Ambiente

EL PARADIGMA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE EN VENEZUELA DESDE LA

PERSPECTIVA DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
THE PARADIGM OF SUSTAINABLE DEVELOPMENT IN VENEZUELA FROM
ENVIRONMENTAL EDUCATION PERSPECTIVE

Carlos Valerio Rojas1

Recibido: 14-6-10; Aprobado: 24-7-10.
RESUMEN
El estudio persiguió el objeto de analizar la trascendencia del paradigma del desarrollo sostenible en
Venezuela desde la perspectiva de la educación ambiental, es decir, la ejercida por las universidades del
país, por ser los centros generadores del saber, formadores del talento humano y de transferencia del
conocimiento. El ensayo fue analítico, interpretativo y hermenéutico, afianzándose en el examen de la
realidad compleja nacional. Los hallazgos obtenidos dan cuenta de la existencia de ciertas limitantes del
logro de ese imperativo: incumplimiento de la normativa legal existente, escaso conocimiento sobre el
significado, finalidades y alcances del modelo; predominio del enfoque positivista reductor en la
enseñanza-aprendizaje; reacción al cambio de paradigma y restricciones de la gerencia académica para
insertar en la curricula la temática. Concluimos, que la concreción del referido modelo, sólo puede ser
posible, en y a través de los establecimientos universitarios de la nación.
Palabras clave: Desarrollo sostenible, ecocrisis, educación ambiental, paradigma, perspectiva.
ABSTRAC
The study was aimed to analyze the significance of the paradigm of sustainable development in Venezuela
from environmental education perspective, that is to say, exerted by the country's universities, since these
are generating centers of knowledge, human talent trainers and transfer knowledge. This essay was
analytical, interpretive and hermeneutic, supporting on the review of the national complex reality. The
findings account for the existence of certain limitations of the achievement of this challenge: non-existing
legal regulations, lack of knowledge about the meaning, purpose and scope of the model, reducing
dominance of the positivist approach in teaching and learning; reaction to change paradigm and
restrictions of academic management to insert the subject into the curriculum. We concluded that the
realization of such model can only be possible in and through the universities of the nation.
Key words: Ecocrisis, environmental education, paradigm, perspectiva, sustainable development.

INTRODUCCIÓN construcción del paradigma de desarrollo sostenible, toda vez

El concepto de desarrollo sostenible deviene del año 1987, como
producto de la Comisión Mundial para el Ambiente y el Desarrollo
(WCED), también distinguida como la Comisión Brundtland, en
1987 a través de su informe: “Nuestro Futuro Común”, la cual llega
a estimar la importancia de su contribución en el constructo del
desarrollo sostenible a nivel internacional, teniendo en cuenta los
siguientes elementos: 1) La Misión define -ciertamente- la corres-
ponsabilidad de las generaciones presentes en la búsqueda y
aplicación de alternativas de desarrollo para las actuales y ve-
nideras generaciones, velando por la productividad de los ecosis-
temas biodiversos y sus recursos; 2) Logró, que se internalizase
que el problema de la reducción de la pobreza en los pueblos con
economías más débiles, encarnara el tema radical de la sosteni-
bilidad mundial y 3) Posibilitó, que se reconociera el justo reclamo
de reordenamiento de la regulación del comercio internacional y de
las emisiones de capital, con miras de garantizar una mayor parti-
cipación efectiva de tales países dentro de esa nueva realidad eco-
nómica global, esclareciendo, que la estrategia inequívoca para
lograr ese imperativo, lo constituía la educación ambiental para la
sostenibilidad.
Tan significativos logros son corroborados en la Cumbre de la
Tierra, a través de la ”Agenda XXI”, auspiciada por la Conferencia
de las Naciones Unidas para el Ambiente y Desarrollo (UNCED) y
el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), realizada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. Asimismo,
ambas entidades celebran, una década después, es decir, el 2002
en Johannesburgo, Sudáfrica, un evento de similar magnitud,
donde también es despuntada la trascendencia cardinal del
proceso de educación ambiental, como pilar indispensable en la
GEOMINAS, Vol. 38, N° 52, agosto 2010
que éste constituye un área del saber prioritario tendente a
formar integralmente a la ciudadanía desde una visión
ecológica, compleja, crítica y sistémica; con miras de orientar y
realimentar, continuamente, el transcurso, destacando, que
éste se centra en la mejora continua de la conservación y
defensa de la naturaleza y sus recursos, lo cual implica,
respetar la capacidad productiva de los ecosistemas como
garantía indispensable para el aseguramiento de la
disponibilidad de recursos y de servicios para la conservación
de la biodiversidad planetaria (Reed, 1996).
En ese sentido, la Constitución Nacional (1999), en su Título III:
De los Derechos Humanos y Garantías, y de los Deberes,
Capítulo VI: De los Derechos Culturales y Educativos, artículo
107, subraya el carácter de obligatoriedad que debe asignár-
sele a la educación ambiental en todos los niveles y moda-
lidades del sistema escolarizado y no escolarizado del país, es
decir, desde la Educación Inicial hasta la asociada con los
programas de formación universitaria del tercero, cuarto y
quinto nivel académicos; por representar el vehículo –indefecti-
ble- para configurar el desarrollo sostenible, enfa-tizando en la
función que deben cumplir las instituciones uni-versitarias
como entidades generadoras de saberes, trans-misoras de
éstos y formadoras de talento humano. Esta pos-tura también
la apreciamos, directamente, en el Capítulo IX: De los
Derechos Ambientales, artículos 127 al 129: también, la Ley de
los Consejos Comunales (2006), Capítulo: Disposiciones
1
Lcdo°Sociol°, Dr. Profesor Titular. UDO-Anzoátegui. e-mail:
carlosluisvr@gmail.com
105
C. Rojas
Generales, artículo 21, numeral 2, obser-
va, que las nuevas organizaciones comu-
nitarias deberán centrarse en la procura
del interés colectivo en beneficio del desa-
rrollo sustentable y sostenible de tales en-
tramados humanos. Asimismo, la nueva
Ley de Educación (2009), en su estructura
organizacional, como otras recientes le-
yes reconocen el rol protagónico del Es-
tado venezolano en la pesquisa y gestión
de herramientas cognoscitivas, valóricas y
metodológicas de notable estatus episte-
mológico, favorables al constructo del de-
sarrollo sostenible, a través de la educa-
ción ambientalista, implícitamente, en y
desde las universidades, tanto públicas
como privadas, instituidas en la integrali-
dad del territorio nacional, debiendo, pre-
viamente, solventar algunas disfunciones
de orden gerencial y funcional que presen-
tan.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La sociedad global asiste a una aguda
ecocrisis, enraizada, principalmente, en la
modernidad que abre paso a la irracional y
desmedida revolución industrialista de
finales del siglo XVIII, afincada en su
racionalidad técnica instrumental positi-
vista: explotadora, expropiadora y depre-
dadora de los distintos ecosistemas socio-
ambientales del planeta. La misma, ha ve-
nido empujando un conjunto de secuelas,
que ponen en riesgo la biodiversidad, in-
clusive de la misma especie humana:
hambruna, miseria, pobreza, cambio cli-
mático, ruptura de la capa de ozono, de-
sertificación, distintas formas de contami-
nación del aire, de los suelos, del agua;
reaparición de enfermedades estimadas
por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) como extintas, entre otros efectos
negativos.
A ese respecto, los más conspicuos ideó-
logos y defensores de la modernidad con-
ciben -erráticamente- a la naturaleza co-
mo una entidad indómita y salvaje, pero
rica e infinita en recursos y materias pri-
mas, para impulsar y garantizar el de-
sarrollo infinito e indetenible del naciente
modelo de desarrollo capitalista, adhirién-
dose al lema:”todo lo que es técnicamente
posible es éticamente deseable”, justifi-
cando con este estereotipo toda la
arremetida destructiva emprendida,
básicamente, contra la naturaleza y sus
recursos, sobre todo, en aquellos pueblos
con economías más depauperadas de
África, Asia y América Latina; sin dejar de
lado, el emprendimiento de negativos
asaltos deculturantes ejercidos contra la
identidad y el patrimonio etnográfico e
histórico de tales regiones.
Vale decir, que el desarrollo sostenible
como modelo emergente, también ha
encontrado en su configuración,
determinadas paradojas relativas a: la
satisfacción integral de las necesidades
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humanas básicas, si se tiene en cuenta la
aguda crisis económico-financiera y el
fenómeno de la escasa producción de
alimentos para una población cada vez
mayor y desasistida; el logro de un cre-
cimiento y mejora substancial de la eco-
nomía global por parte de las diferentes
naciones del orbe, se convierte en una
utopía, ante el incremento, día a día, de la
pobreza, la escasa productividad empre-
sarial de bienes y servicios, el desempleo,
entre otros flagelos; reducción de la tasa
de crecimiento poblacional y su concen-
tración en áreas geográficas inadecua-
das, particularmente, en países subdesa-
rrollados; previsión de recursos financie-
ros para la investigación tecnológica van-
guardista y la formación del talento huma-
no, resulta oneroso para aquellos pueblos
marcados por una balanza de pagos débil
y por una deuda externa e interna as-
fixiantes; al igual, que efectuar notables
inversiones en la restauración y el apro-
vechamiento racional de ecosistemas an-
tes caracterizados por su productividad
ecológica.
Es oportuno enfatizar, que dicha fenome-
nología, no ha sucedido en forma alea-
toria, puesto que ha venido contando con
la complicidad de una escuela influencia-
da, igualmente, por el positivismo reduc-
tor, negador de la libertad y la capacidad
creadora e innovadora del educando; da-
do el carácter repetitivo, memorista, do-
mesticador y monolítico de dicha praxis
pedagógica. Por eso, la educación, es-
pecíficamente la universitaria, debe nutrir-
se de una nueva política para un futuro
más humano con sentido de: popularidad,
emancipación, criticidad, democracia,
cambio y transformación de la sociedad en
armonía simbiótica con su entorno; en tér-
minos de la máxima solidaridad, intercul-
turalidad, paz, justicia y trascendencia; en-
tendido éste como un sujeto socio-
histórico, es decir, planificador y rector de
su propio destino (Freire, 1998).
Entre las salidas alternativas manejadas
por los países y sus entes gubernamenta-
les para confrontar la ecocrisis y posibilitar
el desarrollo sostenible, se tiene la integra-
ción de procesos educativo-ambientalis-
tas, dinámicos verificados por las orga-
nizaciones escolares, como las universi-
dades en el tiempo y en el espacio en
forma sistémica, interdependiente y con-
tinua; a nivel de los elementos tecnoeco-
nómicos, socioculturales y ecológicos que
lo configuran. Por tanto, corroboramos,
que Venezuela no escapa a la situación
planteada, concordando, que el funda-
mento primordial factible de coadyuvar la
construcción del referido modelo lo consti-
tuye la educación ambiental para la soste-
nibilidad, como lo ha venido confirmando
la Organización de Naciones Unidas
(ONU), a través de su Comisión de Medio
Ambiente y Desarrollo y el Programa de
GEOMINAS, Vol. 38, N° 52, agosto 2010
las Naciones Unidas para el Medio Am-
biente (PNUMA), prácticamente, desde la
Conferencia de Estocolmo, Suecia (1972),
pasando por la Cumbre de Río de Janeiro,
Brasil (1992), hasta llegar a Johannes-
burgo, Sudáfrica (2002), sin olvidar la inte-
gralidad de eventos globales, regionales y
locales realizados en todo el planeta en
beneficio del logro de tan apremiante
objetivo.
En definitiva, el presente aporte significa
un análisis del paradigma del desarrollo
sostenible en Venezuela desde la pers-
pectiva de la educación ambiental facilita-
da en los centros universitarios públicos y
privados del país, con competencias en: la
investigación, la enseñanza, el conoci-
miento y los servicios académicos.
METODOLOGÍA
El trabajo fue de índole analítica, interpre-
tativa y hermenéutica en el tratamiento del
asunto investigado, tanto en su globalidad
como en sus elementos cognoscitivos,
valóricos y procedimentales de orden lo-
cal. El proceso investigativo, igualmente,
encontró apoyo en la indagación
documental.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
La praxis pedagógica en Venezuela, se
caracteriza, en términos generales, por la
existencia de agudas disfunciones, que
ameritan discusión y resolución: marcado
nivel de exclusión, repitencia y deserción
escolar; escasa participación de las orga-
nizaciones comunitarias en el proceso de
planificación y toma de decisiones inhe-
rente al desarrollo de la praxis pedagógi-
ca; existencia de un currículo inconexo,
desactualizado y divorciado de la comple-
ja realidad nacional, regional y mundial;
los aprendizajes obtenidos por los egresa-
dos del sistema no encuentran aplicabili-
dad en la atención y solución de la proble-
mática socioeconómica, cultural, tecno-
científica, ética y ambiental del país y su
entorno; reacción al cambio paradigmáti-
co, mayormente, por parte de la gerencia
educativa; apego obvio al enfoque positi-
vista-aislacionista de la modernidad y a su
racionalidad técnica-instrumental-meca-
nicista, del quehacer pedagógico y cientí-
fico, que apalancado en una gestión do-
mesticadora, bancaria, memorista y cas-
tradora de la libertad y la creatividad de los
educandos, entre otras expresiones de la
problemática (Esté, 2006).
Asimismo, argumentamos, que la educa-
ción ambiental para el desarrollo sosteni-
ble, a nivel universitario, también se ha vis-
to influenciada por la apuntada fenomeno-
logía, adicionando: el escaso conocimien-
to que se tiene en la materia; el incumpli-
miento de los basamentos jurídicos que
orientan su viabilidad; falta de concreción
de un fundamento epistemológico más só-
lido, entre otras. A tal punto, se reclama

investigar y encontrar fórmulas expeditas para una nueva racio-
nalidad ética; tecnologías más eficientes; planificación de las
actividades humanas asociadas con el desarrollo socioeconómi-
co a largo plazo (Calvelo, 1998).
Con relación al origen y transcurso socio-histórico de la educa-
ción ambiental en Venezuela, podemos señalar que ésta tiene su
génesis en la época colonial, como podemos apreciar en la Or-
denanza del Cabildo de Caracas de fecha 29 de Abril de 1594, se
hace constar que la institución prohibía que el agua de las tene-
rías fuera devuelta a las acequias, siendo penalizada dicha
práctica con una multa de diez pesos oro además de la elimina-
ción de la tenería por cuenta del responsable (De los Ríos, 1993).
En ese contexto histórico aproximado de más de 200 años,
abarcante del período independentista de la nación, descolla-
mos el legado ambientalista de: nuestro Libertador Simón Bo-
lívar, Simón Rodríguez, Andrés Bello, Juan Manuel Cajigal, en-
tre otros, quienes se distinguen por encarnar los originarios pre-
cursores de los movimientos providenciales de conservación,
defensa y mejoramiento de la naturaleza y sus recursos y la
calidad de vida humana a través de una educación popular,
crítica, transformadora y emancipadora.
De acuerdo con ello, resaltan con notoriedad los decretos elabo-
rados por el Padre de la Patria, como el de Chuquisaca y el de
Protección de la vicuña, los cuales trascienden las fronteras ve-
nezolanas, latinoamericanas y caribeñas al erigirse como refe-
rentes jurídicos de todos los tiempos, según el juicio de recono-
cidos estudiosos del saber ambiental en todo el orbe.
Teniendo en cuenta esa realidad, aflora la necesidad de asumir el
desafío de formar conocimientos, actitudes, metodologías y va-
lores ciudadanos esperados y/o favorables a la preservación de
la naturaleza y de las distintas especies biodiversas del país,
observamos, que es durante la década de los años 70, cuando
–metódicamente- el Estado venezolano, comienza a tomar deci-
siones más acertadas en esa dirección: es institucionalizada la
“Semana de la Conservación”. De igual modo, siguiendo las
orientaciones de la UNESCO-PNUMA, el 22 de abril es reconoci-
do como el “Día de la Tierra” y el 5 de junio es conmemorado el
“Día Mundial del Ambiente”.
Es a raíz de la Conferencia de Estocolmo, patrocinada por la
Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1972, cuando
Venezuela emprende decididos pasos tendentes a desarrollar
acciones más contundentes, llamadas a confrontar la problemá-
tica ambiental del país, refiriéndose entre ellas: la reforma de la
Ley Orgánica de Administración Central, que faculta la promulga-
ción de la Ley Orgánica del Ambiente y posteriormente, la
creación del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales
Renovables (MARNR), en 1977, como órgano rector de las
políticas públicas del Estado en la materia.
Entre las decisiones más importantes derivadas de esa iniciativa,
subrayamos el establecimiento de una Coordinación Interminis-
terial, articulada entre el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de
Educación, de lo cual se estimaba, vendría a coadyuvar la in-
tegración de proyectos estratégicos orientados a la organización
de eventos de formación de una cultura ambientalista en la
ciudadanía, conjugación de esfuerzos y recursos didácticos,
financieros, tecnológicos, así como la transferencia de experien-
cias válidas en el campo de la pedagogía ambiental, acumuladas
tanto a nivel nacional como internacional.
Pues bien, el propósito implicaba insertar la dimensión ambiental
en la totalidad de los planes y programas curriculares de las
diferentes carreras, especialidades y asignaturas ofertadas por
las instituciones educativas de la nación, desde la educación
preescolar hasta involucrar a las instituciones de educación
universitaria, básicamente. Ello, viene a armonizar, directamen-
te, con la formulación del “Proyecto Educación Superior y Am-
biente”, durante finales de la década de los años noventa cuando
ya se contaba con las disposiciones de la Constitución Nacional
(op. cit.), y con las orientaciones de la UNESCO/PNUMA, que -
en efecto- ofertaban los elementos epistémicos y metodológicos
GEOMINAS, agosto 2010
El paradigma del desarrollo sostenible en Venezuela desde ...
pertinentes para la construcción del desarrollo sostenible en el
país, lo cual no llegó a su efectiva concreción.
CONCLUSIONES
De acuerdo con un análisis interpretativo y hermenéutico rea-
lizado sobre la temática del paradigma del desarrollo sostenible
en Venezuela desde la perspectiva de la educación ambiental,
primordialmente, adelantada en las instituciones universitarias
de la nación, podemos concluir, que el proceso de construcción
de los basamentos teórico-epistemológicos y metodológicos de
la educación ambientalista en el país, emprendidos en función
del logro de ese menester, traduce que las labores emprendidas
desde la década de los años setenta, e inclusive, lo que ha
transcurrido durante el presente siglo XXI, no ha cumplido -hasta
ahora- los fines y objetivos perseguidos desde la Conferencia de
Estocolmo, hasta la Cumbre de Johannesburgo, además de los
distintos eventos ambientalistas organizados, como lo han re-
presentado los Congresos Iberoamericanos de Educación Am-
biental realizados, igualmente, con el auspicio de la
UNESCO/PNUMA, en favor de la configuración de ese paradig-
ma de naturaleza: tecno-económica, sociocultural y ecológica en
Venezuela.
En definitiva, el país no ha hecho honor a la palabra empeñada
en los múltiples eventos y escenarios nacionales e internaciona-
les donde ha participado, dejando de lado los compromisos ad-
quiridos a través de los acuerdos, convenios y resoluciones fir-
madas en el terreno del saber ambiental; toda vez que los mis-
mos se han convertido en discursos vacuos, en una simple re-
tórica, los cuales deben ser repensados y recreados con el ánimo
de poder: planificar, ejecutar, evaluar, realimentar y perfeccionar,
progresivamente, con el concurso de las universidades del país,
acciones oportunas y efectivas para afrontar la problemática am-
biental in crescendo que pone en peligro de extinción la biodi-
versidad y limita la dignificación de la calidad de vida humana.
En tal sentido, para confirmar dicho juicio, consultamos a la
UNESCO/IESALC, en su: “Declaración Mundial sobre la Educa-
ción Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción (1998), que refirién-
dose a las acciones que debería emprender la educación uni-
versitaria, en el campo del desarrollo sostenible, el artículo pri-
mero reconoce –explícitamente- la misión de educar, formar y
realizar investigaciones, reafirmando la competencia de preser-
var, fortalecer y fomentarlas potencialidades cognoscitivas y los
valores propios de la educación universitaria, en especial el com-
promiso de cooperar con la construcción del desarrollo soste-
nible y el mejoramiento de los niveles de vida de la población en
nuestra Pacha Mama.
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