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La Roca de Crear • EDITORIAL 1

EDITORIAL
La masificación de la información cultural es una meta que dispara relaciones y supera lo vivido. Sin embargo,
fundamental para el Ministerio del Poder Popular para existen momentos en los que el papel de los creadores
la Cultura. En tal sentido, la ideación del Sistema Ma- es fundamental para decodificar acontecimientos desa-
sivo de Revistas es ejemplo de un proyecto editorial fortunados mediáticamente manipulados, tal es el caso
sin precedentes en nuestro país. Cientos de miles de del 11 de abril en Puente Llaguno. Desde allí, la obra de
ejemplares gratuitos circulan cada mes. Las revistas es- arte es imagen ante la historia, hace homenaje al coraje
tán dedicadas a temas diversos como el buen vivir, la de un pueblo sabio y se alza como documento probato-
lectura, el pensamiento alternativo, la diversidad cultu- rio de la perversión de las élites.
ral y las distintas disciplinas de las artes, con particular
énfasis en la investigación, la promoción y difusión del Es labor de La Roca de Crear hacer “memoria” sobre
trabajo de los creadores y creadoras de Venezuela. Es la dinámica institucional de las artes en nuestro país,
una iniciativa que sólo tiene cabida gracias al impulso de muestra de ello son los artículos sobre la circulación de
una revolución humanista, una revolución que transfiere las obras venezolanas en exposiciones en el exterior,
poder al pueblo. Y el saber es poder. el centenario del Museo Bolivariano y la revisión crítica
sobre la realidad de los museos de arte en Venezuela
Como parte del sistema La Roca de Crear continua su durante la década del 90. En la sección de Mundo Cons-
labor de poner al alcance de todos los venezolanos y truido, hablaremos de Carlos Raúl Villanueva como el
venezolanas contenidos atractivos relacionados con las principal arquitecto de museos en el país. Destaca tam-
artes, la imagen y el espacio. Ofrece herramientas para bién, en la sección de Colectivos, las tejedoras de Mu-
la comprensión de la obra de arte, la estética urbana y cuchíes y Gavidia, en el estado Mérida, cuyo trabajo ha
las dinámicas de creación, con la finalidad de generar inspirado una ambiciosa propuesta expositiva relacional,
valores de aprecio hacia nuestro patrimonio así como desarrollada por Unearte, y que tiene como epicentro el
hacia el trabajo de artistas, arquitectos, fotógrafos, ar- Museo Jacobo Borges en Caracas. De igual manera con-
tesanos, diseñadores y personas relacionadas con las tinuamos con los bloques dedicados a la comprensión
artes visuales. del hecho artístico, al perfil de artistas, el diseño, el arte
popular, la estética urbana, el secreto de los materiales,
En la presente edición, se aborda “la memoria” como y a el rincón para colorear dedicado a los niños.
fenómeno social, que desde el arte, permite contener,
recuperar e interpretar información de hechos históricos Ofrecemos este nuevo número convencidos de que los
relevantes. En ocasiones el arte, al servicio de la memo- lectores y lectoras encontrarán contenidos de interés
ria, emerge como testimonio del pasado y, en el contexto que despertarán la curiosidad por explorar los distintos
del arte contemporáneo, aparece como lugar referencial territorios de la creación humana.
2 SUMARIO••La Roca de Crear

4 MUNDO CONSTRUIDO
Las fronteras del arte. A propósito de los museos de Villanueva

8 NUESTRA VISUALIDAD
Algunas reflexiones sobre el arte popular en Venezuela

12 ARTE A LA MANO
La obra de arte como lugar de memoria: tensión entre el recuerdo y el olvido

20 DISEÑO
La vía de los signos rupestres
Diseño venezolano en el siglo XX

30 COLECCIONES VENEZOLANAS
América Latina: Identidades Cruzadas, diferencias compartidas
Pedro Ángel González

36 EL SECRETO DE LOS MATERIALES


Del óleo al acrílico

38 EL PERFIL DEL ARTISTA


Francisco Bassim • Yoshi • Clemencia Labin

44 EXPUESTO
Velada de Santa Lucía

46 CREADORES VISUALES DE VENEZUELA


Domingo Medina
Gregorio Mijares
La Roca de Crear • SUMARIO 3
SUMARIO

SUMARIO
HITOS Y ACONTECIMIENTOS EN ARTE
Y DISEÑO
Centenario del Museo Bolivariano 50
COLECTIVOS
El tejido visual y el tejido social: una experiencia comunitaria
en el Museo Universitario Jacobo Borges 52
ENTÉRATE
Normativas técnicas de Museos
56
ESTÉTICA URBANA
La Urbanización de El Silencio
58
IMAGEN ANTE LA HISTORIA
La creación plástica, testimonio de los eventos de Puente Llaguno
60
EL RINCÓN DE LOS NIÑOS
Francisco Narváez
64
LA ROCA DE CREAR No. 6 Colaboraron en este número: Juan Vicente Pantin, Carol Cañizares, Luis
Hurtado, María Luz Cárdenas, Isabel Huizi, José Antonio Parra, Lelya
Coordinación General: Anny Bello, María Luz Cárdenas y Luis Delgado, Anny Bello, Mercedes Longobardi, Antonieta Álvarez, Rebeca
Hurtado Guerra, Ginett Alarcón, Javier Cerisola, Eleuterio Páez, Susana Benko,
Fabiola Arroyo, Irarkil Rangel, Andrés Franco.
Coordinación del Sistema Masivo de Revistas de la Cultura:
Viceministerio para el Fomento de la Economía Cultural Agradecimientos: Armando Gagliardi, José Rangel, Asamblea Nacional,
Antonieta Álvarez, Álvaro Arocha Paz-Castillo, Carlos Lozada, Jonathan
Supervisión General de Diseño Gráfico: Dileny Jiménez Montilla, y a todos en el Sistema Masivo de Revistas.

Comité Editorial: Anny Bello, María Luz Cárdenas, Javier Cerizola, Impresión: Fundación Imprenta de la Cultura
Luis Hurtado y Vivian Rivas
Tiraje: 60.000 ejemplares
Dirección de Arte: Ramón Camacho y Luis Hurtado
Versión Digital: www.iartes.gob.ve
Diseño y Diagramación: Yskamar Fernández y Ramón Camacho
Depósito Legal: 1856-8556 / ISSN: En trámite
Corrección: Anny Bello

Diseño de Portada: Yskamar Fernández

Imagen de Portada: Ender Cepeda. Homenaje a Puente Llaguno


2003 (Detalle)
4 MUNDO CONSTRUIDO • La Roca de Crear

LAS FRONTERAS
DEL ARTE Por: Juan Vicente Pantin

A propósito de los museos de Villanueva


El interés por el arte del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, (1900-1975) se constituyó en elemento referencial per-
manente de su obra, y siguió de cerca la vertiginosa evolución de la arquitectura y de las artes plásticas del siglo
xx. Su trabajo nos habla del valor de la arquitectura como máxima expresión cultural, capaz de transmitir valores,
aspiraciones y experiencias, más allá de su función y contenido. Intentaré ilustrar, desde esta breve reflexión sobre
sus museos, que el arte del espacio es también un lugar para la reflexión, la investigación y el descubrimiento, lo que
Villanueva exploró hasta sus límites.
La Roca de Crear • MUNDO CONSTRUIDO 5

El museo como frontera El museo más grande

Un rasgo propio de los edificios que han sido destina- Si bien ésta y otras experiencias del período gomecista
dos a museos, lo constituye la inexistencia de ventanas pueden tener un valor seminal, anuncian el descubri-
o elementos que comuniquen visualmente con el ex- miento de la ciudad como espacio museístico por anto-
terior. La fachada, la escala y el carácter se presentan nomasia. Alentado por el debate sobre la relación arte-
como cualidades que le identifican del resto del conjunto ciudad en los Congresos Internacionales de Arquitectura
urbano. Visto así, el verdadero valor de los Museos de Moderna (CIAM), Villanueva capitaliza esta idea en la
Bellas Artes (1935-38) y el Museo de Ciencias Naturales Ciudad Universitaria de Caracas (1940-1960).
(1936-39) está en la lógica de las relaciones urbanas y la
singular definición del lugar que construyen. Villanueva En esta lección magistral de museo urbano pudiéra-
propone una arquitectura de bordes, un sistema de for- mos apreciar el envés de las intenciones que Villanueva
mas que se adaptan al deseo de exteriorizar la función esbozara en Los Caobos. El silencio de las superficies
civilizatoria de los museos. La columnata del Museo de –ya no el complejo decorado neoclásico sino la hones-
Ciencias y el esquema original del Bellas Artes en forma ta desnudez de la superficie abstracta– se arropa en la
de escuadra orientada hacia la Quebrada Honda, nos intervención artística. Murales, esculturas y aplicaciones
hablan de edificios abiertos, dispuestos a establecer un cromáticas abren un nuevo camino de exploraciones en
diálogo con el exterior, y sobre todo, nos muestra la in- el espacio, que avanzan en paralelo con la fecunda ex-
tención de hacer ciudad. perimentación moderna, hasta alcanzar su clímax en el
Aula Magna, singular ejemplo de lo que se llamó la sín-
La Plaza Mohedano –hoy Plaza de los Museos, en aquel tesis de las artes. La Ciudad Universitaria, que comienza
entonces periferia de la ciudad– inspirada en la nueva como la construcción de un dispositivo a escala urbana
arquitectura del conjunto, se rebela contra la condición para acoger el arte, termina como una experiencia mu-
marginal y el mutismo que el lugar y el programa impo- seística extrema, donde arte y arquitectura crean desde
nen, y resalta el intéres en las relaciones de los objetos su simbiosis una nueva unidad de sentido. Es ésta una
más que en los objetos mismos. Los Museos de Los operación inédita en la historia de la disciplina arquitec-
Caobos anticipan una estrategia proyectual constante en tónica.
Villanueva, que concibe el museo como ágora: frontera
entre el exterior –lugar originario del arte– y la castidad Inédita, por lo ambicioso de la empresa; evidente en su
sacrosanta del institucionalizado interior museístico. extensión en el espacio y el tiempo, por la presencia de
los artistas de renombre mundial que convocó, así como
la singular generación de artistas venezolanos fraguada
a la luz de esta experiencia. La Ciudad Universitaria rela-
ta no sólo la marcha triunfal con que Venezuela traspasó
el umbral de la modernidad, también nos habla del afán
humanista y el alcance universal de un auténtico promo-
tor cultural.

Museo de Bellas Artes


6 MUNDO CONSTRUIDO • La Roca de Crear

La arquitectura como renuncia

El Museo Soto (Ciudad Bolívar, 1970) suele apreciarse una forma ideal, sin nada de inútil, tan lógica y tan pura
como un tímido epílogo, el estertor premonitorio de la que ya existiera apreciable diferencia entre cubiertas,
arquitectura de un país que daba sus primeros pasos muros y espacios naturales», escribe a propósito.
hacia el borde del abismo. Sin embargo, en este museo
resuenan los ecos de la mayor aspiración de un artista: Tal renuncia no es, como diría Andrés Eloy Blanco, el ca-
la obra de arte total. Este concepto es atribuido al com- mino de regreso del sueño: es operar en las fronteras de
positor Richard Wagner, quien inspirado en la tragedia la disciplina, despreciando la obligación de una estética
griega creía que el resultado de la fusión de música, tea- o la necesidad de unos materiales. La obra de arte total
tro y artes visuales debía dar lugar a una unidad estética no es un objeto, es una experiencia vital, caleidoscópica,
que integrara la totalidad de la experiencia humana. acotada con lógica cartesiana en el espacio, anverso y
reverso de la existencia humana. Ciudad Bolívar –per-
La ópera, y en nuestros días también el cine, dan cuenta petuación de la efímera experiencia de la exposición uni-
de esa quimérica búsqueda, que en tiempos de la post- versal– es el intento fallido de solidificar la evanescente
guerra estimuló una arquitectura del experimento que condición del arte contemporáneo, de asir los fulgores
el suizo Le Corbusier –quizás el arquitecto más impor- de Montreal en los tremedales del Orinoco. Pero tam-
tante del siglo xx– etiquetó con el simpático apelativo bién es la generosa abdicación de la arquitectura ante
de caja de los milagros y ensayó en proyectos como el las formas de lo elemental, origen continuamente «ori-
Pabellón Phillips en Bruselas (1958). Realizado en co- ginante» del arte. En el Museo, como en el arte de Jesús
laboración con Iannis Xenakis y Edgar Varèse, pioneros Soto, no hay objeto sin sujeto, no hay texto, ni lectura;
de la música electrónica, el pabellón era una anticipación solamente lo vivido, unidad estética inasible e irrepe-
de lo que hoy llamaríamos arquitectura multimedia, una tible. Nada dice, nada sobra, pero tiene la fuerza de lo
experiencia donde espacio, música, imágenes y objetos obvio, la honestidad de lo posible.
se fusionaban en una compleja unidad que expresaba el
triunfo de los avances tecnológicos y su capacidad para Villanueva recorrió el arte del siglo xx y se atrevió a edi-
convertirse en nuevas formas del arte. ficar sus límites. Comprendió que los museos son conte-
nedores y también continentes, matrices que envuelven
Villanueva replica el experimento de Le Corbusier en el vida. La arquitectura –así como los museos– es para no
Pabellón de Venezuela para la Exposición Universal de olvidar, para conservar de este lado de la frontera lo que
Montreal (1967) con una edificación más que elemental, alguna vez fuimos, pero también para proyectar lo que
esencial: tres cubos desplazados, sus caras recubiertas queremos ser.
en colores vivos, sin indicios de materialidad, en cuyo
diáfano interior reposaba un Penetrable de Jesús Soto
ambientado por la pieza Cromovibrafonía de Antonio
Estévez. No se trata aquí de la versión local de una expe-
riencia vanguardista o la repetición de la receta del Aula
Magna a escala global e itinerante: Villanueva, que junto
con Narváez pudo ser el comentarista local de las bellas
artes europeas, y con Calder supo abrir a la moderni-
dad la primitiva exuberancia del trópico, se descubre con
Soto como explorador del arte, como el descubridor de
un nuevo territorio que atraviesa las fronteras entre lo
pictórico y el espacio.

Villanueva encuentra acaso en esta actitud un sitio de


libertad ante la imposición estilística, las convenciones
de lenguaje y la dependencia cultural; esta cualidad le
acompaña al intentar una arquitectura con semejante
sentido de riesgo, economía de medios y capacidad de
diálogo honesto con su arte. Más que optar por el si-
lencio o el espectáculo, Villanueva elige el camino de la
renuncia: «construir sin necesidad de utilizar materiales
sería lo ideal. El edificio tiene importancia sólo por el
contenido viviente que abriga. Uno quisiera construir
Detalle del Museo de Ciencias
La Roca de Crear • MUNDO CONSTRUIDO 7

4 3 3

2 3 3
1 Museo de Arte Moderno Jesús Soto (Ciudad Bolívar), 2 Museo de Bellas Artes, 3 Museo de Ciencias (Caracas), 4 Francisco Narváez. Ornamento de la fachada del Museo de Ciencias
8 NUESTRA VISUALIDAD • La Roca de Crear

Algunas reflexiones sobre


EL ARTE POPULAR EN
VENEZUELA Por: Carol Cañizares

De manera general puede decirse que Arte Popular es el espiritual. Sus obras tienden a nutrirse de la tradición
nombre que recibe en Venezuela el arte visual creado por histórica, religiosa y costumbrista, muchas veces con un
personas sin estudios formales de artes plásticas que impulso narrativo de crónica y, de manera cada vez más
de manera intuitiva y empírica, mediante la exploración frecuente, de comentario o crítica social.
y manejo de los elementos de expresión visual: la línea,
la forma y el color así como de las propiedades de los No obstante, su proceso de reconocimiento público como
materiales, usando diversas técnicas, van configurando manifestación artísticamente válida y hasta el nombre
un lenguaje plástico propio e individualizado para expre- mismo con el cual se le conoce así como sus interrela-
sar en sus obras su mundo interior, su imaginario, pen- ciones con otras expresiones creativas han sido motivo
samientos, emociones, creencias y reflexiones sobre sí de discusiones y polémicas, influenciando su apreciación
mismos y el mundo que los rodea. En la obra resultante así como las acciones dirigidas hacia su apoyo y promo-
se conjugan una dimensión estética, referida al juego de ción. Los intentos por comprenderlo y sistematizar su
las formas sensibles a través del tratamiento de los ma- conocimiento lo han llevado a recibir diferentes nombres
teriales, la morfología y el diseño, y una poética, referida en distintos lugares y momentos del tiempo, con diver-
a los significados individuales, sociales e históricos que sas acepciones y matices interpretativos. En Venezuela
expresa.

En Venezuela, la creación popular se encuentra activa y


vigorosa en todo el país, conformando un amplio univer-
so de artistas, trabajando por su cuenta o concentrados
en núcleos creativos. Encontramos exponentes de todas
las categorías artísticas como la pintura y la escultura
–diferenciada esta última tradicionalmente en nuestro
país en talla, escultura propiamente dicha y modelado en
barro– y artistas que trabajan simultáneamente con va-
rias técnicas y medios. Los lenguajes plásticos populares
incorporan toda la rica herencia estética y estilística de
nuestro mestizaje, caracterizándose por su diversidad,
originalidad y complejidad de planteamientos y recursos
expresivos, como puede apreciarse mediante la consi-
deración de sus contenidos y características plástico-
formales. Se le ha distinguido de la artesanía por la
intencionalidad estética y poética de sus creaciones, en
contraposición al carácter más utilitario y funcional de la
producción artesanal y del arte formal o académico por
desarrollarse relativamente al margen de las corrientes
estilísticas imperantes en su momento histórico. En el
Arte Popular se parte indirectamente del sistema de
figuración occidental pero sin sus procedimientos de
representación, siendo más bien un proceso de asimila-
ción parcial y reinterpretaión marcado por un mestizaje Bárbaro Rivas. Placita de Petare cuando mandaba Castro, ca. 1964
Óleo y asbestina sobre cartón sobre novopan, 50,7 x 69,2 cm
Colección privada
La Roca de Crear • NUESTRA VISUALIDAD 9

José Ramón Valero. El Cristo de La Grita, 1989. Madera y arcilla quemada y policromada
71 x 49 x 32 cm. Colección del artista
10 NUESTRA VISUALIDAD • La Roca de Crear

la discusión se ha centrado principalmente en la utiliza-


ción de los términos “Ingenuo” y “Popular” por parte de
diferentes especialistas, aunque ha terminado por gene-
ralizarse la denominación de “Popular” por considerar
que permite ubicar al artista dentro de un sistema más
amplio de relaciones socioculturales que lo afecta. Pues,
aunque el referente cultural más directo e inmediato
del Arte Popular ha sido la cultura popular tradicional,
el artista está cada vez más expuesto a nuevas influen-
cias, proceso acelerado por el impacto de los medios de
comunicación y el acceso a las tecnologías de la informa-
ción. El concepto de lo que Néstor García-Canclini llama
“Culturas Híbridas”, (Culturas Híbridas. Estrategias para
entrar y salir de la modernidad. México. Grijalbo, 1989)
esto es, que están en constante proceso de rearticula-
ción de sus componentes productivos y simbólicos nos
permite entender la relación simbiótica de mutua ali-
mentación y enriquecimiento que se da entre la memo-
ria y tradición colectiva y la creación individual original
y entre esta y el sistema socio-cultural general con el
cual se conecta e interactúa. Dentro de este marco de
referencia los diferentes subsistemas culturales tende-
rían a ser espacios de confluencia, donde las personas
compartirían, ya no identidades absolutas sino más bien
identificaciones culturales múltiples. En estos términos
lo “popular” vendría a ser una identidad compartida por
diferentes grupos pues, como expone Roberto Ruiz, en
su trabajo “El arte popular. Un problema conceptual para
la crítica” (catálogo VIII Bienal de Arte Popular “Bárbaro
Rivas”, Caracas, 2005) engloba subsistemas culturales
y/o modalidades expresivas diversas que agrupan lo in-
dígena, campesino, urbano u obrero, con sus respectivos
componentes bajo el común denominador de su condi-
ción de subordinados o excluidos.

La tendencia actual en la plástica es hacia una con-


fluencia de elementos y múltiples intercambios entre
las variadas expresiones del arte, incluido el popular.
Visto así, el significado y valorización de la producción
material y simbólica de las artes plásticas populares se
resolvería en la tensión dinámica de su relación con los
diferentes contextos y discursos culturales y los diversos
modos de aprehensión y apropiación establecidas por el
colectivo en esos contextos. Además, las obras produci-
das tanto por los llamados artistas populares como por
los artesanos, a pesar de surgir de un modo de produc-
ción subalterno o marginal dentro del sistema capitalista
prevaleciente, circulan como piezas de consumo con va-
lor de mercado dentro de ese sistema general.

La pluralidad artística de nuevos lenguajes, unida a si-


tuaciones y realidades cambiantes, caracterizadas por
la interacción y la presencia de un arte popular con un
contexto de referencia más urbano y materiales, técnicas
y temáticas cada vez menos convencionales, pareciera
indicar, una transición hacia un nuevo paradigma socio-
Manasés. Sirena negra, 1981, acrílico sobre tela. 150 x 100 cm
Colección Fundación Museos Nacionales. Galería de Arte Nacional
La Roca de Crear • NUESTRA VISUALIDAD 11

cultural basado en el pluralismo, la diversidad y la to-


lerancia, reconociendo y asumiendo la multiculturalidad
que forma parte de nuestra identidad personal y cultural
como venezolanos. Puede decirse que el popular es un
arte enraizado en lo tradicional pero en continuo cambio,
pleno de dinamismo y que desafía las categorizaciones.
Cada día es más difícil discernir las fronteras que sepa-
ran el arte popular de lo tradicional o del llamado arte
oficial, tanto por la misma ausencia de escuelas dentro
del arte actual que viene a ser una característica de la
vanguardia como por la variedad, riqueza y complejidad
de los lenguajes plásticos populares. Esto hace de la crí-
tica del arte popular un terreno en pleno crecimiento y
redefinición constante, que en más de una oportunidad
deja de ser exclusivo de un arte marginal para pertenecer
a la vanguardia artística venezolana.

Francisco Luna Ostos. El nicho, sin fecha, madera tallada y policromada


51 x 31 x 10 cm. Colección privada
12 ARTE A LA MANO • La Roca de Crear

Los museos de arte venezolanos


DURANTE LA DÉCADA
DE LOS NOVENTA Por: Isabel Huizi

(…) Pero la noción misma de museo está estancada. (…) qué ha fracasado en el proyecto moderno para
que se hayan perdido tantas de sus conquistas. No simplemente qué falló en la economía o en la política
moderna, o en la ciencia y en las vanguardias artísticas por separado, sino por qué se frustró el propósito de
pensar las interrelaciones entre estos campos respetando su autonomía.
Néstor García Canclini. Para un diccionario herético
de estudios culturales, 2000.

La primera pregunta que debemos hacernos a fin de, mercantilizados al servicio de la agregación de valor de
al menos, intentar delinear el contorno de la llamada la obra de arte-mercancía y, por lo tanto, operadores
“crisis” actual de los museos de arte venezolanos es al servicio de la “clase” de los coleccionistas, expertos,
si, efectivamente, surgió en Venezuela a raíz del adve- tecnócratas y propietarios de galerías de arte? ¿Eran los
nimiento al poder del Gobierno Bolivariano, un espacio museos de arte venezolanos sólo una parte visible del
social y cultural cuantitativa y cualitativamente diferente gran iceberg formado por un sistema de legitimación
del que existía durante el período llamado de la “Cuarta de la obra de arte al servicio del capital global, en la era
República”. Esta pregunta parece ser central a la hora de de los artefactos, prácticas y relaciones de poder arti-
comprender algunas de las transformaciones institucio- culadas por las informatizadas y globalizadas “fuerzas
nales ocurridas durante la última década (2001-2010) del mercado” de arte? ¿Es cierto que los museos de
en el campo museístico, en el ámbito de la cultura en arte venezolanos dejan de ser, con el advenimiento de
el sector público venezolano, para así estar en capaci- la Revolución Bolivariana, centros “neutros” de inter-
dad de evaluar cuáles fueron los cambios que habrían pretación para convertirse en legitimadores de saberes
tenido lugar en los museos de arte y si, efectivamente, “ideologizados” y a operar como activadores políticos,
esos museos se habían transformado en instituciones culturales y sociales al servicio del Estado bolivariano?
cualitativamente diferentes de las anteriores, en algu- ¿Es que acaso fueron los museos de arte en Venezuela,
na medida y en función de cuáles directrices, objetivos alguna vez, centros “neutros” y no-ideologizados de in-
estratégicos y políticas sectoriales, si es que éstas se terpretación?
llegaron a implementar.
A pesar de que los datos de las colecciones públicas y
¿Seguían los museos de arte venezolanos siendo –como privadas eran fácilmente accesibles, la lógica –oculta–
lo planteaban algunos de sus más ácidos críticos desde con la que operaban los museos de arte para finales
el gobierno– máquinas productoras de conocimientos de los años noventa no era fácilmente visible para los

1
Ubicamos todo este período en los años que van desde 1958 hasta 1998, último año de gobierno del Dr. Rafael Caldera. Es el período que conocemos como “la Cuarta
República”.
2
Ver: Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social 2007-2013. Presentación, pág. 3.
La Roca de Crear • ARTE A LA MANO 13

Carlos Cruz-Diez. Cámara de cromosaturación, 1965-2004, instalación con intervención cromática, iluminación a color 52 m²
(planta física) Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, Fotografía: Jorge Parra
14 ARTE A LA MANO • La Roca de Crear

rón, Gertrude Goldsmichdt, Carlos Cruz-Diez y Arturo


Michelena, para sólo mencionar cinco, pueden ser em-
blemáticos pues corresponden a gestiones museísticas
que se realizan en plena efervescencia neoliberal. Las
investigaciones entonces se diseñaban según los inte-
reses de curadores que estaban en la nómina de pago de
grandes grupos empresariales locales y multinacionales
y esto se pretendía justificar porque en las institucio-
nes públicas se pagaban sueldos muy reducidos y los
curadores “estrellas” tenían “forzosamente” que migrar
al sector artístico privado. Los directores de museos,
que antes habían sido seleccionados entre reconocidos
y respetados intelectuales, habían pasado ahora a ser
reclutados entre hábiles gerentes buscadores de fondos
y “patrocinantes” de exposiciones que beneficiaran a
coleccionistas privados fácilmente reconocibles. Si antes
de la avalancha neoliberal los museos de arte –funda-
ciones de estado, en el marco del tutelaje del Consejo
Nacional de la Cultura (Conac)– procuraban contribuir
con la formación de sujetos morales a partir de la incul-
cación de una estética normativa y del acceso gratuito
del público a las obras de arte de sus colecciones, con
el auge del neoliberalismo de finales de los noventa
esas prioridades habían cambiado. Entre el estudio de
diversas medidas se analizaba la conveniencia de tarifar
los servicios y productos museísticos según ejemplo de
conocidas iniciativas que tenían mucho más de mercantil
que de museístico. El caso del “Museo” Guggenheim
de Bilbao es emblemático, donde el museo mismo y su
imagen habían sido registrados como marcas comercia-
les por las que se cobraba un “royalty” a las empresas
Arturo Michelena. La jovén madre, 1889
de publicidad.
Óleo sobre tela, 172 x 141,8 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Galería de Arte Nacional Ya el museo de arte de la etapa neoliberal venezolana
no estaba para formar élites ilustradas de ciudadanos
trabajadores y empleados de estas instituciones desde y ciudadanas de relevo, al servicio del arte y la belleza,
el interior de los museos. En algunos casos, incluso era sino tecnócratas y gerentes expertos en arte, al ser-
enérgica e ingenuamente negada a quien se atreviese a vicio de corporaciones globalizadas, operando según
insinuarla. Nunca, desde los museos, se diseñaron es- los imperativos tanto de los mercados de arte locales
trategias investigativas que contribuyeran con la nada como globales. Surgieron entonces, las nociones de
difícil tarea de revelar aquellas relaciones y prácticas museo-empresa dentro de la dinámica y según la lógica
museísticas que, al seguirlas en su lógica, pudieran de- del mercado globalizado del arte –que ahora también
jar ver el tipo de operaciones que contribuían, desde los incluía el ciberespacio– para las iniciativas museísticas
museos, con la agregación de valor económico a la obra que perseguían una internacionalización de las artes
artística representada tanto en museos de arte públicos plásticas desde Venezuela. Trabajar en un museo de arte
como en colecciones privadas de Venezuela y que, en el ya no significaba pertenecer a un equipo de expertos,
corto o mediano plazo, produjeron alzas notables en los donde podían interrogarse críticamente los valores de
precios de venta de la obra de ciertos artistas en subas- las obras de arte así como los procesos de producción
tas internacionales, como resultado de iniciativas ex- de saberes-valores, sino formar parte de un team en
positivas y de investigación en museos públicos de arte un sistema de saber/poder en el que sólo se producían
venezolanos. Los casos de Jesús Soto, Armando Reve- conocimientos que reforzaran la operatividad y prestigio

3
La historia del pensar venezolano sobre las artes y la cultura es abundante y fructífera. Los nombres de Enrique Planchart (1894-1953), Salvador de La Plaza (1896-
1970), Arístides Rojas (1826-1894), testimonian de un siglo XIX activo que sentará las bases de un siglo XX lleno de importantes nombres en este campo.
La Roca de Crear • ARTE A LA MANO 15

Armando Reverón. Paisaje en azul, 1929. Óleo sobre tela. 64 x 80 cm. Colección Fundación Museos Nacionales, Galería de Arte Nacional

del sistema mismo, del museo de arte como parte del nido siendo ámbitos excluyentes y espacios de acción
sistema económico-mercantil de las artes y como centro de la Cultura -hegemónica y con mayúscula. Ahora,
de procesos de autoafirmación y legitimación de la obra que se enfrentaban al difícil reto de supervivencia en
de arte como mercancía, en el contexto de un mercado un contexto de diversidad de conocimientos y visiones
de arte globalizado, en permanente intercambio instru- del mundo en permanente debate por parte de nuevos
mental de conocimientos, tecnologías, experticia, dis- operadores culturales, comunidades locales, activistas
cursos y obras con otros museos de arte-empresas en el políticos, intelectuales contra-hegemónicos, nacionalis-
ámbito internacional. tas y revolucionarios, los museos de arte en Venezuela
se enfrentaban no sólo a un desfase de conocimientos
Para fines de los noventa en los museos de arte de Ve- y actualización en la totalidad de las áreas de las cien-
nezuela se estaba ante una ausencia de capacidad para cias sociales, sino que sus profesionales y especialistas
conceptualizar y diseñar mecanismos de revisión, crítica, carecían para entonces de las herramientas ideológi-
comprensión, producción, debate, recreación o defensa cas, teóricas y metodológicas elementales, necesarias
de un pensamiento nacional desde y sobre la cultura y para revisar, criticar y reformular el museo de arte en el
las artes, como garantía de universalidad y diversidad nuevo contexto sociopolítico venezolano. Los museos
y en contra de la promoción de valores mercantiles públicos venezolanos -a pesar de que en el imaginario
importados para su adopción acrítica. Este hecho ha dominante existía una mitología que los ubicaba en el
marcado una sostenida incapacidad crítica de muchas Olimpo de los museos latinoamericanos- emprenden
instituciones museísticas, manifestada en la ausencia una etapa de “supervivencia cultural”, mal equipados
de opciones creativas para vincularse al renacer cultural, intelectual e ideológicamente y desfasados tecnológica-
social y comunitario, que ha significado la Revolución mente. Pasan entonces a convertirse en lugares más que
Bolivariana venezolana. Los museos de arte habían ve- periféricos y distantes de los actuales procesos políticos

4
Sugerimos revisar documentos de Cordiplan del período.
5
En fecha 10 de febrero, a través del Decreto Número 3.464, se creó oficialmente el Ministerio de la Cultura, a cargo de Francisco Sesto Novás, quien fue juramentado en
marzo del 2005.
16 ARTE A LA MANO • La Roca de Crear

y de las nuevas dinámicas socioculturales. En lo nacio- se toma una decisión de centralización de esas institu-
nal, los museos están desde entonces excluidos de las ciones, que continuaban estando organizadas, cada una
nuevas agendas políticas y culturales -y aún del interés como una Fundación de Estado, figura jurídica que les
investigativo de las ciencias sociales- centradas en los garantizaba “autonomía administrativa y programática”,
cambios que ocurren en el día a día de hoy en el país y pero que significaba, sobre todo, dispersión y atomiza-
que contribuyen a transformar radicalmente la realidad ción, duplicación de recursos, costos y procesos, en un
sociopolítica venezolana. Es en este marco de cambios contexto neoliberal. Tomará al nuevo Estado venezolano
socioculturales donde se producían –y aún se produ- dos años, contados desde las elecciones que llevan al
cen– enfrentamientos profundos por la hegemonía de la poder al Presidente Chávez, para iniciar cambios en las
producción de conocimiento sobre las artes, la defensa directivas de los museos públicos y siete años, contados
del acervo cultural y del patrimonio artístico de los mu- a partir del mismo hito, para que el Estado, ahora a tra-
seos venezolanos por parte del Estado. Todos estos as- vés del primer Ministerio de Cultura creado en el país,
pectos y problemas eran evaluados sólo desde limitadas procediera a realizar un cambio significativo en la es-
perspectivas de racionalidad organizativa y presupues- tructura de los museos de Venezuela con la creación de
taria y desde una ausencia de comprensión y crítica lúci- la Fundación Museos Nacionales, ente que hasta ahora
da de las bases teóricas difusionistas-funcionalistas de agrupa a los museos anteriormente dispersos, desarti-
las políticas culturales adeco-copeyanas de los últimos culados y atomizados.
cuarenta años, calcadas de las ciencias sociales nor-
teamericanas , que imperaron y definieron la planifica- Sin embargo, no se han visto hasta ahora, desde dentro
ción cultural del Estado venezolano en los últimos años de los museos, aproximaciones teóricas o propuestas de
del ocaso de los dioses puntofijistas. El nuevo rol social investigación que contribuyan a la comprensión de las
del museo no sería formulado con claridad ni desde las distinciones entre una etapa y otra de los cambios ocu-
instancias de planificación de la cultura ni desde los mu- rridos en los museos de arte y sus respectivos entornos
seos mismos sino hasta el año 2005, fecha en la que culturales y sociopolíticos.
La Roca de Crear • ARTE A LA MANO 17

Gego. Reticulárea, 1969, ambientación, alambre de acero inoxidable, 540 x 350 x 300 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Galería de Arte Nacional
18 ARTE A LA MANO • La Roca de Crear

La obra de arte como lugar de memoria


TENSIÓN ENTRE EL
RECUERDO Y EL OLVIDO Por: Fabiola Arroyo

Las artes visuales en sus distintos momentos históricos distintas obras de arte pueden funcionar como lugares
han desarrollado modos diversos de representación con de memoria para intentar preservar del olvido a perso-
los que se ha pretendido “preservar” la memoria indivi- nas comunes, figuras históricas, comunidades, prácticas
dual, familiar o colectiva. El género del retrato tuvo sus culturales o acontecimientos.
primeras expresiones en obras escultóricas en la Grecia
antigua y fue evolucionando a través de los siglos, con- Algunos lugares de memoria: museos, cementerios,
virtiéndose en una de las principales formas de expre- ruinas arquitectónicas, memoriales, monumentos his-
sión de la historia de la pintura occidental. Asimismo, tóricos, fiestas y símbolos patrios, archivos, retratos
en el siglo XIX el surgimiento del retrato fotográfico pictóricos, retratos fotográficos, entre otros.
revoluciona la comprensión de la “representación” de la
realidad y transforma las concepciones sobre el pasado y El arte contemporáneo problematiza la idea de la obra
la capacidad rememorativa. como contenedora de memoria y, sin embargo, presenta
un marcado interés por el pasado que es evidente en el
Los lugares de memoria son principalmente espacios uso de materiales documentales y de archivo. En mu-
físicos (construidos o generados por situaciones di- chos casos los artistas se concentran en rescatar acon-
versas) pensados para el ejercicio del recuerdo. Pero tecimientos traumáticos que han pretendido silenciarse,
también ciertos objetos en su condición de reservorios o que a través de los años se desdibujan del imaginario
del pasado, determinadas prácticas conmemorativas y histórico o de la memoria colectiva.

Isaak Luttichuys (atribuido). Retrato de mujer, 1630-1643, óleo sobre madera, 73,5 x 58,7 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Bellas Artes

Esta pintura barroca es un ejemplo importante del desarrollo del retrato como forma expre-
siva autónoma. En este período histórico sólo las personas de condición social privilegiada
podían acceder a que su memoria fuese “preservada” de este modo.

Germán Cabrera. Retrato de la Sra. I de Z, 1943, tallado, piedra de Cumarebo, 45 x 39 x 30 cm


Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Bellas Artes  

Se conoce como escultura de busto aquellas representaciones plásticas tridimensionales de


la parte superior del cuerpo. En este caso se trata de un retrato escultórico tallado en piedra
que plasma a una joven mujer de expresión serena.

Roger Welch. Esposas holandesas (detalle), 1979, tinta aerografIada sobre fotografía (trípti-
co), 77 x 97 cm. Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Bellas Artes
Roger Welch es un artista conceptual fundador de la tendencia conocida como “arte
de la narrativa” y pionero en la experimentación con la memoria personal y la identi-
dad. Esta obra de 1979 es un excelente ejemplo de su investigación sobre las formas
en que se percibe el pasado en la contemporaneidad.
La Roca de Crear • ARTE A LA MANO 19

Domingo Lucca. Los Chorros, Circa 1910-1920, impresión de plata en gelatina sobre
papel, 8,7 x 13,8 cm. Colección Fundación Museos Nacionales, Museo Alejandro Otero

Este retrato fotográfico grupal de principios del siglo XX venezolano realizado


por Domingo Lucca ejemplifica a la fotografía como lugar de memoria por
excelencia para “preservar” los modos de vida, usos y costumbres del pasado.

Roberto Fontana. Sin título (sin fecha) -Serie: ‘Animitas‘, plata en gelatina 25,5 x 37,6 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Bellas Artes

Los cementerios son sitios construidos para resguardar el recuerdo de aquellos


que ya no están. La fotografía de Roberto Fontana nos presenta una particular
perspectiva de uno de estos lugares de memoria.

Domingo Lucca. El Bolívar de Tadolini (sin fecha), plata en gelatina 7,1 x 5,4 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Museo Arturo Michelena

La fotografía de Domingo Lucca muestra una estatua ecuestre como clásico monumento a la
memoria del Libertador Simón Bolívar ubicado en Lima, Perú.

Ramon Paolini. Cementerio de Mundo Nuevo, estado Lara, 1983, fotografía cromogéni-
ca, 27,7 x 35,4 cm. Colección Fundación Museos Nacionales, Galería de Arte Nacional

El colorido de las cruces que plasma esta imagen de Ramón Paolini pareciera
contradecir el carácter solemne de un espacio dedicado al duelo.

Rolando Peña, Golfo Pérsico, 1994, fotografía,


Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Arte Contemporáneo

“Quienes no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.


Este pensamiento del filósofo hispano-estadounidense George Santa-
yana, citado por el artista venezolano Rolando Peña, es un llamado a no
olvidar capítulos terribles de la historia contemporánea.

Sara Maneiro. La peste, sin fecha, impresión fotográfica sobre papel 247 x 61 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Arte Contemporáneo

En La peste la artista venezolana Sara Maneiro representa las fosas comunes en donde fueron
sepultados sin identificación las víctimas del estallido social conocido como Caracazo (1989)
y de este modo nos obliga a rememorar este significativo y terrible acontecimiento histórico.

Eugenio Dittborn. Pintura Aeropostal Nº 54, ‘El niño del Trebal‘, 1984-1986,
instalación a pared: Fotoserigrafía y pintura sobre papel, 176 x 145 cm.
Colección Fundación Museos Nacionales, Museo Alejandro Otero
El artista chileno Eugenio Dittborn hace uso en sus composiciones de ma-
terial de archivo, documentos, imágenes de libros y revistas de su país, así
como dibujos realizados por niños y “enfermos mentales”, de esta forma se
refiere a la compleja y dolorosa experiencia colectiva chilena, como por ejem-
plo a las terribles desapariciones forzosas en tiempos de la dictadura militar
de Pinochet (1973-1990), y por tanto a la memoria de estas víctimas.
20 DISEÑO • La Roca de Crear

LA VÍA DE LOS SIGNOS


RUPESTRES Por: Lelya Delgado

La memoria de los antiguos trashumantes, cazadores y


recolectores de Venezuela, cuya larga travesía se inició
miles de años antes de nuestra era, todavía se conser-
va en lo que se ha dado en llamar “arte rupestre”, allí
quedó intacta la huella del espíritu colectivo propio de
cada lugar, de cada sitio, de cada territorio por donde
pasaron los primeros habitantes, quienes en cuevas,
cornisas, abrigos rocosos o piedras a campo travieso,
dejaron plasmadas imágenes fugaces que dan cuenta de
las complejidades y sutilezas de su simbología.

Determinar la antigüedad de las manifestaciones rupes-


tres es uno de los más complejos y difíciles objetivos
que plantea su estudio, pues todavía no existen méto-
dos confiables para establecer su origen cronológico.

Investigaciones arqueológicas han establecido una am-


plia distribución de estas manifestaciones a lo largo y
ancho del país, lo que proporciona una evidencia única
de los inicios de la vida estética de nuestros pueblos
originarios, fuertemente unida a una experiencia del
mundo sacralizado. Ellos designaron algunos territorios
a la posibilidad cierta de entrar en conexión con sus an-
cestros, lugares donde se gestaron las grandes epope-
yas cosmológicas que dieron cuenta de la aparición de
los seres y del mundo como hoy los conocemos, sitios
propicios para las ceremonias mágico religiosas, el canto
chamánico y otros rituales iniciáticos.

Los grabados rupestres o petroglifos, fueron elaborados


utilizando instrumentos de piedra de gran dureza, per-
cutiendo sobre la roca a manera de cincel y martillo.

Las pinturas rupestres o pictografías del latín “pictum”:


relativo a pintar, y del griego “grapho”: trazar, se realiza-
ron mediante la aplicación de pigmentos, por lo general
de color rojo, aunque también se han encontrado pinta-
das en negro, naranja, amarillo ocre y blanco, utilizan-
do a tal efecto, óxidos de hierro, manganeso, cinabrio,
carbón, arcillas, caolines, sangre, grasas y resinas colo-
rantes. Estos pigmentos se aplicaron sobre la piedra con
los dedos o utilizando palitos masticados en la punta, a
manera de pincel.
La Roca de Crear • DISEÑO 21

Objetos de poder Chamánico


El chamán propicia un control indirecto del mundo na-
tural a partir de sus objetos y sus prácticas. Su oficio, a
favor de la integridad física y cultural de su comunidad
y la defensa de la vida, la salud y la fecundidad, lo con-
vierten en guerrero; su combate es contra los demonios
de la enfermedad, la esterilidad y la muerte. Su acción
une puentes entre el mundo real e imaginario, hay en
estas prácticas una estética de los oficios y materiales
sagrados, en la cual es prácticamente imposible trazar
fronteras que separen los asuntos prácticos de la vida
cotidiana, de la experiencia estética que engloba la to-
talidad de lo vivido y que se evidencia en acciones como
tallar, pintar, modelar, grabar, tejer, tallar, cantar, dan-
zar, o curar. El chamán o ruw’a, entre los Wotjüja, es un
hombre de pensamiento, un líder que utiliza magia, vi-
sión e imaginación en favor de su comunidad. En sentido
estricto, el ruw’a no tiene propiedad alguna. El territorio
que “controla” no se hereda ni traspasa. La tierra es algo
sagrado, una fuerza viviente difícilmente controlable.
Por tal razón, “hay que ser amigo de la tierra, no su due-
ño”.

En el proceso de formación de un chamán o huuwai,


como lo denominan los yekuana está la confección de
sus instrumentos de poder, como son: El bastón sona-
jero, arma sagrada utilizada para encabezar ceremonias
y rituales, el cual presenta una particular empuñadura
tejida con fibras, plumas multicolores y sonajas hechas
con campanillas que producen un leve sonido al chocar.

La maraca sagrada, en cuyo puño aparecen la imagen


doble de un hombre sentado en actitud concentrada: las
palmas de las manos en la cabeza, los codos apoyados
en las rodillas y los ojos escrutadores perdidos en la dis-
tancia. Estas maracas encierran los wiidiki y algunas raí-
ces de plantas mágicas, el extremo inferior presenta las
plumas rojas y blancas del copete del pájaro carpintero
real, ave solar, símbolo de Wanadi, el Creador.

Para los hiwi la maraca también constituye su principal


instrumento chamánico. Su cuerpo está formado por
una tapara que graban con motivos lineales y semicircu-
lares que se agrupan en torno a un círculo central y en el
extremo superior atan, a manera de penacho, las plumas
negras del paují.

El banco ceremonial tallado en madera fue un signo de


rango y sabiduría. Se le consideraba una de las herra-
mientas más importantes del poder chamánico. Fabri-
cados con formas cóncavas y ovaladas, a veces, repre-
sentaban animales de la fauna sagrada. Utilizados como
asiento jerárquico en la conmemoración de eventos reli-
giosos, eran luego destruidos junto a otros objetos que
22 DISEÑO • La Roca de Crear

conforman el ajuar ceremonial, actualmente se fabrican “camino de las cuentas” que cada hombre y cada mujer
para la venta. lleva dentro de su cuerpo, lo cual constituye un sistema
de claves mágicas que conforman las palabras del canto
Objeto chamánico yekuana, confeccionado en made- chamánico. Ellas son la representación gráfica de un sa-
ra tallada con forma de murciélago, del cual pende un ber adquirido con los años y la experiencia en complejas
número variable de tucanes disecados. Este adorno se ceremonias, pues la pintura del cuerpo, explora los mis-
coloca sobre la espalda en combinación con un collar de terios de la magia y se dirige a una región particular de
dientes de báquiro. la sensibilidad.

Objeto chamánico hiwi, confeccionado con dientes, Las mujeres wayúu, practican la pintura facial o pai-pai.
uñas, picos ensartados en hilo de algodón, además de El colorante se obtiene principalmente con la corteza
la semilla del pijiguao en cuyo interior colocan cuarzos y quemada y luego pulverizada del cují, del cual sacan un
otras materias mágicas. polvo que, finamente tamizado esparcen en el rostro, los
signos femeninos se adquieren al inicio de la pubertad

Una piel de signos


La vida estética de los pueblos originarios incluye una
serie de modificaciones que intervienen la piel, los
músculos, el cráneo, el pelo, los dientes, las orejas y los
glúteos. Los signos de la pintura corporal se inscriben en
la misma fuente de las “técnicas” que tienen por materia
prima el cuerpo; la pintura facial, la cosmética de las de-
formaciones, las escarificaciones y los tatuajes.

Para pintarse el cuerpo se utilizan palillos puntiagudos


de madera o hueso, “pintaderas” y sellos de madera de
tamaño y formas diversas o simplemente se usan los
dedos. Las sustancias colorantes son: el onoto o Bixa
Orellana y la Chica o Arrabidea chica, de color rojo, el
caolín para dar una tonalidad blanca, el caruto o Genipa
americana, el hollín y el carbón, para el negro. En algu-
nos casos acostumbran a mezclarlas con resinas, ceras
y aceites, que las hacen untuosas y fáciles de aplicar, tal
es el caso de la caraña Protium caraña, el aceite de cara-
pa Carapa guianensis o de copey, Glusia spp, los cuales
aportan su perfume.

Los yanomami, denominan onimou la acción de pintarse


que se caracteriza por un amplio repertorio de diseños
decorativos, compuestos por: rayas verticales, horizon-
tales, oblicuas, entrecruzadas o en amplia ondulación y
zigzagueo; círculos, puntos y manchas que imitan la piel
del jaguar. Es frecuente la unción del rostro en negro, a
manera de una máscara en señal de guerra o duelo. Las
mujeres utilizan pequeños palitos que introducen en la
nariz y en las comisuras de los labios. En los lóbulos au-
riculares suelen introducir flores, hojas verdes y cogollos
de palma.

Los e´ñepa, wotjüja y yekuana, confeccionan sellos en


madera que pueden ser redondos, cuadrados o rec-
tangulares, hechos con maderas blandas, utilizando un
cuchillo doméstico para su talla. El tamaño de los sellos
puede variar de acuerdo al sexo y a la zona del cuerpo
destinada a pintar. Los wotjüja llaman a los signos el
La Roca de Crear • DISEÑO 23

en el período de “blanqueo” o encierro menstrual, luego


de la cura de un enfermo, en ceremonias y danzas.

El signo del caracol, se asocia a su condición de cami-


nante que avanza, a pesar de los tropiezos de la vida.
El signo de la tortuga los dota de sabiduría y paciencia.

La imagen de los cerros, por su larga permanencia les


aporta una voluntad férrea en cada cosa emprendida.

Los pequeños puntos representan las huellas de los pa-


rientes que han pasado.

Las alas de los pájaros, aluden al vuelo nocturno del


sueño, en el que se les presentan los abuelos dándoles
consejos sabios sobre el uso de las plantas medicinales.

El signo de la cola del perro, les procura suerte.

Las patas del ciempiés, significan los años de la vida.

Las señas del tigre, que se pintan los hombres, demues-


tran coraje, también tres palos que significan los cardo-
nes, estrellas y rayos.

Los hiwi, han recopilado algunos de sus signos tradi-


cionales, que denominan “pintas”, algunos de estos se
usan también en la alfarería y cestería. Corresponden
a Janeeribo, el pez panpano, Jojovaani-jjutii, la rana,
Maavimajjürana, la rana del peramán, Ikuli Itanee, la ca-
parazón del morrocoy, Ivinay, las estrellas, Sirisiribato,
el ciempiés, Sonoburu, las mariposas volando entre las
colinas, Namo cobetjau la planta del zorro, Jara Barüpa;
la quijada del terecay, Newütjü itané; las pintas del tigre,
Sonotojjii, las maripositas y Dejuai sii itané, las espinas
del pescado entre otras.

Los pemón, denominados por Theodor Koch-Grumberg


como taulipan, incluyen tres pueblos como son los: are-
kuna, kamarakoto y taurepan, estos como los wapisha-
na, y los macushi, que habitan las regiones fronterizas
con Guyana y Brasil, acostumbraron a pintarse la cara
y el cuerpo con diseños de extraordinaria belleza en
ocasiones festivas, también practicaron el tatuaje en los
rostros de las mujeres, principalmente alrededor de la
boca, con diseños en formas geométricas, semicircula-
res, líneas, puntos y rayas.
24 DISEÑO • La Roca de Crear

DISEÑO VENEZOLANO
EN EL SIGLO XX Por: Susana Benko

En la Megaexposición. Arte venezolano del siglo xx, han obtenido importantes premiaciones internaciona-
muestra panorámica organizada en 2003 por el enton- les y nuestro diseño, especialmente de unas décadas a
ces Vice-Ministerio de la Cultura, se mostró por primera la actualidad es, sin lugar a dudas, referencia a escala
vez una importante selección de obras representativas mundial.
del diseño gráfico, tridimensional y digital producido a
lo largo del siglo xx. La misma fue expuesta en siete se- La primera edición de la Megaexposición tuvo el acierto
des: Galería de Arte Nacional (1900-1950); Museo de de incluir al diseño en todas sus modalidades. Exponerlo
Bellas Artes (décadas cincuenta y sesenta); Museo de la con obras de arte demostró que el arte nunca ha estado
Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez y Museo Jacobo desligado del diseño, y éste en definitiva, está en todo lo
Borges (década setenta), Museo Alejandro Otero y Mu- que nos rodea ya que conforma la existencia material de
seo Arturo Michelena (década ochenta); Museo de Arte nuestra vida.
Contemporáneo y Celarg (década noventa al 2001).
Pese a que delimitamos algunos campos del diseño
Esta exposición demostró como a lo largo del siglo XX, –conscientes de ausencias que deben considerarse para
el diseño en todas sus áreas ha tenido participación en la una próxima exhibición– expusimos más de doscientos
vida cultural y social venezolana. Algunas de estas mo-
dalidades con una participación y un desarrollo brillan-
tes; otras, con menor representatividad por estar aún en
proceso de consolidación.

Se hizo evidente en la exposición la enorme despropor-


ción entre el desarrollo del diseño gráfico y el diseño tri-
dimensional. Existe mayor producción e historiografía en
el campo editorial que en el diseño tridimensional. Esto
tiene muchas causas: la dificultad de creación de escue-
las que formen diseñadores industriales –con algunas
heroicas excepciones–; los obstáculos tecnológicos y
financieros existentes en el país como la obtención de
materia prima y procesada; los altos precios de dichos
materiales que imposibilitan la fabricación; el temor a
la experimentación que ahuyenta la inversión; la des-
medida importación de productos y la copia de diseños
foráneos. Todo ello repercute en la falta de receptividad
del mercado hacia un producto de calidad, hecho en
Venezuela. Es el momento de crear políticas adecuadas
que promocionen al diseño industrial como parte del
crecimiento económico del país. Logrado esto proyecta-
ríamos la imagen de un diseño venezolano.

El diseño gráfico ha sido esplendoroso desde los inicios


del siglo. Nuestros más insignes diseñadores –Nedo
M. F., Gerd Leufert, Álvaro Sotillo, Santiago Pol, Óscar
Vásquez, John Moore, Waleska Belisario, entre otros, Miguel Arroyo. Silla para comedor, 1958
Fotografía: Reinaldo Armas
Waleska Belisario. Carlos Cruz-Diez un pionero del diseño en Venezuela.
La Roca de Crear • DISEÑO

De la empresa familiar a la invención de la fisicromía 1923-1959, 1998


Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz Diez
Fotografía: Carlos Lozada
25
26 DISEÑO • La Roca de Crear

cincuenta diseñadores. El diseño de modas y de acce-


sorios requiere futura atencion pues en Venezuela se
está desarrollando un movimiento a escala nacional e
internacional. El diseño digital estuvo representado con
productos multimedia y diseños en Web, aunque los
ejemplos fueron pocos. Lo mismo ocurrió con el diseño
urbano y el de vitrinas. La gigantografía y los avisos en
neón son los nuevos carteles de finales del siglo XX e
inicios del XXI. Sin embargo, los ejemplos expuestos
permitieron apreciar cómo la inserción de las nuevas
tecnologías en el siglo XX definió la manera de hacer
diseño. Hay un antes y un después a la era informática.
Todos los institutos de diseño, así como diseñadores
profesionales, las han adoptado en su modo de ense-
ñanza y en su práctica laboral. Estas tecnologías amplían
las posibilidades en el campo del diseño gracias a pro-
gramas especializados que provee la computación.

Con respecto al diseño tridimensional, la delimitación


fue más drástica. Hubo dificultad para ubicar piezas que
en general se mantienen en el anonimato. Sin embargo,
se expuso mobiliario y luminaria así como otros produc-
tos de carácter diverso. Lo no transportable fue mostra-
do a través de fotografías.

Esta muestra tuvo el mérito de ser la primera que in-


tentó reconstruir históricamente el diseño venezolano
durante un siglo. El espectador pudo apreciar en su
recorrido por las siete sedes expositivas el devenir del Nedo M.F. Abecedario MACC, sin fecha, Grafito, tinta y guache sobre papel.
diseño en un período comprendido entre 1900 y 2001 a 63 x 51 cm. Colección Fundación Museos Nacionales, sede Museo de Arte
Contemporáneo, Caracas. Fotografía: Morella Muñoz-Tébar. Archivo MAC
través de afiches, revistas, libros, catálogos, emblemas
y logotipos, estampillas, entre otros. Para la realización
de esta curaduría fueron importantes los aportes do-
cumentales de Alfredo Armas Alfonso, Felipe Márquez,
Jacinto Salcedo, como de Juan Carlos Darias, quien se
encuentra realizando una importante investigación de
diseño gráfico venezolano de todo el siglo XX, así como
los catálogos de las exposiciones realizadas en el Centro
de Arte La Estancia. El visitante pudo apreciar la evo-
lución de este oficio como por ejemplo el del diseño de
marcas y su reproducción casi artesanal a principios de
siglo hasta los modernos recursos industriales para su
impresión en los empaques actuales. Pudo asimismo
observar los cambios que ha tenido la industria editorial:
desde la concepción gráfica de El Cojo Ilustrado, pasando
por la modernidad del primer Élite y Billiken hasta las
notables experiencias editoriales como las de las re-
vistas El Farol, Shell, Cal, Punto, Revista M, Revista A,
Cruz del Sur, Extramuro, Visual, Imagen, etc., que fueron
verdaderas “escuelas prácticas” de comunicación visual.
Publicaciones más recientes como Estilo, Umbrales,
Puntal, Pequiven, Actual, Complot denotan la experien- Arturo Sierra. Homenaje a Marcel Breuer, 1996
Lámina de acero, lámina de MDF y esmalte sintético blanco
cia de diseñadores de nuevas generaciones, sin contar 26 x 240 x 26 cm. Colección privada. Fotografía: Archivo Susana Benko
La Roca de Crear • DISEÑO 27

Cabezales identificación de la Revista Élite

con las especializadas en diseño como Bisagra y Logoti- de integración de las artes de Carlos Raúl Villanueva.
po, entre otras. Miguel Arroyo, de formación integral hacia los medios
y materiales, diseñó muebles. Posteriormente, como
Cabe acotar que durante la primera mitad del siglo, los director de museo y museógrafo consolidó una visión
creativos no eran diseñadores académicamente forma- integral entre arte, diseño y museología. Leufert y Ale-
dos. Artistas plásticos como Pedro Ángel González y jandro Otero participaron con él en este impulso. Nedo
Carlos Cruz-Diez, pioneros del diseño gráfico venezo- creó escuela y fue un diseñador integral. Álvaro Sotillo,
lano, abrieron importantes caminos al medio. Siguieron Óscar Vásquez, Waleska Belisario, y otros, han impul-
Mateo Manaure, Manuel Espinoza, Alejandro Otero, sado el diseño fuera de nuestras fronteras. Siguen: Luis
Jacobo Borges, Alirio Palacios, entre otros, que han di- Giraldo, Ariel Pintos, Anella Armas, Carlos Rodríguez,
señado carteles, libros, catálogos y emblemas que hoy Aixa Díaz, Carolina Arnal, Olga Kelbic, Ana Carolina
día recordamos. Por otra parte, la llegada de artistas Palmero, entre muchos otros, que conforman el nuevo
extranjeros provenientes de países con tradición de di- panorama actual del diseño gráfico.
seño consolidó las bases de este oficio entre las déca-
das cuarenta y cincuenta. En diseño gráfico Larry June, El diseño tridimensional es más anónimo aunque no
Gego, Gerd Leufert y Nedo M. F. y en diseño de muebles menos popular. Empresas como Tecoteca y Decodibo,
Cornelis Zitman y Emile Vestuti. Hubo un espíritu de en los años cincuenta, crearon pautas en el diseño de
modernidad que fraguó de manera sólida en el proyecto muebles al incluir a diseñadores como Zitman y Vestuti,
28 DISEÑO • La Roca de Crear

respectivamente. Casa Curuba ha continuado la línea Vestuti y Rudolf Steiksal, y


actualmente de Jorge Rivas. Metaplug se ha destacado en mobiliario urbano y en
la elaboración de proyectos de diseño industrial. Conrado Cifuentes (Otai Design/
Otai de Venezuela), Ricardo Salazar, Jack Alejandro Barrios, Arturo Sierra, Luis
Lartitegui, y otros, diseñan muebles y objetos, desafiando las difíciles condicio-
nes que implica materializar y mercadear el producto venezolano.

Gracias a una muestra integradora como La Megaexposición. Arte venezolano del


siglo xx el público tuvo la oportunidad de apreciar la evolución de nuestro diseño y
sacar sus propias conclusiones.

Emile Vestuti. Silla de paleta, 1989. Casa Curuba


Fotografía: Jorge Andrés Castillo
La Roca de Crear • DISEÑO 29

Santiago Pol. Cartel modular: Artes plásticaas en Venezuela. 1973


Colección Fundación Museos Nacionales, sede Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez
Fotografía: Carlos Lozada
30 COLECCIONES VENEZOLANAS • La Roca de Crear

América Latina: Identidades Cruzadas,


DIFERENCIAS
COMPARTIDAS Por: María Luz Cárdenas

Pedro Centeno Vallenilla. Fecundidad, 1942-1943. Óleo sobre tela, 200 x 462 cm
Colección Fundación Museos Nacionales, Museo de Arte Contemporáneo
A través de estas obras de la Colección Museos Nacio-
nales proponemos una lectura en torno a la noción de
identidad en la creación de América Latina: la problemá-
tica de los rasgos, tanto diferenciales como comunes de
lo “latinoamericano”. En la actualidad cabría plantear
la discusión acerca de ¿cómo hemos sido vistos por los
creadores latinoamericanos?, ¿cuáles son las repre-
sentaciones que han determinado iconográficamente
la noción de identidad o diferencia cultural en América
Latina?

Se trata de una confluencia intertextual de referencias


documentales, fotografías, objetos, grabados, pinturas
y esculturas, orientada a proponer modelos alternativos
de trabajo con respecto a la función de las colecciones
y papel de los museos como espacios de reconocimiento
en las imágenes y símbolos que construyen la identidad,
planteando la difusión del patrimonio desde una pers-
pectiva abierta, incluyente y plural.
Pedro Centeno Vallenilla. Uvas negras, s/f. Óleo sobre tela,
48 x 54 cm. Instituto Nacional de Hipódromo, en comodato
La Roca de Crear • COLECCIONES VENEZOLANAS 31

Pueblos
La constitución del ser en América Latina es un proceso marcado por la diversidad, en un marco cultural hecho de
mezclas étnicas, regionales y de géneros. El resultado es una pluralidad de enriquecedoras narrativas sobre los pue-
blos del continente, articulado en un imaginario compuesto por rostros, tipologías, modos de ser, de amar, de vivir,
de trabajar, de jugar, de morir, de establecer relaciones con los dioses o de luchar por la justicia.

Rostros, tipologías y retratos

Fotografía: Luis González Palma. El pájaro, 1990 Fotografía: Esso Álvarez. Serie Bajo tierra , el cielo: en el mismo vagón, 1987

Fotografía: Tito Caula. Personaje desconocido, 1967 Fotografía: Gorka Dorronsoro, 1980

Espacios
Un mundo nuevo: cartografías
El encuentro con el espacio territorial y cultural de
América Latina establece un complejo ámbito de re-
laciones. Se trata de un espacio abrupto, abundante,
desbordado, que rompe con los esquemas tradiciona-
les de interpretación y genera un choque de códigos y
categorías en sus intentos de explicación.
Pancho Quilici. Últimas cercanías, 1990. Óleo y polvos minerales sobre tela,
acuarela sobre papel, 170 x 390 cm. Colección privada
32 COLECCIONES VENEZOLANAS • La Roca de Crear
La Roca de Crear • COLECCIONES VENEZOLANAS 33
34 COLECCIONES VENEZOLANAS • La Roca de Crear
La Roca de Crear • COLECCIONES VENEZOLANAS 35
36 EL SECRETO DE LOS MATERIALES • La Roca de Crear

Jackson Pollock. Detalle de obra. Pintura al óleo.

DEL ÓLEO
AL ACRÍLICO Por: Luis Hurtado

El óleo, al que una vez se le diera el nombre de “el invento más bello”, ha cedido espacios, en las
últimas décadas, a favor de una resina de uso industrial denominada pintura acrílica. ¿cuáles son
sus similitudes o diferencias? ¿ventajas y desventajas? Este artículo proporciona claves simples
para poder comprender el secreto tras estos medios.
La Roca de Crear • EL SECRETO DE LOS MATERIALES 37

La pintura acrílica se desarrolla en siglo XIX producto de El rápido secado de los acrílicos impide la manipulación
la revolución industrial y, en consecuencia, su uso estaba de la pintura una vez aplicada, pero posibilita de aplicar
limitado a la intervención en los procesos de manufac- capas de pintura en rápida sucesión y, en consecuencia,
tura de bienes. En contraste, el óleo seguía siendo el terminar la obra en menor tiempo.
material por excelencia para la pintura.
Una desventaja del óleo frente al acrílico es su intenso
En la década de los años 40 las compañías de insumos olor, además de los olores de diluyentes como la tre-
de arte comenzaron a comercializar el acrílico como mentina. Estos olores pueden afectar a algunas perso-
pigmento para la creación pictórica. Sin embargo, los nas, por lo que es recomendable pintar al óleo en espa-
puristas en aquel entonces la despreciaron por su poca cios bien ventilados. A diferencia del óleo, el acrílico, por
capacidad para lograr efectos sutiles con el color, cua- su naturaleza acuosa, no necesita de diluyentes.
lidad muy apreciada del óleo. Por el contrario, el acrílico
ofrecía un acabado similar al plástico. No obstante, fue El Blanco de Titanio de la pintura al óleo es considerado
ese acabado “plástico” el que inspiró a los pintores in- el color “más blanco” y, hasta ahora, ni siquiera el Blan-
formalistas y expresionistas abstractos a incorporar el co de Titanio de la familia de colores acrílicos posee tal
acrílico en sus paletas. intensidad.

Una de las principales diferencias entre el óleo y el acrí- Tanto el acrílico como los óleos ofrecen posibilidades
lico radica en el tiempo de secado de la pintura. El acrí- múltiples al pintor, dependiendo de la manera como
lico tiene tiempos de secado más cortos debido a que el se aborda la técnica. Las pinturas acrílicas se pueden
proceso ocurre por la evaporación del agua contenido en utilizar en murales, aerografía, impresión, pintura de
el aglutinante. Los óleos, por el contrario, tardan más caballete, entre otras técnicas. Ningún medio supera al
en secarse debido a que el fenómeno químico de la ab- acrílico en cuanto a versatilidad. Sin embargo, el óleo
sorción de oxígeno del aire se produce lentamente. Es permite posibilidades expresivas, mediante el manejo
importante destacar que no todos los colores en óleo del material, y una durabilidad comprobada por siglos.
secan al mismo tiempo, el carmesí y el negro son los de
más lento secado. La paleta de colores básica, recomendada por expertos,
para comenzar un trabajo en óleo o acrílico, es práctica-
Gracias a la lentitud en el secado, la pintura al óleo per- mente la misma: amarillo, azul y rojo, verde, color tierra,
mite al artista corregir, pintar encima e incluso rehacer. blanco y negro.

Carmen Sotuela. Detalle de obra. Pintura acrílica


38 PERFILES • La Roca de Crear

FRANCISCO
Francisco Bassim, artista plástico venezolano, quien se
pasea entre el dibujo, la pintura, la escultura y la insta-
lacion pictórioca. Colorista por excelencia, muestra en su
trabajo una fuerte influencia del comic, la ilustración ja-

BASSIM
ponesa y del arte pop. Sus obras son declaraciones irre-
verentes contra el status-quo, la doble moral de sectores
conservadores de la sociedad y contra “la imagen/ícono”
Por: Luis Hurado
como mecanismo de poder. No hay abstraccionismos
acá. No hay lectura entre líneas. El mensaje se decodifi-
ca claramente. Quizá la característica más resaltante de
su trabajo, además de su depurada técnica como pintor,
sea una honestidad extrema que no le da cabida a la in-
diferencia.

Actualmente Francisco Bassim trabaja el tema de la


máscara. Los divos y las divas, artistas y otros símbolos
La Roca de Crear • PERFILES 39

de la cultura visual y mediática-contemporánea, tienen


siempre una o varias personas detrás. Se podría decir
que se convierten en máscaras, mientras que los ver-
daderos, quedan detrás de éstas, ocultos, sin un rostro
real para nosotros, quedando así en manos de nuestra
capacidad creadora, imaginarlos y formarlos. Casi siem-
pre caemos en la trampa de dar demasiada rienda a esa
construcción, deformándola hasta el mito. Especulamos
sin cesar frente a la máscara que no es dada, que nos
es presentada, cayendo en la paradoja de multiplicarla y
hacerla aún más inasible. En el mismo fenómeno incu-
rrimos con nosotros mismos. Según el artista “llevamos
máscaras, nos ponemos máscaras a la medida de lo que
queremos ser o aparentemente somos. Es ese doble
juego, esa representación a conveniencia de los otros
y nuestra circunstancia cultural infinita, lo que quiero
mostrar de manera directa en este trabajo.”
40 PERFILES • La Roca de Crear

YOSHI
El juego de líneas y dobleces sobre el papel, la ausen-
cia del color, la asepsia de las superficies, los volúme-
nes formados por las láminas de papel, el movimiento
y contorsiones de las formas definen la obra del joven
Por: Anny Bello artista venezolano Yoshi. Sus obras hechas con papel de
algodón, tienen dobleces tan laboriosamente trabajados
que se convierten en un espectáculo rico en detalles
que resaltan bajo la iluminación. La estética limpia de
Yoshi tiene correspondencia con el wabi-sabi, palabra
japonesa empleada para referir a los objetos simples y
armónicos. La obra de Yoshi reconforta por sus formas y
pese a estar toda la superficie milimétricamente medida,
los resultados son instalaciones orgánicas en perfecto
equilibrio con el espacio.
La Roca de Crear • PERFILES 41
42 PERFILES • La Roca de Crear

CLEMENCIA LABIN Por: Luis Hurtado

Clemencia Labin es una artista venezolana radicada en Ale-


mania desde hace varios años, situación que no ha incidido en
un distanciamiento con el país ni con la actividad artística que
aquí se lleva a cabo. Muy por el contrario, Clemencia Labin es
una promotora del arte contemporáneo venezolano, especial-
mente a través de la Velada de Santa Lucia que organiza cada
año en Maracaibo.

Su obra plástica es una invitación a lo femenino, a las formas


orgánicas y coloridas de superficies suaves creadas con telas,
rellenos, bordados, surcido, pigmentos y otros materiales. La
intencionalidad de un trabajo lúdico, de volúmenes que invitan
al tacto, de formas libres con rellenos, expresan contenidos
sensoriales cálidos, tropicales y llenos de humor, como len-
guaje visual, distinto de su estilo.

Intervenciones de los artistas invitados a la Velada de Santa Lucía 2011. Maracaibo


La Roca de Crear • PERFILES 43

Performance de Clemencia Labin en el marco de la Velada de Santa Lucía 2011. Maracaibo


44 EXPUESTO • La Roca de Crear

VELADA DE
SANTA LUCÍA 2011 Por: Anny Bello

Artista: Mary Le Coll


La Roca de Crear • EXPUESTO 45

La Velada de Santa Lucía se ha consolidado como un


espacio de participación comunitaria y es ejemplo exi-
toso de modos alternos de difusión y promoción del arte
contemporáneo. La interrelación entre artista, especta-
dor y espacio se inicia desde el momento en el que los
habitantes de Santa Lucía abren las puertas de sus casas
para que sean intervenidas por los artistas. La celebra-
ción reinante durante días de intensa labor pone los pro-
cesos creativos a la vista y al alcance de todos y hace del
arte una vivencia cotidiana y propia.

El evento es organizado desde el 2001 por Clemencia


Labin en una populosa calle del sector Santa Lucía en
Maracaibo, estado Zulia, zona de arquitectura colonial
rica en colores contrastantes y llamativos. Con presencia
desde hace once años, este magnífico proyecto ha calado
y tenido repercusión tanto en el país como en el ámbito
internacional, no sólo por la amplitud de la convocatoria
sino también por la participación de artistas nacionales e
internacionales quienes vienen a la velada despojados de
toda formalidad, revestidos sólo con la intención de ha-
cer del proceso creativo un momento lúdico y colectivo.

Elizabeth Cemborian. Intervenciones de los artistas y de la comunidad participante en la Velada de Santa Lucía 2011. Maracaibo
46 CREADORES VISUALES DE VENEZUELA • La Roca de Crear

DOMINGO MEDINA
El arte está vivo, siempre está vigente. Los autores pasamos pero la obra queda

Secuencia de rojos D-2, 2001


Laca y óleo sobre lienzo, 50 x 60 cm
Colección del artista. Fotografía: Ivor Lugo

Nacido en Santa Cruz de Ucaral, estado Falcón,


Domingo Medina está residenciado desde hace
cuarenta años en la ciudad de Coro. Fue miembro
fundador de la Escuela de Arte Tito Salas de Coro
y ha dedicado a la docencia en el campo de las
artes plásticas más de treinta y cinco años de su
vida, en el transcurso de los cuales ha contribuido
a formar a muchos jóvenes con intereses artísti-
cos. En un momento de su vida tiene la oportuni-
dad de estudiar en la Escuela de Bellas Artes de
Madrid, España, donde se relaciona con el que-
hacer del arte moderno. A partir de esa vivencia
orienta su trabajo al cultivo del arte geométrico
desde una perspectiva humanizante y sensibili-
zadora fundamentada en dos líneas básicas: la
horizontal y la vertical —no busca la profundidad
porque no le interesa la perspectiva— y gracias
a la línea domina las cuatro esquinas del plano.
Respecto a la técnica que utiliza, en su pintura
Medina combina el acrílico y el óleo.

Proyecto Creadores Visuales de Venezuela


Entrevista realizada por: Mercedes Longobardi
La Roca de Crear • CREADORES VISUALES DE VENEZUELA 47

01
m
go

Taguaqui, 1994. Óxido sobre tela, 62 x 75 cm


Colección privada. Fotografía: Ivor Lugo
48 CREADORES VISUALES DE VENEZUELA • La Roca de Crear

GREGORIO MIJARES

EL NIÑO BONITO
DE PATANEMO
La filosofía del arte es tratar de hacer la vida más interesante

El Niño Bonito de Patanemo, vive en el Municipio


Puerto Cabello, estado Carabobo.
No ha tenido ninguna preparación académica. El
mismo artista comenta: “durante el día soy un
ciudadano cualquiera, mecánico, padre de familia,
comerciante, albañil y en la tarde me dedico a la
pintura, a la talla, a la escultura, a la composi-
ción.”
Los inicios en el arte de Gregorio Mijares empe-
zaron cuando todavía era un niño, momento en el
que tuvo la curiosidad de dibujar en el suelo del
patio de su casa. Desde entonces trata el tema de
lo femenino y también se inspira en la historia, en
todo lo que le rodea, en la gente, sobre todo en la
mujer embarazada, en la mujer negroide. Para él,
el arte está en combinar la gracia que se tiene con
las habilidades y el gusto por el arte.

Proyecto Creadores Visuales de Venezuela


Entrevista realizada por: Mercedes Longobardi
La Roca de Crear • CREADORES VISUALES DE VENEZUELA 49

Golpe Trancao, 2009. Acrílico sobre lienzo


10,49 x 53 cm. Colección del artista. Fotografía: Ivor Lugo
50 HITOS Y ACONTECIMIENTOS EN ARTE Y DISEÑO • La Roca de Crear
La Roca de Crear • HITOS Y ACONTECIMIENTOS EN ARTE Y DISEÑO 51
52 COLECTIVOS • La Roca de Crear

EL TEJIDO VISUAL Y EL
TEJIDO SOCIAL
Una experiencia comunitaria en el Museo
Universitario Jacobo Borges
Por: María Luz Cárdenas
La Roca de Crear • COLECTIVOS 53

La primera experiencia expositiva del Museo Jacobo y las interconexiones. Bien sea en las ramificaciones de
Borges como Museo Universitario adscrito a la Univer- un árbol, una raíz, el árbol neuronal, la descomposición
sidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE) se del rayo, las redes fluviales, la tela tejida por las arañas
propuso establecer una línea de relación entre el discur- o las constelaciones estelares; bien sea en la trama ur-
so contemporáneo de las artes y el trabajo realizado por bana, las redes de metros y tranvías, los entramados de
la Universidad con las cooperativas de mujeres tejedoras un techo, las redes de pescar tradicionales, los textiles
en el estado Mérida, bajo el concepto de red. En efecto, artesanales, las construcciones cartográficas, los mapas
la producción artística y la organización social no son organizacionales o las partituras musicales, en todos los
procesos aislados que se desarrollan y crecen de manera casos se trata de tramas, ramas, tejidos, redes. ¿Acaso
independiente, sino que se relacionan en un tejido co- no es la propia escritura una urdimbre? De hecho, las
mún que los vincula uno con otro y los hace crecer mu- palabras texto y textil se levantan sobre la misma raíz.
tuamente. La exposición Redes Visuales/Redes Sociales
coloca su atención en estas relaciones. La red, como La Universidad Nacional Experimental de las Artes se ha
imagen en la naturaleza, social o visual, permite saber- propuesto emprender una valiosa labor de re-territoria-
nos parte de un contexto señalado por la multiplicidad lización de la enseñanza, ampliando el espacio acadé-
mico limitado al salón de clases e incorporando, en los
sitios específicos y a través de talleres, la tradición arte-
sanal. De ahí surgió el proyecto Comunidades Creativas.
Se trata de enlazar las raíces culturales y populares con
la docencia-aprendizaje para activar el significado de
una universidad abierta, susceptible de modificarse en el
curso del saber-hacer y en definitivo compromiso con el
conocimiento de la pluralidad. Ello brinda la oportunidad
para engranar la labor territorial con la dimensión esté-
tica y comprender los resultados como un mapa abierto,
no reducido al solo tejido producido en el taller, sino re-
lacionado con los mismos sistemas de tramas en el arte
contemporáneo y con otras tradiciones como la cestería.

Los relatos mitológicos en todo el planeta pueblan sus


leyendas con la imagen del tejido bajo sus múltiples
formas. Básicamente los dioses urden, la tierra sostiene
y el hombre trama. En Nuestra América, la Gran Diosa
de Teotihuacan, protegida por la tela de una araña, en-
trelaza sobre su cabeza una inmensa urdimbre vegetal
donde crecen particularmente los arácnidos, que tam-
bién cuelgan de sus brazos y ropajes. La cultura incaica
se encuentra dominada por la figura matriarcal de Mama
Ocllo, diosa de la fertilidad y la tierra, fundadora del im-
perio inca junto con Manco Capac y portadora de las en-
señanzas del hilado y el tejido. Por su parte, las líneas de
Nazca tampoco se apartan de la imagen: he ahí la enor-
me araña que sobresale entre los extraordinarios dibujos
sobre la tierra. La Mujer Araña, bajo la forma de Frey-
ja, reaparece en las culturas Hopi, Navaja y Cherokee.
Egipto tiene en Neith a la figura de una diosa protectora
que sostiene, en una mano las armas y en la otra su lan-
zadera de tejedora. De hecho, la lengua egipcia posee la
misma raíz para “ser” y “tejer”. En el Oriente Lejano, los
mitos narran la presencia de una diosa que otorga a los
hombres la posibilidad de elaborar la ejecución perfecta
de un tejido íntegro, sin el uso de agujas y roscas de hilo,
gracias al telar. Grecia Antigua rebosa en tramas, tejidos
y telares: celosa por la sobrehumana capacidad para ela-
borar hermosos tejidos e incapaz de igualarla en calidad,
la diosa Athenea convierte en araña a la mortal Arachne;
54 COLECTIVOS • La Roca de Crear

las Moiras tejen el destino humano al girar el huso con mond Romero, en quienes el tema de las redes adquiere
el hilo de la vida; castigadas por preferir tejer un manto una dimensión esencialmente vital, bien sea con el uso
en homenaje a Athenea en lugar de preparar las festivi- de los medios digitales, la fotografía, la tela y el tejido
dades dionisíacas, las hijas del Rey Minyas son conver- clásico, o materiales desechables como los pitillos de
tidas por Dionisos en murciélagos; Ariadne utiliza el hilo plástico. Fotógrafos como Carlos Herrera, Carlos Pu-
como salvoconducto para liberar a Teseo de las fauces che, Eugéne Atget, Ricardo Razetti, Gorka Dorronsoro,
del Minotauro dentro de su laberinto; Penélope teje y Graziano Gasparini, Alexis Pérez Luna, Susana Arwas o
desteje como vía de salvación; Philomela, hija del Rey Ramón Paolini, entablan un franco diálogo con la retícula
de Atenas, impedida de hablar por su violador, convierte a través de la trama urbana, la urdimbre del hábitat, las
su callado grito en venganza gracias a que puede tejer un ramas y ramificaciones, los cruces de luces y sombras o
tapiz donde cuenta la terrible historia, posteriormente, las redes de pescadores.
es convertida en un pájaro que sigue tejiendo su nido;
las hechiceras Circe y Calypso tejen en La Odisea; Hele- La estructura en redes cobra formas diversas. Puede
na de Troya teje en La Ilíada… Las sagas nórdicas tienen estar dibujada en una pared, desprenderse ligeramente
a Frigga, diosa de la tierra y portadora del tejido. En del espacio casi flotando en el aire, cimentarse como una
la mitología celta, la báltica, la germánica, la francesa, acción política, una acción social-comunitaria o revelarse
la epopeya finlandesa, en las tradiciones de los cuentos como el destello de un rayo en una tormenta eléctrica.
de hadas (La Bella Durmiente, Los Seis Cisnes, Rumpel- Lo importante es que el arte, acá, se construye como un
stiltskin, Las Tres Hilanderas, La Hilandera Pobre)… en proceso de múltiples entradas.
todas se repite la imagen.

Bajo la perspectiva de las artes, la experiencia reticu-


lar no es una experiencia meramente visual. La obra
de creadores como Gego, Alejandro Otero, Jesús Soto,
Joaquín Torres García, Franco Grignani, Maruja Rolando,
Mercedes Pardo, Sigfredo Chacón o Eugenio Espinoza
no puede ser entendida simplemente como un logro
importante dentro del desarrollo de la abstracción. En
ella, inexorablemente, despierta la urdimbre ancestral
que las conecta con la dimensión antropológica y la
fenomenología, bien sea a través de sistemas de repe-
tición, acumulación o relación. Así lo han entendido,
dentro de las nuevas generaciones, artistas como Ram-
sés Larzábal, Valentina Álvarez, Numba Miranda, Nadia
Benatar, Valentina Álvarez, Numba, Yucef Mehri, Ivis
Amaya, Mari Carmen Carrillo, Aureliano Parra o Rey-
La Roca de Crear • COLECTIVOS 55

Exposición Redes sociales / Redes visuales en la Sala del Museo Jacobo Borges (Caracas)

Red de cooperativas de mujeres tejedoras, estado Mérida


56 ENTÉRATE ••La Roca de Crear

NORMATIVAS TÉCNICAS
DE MUSEOS
La Roca de Crear • ENTÉRATE 57

El Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través del Sistema Nacional de Museos ha asumido la responsabi-
lidad de realizar para el año en curso, una cuarta edición ampliada y actualizada de Normativas Técnicas de Museos,
adecuada a los necesarios cambios y mejoras que han ocurrido en el área museológica en tiempos recientes.

En la última edición del 2005, se aborda de manera didáctica, el conocimiento y manejo de un conjunto de norma-
tivas técnicas aplicables a la gestión institucional, a la gestión de colecciones, a la gestión expositiva y a la gestión
educativa y sociocultural. Apoyar en la sistematización de los procesos en los museos es la intención que impulsa
actualizar esta importante publicación. Esperamos con la próxima edición, en fase aún de preparación, seguir contri-
buyendo con el fortalecimiento de las instituciones museística en nuestro país y ofrecer bibliografía para la formación
de personal especializado, estudiantes y público interesado en el tema.

www.museos.iartes.gob.ve
www.museovirtualdeamericalatinayelcaribe.org
58 ESTÉTICA URBANA ••La Roca de Crear
La Roca de Crear • ESTÉTICA URBANA 59
60 LA IMAGEN ANTE LA HISTORIA••La Roca de Crear

La creación plástica, testimonio de los


EVENTOS DE
PUENTE LLAGUNO Por: Eleuterio Páez
La Roca de Crear • LA IMAGEN ANTE LA HISTORIA 61

Ender Cepeda. Homenaje a puente Llaguno, 2003, acrílico sobre tela


50 x 123 cm. Colección privada

Pocos eventos en la historia venezolana reciente han causado tanta polémica como los hechos acontecidos en Puente
Llaguno, durante las manifestaciones del mes de abril de 2002. Un velo de desinformación cubría las situaciones que
se estaban viviendo en aquel puente ubicado en el centro de Caracas, y que permite a la Av. Urdaneta cruzar por
encima de la Av. Baralt. No obstante, los artistas plásticos, algunos de ellos testigos directos de los acontecimientos,
contribuyeron con sus obras a revelar elementos que permiten comprender el atropello que sufrió el pueblo ante el
excesivo uso de la fuerza por parte de algunos organismos de seguridad, adscritos a la Alcaldía de Caracas.

Venezuela había cambiado para siempre. Una revolución popular y humanista tomaba las riendas del país bajo lemas
de inclusión y justicia social. En el año 2002, la promulgación de las Leyes Habilitantes, la activación del convenio
de cooperación Cuba-Venezuela, la creciente influencia internacional del Gobierno Bolivariano como vocero en contra
del pensamiento único, la política firme de transformar a PDVSA en una empresa capaz de devolver al pueblo los
ingresos que anteriormente se desviaban para responder a intereses ajenos al soberano, fueron, entre otras iniciati-
vas, argumento de una oposición oligarca y violenta para engendrar un golpe de estado que detuviera el proceso de
transformación social iniciado en 1999.
62 LA IMAGEN ANTE LA HISTORIA••La Roca de Crear

Orlando Guerrero Sandoval. Llaguno II, 2002, acrílico sobre tela, 100 x 140 cm
Colección del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio

Durante los meses anteriores a los hechos de Puente el ataque perverso del que fuimos victimas todos los
Llaguno, se orquestó, a través de los medios de comu- venezolanos y venezolanas a través de los medios de
nicación de la burguesía criolla, una campaña que pre- comunicación privados. Cepeda presenta versiones en
tendía generar en la opinión pública la idea de caos ins- conflicto sobre lo acontecido, al tiempo que muestra a la
titucional y desgobierno, con el fin de abonar el terreno televisión como mecanismo de terror, capaz de desesta-
al plan golpista. Ese mismo clima de “desinformación” bilizar a todo un país.
se mantuvo durante la cobertura de los acontecimientos
del 11 de abril, cuando una marcha de simpatizantes a la Ese pueblo vulnerable y desnudo, presente en la obra de
oposición venezolana se cruzó, en el centro de Caracas, Prada y Cepeda, esgrime la dignidad como arma para ra-
con una concentración masiva de pueblo organizado, tificar su compromiso en la defensa de una revolución de
que desde la noche del 10 de abril, se congregaron en la cual son protagonistas. La obra de José Orlando Gue-
apoyo al proceso revolucionario que lidera el presidente rrero Volvió… volvió… volvió… de su serie sobre el 11 de
Hugo Chávez. abril, refleja la voluntad de un pueblo combatiente que
se movilizó para enfrentar la impunidad y la violencia.
Junto con la marcha opositora, un escuadrón de la Poli- Un pueblo que logró detener el atentado contra el hilo
cía Metropolitana, adscrita en aquel momento a la Alcal- constitucional perpetrado por las elites. Venezolanos y
día de Caracas, se ensaña con fuego y violencia contra la venezolanas cuya sabiduría popular les permitió deco-
multitud de pueblo defensor de las conquistas sociales dificar el mensaje verdadero detrás de la mentira mos-
logradas, hasta ese momento, por la Revolución Boliva- trada al mundo por los medios; un testimonio de que
riana. Venezuela cambió para siempre.

Sobre lo ocurrido, el aparato mediático de la burguesía En la actualidad, los acontecimientos de Puente Llaguno
desdibujó la verdad. Pero el arte emerge como arma del aún despiertan debate. Un debate que se enriquece con
pueblo para testimoniar esa verdad oculta intencional- las imágenes ofrendadas por los creadores, quienes se
mente. Obras como la imponente escultura en bronce hacen defensores de los logros y eco de las luchas socia-
de Carlos Prada, Entre el grito y el silencio, ubicada en les. El arte, en este caso, se convierte en una suerte de
el propio Puente Llaguno, refleja la tragedia humana “canal no oficial” para del develamiento de una historia
durante la masacre; la desnudez de las figuras testifica real enterrada bajo metros de cintas de video, perver-
la vulnerabilidad de un pueblo ante la lluvia de balas de samente editadas para responder a la agenda golpis-
la represión policial. Ender Cepeda aborda en su díptico ta. El arte es entonces ese ojo omnipresente capaz de
Homenaje a Puente Llaguno y Llaguno No. 2, a demás perforar el engaño. El ojo de la verdad que siempre está
de la fragilidad del pueblo ante la brutalidad golpista, mirando.
La Roca de Crear • LA IMAGEN ANTE LA HISTORIA 63

Detalles de la obra de Ender Cepeda. Llaguno Nº 2, 2003,técnica mixta con objetos


varios sobre madera e instalación eléctrica, 100 x 190 cm. Colección del artista

1 1 2 3
1 Fotografías: Wendy Olivo. Venpres/ABN 2 Carlos Prada. Entre el grito y el silencio. Fotografía: Círculo Bolivariano Fabricio Ojeda 3 Fotografía: Oscar Flores
64 EL RINCÓN DE LOS NIÑOS••La Roca de Crear

FRANCISCO NARVÁEZ
Negrita con crineja

Francisco Narváez. Negrita con crineja, 1937


Óleo sobre tela, 53,4 x 43,7 cm
Colección Fundación Museos Nacionales
Galería de Arte Nacional

La mirada de una joven mestiza que se


muestra serena, tranquila, con la senci-
llez de su expresión, rodeada por el halo
de un azul profundo y de palmeras, es la
forma como Francisco Narváez resalta
la esencia de las tipologías en nuestro
país. Negrita con crinejas es un óleo
sobre tela, realizado por el artista en
1937, época en la que sus obras estaban
muy influenciadas por el criollismo. Los
detalles son lo menos importante en el
retrato. Las facciones de la joven, sus
crinejas, su torso y el fondo aparecen
con pocos detalles, representados con
volúmenes generosos, como esculturas
sobre el lienzo.

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