1. El Primer Teorema
¿En que sistema se logra un mayor bienestar social? ¿En una economía de
mercado o en una centralizada?
Y asi el “óptimo social” fue definido como aquella asignación por la cual la
suma de utilidades individuales resulta ser la mayor.
Pero Gossen fue por ello muy criticado por Walras (1874), quien a su vez fue
acusado por Launhardt (1885) de sugerir que el equilibrio competitivo eleva la
utilidad total al máximo.
Pareto (1896, 1906) se había opuesto la idea de los marginalistas -que era
posible hacer una comparación cardinal de la utilidad-, argumentando que ella
era meramente una representación ordinal de las preferencias personales en el
consumo.
Pareto (1906) concluyó que bajo libre competencia se llega a un equilibrio que
representa un "ophelimity" máximo (Pareto optimo).
Pero fue Wicksell (1958) quien advirtió que Pareto había confundido la
Pareto-optimalidad con el optimo social.
Según Wicksell la libre competencia posibilita un número infinito de
asignaciones Pareto-óptimas, entre ellas el optimo social. No cualquier
asignación Pareto optima se corresponde con el optimo social.
Wicksell escribe:
"Con tal definición es casi evidente que este así llamado máximo [Pareto-
optimality] se obtiene bajo libre competencia... Pero esto no es decir que el
resultado de esa producción e intercambio será satisfactorio desde un punto de
vista social o producirá la mayor posible ventaja social”.
2. El Segundo Teorema
Este punto final es una de las mayores nociones normativas que fundamentan
los Estudio de Economía Social de Léon Walras (1896).
Ellos defendieron que con tal que uno asumiera que las personas tienen la
misma "igual capacidad" de satisfacción, entonces el principio de disminución
de la utilidad marginal podía fundamentar la conveniencia general de cambios
en políticas tales como esquemas de impuestos progresivos, etc.