Está en la página 1de 27

HERMENÉUTICA B101-03

“El cristiano y las dificultades al interpretar la Biblia”

Prof. José Mendoza

Vamos a entrar ahora a nuestra tercera sesión de la materia de hermenéutica.


Y después de estas largas dos sesiones en donde estuvimos presentando una
introducción acerca de lo que significa la hermenéutica y el trabajo
hermenéutico, vamos a hablar, ahora sí, del cristiano y las dificultades al
interpretar la Biblia.

Cada vez que nos acercamos a la


Escritura, nos acercamos, como vemos en
esta imagen sabiendo que la Biblia no es
literalmente un libro uniforme. Sabemos
que fue escrita en varios idiomas, a través
de muchos años, donde hay diferentes
géneros que se manifiestan allí, que
nosotros tenemos que reconocer que hay
dificultad, pero al mismo tiempo que el
Señor nos invita a estudiar Su palabra con
absoluta diligencia.

Pero, antes de poder entrar directamente a las reglas, a los principios y a los
mecanismos de interpretación, es necesario que nos aboquemos a una tarea
inicial, a una tarea de principio. Queremos hablar de:

Las características especiales del intérprete de la Biblia

1. Iluminación del Espíritu


Definitivamente la Biblia no es un libro cualquiera y, por lo tanto, requiere de
nuestra parte entenderlo desde su naturaleza espiritual. Y desde su
naturaleza espiritual, podemos reconocer que la primera característica al
acercarnos a la Palabra es pedir de parte de Dios la iluminación del Espíritu

1
Santo. Por la naturaleza espiritual de las Escrituras, es necesario afirmar que
ninguna técnica hermenéutica podrá suplir el entendimiento que produce una
correcta e íntima relación espiritual con Dios.

Definitivamente, la palabra del Señor es la palabra de Dios y, por lo tanto, el


Señor espera que haya verdadera vida espiritual para que nosotros nos
acerquemos a este libro espiritual. Una persona que no conoce al Señor, lo
primero que requiere es conocer el Evangelio y presentarse delante de Dios
en arrepentimiento y fe, habiendo reconocido la obra sustitutoria de Jesús en
la cruz del calvario. Esa persona renacida de nuevo, goza de la presencia
del Espíritu Santo y de la dirección del Espíritu Santo para poder conocer las
Escrituras. Un pasaje que habla al respecto es el siguiente: 1 Corintios 2: 11-
13, dice así:

“Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre,


sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los
pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido,
no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que
conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, de lo cual también
hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las
enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con
palabras espirituales”.

Este pasaje creo que marca la pauta del fundamento de nuestra


interpretación bíblica. Nosotros creemos que la palabra que tenemos entre
las manos es palabra de Dios; por lo tanto, son palabras y pensamientos que
no tienen que ser revelados de parte de Dios, porque el Señor quiere darnos
a conocer lo que Él nos ha dado a través de su gracia; y ese es el primer
desafío.

2. Una vida devocional


El apóstol Pablo dice: “De lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu”.
De tal manera, que el mismo Espíritu que inspiró y preservó las Escrituras,
es el mismo que da entendimiento a los creyentes para que arriben al
significado de lo que El mismo reveló. Entonces, antes de cualquier regla o
principio hermenéutico, lo que tiene que haber es una profunda devoción
espiritual y reconocimiento delante de Dios que solamente Él puede
revelarnos lo que Él mismo ha dejado escrito.

En el Evangelio de Juan 14:26, el Señor dice: “Pero el Consolador, el


Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas
2
las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”. De tal manera, que una
de las funciones y atributos del Espíritu Santo es de guiarnos a la verdad,
enseñándonos todas las cosas, recordándonos todo aquello que el Señor ha
dicho.

En Juan 16:13, en el mismo Evangelio, el Señor nos dice: “Pero cuando Él,
el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará
por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo
que habrá de venir”. Definitivamente, Dios ha revelado su palabra a través
de su Espíritu y el Espíritu Santo se encarga de revelarnos aquello que el
Señor ha entregado.

Ahora, hemos mencionado que una primera característica de parte del


intérprete de la Escritura es haber conocido al Señor, haber sido renovado
en su entendimiento, gozar de la dirección del Espíritu Santo, de tal forma,
que nuestro acercamiento a la Escritura es básicamente un acercamiento
devocional, un acercamiento en donde nosotros vamos delante de Dios, en
búsqueda de su Palabra, para poder obedecerla y aplicarla en nuestras
vidas; de tal manera que, nosotros tenemos que ver, nuevamente, como
carácter fundamental, en primer lugar la iluminación del Espíritu; y en
segundo lugar, el hecho de que el Señor nos llama a una correcta vida
devocional, una vida de aplicación de la palabra de Dios.

Deuteronomio 29:29, Moisés hablando y revelando al final de sus días, antes


de partir, las cosas fundamentales que el pueblo de Israel debía conocer, él
dice: “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, más las cosas
reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin
de que guardemos todas las palabras de esta ley”.

Esta actitud que Moisés revela es una actitud de aplicación de la palabra de


Dios en la vida del creyente. De tal forma, que nosotros estamos llamados a
interpretar la Palabra, para aplicarla en nuestras vidas, basados en la nueva
vida que el Señor ha depositado en nosotros. Por eso es que hablamos de
interpretar la Escritura desde nuestra vida devocional.

Una vida devocional correcta, metódica y regular favorecerá una exposición


permanente a la luz y al entendimiento de la Palabra que será guiada por el
Espíritu Santo cuando el Señor nos habla de que Él nos va a iluminar,
cuando el Señor nos habla de que Él nos va a guiar a toda verdad, cuando la
invitación y el mandato de la Escritura es a obedecer.

3
¿Cómo puedo hacerlo? ¿a través de una experiencia mística? ¿a través de
una experiencia momentánea? ¿a través de una búsqueda en un momento
de necesidad? ¡No!

En realidad, el Señor nos exhorta -y lo vamos a ver en muchos pasajes de la


Escritura-, a tener una vida de lectura de la palabra de Dios que sea correcta
en primer lugar; por lo tanto, correcta tiene que ver con los mecanismos
hermenéuticos que nosotros vamos a aplicar.

Que sea metódica, o sea, que nosotros hayamos creado una experiencia de
vida en donde vamos paso a paso conociendo aquello que el Señor nos ha
entregado.

Y que sea regular, muchas veces nosotros empezamos el año con el


enorme deseo de poder leer la Biblia de tapa a tapa ¿Y qué sucede? Que
después del 4 de enero terminamos en Génesis 6; y luego, por diferentes
circunstancias, no continuamos con ese mismo estudio. ¿Qué trae esto
como consecuencia? Que no tenemos un estudio que sea regular en donde
yo pueda ir viendo y descubriendo aquello que el Señor me va entregando.

Por lo tanto, la guía y la disposición es a poder entender que, si yo voy a


dedicarme a estudiar la Palabra, mi estudio tiene que ser correcto, metódico,
regular; ser expuesto permanentemente a la palabra de Dios, poder entender
los hilos del pensamiento, de tal manera, que voy descubriendo aquello que
el Señor ha entregado; y todo esto, por supuesto, bajo la guía del Espíritu
Santo.

Quisiera ver algunas cosas que nosotros debemos mantener, porque son
características del intérprete de la Biblia, del cristiano que quiere conocer la
Palabra.

• Primero, un estudio devocional de la Biblia no debería ser


necesariamente superficial o circunstancial. Nosotros estamos llamados a
estudiar la Biblia, pero no necesariamente mi vida devocional es
superficial, o sea, que leo por aquí y por allá, sino que se trata de ir
profundizando en el estudio de la Palabra de una manera regular, de una
manera metódica, de una manera correcta, que el Señor vaya permitiendo
entender aquellos secretos que están escondidos en su Palabra. Pero,
siempre hay un peligro. No sé si ustedes lo han visto de esta manera,
pero a veces vemos un falso inmediatismo, a veces vamos a la Palabra
basados en nuestras circunstancias temporales.

4
Por ejemplo: “Tengo algunos problemas de enojo con otra persona”.
Entonces, trato de buscar en la Biblia de eso y trato de buscar los detalles
en donde se habla del enojo. Si tengo que resolver algunos problemas en
mi matrimonio, voy a buscar aquello que tenga que ver con el matrimonio.
Si quiero descubrir algo que tenga que ver con el dinero, voy a hurgar en
la Biblia aquello que tenga que ver con el dinero.

Esto hace que nuestro estudio sea un estudio que tenga que ver más con
nuestras circunstancias que con aquello que el Señor quiere entregarnos
de manera sistemática y ordenada. A veces es importante que
percibamos a Dios guiándonos en un proceso de aprendizaje. Y en la
medida que vamos aprendiendo de Él y profundizando en aquello que Él
quiere entregarnos, podemos ir absorbiendo diferentes enseñanzas y
aplicarlas en nuestra vida; pero, si nosotros estamos simplemente
buscando satisfacer necesidades o tapar hoyos, difícilmente vamos a
poder tener una visión amplia de aquello que el Señor quiere entregarnos.

• Segundo, debemos estar claros, que un estudio devocional, no debería


convertirse en un mero ejercicio que intenta satisfacer la mente y la
curiosidad intelectual. Tenemos que cuidarnos muchas veces de pensar
que estudiar la Biblia tenga una connotación académica, porque tenemos
que ser muy precisos en señalar que precisión intelectual no es igual a
obediencia y fe. Nosotros debemos estar atentos a poder reconocer al
Señor queriendo entregarnos algo que sale de su corazón, de diferentes
maneras a través de su Palabra y que Él quiere hablarnos al corazón.

Aparte del entendimiento intelectual, Él quiere mover nuestras emociones,


Él quiere llevarnos a aplicar la Palabra, Él quiere guiarnos a toda verdad.
Por lo tanto, tenemos que cuidarnos de una realidad que podría llevarnos
a poder dominar mucha teología, poder dominar muchos conceptos, pero
que en realidad no está aplicándose de manera profunda a nuestro
espíritu. Esto es algo con lo cual nosotros tenemos que luchar.

• Tercero, es necesario que la vida devocional este aparejada con un


espíritu dispuesto a creer y a aplicar la palabra de Dios en la vida diaria.
Yo voy a estudiar la Palabra porque quiero descubrir aquello que el Señor
espera de mí, quiero conocer aquello que Él ha hecho; y aquello que Él
ha hecho, va a producir en mí también, una acción, va producir en mí fe
que va repercutir en mi propia obediencia.

El poder estudiar la Palabra no es una tarea teórica, sino que es una tarea
con implicancias reales ¿Qué es lo que este pasaje, ahora que lo
5
entiendo, tiene que ver conmigo? ¿Si esto es lo que Dios ha dicho, qué
hago con lo que Dios ha dicho? ¿Si esto Dios se lo dijo a Israel, qué tiene
que ver con su pueblo en el día de hoy? ¿Qué tiene que ver esto
conmigo? El rey David en Salmos 119 lo expresa de una manera muy
clara, -un pasaje que creo que nosotros deberíamos memorizarlo en el
corazón y repetirlo continuamente cada vez que abrimos la palabra-,
David decía: “Dame entendimiento para que guardé tu ley y la cumpla de
todo corazón”.

Ese deseo de poder entender la palabra de Dios, era para poder


guardarla, para poder obedecerla, para cumplirla con todo el corazón. El
deseo de David era un deseo práctico: “Yo quiero conocer para poder
aplicar, yo quiero conocer para poder guardar, yo necesito que tú me des
entendimiento para yo poder cumplir tu Palabra con todo el corazón. Y
creo que esa es la intención fundamental cada vez que nos acercamos a
la palabra de Dios. Nosotros vamos con ese objetivo.

Si ustedes buscan en sus biblias Juan 7:17, nuestro Señor nos muestra
de una manera sencilla un principio muy profundo que tiene que ver con
toda aquella persona que quiere conocer al Señor de la Biblia y quiere
interpretar la Biblia correctamente y quiere que la Biblia devele sus
secretos, él dice: “Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi
enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo”.

Aquí nos encontramos con un principio que es fundamental, yo quiero


obedecer y al querer obedecer el Señor me va a dar entendimiento para
reconocer aquello que viene del Él. El Señor nos ha develado su Palabra
para obedecerla, no simplemente para teorizar alrededor de ella, ni para
develar secretos místicos o espirituales. El Señor quiere que tengamos un
cambio radical en nuestro corazón con respecto a la Palabra y es así que
nuevamente el rey David, que era un profundo amante de la palabra de
Dios, él compone en Salmos 19 una poesía, en donde detalla el poder de
la palabra de Dios. El expresa a través de diferentes adjetivos que
muestran lo que la palabra de Dios es y cuál es el efecto en la vida de
aquellos que se acercan a ella.

Él dice: “La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio
del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor
son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro,
que alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio, que permanece para
siempre; los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos”. Si
ustedes ven, en cada descubrimiento, en cada afirmación que David hace
6
del poder de la Palabra, inmediatamente, ese descubrimiento, ese
entendimiento, produce un resultado y un cambio anímico, un cambio en
aquel que se acerca a la Palabra de esa manera. Las palabras: restaura
el alma, hace sabio al sencillo, alegra el corazón, alumbra los ojos; tienen
permanencia, produce justicia.

De tal manera, que David continúa y dice: “Deseables más que el oro; sí,
más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del
panal. Además, tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran
recompensa”. Un cambio de valoración, un reconocimiento de lo que la
palabra de Dios es.

• Cuarto, afirmando nuestra necesidad de una correcta comunión con la


palabra de Dios y el Señor, es necesario reconocer, con humildad, que la
vida devocional es primordial, pero no es suficiente, se requieren también
de otros medios para aprender, entender y crecer en el Señor. Nuestra
vida devocional es un mecanismo íntimo, para poder acercarnos a la
Palabra y convertir a la palabra de Dios en nuestra palabra, nuestra Biblia,
nuestro tiempo a solas con Dios.

Pero, definitivamente, el tiempo que nosotros estamos teniendo en este


momento es importante para interpretar la Palabra, de tal forma que,
aunque nuestra vida devocional es primordial, no es suficiente.
Requerimos de otros medios de aprender, requerimos de la iglesia, de la
comunión con los hermanos, requerimos de otros hermanos a los cuales
el Señor les dio sabiduría en el pasado o de otras latitudes que vienen y
nos enseñan. Todo eso trae consigo el aprendizaje de la palabra del
Señor.

Tenemos que ir reconociendo que el Señor quiere hablarnos de muchas


maneras y aunque nuestra vida devocional es primordial, no es suficiente;
requerimos de mucho más. Hay muchos cristianos que entienden que
basta con ellos y su comunión con Dios, pero es evidente que el Señor
nos ha llamado como un cuerpo y, por lo tanto, como cuerpo, vamos a
interpretar las Escrituras.

• Quinto, Ya que tenemos un corazón engañoso y que somos influenciados


por un tipo de religiosidad emocional, debemos cuidarnos de aplicar un
criterio objetivo y público al momento de estudiar la Biblia. ¿Qué significa
esto? Muchas veces sucede, que una persona cuando es confrontada con
la Palabra, por ejemplo, con algún tipo de pecado, digamos: “La mentira”,
y uno le muestra a esa persona lo que el Señor dice con respecto a la
7
veracidad o con respecto a la mentira, esa persona llega y te dice: ¡No
entiendo lo que me dices, no entiendo lo que tú estás diciendo ahí, no lo
acepto!

Porque siempre en la obediencia hay un profundo componente emocional,


que tiene que ver con nuestra realidad, con aquello que nosotros estamos
viviendo, con aquello de lo cual nosotros estamos huyendo, con aquello
que nosotros queremos conocer, con nuestros intereses, con nuestros
temores.

Por lo tanto, reconociendo la naturaleza de mi corazón y reconociendo


que yo requiero, aún más, de mayor iluminación, es que nosotros vemos
que hay la necesidad de que todo estudio bíblico sea objetivo y que al
mismo tiempo sea público. Hay mucha gente que dice: “¡Mira! Yo tengo
un pensamiento particular sobre tal pasaje, pero no se lo digo a nadie
porque es muy mío, es lo que el Señor me dijo”. Sin embargo, en la
Escritura no se da esa oportunidad.

Si nosotros leemos, por ejemplo, Hechos 18, nos vamos a encontrar en


Éfeso y vamos a ver a dos compañeros de trabajo de Pablo, una pareja
que se llamaba Priscila y Aquila. Priscila y Aquila estaban en la iglesia y
en eso llego un varón, un varón elocuente, ese hombre se llamaba
Apolos. Apolos venía de otro lugar y él había sido llevado al Evangelio;
pero, sólo conocía una parte del Evangelio, él había oído el Evangelio
hasta el testimonio de Juan el Bautista y como era un hombre apasionado
que había aprendido sus enseñanzas correctamente, él simplemente iba
por diferentes ciudades predicando lo que él conocía, hasta donde él
conocía.

Dice que cuando él termina de hablar, Priscila y Aquila lo toman, lo llevan


a un lado y le explican más completamente el Evangelio de Jesucristo.
Dicen que él escucha con atención y ahora con el mensaje completo, es
enviado por la misma iglesia a seguir con su ministerio. Definitivamente,
Apolos no se ve, en ningún momento en el pasaje, que él rechaza lo que
le enseñan o que él simplemente dice: “Esto lo aprendí por mí mismo y ya
no necesito de nadie más”. El requirió ser enseñado, ser confrontado, ser
aclarado, ser instruido más profundamente. Priscila y Aquila hicieron esa
labor hasta el punto, que luego vamos a encontrar en una carta del
apóstol Pablo que él dice: “Yo sembré - ¿ustedes lo recuerdan?-, Apolos
regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios”. Definitivamente, el apóstol
Pablo bendice a este hombre que simplemente fue enseñado de manera
más completa.
8
Ya que nosotros somos emocionales, es necesario reconocer un principio
que es fundamental. Si nosotros queremos aprender a manejar un auto,
por ejemplo, vamos a venir y vamos a entrar a un lugar vacío y en ese
lugar vacío se nos va a enseñar cómo es que debemos manejar, cómo es
que debemos mover la palanca de cambios (si es un auto mecánico),
cómo poder avanzar en un auto automático, cuánto debo apretar el
acelerador para poder salir, cuánto debo apretar el freno, con qué
profundidad para poder detenerme sin que el carro se vaya hacia delante.
Voy a aprender y voy a poner palotes para que el auto retroceda y yo
pueda estacionarme correctamente. Y mientras estoy aprendiendo, estoy
clarificando todas aquellas reglas que debo reconocer.

Cuando voy a dar mi examen de manejo, voy a tener en una hoja de


papel diferentes signos que representan: detenerse, ceda el paso, no
estacionarse, diferentes colores: ¿qué significa el rojo?, ¿qué significa el
amarillo?, ¿qué significa el verde? En cada una de esas figuras voy a
reconocer algo que voy a hacer cuando por fin pueda enfrentarme al
tráfico. De la misma manera, creo que es importante, que antes de que
me enfrente al caos vehicular, entienda y aprenda a reconocer cómo es
que debo circular; y creo, que ese es nuestro desafío.

El Señor quiere que nosotros circulemos por la vida, pero si tú quieres


aprender a manejar en medio del caos vehicular, tu vida va a correr
peligro. Por eso el Señor nos invita a que en lo secreto vayamos
conociendo quién es Él, vayamos descubriendo su carácter, poniendo en
evidencia qué es lo que le agrada y qué es lo que le desagrada, cuáles
son las herramientas que Él nos ha dado para poder vivir la vida de la
mejor manera posible, cómo puedo ir adquiriendo sabiduría; de tal
manera que, cuando yo me enfrente a los rigores de la vida como un
chofer que se enfrenta al tráfico más pesado, yo pueda saber qué cosa es
lo que tengo que hacer y cómo el auto va a reaccionar.

Y cuando esté frente a un semáforo parado en rojo; y los autos de atrás


empiecen a tocarme y a insistirme que avance y bajen la ventana y digan:
¡Avanza, avanza! Yo no voy a avanzar, porque no me voy a dejar
presionar, porque tengo en mi mente claramente cuáles son las reglas de
tránsito; nadie me va a hacer dudar por más presión que me hagan.

De la misma manera es la vida devocional, una vida devocional metódica,


rigurosa, buscando y conociendo al Señor; de tal forma que, no es que yo
esté ahí en rojo y, cuando la gente me empieza a tocar, empiezo a dudar:
9
¿será qué el rojo es para avanzar? ¿será qué? ¿cuál era el color? ¿dónde
está el código? ¿dónde? Y empiezo a buscar en el código para tratar de
encontrar si es que yo estoy con la razón o estoy equivocado porque atrás
me están presionando.

La vida espiritual es de la misma manera. Nosotros recibimos muchas


presiones de parte del mundo, pero tengo que aprender a manejarme
conforme a lo que el Señor espera que yo haga; y para eso se requiere de
una vida devocional adecuada, de un tiempo adecuado con el Señor para
poder interpretar la Biblia correctamente.

Condiciones necesarias al estudiar la Biblia

Veamos ahora algunas condiciones necesarias al momento de estudiar las


sagradas Escrituras. Quiero que podamos prestar atención a esto.

Aunque la Biblia contiene un propósito central evidente, ésta


puede ser estudiada desde diferentes ángulos. En ella uno
puede encontrar referencias históricas, psicológicas,
culturales, éticas, sociológicas, religiosas, arqueológicas y
muchas otras perspectivas de la realidad humana.

1. Propósito
Sin embargo, lo primero que debo saber es que la Biblia tiene un propósito
central evidente, la redención del hombre en su relación con Dios, que el
hombre recupere su centro en comunión con su creador a través de la obra
salvadora de Jesucristo en la cruz del calvario. Ahora, dentro de esa
centralidad hay diferentes presentaciones y diferentes perspectivas y,
muchas veces, los hombres de diferentes épocas se han quedado con
algunos pequeños énfasis y han perdido de vista la centralidad de la
Escritura.

Por ejemplo, es importante reconocer aquello que sucedió en el pasado, una


de las historias más dramáticas en la historia de la iglesia, y justamente en el
hecho de interpretar la Escritura incorrectamente, tiene que ver con lo que
sucedió con Copérnico y con Galileo. Ahora, Copérnico era un científico que,
al hacer el estudio de los astros, él contradijo la idea de que la tierra estaba
estática y era el centro del universo. Copérnico afirmo que la tierra giraba
alrededor del Sol. El escribe un libro póstumo que se llamó: “Acerca de las
revoluciones de las esferas celestes” que fue publicado por deseo de él al
momento de su muerte, porque él sabía que iba a generar inmensas
controversias; y esto sucedió por varias décadas.
10
Pero, no fue hasta el tiempo en que Galileo ya era un científico reconocido,
que él empieza a confirmar la teoría con el descubrimiento del telescopio; lo
que hace que la iglesia reaccione fuertemente en contra de sus revelaciones.
La Iglesia Católica, en ese tiempo, condenaba el heliocentrismo, es el hecho
de el sol como astro principal y el resto de los planetas girando a su
alrededor, porque lo consideraban opuesto a la verdad de la Biblia. Si Josué
detuvo el sol, en Josué 10, entonces la tierra permanece inamovible y es el
centro del universo. Entonces, esta afirmación teológica era el sustento para
poder afirmar que todo aquello que los científicos observaban a través de los
astros estaba equivocado.

Galileo, a principios de 1615, fue acusado ante la inquisición, pero sus


cargos fueron desestimados. Sin embargo, al año siguiente, 1616, él fue
advertido de que debía abandonar sus afirmaciones porque se consideraban
casi heréticas; esta situación permaneció en el tiempo, hasta que, en 1632,
Galileo escribe un libro que se tituló: “Diálogo concerniente a los dos
mayores sistemas mundiales”, el cual fue rápidamente condenado y
prohibido por la iglesia. Él fue juzgado y condenado por la inquisición ese
mismo año. Finalmente, Galileo fue forzado a retractarse y pasó el resto de
sus días bajo arresto domiciliario.

¿Qué es lo que vemos aquí? El hecho de una interpretación de la Biblia, de


un pasaje, que señala un momento y una situación histórica del pueblo de
Israel, que es tomado y de acuerdo al énfasis que se tiene, es analizado de
una manera y, por lo tanto, provoca lo que provocó en su tiempo.

Sin embargo, nosotros podemos pensar que la iglesia tenía la razón y que
Galileo estaba equivocado. Ahora, sabemos que Galileo tenía la razón y que
la iglesia estaba equivocada. ¿En qué se equivocó? Se equivocó, en primer
lugar, en olvidar cuál es el propósito de la Escritura. El propósito de la
Escritura es revelar al Dios salvador y redentor, quien se pone delante de su
pueblo, trabajando a su favor. El propósito de la Escritura no es demostrar
cuál es el astro central y quienes giran a su alrededor.

El propósito de la Escritura es uno solo, mostrar al Dios salvador teniendo


cuidado de su pueblo; un Dios redentor, un Dios que paga el precio por la
salvación de los suyos. Sin embargo, es evidente, que ese propósito, al ser
olvidado, hace que también se olviden de otra realidad.

2. Lenguaje antropomórfico y fenomenológico


¡Es cierto! La Escritura está escrita con un lenguaje antropomórfico ¿Qué es
11
un lenguaje antropomórfico? Un lenguaje antropomórfico tiene que ver con
que la Biblia ha sido escrita para los seres humanos, para nosotros. Es un
lenguaje humano en donde las realidades humanas se presentan de tal
manera que nosotros lo vemos tal como los hombres lo ven. Y cuando
nosotros vamos a Josué 10, nos encontramos con una situación observada
desde los ojos de los hombres. Una realidad sobrenatural, una intervención
divina, observada con ojos humanos y que se manifiesta en un cambio y en
una situación y circunstancias humanas; eso es un lenguaje antropomórfico.
Está representado de esa manera.

Dice Josué 10:12: “Entonces Josué habló al Señor el día en que el Señor
entregó a los amorreos delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de
Israel: Sol, detente en Gabaón, y tú luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se
detuvo, y la luna se paró, hasta que la nación se vengó de sus enemigos”. La
intención es poder expresar con palabras humanas una realidad que excede
a lo que los hombres entienden, pero es algo que está expresado en
términos de la realidad de los hombres.

El Señor habló para que nosotros lo entendamos y lo hizo desde un punto de


vista antropomórfico. Sin embargo, también es necesario reconocer que fue
escrito en un lenguaje fenomenológico. Estos dos aspectos ustedes lo tienen
que considerar frecuentemente: Antropomórfico, desde el punto de vista de
los hombres. Fenomenológico, tiene que ver con que mucho de los eventos
y las situaciones que aparecen en la Biblia han sido escritas desde el punto
de vista de un observador humano, quien describe los eventos desde su
propia e inmediata perspectiva, cultura y conocimiento.

Esta narración nos habla de un suceso que es observado, un fenómeno que


es reconocido y observado; y la persona que lo escribe, lo describe desde su
propio punto de vista, desde el testimonio de aquello que él observó. Por lo
tanto, esta descripción del sol que se detiene no está descrita en términos
científicos, sino tal como fueron vistas, desde una óptica descriptiva,
meramente humana, con hombres de ese tiempo.

Ahora, a simple vista, de manera fenomenológica, desde mi observación del


sol, a mí me parece que el sol se mueve, yo no me muevo. Desde mi mera
observación humana, el sol se mueve. Tanto así, que nosotros de manera
natural, en pleno siglo XXI, yo invito a mi esposa en una tarde y le digo:
“Vamos al balcón a ver la puesta del sol”, yo le digo vamos a ver la puesta
del sol, porque yo voy a ver al sol ponerse, porque desde mi observación yo
veo al sol descendiendo, no soy yo el que me estoy moviendo, es el sol que
está descendiendo. Entonces, no es un error decirlo.
12
Yo no le digo a Erika: ¡Mira Erika! Te lo voy a decir de esta manera, pero en
realidad científicamente eso es absolutamente incorrecto. En realidad tú
tienes que saber que la tierra gira alrededor del Sol a 175,000 km/h y somos
nosotros los que estamos dando vuelta como locos, pero yo te invito,
entonces, a ver la tierra bajando y al sol manteniéndose en su lugar… -no
hay necesidad-, porque lo que estamos expresando, lo hacemos a través de
un lenguaje fenomenológico, desde el punto de vista humano,
antropomórfico; yo trato y observo las cosas desde mi realidad humana y las
expreso desde el punto de vista en que la estoy observando.

Por eso, es que no quiero pasar por alto este pasaje, porque es muy
significativo. Y quiero ver, quizás a través de uno de los medios y los
estudios en la actualidad cómo es que se interpreta entonces. ¿Es que
acaso nosotros nos rendimos ante la realidad de que la ciencia ganó y la
biblia perdió? ¡No! Lo que hubo es una interpretación equivocada, un énfasis
de propósito equivocado, una evidencia de que no se vio la Biblia desde su
lenguaje antropomórfico y fenomenológico.

Sin embargo, miren lo que dice uno de los comentarios más actualizados
que tenemos: “El entendimiento tradicional de este pasaje, es que éste se
refiere a un milagro de proporciones cósmicas, en el cual la tierra cesó de
rotar por un tiempo. Sabiendo que la Biblia incuestionablemente enseña que
Dios creó el universo y que al Él le pertenece todo y establece sus leyes de
acuerdo a sus propios propósitos, este acontecimiento podría ser
absolutamente posible.

Como alternativas a este entendimiento tradicional, varias posibilidades han


sido propuestas:

- Un eclipse solar, problemático sin embargo, ya que el sol y la luna son


descritos en oposición, no en conjunción.

- En segundo lugar, se podría interpretar como imágenes poéticas, un día


que parece que se prolonga en virtud de cuanto se logró. A veces nosotros
decimos: ¡Oye! Este día sí que fue largo, porque estamos muy cansados;
o: ¡Mira! este día sí que funcionó. ¡Oye! Hicimos tantas cosas que nunca
habíamos hecho antes. De una manera poética nosotros tratamos de
expresar que el día es más largo por lo que pudimos lograr; esa es una de
las interpretaciones.

13
- En tercer lugar, un día en el cual el calor del sol fue reducido, quizás por
una nube cubriéndolo, permitiendo que las tropas israelitas continúen
peleando y ganando la batalla.

- Cuarto lugar, una refracción de la luz, causando que la luz se mantenga


hasta que la batalla haya terminado.

- Una posición adicional propuesta más recientemente sugiere, que Josué


está explotando el temor supersticioso cananita de un mal presagio,
relacionado con la posición del sol y la luna, manteniéndose en posiciones
opuestas en el horizonte: “Sol, en Gabaón, y la luna, en Ajalón”.

Recordemos que los pueblos cananitas eran pueblos paganos y, por lo tanto,
los astros también representaban divinidades. ¿Ustedes han visto que hay
momentos en que nosotros podemos ver el sol y la luna? ¿Como que el día
se extiende y la noche también está presente?

Se dice que es muy probable, conociendo la cultura Cananea, que al ver


este fenómeno, los cananeos se hayan asustado y lo hayan visto como un
mal presagio, que es relatado de manera, que es tomado por Josué para
aprovecharlo como un llamado de parte de Dios para que el día se extienda.

Sin embargo, también es importante reconocer que el mismo pasaje dice en


el verso 14: “Y ni antes ni después hubo día como aquel, cuando el Señor
prestó atención a la voz de un hombre; porque el Señor peleó por Israel”.
Entonces, ¿Dónde está la connotación del pasaje, la victoria del pasaje? El
pasaje no tiene que ver con el sol deteniéndose, sino con un Dios presente
que le dio la victoria su pueblo.

Nuevamente, el sentido de propósito no está en mostrar un fenómeno astral,


sino en mostrar como el Señor acompañó a Israel en este día, dándole la
victoria. Por lo tanto, son cosas que nosotros debemos considerar al
momento de interpretar la palabra de Dios.

Gordon Fee, es un famoso estudioso de las Escrituras, él dice: “Nuestra


palabra de Dios, fue primeramente la palabra para ellos, para aquellos que
fue escrita originalmente. Si ellos iban a oírla, ésta sólo podía haber venido a
través de los eventos y el lenguaje que ellos pudieran haber entendido…
Esta es la mayor razón por la que nosotros debemos interpretar la Biblia.”

Nosotros debemos interpretar la Biblia sabiendo que fue escrita


primeramente no para nosotros, sino para otros seres humanos que vivieron
14
una época distinta a la nuestra. Nuestra palabra de Dios fue primeramente
la palabra para ellos. Entonces, yo tengo que reconocer primero qué es lo
que ellos entendieron y qué es lo que ellos descubrieron y afirmaron de Dios
cuando estas primeras palabras fueron escritas; cuando la tinta todavía
estaba fresca. ¿Qué significó para ellos? Ese es el gran desafío de la
interpretación bíblica.

3. Brechas
Ahora, pasemos a otro punto. Vamos a hablar ahora de las brechas que
dificultan una interpretación de la Biblia. Como hemos visto, es necesario
que nosotros podamos ir al texto y descubrir lo que el texto en su momento
quiso decir. Martín Lutero decía: “Que nosotros los cristianos gozamos de
dos factores importantes para poder acercarnos a la Biblia: Una claridad
interna y una claridad externa”.

• Claridad interna. La claridad interna es aquella de la que hemos hablado


hace un momento, que se denomina la iluminación del Espíritu Santo. El
Señor ha prometido en su Palabra que el Espíritu nos va a guiar a toda la
verdad, que el Espíritu nos va a enseñar todas las cosas y nos va a
recordar todo lo que Él ha dicho; esa es nuestra primera seguridad.

Mi primera fuente de devoción es ir al Señor antes de abrir la Palabra y


pedirle que en su misericordia me permita ver la Palabra como Él la ve; y
que el Espíritu Santo pueda llenarme de tal manera, que pueda revelarse
ante mis ojos la verdad que Él quiere transmitirle a mi corazón.

• Claridad externa. Pero, la segunda, Lutero decía: “Que nosotros tenemos


una claridad externa”. La claridad externa, tiene que ver con que la Biblia
ha sido escrita en un lenguaje humano y, por lo tanto, cada palabra tiene
significado. Está escrita en un idioma que tiene un orden gramatical y que,
por lo tanto, cada una de las palabras, acomodadas una al lado de la otra,
tienen un significado que puedo absorber y reclamar con el solo acto de
leerla.

Tanto la claridad interna, que tiene que ver con la presencia del Espíritu
Santo en mi vida, como la iluminación externa, que es el estudio
15
sistemático de aquello que el Señor ha dicho, me puede permitir entender
lo que la Escritura dice.

• Exactitud de las traducciones. Sin embargo, también, nosotros a veces


lidiamos con el hecho de que tenemos ahora en las manos, no una biblia
en hebreo o en griego como lenguajes originales, sino que tenemos una
traducción, una traducción de los originales.

Los libros de la Biblia fueron escritos originalmente en hebreo, en griego y


en arameo. Aunque las diferentes versiones de la Biblia se han esforzado
en entregarnos una traducción fidedigna, igual es necesario que, algunas
veces, nos adentremos en las lenguas originales para poder encontrar el
significado más preciso de una palabra o una frase. ¿Cómo es esto?

• Variaciones de significado en el lenguaje. Nosotros nos encontramos, por


ejemplo, con nuestra Biblia en hebreo, pero la Biblia en hebreo no es
exactamente el hebreo que se habla en el día de hoy. El griego con el que
fue escrito el Nuevo Testamento, se le denomina: ‘Griego Koiné’. Y
aunque tiene mucha semejanza con el griego que se habla, por ejemplo,
en Grecia, no es exactamente el mismo; porque es y se le conoce como
una lengua muerta, una lengua que ya no se habla en la actualidad.

Es como tratar de leer “El Quijote” en el español del siglo en que


Cervantes escribía. Para nosotros es muy difícil acomodarnos a ese tipo
de español, porque es diferente al que nosotros tenemos ahora. Y eso no
es nuevo, porque por ejemplo ¿Ustedes ven esta imagen? Saben lo que
es un disquete, ¿verdad? y saben cuán importante era
un disquete en su tiempo. Quizá los más jóvenes no lo
reconozcan. Pero, cuando estaba en la universidad,
tenía muchos disquetes con muchas cosas, porque ahí
estaban las clases y era una preocupación tener el

disquete.

Un día encontré un disquete en casa --ya nadie tiene un disquete en su


casa-- y le pregunté a mi hija que tiene 16 años: ¡Adriana! ¿Qué es esto?
y me dijo: ‘No tengo la menor idea’. Y yo le dije: ‘Esto es un disquete’. Y
me dijo: ‘¿Y para qué sirve?’

O sea, definitivamente, para poder entender qué es un disquete o leer,


por ejemplo, una novela de los 80’s en donde el autor dice: ‘Y en eso
saque de mi maletín el disquete en donde estaba el proyecto y lo puse en
mi computadora’. La persona que lo lee va a requerir ¿qué cosa?
16
Interpretar las palabras y poder encontrar que significaba un disquete,
porque para él no significa nada.

• Sentido original de las palabras. Esto es desde el punto de vista de los


cambios tecnológicos de nuestro tiempo que han sido tan significativos.
Pero, hay cambios que también son sociológicos, que son culturales. Por
ejemplo, miren ustedes este afiche de esta película de los años 40: ‘The
Gay Divorcee’ ¿Qué cosa? ¿Cómo podían ponerle ese título a esta
película de Fred Astaire y Ginger Rogers? ¡Un musical!

Bueno, nosotros tenemos que saber que culturalmente esta palabra ha


cambiado con el tiempo. En los años 40 la palabra “Gay” era feliz. “I’m
gay” “Estoy feliz”. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue perdiendo su
sentido original para referirse definitivamente a una persona homosexual
y básicamente un varón. Así es como los diccionarios de la universidad de
Cambridge o de Oxford lo dicen. Entonces, antiguamente, se reconocía
como feliz, hoy se utiliza, única y exclusivamente, para referirse a un
homosexual varón.

Nuevamente, imagínense un cambio tan radical que ha sucedido en los


últimos 30 ó 40 años. Ahora, estamos hablando de un libro que se terminó
de publicar hace dos mil años atrás; las diferencias, entonces, son aún
más marcadas. Por ejemplo, permítanme mostrarles un texto de la
Escritura.

17
En el libro de los Hechos, cuando el Señor se encuentra con Saulo
camino a Damasco, el Señor le dice: “Saúl Saúl ¿por qué me persigues?
dura te es contra aguijones dar golpes”. Eso dice en el griego original.
Ahora, ¿qué cosa es esto de dar coces contra el aguijón? ¿qué es lo que
significa literalmente? Pues para un hombre y una mujer de hace 2000
años atrás, que venían de una cultura mediterránea, esto era algo
sumamente normal.

Los campesinos que tenían un buey, debían amansarlo para usarlo para
el arado. El buey no es un animal mansito, ningún animal es mansito de la
noche a la mañana y menos un buey a quien tú quieres guiarlo para que
haga una línea derecha. Para amansarlo, esta figura de la época nos
muestra lo que era el aguijón.

Cuando el buey daba coces, o sea, daba patadas y quería salirse del
camino, el agricultor lo que hacía era tener una vara larga con un clavo en
la punta. Cada vez que el buey quería salirse del camino, le daban con
aguijón de tal manera que lo amansaban para poder realizar la tarea, eso
es lo que le está diciendo el Señor a Pablo: “Dura cosa te es dar coces
contra el aguijón, no sigas pateando en contra de mi voluntad, porque yo
te voy a reducir”.

• Sutilezas y matices del lenguaje original. Para poder entender esta


afirmación, necesito ir al tiempo y descubrir esa brecha histórica que me
separa de una realidad que ya no me es común. Los Evangelios están
llenos de figuras agrícolas: “El sembrador salió a sembrar”. Todo eso
requiere de nosotros usar una imaginación distinta a que nos hubieran
dicho: ‘El oficinista llegó a su oficina y prendió su computador; y había un
virus’. Nosotros lo podemos entender claramente porque forma parte de
nuestra vida cotidiana, pero no así en su tiempo.
18
Por ejemplo, el lenguaje original muchas veces tiene una belleza que
nosotros ya no podemos traer a nuestro tiempo. Hay un dicho que se usa
mucho en mi país y yo no sé si ustedes lo conocen, pero dice: ‘Bueno es
cilantro, pero no tanto’. O sea, que cuando te dan algo y ya es exagerado,
tú le dices: ‘Bueno es cilantro, pero no tanto’.

Entonces, como una referencia que es claramente entendible ¿por qué?


porque rima, ¿verdad?: ‘Bueno es cilantro, pero no tanto’. Pero si, por
ejemplo, quiero usar esa misma frase en inglés: ‘Good is Coriander, but
not too much’ ¿qué perdió? ¡Perdió su fuerza poética! perdió la fuerza de
tratar de expresar una verdad de manera sencilla, que rime y que le da
justamente el golpe de contenido que, si no es a través de la poesía, no
se puede alcanzar. ¿Se dan cuenta, entonces, qué sucede?

• Lenguaje simbólico. Mucho del lenguaje de la Biblia está escrito en un


lenguaje poético y, por lo tanto, aunque nosotros mantenemos la verdad,
a veces nosotros perdemos la fuerza de su interpretación.

Por ejemplo, en este pasaje que tenemos aquí de Isaías, hay algo
interesante que ustedes tienen que ver, dice el pasaje: “Ciertamente, la
viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel,
y los hombres de
Judá su plantío delicioso.
Él esperaba equidad, pero he aquí
derramamiento de sangre;
justicia, pero he aquí clamor”.

Toda la profecía de Isaías está escrita poéticamente y lo que tenemos


aquí, es la intención de Isaías de mostrar una verdad espiritual usando la
poesía. El habla de que la viña del Señor, el pueblo de Israel, el Señor lo
creo de manera deliciosa para él, pero no ha producido los frutos
correctos. Dice: “El Señor esperaba equidad, pero he aquí derramamiento
de sangre; deseaba justicia, pero he aquí clamor“.

¡Claro! Es fuerte, es incisivo, es profundo, pero en hebreo es poético,


porque si ustedes ven la palabra “equidad” es “mishpát” y la palabra
“derramamiento de sangre” es “mishpáj”… como: ¡Mira! Yo esperaba
19
esto, pero tú me diste esto”, que es muy cercana a las palabras, hay
solamente una diferencia de la “t” con la “j”. De tal manera, que esa
cercanía poética, le da un significado aún más profundo.

Esperaba “justicia” que es “tsedaqá” y tú me diste “clamor” que es


“tsehaqá”. Entonces, ahí hay esa fuerza poética que de otra manera
nosotros no podríamos ver. Como podríamos decir en español, por
ejemplo: “Y él esperaba “alegría” pero he aquí “apatía”. El esperaba
“verdad” pero he aquí “falsedad”

¿Ustedes ven la fuerza de las palabras que por su cercanía nos muestran
justamente la intención? Y esa misma intención poética nosotros la
encontramos escrita de tantas maneras preciosas. Por ejemplo, no hay un
Salmo más precioso que el salmo 23: “Jehová es mi pastor, nada me
faltará. El Señor anda con su vara y su callado. Aunque ande en valle de
sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu vara y tu cayado me
infundirán aliento”.

Esa fuerza, la fuerza del pasaje está en su fuerza poética, en su fuerza


pictórica. El Señor nos amparaba bajo sus alas, nosotros somos como la
niña de sus ojos, somos como una tórtola: “Señor no entregues a las
fieras el alma de tu tórtola”. Este lenguaje poético es fundamental para
poder expresar una realidad espiritual. Pero, muchas veces, esas
expresiones tienen que ser explicadas en las Escrituras.

• Expresiones culturales. Otra brecha con la que nos encontramos, es la


brecha de las expresiones culturales. Ustedes conocen la historia de
Jacob, Jacob trabajaba para su suegro y después de varios años, Jacob
le dice que él quería casarse con Raquel que era la segunda hija de su
futuro suegro.

El suegro acepta que él se case y se convierta en su yerno, pero en la


noche de bodas, en lugar de entregarle a la segunda hija, le da la primera,
a Lea. Lo cierto es que el pasaje nos dice, en Génesis que, llegando la
mañana, Jacob, sorpresivamente se da cuenta que no era Raquel sino
que era Lea. Y él va y le reclama a su suegro y le dice: “Me diste a la
primera y yo quería a la segunda”. Y el pasaje nos deja con una duda
¿Cómo es que no se dio cuenta? ¿Cómo es que Jacob no se dio cuenta?

Entonces, hay diferentes interpretaciones: ‘Que la fiesta fue abundante y


el licor fue mucho. Y que Jacob, simplemente, enajenado con el licor, no
se dio cuenta quien era su novia’ o como dicen algunos estudiosos: ‘Que
20
el tálamo nupcial, la tienda a la que los novios llegaban en su noche de
bodas, estaba completamente oscura y la novia completamente cubierta,
de tal forma que, de alguna manera, si Lea no hablaba, Jacob no era
capaz de darse cuenta quien realmente estaba allí, porque eran otras
costumbres’.

Recuerden ustedes que, en primer lugar, no existía el romance como


nosotros lo entendemos ahora, las decisiones de las parejas eran
tomadas arbitrariamente, tú contigo, tú contigo, los padres decidían.
Recuerden que a Isaac, el papá de Jacob, le trajeron a Rebeca de fuera y
él simplemente la tomó en cuanto la vio y la convirtió en su esposa.
Entonces, no había ese acercamiento que ahora nosotros conocemos,
por lo tanto, hay una brecha cultural.

Y es interesante, que aún el pasaje nos dice de una manera muy clara,
hay una disposición cultural que el suegro, Labán, afirma, él dice en
Génesis 29:25b-26: “¿Por qué, pues, me has engañado? Y Labán
respondió: No se acostumbra en nuestro lugar dar a la menor antes que a
la mayor”. Hay una costumbre cultural, o sea, nosotros tendríamos que
estudiar la cultura de los pueblos para poder entender que está
sucediendo con este caso y cómo podemos interpretarlo más
correctamente.

Lo mismo sucede con el caso de Ruth y Booz, escuchamos que la suegra


Noemí le dice: ‘Tú vas a ir de noche, ahí al lugar donde están todos los
campesinos, después de recoger la cosecha, cansados, Booz va a estar
recostado, tú vas a ir silenciosamente, le vas a destapar los pies y te vas
a acostar allí y cuando Booz se despierte, va a preguntar: ¿Y tú qué
haces aquí? Y entonces, tú le vas a mostrar como sumisión y él te va a
decir lo que hay que hacer.

¿Qué? ¿Y esto que significa? Lo interesante es que al parecer esto no


requería mayor explicación, porque cuando Booz abre los ojos y descubre
a esta mujer a sus pies; él entendió lo que estaba sucediendo. Él no la
toma sexualmente, sino que él va y hace el tratado matrimonial en la
puerta de la ciudad y la toma por mujer después.

Estos acontecimientos son acontecimientos que debemos buscar y


entender para enriquecernos, así como el disquete o las palabras que
cambian de sentido. También en la Biblia se requiere que nosotros
estudiemos y descubramos que hay una brecha cultural.

21
• Circunstancias históricas. También hay una brecha en las circunstancias
históricas. Nosotros encontramos en el testimonio de la vida de Jesús que
hay dos sumos sacerdotes: Anás y Caifás ¿Cómo va a haber dos sumos
sacerdotes si el Señor siempre dijo que debe haber un sumo sacerdote?

Bueno, si leemos historia judía secular, si leemos a Josefo y si leemos lo


que los estudiosos han recopilado a través del tiempo, vamos a aprender
que en los tiempos romanos en donde la cultura judía era tan explosiva,
Anás era un hombre poderoso, un saduceo que había tomado el control
del sumo sacerdocio y del sanedrín y que, por lo tanto, se había aliado
políticamente con las autoridades romanas que lo habían impuesto como
sumo sacerdote.

Sin embargo, por su genio y su temperamento él no duro mucho, él cayo


de gracia de las autoridades romanas. Pero, él muy astutamente, hizo que
nombraran a cinco de sus hijos, sucesivamente, como sumos sacerdotes
y aún hasta uno de sus nietos.

Caifás era su yerno y aún Caifás ocupo el sumo sacerdocio mientras


Anás tenía el poder detrás del trono. Por eso es que se ve que, en el
juicio de Jesús, Jesús se enfrenta a Anás y a Caifás y los dos son
llamados sumos sacerdotes. La historia nos ayuda a entender un suceso
que de otra manera no podríamos comprender.

• Texto original. También debemos reconocer que los libros de la Biblia y la


transmisión de los libros de la Biblia, en su origen, no fueron llevadas a
una imprenta para que se reproduzca, las copias fueron hechas a mano
de manera laboriosa. Muchos textos estaban todos en mayúsculas, sin
acentos, pausas, puntuaciones o espacios.

Las copias de la Biblia era una labor sacerdotal, especialmente el Antiguo


Testamento. De manera laboriosa, se dibujaba casi la escritura, se
conocía el número de cada una de las letras, se medía la distancia en los
márgenes para que todo sea casi dibujado, era un trabajo delicado y
cuidadoso, pero que al mismo tiempo era sumamente complicado.

En el Nuevo Testamento no había profesionales que copiaban como los


judíos en el Antiguo Testamento, eran los creyentes que hacían copias de
la carta a los Efesios y hacían copias para que lo lean en otras partes y
para llevarse una copia a su casa. Pero, esto no era fácil, porque si
ustedes quieren ver como escribían… se escribía muchas veces en
22
mayúscula, sin acentos, sin signos de puntuación y sin espacios, como
ustedes lo ven aquí.

‘El libro de la generación de Jesucristo, escrita por Pablo, por pura gracia,
inmaculada y para bendición del pueblo de Dios de este tiempo y del
futuro.’ Así es como nos hubiera llegado un original, como un ladrillo,
como este ladrillo. Imagínense ustedes ponerse a leer este documento, es
sumamente complicado. Pero, nosotros gracias al Señor gozamos de una
serie de copias y manuscritos que tenemos y de los cuales nosotros
podemos disponer, que son muy importantes para nosotros en nuestros
tiempos.

Uno de los hallazgos más importante fueron Los Rollos del Mar Muerto,
descubiertos en 1947 ¿Qué trajeron estos rollos para nosotros? Que por
su antigüedad, hasta 1947, no había copias tan antiguas como las que se
descubren en Los Rollos del Mar Muerto.

Pero, al sacar a la luz esos rollos, se dieron cuenta que, a pesar de ser
tan antiguos, con los más modernos no había grandes diferencias. Por lo
tanto, se aseguraba que las copias eran fieles, que no habían sido
alteradas con el paso del tiempo, sino que tanto estas copias antiguas
como las más modernas se mantenían fieles al milímetro.

Uno de los códigos más importantes, es el código Sinaítico, que fue


encontrado en el monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí en 1844.


23
Estaba abandonado por viejo en un cesto de papeles y listo para ser
quemado. En 1860 fue regalado al Zar de Rusia y el pueblo inglés lo
compró en 1933 a la Unión Soviética en 150,000 libras. Ahora, el código
Sinaítico está en el museo británico, es propiedad del gobierno inglés y la
iglesia anglicana.

Tenemos aquí el Código Vaticano, que está en la Biblioteca Vaticana y es


propiedad de la Iglesia Católica.


Es muy probable que haya sido escrito en Egipto. Apareció en el catálogo
de la biblioteca vaticana en 1481 y se supone que fue llevada allí por el
Papa Nicolás V en 1448 al momento de inaugurar su biblioteca. El
siguiente es el Código Alejandrino, que también está en el museo
británico de Londres, escrito en Alejandría, transferido a Constantinopla
en 1624. Fue entregado al rey de Inglaterra James I, de donde viene
también la famosa Biblia.

También tenemos el Código Efraímico, que está en la Biblioteca nacional


de París y es propiedad del gobierno francés. Escrito probablemente en
Egipto, en Alejandría.
24

Fue llevado a Italia alrededor de 1500, propiedad de Catalina de Médicis.


Ella decidió llamarle “Los Sermones de Efraín”, por eso se llama
Efraímico. Ella fue esposa y madre de reyes franceses y a su muerte paso
a posesión de la Biblioteca Nacional de París.

Éstos son documentos formales y originales con los cuales contamos en


nuestros tiempos, simplemente para que ustedes conozcan algo de la
historia. Ahora hay muchas páginas de Internet en donde uno puede
entrar a ver estos documentos que han sido digitalizados uno a uno, para
poder observarlos más detenidamente.

Por otro lado, dada la dificultad de los textos en los que fueron escritos
algunas veces tenemos problemas, problemas como lo dijimos en una
clase anterior, que no son esenciales, pero que sí son de forma. Por
ejemplo, la brecha del texto original.

Este pasaje de 1 Juan 2:23, si ustedes pueden ver, al final de la primera


parte dice: “Niega al padre y al hijo”. Y la segunda parte dice: “Todo aquel
que niega al hijo”. Entonces, aparentemente a la ahora de copiar, estas
dos frases que eran parecidas: “Niega al padre y al hijo” y “Niega al hijo”,
algunos copistas se saltaron una segunda negación y, por lo tanto, hay
algunos pasajes que sólo dicen: “Niega al padre y al hijo y todo aquel que
confiesa al hijo también tiene al padre”. Como que se comen una parte,
pero es una parte que simplemente se obvia en el copiado de algunos
textos que no habían sido bien trabajados y que, por lo tanto, esa frase es
eliminada.

Si ustedes ven, por ejemplo, nuestra versión la Biblia de las Américas, la


que usamos en clase, vs. la Reina Valera del 60, van a encontrar en este
texto de Apocalipsis que en la primera parte dice: “Y de Jesucristo el
testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la
25
tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”.
¿Qué dice? Al que nos lavó. En la biblia de las Américas dice: “Al que nos
amó y nos libertó de nuestros pecados con su sangre” ¡Horror! ¿Qué
pasó? Uno dice: “Lavó y otro dice libertó ¿Dónde está la dificultad?
Permítanme mostrarles. La palabra libertad es “lusanti” en griego y lavar
es “lousanti”.

Por lo tanto, en un error de transcripción, se comieron una letra y le


cambiaron el significado. En uno es “lavar” y en otro es “libertar”. Lo que
nosotros tenemos es familia de textos que han sido copiados uno
después del otro y que algunos señalan “lavar” y otros señalan “libertar”.
Pero, como ustedes pueden notar, no hay grandes problemas de
significado. Entonces, simplemente, para ir terminando les pediría que
podamos ver el tema de estas brechas ya que es importante que
descubramos cuáles son nuestras dificultades.

• El lector original y el actual. Por ejemplo, cuando nosotros vamos al texto,


a veces desconocemos las preguntas y las circunstancias que motivaron
el escribir determinadas respuestas bíblicas. En 1 Corintios 7:1, el apóstol
Pablo dice: “En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para
el hombre no tocar mujer”. ¡Wao! Tremenda frase, ¿verdad? Podríamos
hablar del celibato, podríamos hablar de tantas cosas, pero el tema no
está con la respuesta de Pablo, sino cuáles son las cosas que le
escribieron, cuál fue la pregunta para que él responda eso.

Entonces tenemos que considerar y poder entender que tenemos una


brecha entre lo que algunos textos señalan, porque no sabemos qué le
dio origen a esos textos.

En segundo lugar, el lector contemporáneo se presenta con sus propias


circunstancias, prejuicios, supuestos y expectativas al llegar al texto. Yo
voy a un texto y voy con mi mente del siglo XXI, con mis problemas del
siglo XXI, tratando de entender una realidad que es completamente ajena
a mi tiempo.

¿Cómo puedo romper con esa brecha? Pues para romper con esa
brecha, tengo que reconocer mi incapacidad para ser completamente
neutral al momento de estudiar la palabra, donde mi primera búsqueda es
saber qué sucedió y por qué sucedió para luego poder aplicarlo a mi
propia vida.

26
Finalmente, un pasaje de Isaías dice: “Todo esto lo hizo mi mano, y así todas
estas cosas llegaron a ser —declara el Señor. Pero a éste miraré: al que es
humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra”.

Lo que hemos mostrado en esta hora, es simplemente, lo precioso de la


palabra de Dios, las hermosas aristas que la palabra de Dios tiene. No para que
simplemente digamos es imposible, sino para que la tomemos con reverencia.

Yo siempre mido a las personas cuando me dicen: “¿Sabes Pepe? Yo he leído


muchas veces la Biblia y ¡mira, yo la conozco!”. Y yo digo: ‘Ojalá que la
conozcas de verdad’. Porque tenemos que tener un espíritu como dice allí:
Humilde, contrito, que tiembla ante lo que es la Palabra. Porque el Señor dedicó
1500 años para poder dejarnos este tesoro en nuestras manos. Y aunque tiene
una riqueza inconmensurable, nosotros tenemos que acercarnos con temor y
temblor, buscando develar aquello que el Señor nos quiere entregar.

Vamos a quedarnos allí. Si usted nos está viendo en el aula virtual y tiene
alguna pregunta, no dude en enviarla que con gusto la contestáremos.

Prohibida la reproducción total o parcial de este documento sin la autorización escrita del
Ministerio Integridad & Sabiduría. 2014. Rev. 2017.
www.integridadysabiduria.org www.institutois.org

Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS ©


Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation
Usadas con permiso

27

También podría gustarte