mi conclusión con una


pregunta que se hace el autor que me parece muy interesante para entender el por
4
Padín, L. (2008) p. 21.
5
Gadamer, Hans. , Paidós, Barcelona, 1997, p. 22.
qué de la necesidad impostergable de acompañar conscientemente una conciliación
entre estos opuestos para superar el modo de pensar del colonizador-conquistador y
poder encontrar nuestra identidad como pueblo de América:

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