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Enid Valerie
del Teatro del Pueblo, experimenta brevemente con la técnica de incluir los
sueños vivos de un personaje en la acción escénica.
El crítico Eduardo G. González nos habla del "conocido principio de que
los sueños repiten y modifican datos y estímulos recientes" (507) de la vida real
del soñador, y aplica este principio al cuento de Borges mencionado arriba.
Si aplicamos este mismo "conocido principio" a la pieza de Gámbaro, nosotros
podemos reconstruir el mundo real del Joven, por lo que pasa en las pesadillas
de la obra. Podemos adivinar que la patrona de la pensión tiene una hija
muñequesca que la madre está tratando de casar con uno u otro de los
huéspedes. Aquí no hay que olvidarse de que en otras piezas de Gámbaro,
como El desatino, la mujer manipuladora, seductora y peligrosa está vinculada
con la imagen de la muñeca. En Las paredes la madre de la "muñeca" está
tratando de atraparle a un hombre que mantenga económicamente a la hija
y a ella, y se puede prever que la hija va a volverse una mujer semejante a la
madre que "rezonga" y hace la vida difícil cada vez que no consigue sus deseos.
Aparentemente, las maniobras de la Patrona y las mañas femeninas de la hija
han logrado sacarle al Joven débil una promesa de matrimonio con la cual él
no quiere cumplir. El hecho de que El Joven se queda, al final de la acción
de la obra, sentado con la muñeca terrorífica en sus brazos nos parece un
símbolo de que va a casarse con la "muñeca," lo que va a estorbar para
siempre su sueño de escaparse. El matrimonio no deseado va a hacer que él
permanezca encarcelado por la necesidad de mantener económicamente a
esposa, suegra e hijos, emocionalmente manipulado por el jefe de la oficina,
la patrona de la pensión (suegra), la muñeca (esposa) y la sociedad en general.
De esta explicación podemos entender la gran ira que tiene el Ujier (el Id del
Joven), al ver que el Joven no es capaz de romper la muñeca, o sea, romper
el noviazgo no deseado con la chica.
El reloj del padre, símbolo de recuerdos del pasado y de los sueños que
su padre, ya muerto, había tenido por el futuro del Joven, está simbólicamente
robado por el personaje-compuesto que representa patrona-jefe-sociedad. Le
han robado su pasado, su presente, y más importante, le han robado su futuro.
Esto da sentido a la gran ira del Ujier al saber del robo del reloj, ira que, en
otras interpretaciones, no tiene sentido ninguno.
Aunque no conocemos al jefe de la oficina del Joven, algunas de las
acciones del Funcionario nos lo dan a conocer. Evidentemente es como
muchos de los personajes de Gámbaro que, con gran éxito, mezclan palabras
bondadosas con acciones crueles. Diría al Joven, "Soy su padre," para sacarle
sentimientos de lealtad y horas suplementarias de trabajo; le prometería un
aumento de sueldo, una promoción o unas vacaciones, pero cuando El Joven
trata de precisarlo, el jefe respondería siempre "Mañana," o alguna fecha
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decirles nada, los datos personales del soñador. Aunque pudiéramos encontrar
un montón de citas, lo que sería aburrido, presentamos sólo uno por cada
punto arriba mencionado. Primero, como ejemplo de dato personal, está lo
de la muñeca, tema que preocupa mucho al Joven, pero del cual un personaje
"real" desconocido, como El Ujier, no sabría nada. Sin embargo, El Ujier,
dentro de la acción de la pesadilla, va al cuarto del Joven, la busca y se la lleva
al Joven. Segundo, y como ejemplo de la concentración de los dos en la
personalidad del Joven, hay frases como "¡Qué niño es usted aún!" (15) del
Funcionario. Hasta que en un momento dado El Ujier, hablando del
Funcionario y de sí mismo, le dice al Joven: "No nos cansamos de hablar
sobre usted. Se comentan sus gestos, sus generosidades, hasta sus pequeños
tics." (44) Tercero, y como ejemplo de que El Funcionario y El Ujier son
nada más que componentes psicológicos del Joven, presentamos la escena de
la muñeca. Cuando El Joven le dice al Ujier que odia la muñeca, que la
Patrona tiránicamente les obliga a los huéspedes que la guarden en sus
dormitorios, y que le gustaría romper la muñeca, El Funcionario y El Ujier
tratan de darle ánimo para hacerlo.
FUNCIONARIO: Rómpala.
JOVEN: ¡Que la rompa! . . .
FUNCIONARIO: ¿No lo deseaba?
JOVEN: No así.
FUNCIONARIO: ¿Y cómo?
JOVEN: ¡Por un accidente!
FUNCIONARIO: Los accidentes se buscan. Tropieza usted con
esta silla, ¡y adiós la muñeca!
UJIER: {Entrega la muñeca al joven. Risueño.) ¡Animo,
caballero? [El Joven vacila.]
FUNCIONARIO: (furioso) ¡Ah, maldito hipócrita! ¡Rómpala!
JOVEN: (atemorizado) Si usted me lo ordena, lo haré.
FUNCIONARIO: De ningún modo. ¿Qué me importa? ¡Me
voy!
JOVEN: ¡No, no! ¡La rompo!
UJIER: ¡Adelante, caballero! Aquí está la silla.
JOVEN: (después de un silencio) No puedo. (42-43)
Aquí vemos la fuerza motriz de la crisis psíquica del Joven. Parte de él, la
parte representada por el fantasma del Ujier, quiere dejar la pensión, romper
el noviazgo con la "muñeca," renunciar a su trabajo en la ciudad y mudarse al
campo. Pero esta parte reprimida de su ser sabe que el "Yo" del Joven es
flaco y débil. Así tiene sentido el esfuerzo enorme que hace El Ujier para
abanicar las pocas chispas de ira que ve con la experanza de que, por fin, El
Joven sea capaz de rebelarse, y también tiene sentido la ira del "Id" cuando el
"Yo" se muestra un flaco servil, incapaz de rebelión cualquiera. La pesadilla
misma brotó de una situación cuádruple: 1) la fatiga física del Joven, 2) el
asco que sentía por todo lo de la ciudad, su pensión y su trabajo, 3) el terror
que le inspiró el tener que casarse con la "muñeca" y 4) el súbito deseo de
escaparse permanentemente al campo, este deseo habiendo sido suscitado por
su día libre en el campo. En su estado despierto El Joven siempre logra callar
a las fuerzas rebeldes dentro de sí mismo, pero, en esta pieza, somos testigos
de una lucha interior pesadillesca que sólo puede pasar en el estado dormido,
cuando El Joven ya no puede controlar y reprimir el funcionamiento de su
propia mente. Pero, como todos los demás personajes de la obra temprana
de Griselda Gámbaro, El Joven fracasa porque es débil, ciego y pasivo.
En una entrevista, Griselda Gámbaro nos dice:
Universidad de Carleton
Ottawa, Canada
Notas
1. En adelante todas las bastardillas dentro de las citas son nuestras a menos que se
indique lo contrario.
Obras citadas
Cypess, Sandra Messinger. "Physical Imagery in the Works of Griselda Gámbaro." Modern
Drama 18:4 (1975): 357-64.
Gámbaro, Griselda. "La ética de la confrontación." Entrevista con Miguel Angel Giella, Peter
Roster y Leandro Urbina. Griselda Gámbaro. Teatro: Nada que ver. Sucede lo que pasa.
Ottawa: GIROL; Colección Telón, 1983: 7-20.
. Teatro: Las paredes. El desatino. Los siameses. Buenos Aires: Argonauta, 1979.
González, Eduardo G. "Hacia Cortázar, a partir de Borges." Revista Iberoamericana 84-85
(1973): 503-20.