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1.2.1.2.

Evolución del Proceso Penal: (Oré, 2016)Durante el Incanato, conforme el proceso era
iniciado de oficio, existía a confesión por tortura y no había apelación de la sentencia. Así señala que
el acusado de un delito era capturado y puesto a disposición del Inca o del Curaca; el juzgamiento
se llevaba a cabo en un solo acto con asistencia de testigos. El juicio terminaba con la sentencia que
era inmediatamente ejecutada. A lo largo de la conquista, se produjeron numerosos conflictos en
materia de jurisdicción; dada la coexistencia de dos tipos de sociedades: una conformada por
españoles y otra conformada por indios. El carácter inquisitivo de estas leyes se aprecia en el
predominio de la escritura y secreto de los procesos, en especial en la fase de investigación, la
adopción de torturas para arrancar la confesión, la ausencia de 21 debate, la limitación de la
defensa, la aceptación de pruebas semiplenas y la represión no en función del delito, sino en función
del autor. Posteriormente, la constitución de Cádiz de 1812 consolidó el pensamiento liberal
producto de la Revolución Francesa, introduciendo en nuestro sistema nuevos ideales de libertad e
igualdad y una tendencia a la humanización de la justicia pena. De allí en adelante, se aplicaron
preferentemente disposiciones contenidas en leyes españolas. Fue a partir del Reglamento
Provisional del 17 de marzo de 1821, dictado por José de San Martin, que se empieza a producir
nuestro alejamiento de aquella dependencia normativa, cuando se establece que las leyes,
ordenanzas y reglamentos contrarios a las ideas de libertad e independencia quedaban derogadas.
En la primera constitución del Perú, promulgada el 12 de noviembre de 1823, se reconoció la
existencia de jurados para el juzgamiento de causas criminales. El nombramiento y desempeño de
sus miembros estuvieron condicionados a la promulgación de un reglamento posterior, mientras
tanto, los juicios criminales siguieron resolviéndose en la justicia común.

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