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NOTAS Y DISCUSIONES

Enfoques republicanos contemporáneos


sobre la democracia y su potencial
cosmopolita 1
ISEULT HONORAN
School of Politics and International Relations,
University College Dublin

RESUMEN. ¿Tiene la teoría política repu- ABSTRACT. Has republicanpolitical theo-


blicanaalgún recurso que ofrecer a la ry any resources to offer contemporary
democracia contemporánea? Dos objecio- democracy? Two objections are addressed:
nes son abordadas: que se pone en tela de that contemporary republican theory is too
juicio demasiado internamente que la teoría internally contested to offer a coherent
republicana contemporánea pueda ofrecer approach, and that any valuable insights
una propuesta coherente, y que ninguna are indistinguishable from liberaltheory. 1
idea susceptible de ser valorada es distin- argued that, despite certain common
guible de la teoría liberal. Mantengo que, a ground between republicans and liberals,
pesar de que hay ciertos lugares comunes their engagement with democracy displays
entre los republicanos y los liberales, su different approaches, tensions and accom"
compromiso para con la democracia mues- modations. Republicanism has a coherent
tra diferentes enfoques, tensiones y acuer- underlying perspective and offersa dis"
dos. El republicanismo tiene unasubya- tinctive approach to grounding and con-
cente perspectiva coherente y ofrece un ceiving democracy. Its emphasis on deli-
enfoque distintivo para fundamentar y con- beration amongcitizens in multiple public
cebir la democracia. Su énfasis en la delibe- spheres, rather than on unitary popular
ración entre ciudadanos en múltiples esfe- sovereignity can potentially contribute to
ras públicas, antes que en una soberanía addressing problems of understanding and
popular unitaria, puede contribuir poten- realising democracy at transnational and
cialmente a tratar los problemas que conlle- globallevels.
va la compresión y la realización de la
Keywords: republicanism, liberalism,
democracia a nivel transnacional y global.
democracy, globalization, cosmopolitismo
Palabras clave: republicanismo, liberalis-
mo, democracia, globalización, cosmopoli"
tismo.

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1. Introducción liberalismo. Debo decir que en un artículo


de estas dimensiones el tratamiento de
¿Puede ofrecemos la teoría política repu- ambos temas y enfoques deberá ser, de
blicana alguna perspectiva útil o interesan- alguna manera, esquemático. Ni el libera-
te sobre la democracia hoy en día? Abor- lismo ni el republicanismo pueden ser pro-
dar esta pregunta implica considerar dos piamente entendidos como formas de
cuestiones: primero, que se pone en tela de democracia. Identifico, pues, las diferentes
juicio demasiado internamente que la teo- tensiones a las que ambas teorías han dado
ría republicana contemporánea pueda ofre- lugar en sus relaciones con la democracia
cer una propuesta coherente; segundo, que y las conclusiones a las que han llegado. A
sea lo que fuere aquello susceptible de ser continuación muestro cómo los argumen-
valorado en el republicanismo no se dis- tos del republicanismo contemporáneo
tingue de la teoría liberal. Sostendré que, a intentan operar más allá de los problemas
pesar de que existen ciertos lugares co- de los primeros enfoques republicanos, a
munes entre ambos, el republicanismo y el la par que permanecen lejos de los consen-
liberalismo enfocan la democracia de sos liberales contemporáneos. Finalmente,
forma diferente; que denotan diferentes considero sucintamente si el republicanis"
tensiones sobre ciertos aspectos de la de- mo ofrece recursos para abordar la demo"
mocracia, y que llegan a distintas con- cracia a nivel transnacional o global.
clusiones. Además, argüiré que aunque el
republicanismo contemporáneo sea una 2. El republicanismo
teoría puesta en tela de juicio, en ella sub-
yace una visión coherente que ofrece un El republicanismo no se opone al valor
enfoque alternativo para fundamentar y central del liberalismo, la libertad, sino
concebir un modelo de democracia que que eS una teoría con un centro de grave-
quizás sea eficaz a la hora de considerar dad diferente que se articula en tomo a un
nuevos contextos para la democracia. ramillete de valores como la libertad, la
Los críticos identifican dos enfoques participación en el autogobierno y la soli-
republicanos contemporáneos que apuntan daridad. Es la unión de estas otras consi-
direcciones opuestas. Un enfoque promo- deraciones de compromiso cívico con la
ciona el valor fundamental de la actividad libertad lo que es característico del repu-
política (Arendt, 1958) de una manera que blicanismo.
se antoja inaceptable en el mundo actual, El republicanismo, por tanto, se preo-
donde una pluralidad de visiones sobre lo cupa tanto por la libertad como por el bien
que es importante para la vida humana común compartido por los ciudadanos.
debe ser adaptada. El otro valora la activi- Aborda el problema de la libertad entre
dad política de manera instrumental, como seres humanos necesariamente interdepen-
un medio para granjearse seguridad perso- dientes. Como respuesta, propone que la
nal frente a la dominación, precondición libertad, tanto la política como la personal,
para cualquiera que sea el estilo de vida puede ser realizada a través de la perte-
que los ciudadanos deseen perseguir. En nencia a una comunidad política, en la que
el segundo caso, argumentan los críticos, aquellos que son recíprocamente vulnera-
su compatibilidad con el liberalismo es bles y comparten un mismo sino puedan
considerable, mas no ofrece ningún valor ser capaces de imprimir alguna dirección
añadido. colectiva sobre sus vidas de manera con-
En lo que sigue, primero trataré de junta. Al tiempo que algunos republicanos
esbozar qué es lo que yo entiendo por definen la libertad en términos de seguri-
republicanismo y en qué se diferencia del dad como no-dominación, otros lo hacen

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como participación en los procesos de y la dominación. Así, el republicanismo


decisión; en ambos casos, la libertad está presenta un enfoque característico de la
ligada al autogobierno y la preocupación libertad ligado a la idea de autogobierno.
por el bien común. Este enfoque, más anti· Los principales peligros que los republica·
gua (e influyente) que el liberalismo, ha nos señalan son la dominación -la ame·
sido expresado y desarrollado de múltiples naza de la interferencia arbitraria por parte
formas. Aun cuando representa una tradi· de un tercero-, y la corrupción -cuando
ción específica en el seno de la política intereses particulares o de facción se ante·
occidental, también representa una posible ponen al bien común-o Por el contrario,
y socorrida respuesta a aspectos persuasi· para los liberales el punto de partida de la
vos de la condición humana. política es la amenaza localizada en los
Las políticas republicanas tratan, por conflictos que emergen entre individuos
tanto, de habilitar a los interdependientes libres e iguales por naturaleza y con dis·
ciudadanos para que deliberen y satisfagan tintos intereses materiales y de valores.
el bien común de una comunidad política Dicho estado requiere el establecimiento
históricamente desarrollada; al menos,. de una autoridad, lo que, a su vez, consti·
tanto como tratan de promocionar los inte· tuye una amenaza de tiranía, por lo que la
reses y derechos individuales. Por bien libertad es protegida limitando la interfe·
común se entiende aquello que es campar· rencia, cualquiera que sea su origen.
tidopor Jos ciudadanos, no como la suma
de los bienes individuales. Este énfasis en 3. El liberalismo y la democracia
la responsabilidad para con el bien común
es lo que ubica al republicanismo fuera de Puede resultar muy duro argüir que no hay
la esfera de las teorías libertarias que se nada inherente al liberalismo que nos con·
centran exclusivamente en los derechos duzcahacia una democracia. Sin embargo,
individuales. Asimismo, enfatizar que su principal preocupación no son tanto las
dicho bien común es políticamente reali· fuentes del poder gubernamental como
zado coloca al republicanismo al margen poner límites a dicho poder. La manera
del neutralismo de las teorías liberales, las fundamental de abordarlo ha sido por
cuales excluyen toda concepción sustanti· medio de la distinción entre asuntos públi·
va sobre los valores y la vida buena de su cos y privados como esferas sujetas a, e
discurso político. Finalmente, también es inmunes de, el control estatal, y personifi·
importante subrayar que enfatizar la cons· cando dichas limitaciones constitucionales
trucción política de la comunidad política y derechos individuales.
distingue a los republicanos de los comu· Quienquiera que gobierne, el problema
nitaristas, quienes conciben la política de la tiranía continúa por resolver. La de·
como la expresión de valores pre·políticos mocracia ~l gobierno del pueblo- pue·
compartidos por una comunidad 2. de, en sí mismo, erigirse en importante
De esta manera, el liberalismo y el amenaza para la libertad de los individuos.
republicanismo no pueden ser opuestos Así, más que concebir un gobierno del
simplemente como teorías que patrocinan pueblo, desde esta perspectiva, lo que es
la libertad y la virtud cívica respectiva· necesario para legitimar el poder guberna·
mente. Ambos se implican en la protec· mental es su consentimiento. Aunque en
ción de la libertad por medio del imperio esta visión la participación política no es
de la ley y alguna suerte de separación de un valor en sí mismo, aún puede alegarse
poderes. Sin embargo, mientras los libera· que los intereses materiales individuales
les oponen la libertad a la interferencia, son mejor protegidos por alguna suerte de
los republicanos la oponen a la esclavitud democracia, pero esta función puede ser

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llevada a cabo a través de varios tipos de la tiranía. Tanto que el concierto que el
representación. De esta manera, el libera- liberalismo y la democracia pueden gene-
lismo se adapta a la democracia por medio rar conduce a poner acentos sobre el con-
de la representación de diversos intereses. sentimiento popular, el gobierno limitado
Además, el liberalismo puede conceptuali- y la restricción del campo de acción de la
zar el proceso democrático de toma de discusión política en la práctica.
decisiones como un asunto de compromi-
so necesario entre dichos intereses. Pero
las cuestiones que son susceptibles de lle- 4. Republicanismo y democracia
varnos a conflictos que no pueden ser
lidiados aun cuando haya compromiso, El interés republicano por la libertad de
tales como muchos de los debates morales los ciudadanos y su bien común ya no se
o religiosos, son menos fáciles de tratar, y conjugan a la perfección en el seno de la
pueden ser descartados de la agenda políti- democracia mejor que las perspectivas
ca e incluso del debate. A pesar de que liberales, aun cuando los republicanos ven
existen muchas variantes de liberalismo, al pueblo como la fuente última de la
puede decirse que, en general, se adapta autoridad política. El republicanismo está
con mayor facilidad al modelo democráti- más abierto que el liberalismo al ejercicio
co de «mercado», en el que las preferen- del poder gubernarnental siempre y cuan-
cias individuales son agregadas, más que a do no domine o interfiera arbitrariamente
un modelo de «foro», en el que las visio- -mientras promueva los intereses de los
nes son articuladas y desarrolladas en ciqdadanos, ambos: los individuales y los
público (Elster, 1997). Como Habermas comunes-o Los republicanos están intere-
ha puesto de relieve, «el modelo liberal no sados en que quienquiera que ejerza algún
depende de la autodeterminación demo" poder debe tener en cuenta el bien común.
crática de ciudadanos que deliberan, sino Las tensiones que surgen entre el republi"
de un marco constitucional para una socie- canismo y la democracia resultan de la
dad económica a la que se supone garanti- división que hay en el seno de cada ciuda-
ce un bien común esencialmente no-políti- dano entre la dedicación al bien común o a
co satisfaciendo planes de vida personales sus intereses particulares, y del peligro
y expectativas privadas de felicidad» que supone la dominación democrática en
(Habennas, 1996: 228). manos de un gobierno que persigue intere-
Es cierto que los liberales se han vuel" ses particulares antes que comunes.
to comprometidos en el cambio moderno Pero el republicanismo tarnbién puede
hacia la democracia deliberativa, en la que adaptarse a la democracia. Para los repu-
el diálogo entre puntos de vista alternati- blicanos la participación en el autogobier-
vos en un espacio público se convierte no colectivo es una fonna importante de
vital. Pero las consideraciones liberales autoexpresión y autodefinición -no sólo
sobre la democracia deliberativa (como las un carnino para proteger los intereses indi-
respaldadas por Rawls o Habermas) tien- viduales-. En segundo lugar, está el pen-
den a ser racionales y legales, o constitu- samiento en virtud del cual el bien común,
cionales en su enfoque, o a limitar arnbos en sí mismo, es mejor realizado si mucha
tipos de contribución al debate público y gente tiene algo que decir en su definición.
el alcance de dicha deliberación de una Esto puede ser fundarnentado en el argu-
fonna tal que rebaja la inclusividad demo- mento epistémico según el cual cuantas
crática. más perspectivas sean impelidas para
Por lo tanto, la tensión entre el libera- hacer presión sobre algún asunto de razón
lismo y la democracia resulta del miedo a práctica mejor será el fallo, y también en

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la creencia de que cuanto más implicada Habermas ha criticado justamente este


esté la gente en un proceso de toma de enfoque como defectuoso a la hora de
decisión más probabilidades habrá de que reconciliar la libertad y el bien común.
se identifiquen con él. De este modo, la Pero lo que no queda claro es si los pro-
prioridad para con el bien común puede, blemas que él asocia a este posicionamien-
en sí mismo, convertirse en un argumento to son propios del republicanismo o espe-
a favor de la democracia si los ciudadanos cíficos de Rousseau. Además, identifica el
son los mejores jueces, no sólo para sus republicanismo con una interpretación de
intereses individuales, sino también para la política estrictamente comunitarista,
el bien común. En ambos campos puede como el descubrimiento de autopercepcio-
alegarse que el pueblo debe ser capaz de nes (self-understandings) colectivas ya
hacer, y no sólo de consentir, las leyes a existentes 3.
las cuales se sujeta. Pero lo que esto entra- Pero ésta no es la única manera de
ña en la práctica es difícil de explicar con concebir la realización de la libertad y el
sencillez. bien común. El problema no es tanto la
Diferentes estrategias destinadas a ase- identificación del bien común como ver-
gurar el gobierno de ciudadanos cuidado- dadero propósito de la política, sino la
sos de su bien común han sido adoptadas idea de que la expresión de un (macro-)
por los republicanos, de forma especial sujeto colectivo debe ser comprendida y
mientras los Estados crecían en tamaño y que, antes que algo a alcanzar mediante
amenazaban el sentido de pertenencia a la deliberación entre diversas perspectivas,
comunidad y la dedicación al bien común refleja la autocomprensión existente.
entre los ciudadanos. Una estrategia -la
de Madison en los Estados Unidos- enfa- 5. Enfoques republicanos
tizó la selección de representantes virtuo- contemporáneos sobre la democracia
sos como líderes tanto como la separación
de poderes, de tal forma que con el tiempo Por lo tanto, el renacimiento del pensa"
encajó en los acuerdos liberales con la miento republicano que ha tenido lugar en
democracia. Otra estrategia fue puesta de los últimos veinte años, más o menos, ha
manifiesto por Rousseau. En esta visión, intentado suscitar posibilidades alternati-
el bien común es realizado por el pueblo vas en la teoría republicana. Los republi"
soberano deseando colectivamente la canos contemporáneos defienden un alto
voluntad general. Pero esto crea otra ten- nivel de intervención del gobierno, hacen
sión -une el republicanismo y la demo- un llamamiento a una ciudadanía más acti-
cracia sólo si el pueblo puede ser concebi- va y a una implicación popular en la acti"
do como un todo, y si podemos distinguir vidad política más extensa que el consenso
en la práctica entre sus expresiones de liberal sobre el gobierno limitado, la
voluntad general genuina (dirigidas al bien representación electoral de intereses y el
común) y el agregado de las voluntades de consentimiento de los gobernados. Más
todos (dirigidas a bienes particulares)-. que una política de consenso entre intere-
y sosteniendo que cuando aquellos que se ses, o de expresión de la voluntad colecti-
muestran en desacuerdo con la interpreta- va, enfatiza la interpretación deliberativa
ción mayoritaria de la voluntad general del bien común. No hay una manera senci-
son invitados a cumplir, forzados para ser lla de determinar qué hay en el bien
libres, se crea una tensión indisoluble común para una sociedad. La naturaleza y
entre la libertad como no-dominación y la especificación de los bienes comunes rea-
libertad como participación en el autogo- lizado en política necesita ser abierto a la
bierno. reflexión y deliberación por aquellos que

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son afectados por él. Pero el bien común la libertad son un sistema de leyes que
permanece como un horizonte o idea regu- provee de garantías frente a las interferen-
lativa para ser alcanzada. cias ilegítimas, para que los ciudadanos
Sin embargo, lo que el republicanismo puedan ser capaces de actuar independien-
contemporáneo constituye es puesto en temente. Es el poder arbitrario, y no la ley,
tela de juicio; hay dos amplios tipos de lo que es incompatible con la libertad. Los
enfoque, y ambos se distinguen del libera- individuos, sin ayuda de nadie, no pueden
lismo en tanto que se emolan en la demo- protegerse del ejercicio del poder. Cuando
cracia deliberativa. Los dos se apartan de son dominados están sujetos a la incerti-
la mayoría de los liberales rechazando la dumbre, necesitan congraciarse con el más
noción de libertad como no-interferencia 4. poderoso y no pueden establecer su condi"
Uno, que podemos denominar como ción de libres pÚblicamente. Las leyes
«republicanismo instrumental», define la proporcionan seguridad como no-interfe-
libertad como no-dominación y ve la parti- rencia, o una protección resistente frente a
cipación en el autogobierno como princi- la dominación. La libertad es una condi-
palmente un medio para el bien común y ción, reconocida por todos, que recibe
la no-dominación. El otro, que podemos apoyo institucional. Creando un reconoci-
llamar «republicanismo fuerte», ve la par- do estatus legal que disuade la interferen-
ticipación política como un aspecto impor- cia, nos inmuniza frente a las intromisio-
tante (si no el último) de la libertad. En la nes como hacen los anticuerpos en la
institucionalización de la democracia, por sangre (Pettit, 1997: 108).
tanto, la primera visión hace más hincapié Otra versión republicana tiende a
en el espacio para cuestionar las decisio- nacer de la idea de autonomía, como ideal
nes políticas que en contribuir a ellas. de autorrealización, basada en una percep-
Estas diferencias podrían ser vistas ción distinta de la libertad negativa. Para
como reveladoras de la incoherencia inhe- ser autónoma, una persona debe actuar de
rente al republicanismo, o, al menos, de su acuerdo con los propósitos que él o ella
irrelevancia coma enfoque alternativo útil respalda. Esto defIne la libertad en térmi"
a la democracia. Sin embargo, más que nos de ejercicio tanto como de oportuni-
incoherente, alego que el republicanismo dad. La noción de autonomía que se ha
«instrumental» y el «fuerte» expresan dos desarrollado de la idea rousseauniana de
dimensiones de un todo coherente. libertad descansa sobre la obediencia a la
ley que uno ha hecho para sí mismo 5.
Sin embargo, cabría hacer algunas
6.La consideración republicana matizaciones al respecto. No está claro
contemporánea de la libertad: que la libertad como no-dominación pueda
¿no-dominación o autonomía polftica? ser separada de la autonomía. Realmente,
Pettit no rechaza el concepto de autonomía
Es cierto que una versión republicana o autogobierno sin más. Él mantiene que
(asociada con Pettit y Skinner) está basada la no-dominación es compatible con la
en la compresión de la libertad como no- autonomía personal y que las instituciones
dominación -una forma de protección republicanas la facilitan indirectamente;
más segura frente a las interferencias-o empero, alega que la autonomía individual
El republicanismo no desafía los actos de no tiene que ser objeto de preocupación
interferencia exactamente, sino el estatus para el republicanismo: «se puede confIar
de subordinación que hace que dichos en que la gente se encargará de su propia
actos sean posibles. Las implicaciones autonomía dado que viven bajo una admi-
políticas de esta suerte de concepción de nistración donde son protegidos de la

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dominación frente a terceras personas» autonomía puede no realizarse plenamente


(Pettit, 1997: 83). en política, pero necesita una expresión
Mas la autonomía personal está afecta" política, y tampoco puede ser satisfecha
da por nuestra vulnerabilidad recíproca; completamente fuera de la política. Tiene
así, como nadie puede ser dueño y señor dimensiones políticas y personales. Los
de su propia vida completamente, la liber" argumentos para la no-dominación y la
tad puede ser mejor entendida como autor autonomía personal no son enteramente
parcial de la vida de cada uno (Raz, 1986: independientes de los argumentos para la
155). La libertad es promovida cuando las autonomía política.
personas pueden cooperar para alcanzar
sus objetivos más allá de la capacidad de 7. El enfoque republicano
los individuos en su singularidad. Es redu" contemporáneo sobre la democracia:
cida cuando fracasan a la hora de hacerlo. ¿impugnación o participación?
Podemos decir que la autonomía es inten-
sificada si los ciudadanos tienen algo que El segundo asunto que parece surgir es el
decir a la hora de dar foona a las prácticas valor y extensión de la participación dese-
a través de las cuales persiguen sus vidas ada por la ciudadanía.
en la sociedad. La autonomía no puede ser Debe hacerse notar que los republica-
entendida en términos estrictamente priva- nos fueron los pioneros en la defensa del
dos. Así, la autonomía política puede ser Estado de Derecho, o más tradicionalmen-
vista como la extensión natural de la auto- te «del imperio de las leyes y no de los
nomía personal. De este modo, Habermas hombres» (Harrington, 1992: 8). Sin
ve la autonomía privada y la pública como embargo, aquellos que creen en la partici-
igualmente primordiales, o fundamentales: pación pueden ver que la única manera en
la que el Estado de Derecho puede ser
«No es asunto de la autonomía pública
complementar y permanecer ajena a la autono-
efectivo es en un amplio esquema de
mía privada, sino más bien la de una interna, poderes separados, si «los funcionarios
esto es, conceptualmente necesaria conexión políticos y judiciales, así como las políti-
entre ellas. En el análisis final, las personas pri- cas y las instituciones son receptivos a la
vadas legales ni siquiera pueden alcanzar el legislación, entonces los ciudadanos verí-
disfrute de libertades iguales a menos que ellos an reflejados en la experiencia los efectos
mismos, ejercitando conjuntamente su autono- del derecho» (Bellamy, 2001: 248).
mía como ciudadanos, lleguen a una compren- Desde la visión instrumental, el repu-
sión nítida sobre qué intereses y criterios son blicanismo no necesita implicar una
justificados, y con respecto a qué cosas iguales
amplia participación de la ciudadanía, ni,
pueden ser tratadas ecuánimemente y cosas
diferentes desigualmente en algunos casos par- incluso, la primacía del debate público:
ticulares» (Habermas, 1994: 113) 6. «La democracia no es, por sí, un asunto
colectivo; no es intrínsecamente una cues-
Si la libertad es entendida como un tión de control activo, tampoco un modo
ideal a ser promocionado, más que una de sistema que restringe la toma de deci"
restricción a ser observada, la no-domina- siones a fracciones que están disponibles a
ción parece apuntar más allá de sí misma, escrutinio e influencia pública» (Pettit,
no al control total, sino a la participación 2000: 140). Pettit critica duramente ver-
en la determinación de las condiciones de siones de republicanismo que realzan la
la vida social. Podríamos ver la no-supre" participación y control colectivo, y justifi-
macía como una precondición para algu- ca la tiranía de la mayoría por miedo.
nos grados de autodeterminación en la Si valorar la participación depende de
«autonomía política republicana» 7. La formarse una idea de autogobiemo colecti-

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va sobre un modelo unitario rousseaunia- de sacar a relucir asuntos, el consultar a


no que sea expresión singular de la volun- los ciudadanos y el aumento de la compe-
tad general sobre todo asunto, donde toda tición electoral que Pettit sostiene (May-
disidencia es subversiva, habría una verda- nor, 2003).
dera dificultad. Sin embargo, el autogo" Ambos, liberales y republicanos, tie-
bierno colectivo no debe ser considerado nen razones para dudar de la democracia
como un modelo unitario. como la soberanía del pueblo en cualquier
Abundando en dicha idea, es posible simple interpretación holista. La idea de
concebir la participación política como Pettit de la no-dominación es un comple-
intrínsecamente de valor sin por ello rei- mento esencial a la idea de libertad como
vindicar que es el aspecto más valioso de participación en el autogobierno. Mientras
la naturaleza humana o la más alta realiza- que los republicanos clásicos estaban al
ción de la misma. Puede tener un objetivo tanto de las distorsiones que resultan cuan-
más modesto. Como Pitkin ha puesto de do los participantes son sometidos a la
relieve, «sólo la ciudadanía nos permite voluntad de otros, han sido a menudo acu-
hacemos cargo y responsabilizamos de sados de ser ciegos a otros ejercicios de
manera conjunta de las fuerzas sociales poder. Un sistema de toma de decisiones
que de otra manera dominarían nuestras colectivo sin garantías contra la domina-
vidas y limitarían nuestras opciones, aun ción puede ser, simplemente, el reflejo de
cuando las produzcamos nosotros» (Pit- la voluntad de aquellos que detentan posi-
kin,1981:334). ciones dominantes y refuerzan su poder
Si el principio de no-dominación es para satisfacer sus propios intereses.
tomado como el núcleo del republicanis- De hecho, los republicanos contempo-
mo, podría ser alegado que la posibilidad ráneos tienden a converger en un modelo
de impugnar todas las decisiones es la de participación democrática como com-
pauta más importante para diseñar institu- promiso deliberativo antes que en un con-
ciones deliberativas. De esta manera, para trato de intereses individuales, propio de
Pettit, la cuestión principal es que el las consideraciones liberales sobre la
gobierno debería trazar los intereses de los democracia, o como la encamación de un
ciudadanos de una manera tal que las ins" deseo colectivo. Uno de los puntos de vis-
tituciones deberían ser responsables 8. Esto ta republicanos subraya la habilidad para
va más allá del clásico énfasis liberal en el discutir decisiones; otro, la habilidad para
consentimiento, el gobierno limitado y la contribuir al debate. Ambos encajan mejor
representación electoral de intereses. con una visión de la democracia como un
Mientras una desconfianza en las gran- foro o esfera pública en la que alternativos
des mayorías le conduce a argumentar que enfoques son expuestos, escuchados y
ciertas áreas deberían ser despolitizadas, considerados entre diferentes individuos.
asignando ciertas decisiones a tribunales Los dos ponen de relieve la manera en la
expertos y comisiones, la participación que estructuras legales deben ser puestas
debiera limitarse a cuestionar y no a en paralelo por el compromiso cívico de
fomentar las decisiones (Pettit, 1997: los ciudadanos.
194). No obstante, Pettit amplía esta El republicanismo democrático puede
visión y excluye una participación más proyectar un rol de ciudadanos activos
activa, tal como sería el caso de los refe- preocupados por el bien común, aunque
renda promovidos por los ciudadanos y el sólo en un proceso deliberativo carente de
poder de veto (Pettit, 1999) 9. Y puede ser la intención de imponer un deseo colectivo
alegado que la no-dominación puede aca- o un ideal de autogobierno. El objetivo
rrear unos intentos más activos a la hora republicano de determinar el bien común y

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alentar el compromiso cívico ofrece a la las esperanzas que Maquiavelo alberga en


deliberación una perspectiva particular y Florencia en los Discorsi, fueron escritos
una importancia distinta de, por ejemplo, precisamente cuando estas repúblicas eran
su posible rol de prestar a los intereses de sustituidas por un imperio y un ducado
los individuos una mayor atención. Ade- respectivamente. ¿Podría ser el renaci-
más, desde esta visión, la igualdad de los miento del republicanismo contemporáneo
ciudadanos en el contexto de diversidad otro ejemplo de la lechuza de Minerva
puede ser mejor alcanzada promocionando alzando el vuelo al amanecer? Si el repu-
una deliberación pública de mayor poder blicanismo trata de reclamar al Estado
aglutinador preferible a la más limitada poder para los ciudadanos, ¿qué negocia-
concepción liberal de la deliberación, en la ción podrá haber cuando no hay Estado en
que la diferencia privada es agrupada, y la el mundo del cual recuperar poder? Si tra-
igualdad ciudadana garantizada por un ta de reavivar el espíritu cívico y la parti-
Estado neutral y la tolerancia para con la cipación, ¿qué donde no hay comunidad ni
diferencia privada. De este modo, el repu- demos? Si trata de prevenir la no-domina"
blicanismo no debería ser confundido con ción, ¿qué donde no hay un sistema legal
el comunitarismo, ni tampoco, como un internacional efectivo?
autor ha señalado, ser absorbido por el La primera cuestión que hay que abor-
liberalismo (Dryzek, 2000: 27). El argu- dar es el de la magnitud. Se ha dicho que
mento aquí mostrado es que el republica- no puede haber democracia transnacional
nismo ofrece una perspectiva diferente de porque el número de los implicados puede
la democracia en su preocupación por el diluir la voz de cualquier ciudadano tanto
bien común, su asociación de la libertad como para hacerla ineficaz por entero.
con la no-dominación y la participación Pero podría decirse, al respecto, que tan
en el autogobierno antes que una princi- sólo hay una diferencia de grado entre la
pal preocupación por la limitación del política nacional y la internacional. En
gobierno. cualquier caso, si el objetivo no es tanto
discernir una voluntad colectiva como
8. El desafío de la democracia tener en cuenta muchas contribuciones a la
transnacional deliberación, su número no supone un
gran problema; lo que es esencial es un
Aun cuando muchas de las críticas que foro público o, más bien, múltiples niveles
han sido dirigidas hacia el pensamiento de espacios públicos en los que los ciuda-
republicano pueden ser combatidas, éste danos puedan ser oídos. Como dice Boh-
se enfrenta a un reto mayor al cuestionarse man, «una vez que pensemos la participa-
si tiene recursos para abordar los proble" ción como mediada a través de varias
mas de la democracia a nivel transnacional esferas públicas, las ventajas deliberativas
o global. Hoy en día, la realidad de la glo- de la diversidad y nurnerosidad para la
balización es que, a pesar de la creciente responsabilidad y para el examen de pers-
interdependencia que entraña, implica un pectivas de segundo orden pesarán, de
desgaste de la política pública vis a vis los lejos, más que la pérdida de influencia
intereses económicos privados y el poder, directa» (Bohrnan, 2004: 350).
y parece minar cualquier posibilidad de Un segundo asunto es si el republica-
una segura no-dominación, autogobierno nismo es particularista por naturaleza, una
colectivo, o un compromiso social más cuestión de promocionar un código com-
amplio entre los ciudadanos. Podemos partido y los intereses particulares de una
recordar que la defensa que Cicerón hace comunidad. Sin embargo, contra Walzer,
de la república romana en su De Officiis, o sus defensores contemporáneos entienden

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el republicanismo como promotor, no sólo misma autoridad, en el mundo, hoy en día,


de creencias locales compartidas, sino de no existe semejante autoridad internacio-
valores universales de libertad como no- nal global. Por el contrario, sería un error
dominación, autogobierno y un compro- pensar que el republicanismo es relevante
miso social más amplio. Éstos son siempre para la política global sólo hasta el punto
realizados a través del autogobierno en en que pueda abordarse algún tipo de ins-
contextos particulares y de maneras espe- titución política global existente. Por una
cíficas, y requieren formulaciones más parte, la creciente interdependencia signi-
sensibles al contexto que otros enfoques fica que hay bienes comunes y peligros
de las instituciones políticas y la política. comunes ..,-,-de manera evidente aquellos
En tanto que restringidos, principalmente, que se refieren al medioambiente- com"
a discutir la política al nivel del Estado- partidos por miembros de diferentes Esta-
nación, ni los republicanos fuertes (como dos. La actual configuración de la política
Arendt) ni los republicanos instrumentales mundial yerra a la hora de promover los
(como Pettit) ven su concepción de la bienes comunes y disminuir los riesgos, y
política y la ciudadanía como inherente- favorece la protección de los intereses par-
mente exclusiva. De esta manera, el re- ticulares de una forma tal que, dicho en
publicanismo es compatible con un cos" términos republicanos, constituye una sis-
mopolitismo moral débil al reconocer temática corrupción. Desde un punto de
compromisos locales tanto como universa- vista, esto puede generar un sentimiento
les. Mientras la ciudadanía republicana y de destino común (Dryzek, 2000). Por lo
sus obligaciones estén basadas en la inter- tanto, también puede ser posible concebir
dependencia más que en el denominador una evolución hacia una ciudadanía cos-
común de la humanidad, la comunidad mopolita desde la base a través del desa"
política republicana y la ciudadanía son, rrollo de crecientes tramas de relaciones, o
por lo tanto, potencialmente extensibles. áreas de solapamiento económico, medio-
Aun cuando a la comunidad republica- ambiental o cultural interdependientes. Sin
na le sea posible expandirse, puede ser embargo, identificarse con los bienes
dicho que cualquier tipo de democracia comunes que conlleva puede ser difícil
requiere un demos, y en el presente no para las personas, de manera especial
existe demos mundial alguno. Lo que esto cuando se mantienen en situaciones tan
implica es que la existencia de un demos diferentes con respecto a los beneficios y
unificado es una precondición para la las responsabilidades que entraña.
democracia. Más que el demos pre-políti" Desde otro punto de vista, es la domi-
co que está en la base de los Estado- nación, como hecho, la que nos ofrece la
nación existentes, debemos reconocer que clave. De esta manera, Bohman argumenta
el demos o nación se ha desarrollado his" que mientras la global interdependencia
tóricamente desde agrupaciones locales económica puede no constituir un destino
cuando han estado bajo el control de insti- común entre los habitantes del mundo, es,
tuciones legales y políticas comunes, y, a precisamente, la manera en que el impacto
menudo, han sido realmente creadas por diferencial de la globalización conduce a
éstas. un creciente potencial para la dominación
Sin embargo, puede alegarse que tam" lo que hace pertinente el enfoque republi-
poco existe ninguna institución, política o cano. Por ejemplo, la no-voluntaria inclu"
legal, internacional efectiva. Si los repu- sión de muchos en los esquemas coopera-
blicanos están interesados en realizar la tivos, por ejemplo, de los mercados
libertad para ciudadanos que comparten financieros internacionales, constituye
un mismo sino porque son sujetos de una dominación y exige de estructuras legales

170 ISEGORíA/33 (2005)


NOTAS Y DISCUSIONES

y respuesta política. En tanto no haya democracia cosmopolita pueden ser consi-


semejante Estado mundial, o una única derados potencialmente tiránicos y faltos
autoridad política, las instituciones inter- de compromiso popular. Ya hemos visto
nacionales de distinto tipo constituyen una que el fin no es el ejercicio popular directo
red de cuasi autoridad con potencial para de la soberanía, sino el limitar ambos, el
resistir tanto la dominación ejercida por imperium público y dominium privado, e
otros actores, como para amenazarse implicar a los ciudadanos en su propio
mutuamente. Las instituciones internacio- autogobierno a varios niveles. De esta gui-
nales de derechos humanos, tales como el sa, lo que se requiere es complejo: discu-
Tribunal de Justicia Internacional, consti- sión a diferentes niveles y participación
tuyen una incipiente comunidad política deliberativa en espacios públicos antes
mundial de ciudadanos; sin embargo, se que la soberanía de cualquier individuo
requiere un mayor desarrollo político para colectivo en la toma de decisiones. Este
lograr mayores cotas de publicidad y res- hecho también es coherente con una visión
ponsabilidad. Bohman concluye que «des- contemporánea de la política como no
de la perspectiva normativa de la libertad limitada por el ejercicio de un poder esta-
como no-dominación, la globalización no tal centralizado, sino cOmo contestación al
es sólo un fenómeno negativo, sino que ejercicio del poder en toda área de la vida,
también crea condiciones favorables que y como el tener qué decir a la hora de
hacen de la realización de semejante determinar las condiciones de la vida de
comunidad política una extensión realista uno mismo. Más a tono con las preocupa-
de las posibilidades actuales» (Bohman, ciones republicanas está el argumento en
2004: 351). virtud del cual las actuales instituciones
Para otros, el marco de las estructuras internacionales deberían ser democratiza-
internacionales legales es, en la práctica, das haciéndolas más públicas y respon-
menos efectivo que el antagónico poder sables.
político de los Estados-nación actuales. Por lo tanto, a pesar de sus diferencias,
Por esta razón, aunque la república no tie- los republicanos ofrecen argumentos dis-
ne que ser identificada con el Estado- tintivos sobre la cuestión de la democracia
nación, puede ser alegado que lo que se transnacional que enfatizan de manera
requiere es reforzar y extender los Estado- concurrente la necesidad de responder a
nación, las instituciones interestatales y el una interdependencia in crescendo, de
compromiso ciudadano. Por lo tanto, oponerse a una dominación arbitraria -ya
Slaughter sostiene que, «en tanto que un sea del Estado o de actores no estatales-,
público global concreto es un pensamiento y de promover el desarrollo de esferas
cosmopolita para un futuro previsible, el públicas apropiadas junto a la participa-
extender la existencia de las instituciones ción en ellas.
interestatales, junto con una genuina refle-
xión ciudadana sobre política global y las
condiciones necesitadas para la libertad BIBLIOGRAFÍA
cívica, son esenciales para un enfoque
republicano que es capaz de desarrollar la ABIZADEH, A. (2002): «Does liberal demo-
no-dominación en un contexto de globali- cracy presuppose a cultural nation?
zación» (Slaughter, 2005: 206). Four arguments», American Political
Sin embargo, el objetivo de los repu" Setence Review, núm. 96, pp. 495-509.
blicanos no tiene que ser un sistemaunifi- ALLEN, A., y REGAN, M. (eds.) (1998):
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ISEGORíAl33 (2005) 171


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NOTAS

1 Una primera versión de este trabajo fue presenta- hasta Rousseau y en el que la libertad se concibe en
da en BICOD (Beijing Internacional Conference on términos de autolegislación (self-Iegislating) de los
Democracy, Chinese Academy of the Social Scien- ciudadanos, lo que es distinto de la libertad personal
ces) en abril de 2004. Algunos de los argumentos que enfatizada por los liberales. Él ve el republicanismo
se presentan en la primera parte han sido desarrolla- contemporáneo en términos comunitaristas, como un
dos con mayor detalle en mi Civic Republicanism proceso «ético» de realización o descubrimiento de
(2002). Versión castellana de Jorge del Palacio. bienes comunes ya existentes, y adopta una postura
2 Algunos autores republicanos, así como algunos crítica hacia dicha concepción política. Pero, de
de sus críticos, yerran a la hora de distinguir con sufi- hecho, su propia «teoría del discurso» cOmparte con
ciente claridad las ideas republicanas y comunitaristas los defensores de la autonomía política republicana el
(Walzer, Sandel). énfasis (más o menos directo) en la participación en el
3 Habermas interpreta la tradición republicana autogobiemo como parte de la autonomía (Habermas,
como el ramal que Va exclusivamente de Aristóteles 1994).

ISEGORIN33 (2005) 173


NOTAS Y DISCUSIONI;S

4 Es cierto que algunos relatos sobre el republica- craft a Rousseau: «Yo no deseo que ellos tengan
nismo lo han presentado como un medio instrumental poder sobre los hombres, sino sobre ellos mismos»
para defender la libertad negativa de las interferen- (Wollstonecraft, 1992: 156).
cias, y que son difíciles de distinguir del liberalismo. 8 Los representantes de todos los intereses en la
No obstante, uno de éstos, al menos, ha progresado sociedad deberían ser elegidos por un amplio electo-
hacia la aceptación de lo esencial del enfoque de la rado; el poder debería ser separado entre un cuerpo
no-dominación. (Compárese Skinner 1990, 1998.) legislativo con dos cámaras, cada una elegida sobre
5 Una defmición más completa concibe las perso"
una base diferente, y un poder judicial fuerte para el
nas autónomas como aquellas que «adoptan proyectos mantenimiento de los derechos constitucionales.
personales, desarrollan relaciones y aceptan compro- Debería haber libertad de legislación de información,
misos para con causas a través de las que su integri- un sistema de defensores del pueblo y otros procesos
dad personal, sentido de dignidad y amor propio se
de apelación en un amplio ámbito de áreas. Debería
concretan» (Raz, 1986: 154).
haber, asimismo, previsiones para representaciones
6 Habermas también fomenta una teoría de la auto-
especiales en caso de que fueran necesitadas y el pro-
nomía política como parte del autogobierno colectivo,
ceso será fortalecido si existe una variedad de movi-
viéndola como paralela a la autonomía privada y
como dos dimensiones irreductibles de la libertad. mientos sociales (Pettit, 1997: 193; 1999).
9 Desde esta perspectiva, el rol de la ciudadanía en
«La autonomía política es un fin en sí mismo que
puede ser realizado no por individuos singulares per- su propio gobiemo es más bien el de varios directores
siguiendo sus propios intereses en privado, sino sólo que el de coautores de decisiones políticas (pettit,
por todos juntos en una práctica compartida intersub- 2000). A pesar de ello, el punto de vista de Peltit se con-
jetivamente» (Ilabermas, 1996: 498). centra más en la toma de decisión que en la delibera-
7 La manera en la que no sólo la dominación, sino ción. Puede ser cierto que las pequeñas instituciones
también la impotencia, tienden a socavar la autono- sean más efectivas que las grandes a la hora de tomar de
mía ha sido recientemente destacado por feministas y decisiones; sin embargo, las decisiones que más infor-
otros. A ello se alude en la respuesta de Wollstone- mación aglutinan es muy probable que sean mejores.

174 ISI;GORíAl33 (2005)

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