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Varios estudios científicos han comprobado que la tecnología de luz LED tiene una

acción directa sobre la piel, con diferentes beneficios que dependen del color que
emitan. Es la llamada terapia fotodinámica.

fueron desarrollados en la NASA en la década de los 60 con el objetivo de potenciar


el crecimiento de las plantas en el espacio. En este proceso observaron la incidencia
de esta luz en los tejidos del cuerpo, sobre todo en la curación y reparación de los
daños de forma eficaz.

El proceso se parece a la fotosíntesis. La luz LED se aplica a través de la máscara


directamente a la piel. Los rayos que emite la máscara son como los rayos solares,
pero sin los rayos ultravioletas.

"A diferencia de otros tratamientos faciales que emplean láser, la luz LED no
calienta la piel ni provoca dolor",

 Roja: Antiedad. Ayuda a reducir las arrugas y líneas de expresión.

 Verde: Antimanchas. Ayuda a eliminar las manchas oscuras de la piel.

 Azul: Antiacné. Destruye la bacteria causante del acné.

 Amarilla: Tensora (efecto 'lifting'). Ayuda a reducir el enrojecimiento y la


irritación.

 Celeste: Calmante anti estrés. Relaja, energiza y calma la piel sensible.

 Violeta: Cicatrizante. Ayuda a la cicatrización de heridas y difumina las


secuelas del acné y trata las rojeces.

 Blanca: Flacidez. Ayuda a atenuar las líneas de expresión, regenera la piel


envejecida y mejora la flacidez.

La tecnología es 0% invasiva y potencia, además, la penetración de los sérums


aplicados después de la máscara.
¿Cómo funciona?

Primero limpia bien el rostro. Coloca a continuación la máscara y con los botones
TIME y ENERGY, ajusta el tiempo y la intensidad de la luz en función del
tratamiento elegido. El tiempo recomendado es media hora que se puede emplear
en una sesión o en dos sesiones de 15 minutos con dos tipos de luces. Cuando acabe
el tiempo, la máscara se apaga sola y podrás aplicar su sérum habitual para
potenciar los efectos de la luz LED aplicada.

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