Ensayo: La investigación -

acción. Conocer y cambiar

la practica educativa.
Antonio Latorre.
Elaborado por: Sylvia Guadalupe Bucio Mejia.
 Contenido.
Introducción…………………………………………………………………………………… 2

Desarrollo………………………………………………………………………………………3

Capítulo 1 El profesorado como investigador……………………………………………. 3

Capítulo 2 La investigación acción…………………………………………………………..4

Capítulo 3 El proyecto de investigación – acción………………………………………….5

Capítulo 4 Experiencias de investigación – acción…………………………………………6

Conclusión………………………………………………………………………………………6

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 La investigación - acción. Conocer y cambiar la
práctica educativa.
Antonio Latorre.

En el presente ensayo, se presenta una breve descripción del libro “la investigación –
acción. Conocer y cambiar la práctica educativa, del autor Antonio Latorre, el cual está
dividido en 4 capítulos importantes:

1) El profesorado como investigador.

2) La investigación acción.
3) El proyecto de investigación – acción.
4) Experiencias de investigación - acción.

En estos capítulos el tema central que se desarrolla es la investigación – acción

enfocada en la educación. Ya que permite conocer una forma diferente de ver el aula,
menciona reiteradamente como el docente se debe de convertir en un investigador
para fortalecer así la práctica educativa día con día.

Es importante conocer el amplio concepto de investigación – acción, dentro del ámbito

educativo, ya que abarca una gran serie de fases que se deben de realizar
correctamente para poder favorecer así un grupo o alumno en específico, es por ello
que se mencionan las definiciones de diferentes autores de este concepto tan
importante en este ensayo; investigación – acción.

También, se mostrará la forma en la que se realiza una investigación – acción dentro

del aula desde cómo identificar una problemática, pasando por el proceso de el plan de
acción, la acción y la evaluación del proyecto.

Para finalizar, se presentan dos experiencias para fortalecer la teoría presentada y así
observar con mayor claridad las características, los elementos y las fases que lo
componen.

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Capítulo 1: El profesorado como investigador.

En este primer capítulo se menciona lo importancia de que el docente colabore con la

comunidad educativa, es decir, que se involucre en buscar diferentes estrategias, retos
o proyectos que favorezcan el labor educativo, para que así se haga una educación de
calidad provocando que los estudiantes sean competentes, críticos y reflexivos al
momento de su toma de decisiones en su vida diaria.

Comúnmente, se hace mucho énfasis en que en el ámbito educativo, la enseñanza y la

investigación - acción son dos actividades que se deben de llevar acabo separadas,
debido a que la mayoría de los docentes manejan el modo tradicionalista de educación
obstaculizando que los estudiantes logran desarrollar sus capacidades para fortalecer
su aprendizaje, o, cuando se propone el realizar una investigación acción, no se le da
la importancia debida y se fracasa como investigador.

Al realizar una enseñanza - investigador, se crea un ambiente de autorreflexión, donde

la principal finalidad es mejorar la práctica educativa a favor de fortalecer el aprendizaje
que se brindara a los alumnos.

La teoría y la práctica educativa son dos elementos que deben de complementarse ya

que la teoría atribuye un gran material a la práctica que ayuda a fortalecerla y sobre
todo ayuda a combatir con el enfoque tradicional que se ha trabajado en los últimos
años, y se buscar sustituir por una educación por competencias.

Así también, con la teoría, se logra sustentar la práctica educativa que se está llevando
acabo, se sustenta frente a los alumnos, padres de familia, directores, supervisores
demostrando que puede llegar a ser favorecedor y productivo.

Es importante mencionar al autor Stenhouse (1998), el cual argumenta que un profesor

no debe de ser objeto de investigación de personas externas, sino investigador de si
mimo, ya que solo él conoce lo que tiene, puede tener una continuidad y así realizar
una reflexión y mejora en su práctica educativa.

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Capítulo 2: La investigación – acción.

¿Qué es la investigación – acción?

Para Latorre, “la investigación – acción, se puede considerar como un término genérico
que hace referencia a una amplia gama de estrategias realizadas para mejorar el
sistema educativo y social.”

Sin embargo, en el libro se mencionan otras 3 definiciones de autores, como Kemmis,

Lomax y Bartolomé, donde las palabras que resaltan y definen la investigación –
acción, son intervención educativa, reflexión y mejora educativa.

Estos términos hacen hincapié en cada una de las definiciones mencionadas,

demostrando que son los principales conceptos que debemos de tener presentes al
momento de nuestra intervención.

Lewin (1946) contempla la necesidad de la investigación, la acción y la formación,

como tres elementos esenciales para el desarrollo profesión, estos elementos también
son llamados como “El triángulo de Lewin”

Con este triángulo se logra observar que la investigación – acción, debe de ser de
forma colaborativa y reflexiva, porque este es un proceso, un ciclo que busca mejorar la
práctica educativa.

Para Zuber-Skerritt (1992), el realizar investigación – acción, es un proceso donde la

persona debe de reflexionar y estar abierto a nuevas estrategias y/o sugerencias para
mejorar su práctica educativa, vinculando con rigor la reflexión y la acción no solo del
investigador, si no también de otras personas que puedan beneficiar el proyecto.

Carr y Kemmis (1998) mencionan tres tipos de modalidades de investigación – acción:

I. Técnica: el propósito seria hacer más eficaces las prácticas sociales, con la
participación del maestro en programas de trabajo diseñados por otras
personas.
II. Práctica: confiere un protagonismo activo y autónomo al profesorado.

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III. Emancipatoria: es decir, emancipación de los participantes de los dictados de la
tradición, auto decepción, coerción. El moderador del proceso es el investigador
ya que debe de igualar las responsabilidades compartidas por los participantes.

Capítulo 3. El proyecto de investigación acción.

La investigación – acción, se suele conceptualizar como un proyecto de acción, donde

se vinculan las necesidades del maestro con las de los alumnos.

Para Escudero (1990), la realización de un proyecto de investigación – acción, podría

articularse en torno a tres fases:

 Identificación inicial de un problema.

 Elaborar un plan estratégico razonado.
 Reflexionar críticamente sobre lo que sucedió.

Sin embargo, McNiff y otros (1996) proponen nueve puntos que se deben de
reflexionar, antes y durante la realización del proyecto:

 Revisar nuestra práctica.

Plantear un proyecto de investigación.

 Identificar un aspecto que queremos mejorar.

¿Cómo puedo mejorar mi práctica profesional? ¿Cómo puedo mejorar mi comprensión

de esta situación?

 Imaginar la solución.

Imaginar y elaborar un plan de acción donde se plasme la propuesta de mejora.

 Implementarlo.

Una vez ideado el plan de acción, se lleva a la práctica para ver si resulta
favorecedoramente.

 Registrar lo que ocurre.

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Es indispensable recoger datos para obtener las evidencias.

 Modificar el plan a la luz de los resultados y continuar con la acción.

Una vez analizadas las evidencias, si el plan no funciono de la manera esperada,

buscar de que otra manera lograr el objetivo.

 Controlar la acción.

Mediante técnicas de recogida de información que fortalezcan la investigación.

 Evaluar la acción modificada.

Reflexionar y evaluar los resultados obtenidos.

 Continuar así hasta lograr la mejora o cambio pretendido.

Cumplir con el objetivo propuesto para así favorecer no solo la práctica educativa,
también la forma en que los alumnos se verán beneficiados.

Capítulo 4 Experiencias de investigación – acción

En ese capítulo, se pueden observar y analizar dos proyectos de investigación – accion

donde se pueden ejemplificar claramente los elementos, facilitando así la comprensión
de cada uno estos.

Con este capítulo, se puede concluir que la investigación – acción favorece no solo a
un grupo o alumno en específico, si no que ayuda a mejorar la práctica educativa que
cada docente lleva a cabo de diferente manera.

Hoy en día es indispensable, que el alumno sea guiado en sus conocimientos y que el
realice actividades prácticas que le permitan llevar su conocimiento a su vida cotidiana.
Para ello es necesario, que el maestro esté preparado y sea abierto a nuevas
estrategias que van a ser investigadas y fundamentadas para crear alumnos
autónomos, competentes y sobre todo interesados en mejorar la sociedad y el
ambiente que lo rodea.