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Rahel Varnhagen vida de una mujer judia HANNAH ARENDT Editorial Lumen & ‘TULO ORGINAL: ah Vahagen Te eof wih Woman {TRADUCCION: Oana Nsinas DISeS0 DE COUCCION Y CUBIERTA: men Rome amon nigolPlanss 0 eran os dees de fon FRUMERA EICION: i 2000 © anah wend 1957 bled by sangeet wth Harcourt ce & Company trea en Romany ll S.A, Dept eae 135802000 Ioneae teea9se-1 Pte ia Sean para Anne desde 1921 We tell you, tapping on our browns, The story as it should be,~ As if the story of a house. Were told or ever could be; We'll have no kindly veil between Her visions and those we have seen, As if we guessed what hers have been, (Or what they are or would be. ‘Meanwhile we do no harm; for they That with a god have striven, ‘Not hearing much of what we say, Take what the god has given; Though like waves breaking it may be, Or like a changed familiar tree, (Or like a stairway to the sea Where down the blind are driven. EDWARD ARLINGTON ROBINSON (OM PROLOGO El manuscrito de este libro salvo los dos ultimos capitulos- estaba terminado cuando abandoné Ale- mania en 1933, e incluso los dos iltimos los escri- bi hace mas de veinte afios. Mi primera intencién fue afadir al libro un conjunto de notas y un ex- haustivo apéndice que debia incluir una parte de la correspondencia y de los diarios inéditos que se encontraban en el Archivo Varnhagen de la Sec- clén de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Prusia. El Archivo Varnhagen, que ademds del le- gado de Rahel contenfa abundantes e importantes materiales del circulo roméntico,” se conservé du- rante la guerra, junto con otros valiosos manuscri- tos, en una de las provincias alemanas orientales y + Enea archivo se consorvaba una parte del legado de Cle- ‘mens Brentano, que su hermana, Bettina von Arnim, habia en- lwegado, para su preservacin, a Varnhagen; los originales de la cortespondencia de Friedich Gentz, publicados parcialmente por G. Schleser (Briefe und vertrauteBlater von Fredhich von Gentz, 1838) y por Witichen (Briefe von und an Gentz, 1909), ytambin cartas de Hegel y de Wilhelm y Caroline von Hum Boldt, de Hentiete Herz, los Mendelssoln-Barthldy, Adam ‘Mailer Leopold von Ranke, el principe Luis Femnando, riedkich y Dovesea Schlegel, y Ludwig Tieck-por citar slo los nombres ‘ms conocidos. Vase Ludwig Stern, Die Warnhagen von Enses- ‘che Sammlung In der Koniglchen Bibliothek zu Berlin, 1911 ” R no regres6 nunca a Berlin; su paradero, que yo se- pa, se desconoce. Por lo tanto, me es imposible hoy llevar a cabo mi plan inicial, y he tenido que conformarme con reproduct, a partir de viejas no- tas mias, de fotocopias y copias, aun sin proceder a tina nueva comparacién con los originales, lo que me parecié suficientemente fiable. Hay que lamen- tar, sobre todo, que por esta razén quede otra vez inédito el texto completo de las cartas de Gentz a Rahel, que en los textos publicados hasta la fecha han visto sacrficados a la moral Biedermeier pasa- jes muy interesantes y muy caracteristicos de la fal- ta de prejuicios imperante en aquella época; mi copias contienen solo el material adicional necesa- rio para la redaccién de esta monografia, culya ma- yor pérdida ha sido la copiosa correspondencia en- tre Rahel y Pauline Wiese, Ia amante del principe Luis Fernando, compuesta por ciento setenta y seis cartas de Pauline a Rahel y cien cartas de ésta a Pauline. Este epistolario consttufa la fuente princi- pal para estudiar la vida de Rahel después de su ca- samiento con Varnhagen, y en él basicamente se apoyan mis correcciones, por momentos verdade- ramente radicales, a la imagen convencional de Rahel que ofrece la literatura consagrada a su per- sona y a su época. Poco se ha utilizado hasta la fe- cha dicho epistolario, porque Varnhagen, que ha- bia copiado en una letra legible la mayorfa de las ccartas de Rahel(y estas copias eran parte del Archi- vo Varnhagen), dejandolas de esa manera listas pa- ra la imprenta, s6lo copié diecisiete de las cartas a Pauline; los estudiosos que mas tarde se ocuparon del legado no tuvieron en cuenta este material, muy probablemente porque la letra de las dos mu- jeres era dificil de descirar,y la ontografia de am- bas, caprichosa. Carl Atzenbeck publicé una selec- ion de estas cartas en el epistolario de Pauline Wiesel. ‘Aparte de las publicaciones ya conocidas de la correspondencia de Rahel, citadas en la bibliogra- fia, mi estudio se basa en abundante material iné- dito que contiene también numerosas correcciones y adiciones a las cartas y las entradas de los diarios que Varnhagen publicé en los tres volmenes del Buch des Andenkens (1834).* Es de sobras conoci- da la desconcertante arbitrariedad de Varnhagen a la hora de publicar o preparar los papeles postu- mos de Rahel, arbitrariedad que en algunos casos, poco frecuentes, se manifiesta en interpolaciones y en la destruccién o mutilacién de las cartas,** en correcciones continuas, eliminacién de pasajes esenciales y en los nombres de persona cifrados con la deliberada intencién de confundir al lec- tor.*** Sin embargo, nada de esto ha impedido que la concepcién que Varnhagen tenta de Rael, su re- trato estereotipado y embellecido, ast como las in- * Tiascomregilo y cotejalo can los originales, he entregado ri ejemplar persona, junto con todas las demas copias y notas ‘en mi poder, al Archivo del Instituto Leo Back. * Lamas famosa de esas interpolaciones, en una cara de Rahel a Varnhagen, consta de varias frases que pretenden hacer creer en la existencia de una relaciin mas Intima con Beetho- ‘en La intencin es obvia: se atta de afar otro shombre f= ‘oso al circulo de amstades de Rahel. (En este dbo, el cima sdescubrimientos, segun el cual Rahel habria sido la xamada distantes de Beethoven, apenas merece ser menicionado: el autor no se propone funcamentario con documento alguna, y ni en los epstolarios publcados nen todo el material an inédto se encuentra una sola linea que permita arriesga tal hipdtesis. En tiempos de Rahel no era corriente mantener en secreto tales re- laciones, y suponer, precisamente en ella, un secreto asi, de- muestra un absolute desconacimiento desu persona) En cuan- to a la mutilacién de las caras y sus motives, véanse los tpitodios con Clemens Brentano "> Véase la inttoduecién de Heinrich Meisner a la corres: pondencia, por él recoplada, con Alexander von der Marwitz, 1925, el epilgo de Augusta Weldler Steinberg en Rahel Varn agen. Ein Frauenteben in Briefen, 1917. a tencionadas falsificaciones de la vida de su esposa, se hayan impuesto casi sin discusi6n. En lo tocante 2 estas diltimas, nos interesa sobre todo saber que las supresiones y los engafiosos nombres de perso- nna «en clave» debian servir, en casi todos los casos, para que las relaciones y los amigos de Rahel pare- ccieran menos judios y mas aristocraticos, y también para presentar a Rahel bajo una luz mas conven- ional y acorde al gusto de la época. Por ejemplo, es significativo que Henriette Herz aparezca siem- pre como sefiora von B.» © «von Bl.», incluso en los pasajes en que Rahel ya no expresa sobre ella opiniones desfavorables, y que a Rebecca Friedlin- der, que firmaba sus novelas con el seudénigno Re- gina Frohberg, siempre se la designe «sefiora von Fran. Por lo que respecta a las manipulaciones, es in- teresante sefalar que las pocas cartas y extractos de Cartas a Pauline Wiesel aparecen retocados 0 como dirigidos a una tal «sefiora von V.», con lo que que- da eliminado de estos documentos el lugar que ocu- 6 esa amistad en la vida de Rahel, Para el autor, hablar de su libro siempre tiene al- .g0 de incémodo, aun cuando, como en este caso, lo haya concebido hace ya mas de media vida. Sin ‘embargo, y puesto que mi estudio esta concebido y escrito desde un punto de vista desacostumbrado en el género biografico, creo que puedo permitir- me aqui algunas aclaraciones. Nunca fue mi inten- ccién escribir un libro sobre Rahel: ni sobre su per- sonalidad, que es posible interpretar y comprender de una manera u otra, con un enfoque psicolégico yy en categorias que el autor aporta desde fuera, ni sobre su posici6n en el Romanticismo y el efecto del culto a Goethe en Berlin, del cual ella fue la au- téntica creadora; tampoco quise escribir sobre la importancia de su saln en la historia social de la época, ni sobre sus ideas y su «concepcién del mundo», en la medida en que fuera posible cons- truir una a partir de sus cartas. Lo Gnico que me in- teresaba era contar la vida de Rahel como ella mis- ‘ma habria podido contarla; contar por qué, a dife- rencia de lo que los demés decian de ella, Rahel se tenta por un ser fuera de lo comtin; la raz6n por la cual, en casi todas las épocas de su vida, expres6 todo lo que entendia por «destino» en frases e ima- genes siempre iguales. Lo que Rahel queria era ex- ponerse a la vida de modo tal que ésta la sorpren- diera «como una tormenta, y sin paraguas» («Qué esté haciendo? Nada. Dejo que la vida llueva sobre mi)," sin utilizar, para protegerse, cualidades y opiniones: sobre las personas que Conocla, sobre las circunstancias y el estado de las cosas, sobre la Vida misma, De ahi que Rahel no pueda ni esconer ni actuar, pues eleccién y accién anticiparian la vi da y falsificarian el flujo inalterado de los acontect rmientos. Lo Gnico que le queda es convertirse en eportavoz» de los acontecimientos, transformar lo acontecido en dicho, y este objetivo se consigue contando, en la reflexién, la propia historia, con- tandosela, una y otra vez, antes y después, a uno mismo y a los demés; as se convierte en destino: «Tiene un destino todo aquel que sabe qué destino tiene.» Las Gnicas cualidades que para ello debe- ‘mos poseer © movilizar en nuestto interior son la vigilancia constante y la capacidad de sufrimiento, para asi mantenernos sensibles y conscientes. Rahel definié con gran claridad el elemento ro- :méntico implicito en esta empresa cuando una vez, comparandose con los «grandes artistas», dijo: «A mj, en cambio, se me asigné la vida.» Vivir la vida como si fuera una obra de arte, creer que con a propia vida, y «cultivandoses, se puede hacer una obra de arte, fue el gran error que Rahel compartié. con sus contemporaneos, 0 quiza s6lo el malenten- * Nova inélta del Diario (11 de matzo de 1810)

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