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1. Contexto
El presente documento es una iniciativa elaborada por una mesa técnica convocada el 30 de
diciembre de 2019, por avanzar institucionalmente desde el Congreso en materia previsional,
con el encargo de consolidar una propuesta de unidad con pisos mínimos para una reforma
de pensiones.
La discusión sobre la reforma al sistema de pensiones acumula ya largos años de debate y
múltiples aportes, como los informes de las comisiones “Marcel” y “Bravo” y el trabajo
reflejado en las distintas iniciativas legales presentadas. Se cuenta hoy con una base amplia
en materia de diagnósticos y propuestas. A partir de ello y de los diferentes elementos que han
nutrido la discusión de pensiones en los últimos meses, se ha buscado integrar las miradas
para avanzar en la construcción de un mejor sistema de pensiones.
El objetivo de las propuestas planteadas en este documento es facilitar una respuesta a las
urgentes y prioritarias demandas sociales que existen sobre esta materia, entendiendo que se
requiere de un nivel amplio de acuerdo, ya que las pensiones son un contrato social de largo
plazo y, por lo tanto, su estabilidad es fundamental.
Los eventos del 18 de octubre y el movimiento social han puesto de manifiesto que los
pensionados y pensionadas no pueden seguir esperando y que la solidaridad debe ser un
criterio central en el cambio hacia un mejor y más justo sistema de pensiones, conforme a los
principios de la seguridad social.
Se incluyen en este documento aportes recibidos de las diferentes bancadas parlamentarias de
oposición que participaron de la mesa, de sus Senadores y Senadoras y Diputados y Diputadas
y del trabajo de la mesa técnica de oposición que apoyó el debate de pensiones en la Cámara
de Diputados. Se recogen también contenidos de la discusión legislativa previsional, tanto en
el parlamento como aquellos relevados por los movimientos sociales.
En este contexto, las propuestas aquí contenidas se ponen a disposición de los diferentes
actores, para la construcción de un acuerdo político social.
2. Situación Actual
Las actuales pensiones son insuficientes para otorgar condiciones de vida digna a los adultos
mayores del país. El sistema no está entregando pensiones justas que retribuyan una vida de
esfuerzo para la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras, muchos de los cuales en la
práctica no pueden retirarse y deben continuar trabajando sin poder gozar de una vejez digna
mediante su jubilación.
La actual generación de pensionados se encuentra particularmente afectada pues debió
financiar el alto costo de la transición del sistema, además de autofinanciar sus pensiones. Para
quienes se pensionaron por vejez, entre julio de 2018 y junio de 2019, el monto de la primera
pensión autofinanciada (sin APS) alcanzó una mediana de $121.937 para los hombres y de
$24.276 para las mujeres, registrándose una brecha de género de -80,1%.
20 de Enero de 2020
Para las próximas generaciones, los menores retornos de las inversiones y las mayores
expectativas de vida significarán que las pensiones continuarán deteriorándose.
El actual sistema, que descansa únicamente en la capitalización individual administrada por las
AFP, fracasó en su objetivo de dar pensiones dignas para la gran mayoría de la población. La
reforma de 1980 reemplazó la seguridad social y el rol del Estado por cuentas de ahorro
individual, donde la competencia se basa en que las personas deben tomar múltiples decisiones
financieras de alta complejidad y donde el sistema no da cuenta adecuadamente de la realidad
del mercado laboral. Pero este esquema, donde todos los riesgos son absorbidos por las
personas en forma individual, no ha producido los resultados esperados y encontrándose ya en
régimen, lo que hemos aprendido en los últimos 39 años es que “…la suma de contratos
individuales no es un contrato social…”. Un contrato social requiere solidaridad.
El problema es urgente, en los próximos 20 años se van a jubilar cerca de 3 millones de
personas. Es esencial que una reforma previsional mejore significativamente las pensiones de
los actuales y futuros pensionados. Esto no se logra con largas gradualidades y aumentos bajos
de las pensiones, producto de no abordar las falencias estructurales del sistema. Es importante
reconocer la falta de legitimidad del sistema de AFP y se tiene que avanzar con una mirada
integral y profunda, en equidad de género. La reforma tiene que ser fiscalmente responsable
y junto con fortalecer el pilar solidario se debe introducir componentes de solidaridad en el
sistema contributivo. Abordar todos estos desafíos sin un rol protagónico del Estado es pan
para hoy y hambre para mañana.
3. Principios para una Reforma
iii. El pilar solidario deberá ampliarse gradualmente, para llegar en el mediano plazo a
una Pensión Básica Universal Garantizada que constituya un piso de protección social
para todos, equivalente al menos a la línea de la pobreza.
El aumento de las pensiones, tanto de las actuales como de las futuras, estará
relacionado con el esfuerzo contributivo de cada trabajador y trabajadora,
compartiendo solidariamente los riesgos y con beneficios sostenibles en el
tiempo, es decir, resguardando el equilibrio actuarial.
c. Se deberá incluir un mínimo garantizado para las pensiones contributivas de
quienes hayan cotizado un periodo significativo de su vida laboral.
d. Los aumentos de la tasa de cotización que se legislen en el futuro deberán
continuar fortaleciendo este componente para avanzar hacia un sistema con
una estructura de cotización equivalente entre trabajadores y empleadores.
vi. El actual pilar de ahorro voluntario debe perfeccionarse para que sus beneficios
favorezcan de modo relevante a los trabajadores y trabajadoras de la clase media,
incentivando el Ahorro Previsional Voluntario Colectivo y restringiendo aquellos
beneficios tributarios que se concentran principalmente en las personas de más altos
ingresos como los depósitos convenidos.
vii. En materia de dependencia, Chile cuenta actualmente con las bases de un Sistema de
Cuidados implementado entre 2014 y 2018. En ese marco es necesario que en forma
paralela se avance gradualmente hacia un sistema integral de cuidados de personas
con dependencia donde se profundice el rol del Estado a través de un nuevo
componente del sistema de seguridad social.
beneficio que les garantice una pensión total, tal que sumando todos los
beneficios del sistema en su conjunto, sea de al menos 11 UF.
o Se propone que la nueva cotización de 6% de cargo del empleador no tenga tope
imponible, de modo de generar un sistema con mayor solidaridad.
o El sistema será sometido al menos cada dos años a una revisión actuarial
independiente para garantizar su sustentabilidad. La entidad pública a cargo
deberá presentar anualmente una memoria y estados financieros auditados de su
patrimonio y del Fondo ante los Ministerios del Trabajo y Previsión Social y de
Hacienda, así como ante las respectivas Comisiones de la H. Cámara de
Diputados.
o Cualquier modificación de sus parámetros deberá contar con una evaluación
actuarial independiente en la cual se funde y con la opinión de sus impactos por
parte de un Consejo de Alto Nivel que se cree para el seguimiento del sistema
de pensiones.
• Como parte del pilar no contributivo, y así como fue creado el bono por hijo en 2008,
se propone instaurar gradualmente una compensación previsional para personas
cuidadoras de adultos mayores y familiares en condición de dependencia, no
remunerados, al interior del hogar.
• Se compensarán solidariamente las brechas de género originadas por la mayor
expectativa de vida de la mujer. El objetivo es que a partir de los 65 años, hombres y
mujeres, con igual saldo y a igual edad, obtengan igual pensión. Debe tratarse de un
beneficio establecido como un derecho para las mujeres de acceso universal.