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HANS ZOLLNER

"MI MADRE, LA IGLESIA, ME HA ABANDONADO"


Aspectos espirituales del abuso y su negación

Más allá de las consecuencias psicológicas y disciplinarias de los ca-


sos de abuso sexual de menores por sacerdotes, es indispensable con-
siderar la dimensión espiritual y teológica de estas situaciones.

“Ma mère, l’Église, m’a abandonné”, texto traducido por el P. Jac-


ques Weisshaupt, jesuita, y adaptado por la redacción de Chris-
tus, n.254. Artículo original en la revista Geist und Leben, nº 89,
abril 2017, pags. 161-175

En un encuentro con el papa rias. Los que, por profesión, anun-


Francisco, una víctima expresaba cian el Evangelio deben cuidar las
su angustia y tristeza: “Jesús tuvo experiencias que pueden afectar e
su madre a su lado en su Pasión y hipotecar el alma del ser humano
muerte. Mi madre, la Iglesia, me en su fe. Esto explica por qué obis-
ha dejado solo” Esta frase revela el pos y provinciales religiosos reac-
horror de los abusos sexuales a me- cionan más bien en términos de
nores, y lo que la Iglesia y sus res- política eclesial y de derecho ca-
ponsables tienen que cambiar. La nónico, en lugar de términos espi-
dimensión espiritual y religiosa en- rituales o teológicos. No es de ex-
tran aquí en juego. Cuando el que trañar que las víctimas vean a la
abusa es un sacerdote, que por su Iglesia no como “madre amorosa”
función representa a Dios y de (es así como comienza el motu
quien la teología dice que es otro proprio del papa Francisco en el
Cristo, la imagen de Dios cae en la que explica a los obispos y provin-
oscuridad. La misma capacidad de ciales su responsabilidad) sino co-
creer en Dios, de confiar en Él, mo una institución fría y calcula-
queda dañada. dora.
Además, cuando las víctimas
quieren hablar, no es raro que sean
Jesús llama a hacer la verdad
incomprendidas y que se las haga
callar. Esto aumenta el riesgo de
un trauma espiritual, “al lado” de Enfrentarse al problema del
la herida psíquica y corporal. Son abuso sexual a menores por parte
muchos en la Iglesia, incluso en de sacerdotes es abrumador, des-
personas con responsabilidad, los garrador. Se trata de abuso sexual
que no toman las medidas necesa- y de violencia, de abuso de con-
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fianza, de vidas destruidas, de hi- sacerdote católico como tal (el pa-
pocresía, y todo esto en el seno de pel sacerdotal en sí mismo, su fun-
la Iglesia. Enfrentarse a estos pro- ción mediadora y su poder espiri-
blemas toca el corazón de la per- tual y efectivo). Pues todo esto
sona y de la institución. Antes que existe, más o menos, también en
la psicología moderna, el mismo los dignatarios religiosos del islam,
Jesús y muchos maestros espiritua- en el budismo, hinduismo y judaís-
les han mostrado las consecuencias mo o las religiones naturales. La
del rechazo: quien no se enfrenta obligación al celibato no es carac-
a su propio rostro oscuro, tarde o terística únicamente de la Iglesia
temprano, se verá atrapado de la católica de rito latino, ya que tam-
manera más violenta. bién existe en otras religiones y sus
En todas partes del mundo hay subdivisiones.
abusos sexuales a menores. El ar- La integración de la propia se-
gumento de que es un problema xualidad representa un desafío
único de la iglesia occidental es permanente para cada individuo.
completamente falso. Este argu- Muchos sacerdotes se comprome-
mento permite no afrontar de cara ten a vivir el celibato sin tener un
los factores que, en la vida de la suficiente acompañamiento huma-
Iglesia, favorecen los abusos o di- no y espiritual. Este supondría un
ficultan descubrirlos. Al estudiar serio procedimiento de admisión,
esta cuestión se constata que, si la pasando por un sistema de unida-
Iglesia católica es una comunidad des de formación, con un acompa-
mundial de fe, múltiple y comple- ñamiento profesional y espiritual
ja, presenta, en la práctica cotidia- que continuaría después de la or-
na, grandes semejanzas en un lu- denación. Los sacerdotes hoy no
gar u otro. Por todas partes los están formados para vivir e inte-
sacerdotes y los obispos son iden- grar de una manera sana sus ne-
tificados con lo que pasa en la Igle- cesidades sexuales, emocionales y
sia. Se les ve como los represen- de relación. A pesar de las direc-
tantes de Cristo y de su Iglesia – y trices claras para la formación de
así es la comprensión teológica que los sacerdotes, la madurez huma-
tienen de sí mismos. Por esto, ca- na tiene un rol subordinado en la
da abuso cometido por un sacer- formación de los futuros religio-
dote recae sobre la Iglesia en su sos y sacerdotes. Cuando se pien-
conjunto. sa que la mayoría de las crisis de
vocaciones tienen su origen en un
enamoramiento y en descubrir el
Formar y acompañar la deseo de vivir en pareja y en fa-
madurez humana
milia, uno se sorprende que los
responsables de la formación no
En estos abusos, uno no puede hayan invertido más energía y
identificar solo lo que es propio del tiempo ahí donde la necesidad pa-
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rece más manifiesta. En la psico- Esto explica lo que parece in-
logía que trata de nuestras profun- comprensible. Las víctimas evo-
didades, se hablaría de mecanismo can con frecuencia hasta qué pun-
de defensa y negación de las pul- to se sentía n ellas, y no el
siones vitales. Espiritualmente lo sacerdote, malas y sucias, cuando
llamaríamos acedia, dejadez y pe- se producía un contacto sexual.
reza. Este rechazo por parte de los Otras sentían que la atención afec-
responsables a tomarse seriamen- tiva del sacerdote las valoraba, que
te las experiencias espirituales y las “levantaba al nivel sacerdotal”.
los procesos humanos repercute Cuando se busca contestar a la
directa e indirectamente sobre los pregunta porqué tantas personas
que están en formación. implicadas fueron incapaces du-
rante años, de evocar el abuso su-
El peligro es que el deseo se- frido, uno de los elementos es el
xual rechazado –así como otras ne- conflicto de conciencia: el dilema
cesidades rechazadas– “se exterio- entre lo que puede sentir la vícti-
rizan” en una resistencia activa o ma de un acto de violencia y el pe-
pasiva a todo lo referente a esta so de atribuir este horror a un sa-
cuestión. Ésta debería ser afronta- cerdote. Muchas de las víctimas
da, particularmente allí donde se de violencia sexual por parte de
puede esperar la resistencia más sacerdotes les eran próximas (mo-
débil –con los niños y los jóvenes–. naguillos, jefes de movimientos de
juventud o residentes de un inter-
nado). Personas que, con frecuen-
Cuando se idealiza al sacerdote cia, estaban llenas de una confian-
za que era i n med iat a mente
abusada y destruida.
La manera de entender y vivir
el sacerdocio en la Iglesia católica Un joven candidato al sacerdo-
contribuye significativamente al cio, que ha aprendido que un sa-
problema. Todavía hoy se les lle- cerdote es intocable, puede persua-
ga a considerar como enviados de dirse fácilmente que éste no tiene
Dios a los que ha tocado en suerte que justificarse ante nadie. Quien
autoridad y plenos poderes de ges- está dotado de un poder sagrado
tión, derivados más o menos di- puede permitírselo todo. Esta dis-
rectamente de Dios. Esta imagen posición de espíritu puede explicar
del sacerdote, que pone en primer por qué los sacerdotes que han
plano el elemento sagrado y cul- abusado de niños o de jóvenes, es-
tual, puede contribuir a idealizar- tán en la total negación o se con-
lo y a guardar una respetuosa dis- sideran solo cómplices (“él/ella me
tancia que hace difícil o imposible sedujo” o “esto le gustó”). Esto con
criticarlo, e incluso prohíbe la sim- frecuencia les impide reconocer el
ple idea de que pueda cometer el sufrimiento del que son causa.
mal. Incluso algunos candidatos al
"Mi madre, la Iglesia, me ha abandonado"   77
sacerdocio consideran su situación estos crean (¡de buena gana!) las
como un oficio tradicional: “des- promesas que les hacen de que “es-
pués de la oficina” hacen cosas “en to no se repetirá”. Ésta es una mi-
privado” que son incompatibles sericordia mal comprendida. Con
con una vida sacerdotal. Desean esta lógica no se recurre a una ayu-
los privilegios correspondientes a da exterior, sino que se cree que
la función, pero no están dispues- los medios ‘de casa’ serán suficien-
tos a pagar el precio del que habla tes para encontrar la solución. Se
el Evangelio: pobreza, castidad, encierran en su propia fortaleza y
obediencia y, en general, perder su no ven que es precisamente en los
vida por la causa de Jesús. sistemas cerrados, como en ámbi-
tos específicamente católicos, don-
de ha habido abusos con una fre-
Espíritu de fortaleza cuencia y duración espantosa.
Esto también se aplica a cier-
Otro elemento que propicia los tas congregaciones y comunidades
abusos e impide descubrirlos es la espirituales que surgieron antes o
actitud que llamamos “espíritu de justo después del Concilio y que,
fortaleza”. Esto es, lo queremos durante muchos años, han sido una
arreglar todo “entre nosotros”, ex- fuente de esperanza para la Iglesia
cluyendo toda publicidad por te- (y no solo por el número relativa-
mor a la reputación y, por conse- mente alto “afiliaciones”). Sin em-
cuente, olvidando el sufrimiento bargo, ha quedado claro en los úl-
de las víctimas. De todas formas, timos años que formas graves de
tarde o temprano, los hechos serán abuso se han producido en muchos
conocidos y es mejor, para ser creí- de estos grupos. Grupos que, con
bles, tomar la delantera, admitir los frecuencia, muestran una posición
errores y presentar sinceramente eclesial explícitamente conserva-
las disculpas. dora con formas de liturgia y teo-
Otro factor es la interpretación logía que son pretendidamente tra-
unilateral de la responsabilidad dicionales. No se trata siempre de
que une al obispo con sus sacer- abusos sexuales a menores, sino de
dotes. No se tiene en cuenta que el abusos a personas que requieren
“cuidado paternal” no debe com- protección, como novicios o estu-
portar solo el perdón y la miseri- diantes. Apoyándose en el voto de
cordia, sino también el justo cas- obediencia y en una práctica reli-
tigo. Esto revela el espíritu de giosa estricta, se han creado situa-
cuerpo con el que los obispos pien- ciones de extrema dependencia en
san en proteger a los “suyos”, y no la que se sancionaba toda forma de
al bien de los débiles y necesita- crítica. No se respetaban las reglas
dos. También muchos de los que clásicas de la tradición espiritual
abusan tienen gran habilidad para como la separación del fuero in-
manipular a sus superiores y que terno y el externo, por no hablar
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del abuso del sacramento de la pe- control exterior y una actitud inte-
nitencia (tanto la violación del se- rior que dan su sentido más evan-
creto de confesión como la abso- gélico: “El más grande entre voso-
lución del cómplice). tros será vuestro servidor.”
En este contexto, se podría de-
dicar un capítulo especial a la per-
En Iglesia, abrirnos a la
sonalidad de fundadores. Algunos
gracia de la conversión
fueron excluidos y sancionados
con penas eclesiásticas, incluso
hasta el punto de la excomunión. En una sociedad donde la cre-
Durante decenios, han podido go- dibilidad es uno de los valores más
bernar ciertas personas y obras, y altos, la crisis de los abusos nos
nadie se arriesgaba a cuestionar su enfrenta a cuestiones decisivas
poder absoluto y sus actitudes re- ¿Estamos dispuestos a repensar
clamantes. Como no había ningu- nuestra manera de ser Iglesia?
na instancia de control, podían ha- Mientras ignoramos la injusticia y
cer todo lo que querían. No todos el mal que se ha producido, mien-
han sido o son sacerdotes, lo que tras pensemos que, pasados los es-
nos remite de nuevo a una proble- cándalos, podremos de nuevo de-
mática subyacente: siempre que un dicarnos a las “verdaderas” tareas
medio (eclesial) se encierra sobre pastorales, mantenemos nuestra
sí mismo y condena toda confron- mirada sobre nosotros mismos y
tación, el riesgo de abuso aumenta tanto nuestra energía como la
exponencialmente. creatividad apostólica están blo-
queadas. El papa Benedicto XVI,
Las estructuras de dirección
que tomó medidas contra los abu-
engañosas y los procedimientos je-
sadores, ha puesto con su dimisión
rárquicos desencaminados e in-
un signo remarcable sobre la ma-
comprensibles favorecen la posibi-
nera de vivir el poder en Iglesia.
lidad de abusar del otro. Es
El papa Francisco no se cansa de
sorprendente la cantidad de pro-
denunciar las enfermedades del
blemas no resueltos que se mani-
clericalismo, del hacer carrera y
fiestan en los casos de abuso. En-
del estilo de vida confortable. Y
t re va r ios ejemplos, está la
no se cansa de predicar la conver-
responsabilidad de obispos o de
sión a la simplicidad e inmediatez
provinciales a propósito de delitos
del Evangelio.
de sacerdotes, así como la negli-
gencia en su deber de autoridad. No es fácil mirar de frente a la
No hay que privilegiar ni la “for- verdad desnuda. Requiere coraje y
taleza” ni la “página en blanco” voluntad, por dolorosa que sea la
desorganizada. Autoridad y direc- realidad. En tiempos difíciles, los
ción son indispensables ahí donde cristianos deben también confiar
se trata de proteger vidas humanas. en Dios más que en ellos mismos.
El poder que conllevan necesita un En semejante situación, el que abre
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los ojos, la inteligencia y el cora- han vivido, por decirlo así, el in-
zón, no puede dejar de reconocer fierno, son testimonios creíbles del
dónde él mismo y los demás se en- poder de salvación de Jesucristo.
cuentran. Se abre a la gracia de la Entre los testimonios de lo que han
conversión y del perdón prometido vivido, muchos han declarado más A

a todos los que reconocen sincera- tarde que esto les había revelado T

mente su fracaso y su culpabilidad. de una manera nueva el sentido de


c
c
Esto implica también exponerse a la pasión, la muerte y la resurrec- T

la vergüenza, al desánimo, a la du- ción de Jesús. Permaneciendo mu-


S
B
da y a la desconfianza insoporta- dos ante el testimonio de víctimas, •
S
ble. Pero el que puede aceptar esto la Iglesia no hace más que herir de P

en la fe en Cristo Jesús, y encuen- nuevo los que han sufrido por las Q
F
tra apoyo en la comunidad creyen- faltas de sus representantes. Ella C

te, recibirá la ayuda del Espíritu se priva también de la purificación


c
r
Santo. que le proporcionaría el reconoci- C

miento de su culpabilidad.
t

Esta actitud abre el espacio en




el que los bajos fondos humanos y Si Dios tiene algo que decirnos o

la desolación espiritual (como lo con estos escándalos, es esto: hay


v
(

expresaría Ignacio) han penetrado. que situarse en la realidad, tomar F


T
Con la ayuda de la gracia, las víc- conciencia del sufrimiento de las E

timas pueden ser aliviadas e inclu- víctimas y de nuestra complicidad


(
S
so sanadas. También puede suce- con el poder del mal. Nadie puede •

d e r, d e s p u é s d e i n m e n s o s vencer totalmente el mal, pero se


S
Z
sufrimientos, llegar al límite de la puede hacer mucho para disminuir A
E
desesperación y el suicidio. Des- el riesgo de agresiones. Una madre D

pués de años de depresión y sufri- amorosa lo haría todo para prote-


(

miento, mujeres y hombres en- ger su hijo o su hija de la desgra- A

cuentran un acceso a la fuente de cia, y para no abandonarlos.


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la esperanza y de la vida. Estos que N
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Tradujo y condensó: Carles Portabella r
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