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La ciudad de Ica, ubicada en el valle del mismo nombre, es una de las urbes más antiguas
y de mayor tradición de la costa peruana. Fundada en 1563 como Villa de Valverde, obtuvo
posteriormente título de Ciudad bajo el nombre de San Jerónimo de Ica. Además de
conventos, la ciudad contaba con una parroquia de españoles – la de San Jerónimo, en la
iglesia matriz- y dos parroquias de naturales: la popularmente llamada de Yanaconas, bajo
el título de la Purísima Concepción, y la de Santiago de Luren.
La parroquia de naturales de Luren – nombre derivado de Hurin – Ica, una de las dos
parcialidades indígenas- fue la más antigua e importante de las doctrinas del valle,
establecida por los franciscanos en 1569 (Saíz Díez, 2005) (ASFL, registro 14 n. 63, ff
402-403, 1704). Desde épocas muy tempranas se hizo popular en esta doctrina el culto a
un Crucificado milagroso, el cual, según la leyenda, eligió Luren como lugar de residencia
al detenerse en este sitio durante su traslado y permanecer allí sin poderlo mover. Leyendas
aparte, lo cierto es que la imagen de madera que conocemos como Señor de Luren fue
adquirido en Lima hacia 1570 por el R.P Francisco de Madrigal, y en poco tiempo se le
empezaron a atribuir hechos milagrosos como indican varios testimonios del siglo XVIII (Saíz
Díez, 2005) (ASFL, registro 14 n. 63, ff 402-403, 1704).
Con respecto al templo primigenio, en las imágenes y fotografías del siglo XIX que existen,
es posible apreciar que se trataba de un edificio sencillo de una sola nave con presbiterio
integrado a la misma, como era característico en las parroquias urbanas y rurales desde el
siglo XVI. Como era usual en estas pequeñas iglesias a lo largo del cuerpo de la nave se
adosaban capillas independientes consistentes en habitaciones de planta cuadrangular co-
municadas con la nave mediante arcos usualmente cerrados con rejas de madera. Exterior-
mente la iglesia evidenciaba su sencilla volumetría conformada por el cuerpo longitudinal
de la nave, cubierta con bóveda de medio cañón de madera, con los pequeños volúmenes
adosados de las capillas laterales, además de una única torre de tres cuerpos adosada al
lado del evangelio de la iglesia, la cual, junto con la portada barroca que ostentaba, com-
ponía la sencilla fachada del templo.
La Iglesia de Luren y el patrimonio iqueño
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el academicismo francés con los “revivals” de fines del siglo XIX, principalmente el
neogótico y el neorrománico . Vale la pena notar que a pesar de usar estilos extranjeros,
estuvieron presentes en la obra, elementos tradicionales de la arquitectura iqueña, cosa que
es facil apreciar en la espacialidad de la nave central del templo. De la misma manera,
para el diseño de la iglesia se tomaron en cuenta los ritos y costumbres establecidos desde
muy antiguo alrededor del culto al Señor de Luren. La iglesia se trazó con una planta en
forma de cruz latina, con ábside semicircular y crucero de brazos muy pronunciados en el
centro del cual se alza una gran cúpula sobre un elevado tambor. En la iglesia antigua, dos
capillas laterales flanqueaban el presbiterio, y en una de ellas se llevaba a cabo la
ceremonia conocida como “bajada”.
En esta ceremonia, llevada a cabo el Miércoles Santo, se hacía descender la imagen del
altar mayor, y se depositaba en una de las capillas laterales para ser venerado por los fieles.
En el trazo de la nueva iglesia, se proyectaron los brazos del crucero de tal manera que la
ceremonia de bajada pudiera realizarse allí en la misma forma que se llevaba a cabo en la
capilla lateral del presbiterio de la antigua iglesia (Caso, Caso, & Caso, 1950). De hecho,
la capilla mayor invade el centro del crucero mediante la prolongación de la baranda del
comulgatorio, de tal manera que anula el efecto de nave transversal que caracteriza al
crucero de una iglesia. En ese sentido, podemos decir que la planta del templo surgió de las
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Bajada y Entronización y Procesión y misa
veneración del Cristo arreglo de andas de Jueves Santo en paralelo
Misa de
Jueves Santo
necesidades funcionales del culto, antes que del ejercicio acrítico de importación de un
modelo foraneo, lo cual explica porque, en terminos espaciales y funcionales, los “brazos”
del templo actuaban más bien como capillas laterales durante los cultos al Crucificado.
Adicional a ello, la forma del templo atestigua el deseo de sus constructores, en este caso,
los pobladores de la Ica de ese entonces, de hacer de este edificio un símbolo de su ciudad,
muestra de ello es que exteriormente la iglesia hacia alarde de una monumentalidad que
carecía su predecesora. Evidente era en el exterior el volumen en forma de cruz latina, con
la cúpula en el centro del crucero y la media cúpula del ábside rematando la iglesia por su
parte posterior. La torre de la fachada constituía un hito en la ciudad por su gran altura y
por la jerarquía que le otorgaba la plaza abierta frente a ella.
Por todo lo antes expuesto, es posible decir que la iglesia de Luren constituye un ejemplo
muy relevante de la arquitectura ecléctica de inicios del siglo XX que se popularizó en el
Perú en esa época, y pionera, en su búsqueda de respetar la tradición de la ciudad, del
neocolonial que se consolidará unos años más tarde después de iniciada la construcción.
Sus características arquitectónicas, así como la manera en que incorpora la tradición del
culto al Señor de Luren en el contexto de una planta en forma de cruz latina, otorgan a este
monumento una importancia particular, que debe conservarse no solamente por sus valores
artísticos e históricos intrínsecos sino también como parte de la memoria de la ciudad.
Valores que trascienden su diseño pues, hasta los ladrillos horneados por los propios
pobladores para su construcción constituyen un patrimonio material importante, una muestra
de los anhelos y deseos de todo un pueblo.
Un nuevo terremoto ocurrido el 15 de agosto del 2007 dañó severamente las estructuras del
templo de Luren. La parte alta de la torre se destruyó y la estructura de los muros portantes
La Iglesia de Luren y el patrimonio iqueño
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de la nave quedó afectada, quedando
relativamente ilesos el crucero y el
ábside. Contrariamente a lo esperado
en los casos en los que el patrimonio se
ve afectado por un acontecimiento
natural, las autoridades eclesiásticas
promovieron la demolición del templo y
la construcción de una nueva iglesia en
lugar de la restauración del monumento
original (Hulerig, 2008). Se encargó a
una firma de arquitectos de Lima el
diseño de un nuevo santuario
completamente ajeno al contexto urbano
y sin conexión alguna con la tradición
del culto al Señor de Luren (Arkinka,
2008). Luego de la protesta de los fieles
y ciudadanos comprometidos con el
patrimonio cultural, se desechó la idea
de construir una nueva iglesia (Hulerig,
2008), aunque no se pudo impedir la
demolición de la nave en el año 2011
debido a que los muros portantes que la
conformaban habían sido muy
afectados por el sismo, a pesar que en
este hecho no se contó con la opinión de
un especialista en conservación. Por
ello, de la iglesia construida entre 1919 y 1935 solo resta en pie la zona que comprende el
crucero y el ábside, aunque hasta la fecha no se ha emprendido trabajo alguno para
recuperarla.
Ica, al igual que varias otras ciudades peruanas, ha perdido prácticamente todo su
patrimonio monumental debido a los sismos y a la incuria de sus habitantes. De todas las
edificaciones de la época virreinal solo subsisten la Catedral – antigua iglesia de los jesuitas
– y las iglesias de San José y San Juan de Dios, además de algunos restos de viviendas
dispersos en la ciudad. De su patrimonio republicano, fuera de algunas edificaciones civiles,
solo subsiste la iglesia de San Francisco en buen estado, así como los restos de la antigua
iglesia de Luren. En este escenario, la protección de los escasos bienes monumentales que
conserva la ciudad se hace prioritaria, con el fin de preservar los valores históricos y
culturales que la caracterizan. En vista que las autoridades regionales y del Ministerio de
Cultura han firmado un convenio para la reconstrucción del Santuario de Luren, se hace
necesario que dicho proyecto contemple la restauración de la estructura que aún subsiste del
templo original.
El terremoto del año 2007 fue un desastre para la Región Ica, no solamente humano y
económico, sino también cultural, pues muchos bienes monumentales se perdieron por el
sismo y por las labores posteriores al mismo (la mayor pérdida fue la de la extraordinaria
iglesia de la Compañía en la ciudad de Pisco, de la que no queda absolutamente nada).En
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este contexto, la protección y preservación del sector de la iglesia de Luren que aún sigue
en pie, es prioritaria en la formulación de cualquier proyecto de reconstrucción del
santuario, no solamente por los valores arquitectónicos del mismo, sino también por
representar la continuidad de la tradición del culto al Señor de Luren desde la época
virreinal.
Actualmente el templo está protegido por ser parte de un ambiente urbano monumental, el
cual se conforma alrededor de la Iglesia de Luren, y sin el cual, carece de sentido, pues sin
este como estructura física, con valores inherentes a su carga histórica, es imposible que
podamos seguir hablando de un ambiente urbano monumental, ya que los valores por los
que fue declarado, habrán desaparecido. Lamentablemente, la protección de ambiente
urbano monumental no garantiza la preservación del edificio en sí, solo de su “forma y
volumetría”, haciendo la posibilidad de su demolición tan real como amenazante. Por este
motivo solicitamos al Ministerio de Cultura que declare Monumento integrante del
Patrimonio Cultural de la Nación, los restos del templo para poder preservarlo para las
futuras generaciones, debido a sus valores arquitectónicos, históricos y sociales.
Texto por:
Juan Pablo El Sous Závala
Juan Manuel Parra Díaz
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Bibliografía
Arkinka. (2008, Agosto). Concurso arquitectónico Iglesia del Señor de Luren. Ica, Perú.
Arkinka, revista de Arquitectura, Diseño y Construcción(153), pp. 22-23.
ASFL, registro 14 n. 63, ff 402-403. (1704). Lima.
Caso, F., Caso, P., & Caso, R. (1950). Tres Hermanos. Lima: Industria Tipográfica
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Hulerig, E. (2008, Setiembre13). El Señor en vilo. SOMOS(1136), pp. 50-56.
Sánchez Baiocchi, C. (2013). El Señor de Luren de Ica y su santuario. Ica: Edificiones
Nowtilus.
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LA IGLESIA DE LUREN