Tanto Marx como Flaubert son dos pensadores contemporáneos, pero con perspectivas
diferentes. Al descubrir la desilusión (crítica) a los pensadores de la ilustración, Marx y Flaubert
optaron por ir descubriendo de qué manera se iba dando el progreso histórico en la conciencia
humana.
El problema para todo pensador siempre ha sido la forma cómo se aprecia la realidad. Desde los
primeros filósofos griegos, hasta los pensadores posmodernos, la manera de apreciar la forma
cómo aprendemos ha puesto de cabeza la historia del pensamiento occidental. El progreso
histórico es un concepto en filosofía, teleológico. El devenir de la historia tiene un fin en sí.
Para Marx, después de haber pasado por dos etapas, la filosófica y la política, encuentra sentido
para el progreso histórico en la economía. Serán las leyes que rigen la economía las que darán
sentido al desarrollo del ser humano. Y aunque, Marx después de 1852 se interesa exclusivamente
por la economía, no deja de seguir su instinto filosófico. Las leyes de la dialéctica hegeliana son el
punto de partida para que Marx proyecte las leyes de la economía. El problema para Marx es que
se apoyó metodológicamente en la economía inglesa.
Por aquella época, Inglaterra estaba surgiendo como una economía industrializada. Marx consigno
en su obra mayor, El capital, el estudio de las leyes proyectadas en un país que estaba siendo
industrializado. De alguna manera, esta proyección le dio al marxismo un aura eurocéntrica. Pero
la realidad en Europa era diferente que en resto de Europa. Así, el propósito del Capital “es
describir cómo funciona el sistema económico capitalista” desde sus orígenes hasta llegar a su
final en la historia, que como ya lo habíamos mencionado, esta escrito en clave teleológico. El final
o realidad última del sistema capitalista será llegar a una etapa cumbre, a la que Marx llamó
Comunismo.
Por otra parte, Gustave Flaubert, para la crítica de la razón que no pudo sacar al hombre de su
infantilismo intelectual, recurre a la narrativa. La realidad para Flaubert deberá expresarse en
frases concretas, siempre buscando la frase perfecta para describirla. Es así como Flaubert, escribe
una de las obras cumbres de la literatura, Madame Bovary.
El rol del progreso histórico visto a través de la novela de Flaubert, tiene o es, de tintes más
existencialistas. A diferencia de Marx, Flaubert busca en el arte, el sentido final para la existencia
del hombre. Aunque Flaubert escribió en el período romántico, no se considera un romántico, es
más, podríamos decir que se considera un anarquista cuya arma utilizada para derrotar al
establishment de su época, es la literatura.
Madame Bovary, es una novela llena de matices para cada personaje. Tales matices, permiten
evidenciar la angustia existencial que cada personaje siente al considerarse preso de su época. La
forma en cómo Flaubert irá resolviendo los conflictos morales y psicológicos de sus personajes,
tienen mucho que ver con el sentido de la historia, pero no de la historia desde un punto de vista
dialéctico o Hegeliano, como lo hará Marx. Flaubert, utiliza el rol de la historia con un acento
existencial, la prueba de este hecho es el suicidio de Emma en su novela.
Podemos apreciar que, en cuanto al rol del progreso histórico en Marx y Flaubert, los dos tienen
puntos de vista diametralmente opuesto. Marx se sirve de la filosofía como crítica de la economía,
con un sentido teleológico. Flaubert utiliza la literatura como media de expresión existencial para
resolver el rol del progreso histórico en el hombre.